Ya en el aula, Edwin se quedó sentado tras el escritorio en lo que miraba a los estudiantes y, sorprendentemente a los nuevos, tan solo esperaba que al menos estos fueran algo menos insurgentes pero no dijo nada, o al menos no hasta que todos tomaron sus asientos. Al hacerlo, Edwin se levantó en silencio y empezó a caminar lentamente por entre las mesas mirando detenidamente a cada alumno antes de regresar a su mesa, quedándose de pie al lado de su escritorio. — Veo caras nuevas aquí, bien, mi nombre es Edwin Von Distra, soy vuestro tutor en esencia y, no soy de andarme con rodeos. Vamos a tener que elegir a un representante de clase. Es pronto para hacerlo pero la situación lo amerita y son órdenes directas de Wissen, así que no puedo negarme y vosotros tampoco por extensión. Si previo a la votación, anheláis hablar los nuevos un poco para presentaros, adelante, de lo contrario, podéis proceder. No sacó el tema de la insubordinación, tampoco era el momento, ya lo solucionaría cuando fuera necesario. En las pantallas de las mesas apareció la lista de los alumnos y sus fotos (nuevos incluídos) para que pudieran proceder a la votación. Contenido oculto: Edwin von Distra Contenido oculto: ¡Bienvenidos! ¡¡Bienvenidos a los nuevos roleros!! como ha dicho Edwin, podéis dedicar unas palabras al resto por si anheláis presentaros. Recomiendo leer la ficha de los jugadores de Wissen para elegir delegado para la clase, los nuevos también pueden ser elegidos. Monpoke Lavender Mori Ikoma-kun
Raiden Me moví empequeñecido por el aula, espalda encorvada y con un leve temblor. Interior, hace tiempo no entraba a algún edificio. Mis pies eran torpes al moverme entre asientos, tropezando y llevándome por delante algunos de ellos. Al final, elegí al primero que estaba cerca de la ventana. Al exterior. Parpadee, enfocando y desenfocando los ojos, mirando de aquí para haya, de esquina a esquina del aula. De cara a cara. Un aula espaciosa, adecuada... Y cerrada comparada con el aire libre. Cambié y mire en la ventana a mí lado, mirando al todavía lejano cielo. Mire hacía a abajo, a distantes edificios de la ciudad, sintiendo natural el estar por encima de todo aquello. No me daba miedo, pertenecemos al cielo. Volví a mirar al centro de la clase... Encerrado. Estrecho. Sin aire. No me gusta Sentí a Gavin tirar un poco, pero sin exigir control todavía. De él venía algo de discuto e ¿Inquietud? No le gustaba mucho más que a mí el estar aquí dentro. Antes de volver a desviarme a la ventana nuevamente, el tutor paso por mí lado y decidió por empezar a hablar. Baje los pies descalzos de la silla y apoye el trasero, me senté correctamente, no me había percatado de que estaba sentado como un ave estaría parada Las baje y las volví a subir a los pocos segundos. No lo había encontrado cómodo. ¿Representante? Simple y directo, así es él la mayoría de las veces. Podrá, tal vez, tener inteligencia. Pero no lo culpo por no saber estás cosas, este no es tu tipo de vida. Al menos agradezco que preste atención, por ahora. Responsabilidades Resumí con la palabra más apropiada. No respondió, a un así me era claro que había perdido el interés. Yo estaba igual, no lo deseaba. En una pantalla de la mesa aparecieron nombres y fotos, que mirando, eran de las personas alrededor. Me quedé impresionado unos instantes por la tecnología, y la verdad sin mucha idea de cómo proceder. No lo entendía. Así que... toque al azar un nombre. Entonces fingí cara de póker, bien robada de las expresiones que podría hacer un halcón (nada), para ocultar que había cometido un error al ver el como eso bastaba para dejar el voto. Nadie más se estaba presentando todavía, buena o mala idea, decidí ir a primero. Me pare, y como ya estaba con los pies en la silla, acabe parado en esta. No percate demasiado en el cambio de altura. Lami el pico... labios secos secos antes de hablar. Los mire a cada uno a los ojos, feroz, cómo si se tratarán alguna presa... o lo intente, mí vista se desviaba de un punto a otro al intentar enfocar. "Rai...". Volví a lamer e incluso trague saliva, pareciera que está nervioso. Pero era más como falta de interacción. "Soy Raiden". Asentí ante todos una vez, dos veces, tres veces... con una ferocidad tal que podría haberme dislocado el cuello. "Y no tengo nada de experiencia, no me elijan". A pesar de parecer tener miedo de que me coma la tierra, hablé lo más firme posible y con toques de un tono agresivo involuntario. Volví a sentarme de la misma forma en que estaba antes. Mire hacía la ventana y me perdí en la vista del cielo nuevamente, deseando estar ahí fuera volando. Contenido oculto Tiro lista para la votación
Entré con tranquilidad al aula, realmente no sentía alegría o temor por estar en aquel lugar. Solo me enfoqué en buscar un lugar para poder descansar, el haber llegado hasta aquí gracias a ser llevado por alguien más para mí era algo agotador. Teniendo la cautela de solo fijar mi vista en un asiento vacío y decidir cual tomar, opté por caminar hasta los asientos del fondo. Realmente no quería hacer mucho contacto visual con los demás por el momento, cerré los ojos con ese simple objetivo. Si los demás se tragaban la idea de que estaba dormido o meditando era mejor para mí, aunque no culparía el solo estar escuchando una que otra conversación o información que se llegaba a escuchar en el aula. Solo era de esperar a que todo esto comenzara...
