Three-shot de Pokémon - Ash vs Tobías, ¡el duelo final!

No debería estar haciendo esto, pero mientras me bañaba se me ocurrió una idea, ¿qué pasaría si Ash se enfrentara a Tobías de nuevo?, lo pensé bien y acá está el resultado de esta divagación.



El combate final


Parte 1


Esperé mucho tiempo para este momento, luego de varios meses llenos de complicaciones y entrenamiento finalmente voy a tener la oportunidad de mostrar mi valor. Suspiré profundamente mientras alistaba mis cosas dentro del camerino, la noche pasada mis amigos me hicieron una gran fiesta para animarme y desearme toda la suerte del mundo.


Hoy era la gran final del torneo intercontinental pokémon, entrenadores de todas las regiones participaron con el objetivo de ser el campeón mundial. Desde Kanto hasta Kalos, incluyendo las más remotas islas y demás archipiélagos, más de cinco mil participantes se fueron eliminando mutuamente hasta que solo quedamos dos.


Yo, Ash Ketchum y Tobías, el entrenador legendario, un viejo rival que conocí durante mis viajes en la región Sinnoh. Se podría decir que éramos los más poderosos, mejores que la élite 4 y campeones de regiones anteriores.


—¿Estás listo, Pikachu? —Le hablé a mi inseparable compañero, éste asintió lleno de energía mientras daba unos golpecitos al aire, como si estuviese imitando a un boxeador. Tras alistar mi gorra salí por el pasillo que conducía al estadio principal, el recinto se encontraba en la región Kanto y yacía iluminado por cientos de luces artificiales, adornos dorados y una enorme copa hasta el fondo del lugar.


Sí, este escenario era el perfecto para un duelo de campeonato. En las gradas estaban todos mis amigos, personas que apreciaba mucho y me enseñaron el valor de la amistad. No podía contarlos a todos.


—¡Ash, da tu mejor esfuerzo! —exclamó Serena, pude verla a ella junto a Eureka y Citrón, mis acompañantes de la región Kalos. A lado de ellos vi a Brock, May, Dawn, Gary, Iris y por supuesto, mi madre. En la segunda fila VIP estaban algunos viejos rivales, pero bueno, centrarme en ellos no me convenía en lo absoluto, no antes del gran encuentro.


—Claro… —levanté mi mano diestra para responderle a Serena, ella alentó a mis demás amigos para gritar, un gesto bueno de su parte.


—Luces diferente, Ash. —Mi oponente apareció del otro lado del campo, Tobías lucía igual a como lo conocí, con un aura misteriosa y llena de poder. Vestía esa capa negra que me recordó a los súper héroes que veía en mi niñez, su cabello negro tapaba su ojo derecho y obviamente le daba un aspecto respetable. Tobías logró ganar una liga pokémon usando solo a dos miembros de su equipo, de hecho, llegó a la final con Darkrai nada más, justo como hace cuatro años.


—Tú no cambiaste mucho, Tobías, sigues siendo igual de fuerte —respondí.


—¡Bienvenidos al duelo final de este torneo mundial!, en la esquina roja tenemos al misterioso entrenador Tobías, llegó a la final usando solo un pokémon, por lo tanto, el resto de su equipo es un misterio. En la esquina azul está el entrenador del momento, ¡Ash Ketchum!, tras una serie de batallas intensas el respetable joven de Pueblo Paleta se ha ganado su merecido lugar en la final.


La presentación no duró mucho, habíamos ganado muchas batallas para llegar hasta aquí por lo que sobraban las palabras. Me sentía emocionado, soñé con este momento desde que inicié mi viaje hace doce años y vi ese combate entre Gengar contra Nidorino. De hecho, ver esa pelea hizo que perdiera el horario de asistencia para recibir un pokémon inicial y me reunió con Pikachu poco después.


Sí, mi vida cambió desde el momento en que lo conocí, desde ese entonces pasamos innumerables aventuras, viajes y amigos extraordinarios.


—Mucha suerte, Tobías.


—Lo mismo te digo, Ash, de todos los oponentes a los que me he enfrentado debo reconocer que tú eres el más poderoso. Es un honor luchar contra ti.


No había nada que decir, ¡era hora de empezar la pelea!, ambos esperamos la señal del referí para sacar a nuestros pokémon e iniciar el combate final.


—¡Empiecen! —exclamó el árbitro.


—¡Ve, Entei! —Tobías fue el primero en liberar a su pokémon, como lo supuse, su equipo debía estar compuesto de legendarios y demás criaturas misteriosas. El imponente pokémon soltó un rugido lleno de llamas y esplendor, al verlo mi sangre se calentó de la emoción, ¡no todos los días me enfrentaba a un legendario en un torneo oficial!


—¡Vamos, Krookodile! —Mi primer pokémon fue un tipo siniestro/tierra, el motivo no tenía nada que ver con la diferencia de tipo, sino por algo más profundo, sabía que Krookodile podía manejar esto. Sus lentes negros lo hacían ver aún más intimidante de lo normal, de hecho, al salir de su pokébola el lagarto agitó su cola de un lado a otro para intimidar a su rival.


—¡Entei, usa fuego sagrado! —La boca del pokémon legendario empezó a brillar con un resplandor azul, de inmediato pensé en una buena forma de esquivar y contraatacar al mismo tiempo. Entonces se me ocurrió algo bueno…


—¡Krookodile, usa excavar para evadir su movimiento! —De inmediato mi enorme amigo se metió bajo la tierra justo a tiempo, el fuego sagrado pasó de largo y se estrelló contra el muro sur del estadio. Tobías no dijo nada, se quedó esperando de brazos cruzados mientras analizaba la situación, ¿acaso no sabía qué hacer?, ¿o solo quería confundirme?


En todo caso, Krookodile atacó a Entei por abajo, creí que la gran bestia sagrada se haría a un lado para seguir luchando, no obstante, recibió de lleno el movimiento súper eficaz. Sonreí lleno de gloria, pero no contaba con lo que sucedió después.


—¡Entei, usa pisotón! —El golpe que mi pokémon propinó mandó a volar a Entei dos metros por el cielo, desgraciadamente, el legendario cayó encima de mi compañero con todo su peso, atrapando así a Krookodile. Tenía que pensar en algo rápido, ¡de lo contrario podría llevarse un golpe mortal!, vamos, necesitaba encontrar la manera de liberar a Krookodile antes de que fuese demasiado tarde.


—¡Krookodile, libérate usando terremoto! —Las garras del cocodrilo terrestre golpearon con fuerza el suelo, al hacerlo todo el piso empezó a moverse de un lado a otro, desestabilizando a Entei el tiempo suficiente para escapar. Krookodile se escabulló de inmediato, en seguida lanzó una mordida contra su emblemático adversario.


—¡Entei, quema todo el campo de batalla con estallido!


—¡Usa enfado antes de que destruya el campo! —Los ojos de mi pokémon se tornaron rojos, posteriormente se lanzó con toda su furia hacia Entei, lo vi lanzar coletazos, zarpazos, mordiscos e incluso patadas. Fue un ataque desenfrenado, ya que “enfado” sacaba todo el poder físico del pokémon y lo lanzaba en una ráfaga brutal. Ni siquiera la majestuosidad de Entei pudo detener la carga suicida de mi compañero, pude ver como el legendario era totalmente apaleado por mi pokémon descontrolado, Tobías no podía hacer nada, todas las órdenes que él le daba a Entei fueron ignoradas, ya que éste solo se concentraba en evadir los constantes golpes que Krookodile mandaba.


—¡Entei, toma distancia! —Pero fue inútil, tras veinte segundos de una paliza injusta el pokémon legendario cayó derrotando, dándome así la primera victoria del encuentro.


—Entei ya no puede continuar, Krookodile es el ganador. —Por desgracia, enfado tenía un efecto secundario, tras acabar la furia ciega el pokémon quedaba confundido y con cierto peligro de golpearse a sí mismo, para colmo las reglas del torneo no me permitían cambiar de pokémon en medio del combate. Usar enfado era un arma de dos filos…


—¡Lo lograste!, ahora trata de respirar un poco para que se te pase la confusión. —Krookodile se agachó y agitó su cabeza de un lado a otro, Pikachu también le gritó para que recuperase el sentido del todo.


—Sorprendente, pero esto no ha terminado, Entei, regresa. —Tobías devolvió a su compañero derrotado a la pokébola, posteriormente sacó una bola maestra y sonrió con orgullo —. ¡Es tu turno, Regice! —Otro legendario apareció en el campo de batalla, había visto a esa especie antes e incluso tuve la oportunidad de luchar contra dicho pokémon, por lo tanto no era invencible ni nada por el estilo. Tras mover el marcador el juez nos dio luz verde para seguir combatiendo.


—¡Krookodile, usa garra dragón! —A pesar de la confusión mi pokémon pudo atacar a su adversario sin ningún problema, no obstante, la técnica apenas tuvo efecto en Regice, Tobías sonrió amargamente mientras me miró a los ojos con cierta superioridad.


—No vas a romper la defensa de Regice con un ataque tan débil, ¡rayo de hielo! —El gigante congelado colocó sus manos hacia el frente, al hacerlo un poderoso rayo impactó sobre mi pokémon y para colmo, la diferencia de tipo hizo efecto de inmediato. Krookodile cayó de rodillas y fue incapaz de ponerse en pie, dándole así la victoria a Tobías.


—Krookodile es incapaz de continuar, ¡Regice gana!


