Black Diamond Hola: Éste es un song fic de una de mis canciones favoritas de Stratovarius. Se me ocurrió un día de lluvia mientras escuchaba está canción. Espero les guste. Black Diamond. Camino sin ánimos por la calzada norte de la calle principal en dirección a mi nuevo colegio, aún no me creo que me expulsaran del otro, todo por darle un golpecito a un chico que se quería pasar de listo conmigo. Lo bueno, es que éste me queda a unas cuadras de mi casa y puedo dormir más. ¿Cómo serán mis nuevos compañeros?, ¡bah!, que me importa, de todas maneras ya llevan cerca de dos meses de clases, y seré el nuevo bicho raro que entre por la puerta. Llego sin problemas al enorme colegio que se divide en dos: la parte delantera corresponde a la enseñanza de los pequeños, y la parte trasera a los más grandes, donde yo debo ir, no soy un estudiante destacado por mis notas, a decir verdad, pero estoy haciendo mi esfuerzo ya que me quedan dos años y todo esto se acaba. Entro al salón que me corresponde, la profesora me presenta, luego lo hago yo. Me manda a sentar donde yo guste, por suerte quedaban algunos asientos libres atrás: dos a los lados de chicas y uno junto a un chico. Que problema elegir, si me siento junto a alguna de las chicas, pensaran que me siento atraído hacía ella, y si me siento junto al chico, pensaran que me gusta él. Dejo el bolso colgando de la silla, y saludo a mi compañero de asiento a lo que éste responde con un simple y desinteresado movimiento de mano. Miro a mí alrededor, a mis nuevos compañeros de curso, algunos me miran y hablan bajito entre ellos. Que horror, otra vez lo mismo, dejo mis brazos a lo ancho de la mesa y apoyo mi cabeza en ellos, no me interesa escuchar a la presidenta de curso y a los demás discutir entre sí sobre lo que harán a fin de año. Algunos días han pasado, he logrado congeniar con mis compañeros, no eran tan pesados como pensé al principio. No todos, pero la gran mayoría me cae bien. Le agarré confianza a un chico en especial, compartimos gustos parecidos y me agrada estar con él, creo que podemos llegar a ser grandes amigos en éste corto tiempo que nos queda en el colegio. —¿Cómo estás el día de hoy?, Andrew —me pregunta mi compañero llegando a mi lado. —Bien —le respondo saludando con un apretón de manos. —¿Qué dices si vamos afuera un rato? —me dice enseñándo una cajetilla de cigarros. —Claro —le digo poniéndome de pie. Prometí a mi madre terminar los años de colegio aquí, y eso significa portarme bien. Pero éste lugar, tiene sitios espectaculares para poder fumar sin ser vistos. Nos dirigimos hacía uno de esos, y allí nos sentamos en el suelo a hacer humo mientras conversábamos. —Amigo, estoy enamorado —me confesó mi compañero haciendo una aureola de humo. —¿La conozco? —pregunto tratando de demostrar un interés que no existe, nunca me han gustado esos temas. —No lo sé —me respondió con una sonrisa. —¿La he visto contigo? —pregunté ya que no sabia como cambiar el tema. —No —dijo acabando con su sonrisa—. No me atrevo a hablarle. —Si eres menso —le dijo sin poder aguantar mi risa—. Ni que te fuera a comer. —No lo entenderías —me dijo mirando el cielo—. La veo y se paraliza el mundo. —Te ha dado fuerte —le digo dando la última calada a mi cigarro. —No sé que hacer para hablarle —me dice poniéndose de pie, el timbre había sonado y debía esconder las colillas antes que algún curioso las viera—. ¿Mentas? —Claro —le digo sacando dos del paquete. —Vamos por algo de comer —me dijo caminando por entre los alumnos que ya salían a recreo—. Muero de hambre. Lo acompañé y comió. Un poco antes que acabará el receso, fui al baño; al salir, recibí un fuerte golpe en el estomago de parte de un brazo. No lo niego, quise agarrar a patadas al que lo hizo, estaba por decirle algunas palabrotas cuando escuchó un suave sonido. —Lo siento —dijo una chica frente a mí—. No fue mi intensión golpearte, saliste de pronto y yo estaba agarrándome el cabello y… —detuvo su hablar, me miraba a los ojos, no sé que cara le puse, pero ella se notaba nerviosa—. De verdad, lo siento mucho —dijo y se fue con sus compañeras que reían sin parar. No sé que era, pero no pude articular palabra para decirle que no importaba, que no había sido tan fuerte, aunque en realidad lo fuera. Aquella chica me hizo perder sentido del tiempo, no pude dejar de mirarla, se volteó y pude ver sus sonrojadas mejillas, me sonrió y volvió su mirada al frente para continuar a su salón. Sentí mis mejillas arder, ¿qué fue lo que me paso?, ¿por qué no pude hablar?, ¿por qué no pude dejar de