"Creo que tus palabras son simple relleno" Y aquello por más duro que fuera no dolía. Era... un sencillo vacío, la confirmación de que por más que lo intentara estaba lejos de lograr algo, la melancolía, el saber que estaba a merced del resto, que sin la protección de los míos poco y nada podía hacer... Poco y nada... pero podía seguir. Porque era pequeña, pero era consciente de que con esfuerzo las cosas se conseguían. Había visto a Scarlett batallar por nosotras desde que nací, seguiría sus paso, incluso sí ya nunca podría volver a verla con los mismos ojos... caminar tomada de su mano. Abrazarla cuando las oscuras noches me atormentaban al punto de que ella misma se angustiaba. El profesor Edwin me dijo que era leal... y eso quería. Ser leal no solo a las personas que quería. Ser leal a mí misma, para lograr lo que quería. Me alejé entonces, temerosa, a sabiendas de que ninguno era rival para el tipo y obedeciendo así las órdenes del profesor que terminó más herido de lo que se esperaba por mi culpa. Me quedé rezagada con Hops en brazos, su "corazón" ya no latía, porque no tenía voluntad de seguir peleando. Pero mis ojos, aun temerosos, caían sobre aquel desconocido que respondía por Drakslon. ¿Qué tenía contra los profesores, contra los directores? Parecía que en verdad los alumnos le importábamos bien poco... ¿Por qué? El profesor colocó una mano delante mío, le miré temerosa, pero firme a pesar de la incongruencia, no quería que atacara otra vez y tampoco pensaba hacerlo, miré preocupada mientras me aferraba más a Hops cómo los acontecimientos se llevaban a cabo. Era horripilante. Y el albino dijo que conoceríamos la desesperación. Me aferré al brazo del profesor Edwin sin soltar en ningún momento a Hops, mis ojos horripilados veían lo que ocurría y solo apartaba la mirada con espanto cuando los ataques chocaban, pero no demoraba en volver a mirar insegura la situación. Por más que doliera no quería perderme detalle. No quería ser una cobarde. Que estaba aburrido, dijo, mis ojos se entrecerraron con extrañeza. Era una pequeña muy perceptiva, observaba y escuchaba todo cuando no me tocaba acatar ordenes ni seguir mis deberes y, como había estado pasando, algunas palabras quedaban más marcadas que otras. Como la de no confiar tu vida a nadie, la de que me masacrarían, la de que alguien podía cometer atrocidades por aburrimientos. Pero el recuerdo de Melania me traía esperanzas. Fruncí el ceño, aun asustada y escondida a medias tras Edwin, pero había un toque de seriedad, casi enfado, en mi expresión. Y, como si nada, todo pareció calmarse. No hubo más conflictos y cada quien optó por irse por su lado, me solté de Edwin cuando sentí que el peligro había pasado, cabizbaja, triste y aferrada al chamuscado de Hops. ¿Qué culpa tenía mi conejo? Antes de irme miré hacia atrás, miré con angustia como Scarlett era cargada... Ojalá... ojalá que nada malo volviera a ocurrirle... pero creo que ya no podríamos estar juntas, no como antes. Parecía imposible, lo creía imposible. Di un suspiro y caminé hasta quedar un poco más atrás de quien lideraba el grupo, así sentía mi espalda protegida, aun cuando estaba rodeada de gente que era más bien individual, peligrosa y solo pensaban en sí mismos. Éramos un equipo, aquella batalla demostró que teníamos que trabajar unidos o nos aplastarían como moscas. Esa era la ley de los eslabones más pequeños. Era era mi realidad. Contenido oculto: Casa del árbol Estaba choqueada, logré dormir solo porque mis pastillas me ayudaban a eso, no supe reaccionar bien a los días siguientes. Me encontraba entristecida, aquella fatídica noche recién vivida pasaba una y otra vez por mi cabeza, me impidió levantarme tan regular como era, me costó caminar para desayunar, me costó pedir comida, comer... me costaron tantas cosas. Pero entonces vi unos caramelos delante mío... miré a Melania confundida... Sonreí... —Gracias— Y comí uno, aun melancólica, pero la sonrisa y el sonrojo en mis ojos era genuino. Hablamos del tema, le conté lo mucho que me atemorizó todo, aunque no le especifiqué el miedo que me daban los adultos, era imprudente de mi parte. También tocamos temas más triviales para despejarnos un poco, le comenté que me gustaban mucho las manzanas, que las rosas eran preciosas y que las mujeres con un gran vestido rojo me parecían asombrosas. Porque los cabellos de ella eran rojizos. Cuando almorcé y terminé las cosas que los profesores esperaban que hiciera decidí ir a entrenar, me costó un poco aprender a usar la maquinaria, pero con ayuda de Shiro, que era así el nombre que recibía la IA, entendí todo mucho mejor. Así que eso, desayuné con Melania, hice lo que debía, entrené, almorcé sola o con la chica, luego ordené mi cuarto, para terminar la tarde estudiando... Aunque me permití un receso para sacar el block de mi mochila con mis crayones, me tiré en la cama con Hops bajo uno de mis brazos. Primero dibujé a Melania sonriente y confiada, sonreí con timidez cuando yo misma vi el resultado. Luego hice al dragón con escupitajos de fuego, preguntándome cómo estaría, qué lo llevó a enloquecer. Seguí dibujando un paisaje, todo con trazos algo inexactos, al nivel de mi edad. Intenté dibujar al profesor Edwin, pero me quedó feo, así que lo taché por completo, frustrada... Miré con melancolía el último dibujo donde me dibujé junto a Hops... tomada de la mano con Scarlett, ambas sonriendo, ¡Incluso Hops sonreía! También lo taché. No creo que fuera momento de sueños y fantasías... ya había tenido suficientes en Little Sunshine, no quería más. De tal forma regresaron las clases, me asomé con temor por la muerta, escuché el rumor de que llegarían nuevos estudiantes. Apenas me asomé con Hops en brazos, maltrecho como lo había dejado el enfrentamiento, logré ver a un chiquillo para nada alto que tropezaba con las cosas. Mis ojos se abrieron de sorpresa, la curiosidad invadió mis sensaciones y miré desconfiada a mi alrededor, luego dudosa al chico que se sentó... ¿Estaría bien hablarle? ¡Ah, ahí estaba Melania! Fui caminando, le di un último vistazo al desconocido, y me senté al lado de... ¿Era mi amiga? ¡De mi compañera! Le di una sonrisa suave, siempre con Hops en brazos. —Buenos días, Melania —musité para luego ver que empezaba la clase el profesor Edwin, me alegraba verlo bien, por lo que una sonrisa se coló en mis labios. Presté toda la atención que pude a las palabras de mi docente, algo de inseguridad se colaba a ratos, pero la verdad es que no podía desconfiar en este hombre. No solo reconoció que le era leal, también me protegió advirtiéndome de no acércame a ese tipejo... Daslon... draslon... dac... ¡El albino, pues! Edwin quiso defenderme de él y con ello se había ganado gran parte de la confianza que me podía permitir darle a la gente acá. —¿Uh?— Miré con algo de inseguridad luego de entender lo de las votaciones, Hops entre mis brazos me recibía con la misma cara de siempre, busqué la mirada de Melania para brindarle una suave e insegura sonrisa—, ¿Te gustaría ser delegada? Porque yo quería votarla. Contenido oculto Sí Melania quiere ser Delegada, Colette votará por ella. Sino, Colette votará en sí misma para no llegar a joder a otro que no quiera ser delagado. Al fin y al cabo, ¿Quién más votaría por una niña?