—Regresa, hiciste un buen trabajo venciendo a Entei, déjanos el resto a nosotros. Pikachu, Regice es un oponente formidable, ¿no lo crees? —Ver un reto tan complicado no me desanimó, sino todo lo contrario, sonreí con gran emoción mientras pensaba en mi siguiente plan. La fuerte defensa helada iba a ser un problema, necesitaba un poder lo suficientemente fuerte para romperla…


¿O no?


¿Qué tal si en vez de fuerza bruta usaba algo más refinado?


—Vamos, Noivern. —La reacción del público no se hizo esperar, todos quedaron confundidos con mi elección, ya que un tipo dragón-volador poseía una tremenda desventaja ante un tipo hielo. Pude escuchar varios comentarios desde la tribuna, algunos me decían loco, otros que había sido víctima de la presión, sin embargo, aquellos que conocían mi estilo de lucha seguramente se vieron algo venir —. Démosle a Tobías una desagradable sorpresa, compañero.


—¡Regice, usa rayo de hielo! —ordenó el entrenador rival.


—¡Esquívalo y usa chirrido! —Noivern voló rápidamente hacia la izquierda, al hacerlo el rayo pasó de largo, en seguida sus enormes orejas empezaron a emitir un chirrido molesto que no hizo ningún efecto en Regice, al menos a primera vista.


La defensa del pokémon legendario era formidable, tanto que el ruido que emitió mi dragón apenas fue identificable para él, algo obvio de descifrar ya que Regice carecía de orejas o algún orificio auditivo. Las órdenes seguro las escuchaba por otro método, sin embargo el chirrido no se detuvo, continuó sonando con gran fuerza.


—¡Regice, usa fijar el blanco! —Una mira de francotirador apareció sobre el pecho de Noivern —. ¡Ahora electrocañón!


—¡Contraataca con pulso dragón! —Ya no podía esquivar el ataque, por ende, solo me quedaba regresar el fuego con fuego. Los dos ataques colisionaron con gran fuerza, al principio tenían la misma potencia, por desgracia el poder del legendario lentamente fue superando al de mi dragón, necesitaba darle más poder a Noivern para darle un giro al encuentro.



—No desistas, ¡incrementa la potencia! —Tobías se mantuvo firme, él confiaba en su compañero para seguir adelante, pude ver como la determinación inundaba su mirada y yo, por otro lado me estaba poniendo nervioso. La memoria de nuestro último encuentro apareció sobre mi cabeza…


—¡Ash, recuerda tu entrenamiento en Kalos! —La voz de Serena me sacó del recuerdo, ella gritó con tanta fuerza que pude escucharla incluso entre la multitud, fue ahí donde recordé una vieja cesión de práctica que tuve con Noivern cuando recién evolucionó. La ventaja que más me daba era el sonido, por lo tanto, necesitaba usar sus ondas sonoras para incrementar el poder de los ataques.


—Eso es… ¡Noivern, usa estruendo sin soltar el pulso dragón! —Mi pokémon soltó un grito estremecedor, al hacerlo movió las alas con mucha intensidad, tanto que incluso yo tuve que taparme los oídos y aferrarme al piso. Tobías se sorprendió, su mirada confiada desapareció y fue reemplazada por una repleta de preocupación.


—¡Regice, mantente firme! —Pero su orden apenas fue escuchada, las ondas sonoras no dañaron a Regice, pero las vibraciones de dichas ondas sí, al ser una masa sólida de hielo empezó a romperse poco a poco, no afectaba la vida del pokémon pero sí su desempeño en combate. Las grietas en los brazos y pecho del gigante helado disminuyeron su fuerza en gran medida, tanto que su electrocañón desapareció, por consecuente el ataque de mi Noivern impactó directamente.


—¡Termina con lanzallamas!


—¡Usa amnesia!


La defensa especial del enemigo incrementó de forma considerable, aún así, la debilidad de las grietas no se hizo esperar. El lanzallamas de mi dragón tuvo un efecto devastador en el pokémon legendario, tanto que acabó por desplomarse hacia atrás sin fuerza alguna, dándome la segunda victoria del encuentro y colocando el marcador dos triunfos contra uno.


—Regice no puede continuar, el ganador es Noivern.


—¡Lo hicimos, Noivern! —Le di un fuerte abrazo a mi dragón, éste sonrió y agitó sus alas en señal de victoria. Parecía que fue ayer cuando lo vi nacer, era un Noibat muy llorón y tenía problemas para volar, ahora era todo un campeón listo para cualquier desafío.


—Regresa, Regice, lo hiciste bien. —Tobías devolvió a su compañero y en seguida suspiró —. Me sigues sorprendiendo, Ash, esto es lo que he estado esperando, un verdadero desafío, alguien que sea capaz de llevarme al límite para mejorar como entrenador. ¡Vamos a subir al siguiente nivel, Cobalion!


Otro pokémon legendario, el líder de las tres espadas sagradas y uno de los guerreros del pasado, ¿cómo llegó a ser amigo de Tobías?, bueno, ya vencí a dos legendarios, ¡podía vencer más!


—Noivern, ¡usa estruendo una vez más! —Las ondas sónicas atacaron con todo su poder a Cobalion, no obstante, no tuvo mucho efecto debido a la desventaja de tipo, a diferencia de Regice, Cobalion era mitad acero y eso le daba cierta resistencia ante mis ondas sonoras. Aún así, Noivern siguió gritando con enorme fuerza, pude sentir su determinación y ganas de ganar, por ende, no podía retroceder ante nadie.


—Represión de metal… —Un poderoso rayo salió disparado del cuerno contrario, Noivern evadió el golpe justo antes de que acertara, por desgracia el bombardeo apenas comenzó —. ¡Sigue usando represión de metal! —Cobalion continuó atacándonos con una repetición de movimientos, Noivern hizo bien al esquivar con su envidiable velocidad y también buscó una abertura en su defensa.


Respiré profundamente, no podía arriesgarme a un ataque frontal ya que la fortaleza de Cobalion superaba a la de Noivern, al menos en poder bruto. Aún así, evadiendo sus golpes no íbamos a conseguir nada, ¡llegó el momento de la acción!


—Noivern, ¡contraataca con lanzallamas! —Mi dragón lanzó fuego directo al cuerno del pokémon enemigo, de inmediato éste se vio forzado a evadir y dejar de bombardearnos. ¿Por qué dudé hace rato?, siempre he sido fiel a mi estilo riesgoso y valiente, aunque mis amigos dijeran que era una novatada yo no lo veía de esa forma. Confiaba en la fuerza de mis pokémon y por ello realizaba planes carentes de sentido común, pero llenos de corazón.


—Cobalion, ¡danza espada! —Varias espadas aparecieron alrededor del pokémon legendario, pude sentir como su poder de ataque incrementaba de manera considerable, para colmo, Cobalion era considerado una de las tres espadas legendarias. Emplear “danza espada” le quedaba como anillo al dedo.


—¡Noivern, vuela más alto y usa lanzallamas de nuevo! —Debía terminar el encuentro de una vez por todas, ahora que mi rival se potenció era susceptible a un golpe fulminante. Mi dragón lanzó su ataque a gran velocidad, gracias a la ventaja de tipo cualquier daño provocado por fuego será súper eficaz, ¡no había nada que perder!, ¿o sí?


—¡Usa represalia! —Rayos…


Gracias a danza espada y la derrota de Regice el poder de represalia incrementó de forma absurda. Cobalion dio un salto de ocho metros con su movimiento cargado y sin mayor problema atravesó la capa de fuego creada por Noivern, me quedé sin palabras, fue un golpe brutal, el cuerno de Cobalion impactó en el pecho de mi dragón dejándolo sin aire y derribándolo con frialdad al suelo.


—¡Noivern, no! —grité, pude ver que mi compañero hizo el intento de pararse, por desgracia la caída fue mucho para él…


—Noivern no puede continuar, Cobalion gana.


—Buen trabajo, amigo, descansa. —Devolví a Noivern con una sonrisa, haber vencido a Regice a pesar de la desventaja fue algo digno de halagar, este combate volvió a estar empatado. Las cosas no lucían bien para mí, Cobalion todavía conservaba el bosteo de energía, aparte, existía la posibilidad de que mis pokémon no resistieran un impacto como el anterior.


Repasé las opciones dentro de mi cabeza…


Carecía de un pokémon con la defensa suficiente para resistir un golpe de Cobalion, podía estar seguro de que era 1-hit KO. Entonces, solo quedaba vencerlo a base de velocidad.


—¡Pikachu, yo te elijo! —Pikachu era mi primer pokémon y también un querido amigo, confiaba en él ya que pasamos muchas aventuras juntos.


Sí, se podría decir que era mi reflejo hecho pokémon, los dos sabíamos lo que pensaba el otro sin necesidad de usar palabras. Logramos superar las pruebas del destino para poder llegar a esta gran final, dejarlo fuera de la alineación titular sería un insulto para nuestra larga amistad. Quizá no era el pokémon más poderoso, pero confiaba en él y eso era suficiente para lanzarnos a la batalla como en los viejos tiempos.


—¡Cobalion, usa cabeza de hierro! —El pokémon legendario cargó usando todo su poder, sin embargo, necesitaría ser más rápido si buscaba tocar a Pikachu.


