El grupo que accedió por la puerta azul se encontró pronto sumergido en el interior de una moderna biblioteca. Las luces se encendieron automáticamente a su paso, y pudieron percatarse en las hileras de estanterias, cuyos libros se encontraban ordenados prolijamente en su interior. Pantallas táctiles se encontraban esparcidas en algunas esquinas, sirviendo de soporte para aquellos que buscasen acceder a algún libro digital, o a la ubicación precisa de un tomo físico. Todo parecía funcionar con normalidad... hasta que el sistema emitió un pitido agudo. Las puertas se cerraron de golpe, y una voz artificial resonó así en el pasillo: “Protocolo de seguridad activado. Acceso restringido. Cierre total en curso.” El asistente de inteligencia artificial de la biblioteca detectó una “anomalía” y bloqueó así su única salida. Para recuperar el control y abrir la puerta principal, el grupo deberá explorar entre los estantes, resolver acertijos codificados y descubrir la secuencia que desactive el protocolo de seguridad antes de que el encierro sea permanente. La biblioteca fue diseñada para preservar el conocimiento... pero ahora parecía decidida a conservar también a sus visitantes. Contenido oculto Rider Yugen Vamo' allá. Lanzad 1d20 para evaluar vuestra percepción inicial. Gambatte!
"Stan" Marsh Juntos entremos a nuestra nueva sala, Ichigo, la joven que había perdido la percepción de la realidad y yo, y ahora se trataba de una ¿biblioteca? Huh, el sitio no estaba nada mal a decir verdad; luces cálidas, cientos y cientos de libros en los cuales perderse además múltiples pantallas táctiles para asistir en tu estancia, sillones que parecían bastante cómodos, ¡el sitio esta completamente armado! Supongo que en ese sentido era igual que el resto de lugares que habíamos visitado, pero no lo sé, había algo aquí que despedía cierto aire de confort que ningún otro sitio tenía. Tal vez antes de toda esta desgracia el sitio me hubiese gustado mucho más. Todo iba bien esta regresé a aquella pesadilla ocurrente que era este infierno sumergido. Una alarma chirriante comenzó a sonar por toda la biblioteca haciendo que se me erizará la piel. La puerta tras nosotros se cerro herméticamente y ahora estábamos atascados en aquel agradable lugar. Un refugio que nuevamente se convertía en una prisión. Regresé rápidamente a comprobar el sitio por donde habíamos venido, pero no tenía caso, aun si fuese un señor grandote de tres metros con mucho musculo no había poder humano que hiciera a esa puerta moverse. Toma muchas bocanadas de aire tratando calmarme, repitiéndome una y otra vez que debía dejar de llorar y concentrarme en buscar una salida. Siempre hay una salida. —Muy bien Stanley, calma, calma, calma —murmuré para mi mismo en voz baja—, si esa voz esta hablando de un protocolo de seguridad, significa que algo lo activó y hay algo que pueda desactivarlo. >>Solo tenemos que rebuscar bien, solo hay que rebuscar, Stanley...