Raiden Distraído podré estar mirando hacía la ventana, pero si voy a estar aquí, un mínimo de responsabilidad debería de mostrar. Y, además, hay algo que me vi forzado a aprender los últimos años: escuchar. Una ramita rota, el movimiento de la hierva, el susurro del viento... Pequeñas pistas de los alrededores para evitar morir en un ambiente salvaje. Así que, a pesar de no estar con un oído que más acostumbro, igual en esta silenciosa aula logré percatarme de las palabras de una voz joven y suave, femenina. Me gire hacía la voz y preste atención, mirando hacía la niña que hablo, creyendo se trataría de una presentación. Pero no. Al parecer, solo unas pocas palabras dirigidas en una charla privada. Estaba por volver a lo mío y hubiera dejado este asunto de olvidado si por mí hubiera sido. Cosa complicada algunas veces. Porque mientras yo me había enfocado en los rasgos de la niña, la otra parte de mí decidió mirar hacía lo que ella sujetaba... ¡CONEJO! Su grito en mí cabeza fue toda la advertencia que recibí, momentos antes de sentir una fuerza intentar tirar de mí conciencia. Guiado por su instinto, su deseo de cazar una presa que se presenta justo en frente de él, Gavin busco tomar el control para hacer lo que para él sería obvio en esta situación. Por alguna suerte, su empuje fue insistente, pero carecio de fuerza para doblegarme. ¡No es real! Su empuje fallido y mis palabras pareció hacerlo desistir al menos un poco. Porque él no había notado lo que yo si, ese conejo no era real. Un peluche. Un conejo de peluche Me fui repitiendo para hacerlo entrar en razón y no intenté hacer alguna locura. E incluso trate de trasmitirle el conocimiento de esa palabra, cosa que aveces es difícil saber si de verdad funciona. Clave la mirada en el conejo de peluche para darle fe de mis palabras, que ves que ese conejo no está vivo. Entonces guardo silencio durante un rato... Débiles Se refería a mis ojos, los cuales compartimos mientras soy humano, que bien podrían ser ciegos comparados con los suyos. Con sus ojos habría notado la diferencia, es lo que dice. Si No podía negarlo. Así cómo tampoco estoy queriendo permanecer en mí forma por más tiempo. Este espacio, estas personas e incluso en cierta medida mí propio cuerpo. No se relaciona en nada con la vida la me he acostumbrado. Y, al menos, también para hacer sentir mejor a Gavin. Así que cambie... Fue un transformación rápida, casi inmediata. Mí propio cuerpo se reorganizo y cambio. Perdí al menos casi un metro de altura, que estando sentado, no pareció notarse mucho. La cabeza se fue moldeando a un diseño diferente, aerodinamico, perdiendo las orejas, el cabello e incluso la nariz. Asi como también un pico ganchudo fue formándose desde mis labios. Brotaron plumas por casi todo mí cuerpo, menos los pies que se iban convirtiendo en patas de pájaro que terminaban en afiladas garras. Plumas blancas, menos por el lomo, donde se estaba moteado con plumas negras y blancas. Los brazos fueron dando lugar a alas anchas y poderosas, siguiendo el mismo patrol que el plumaje del lomo. Mí torso y pecho fueron cambiando, tomando una apariencia de estar mejor formados que mí enclenque cuerpo. Una apariencia de fuerza, de firmeza. Y por último, brotaron las plumas que servirían de la cola. Había completado el cambio. Había pasado de humano a un gran halcón de color blanco. Mire nuevamente hacía todos con mis potentes ojos y una feroz mirads. No esperando hallar una reacción, sino como si los estuviera mirando por primera vez. Aletee un par de veces en mí sitio, con fuerza debido a este espacio interior y sin aire, y despegue al menos medio metro hacia arriba para luego dejarme caer y clavar mis garras en el respaldo de la silla como si de una rama se tratase. Ahora, si estaba algo más cómodo. Contenido oculto Voy a suponer que me mande 41 makanas en las transformación, así que no lo haré nunca más. Solo lo hice ahora por ser la primera vez. Bay. Pd: tengo algo como un sistema para "liberar" a Gavin. El caso es que no pudo salir, así que en su lugar dejo esto.