—¡Evade y contraataca con rayo! —La velocidad de mi inicial fue superior a la del rival, Pikachu se desplazó en diagonal para evadir el ataque y luego lanzó un poderoso rayo hacia las patas de mi oponente. Sabía que Pikachu no podía competir en un combate de poder a poder, debido a ello mi estrategia consistía en reducir su velocidad y buscar la parálisis antes de recibir algún impacto premeditado.


La técnica de Pikachu apenas y surtió efecto en Cobalion, nuevamente la diferencia de tipos le daba mayor ventaja a mi adversario. Aún así, Tobías no se confió ni lanzó a su pokémon a la primera oportunidad, de hecho se mantuvo calmado para tratar de descifrar mi estrategia. Después de todo, esta era la final del torneo intercontinental pokémon.


—Cobalion, ¡usa espada santa! —El cuerno del contrario volvió a brillar, no obstante, sonreí ligeramente al ver la oportunidad perfecta para contraatacar.


—Pikachu, ¡salta usando bola voltio! —Tobías quedó confundido ante mi jugada, Pikachu saltó muy alto gracias al impulso de mi ataque, evadiendo así la espada santa del rival. Pero eso no fue todo, gracias a que Pikachu estaba en el aire tenía la oportunidad perfecta para conectar un golpe crítico —. ¡Ahora usa onda trueno! —Pude haber usado rayo, sin embargo, la ventaja de tipos no causaría mayor daño que un rasguño. Pero onda trueno era diferente, la intención de mi ataque no era provocar daño, sino alterar el estado del rival. Cobalion no pudo esquivarlo, le resultaba imposible hacerlo gracias a las leyes de la física.


—No me esperaba eso, ¡pero cometiste un error, Ash! —Pikachu cayó encima de Cobalion, a pesar de haber recibido el ataque y quedar paralizado todavía podía moverse…


—¡Pikachu, sal de ahí! —Todo fue inútil, Cobalion golpeó a Pikachu usando su cuerno con tanta fuerza que lo mandó a volar ocho metros hacia el frente. Quedé petrificado, aún paralizado realizó un golpe crítico capaz de vencerlo sin mayor inconveniente. ¿Acaso Cobalion no tenía un punto ciego?


—Pikachu no puede pelear, Cobalion gana. Tomaremos un descanso de quince minutos para que los entrenadores replanteen su estrategia.


Caminé hacia el muro norte para recoger a mi amigo, Pikachu se levantó muy triste ya que no esperó perder de un solo golpe. Aún así le sonreí, él dio su mayor esfuerzo y además logró paralizarlo. De haber estado en su máxima condición podría haber acabado con todo mi equipo como Darkrai lo hizo en el pasado, tener una ventaja de estado me relajó un poco.


—No te preocupes, voy a ganar este combate.


Dejé a Pikachu en una de las bancas para que descansara, posteriormente me senté a su lado y busqué alguna forma de vencer a Cobalion. Su poder de ataque no desapareció, ya que Tobías no lo devolvió a su pokébola, de hecho seguía teniendo el inconveniente de 1 hit KO.


Rayos, volví a sentirme como en aquel duelo en la liga Sinnoh, en aquella ocasión di todo de mí para ganar y aún así fui vencido sin mayor problema. ¿Acaso mi camino en la liga terminaba aquí?, ¿qué tal si Cobalion vencía a todos mis pokémon de un golpe?, necesitaba vencerlo rápido para no caer víctima de sus poderosos ataques.


Bajé mi cabeza y comencé a desanimarme poco a poco, el panorama no pintaba bien, había perdido la ventaja que tanto me costó ganar. Mis pensamientos se nublaron y mi determinación flanqueó, estuve a punto de caer en pánico hasta que escuché la voz de mis amigos allá en las gradas.


—¡Ash, no te rindas! —Brock rara vez gritaba en los combates, verlo allá arriba gritando y moviendo banderas me animó un poco.


—¡No seas un niño y gana, Ash! —Iris me apoyó a su manera, pude ver a la joven entrenadora dando saltos en su asiento como un Mankey furioso.


—¡Vamos, Ash! —Eureka no paró de animarme también, Dawn de inmediato se puso un traje de animadora y comenzó a cantar porras en mi nombre, May la acompañó en una extraña coreografía. Sonreí un poco al ver a mis amigos reunidos, ellos me impulsaron hasta la cima y no podía defraudarlos ahora.


—Ash, la receta de la victoria está en tus manos. —Cilan mostró sus ánimos hacia mí de una manera particular también, no por algo era un conocedor pokémon de primer nivel. Citrón creó un robot gigante que también soltaba cánticos en mi nombre, ¡se veía genial!, en verdad la ciencia era grandiosa.


—¡No te rindas hasta el final! —Serena me dijo el lema que tantas veces usó durante sus espectáculos pokémon y en la liga Kalos, no, incluso desde mucho antes. En aquel campamento pokémon donde ayudé a la chica del sombrero de paja, una simple frase que acabaría por convertirse en mi lema personal y en el de varias personas más.


“No te rindas hasta el final”


Serena estaba en lo correcto, nunca en mi vida me he rendido ante nada ni nadie…


¡Y no iba a empezar hoy!


Fin de la parte 1

Muy bien, esta fue la primera parte de la batalla, esperen mañana o pasado el final... ¿Logrará Ash coronarse campeón?, ¿O Tobías volverá a vencerlo?

Las posibilidades de nuestro héroe son pocas... :3

En fin, ¿qué les pareció el escrito?, ¿cuál fue su parte favorita?

 

Les tengo la segunda parte de este two-shot, no les digo más y mejor lean por ustedes mismos.



Parte 2


Los quince minutos me permitieron despejar la mente para buscar distintas alternativas, la fuerza de Cobalion era superior a todo mi equipo, de hecho no me sorprendería si acabase con todos mis pokémon de un solo golpe. Sin embargo, una batalla no solo se decidía por fuerza bruta, se necesitaba estrategia y valor para afrontar dichos retos de frente.


Esta no era la primera vez que estaba contra las cuerdas, en diversas ocasiones estuve a punto de perder contra rivales de gran envergadura y fue gracias a mi confianza y amistad con los pokémon que logré darle la vuelta al marcador. En fin, tras haberme animado con las palabras de mis amigos me dirigí hacia el borde del campo, nuestro descanso terminó y ahora tocaba volver a pelear.


—El encuentro será reanudado justo ahora, competidores sigan la batalla.


—¡Cobalion, vamos! —El pokémon seguía paralizado y con el aumento de ataque gracias a danza espada, aún así, ya sabía qué hacer para deshacerme de ese molesto pokémon legendario.


—¡Charizard, yo te elijo! —Mi elección ahora sí fue por la ventaja de tipo, Charizard poseía dos atributos que eran superiores al de mi oponente, además era de mis pokémon más poderosos. Nuestro lazo se pondrá a prueba en la gran final del torneo intercontinental, de hecho, mi querido compañero liberó un lanzallamas hacia el cielo para mostrar su determinación ante mí, por suerte no me lo lanzó como en el pasado…


—¡Cobalion usa espada santa! —El pokémon enemigo cargó con toda su fuerza, incluso bajo los efectos de la parálisis su velocidad apenas se vio mermada, no obstante, Charizard emprendió el vuelo y de un solo aletazo voló por los aires, evadiendo así el primer ataque enemigo. Ya sabía que Cobalion podía saltar a grandes distancias, por lo tanto no iba a cometer el mismo error que hice en el combate con Noivern.


—Charizard, mantente volando en zigzag para que no te alcance. —Cobalion no podía usar sus tremendos saltos si no tenía un blanco fijo, incluso si lograse saltar existía la posibilidad de fallar ante los movimientos de mi pokémon. Pero esquivar no era mi estilo, por lo tanto llegó el momento de pasar a la ofensiva otra vez —. ¡Charizard, usa lanzallamas mientras vuelas y apunta al piso! —Una táctica poco original, pero funcionaba, lo hizo durante mi duelo con Gary en la liga Johto, además, un piso caliente no era bueno para los tipo acero.


—Esto no es bueno, Cobalion, salta para no quemarte. —Sin embargo, el pokémon se resintió de la parálisis, por ende sus piernas comenzaron a quemarse por lo caliente de la superficie. Tobías entendió el peligro en el que se encontraba, de no hacer algo rápido su compañero podría terminar acabado por el dolor de las quemaduras en sus patas —. ¡Cobalion, usa espada santa en el piso para sacar el suelo caliente de tus pies!


El pokémon golpeó el suelo con gran poder, sin embargo al hacer eso dejó un hueco en su defensa que pude aprovechar perfectamente.


—¡Charizard, usa llamarada! —Mi pokémon lanzó su técnica directamente al adversario, creí que eso bastaría para ganar el combate, pero me equivoqué. Tobías no cayó tan fácilmente en mi jugarreta.


—¡Recibe su ataque con espada santa! —Cobalion demostró porque era un pokémon legendario, cualquier otro rival habría caído debilitado con el poder de la llamarada, pero Cobalion se mostró firme. Su enorme cuerno recibió el fuego y al mismo tiempo usó toda la fuerza de su pokémon para desviar el ataque hacia otro lado —. ¡Contraataca con onda certera!


—Dos podemos jugar el mismo juego, ¡regrésale la onda certera con cola dragón! —La cola de mi pokémon volador brilló con un resplandor morado, posteriormente lanzó un coletazo directo a la esfera de energía que Cobalion liberó. Fue un movimiento de película, como si estuviesen jugando voleibol extremo (chiste local) en ciudad Carmín.


