Long-fic Bite my heart tonight [Universo Ninja]

Dedicado a Insane song fic inspirado en la canción Animal de Chase Holfelder.

Personajes: Leiko & Hansha (AU)

[Verse 1]​

Here we go again
I kinda wanna be more than friends
So take it easy on me
I'm afraid you're never satisfied
Here we go again
We're sick like animals
We play pretend
You're just a cannibal
And I'm afraid I won't get out alive
No, I won't sleep tonight​

​

Se masajeó las sienes, la cabeza comenzaba a dolerle. Dejó que un suspiro escapara de sus labios, y al subir la mirada, ella estaba allí viéndolo directamente a los ojos. Apartó la mirada sintiéndose incómodo, los recuerdos de esos días clandestinos robados en pasillos o en el carro comenzaban a pasarle factura.

Ella lo miraba como si quisiera devorarlo. Como un animal que comería cada parte de él.

Y no es que no lo disfrutara, todavía sentía el sabor de sus labios y su urgencia al apretarse contra su cuerpo. Pero el problema comenzaba en el momento que ella pedía más que eso y él no estaba dispuesto a dárselo.

El timbre sonó y Hansha se apresuró a guardar todas sus cosas. Ya era su última clase y sólo deseaba llegar a su casa. Tenía hambre y estaba cansado, y eso lo ponía un poco más irritable de lo normal.

Desbloqueó a alarma y entró a su auto, no había aun colocado la llave para arrancar cuando la puerta del copiloto se abrió y ella se coló en el auto.

—¿Qué demonios…? —Su queja murió en el momento que los labios de la chica lo atacaron hambrienta hasta arrancarle el aire de los pulmones. Su cuerpo se movió en respuesta, tomándola con posesividad de los glúteos mientras ella se posicionaba sobre él, sin soltarlo, sin darle tiempo de pensar o arrepentirse. Apretó las nalgas descubiertas en una mínima tanga bajo su falda provocativa. Ella gimió, sintiendo como su erección rosaba la delgada tela de su ropa interior.

Ella era un droga.

Una perdición.

Estar con ella era como estar borracho haciendo que los pensamientos en su mente se esfumen y su cuerpo tome el control. Sus dedos se deslizaron bajo la tela, acariciando la carne sensible y frágil de su sexo. Ella repartió besos por su cuello pálido, dejando pequeñas marcas rojizas en su camino. Se aferró a su cuello, dejando escapar un sensual gemido en el momento que sintió como su dedo la penetraba y se deslizaba hasta el fondo, girando y buscando ese punto mágico que la hacía explotar. Ella lo mordió, conteniendo los gemidos mientras él exploraba su sexo, deteniéndose en ese lugar que hacía que ella apretara las piernas contra él. Sus dedos fueron reemplazados por su gruesa erección liberada escasamente de su pantalón abierto.

Ella se sentó sobre él, empalándose lentamente, dejando escapar un suspiro de profundo placer.

El estaba limpio, ella estaba limpio. Así que siempre lo sentía carne contra carne, deliciosamente. No era la primera vez que lo hacían, sabía que no sería la ultima.

Leiko sacaba el animal dentro de él.

Ella subía y bajaba incómodamente, ayudada por Hansha que la sostenía de las caderas y hacía que la penetración fuese más fuerte y que el choque los enloqueciera a ambos.

Nunca hablaban mientras tenían sexo. Eso mantenía la magia del momento, sólo momentos robados, llenos de gemidos y gritos. No de palabras vacías.

Ella echó la cabeza hacia atrás en abandono mientras llegaba a su clímax y tocaba el cielo. Hansha la agarró con fuerza, obligándola a seguirse penetrando hasta que su cuerpo tembló en el final de su liberación. Ella cayó en el asiento del copiloto exhausta y saciada.

El Nara cuidadosamente le abrochó el cinturón y arrancó en dirección a su apartamento en el centro de la ciudad. Su miembro todavía estaba erecto, así que la noche aun no acababa.

No, I won't sleep tonight

 

[Chorus]

Oh, oh

I want some more

Oh, oh

What are you waiting for

Take a bite of my heart tonight

Oh, oh

I want some more

Oh, oh

What are you waiting for

What are you waiting for

Say goodbye to my heart tonight​

Tenía al menos veinte minutos que se había despertado y aun continuaba con la mirada perdida en el techo. La chica a su lado dormía profundamente con su cabello largo y sedoso esparcido en las sábanas blancas. Era un chica hermosa, sensual y demandante. Demasiado para él.

Se levantó y se colocó unos bóxers limpios antes de ir a la cocina por un poco de agua y un paquete de galletas. Se fue directo a la computadora, colocándose los auriculares y dejando que su cuerpo se relajara mientras jugaba online. Sus ojos dorados se deslizaron en varias ocasiones hacia ella, notando cuando se despertó y comenzaba a vestirse.