En un momento miré a mi costado y juré que el chico me miraba desde la otra esquina, a lo que atiné tan solo a desviar la vista hacia Melania, nerviosa. Mis mejillas se colorearon, ¿Me habría visto mirándolo? ¿Y si ahora tenía una mala idea de mí y por eso me miraba? Pero antes de poder aclararme más dudas aparecieron, unos soniditos me llevaron a buscarle con la mirada otra vez... Se... ¿estaba transformando? ¡¿Cómo el chico dragón?! Lo miré boquiabierta... luego la preocupación me llegó de sopetón al rostro, ¿No sería tan agresivo como el dragón, cierto? Este parecía más normal, digo, tan solo era un ave. Me apegué al costado de Melania, como buscando protección. La miré con esa preocupación en la cara, aun boquiabierta, y luego miré al profesor Edwin levantando mi mano como pidiendo la palabra, pero no esperé alguna indicación para hacerlo. —¿Se pueden tener aves en el aula?— Era claro que era parte del poder del chico, pero la duda igual seguía. Contenido oculto El aula más normal del condado (?) Me memo XD
Edwin se quedó mirando analíticamente a sus alumnos, prestándoles mucha mas atención a los nuevos a los que aún no había acabado de calar, claro que su primera impresión no fue del todo halagüeña, uno de ellos entró y cerró los ojos y el otro… bueno, parecía incómodo aunque en un primer momento hizo la vista gorda al ser el único que se había empeñado en votar mientras que se acercó al escritorio del tipo que meditaba. — Mientras que tu habilidad no sea “Orionauta”, “Sueño lúcido” o viajar a los sueños de los otros, temo que dormir no es que sea una materia impartida en esta clase señor Setius ni en éste instituto. Así que ¡Despierta!—. Exclamó alzando la voz mientras daba un manotado a la mesa y regresaba a su escritorio, sentándose en su silla y agarrando su taza de café— El tiempo se agota para las votaciones y, hubiera anhelado recalcar que si hay alguien más que anhele presentarse ahora es el momento. Igualmente es mi deber confesar que si no habeis elegido delegado, yo seré el responsable de ello. Al final sacó un libro y empezó a leer de pie delante del resto hasta que empezó a sentir un peso en su brazo, apartó la mirada del libro y vio a una Collette aterrorizada, por lo que su mirada cambió a una un tanto menos sombría, entendía como estaba y su tirantez inicial se había relajado al ver su fidelidad en el campo de batalla por lo que pese a haberle puesto la mano encima solo acarició su cabello a fin de animarla. — Lo has hecho bien en el campo de batalla, aunque de todos modos me gustaría hablar contigo. Pero fue nada más acabar cuando vio que Raiden se había transformado en pájaro cuando Colette se alejó de Edwin, con la mirada fija en el conejo de la pequeña ante la mirada imperturbable de Edwin, quien, se quedó mirando el espectáculo negando con la cabeza, habría actuado si la situación lo hubiera requerido, más solo sonrió ligeramente. — Así que tu superpoder es la habilidad de convertirte en pollo, descuida, creo que en el desván tengo una jaula oxidada de 10x10 por si quieres mudarte de hogar, también tengo alpiste rancio. Creo que te han debido dejar en claro que los estudiantes no se atacan entre ellos si no quieres quedar como un Nugget.
Raiden Enfoque mis amenazadores ojos de halcón en el tutor, no en maldad, es casi la única expresión que poseo en esta forma. Podría estar furioso, calmado o te querría muerto; es difícil saberlo por solo mirar este rostro. No nos gustaron sus palabras. ¿Pollo? ¿Jaula? ¿¡JAULA!? Gavin no estaba contento, dos de los peores insultos para él. Ser llamado algo diferente a lo que es y hablar de encerrarlo, aunque de este último solo puede llegar a suponerlo. Jaula tenía que ser una de las pocas palabras que conoce... <Halcón> Le decidí por corregir hablando de la única que podía estando transformado, por telepatía. <Y somos libres, libres> Hice enfasis en esa palabra a la vez que rasguñaba con las garras el respaldo de la silla. ¿Mudarme de hogar? ¿Desde cuándo este es mí hogar? Como si ofrecer pareces y techo es todo lo que se necesita para considerarse hogar. Cambié y mire a la niña, la razón de esas últimas palabras . <Eso fue un maletendido> No agregue mucho más, tampoco mencioné mis razón o me disculpé.
Setius Se dignó en venir a llamarme la atención, que detallado de parte de él. Tras aquel golpe que le dio la mesa en la que estaba y la llamada de atención solo me pude dignar en abrir los ojos, vi como aquel tutor se regresaba a su escritorio para sentarse y tomar café. Permanecí ahí acatando lo que aquel tutor quería, observé y escuché detenidamente cada acción que él hacia, hasta aquel comentario que hizo sobre un tipo que se transformó en un halcón, en determinado punto aquel tipo se me quedó mirando mientras tomaba nuevamente de aquella taza. — No dormía, solo me encontraba viendo como golpeaban a un tipo en otro lugar— le comenté sarcásticamente al momento en que nuestras miradas se fijaron. En ese momento exhalé un pequeña cantidad de mi humo que terminó por desvanecerse casi al momento en que salía de mi boca. No me gustó que me llamara la atención estando los demás en el aula, no faltará que se queden viéndome de reojo, comentar y burlarse sobre lo que pasó... Solo puedo ver lo que hacen los demás, o lo que son, puede ser.
La batalla estuvo por terminar y solo restaba un buen golpe para darle punto y final al dragón, pero su último ataque me obligó a buscar refugio rápido. Lo que dio suficiente tiempo para el resto de extraños para noquear al dragón...una lástima, yo misma deseaba el gusto de cobrar el mechón de mi cabello. —Amarren a su lagarto loco—Dije para marchar hasta donde el engreído albino estaba dando dolores de cabeza, al salir de los arbustos todo era un caos y los profesores y el director estaban lidiando con el presumido. Al poco tiempo el tipo se había largado a quien sabe dónde. Nadie sabía quién era o que buscaba en verdad solo el tiempo diría que buscaba; lo que de verdad me llamo la atención fue como Ahmet n movió un solo músculo y estaba allí noqueado, rode los ojos al suponer que ni siquiera intento golpear al cabello de nieve. ¿Y si hubiera decidido actuar como damisela en aprietos? Incluso así no hubiera movido un dedo. Cómo sea esperaba que Wissen no fuera muy rudo con el. El entrenamiento había terminado con una inesperada y odiosa visita pero fue interesante y no me podía quejar. De regreso al instituto aproveché para tomar un baño y revisar lo necesario sobre mi cabello que no sufrió mayores consecuencias por la llamarada del hombre dragón, solo un descanso y todo estar bien. En ese tiempo busque a la pequeña Colette, al encontrarla parecía algo distante y triste pero por suerte no poseia mayores daños, era difícil admitirlo pero no me agrado nada cuando la vi rodeada por el dragón y la chica cibernética, seguramente la niña me vería como su...¿Ejemplo a seguir? Si podía ayudarla a ser más fuerte por mi estaría genial. Al llegar al aula pude ver algunas caras nuevas, los observe de pies a cabeza y solo me límite a saludar al profesor y tomar asiento. Antes de dar otro vistazo a los nuevos sentí a Colette sentarse a mi lado. —¿Lista para un nuevo día? Hops parece estarlo —la saludé con calidez— Solo mantén el ritmo como cuando entrenamos. Al comienzo de la clase el profesor Edwin propuso la idea de designar un delegado de la clase...ser la cabeza de la clase, sonaba muy tentador. —Estaria muy encantada de ser la líder de la clase así que cuenten conmigo—acepte la propuesta y emití mi voto a mi favor, Colette parecía aún muy pequeña y los demás...uno empezó a transformarse en un pajarraco y el otro...¿En serio? Si iba a imitar a Ahmet sin duda no tendría mucho futuro. Solo pude suspirar ante aquella escena. >>Haré mi mejor esfuerzo y espero grandes cosas de esta clase.