—Cobalion, ¡evade! —A duras penas el líder de las espadas sagradas pudo desplazarse en reversa, aún así, dejó su defensa abierta para cualquier remate de mi parte. ¡Era la oportunidad perfecta!, gracias a la parálisis Cobalion necesitaba tres segundos extra para realizar cualquier movimiento, por lo tanto, en el momento en que él tocó suelo otra vez fue el momento ideal para terminar con esto.


—¡Lanzallamas! —Charizard rápidamente comprendió mi plan, el pokémon fuego/volador disparó su técnica directo al pecho del enemigo, Cobalion no pudo esquivarlo a tiempo y por ende cayó al suelo, no obstante aún podía pelear —. ¡No dejes que se levante!, ¡sigue usando lanzallamas hasta vencerlo! —Charizard empezó a bombardear al rival con un mar de llamas, el pokémon legendario aguantó los embates usando su propio cuerno como escudo para las partes blandas (pecho, patas y lomo), aún así, la ventaja de tipo terminó por marcar la diferencia a mi favor. Cobalion dejó de defenderse y cayó noqueado ante las quemaduras que tenía su cuerpo, ni siquiera su devastador ataque fue capaz de golpear a Charizard.


—Cobalion no puede continuar, Charizard gana.


—Regresa, compañero, hiciste un combate digno. —Tobías mostró una sonrisa desafiante, nunca lo había visto tan emocionado por una batalla, ni siquiera en la gran final de la liga Sinnoh, de hecho yo también me sentía de la misma forma. Ambos estábamos dándolo todo, esforzándonos hasta el fin para conseguir ese ansiado título de campeón mundial, aquel que nos reconocería como el entrenador más poderoso del mundo.


—¡Excelente, Charizard!, sigamos con el buen ritmo. —Mi no dragón y yo nos dimos la mano y continuamos sin mirar atrás, Cobalion fue un rival temible, un pokémon que antes ni siquiera hubiese podido tocar. Gracias al trabajo duro y el entrenamiento incansable pudimos vencer a uno de los guerreros más antiguos de este mundo.


—Estoy sorprendido, Ash, no creí que fueses capaz de vencer a Cobalion. Pero el combate todavía no ha terminado.


—¡Adelante!, estoy listo para cualquier rival que me pongas enfrente. Mis amigos y yo conseguiremos el ansiado título.


—Me gusta tu actitud, ¡que la lucha continúe, Zapdos! —El cielo se tornó oscuro, pude ver como nubes de tormenta aparecieron con la llegada del majestuoso Zapdos, el ave legendaria de la región Kanto. Era un pokémon temible, sus alas soltaban terribles descargas solo por moverse, además, el grito de la criatura asustó a los espectadores por su increíble fuerza. Incluso el referí quedó anonadado, ya que Zapdos era un legendario de la región la impresión al verlo fue mucho más grande.


No obstante, Charizard no se inmutó ante esta majestuosa ave, yo tampoco lo hice por las mismas razones. Este duelo me demostró que los legendarios no eran invencibles.


—¡Charizard usa lanzallamas!


—¡Trueno!


Los dos movimientos chocaron en el aire, provocando así una explosión que levantó una nube de humo. Charizard continuó atacando con la misma técnica mientras se movía en zigzag para no ser alcanzado por los rayos del oponente, en teoría ambos pokémon estaban igualados en cuanto a velocidad y para ventaja mía, Charizard no sufrió muchos daños en su combate anterior.


—Zapdos, ¡usa pico taladro y derriba a Charizard! —Tobías ordenó una maniobra extraña, ¿por qué arriesgarse a luchar cuerpo a cuerpo?, incluso en el aire la ventaja de Zapdos consistía en el ataque especial, es decir, lanzar ataques a larga distancia. Atacar a corta distancia era mala idea contra Charizard, que dominaba ambos perfiles a la perfección.


El pokémon volador cargó directo contra el mío, su pico giró tan rápido que parecía un taladro a punto de perforar una pared, sin mencionar la increíble velocidad de ataque y penetración que seguro tenía. Al parecer contaba con dos opciones: Recibir de lleno el ataque con lanzallamas o intentar evadir y buscar un punto ciego en su defensa.


—¡Charizard, recibe el ataque con cuchillada! —En vez de esquivar o usar fuego decidí atacar físicamente para combatir de poder a poder, una estrategia poco inteligente pero muy aguerrida de mi parte. Las garras de mi amigo chocaron con el pico del contrario, al hacerlo ambos quedaron prensados en un duelo de fuerza bruta nada más.


—¡Usa trueno para terminarlo!


—¡Charizard, empuja a Zapdos con cola dragón! —Mi pokémon golpeó a Zapdos con un coletazo directo en el pico, al hacerlo fue libre del agarre y por ende el trueno falló —. ¡Usa sofoco! —Charizard cargó toda la energía posible, de inmediato liberó una llamarada mucho más fuerte que antes en dirección al majestuoso legendario.


—¡Cúbrete con voltio cruel! —Lo que pasó después fue sorprendente, Zapdos creó una armadura eléctrica lo bastante fuerte para resistir el sofoco de Charizard, el impacto logró causar un daño considerable, pero no letal. Su cuerpo brilló con un resplandor dorado y dicha luz acabó por cegarme durante unos instantes. Charizard sufrió lo mismo, debido a ello se vio forzado a retroceder algunos metros para no ser sorprendido por un contraataque rival —. Zapdos, usa danza de la lluvia.


De repente comenzó a llover, varias gotas de agua cayeron del cielo mojando así todo el campo de batalla. Charizard se vio afectado, ya que la técnica disminuía la potencia de los ataques de fuego, además, sofoco también bajaba el ataque especial del usuario. Si mi experiencia no fallaba la estrategia de Tobías consistía en hacerme 1 hit KO con trueno, ya que éste no fallaba si había lluvia de por medio.


—¡Charizard, usa cuchillada en las alas de tu oponente! —El pokémon casi dragón (LOL) entendió también mis preocupaciones, de inmediato cargó contra el rival con toda la intención de tirarlo al suelo y llevar el combate a un sitio apropiado.


—Detección. —Zapdos vio venir el golpe, de hecho voló hacia la derecha para evadir el ataque y quedar a una distancia segura de Charizard. Fue ahí donde vi lo inevitable, Tobías lo tuvo planeado desde el momento en que usó danza de la lluvia y yo mismo sabía lo que pasaría —. ¡Usa trueno!


Un enorme trueno cayó del cielo, literalmente hablando, creí que Zapdos lo sacaría de sus alas o pico, pero no. Charizard recibió de lleno el ataque, además, estar mojado disminuyó totalmente sus defensas por la desventaja de tipo. No hacía falta decir lo que ocurrió…


Mi poderoso compañero cayó al suelo neutralizado por el shock eléctrico e incapaz de poder moverse, fue devastador, un potente ataque súper eficaz terminó por vencer a uno de mis mejores pokémon. Tobías se cruzó de brazos mientras analizaba la situación del encuentro, ahora solo me quedaban dos pokémon y a él tres más.


—Charizard no puede pelear, Zapdos gana.


—Regresa, compañero, diste lo mejor de ti y estoy agradecido. —Tras devolver a Charizard y volver a quedar abajo en el marcador me tomé unos segundos para reflexionar. De nuevo estaba contra las cuerdas, ¡pero no me rendiré!, no ahora que llegué tan lejos para cumplir mi sueño de ser un maestro pokémon.


O en este caso, campeón mundial.


—¿Qué harás ahora, Ash? —Tobías esperó mi siguiente movimiento, sentí su emoción y espíritu de lucha desde acá, ya que los dos éramos aguerridos entrenadores en una encarnizada batalla. Sí, este combate era diferente al que tuvimos hace cuatro años.


En aquella ocasión fue una batalla pokémon de un solo lado, Tobías me dominó y no fui capaz de ponerlo en apuros ni una sola vez, aún si logré vencer a Darkrai con ayuda de Sceptile. Pero ya no más, Tobías me reconoció como un adversario de su nivel, alguien capaz de vencerlo y seguirle el paso hasta el final.


¡No podía defraudar esa confianza!


—¡Sceptile, yo te elijo! —Mi confiable compañero hizo acto de presencia con su distintivo palito en la boca, Tobías sonrió al verlo, ya que fue el único capaz de vencer a Darkrai en aquel torneo lejano —. Vamos por la revancha.


—Oh, yo te recuerdo, eres el Sceptile que me venció hace cuatro años. Supongo que será un encuentro interesante.


Y así el combate comenzó.


—Zapdos, ¡vuelve a usar pico taladro y termina rápido! —El pájaro dorado se lanzó en una carga directa contra mi pokémon, sin embargo, cuando se hablaba de velocidad nadie podía competir con Sceptile.


—¡Esquívalo y móntate encima de Zapdos! —El pokémon legendario no vio venir mi contraataque, en menos de un parpadeo Sceptile ya estaba volando sobre el lomo de Zapdos, éste intentó usar una poderosa descarga para sacárselo de encima, pero no tuvo éxito gracias a la resistencia del tipo planta. Todo iba de acuerdo al plan, solo faltaba encontrar el momento indicado para iniciar mi jugada.


—¡Quítate de encima a Sceptile! —exclamó Tobías, Zapdos dio varias vueltas y piruetas por el cielo, su velocidad en el aire era superior a la de Noivern, no por algo era una de las tres aves legendarias de la región Kanto. Aún así, ni siquiera su formidable velocidad fue capaz de quitarse de encima a Sceptile.


