Aventuras Tormentosas

Resumen: Son las aventuras Pokémon de una entrenadora cualquiera, ella es Thay y está pegada a su Charmander, Meowth y su equipo Pokémon. Pero también está siendo ayudada por Lance desde muy lejos...

El comienzo de una aventura​

Thay era una chica de unos 20 años que vivía con su familia en un lugar de Kanto, muy lejos del lugar donde empezaba Ash y de los Pokémon. El sueño de la muchacha era hacer su aventura, pero el trabajo con su familia era duro y tenía que cuidar de su hermana pequeña. Ella en su casa solo tenía un Pokémon, un Meowth dormilón que ni si quiera sabía luchar, ella lo cuidaba mucho y lo mimaba, pero era tan holgazán que le estaba dando rabia como el único Pokémon de su pueblo era débil.

Un día, Thay cogió a su Meowth y salió al patio para poder verlo luchar. El Pokémon, estaba limpiándose sus zarpas y ni si quiera le hizo caso, así que la joven cogió a su Meowth y se fue corriendo de aquel lugar, escapando de su vida.

Ella pudo llegar a Pueblo Paleta, viendo al profesor Oak con cierta seriedad, ella quería acercarse a él pero le daba vergüenza y sin darse cuenta, el pobre Meowth estaba incómodo y la joven se fue a la primera ruta que iba a ciudad Verde. Thay, perdida, abrazó a su Pokémon fuertemente y con alguna lágrima en los ojos, se sentó junto a un árbol y se puso hablar sola.

–Meowth… ¿Qué hice? –preguntó Thay mientras le caía una lágrima en uno de sus ojos negros.

El Pokémon miró a la muchacha y se acurrucó en sus brazos para darle calor, los dos notaron que empezaba a llover cuando, alguien volaba a los alrededores con un Dragonite. El misterioso chico miró la zona y vio a la muchacha, la notó triste y abandonada, así que decidió bajar y presentarse ante ella. La joven se asustó al ver aquel Pokémon.

– ¿Qué haces aquí sola? –preguntó el misterioso chico muy preocupado.

–Me escapé de mi casa con mi Meowth –respondió Thay mientras acariciaba a su Pokémon.

La muchacha alzó la mirada y miró al misterioso chico, sus miradas se cruzaron por un momento, él se acercó a Thay y se presentó.

–Soy Lance, soy el campeón del Alto Mando –

Thay al escuchar su nombre supo quien era aquel chico, no dudó en recordar las noticias y los combates de la Liga Pokémon.

–Lo siento, pero no quiero volver a mi casa, y desde siempre tuve un sueño –dijo Thay mientras se levantaba con su Pokémon en brazos.

–¿Qué clase de sueño? –preguntó Lance intrigado mientras se quitaba su capa.

–¿Qué haces? –se sorprendió Thay cuando vio que se quitaba la capa el pelirrojo.

Lance se la colocó a la joven para resguardarla de la lluvia y con energía la subió en su Dragonite.

Los dos volaron llegando a la guardería Pokémon, Lance entró junto a la chica y pidió que se sentara en la sala de espera. El pelirrojo se acercó al mostrador y preguntó a la anciana por un huevo Pokémon. La anciana, cogió una cesta de huevos y Lance se sorprendió al ver la cantidad que había.

–¿Tantos huevos pusieron mis Charizard? –preguntó Lance sorprendido.

–Si, ¿vas a llevarte los huevos? –curioseó la anciana mientras miraba de reojo a Thay.

–Solo me llevaré uno, y los otros se los entregas al profesor Oak –respondió Lance mientras cogía el huevo más grande.

El campeón del Alto Mando se acercó a Thay y le entregó el huevo, ella no sabía por que hacía eso, pero aceptó la ofrenda que le hacía el pelirrojo.

–Cuida del huevo –dijo Lance mientras miraba a la muchacha.

–Ok, te lo prometo –prometió Thay.

Lance miró que la lluvia cesó y con amabilidad se llevó a Thay hacia ciudad Verde. Al llegar, el pelirrojo, le entregó a la joven seis poke ball. Ella vio como el muchacho se iba volando a lo lejos. El Meowth de Thay se subió a la cabeza de su entrenadora y los tres partieron hacia ciudad Plateada.