Contenido oculto: This is home El recibimiento de Melania me hizo verla con cierta sorpresa, Little Sunshine estaba lleno de niños heridos y niñas abandonadas, acogidos por las frías paredes del centro, la calidez y confianza era difícil que sobresaliera entre la agresividad o desconfianza de quienes crecimos con la adversidad. Yo era de las más agradables, por más tímida que fuera, porque me crié en el centro, pero otros venían de fuera y era muy complicado ganarse sus confianzas. Sentía que Melania era alguien en quien podía confiar, por lo que no demoré en sonreír con suma ternura y alegría apretando más a Hops contra mi pecho. —¡Hops siempre está listo!— Mentira no era, cada vez que nuestros pulsos se conectaban el era el primero en atacar, era más decidido que nunca. Me quedé con la sonrisa suave, casi que conmovida—, haré mi mejor esfuerzo —accedí suave. Empezó la clase y seguí con la vista al profesor, queriendo ser una niña atenta, aunque di un respingo cuando el señor Edwin golpeó la mesa aún cuando sabía que podía ser una opción, porque no le saqué nunca la mirada de encima. Miré con temor, pero no por el profesor, que igual era algo atemroizante, sino que en generales estaba nerviosa y eso me hacía aferrarme aún más a Hops, esa esa preocupación se mantuvo cuando vi extrañada cómo el señor Edwin terminó por acercarme a mi, sin querer me encogí con cierto temor a su tacto... Pero era solo una caricia... cómo las que daba Scarlett. El recuerdo me bloqueó la sonrisa, quedé angustiada, callada, melancólica con Hops en brazos, el recuerdo viviente de que Scarlett existió y me quiso, por más que me abandonara... para tener una vida mejor. Eso sí, cuando me dijo que quería hablar conmigo en privado me permití una sonrisa, tímida e insegura, pero risa al fin y al cabo. —Cuente conmigo —dije con esa voz suave, temerosa, pero firme a su manera. Cuando le respondió al chico pájaro, o a pájaro chico, mi preocupación volvió y quizá la confianza que le tenía a ese docente me permitió gritar mis preocupaciones, siempre aferrada a Hops. —¡Pero profesor, no puede hacer eso!— Mi preocupación era mayor y mi voz calmó su volumen cuando tuve su atención, volviendo a ser baja—, tiene que comer y dormir tan bien como nosotros— Miré de reojo a la criatura, preocupada, y esa preocupación, sin mucho rastro de temor incluso, cayó sobre mi profesor—, aunque sea un ave... Entonces el pájaro no demoró en mirarme, fue un mal entendido dijo, yo lo miré super extrañada y sorprendida, ¿Eso fue telepatía? ¡En fin, que Melania si había aceptado ser delegada de la clase! Le sonreí con ternura cuando dijo que haría su mejor esfuerzo, mi sonrisa más risueña y ampli dejaba ver que me faltaba un diente de leche. —¡Estoy segura que lo harás genial! —dije con ánimos, sin gritar en verdad, estaba alegre. Voté por mi amiga con la sonrisa suave en mi cara. >>Yo también trataré de ser una buena...— Miré el cielo, extrañada y reflexiva, me llevé un dedo al mentón—, ehhh... ¿Cómo se llaman los que siguen a los delegados? —voltee en busca de los ojos de Melania, confundida y confiando de que ella podría darme la respuesta que buscaba.
Edwin esbozó una sonrisa a la que siguió una risa que logró amagar a raíz de la reacción de Gavin al respecto, se dejó caer en su escritorio escuchando luego el sarcasmo de Setius. — Ya… e imagino que el golpeador tenía plumas de halcón y tu eras el golpeado para servirle de alimento ¿Me equivoco? Si te duermes, vas a la habitación, las horas de clase son para atender y cerrar el pico. Raiden, sin ánimo de ofender, veo que dominas tus poderes, has votado ergo… aquí no pintas nada ya, puedes retirarte, eso si… recomendaría que en las clases que a partir de ahora tengamos, vengas como humano y en tus ratos libres, hagas lo que te de la regalada gana dentro de las normas y el recinto escolar. Gracias por “abrirme los ojos, Colette” ahora, si te digo que calles, hazlo y sin réplica—. Dijo sin más para mirar a la pantalla— De acuerdo, delegadas Colette y Melania, perfecto, me omitíis el tener que darlos toda la perorata sobre lo acaecido, el resto, id donde gustéis, os avisaré cuando la reunión haya finalizado, vosotras dos, delegada y subdelegada, conmigo. Y así sin más, Edwin se levantó para dirigirse a la sala de reuniones. Contenido oculto De acuerdo erdo erdo, como habeis podido comprobar, debido a la votaciones, Melania ha salido delegada y, Colette subdelegada al ser las dos únicas que han tenido votación, por ello ahora tendrán responsabilidades extra dentro del instituto. Por el momento acompañarán a Edwin a la reunión que se hará. De cara al restoooo podéis decidir a donde ir, actualmente se hallan abiertas la biblioteca, el laboratorio y el patio. Cuando acabe la reunión, el instituto será todo vuesto para explorar a voluntad :D
Raiden Aula >> Patio Aguce los ojos por unos instantes, enfocadome de más en los gestos del Tutor, pero perdí por completo lo que significaría. <Bien> Tomé literal sus palabras al manejo de mis poderes, sin considerar el echo de que podría tratarse de sarcasmo o un insulto. <Yo, Raiden, vendré cómo humano> Prometí sin demasiado ánimo. Habla por ti Una réplica de Gavin que me era esperada, si es que incluyo lo logro atraer al aula, pero parece no haber entendido del todo mis palabras. Hablé por mí, no lo incluí. Además, la solicitud habla de 'venir', nada de cuando esté dentro... Me tomaba demasiado literal las palabras. <Si se acabaron las presentaciones>Dije ciertamente con cierta negatividad, siendo que fui el único que se decidió por hacerlo. Habrá otros momentos para conocerlos... <Me voy> Perdería el rastro de dos de los otros tres alumnos, razón por la cual decidí dejar una despedida media seca. Al momento en que abrí mis alas esa cierta molestia se esfumó de mí mente. Sentí emoción antes de volar. Labios o no, apostaría que se me podría notar una