—Sigue resistiendo, ¡tú puedes hacerlo! —Sceptile no se soltó, de hecho clavó sus garras sobre Zapdos para no caerse, hasta que finalmente la lluvia se detuvo, ¡era la oportunidad perfecta! —. Sceptile, ¡usa tajo umbrío en las alas de Zapdos! —Mi pokémon rápidamente empezó a cortar las alas del pokémon legendario, éste trató de agitarlas con más fuerza para sacárselo de encima, pero nada funcionó, ni siquiera las poderosas descargas que sacaba fuera de su cuerpo.


—¡Zapdos, intenta chocar con el suelo para sacártelo! —Mi rival voló rápidamente hacia el piso, su intención era darse un buen golpe para noquear a Sceptile en el acto, funcionaría si mi compañero fuese un poco más lento, pero no.


—¡Salta y deja que se estrelle solo! —En un rápido movimiento que superó la velocidad del rayo, Sceptile flexionó sus dos rodillas a tiempo para dar un potente salto dos metros hacia arriba. Al hacerlo, Zapdos se estrelló solo en el piso y aparte quedó al descubierto para ser atacado por el tajo umbrío de Sceptile. Fue una combinación natural, además, la fuerza de mi ataque se duplicó gracias a la caída.


Las cuchillas oscuras de mi pokémon provocaron un daño severo en mi rival, éste trató de levantarse pero las heridas en sus alas fueron demasiado serias. Y como dijo mi madre alguna vez: Un Pidgey que no vuela, es un Pidgey vencido.


—Zapdos no puede continuar, Sceptile gana.


—¡Lo lograste, amigo! —Sceptile solo mostró una mirada orgullosa mientras ajustaba el palito de su boca, el encuentro volvió a estar empatado y a Tobías solo le quedaban dos pokémon. Era aquí donde iniciaba el verdadero desafío.


—Zapdos, regresa. —Tobías devolvió a su ave legendaria, sin embargo solo mostró una leve sonrisa tras la derrota —. Seguro sabes quienes son mis dos últimos pokémon, veamos si eres capaz de vencerme, ¡Ash Ketchum! —Tobías sacó otra pokébola y sin perder más tiempo liberó a Darkrai, su pokémon estrella y el más peligroso de su equipo.


Con él pudo ganar todas las rondas del torneo intercontinental y también la liga Sinnoh, de hecho creí que iba a empezar con él como en nuestro último encuentro. En fin, Sceptile se mostró confiado ante su adversario, ya le había ganado una vez, demostrando así que su imponente legendario no era invencible ni nada por el estilo.


El pokémon siniestro reconoció de inmediato a Sceptile, después de todo, había sido el único pokémon capaz de vencerlo. Los dos rivales se quedaron viendo por un instante, como si estuviesen examinando la fuerza del adversario.


—Sceptile, ya le hemos ganado una vez, ¡podemos hacerlo de nuevo! —exclamé para animar a mi compañero, éste me respondió con una sonrisa confiada mientras guardaba su palito en el suelo.


—¡Iniciemos, Darkrai, usa pulso umbrío! —El legendario oscuro juntó sus manos hacia el frente, de inmediato una onda de choque salió disparada en dirección a Sceptile. Sí, definitivamente no había ningún error: ¡Darkrai era mucho más fuerte ahora!, su ataque destruyó todo el suelo del campo, volviéndolo más inestable todavía.


—¡Sceptile, esquiva y luego ataca con hoja aguda! —La velocidad de mi pokémon era superior ya que logró evadir el impacto de un salto, posteriormente quedó encima de su rival en una perfecta posición para un contraataque. Las cuchillas verdes de Sceptile se lanzaron directo a la cabeza de Darkrai, a primera vista parecía ser una oportunidad perfecta, por desgracia subestimé a Tobías.


—¡Usa brecha negra para atraparlo! —Como Sceptile estaba cayendo no pudo esquivar el agujero que apareció frente a él, al hacerlo cayó dormido y víctima de cualquier ataque por parte del enemigo. Fue un movimiento astuto, Tobías usó la velocidad de Sceptile en mi contra y para colmo no podía hacer nada para evitarlo.


—¡Sceptile, despierta!, yo creo en ti…


—Estás acabado, ¡come sueños! —Una de las peores técnicas que existía era come sueños, los pokémon podían usarla para devorar las pesadillas de sus oponentes y hacerles sufrir el dolor de las mismas dentro de sus cuerpos. Por ejemplo, sea cual sea la pesadilla de Sceptile, en este momento sufría todo lo que le sucedía dentro, ya sea estar siendo quemado en un incendio, cortado por cazadores o cayendo en un precipicio.


El daño fue devastador, Sceptile empezó a retorcerse en el piso con los ojos cerrados, el pobre trató de llevar sus manos a la cabeza para despertarse. Pero fue inútil, aún si sabía que estaba dentro de una pesadilla le resultaba imposible escapar.


¿Y cómo iba a hacerlo?


—¡Sceptile, despierta! —Mi pokémon no me escuchó, continuó debatiéndose entre la realidad y el horror, ¿qué tipo de visión estará teniendo?, debió ser algo horrible ya que empezó a golpearse contra el piso sin razón aparente. Me dolía verlo sufrir así, estuve a punto de llamar al juez para dar por perdido el asalto, no obstante, confiaba en que Sceptile podría salir de este aprieto.


—¡Usa rayo de hielo mientras está dormido! —Maldición, un ataque súper eficaz golpeó a Sceptile con tanta fuerza que salió volando por los cielos, entonces cayó al piso en un golpe brutal que acabó por despertarlo a base de dolor puro. Mi amigo se veía acabado, sus ojos a duras penas se podían abrir y no le vi un buen pronóstico a primera vista.


—¡Sceptile, usa hoja aguda nuevamente!


3 movimientos, eso era el límite de Sceptile.


Necesitaba vencer a Darkrai en los siguientes tres movimientos, de lo contrario la pelea podía darse por terminada. Llegué a esa conclusión al ver la condición de Sceptile, su cuerpo golpeado y herido solo se mantenía consciente gracias al poder del valor. Una simple cuestión de actitud.


Mi amigo rápidamente se reincorporó y de inmediato lanzó un corte directo a la cabeza de su adversario, Darkrai vio venir el golpe, de hecho flotó en reversa con tal de ganar mayor distancia y tener un mejor rango para contraatacar. Fueron milésimas de segundo muy tensas, Tobías no ordenó nada, simplemente dejó que su compañero se alejara.


Sin embargo… ¡No era lo bastante rápido para escapar!


—Detén la hoja con tus manos. —Tobías le dio una orden muy estúpida, ¿cómo iba a detener Darkrai la fuerza de mi corte?, aún si lograse detener el ataque de Sceptile las consecuencias serían tremendas, entonces… ¿Por qué motivo ordenó tal jugada?, no logré entenderlo.


Darkrai estiró sus dos manos hacia el frente, aún si no comprendía del todo sus intenciones decidí apostarlo todo. La cuchilla de Sceptile golpeó todo el cuerpo del pokémon siniestro, tanto que lo empujó dos metros hacia atrás, el intento de parar la cuchilla fue inútil, carente de resultados y en cierto modo imprudente.


¿Entonces por qué?


—¡Darkrai, usa rayo de hielo a corta distancia! —El adversario ignoró el dolor por el ataque anterior y de inmediato lanzó un poderoso ataque súper eficaz contra Sceptile, éste abrió sus ojos en par sin saber qué hacer.


Y para seguir agregando desgracias, a Sceptile solo le quedaban dos movimientos.


—¡Usa detección! —Corrección, un movimiento…


Mi pokémon recibió el comando justo a tiempo, ya que dio una voltereta en el aire que fácilmente pudo esquivar el ataque del contrario. Por desgracia, tuve que sacrificar una jugada para sobrevivir.


La batalla quedó en un punto muerto, los dos contendientes se quedaron a solo cuatro metros de distancia y sin ningún tipo de hostilidad. ¡Debía apostarlo todo por un último ataque!, porque así era mi estilo, arriesgarlo todo en un solo golpe para obtener la victoria, desde que salí de pueblo paleta hasta el duelo de hoy.


¡Todo o nada!


—¡Sceptile, usa rayo solar! —El cuerpo de mi pokémon se llenó de un resplandor dorado, un segundo más tarde la carga finalmente se completó. Debido al intenso entrenamiento que tuvimos antes del torneo logramos disminuir el tiempo de carga casi diez segundos, logrando así la hazaña de lograrlo solo en uno.


—¡Darkrai, vuelve a usar rayo de hielo!


Los dos ataques colisionaron a todo poder, por un momento el rayo de hielo estuvo a punto de vencer al ataque de Sceptile, sin embargo, su determinación y ganas de vencer este combate le hicieron volver al juego, colocando así el punto de impacto a la mitad. Pasaron los segundos y ningún pokémon quiso rendirse, la fuerza de la colisión era tanta que destrozaron el piso que había debajo.


—¡Sceptile, no te rindas!, creo en ti, demuestra que vamos a ganar este combate.


—Darkrai, ¡rayo de hielo a máxima potencia!


Por desgracia, las heridas de mi aliado cobraron factura, ya que poco a poco su fuerza se fue mermando. El rayo solar comenzó a ceder, al principio fueron pocos centímetros, pero cinco segundos después acabó por desaparecer. Sceptile recibió directo el rayo de hielo, el impacto fue tan devastador que acabó por estamparse directo en el muro de protección.