Ella se despidió con un beso en la mejilla. Hansha no dijo nada y siguió jugando, ya ella sabía cual era la salida.
.
.
.
I want some more

Golpeó la mesa con irritación, sus uñas contra la madera producían un sonido insistente que le permitía pensar. Apretó los puños con molestia, viendo como la mano de esa zorra se posaba en su pierna bajo la mesa. Hansha permanecía impasible, con la mirada fija en la profesora pero la chica no se daba por vencida. Leiko podía ver como su mano se hundía en su entrepierna tentándolo, buscando una respuesta de él.

Tomó su teléfono y tecleó rápidamente un mensaje. Unos segundos después el albino volteaba hacia ella con esa mirada aburrida en el rostro. Al menos había reaccionado a ella, al menos. Estaba un poco cansada de él y su parsimonia, sabía que él no se acostaba con nadie más, pero tampoco es que hubiese dicho que tenía exclusividad con ella o que la tratara diferente a las demás.

Pero esto no se quedaría así. Quizás a él no le importaba, pero a ella sí. En el momento que la clase terminó y todos comenzaron a guardar sus cosas para salir, Leiko se acercó a Hansha y tomándolo de la barbilla lo besó.

El chico le devolvió el beso con despreocupación, sabía de qué venía todo esto. Y realmente no le importaba, ese instinto alfa en Leiko al menos le era util, le espantaba a aquellas que no quería.

 

[Verse 2]
Here we are again
I feel the chemicals kickin' in
It's getting heavy
And I wanna run and hide
I wanna run and hide
I do it every time
You're killin' me now
And I won't be denied by you
The animal inside of you​

—¿Crees que soy idiota? ¿Soy una maldita muñeca desechable? —Lanzó el jarrón en su dirección con todas las fuerzas que sus manos le daban. Hansha se agachó justo a tiempo para que el objeto se quebrara en mil pedazos donde segundos antes estaba su cabeza.


—¡¿Qué quieres de mí, maldita sea?! —despotricó con la furia llenando su cuerpo.


—¡Quiero que me ames! —gritó echándose a llorar con frustración al escuchar como la puerta se cerraba con fuerza dejándola sola en la habitación.


Ella era de él y él de ella. ¿Por qué le costaba tanto aceptar eso?

.

.

.

Salió del pequeño salón de descanso antes de que lo atraparan en todo ese desastre que había ocasionado Leiko. Se llevó la mano a la humedad que sentía en la mejilla: sangre. Quizás un fragmento del jarrón le había alcanzado.


Estaba cansado de discutir y de luchar con ella y contra ella. Leiko había entrado en su rutina diaria como un tornado, destruyendo toda la calma en la que él se manejaba. Entró a su siguiente clase, pasando de todos, incluso de los que le saludaban, no estaban de humor para nadie.

A cinco minutos de haber comenzado la clase, Leiko interrumpió entrando, con la cara sonrosada aún por las lágrimas, caminó hasta su puesto habitual en el asiento contiguo a él sin dirigirle ni siquiera una mirada.


Hansha suspiró, volteando hacia ella cada ciertos momentos y en ningún momento sus miradas se cruzaron. Ella permanecía rígida en su silla, con la mirada fija en el profesor.


El Nara arrancó una hoja de su libreta y la rompió en varios pedazos.


“No puedo darte lo que quieres.”


Ella leyó la nota que él dejó en la esquina de su mesa y sin molestarse en mirarlo la agarró rompiéndola en pequeños e ilegibles pedacitos. Hansha frunció el ceño, golpeando la mesa con sus dedos en un gesto de irritación antes de escribir una segunda nota.


“¿No estamos bien como estamos?”


La chica la examinó por unos momentos. Por unos segundos pensó que también la rompería, pero sólo la volteó y escribió algo antes de devolvérsela.


“NO.”


Hansha expulsó el aire de sus pulmones de forma brusca. ¿Por qué tenía que ser tan terca?


“¿Qué quieres que seamos?”

“Todo.”

“Ya lo somos.”

“Delante de todos.”

“Todo el mundo sabe.”


Esta conversación comenzaba a irritarlo realmente. Le dio una mirada matadora de: estás comenzando a cabrearme, dime que quieres. Tomó la nota que ella le dio mientras sus mejillas se sonrojaban violentamente.


“Quiero ser tu novia.”


No… dijo por inercia. En voz alta. Todos voltearon a verlos y el profesor tuvo que aclararse la garganta para recobrar la atención. Ella le arrancó el papel de la mano y lo hizo trizas como el tercero.


No se dijeron nada más...

 

[Bridge]

Hush, hush the world is quiet

Hush, hush we both can't fight it

It's us that made this mess

Why can't you understand?

Whoa, I won't sleep tonight​

Sus orbes dorados la siguieron por el campus. No le había dirigido más la palabra desde que había roto aquella hereje nota. Había seguido adelante, como si no le importara. Un día se convirtió en dos días, y luego esos días en semanas.