sonrisa. Afloje el agarre de mis garras al asiento y tiré levemente mí cuerpo hacia adelante, dirección hacía la puerta. Soltado de mí agarre, dejé la gravedad me atrapara por un pequeño instante, entonces el margen de un segundo batí las alas un gran número de veces. El interior estrecho no es exaptamente el mejor lugar para el vuelo, por ello me vi forzado a poner esfuerzo en mover las alas si no quería chocar contra los otros alumnos en el despegue. Pase por encima de la cabeza de las dos chicas, pasando a una distancia algo peligrosa mis garras de la cabeza de la mayor. La nueva delegada. Torpe No volví la cabeza hacia atrás, seguro de no haberla dañado, todo el tiempo mire hacía la puerta. Agregando más emoción y alegría al pensar que salir de este espacio pequeño, de ir a espacios a un abierto. El patio sonaba bien para un primer objetivo. Recordando la que hace tiempo fue mí escuela, ¿Habría ardillas en los árboles? ¿Nidos de otras aves? Y Gavin también se sintió más tranquilo. Se emociono, pero por razones algo diferentes. Llegaba el momento de ir dejándolo salir. Después de todo, él es quien caza.
Nada más abandonaron la sala de reuniones, Edwin, Colette y Melania regresaron al aula asignada. Estaba vacía y era imperativo que estuvieran todos allí para ser informados de los eventos de la reunión y de que se iba a hacer de ahora en adelante. Edwin se dejó caer en la silla, suspirando y mirando a sus dos delegadas. — Antes de llamar al resto, quizás os deba una disculpa primero a vosotras. Wissen es muy severo con la obediencia y me tiene cansado con el asunto de las insurgencias, es algo complicado pero necesito que estemos a una para precisamente poder avanzar como grupo, soy severo pero necesito que coopereis para poder mejorar vosotros como alumnos y yo como docente ¿me entendéis?—. Comentó con total sinceridad desde que entraron en el instituto. Al final, acabó por llamar a todos los alumnos al aula empezando a llegar uno a uno. — Antes de iniciar. Lamento ser tan severo, necesito que estemos juntos para mejorar, si soy estricto, es en parte porque necesito que exista disciplina para poder ir todos a una dentro y fuera de las clases, entiendo que es cansado y a veces os aburra, sin embargo no por mi, sinó por vosotros es que no permito dormir o distraeros. Cada pizca de información que se os otorga, aunque ínfima puede resultar crucial no solo para vuestro desarrollo como elegidos sinó también como personas, un dato puede suponer la diferencia entre éxito y fracaso en una misión. Yo ni siquiera fui un buen estudiante, de hecho era como vosotros pero a la hora de enfrentarme al mundo real y tener que aprender por mi cuenta, fue que hubiera deseado ser un alumno mucho mejor del que fui y no digo que seais malos alumnos, solo pido que confíeis en mi—. Comentó con honestidad. Una vez acabó eso, se aclaró la garganta y pidió que Melania y Colette se dirigieran al lado del escritorio de Edwin en lo que él se levantaba. — Como sabéis, o quizás no, en la prueba que hicimos de "supervivencia" todo salió de la peor forma posible debido a la presencia de Clever, nuestro instituto opuesto y Drakslon, un intruso que acabó por descuadrarlo todo debido a que no atacó solo a un bando sinó a los dos de manera indsicriminada. Gozaba de toda la información sobre nosotros y Wissen cree que se trata de una maniobra de Clever para desestabilizarnos más de lo que ya estamos. En principio no es algo que a vosotros deba afectaros directamente pero, si que os pido que nos comportemos como un grupo, pues, tanto si es cierto como si no, estamos bajo una amenaza que supera a los directores, por lo que, en nuestra situación actual no tenemos ni la más mínima oportunidad para derrocarlo—. Comentó con calma pero cno firmeza— Por ello, os pido que seais constantes y aplicados en los estudios, pues tenemos encima una amenaza bastante mayor aunque no sea inmediata, igualmente, vosotros no debéis inmiscuiros por el momento y nada va a cambiar vuestras vidas ni vuestra seguridad. Por el momento, seguid estudiando y fortalciéndoos y como tutor, es mi deber y mi anhelo ayudaros con vuestro desarrollo, solo espero que vosotros también lo pongáis todo de vuestra parte. ¿Algo que agregar, delegados? Contenido oculto Nawtuzk Mori Monpoke Ikoma-kun
Contenido oculto: Relleno> Gavin Raiden Patio Aletee y volé rápido por el pasillo, luchando por mantenerme en una ruta recta por el medio y altura. Fui siguiendo con cuidado las instrucciones de ruta del complejo auricular hacía mí destino. Voz, mapa holograma... Y más funciones de las que debería de tener. De todas formas, eso no tiene porqué importarme actualmente, no cuando finalmente llegaba a mí objetivo. El exterior. Apenas pase por el umbral y salí al Patio me sentí bien, liberado de una presión en fondo de mí mente que se inquietaba del espacio cerrado y estrecho. Gane altura y velocidad sin restricciones, rondando en un círculo amplio por el patio, feliz de intentar alcanzar el cielo. Llenar del aire del exterior mis pulmones. Sentir tanto el viento como los rayos del sol en las plumas. Ser capaz de elevarme por encima de todo. Es fantástico. Siempre lo es. Lástima no puede durar para siempre, que apesar de ser todo lo que deseo, este poder también viene con su lado no deseado... Fui bajando mí resistencia mental, me relaje, y en medio vuelo deje a Gavin tomar el control. Gavin Finalmente mí conciencia, a la retirada de la del chico, salió a la superficie y retome el control de MI cuerpo. Mis alas, garras, visión, olfato, plumas... Lo retome todo, el control era mio. Y yo no estaba para el disfrute. Dejé el vuelo brusco y ascendente del chico y me deje planear en el aire con practicada habilidad, descendiendo lentamente hacia la rama de un árbol. Tranquilo, pero alerta. Extendí las garras, controle la caída con las flemas de las alas y cola, y me deje