Me quedé anonadado, aún con todo su esfuerzo acabó perdiendo frente a un rival superior.


—Sceptile no puede continuar, Darkrai gana.


—Regresa, fiel amigo… —devolví a Sceptile directo a su pokébola —. Solo quedan dos combates para reclamar el título, me aseguraré de que tu esfuerzo no haya sido en vano.


—Bien hecho, Darkrai, parece ser que solo te queda un pokémon. Me pregunto qué sorpresa me tienes preparada, para serte sincero no vi ninguno de tus combates en el torneo, por lo tanto el último pokémon sigue siendo desconocido. —Tobías hizo algo realmente arriesgado, pero no podía culparlo, fue la elección más honorable posible.


Yo solo conocía dos pokémon de su equipo: Darkrai y Latios, el resto era una incógnita hasta el día de hoy. Para hacer el duelo más justo él no vio ninguno de mis combates pasados, así los dos estaríamos bajo las mismas condiciones, sin ventajas o desventajas que arruinaran el balance de la batalla.


—¡El combate se acerca a su final!, Ash Ketchum solo tiene un pokémon, mientras que a Tobías aún le quedan dos, ¿cuál será el arma secreta de Ash?, ¡la gran final está que arde! —El comentador soltó un comentario para enardecer a la audiencia, los espectadores se quedaron al filo del asiento, murmurando teorías del encuentro y soltaban palmas para este majestuoso combate.


Este sentimiento era diferente al que tuve en mi primera liga pokémon.


En aquel entonces pensaba que podía ganar, llegué con todas mis esperanzas a la meseta añil sin haber entrenado lo suficiente. Sabía que ser un campeón requería entrenamiento, pero no quería admitirlo, era inmaduro, insuficiente y mis pokémon no confiaban del todo en mí (sobretodo Charizard), claro, eran mis amigos y jamás me desobedecieron con excepción del pokémon alado. Aún así, bajo mis órdenes ellos conocían la verdad: Era un novato.


Conmigo no iban a tener gloria ni triunfos.


Pikachu lo sabía, también Charizard, Bulbasaur también y seguro el resto del equipo inicial. Aún así, dieron su mejor esfuerzo por un entrenador de baja categoría como yo, cegado por mi arrogancia infantil y mis pequeños intentos por querer ser un maestro pokémon.


Aún si mi cabeza estaba llena de sueños yo comprendía bien la realidad: Aún me faltaba mucho camino por recorrer, por eso las derrotas en las ligas no me afectaban demasiado, ya que me convencí a mí mismo que solo era un paso para lograr mi objetivo. Sin embargo, ahora no había marcha atrás, todas las ligas perdidas fueron un preámbulo para este momento.


Atrás quedó el novato que salió de Pueblo Paleta hace muchos años, no obstante…


Mi sueño seguía siendo el mismo, aquel que grité a todo mientras era perseguido por una parvada de Spearow.


—¡Vamos a llegar a la cima juntos, Greninja! —Mi pokémon más poderoso por fin entró en escena, su aparición vino acompañada de un aura acuática que rodeó su cuerpo con gran maestría. En sí no tenía ningún uso práctico, salvo el de aparentar fuerza, justo como Charizard al momento de lanzar fuego al cielo.


—Sigamos la pelea, ¡Darkrai, usa brecha negra!


—¡Greninja, usa golpe aéreo! —La velocidad de Greninja no era tan rápida como la de Sceptile, sin embargo, poseía un mejor control para dar vueltas y saltos a máxima velocidad. Cuando la brecha estuvo a pocos centímetros de él, Greninja dio un salto de tres metros en el aire, hasta quedar encima de Darkrai, fue un movimiento inesperado, tanto que Tobías se quedó en shock por unos momentos.


El golpe cortante impactó de lleno en Darkrai, forzándolo a retroceder algunos metros. Aún así, el entrenador legendario no perdió la calma.


—Darkrai, usa brecha negra otra vez.


—¡Es hora de mostrarle nuestros poderes! —Los dos hicimos la sincronización, una técnica misteriosa que ganamos en la región Kalos. El cuerpo de Greninja fue rodeado por un manto de agua, al desaparecer su apariencia cambió, tenía una shuriken acuática en su espalda y dos facciones negras sobre sus mejillas, en cierto modo; se parecía a mí ya que compartíamos rasgos similares.


Sin embargo, la apariencia era lo de menos, el verdadero cambio ocurrió en nuestro interior, ya que podía ver lo mismo que veía Greninja, también compartí sus recuerdos, emociones y fortalezas. Por desgracia, también se dividía el dolor hacia mí, peor aún, cualquier indecisión podría afectar el desempeño de mi pokémon.


Utilizar este modo aumentaba la fuerza de Greninja a un nivel impresionante, que superaba cualquier mega evolución existente. No obstante, era un arma de doble filo, ya que mi cuerpo no era tan resistente como el de un pokémon evolucionado, ni siquiera las largas rutinas de entrenamiento nos hicieron invencibles en combates anteriores.


—¡Greninja, ve directo a la brecha negra con golpe aéreo!


—Eres mío, Ash, veo que no aprendes de tus errores.


—Mira otra vez, Tobías. —Greninja pasó la brecha negra como si nada, de hecho, parecía inmune a ese movimiento. Tobías no creyó lo que pasaba, tanto que olvidó ordenarle a su pokémon evadir el golpe aéreo. El daño no fue para tanto, pero la ventaja psicológica que gané seguro rindió frutos.


—Imposible, ¿por qué brecha negra no tuvo efecto en él? —preguntó mi adversario.


—Somos dos mentes en un cuerpo, en esta forma soy capaz de entrar en la consciencia de Greninja y si intentas dormirlo usando brecha negra me basta con despertarlo yo mismo. Es decir, ¡no puedes dormir a dos mentes al mismo tiempo!, Greninja, ¡shuriken de agua! —Mi pokémon lanzó una ráfaga acuática a gran velocidad, Darkrai levitó hacia la derecha con tal de evadirlas, sin embargo le resultó inútil. Los proyectiles impactaron por todos lados: Cabeza, manos, estómago, espalda, no hubo un solo lugar en su cuerpo que no hubiese sido golpeado por mi técnica.


—¡Darkrai, usa rayo! —A pesar del daño el pokémon siniestro fue capaz de contraatacar, sus manos liberaron un potente rayo que tenía como objetivo lastimar a Greninja.


—Greninja, ¡esquiva y contraataca con pulso de agua! —Mi pokémon volvió a saltar tres metros en el aire, al hacerlo vio pasar al rayo justo debajo de sus piernas. En medio del aire no había posibilidad de evadir un posible contraataque, no obstante, vi desde esta distancia un punto ciego en la defensa de Darkrai.


De no haber estado fusionado con Greninja no hubiese podido ver dicha abertura.


La esfera acuática salió disparada sobre la cabeza de Darkrai, a primera vista no parecía un ataque tan poderoso, de hecho, Tobías no se inmutó por el movimiento, simplemente le ordenó a su pokémon que se hiciera a un lado con la pura mirada.


Grave error…


—¡Greninja, usa golpe aéreo en el cuello de tu oponente! —La caída libre potenció el golpe en un cincuenta por ciento, además, como ya realizó su movimiento de evasión le resultaría imposible volver a esquivar a tan corta distancia. Tobías rápidamente se dio cuenta de su error, trató de comandarle a Darkrai otro movimiento para amortiguar el trancazo, afortunadamente fue demasiado tarde.


Darkrai recibió de lleno la técnica y sin mayor resistencia cayó noqueado al suelo, ante la mirada atónita de Tobías y el resto del estadio.


—¡Impresionante, el temible Darkrai de Tobías ha sido vencido!, ahora solo le queda un último pokémon. Cada vez estamos más cerca de ver quién será el nuevo campeón mundial. —El comentarista estalló ante mi victoria, la audiencia sin embargo se quedó callada, no pudieron comentar nada debido al sorpresivo resultado. Darkrai no había sido derrotado en toda la competencia, el hecho de llevar a Tobías hasta su límite era una hazaña digna de narrar en los libros de historia.


Sin embargo, no vine a obtener un odioso segundo lugar: ¡Mi objetivo era ganar la copa de una vez!


—Debo reconocer que eres el mejor entrenador que he enfrentado, Ash, nunca había tenido tanta emoción en muchos años. Pero todos los sueños eventualmente llegan a su fin cuando el soñador despierta. —Tobías mostró una extraña sonrisa, posteriormente guardó a su Darkrai y lo reemplazó inmediatamente por Latios, el pokémon dragón que usó para vencerme la última vez —. Latios, dejemos los juegos y ganemos el torneo mundial. —Tobías sacó de su bolsillo un anillo especial, dentro había una mega piedra gris con una insignia azul.


—¿Vas a megaevolucionar de una vez? —pregunté.


—Sí, no quiero guardarme nada, ¡mega-evolución! —El cuerpo de Latios se transformó, el color azul de su pelaje fue reemplazado por un morado azulado con tintes claros. Al mismo tiempo sus alas tomaron la forma de dos turbinas propulsoras, como las de un jet caza.


—El combate final está por comenzar, Latios vs Greninja, ¿quién se llevará la victoria?


—¡Empiecen!


—¡Latios, usa resplandor! —El pokémon enemigo tomó vuelo casi de inmediato, en seguida lanzó un poderoso rayo de su boca en dirección a mi compañero, sin embargo, la conexión que mantenía con Greninja me permitió ver con mayor velocidad las posibles salidas para evadir su ataque.


