One-shot de Pokémon - Blanca navidad.

Blanca navidad.

Cantidad de palabras: 924.

Hola.
Bueno, no soy de publicar fic en esta área, y aún, debó el reality Pokémon que tengo que hacer con Fey :(. Pero colocó éste porque no quiero que archiven los pokefi’s

Este escrito lo hice en diciembre para regalárselo a Plushy junto con un avatar, en la actividad navideña que era un intercambio.
Disculpen la mala ortografía, pero lo hice hace meses y no quería corregirlo para dejarlo tal y cual como se lo regale.

Blanca navidad.​

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Navidad. Época de disfrutar y compartir con la familia. Los entrenadores convivían con sus pokémon en cada uno de sus hogares, adornando la casa, como colocando el árbol, los regalos, la comida…etc.
Lamentablemente, el equipo rocket desconocía todo lo anterior. El trío de idiotas se encontraban caminando sin rumbo fijo por el claro bosque, esa noche, la luna alumbraba el camino y en el aire se podía apreciar el frío de la navidad.

—Otra navidad pobre sin mi familia—suspiró el pequeño Meowth mirando a la luna.

— ¿Qué familia?—preguntó Jessie con ironía—. No me hagas reír, Meowth; aquí todos sabemos que no tienes familia. El único que podría decir eso sería James.
El recién nombrado abrió los ojos como platos para luego reaccionar de una manera extraña.

—Ni loco iría a la mansión de mis padres, allí me esperaría…. —hizo una pausa al recordar a su prometida, que tenía un tanto parecido a Jessie.

— ¿Por qué me miras así?—preguntó la peli roja al ver como los ojos de Jemes estaban clavados en su rostro, que demostraba terror y confusión.

—Nada, nada. Olvídalo—río mientras cerraba los ojos y pasaba su mano por la nuca.

Meowth volvió a suspirar sin despegar la vista de la luna. Poco a poco fue recordando la manera en que llegó al equipo rocket, donde conoció su primer amor y rechazo, donde formó parte de una pandilla de gatos y, cuando aprendió a hablar y caminar como los seres humanos.
Los tres se sentaron en el suelo mientras miraban al cielo. Jessie tenía pensado en hacer alguna maldad en noche buena, pero recordó que la última vez; que intento secuestrar a Santa Claus, no le sirvió de nada, aunque recupero su muñeco favorito.

Los copos de nieve empezaron a realizar su acto de presencia, cayendo del cielo poco a poco. Llenando el suelo y demás cosas en nieve, rápidamente el equipo rocket se levantó y salieron corriendo para protegerse de la neblina fría. Sin saber hacía donde iban, cayeron bruscamente por un diminuto precipicio tapándose los tres de pesada nieve.
La primera en asomar la cabeza en ese monto de nieve fue Jessie, que se sacudió rápidamente el cabello para ayudar a sus otros dos amigos. Meowth se encontraba de patas hacía arriba, cubriéndose el rostro con la nieve. Mientras que James estaba en lo profundo de la nieve, Jessie junto a Meowth escarbaron la nieve hasta sacarlo de allí.

Ya estando a salvo, los tres se dispusieron a seguir caminando, pero se detuvieron al contemplar una pequeña cabaña que se encontraba situada cerca de ellos, al parecer estaba abandonada pero contenía una chimenea. No lo pensaron dos veces para entrar; luego de adentrarse a la cabaña observaron cuidadosamente el lugar. No había mucho de que apreciar, lo único que había era un árbol de navidad viejo, la chimenea y una mesita pequeña.
James se acercó a la chimenea y como pudo logró encenderla con la poca leña que había. Jessie y Meowth se acercaron a calentar su cuerpo. Las llamas reflejaban los cuerpos de los individuos, James hacía figuritas con las manos, Jessie lo miraba y Meowth calentaba su cola cerca de la chimenea.

— ¿Quieren algo de comer?—preguntó Jessie con una sonrisa.
Meowth y James se emocionaron, pues sus estómagos los delataban.

—Oh, Jessie. Y donde encontraras comida a esta hora y en este lugar—quiso saber James con una sonrisa de emoción. Jessie sonrió con picardía para luego responder:

—Recuerdan que desde niña solía preparar comida con la nieve. Pues se me ha ocurrido que deberíamos ir afuera, coger mucha nieve y preparar aquí los platos de comida—prosiguió Jessie—. Y así podremos pasar una navidad en esta cabaña, que por suerte se ha topado en nuestro camino.

—La última vez que probé eso sentí que mis dientes se caían—comentó James suspirando y bajando de las nubes a Jessie.

— ¡Entonces no comemos nada!—gritó alterada la chica mientras sus ojos reflejaban ira.

—Dejen de pelear y saquen a sus pokémon—comentó Meowth.
Los otros dos lo miraron y asintieron. James saco a Mime Jr, éste salió de la pokeball y lo abrazo.

—Es una lastima no estar con mi Chimecho—recordó a su pokémon mientras bajaba la mirada y abrazaba a Mime Jr. Pero de seguro Chimecho se encontraba bien en casa de sus abuelos.

Jessie sacó a su Seviper. Era el pokémon que en esos momentos tenía, aunque recordó el primero que tubo, el cual fue Ekans. Lo quería mucho y por ende lo liberó para que protegiera a sus demás compañeros. James y Jessie empezaron a llorar dramáticamente al recordar sus antiguos pokémon.

—Se me olvida algo—exclamó James dejando de abrazar a Jessie para luego incorporar su mano en el pantalón y sacar una cajita pequeña—. Mi colección de chapas—dijo emocionado sacando varias chapas de botellas de la cajita.

Luego de haber pasado un poco la tormenta, todos salieron de la cabaña en busca de adornos naturales para agregarle al árbol de navidad que había dentro. Pudieron conseguir muchos objetos perdidos en la nieve, lo cual le servía para decorar el árbol. Como buen equipo que eran, trabajaron entre todos y decoraron el árbol de navidad, Jessie había encontrado en la cabaña las luces y la coloco alrededor del árbol, aunque no tuvieran electricidad, se podía apreciar el ambiente navideño en la cabaña. Todos se abrazaron y contemplaron el árbol, recibiendo el calor en sus cuerpos gracias a la chimenea y el abrazo de amistad.