aterrizar en una rama firme y grande. Probando, rasgue trozos de corteza de la rama usando las garras al irme posicionando. No estando habituado a posar en árboles y su corteza. Ladee la cabeza de lado a lado, antes de ubicar alguna presa, escuadriñe con mí visión el territorio desconocido por posibles amenazas. También hice uso de la audición, separando y descifrando cada sonido provocado. No me sentía demasiado cómodo y seguro con esta opción, el invadir y cazar en territorio de otro depredador. Del conocido como Director, quien manda por encima de los Tutores. Pero no todas las especies tienen opciones. El hambre se hacía presente y debía cazar, comer. Sobrevivir. Habiendo terminado de comprobar que no haya nada como una amenaza alrededor, cambie mí propósito y enfoque mis sentidos en detalles más específicos. Desde la altura del árbol, mire metros y metros de la hierva frente de mí. Para mí era más que solo un campo verde, podía ver cada una por individual, capaz de notar si algo se arrastraba entre ellas. Estaba listo para esperar, vigilar y encontrar, permanecer quieto a la vez que prestaba máxima atención al terreno. Esperando por un... ¡Movimiento! Inmediatamente, mí vista se centro en pequeño y alejado punto. Entre la hierba, moviéndose en un pequeño sendero animal, un roedor. Rechoncho y correteando tranquilamente, sin estar alerta al ir en busca de su comida. Tener de habitad este lugar parece haberle echo olvidar el miedo a los depredadores. No me había prestado atención. Se sentía seguro... Y eso es igual a muerte. Seguí con la mirada el sendero que tomaba, la velocidad a la que se movía y el donde podría dirigirse. Extendí las alas en sumo silencio, apenas apartando la vista del roedor, libere las garras de la rama y empecé a aletear con tal de ganar altura. Gane varios metros rápidamente y, para esta presa en particular, no creía necesitar demasiada altura o velocidad para cazarla. Pronto me posicione por encima del roedor, teniendo mí propia sombra de alas anchas cubriendolo. Rápidamente, antes de darle más tiempo en considerarse en peligro, plegue las alas, ajuste la posición de mis plumas y comencé mí caída en picada. Caía, ganando velocidad. Apunte, prestando sumo atención a cada movimiento, estaba enfocado llevando los sentidos al límite para algo que dudaría pocos segundos. Adelante las garras y extendí las alas al mismo tiempo para controlar la velocidad en el descenso. Cai, descendí... Seguí seguí y... Desgarre carne y hundí profundamente mis garras, tirando todo mí peso y velocidad sobre el lomo del pequeño animal. Aletee un par de veces inmediatamente, arrastrando al roedor clavado en mis garras, y dejé en velocidad muerta mí descenso. Aterrizando, fui por el roedor de mis garras y le rompí el cuello usando pico. Rematando en caso de que siga permaneciendo vivo. Rápidamente cubrí y oculte el roedor usando mis alas y, sin perder el tiempo, comencé a aracar pedazos con tal de comerlos. La calidez de la carne me hizo sentir satisfecho, orgullo por el éxito de la caza. De llenarme el estómago. Seguí comiendo, a un en sumo cuidado por los alrededores, comer en tierra puede resultar en peligro. Fui terminando mí comida, hasta que una voz inesperada casi me hace despegar... Era un mensaje, del tutor para volver al aula. No le preste atención y volví a terminar de devorar al roedor. Gavin... El chico había permanecido en silencio hasta ahora, sus intenciones me estaban claras. Quería que obedezca. No Hay que convivir No estaba empujando por el control, me estaba dejando elegir. Por ahora. Pero podía decir que es más importante para él. La negatividad y conflicto no es algo que me acostumbre a sentir, la vida puede resultar cruel. Puede ser peligrosa, pasar hambre, frio y soledad. Es así como es, y la acepto como tal, era capaz de soportarlo. Pero está... Está vida aquí mismo no es la vida la cual acostumbro. Seguridad, comida, calor, compañia... A cambio hay reglas, obligaciones y seguir órdenes. Podrá ser mejor, superior a vivir en la naturaleza, pero no me gustaba. No comprendía nada de este nuevo entorno y sonaba demasiado blando. Opciones opciones... No existen. Quedarme y luchar con el chico por el control o ir, encerrarme en un espacio cerrado. Ambas acaban conmigo prisionero. Bien Acepte no del todo contento. Gavin Aula Era capaz de recordar la ruta de regreso, así fui capaz de volar hasta esa aula volando. Pase por la puerta y di un pequeño círculo en ese espacio, buscando donde aterrizar. No hiba a tomar el asiento, demasiado bajo. Me decidí por un objeto alto en una esquina (armario) y me coloque encima de ella, elevandome por encima de todas las cabezas. Llegando, el Tutor hablo. Hablo bastante. Huh... Lo sentía incomodo, como si hubiera sido atacado por las palabras de Tutor. No lo comprendí, ¿Por qué sentirse incómodo sino hablo de él? No mostré ninguna acción en conversar, escuché, pero no eran más que palabras. Podrían llevar a algo mayor en futuro, tal como dice, y hasta entonces... ¿Una amenaza a este lugar? Nada nuevo, me es normal que las amenazas sean constantes. Y tampoco es que ambos esperamos permanecer aquí tanto tiempo. Aunque me interese en la parte de desarrollo, fortalecerse. Esos serían beneficios que puedo aceptar. Contenido oculto Casi todo relleno... Todo inútil. Pero lo queria escribir y lo escribi
Setius <<Me comporté de forma estúpida, no creo que a este paso pueda convivir con los demás si mantengo esa forma de actuar. Será mejor que me tome esto con mayor seriedad, al final tarde o temprano ocuparé de la ayuda de alguien u ocuparán de mi ayuda. Todos son una herramienta por más que no lo quiera aceptar.>> Divagó el muchacho en los pasillos cerca del aula, esto mientras caminaba y miraba con detalle los alrededores. <<¿Qué son capaces de hacer todos ellos, cual serán sus limites?>> se preguntó a si mismo con curiosidad.