mirarla? —Es ella —escuché la voz de mi compañero que llegaba a mi lado. —¿Dónde?, ¿quién? —pregunté mostrando interés para dejar mis pensamientos de lado. —La que te golpeó —me dijo con una sonrisa mientras yo sentía mi mundo caer. Camino lento en dirección al colegio, me faltan unas cuadras para llegar, espero que pase el Daihatsu Terios color gris, miro la hora, ya tiene que estar por llegar. Giro mi vista hacía atrás, y allí viene. Se detiene como todas las mañanas una cuadra antes del colegio, la chica se despide del conductor, que yo creo es su padre, con un beso en la mejilla y se baja. Corre por la calle hacía adentro y a los pocos minutos vuelve a aparecer del brazo con su amiga, cruzan la calle y caminan delante mió. Dejo un espacio de como tres metros, me voy cuidándola hasta que llegamos al colegio. Ella apenas nota mi presencia. En los recesos, me voy a donde pueda verla, siempre se va a sentarse al césped junto a sus amigas, la observo desde la cancha, esperando que nuestros ojos choquen.Again I see you standing there watching me your gaze, those eyes are tantalizing openly, inviting me to get close to you, can't help myself there's fascination in the air. Dejo de mirarla cuando siento a mi compañero golpearme en la espalda, me vuelve a la realidad, él la mira y sus ojos se llenan de brillo, ella lo ve y baja la mirada. Me siento mal, confundido sin saber que hacer; le quito una pelota de basquetball a un niño y comienzo a lanzarla a la canasta. La miro de reojo, y la veo observarme, sonrió para mí y continuó lanzando la pelota, la mayoría pasa por la red. Mi compañero me roba la bola y comienza un duelo entre los dos, botea la pelota con agilidad, pero yo lo sobrepaso por altura. Se abre paso hacía la canasta, lo detengo y sonrió, vuelvo a mirar en dirección a la chica, pero ya no estaba en el césped. La busco mientras mi compañero pasa y encesta. Me lanza la pelota con fuerza golpeándome en el estomago, pasa por mi lado y me da un empujón, sin mirarme continua su paso en dirección al negocio del colegio. Me quedo estático pensando. Él se había dado cuenta que nos gusta la misma chica.I try to fight this strong sensation, but there's no chance to escape from this temptation. Agarro la pelota y se la devuelvo al niño, mi intención nunca fue robarla, sólo me quería divertir un rato y tal vez, no puedo negarlo, llamar la atención de ella. Camino rumbo al salón, no tengo ganas de seguir en el patio, pateo una piedra que se me cruza en la ruta. Meto mis manos en los bolsillos del pantalón. Bajo la mirada, no tengo ganas de nada en éste instante, me siento mal por mi compañero, pero no entendería nunca que no fue mi intención enamorarme de la misma chica. Siento que me jalan la chaqueta, odio que me hagan eso, me doy la vuelta preparado para decirle unas cuantas palabrotas al que lo hizo, así también descargo mi irá por lo que paso antes. Pero me detengo. —Disculpa —me dice la chica de cabellos castaños oscuros y ojos negros que tengo enfrente—. No quiero molestarte, pero se te cayó esto —me dice extendiendo su mano con mi pase escolar. —Gracias —le respondo mirándola a esos ojos brillosos que me miran con algo de miedo, daría lo que fuera porque no me tuviera miedo. —¿No lo quieres? —me pregunta dudosa y una pequeña sonrisa se le dibujó en su bello rostro. —Sí, sí —le digo rápidamente y algo apenado por mi estupidez. Recibo el pase y le sonrió, ella responde cambiando sus ojos a unos sin miedo que ríen junto a sus labios. —¿Te gusta el basquetball? —me pregunta y siento que leyó mi mente, ya que quería entablar una conversación con ella. —Es mi pasión —le respondo con entusiasmo. —A mi también me encanta —me dice sonriendo. —¡Tessa! —escuchó que gritan, ella voltea en dirección de donde proviene el grito. —Me tengo que ir —me dice mientras se muerde el labio—. Me llamo Tessa, ya se tú nombre, lo vi en el pase —me dice bajando la mirada apenada—. ¿Hablamos otro día? —Claro —le respondo sin poder evitar sonreír, prácticamente de oreja a oreja— Que te valla bien —pronuncio sin saber que decir. La miro hasta que llega junto a sus compañeras que la llamaban, me doy la vuelta y continúo a mi salón, está vez con una sonrisa en mis labios y una extraña sensación que me recorre el cuerpo. Giro para mirarla de nuevo y me sorprendo al ver que ella me estaba mirando, agita su mano en señal de saludo y yo le respondo, me sonríe y es como si la conociera de toda la vida.Feels like I've known you before repeating phrases, but I yearn for something more. Los días pasan, hable