—¡Greninja, da un salto enorme hacia la derecha! —El pokémon acuático esquivó la técnica contraria como esperaba, además, logré crear una brecha en la defensa del rival —. ¡Ahora usa rayo de hielo! —Greninja disparó desde su boca un poderoso rayo congelante, gracias a la ventaja de tipo el golpe podría resultar súper eficaz de dar en el blanco.


—¡Contraataca con lanzallamas! —Por desgracia, Latios creó una barrera de fuego que bloqueó por completo mi movimiento —. ¡Usa giga impacto! —El cuerpo de Latios brilló con un resplandor dorado, posteriormente cargó de lleno contra Greninja en una rápida estampida repleta de poder.


—¡Usa doble equipo! —Greninja hizo copias de sí mismo por todo el campo de batalla, en seguida dio varios saltos de izquierda a derecha junto a sus clones para disminuir todavía más la precisión del oponente. El impacto de Latios abrió un enorme cráter en el piso, además, Giga Impacto poseía una desventaja severa: ¡El pokémon necesitaba recargar energía! —. ¡Greninja, usa rayo de hielo nuevamente!


El ataque de mi pokémon golpeó de lleno a Latios en el piso, éste sin embargo se levantó casi al instante sin ningún tipo de daño aparente. Tobías se cruzó de brazos mientras analizaba la situación, yo también hice lo mismo ya que no deseaba caer en ninguna trampa innecesaria.


—¡Latios, usa pulso dragón por todo el campo! —El pokémon cargó energía en su boca y luego terminó por lanzarla de un solo golpe. Los clones de Greninja fueron destruidos en menos de un parpadeo, de hecho, mi pokémon también se vio afectado por el impacto.


Fue ahí donde sentí un dolor tremendo en mi espalda, quise agacharme sobre mi rodilla pero no deseaba mostrar tal debilidad. Nuestro lazo era tan unido que yo sentía todo el sufrimiento de Greninja, aún así, no sería nada bueno para mi salud el recibir otro golpe tan poderoso.


—¿Estás bien, Greninja? —Mi pokémon shinobi se levantó con un dolor en la espalda, el mismo que me estaba molestando también —. No te preocupes, esto no es nada, ¡usa shuriken de agua! —Greninja hizo aparecer cinco shuriken entre sus dedos, un parpadeo más tarde acabó por lanzarlas al mismo tiempo directo las extremidades del oponente.


—Usa tu poder psíquico. —Los ojos de Latios brillaron, al hacerlo todas las shuriken acuáticas fueron desviadas hacia los costados sin mayor esfuerzo —. Es hora de usar resplandor de nuevo.


—¡Pulso de agua!


Los dos ataques causaron una explosión que levantó una enorme nube de humo, esto impediría a los entrenadores normales ver la situación del campo, sin embargo, como mi visión estaba siendo compartida con Greninja pude ver con perfecta claridad lo que ocurría dentro. Latios estaba flotando a pocos centímetros del suelo, la distancia entre los dos era de apenas cinco metros, pero el pokémon psíquico todavía no recibía órdenes de Tobías.


—¡Golpe aéreo! —Mi pokémon golpeó al legendario en el pecho, forzándolo a retroceder cinco metros hacia atrás. Creí haberle hecho gran daño, pero Tobías no se mostró molesto con mi ataque.


—Ya eres mío, paz mental. —El cuerpo de Latios se tornó rojo por un instante, sus ojos se enfocaron en Greninja, como un cazador a pocos segundos de abalanzarse sobre su presa —. ¡Ahora usa rayo!


En mi subconsciente traté que Greninja pudiese evadir el ataque, por desgracia lo recibió de lleno quedando lastimado en el piso. Y para colmo yo también recibí parte de la descarga, pude sentir como todo mi cuerpo se electrificaba peor que los ataques que recibía ocasionalmente de Pikachu. De hecho, estuve a punto de perder la consciencia, ya que mi visión se fue perdiendo y mi concentración esfumando.


—¡Usa garra dragón, Latios! —El castigo no terminó ahí, Greninja estaba en el piso y por ende fue incapaz de esquivar las poderosas garras que lastimaron severamente su pecho.


—Uh… —susurré, mi aliento empezó a fallar y también la sincronización, lentamente los rasgos de Greninja parpadearon peligrosamente. Sí, creo que hasta aquí llegamos…


Seguir el combate podría ser peligroso para mí y Greninja, además, lo más importante para un entrenador siempre será el bienestar de sus queridos compañeros. Vi a Greninja arrodillado y sin poder levantarse, llegamos hasta acá, estuvimos a tan poco de obtener la cima del mundo…


—¡Usa rayo! —Tobías no paró el castigo, de nuevo una descarga impactó sobre mi confiable amigo. Naturalmente sentí el mismo dolor, todos mis tendones dejaron de responderme y fue tanto el calvario que caí de rodillas, Greninja por lo tanto hizo lo mismo. Ya no lo soportaba más, era un dolor indescriptible, quería gritarle al juez que me rendía, dejar todo atrás para evitar más sufrimiento.


No obstante, Greninja no quiso deshacer la transformación, yo tampoco lo deseaba…


Luchamos incontables combates para llegar hasta acá, ¿en verdad era éste el final?, ¿no podemos lograr nada más?


Yo, Ash Ketchum, un entrenador de Pueblo Paleta por el que nadie apostaba cuando salí de viaje. Supongo que para mí está bien, no tenía nada que demostrarle a nadie…


El público quedó en silencio ante esta muestra de dolor, ellos vieron la expresión adolorida de Greninja y también la forma en que era brutalmente golpeado por el pokémon legendario. Tobías no mostró piedad, no tenía porque hacerlo, él cumplía su parte como retador y también sabía el dolor compartido entre Greninja y yo.


Sin embargo, yo usaba este modo aún sabiendo las consecuencias, por ende, él no debería tener consideración conmigo (de todos modos, no la tenía).


—¡Ash, Greninja, levántense ustedes pueden hacerlo!, ¡no se rindan hasta el final!, recuerden sus palabras. —En medio de este silencio sepulcral una voz se alzó entre la multitud, era Serena, la joven artista pokémon se puso de pie y sin importarle verse mal comenzó a gritar a todo pulmón —. ¡No tiren la toalla!, ¡confío en que ustedes pueden ganar!


Sí, algo parecido pasó durante mi batalla de gimnasio contra Viola, en aquella ocasión me vi desesperado y a punto de tirar la toalla por no encontrar una estrategia contra el campo congelado. Fueron las palabras de Serena las que me impulsaron hacia la victoria y también un recordatorio de mi viejo yo: nunca rendirse hasta el final.


¿Cómo olvidé algo tan simple?


—Es cierto, Greninja, Olympia nos dijo que seríamos fuertes y que habría un futuro brillante esperándonos. Vamos a lograrlo juntos, ¡convirtámonos en los campeones mundiales! —A pesar de las heridas y el dolor nos levantamos al mismo tiempo, Tobías se mostró sorprendido por nuestra tenacidad, pero era de esperarse…


Él era un genio, un entrenador legendario que había nacido con talento desde un principio. A pesar de tener un gran poder a Tobías le faltaba una cosa que a mí me sobraba: ¡Ganas de luchar hasta el último aliento!


—¡Vuelve a usar rayo!


—Greninja, ¡usa doble equipo! —Los clones de mi pokémon aparecieron por todo el campo, logrando así despistar a Latios —. ¡Ahora usa surf! —De la nada apareció una ola gigante sobre el dragón, debido a la desventaja de tipo el ataque apenas tuvo efecto en Latios, sin embargo mi intención no era atacar directamente con la ola.


—Latios, ¡usa garra dragón!


—¡Greninja, usa rayo de hielo en los charcos mientras esquivas! —El cuerpo de mi pokémon acuático volvió a rodearse de un manto azul, el mismo que apareció en la aldea ninja hace algunos años, gracias a él las estadísticas de Greninja incrementaron considerablemente. Sin embargo, los dos estábamos al límite, apenas nos manteníamos conscientes y solo luchábamos usando el poder de nuestra voluntad.


—¿Por qué congelar los charcos?, esto no me da buena espina.


—¡Golpe aéreo en los charcos! —Mi estrategia dio frutos, los trozos grandes de hielo se convirtieron en pedazos puntiagudos con forma de estalactitas, posteriormente Greninja pateó los proyectiles congelados en dirección al pokémon legendario. Ya que paz mental incrementó su defensa especial no tenía sentido usar ataques de dicha índole, por ende, me centré en los golpes físicos.


—¡Latios, usa lanzallamas para derretir los proyectiles! —Latios reaccionó como esperaba, sus poderosas llamas terminaron por derretir los trozos de hielo, sin embargo, hubo uno que no logró derretir…


—¡Greninja, es hora de usar corte! —Mi pokémon guardó astutamente el trozo más grande que cayó hacia los costados, en vez de blandir su espada de energía decidió reemplazarla por la estaca congelada —. Más bien… ¡Corte helado! —Un movimiento improvisado digno de Ash Ketchum, el rey de las sorpresas…


Latios emprendió vuelo para intentar esquivar mi movimiento, sin embargo Greninja dio un salto de ocho metros impulsándose con el aro acuático que lo rodeaba. Sus intentos por escapar fueron inútiles, el trozo de hielo golpeó todo el cuerpo del enemigo, provocándole una herida en el ala derecha que impidió cualquier intención de volar.