Silencio… esa fue toda la respuesta que escuchó el mismo Edwin ante su explicación y eso, de alguna manera, le gustaba. Había ignorado el hecho de que Gavin se había posicionado en un lugar completamente distinto al que debería, aunque ya sabía que era de la clase de persona a la que era mejor tenerle paciencia por si cambiaba y si no, dejarle por imposible y, pese a que no le hacía gracia, no le quedaba más remedio si quería mantener a sus alumnos quietos y calmados. Los delegados tampoco agregaron nada, por lo que Edwin acabó suspirando. — De acuerdo, en ese caso… podéis tomaros el resto del día libre. El instituto es vuestro hogar y las clases se han quedado suspendidas hasta mañana. Los nuevos podéis hacer lo que gustéis, no hay límites, aunque antes, necesito que me sigáis—. Comentó el profesor levantándose del escritorio para salir de la puerta del aula y caminar por los pasillos hasta llegar a una puerta al final del salón de clases, la abrió. Contenido oculto O papel continua nos corredores (Vamos, que el rol sigue en los pasillos) ¿Que porque lo he dicho el portugués? ni idea, ni yo mismo me entiendo (?)
Contenido oculto: Alter-ego —¿Se encuentra bien, profesor? —pregunté caminando hasta él y detenerme cuando sentí que mantenía una distancia prudente, a diferencia de muchas veces, ahora sostenía a Hops cómo Scarlett me sostenía de bebé: Cuidando que su cabeza no callera por un costado, mi mirada preocupada, no temerosa, era clara para el profesor. Escuché sus palabras atenta y cuando terminó no pude hacer más que sonreír con ternura, con un suave "Uhmhu" asentí con la cabeza, siempre daría lo mejor de mí en todo lo que pudiera. Cuando los alumnos empezaron a llegar me senté en el mismo puesto que la última vez, mis ojos incosncitemente miraron a un pupitre lejano a mi costado... ¿Dónde estaría el chico pájaro? Apenas me lo cuestioné, mirando un poco preocupada el puesto vacío, escuché un aleteo que me hizo abrir los ojos y un poco la boca, volteé a la entrada y cuando vi al pájaro volar no pude evitar sonreír. Solté una risilla tímida y balancee los pies con alegría. Aferré a Hops contra mi cuerpo, apoyé mi mentón sobre mi cabecita y lo solté una de mis manos para saludar con un ligero movimiento de mano al pájaro que se posó en lo alto de un mueble, luego de eso volví a abrazar a Hops y presté atención a las palabras del profesor. No demoré en que la preocupación cubriera mis facciones, recordar aquella batalla no era agradable, pero la vida se encargaba de causar amargor por más que ni quisiéramos. A medida que hablaba tensé los labios con temor, mi agarre sea afianzó a mi conejo y su cabeza cubrió bien de cerca la mitad de mi rostro. Mis ojos veían con gran inseguridad al profesor, no por él, si no por todo lo que imaginaba mi cabeza a través de lo que decía. Siempre había sido buena con imaginar cómo irían las cosas. Miré al profesor Edwin con inseguridad cuando pidió que fuéramos hacia adelante. Sin rechistar, pero con cara angustiada y cabizbaja, me levante para ir hacia él, a mitad de camino inhalé hondo, mi corazón palpitó junto con otros... Tenía miedo... estaba aterrada. Alcé la cabeza, ojos cerrados, inhalé hondo, exhalé. Mis pasos, calmados, pero de un firme andar, giraron mi cuerpo hasta que quedé delante de todo el curso, exhalé con suavidad y mi cara seria, casi desatendida y aburrida cayó sobre la persona más cercana a mi punto de vista... Volví a mirar con inseguridad, de reojo, al profesor para escuchar qué tenía que decir. La seguridad con la que hablaba me la trasmitía a mí, así que cuando volví a mirar al frente, curiosa de cómo reaccionaban los pocos compañeros que teníamos, mi mirada era tan seria que, sin saberlo, era una actitud anormal en una niña de mi edad, pero no era extraño en una persona que cargaba con la experiencias que tenía. Little Sunshine era un rayo de esperanzas para niños abandonados en tierra de nadie, obedecías o te sacaban, tenías que pelear por tu comida, tenías que entrenar por tu dignidad, tenías que obedecer por tu bienestar. Astros omnipotentes, seríamos estrellas extintas en el firmamento si no dábamos todo lo que teníamos. Poco importaba tu edad, originen y futuro: El destino de creaba donde las manos sangraban. Miré de reojo, insegura, al profesor cuando nos dio la palabra, no estaba segura que decir, pero si estaba segura de que Melania no se quedaría sin decir lo que creía, ¿Verdad?... pero sus palabras no llegaron, le miré preocupada, extrañada, pero luego tensé mis labios incomoda, cerré los ojos, inhalé hondo, contuve el aire y miré un poco hacia el techo en vez del rostro de mis compañeros. —Tenemos que dar lo mejor —dije firme, pero mi voz era tímida, muy aguda, no se escuchaba: No servía. Miré al frente, más firme, mis ojos reflejaban eso, no estaba aferrada a Hops: Sostenía a Hops con firmeza, de igual manera hablé—, nadie les cuidará las espaldas y cualquiera podrá atacarles por esta, así que sí defienden las espaldas de sus compañeros, tendrán un punto ciego menos...— Silencio, voltee a ver a Melania, el rostro infantil serio fue cambiado por una sonrisa enternecida, ingenua y compasiva—, ¿Cierto, Melania? —cuestioné. Si eso era todo, la chica podría dar el cierre. Yo solo era la segunda al mando de quienes representaban a los alumnos... quién lo diría. Una niña jugando a ser capataz.