con mi compañero con respecto a ella, pero tal y como lo pensé, él no quiso entender que la chica no pertenece a ninguno, y tanto él como yo, podemos ser los dueños de su corazón. Tal vez estoy equivocado, pero no tuve la culpa que su mirada me cautivara como lo hizo. Sigo caminando tras ella todos los días; cuando me ve, me saluda y caminamos juntos hasta que la dejo en el salón que le corresponde. Con esto, me gané el odio de mi compañero, me dolía, sí; pero más me dolería perderla a ella, aunque sólo sea una amiga. —Andrew —escuchó su suave voz tras de mí. —¿Qué pasa? —le preguntó al momento de voltearme para mirarla a los ojos. —¿Podemos hablar mientras caminamos a casa? —me dice apenada llegando a mi lado. —Claro —le respondo con felicidad—. ¿De qué quieres hablar? —De algo que me dijeron —dijo bajando la mirada—. ¿Es verdad lo que dice tu amigo? —¿Cuál amigo? —preguntó con curiosidad—. ¿Qué dice? —Ese… —me dice mordiéndose el labio inferior y deteniendo el paso—. Jim —dijo mirándome a los ojos—, dice que quieres enamorarme para luego dejarme botada —sus ojos se llenaron de lágrimas al pronunciar estás palabras. —No, claro que no es verdad —dije con rabia a la vez que me pasaba las manos por el cabello, ¿cómo se atrevía a hacer eso?, yo jamás hable mal de él frente a ella—. Escúchame bien —le dije tomando su cara entre mis manos—. Jamás podría hacer algo que te haga daño. —¿En serio? —me preguntó con sus ojitos brillosos. Asentí con mi cabeza, hipnotizado con sus labios me acerque lentamente a ellos, hasta tenerlos junto a los míos, que bien sabían. Ella respondió mi beso y me abrazó por el cuello, poniéndose en puntillas. Sonreí, había olvidado que ella es mucho más pequeña que yo, la abracé fuerte, atrayéndola más a mi cuerpo. Nos separamos por falta de aire, me miró y sonrió, sus mejillas coloradas hacen que su rostro se vea más bello, jamás pensé sentir algo así por una chica, se ha colado hasta el fondo de mi corazón. Tomo su mano y caminamos lentamente, iré a dejarla a su casa, y mañana pasaré por ella, eso significa que debo levantarme más temprano, ir más lejos de mi casa, y luego volver para ir al colegio. Pero no me importa, no sé cuanto tiempo pueda tenerla conmigo, no sé que nos tenga deparado el destino. Lo único que sé, es que quiero estar con ella por siempre. Voy como todas las mañanas a buscarla a su casa, ya ha pasado el tiempo, mi compañero al fin entendió y volvimos a ser amigos. Camino rápidamente, no quiero perder un segundo sin tenerla, ya casi llego a su calle, y una ambulancia casi me atropella, la miro por unos segundos y siento que el pecho se me aprieta, no sé porqué. Me giro para ir a su casa cuando veo el Daihatsu de su padre salir, adentro su madre y hermano lloran, pero ella, no está. Me ven y me invitan a subir, lo hago. Al llegar al hospital, los doctores corren de un lado a otro, los minutos pasan, y nadie dice nada, nos tienen a la espera, yo sólo quiero que despierte. Nadie entiende que paso, terminamos de hablar por teléfono, como solemos hacer antes de dormirnos, justo a medianoche; y está mañana, no despertó. ¿Por qué?, no lo entiendo, si ayer estaba bien, tan llena de vida como siempre. Varias lágrimas cubren mi rostro, me apoyo en la pared de aquel hospital y dejo caer mi cuerpo hasta quedar sentado. Cubro mi cara con mis manos y sigo llorando. Un doctor llega, me levanto, y me acerco a donde están los demás, habla y habla, no le entiendo nada, sólo quiero que diga que ya despertó y que estara bien. Pero no es así, luego de un rato pronunció las palabras que tanto temía. Su madre gritó desconsolada y su padre la abrazó, mientras que su hermano, agarró al doctor del cuello de su ropa y lo insultó, lo mismo que hubiera hecho yo si sólo lograse pensar. Salí de allí corriendo y llegue al jardín, patee algunas plantas, bien sabía que no tenían la culpa, pero no encontré piedras. Caí de rodillas al césped, agaché mi cabeza y lloro, lloro porque nunca más la volveré a ver, lloro porque al irse me llevó consigo, lloro porque al fin pude conocer en ella lo que es el amor, y tal como llegó, se fue. Lloro y no dejaré de llorar, quiero estar con ella, pero sé que no puedo Daría mi vida porque volviera a respirar, y poder decirle por primera vez, cuanto te amo, mi pequeño diamante negro.I know I can't stay by your side forever, but I know I won't forget your beauty my black diamond. Fin. Muchas gracias a las personas que lo leyeron ^^ Miriabilia Exter, si llegas a leer esto, muchas gracias por todos los consejos que me has dado.