Drabble de Pokémon - Banette

Yo no quería hacerlo, pero…

Comenzó en una juguetería. El dueño me mostraba en su escaparate, deseando librarse de mí de una vez por todas y poder llegar a fin de mes. Lo consiguió. A una niña pequeña le gusté y me compró. Pasamos unos años inolvidables. Ella reía y se divertía; yo estaba contento por ello.

Pensaba que aquello duraría por siempre, y me topé de bruces con la realidad. La ya no tan niña un día decidió dejarme en el baúl de los juguetes. Y otro. Incontables más. No quería hacerlo, pero en el fondo lloré.

Había pasado quién sabe cuánto tiempo. El baúl se abrió solo para dejar paso a una bolsa de plástico que encerraba la misma oscuridad. Pude oír unas palabras de mi dueña: “Voy a tirar toda esta basura”.

¿Basura? No podía ser. Pero era. Un muñeco de trapo como yo ya no era más que eso: basura que debía ser desechada. Yo, que había sido la infancia de aquella joven, que le había arrancado risas y diversión, ahora no servía para nada. Era ofensivo, cruel y desagradecido por su parte.

Poco después vino el golpe seco y metálico contra el contenedor. El culmen de la ofensa. Mi existencia ya no tenía sentido, pero jamás lo permitiría sin luchar. Desperté encolerizado, hice trizas la bolsa, salí del contenedor no sin antes derribarlo y me dirigí a la casa de donde me habían rechazado.

La puerta estaba abierta de par en par y ese fue el último error que cometieron. Entré en la calidez de la casa y subí las escaleras sin ser visto. Contemplé brevemente el rostro de mi antigua dueña. Ella debía jugar conmigo una última vez. Yo no quería hacerlo, pero la maté. Y morí con ella cuando dijo sus últimas palabras mientras agonizaba:

– Lo siento mucho… Banette

En mi último aliento pude verme dibujado en un papel que evocaba nostalgia y arrepentimiento. Intenté sonreír y eliminar mi rencor, pero ya era tarde.