¡Ohayo, chicas¡ Bueno ahora les traigo un escrito corto, el tema es cliche, pero bueno no me lo podia quitar de la cabeza y aqui lo tienen.Espero le guste. Bailando con un Vampiro By: Yuriiko NaomiKiryuu Mi sorpresa, así como mi miedo fue enorme al entrar al salón de baile. Todo estaba adornado con globos rojos y listones de igual color, corazones en todas partes, cada uno decía frases diferentes como: “Ámame”, “Te amo”, “Bésame”. En la parte de arriba de la pista de baile había un enorme letrero rojo que decía: “Feliz San Valentín”. Las parejas bailaban juntos en la pista, las luces se movían a diferentes lados iluminando todo el lugar. Me dio temor el solo ver la pista y pensar en que tendría que pasar a bailar tarde o temprano. —No es tan malo. Disfrútalo. —Me susurro con sus labios aterciopelados cerca de mi oreja. Me estremecí de placer. Lo mire con miedo, él me regreso una sonrisa juguetona. Por poco y se me corta la respiración. Su belleza se comparaba con el mismísimo Adonis. Un Adonis de traje que me acompañaba al baile de San Valentín. Mi novio y vampiro Edward Cullen; estaba vestido de traje negro dándole un toque mucho mas misterioso y sensual, su despeinado cabello se veía igual que todos los días pero su belleza vampírica no se comparaba con ninguno de los mortales que estaban en ese salón. Mire sus labios, en los que tenia pintada una sonrisa picara. Sus orbes me llevaron a un mundo distinto, nunca había visto algo tan puro como sus ojos, aun cuando los tenia de color negro por causa de la sed, me gustaba más cuando sus ojos eran del color del caramelo. Para mi suerte sus ojos eran del color del caramelo. —Creo que moriré. —Bromee tratando de ocultar el pánico que sentía. Su mano apretó la mía y me contagio un poco de su entusiasmo. Las luces se pasan por aquí y por aya dándole unas cuantas en el perfecto rostro de mi novio, las luces le daban un toque extraño pero inaudiblemente hermoso. Caminamos, bueno más bien maniobre para llegar hasta nuestra mesa. Llevaba puesto un vestido que Alice, mi cuñada, me había regalado para este baile. Era color negro oscuro de satén, me llegaba hasta la rodilla y en la parte lateral derecha tenía un corte que dejaba ver parte de mi pierna, la parte de arriba tenía forma de corsé. Mi espalda y mi cuello quedaban al descubierto, tenía un corte en forma de V en el pecho y un corte en forma ovalada en la espalda. ¡Tenía que ser de Alice Cullen! Para acabar de empeorar las cosas, llevaba puestas unas zapatillas de tacón alto color negras, la única protección que tenía a mi pie atado a la zapatilla era una fina cuerda que se amarraba en mi pantorrilla. Edward retiro la silla de la mesa para que yo pudiera sentarme. Le di las gracias con una gran sonrisa, al menos el estar con él me hacia olvidar que estábamos en un baile. Él se sentó en la silla de enfrente y me ofreció un vaso de vino de cereza. Los manteles de las mesas eran color rosa pastel y había un florero con flores rojas en medio de ella. Las sillas también estaban forradas del mismo color pero con un listón blanco atravesándolas por la parte de atrás. ¡Era magnifico! Completamente hermoso y muy original. Todo el lugar estaba decorado con globos rojos y blancos conjugados en un listón color rosa. Serpentinas cayendo en forma de cascada completaban la decoración. Y no podían faltar las rosas rojas por todos lados. — ¿Quieres bailar? —Me pregunto Edward con un brillo tierno en sus ojos caramelo. Le mire como si me hubiera dicho una mala noticia. —Sabes que se me da pésimo eso del baile. —Susurre con horror. Él sonrió dejando entrever sus relucientes dientes. Se levanto y se acerco a mi silla haciendo que me parara de un salto, por suerte nadie vio eso. Me tomo de las dos manos y pego sus labios en mejilla dándome un dulce beso, despues sus labios recorrieron el pómulo hasta llegar a mi oreja, ahí me susurro con voz inocentemente sensual: —Vas a bailar conmigo. Yo soy un gran bailador, no tengas miedo. —Me mordí el labio y lo mire dubitativa ¿Qué era lo peor que me podía pasar? ¿Qué me cayera con estas zapatillas, o que Edward se reirá del ridículo que seguro iba a hacer? Apreté sus manos con fuerza y camine con paso firme hacia la abarrotada pista de baile. Escuche su risa musical por