The world is quiet… repitió la frase en la canción. Su mundo estaba en completa calma. Su rutina había regresado a la normalidad antes de que Leiko ingresara a su vida. Incluso sus masturbaciones ocasionales ahora que no tenía una pareja para mitigar sus necesidades. Todo estaba en el lugar donde lo dejaba, nadie le reclamaba nada. Todo se mantenía en silencio y podía jugar sus video juegos online sin nadie arrodillada entre sus piernas poniendo a prueba la gran capacidad de su cerebro para realizar dos cosas a la vez.


Explotó el chicle que tenía en la boca con parsimonia observándola desde el capó de su carro donde estaba recostado disfrutando del sol de la mañana.


Novios… divagó en la palabra mientras observaba como Leiko movía su cabello de un lado a otro coquetamente escandilando al chico del que caminaba del brazo. Cerró los ojos por un momento, dejando que su mente organizara y seccionara todo como piezas lógicas y las colocara en orden de prioridades de forma objetiva. ¿Estaba siendo un necio o ella lo estaba siendo?


No le gustaban los compromisos, ni sentirse atado.

No le gustaba sentir que le debía algo o que estaba obligado a por ser su novio.

Estaban bien como estaban. No es como si él saliera con otra persona y no le molestaba si ella lo hacía.


.

.

.


La clase de inglés lo aburría rotundamente, ya podía hablar y leer inglés a la perfección desde hace muchos años. En cambio, encontraba fascinante como los labios de Leiko se movían a través de la chupeta que salía y entraba en su boca de forma coqueta inconscientemente. Simplemente Leiko era así, una mujer sensual y completamente sexual por naturaleza.


Y eso le encantaba.


Se estiró cuan largo era, desperezándose. Su mano se posó en el muslo de la morena a su lado, ella se sobresaltó, pero permaneció sin voltear hacia él. Hansha dejó que su mano paseara, dibujando pequeños círculos en la piel sensible de su entrepierna. El profesor seguía concentrado, con las luces apagadas, todo el mundo estaba en lo suyo o dormitando sin prestar atención a la película en inglés que estaban proyectando.


Sintió su cuerpo tensarse bajo sus manos a medida que subía un poco más hasta colarse bajo la tela fresca de su falda. Ella apretó el lápiz en su mano. Hansha sonrió al encontrarse el camino libre.


—Eres una chica mala —susurró divertido, haciendo que sus mejillas se sonrojaran. Ella le dio una mirada retadora, elevando la barbilla con orgullo y a la vez que se mordía el labio para mitigar el gemido que quería abandonar sus labios al sentir sus largos dedos presionar en su entrada, buscando entrar en la incomodidad de la posición.


—Sabía que vendrías a mí —dijo con orgullo, abriendo las piernas para darle libertad.


El albino quiso reírse, pero, no perdería el momento. Luego podría reírse todo lo que quisiera en un lugar más privado. Sus dedos se introdujeron en su cavidad, completamente húmeda. Su cuerpo no se hacía de rogar, reaccionaba como debía a él. Ella dejó escapar el aire de sus pulmones al sentir como él literalmente la follaba con sus dedos largos y estilizados.


—Habla conmigo. Así no pareceremos tan sospechosos —. La presionó, introduciendo un segundo dedo para hacerla delirar. Ella intentó asentir, y tartamudeó pero ninguna palabra coherente salió de sus labios sino un pequeño grito ¡Hansha! Todos voltearon, pero el albino estaba tranquilamente en su puesto, con sus manos debidamente sobre su mesa. Leiko sentía que estaba en un horno, completamente sonrojada hasta el inicio de sus senos. El profesor sólo le llamó la atención y volvió a lo suyo.


—Voy a matarte. —Gruñó avergonzada.


—Vas a tener que limpiar la silla —se burló—, no llevar ropa interior tiene sus desventajas.


Ella pateó su mesa, y él se rió profundamente.


“...the world is TOO quiet ♪”



Ella releyó nuevamente la nota, observándolo, pero Hansha estaba viendo la pizarra. Ella sabía lo que esa frase significaba. Sabía lo que la tranquilidad y el silencio significaban para el albino. Sabía que eso era lo más cercano a una declaración de amor que obtendría de él. Dobló la nota guardándola en su propio cuaderno.


Todos se levantaron apenas el timbre sonó anunciando el término de la clase. Leiko también, la sorprendió sentir las manos del albino en sus caderas para atraerla hacia él al salir al pasillo.


—Somos lo que somos, Leiko. —Dijo en sus labios antes de besarla profundamente.


Antes de que ella pudiese reaccionar, el albino se estaba yendo. Dejándola allí en medio del pasillo, completamente embobada y con una sonrisa en los labios.


Sí, él tenía razón.


Eran lo que eran y lo que tenían era mucho mejor que una aburrida relación.


Ella lo sabía y él también.

Whoa, I won't sleep tonight


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Espero que te haya gustado bby, esto ha terminado. :* Nos vemos en tus siguientes caprichos, los tengo anotados, así que tendrás más de Hansha y Leiko Insane