encima de la tranquila melodía que estaba cantando la banda contratada. Por fin llegamos a la pista. Me plante mirándome los pies con vergüenza. ¿Qué debía hacer? Solo veía a las parejas bailar en la tele. Edward me tomo del mentón e hizo que subiera la mirada, su dulce sonrisa me alentó. Moví con cuidado mi mano hasta colocarla en su frio cuello, él también se movió con delicadeza y puso su mano en mi cintura apretándola suavemente. Al final nuestras manos libres se entrelazaron volviéndose una misma ¡No era tan malo! ¿O sí? Lo mire en busca de ayuda ¿Cómo me debía de mover? Él vio el pánico escrito en mis ojos y me sonrió con dulzura… La mano que tenía que apoyada en mí cintura apretó mi cuerpo y me elevo unos cuantos centímetros ¿Qué estaba haciendo? Para mi sorpresa coloco mis pies encima de los suyos y se empezó a mover al son de la melodía romántica. Acerque mi cabeza y la recargue en su pecho de mármol, en ningún otro lugar me encontraría mas cómoda que en entre sus fríos y a la vez cálidos brazos. — ¿Cómo es que vuelves mis mayores miedos en ridiculeces? —Le pregunte con sorna mirando sus ojos, era una cabecilla mas alto que yo pero ahora que estaba sobre sus pies no era tanta la diferencia. Sus ojos bailaron contentos, lo que él mas quería era que no me perdiera de cosas tan importantes en la vida de un mortal, y si que lo estaba logrando. —Nunca le tuviste miedo al baile solo tenias que tener a alguien que supiera bailar. ¿Y tu como logras que me sienta vivo? Contigo disfruto estos momentos como un verdadero humano. Solo estando contigo me siento completo Bella. —Acerco su rostro al mío, cerré los ojos esperando sus aterciopelados labios... El roce de sus labios fue tan dulce que me negué a apartarme de él; mi mano que estaba en su cuello subió hasta su cabeza y estando ahí tomo un puño de cabello para acercarlo más a mí. Nuestros labios se movían en sincronización, cada uno tenía su espacio, pero en ese momento nos fundíamos en uno solo. Su embriagador aliento penetro en mi haciendo que olvidara todo lo demás, era como si solo existiéramos nosotros dos en esa fiesta llena de estudiantes. Pero desgraciadamente no todo dura por siempre y menos siendo una simple mortal como yo lo era, me separe de él por falta de aire y comencé a jadear para que el aire entrara en mis pulmones. —Lo siento. —Se disculpo, pero en su voz había una nota de placer y felicidad que me hizo pensar que quizás no lo sentía en absoluto, yo tampoco lo sentía. —No te disculpes. —Mi respiración comenzaba a ser normal de nuevo. —Yo no lo siento en absoluto, si pudiera hacerlo otra vez lo haría sin resentimientos. —Alargue un poco el cuello y le plantee un beso en su fino cuello, el rió. Despues acerque mis labios a los suyos y lo bese tiernamente; para mi mala suerte Edward me separo demasiado pronto de su lado. Me carcajee sin ningún remordimiento. Varias cabezas se volvieron en mi dirección pero eso no me importo, mientras estuviera con Edward, encerrados en nuestra burbuja personal nada mas me importaba. —Te amo Edward. —Murmure mirándolo con todo el amor que mi corazón humano podía dar a un ser inmortal, perfecto. Separo nuestras manos y puso sus dos manos en mi cintura, yo hizo lo propio con las mías, las puse en su cuello con una sonrisa en mis labios. —Te he esperado por más de cien años. Eres mi vida, también te amo Isabella. —Hice una mueca al escuchar mi nombre completo, pero esta fue borrada con un beso de sus labios. Sabía que él me amaba y eso me hacia la mortal mas feliz del mundo. No fue capaz de matarme a pesar que mi sangre era la más dulce que había olido en años y sobre todo ejercía una atracción muy grande para él, yo era el postre que él no podía deleitar. Prefirió estar conmigo a probar mi sangre, estando en una tentación latente pero sin mostrar dolor, solo felicidad de poder estar juntos. Nuevamente coloque mi cabeza en su pecho de hielo. Sus manos apretaron mas mi cintura fundiéndome con él. Me sentí completamente feliz. Nada se comparaba con este momento, cada momento que comparto con mi Edward es inolvidable. Así en este baile de San Valentín termine bailando con mi novio Edward Cullen. Un baile con un vampiro. Mi vampiro… Mi amado e inmortal vampiro. ¿Que tal? Espero sus opiniones.