—¡Latios, usa recuperación antes de caer! —


—Evita que se cure con shuriken de agua. —El ataque característico de Greninja tenía +1 de prioridad, es decir, que mi movimiento se ejecutaría antes sin importar la velocidad de los pokémon. Además, como iban en caída libre las tres shuriken que mi compañero lanzó fueron suficientes para detener la regeneración del adversario.


—Rayos, ¡vuelve a usar recuperación! —Latios intentó curarse, pero Greninja siempre estaba un paso adelante, cada vez que él intentaba dicha técnica terminaba por ser golpeado por las shuriken acuáticas. A pesar de no dañarlo mucho por la desventaja de tipo las constantes interrupciones en su concentración fueron suficientes para bloquear el ataque.


—¡Vamos a subir al siguiente nivel!


Los siguientes minutos estuvieron repletos de mucha acción, Greninja y Latios se atacaron mutuamente con una amplia gama de movimientos. Desde pulso dragón hasta tajo umbrío, no podía describir con palabras lo magnifico que estaba siendo este combate, ni siquiera el dolor de mi cuerpo o el cansancio afectó mi concentración. Latios ya no podía volar, sin embargo aún lanzaba todo tipo de ataques poderosos desde su boca y también se valía de su otra ala para deslizarse hacia los costados como forma alternativa de evasión.


En este combate superé mis límites muchas veces, anduve al filo de la navaja por casi todo el encuentro y también redescubrí viejos aspectos de mí que creí haber olvidado por haber llegado tan lejos. Sin importar mi entrenamiento, títulos o campeonatos, yo seguía siendo Ash Ketchum de Pueblo Paleta, un joven entrenador cuyo amor por los pokémon lo llevó a grandes instancias.


Y era el momento de luchar como lo haría el viejo Ash…


—¡Greninja, usa hidrocañón! —El movimiento definitivo de los pokémon acuáticos por fin llegó, mi compañero colocó sus manos a la altura del pecho, posteriormente un potente cañón de agua salió disparado en dirección a Latios. Ni siquiera la ventaja de tipo lo salvaría de semejante impacto.


O al menos eso pensé.


—Latios, ¡hiperrayo! —Los dos movimientos impactaron con una fuerza tremenda, provocando así la destrucción total del ring, de hecho los encargados de seguridad tuvieron que activar una red especial para que los escombros no saliesen disparados sobre los espectadores. No obstante, el resto del campo quedó vacío, no quedó nada del cuadrilátero ni las bancas subyacentes para pedir descanso.


El piso todavía temblaba por la fuerza de los dos ataques, tanto que tuvieron que reposar algunos segundos antes de moverse otra vez.


—Ash, este combate es el más difícil que he tenido, ¡pero se terminará de una vez!, ¡Latios, usa cometa draco! —El cielo se tornó negro y varias nubes tormentosas arruinaron el paisaje, de inmediato varios meteoros llameantes cayeron del cielo con toda la intención de aplastar a Greninja.


Al ver dicha técnica solo pude sonreír, en el pasado tuvimos que enfrentar una situación similar para vencer a un líder de gimnasio llamado Lino. ¡Era exactamente la misma situación!


—Greninja, ¡usa tu aro acuático para impulsarte de meteoro en meteoro! —Greninja recordó el entrenamiento que tuvimos cuando era solo un Froakie, el pokémon shinobi saltó entre las rocas llameantes como una bailarina en pleno espectáculo. Gracias a nuestra conexión pudimos realizar la maniobra sin necesidad de volverla a repasar, después de todo, los dos compartíamos el recuerdo de haber entrenado juntos durante horas. Dicha jugada dejó boquiabierto a Tobías y al resto de la audiencia también, después de todo, nadie se esperó esa reacción de mi parte —. ¡Ahora combina tu rayo de hielo con shuriken de agua! —Greninja lanzó cinco shuriken congeladas contra Latios, éste ya no tenía poder para moverse luego de haber realizado un hiperrayo y un cometa draco, por lo tanto, los cinco proyectiles golpearon el pecho de Latios. Además, como Greninja atacó desde el aire la fuerza del impacto fue todavía mayor.


—¡Latios! —El poderoso dragón legendario perdió su mega-evolución, posteriormente cayó derrotado sin poder levantarse más gracias a la ventaja de tipo y a la cantidad consecutiva de golpes críticos.


—Latios no puede continuar, ¡la victoria es para Ash de Pueblo Paleta!


Quedé en shock, durante dos segundos mi cerebro no pudo asimilar lo que había pasado. Greninja perdió su transformación y de inmediato corrió a darme un abrazo, por inercia se lo respondí mientras lentamente una sonrisa se iba formando sobre mis labios.


Yo…


¿Gané?


¿Acaso nos convertimos en campeones mundiales?


¡Sí!


—¡Lo hicimos, Greninja! —Cuando por fin entendí la situación me puse a brincar con mi pokémon de agua, Pikachu se unió al festejo al saltar sobre mi gorra y sonreír como nunca antes lo había hecho —. Pikachu, lo conseguimos, ¡somos los campeones mundiales! —Varias lágrimas de felicidad salieron de mis orbes, tanto Pikachu como Greninja compartieron mi gesto ante los cantos de victoria que se escuchaban en la tribuna.


—Bien luchado, Latios, mereces un descanso. Ash… —Tobías se acercó a mí con su mano hacia el frente, los dos nos dimos un saludo como muestra de respeto. A pesar de haber perdido no se mostró enojado ni triste, sino todo lo contrario —. Fue un duelo maravilloso, demostraste ser un verdadero campeón que no cayó ante la adversidad, muchas felicidades…


—Gracias, este ha sido nuestro combate más difícil, ¿verdad, amigos? —Tanto Greninja y Pikachu asintieron, el dolor seguía dentro de mí y probablemente tardaría días en quitarse. Aún así, todo eso pasó a segundo plano con mi felicidad por haber ganado el campeonato.


—Espero que me concedas la revancha algún día, ahora vete, hay gente esperando por ti en el podio.


—¿No vendrás conmigo, Tobías?, eres el segundo mejor del torneo, ¿no deberías recibir tu premio también? —Mi pregunta fue un tanto inocente, tanto que el joven entrenador simplemente negó con su cabeza.


—Ya lo recibí, este combate es todo lo que necesito. —Y sin decir más, Tobías se dio la vuelta hacia los camerinos destruidos, no dijo nada más, los camarógrafos intentaron hablar con él pero no consiguieron nada. Justo como apareció se fue, rodeado en un aura de misterio que nunca podré comprender.


El podio se llenó de periodistas, maestros de ceremonia e invitados personales cuyo único objetivo era sacarme una fotografía con el trofeo de campeón. Decidí sacar a mis seis pokémon para recibir el premio, era lo menos que podía hacer luego de una batalla tan magistral.


No obstante, no debía olvidarme de los otros pokémon que también combatieron conmigo en instancias menores del torneo. Todos eran importantes para mí, después de todo, fueron ellos quienes me llevaron a la cima del mundo y cumplieron la promesa que hice alguna vez durante mi infancia: Ser un maestro pokémon.


—Ash Ketchum, felicidades, has ganado el torneo intercontinental pokémon y el derecho a llamarte a ti mismo el más fuerte de todos los entrenadores. Tu valor en situaciones difíciles y la confianza en tus pokémon te han llevado lejos, joven de Pueblo Paleta. —Un anciano de barba blanca y sombrero negro recitó esas palabras antes de entregarme el trofeo de campeón. Todos mis pokémon gritaron con alegría mientras varias serpentinas llovían del cielo.


Todos nos aplaudieron, la gente coreaba el nombre de Ash por todas partes…


Esto era como un sueño, giré mi semblante hacia el palco donde mis amigos se acomodaron. Estaban de pie, sonriendo como si hubiesen visto a un niño dar sus primeros pasos en el mundo. De no ser por su ayuda y apoyo jamás habríamos llegado tan lejos, en verdad era una persona afortunada.


—¡Lo conseguimos, somos los campeones mundiales! —exclamé con todas mis fuerzas mi canto alegre, los pokémon me siguieron el ritmo y como si fuese una final de fútbol corrimos por todo el campo de batalla destruido. ¿Cuánto esperé por dar esta vuelta olímpica?, ¿cuántas ligas perdí para llegar hasta acá?


Pikachu, Krookodile, Sceptile, Charizard, Noivern y Greninja…


Sus nombres quedaron plasmados en el salón de la fama junto a mi fotografía, no obstante, en mi corazón cada pokémon que crucé en mi viaje tenía importancia. Ya que fueron las memorias del trabajo duro lo que me auguró esta enorme victoria contra Tobías, el entrenador legendario.


En fin, esa misma noche ofrecieron un festín en mi honor, a decir verdad no me gustaban mucho los eventos formales, pero nunca le hacía el feo a la comida gratis. Sin embargo, la primera hora del evento estuvo repleta de preguntas, fotografías y felicitaciones, tanto que ni siquiera pude probar un bocado del buffet gigante que yacía frente a mí.


—Ash, tú y tus pokémon estuvieron grandiosos hoy. —Serena vino a darme su felicitación también, no me molestaba recibir atención, pero en verdad quería comer algo. La chica rápidamente adivinó mi gesto y sin más demora me entregó unos aperitivos que traía consigo —. No importa que ahora seas el campeón mundial, sigues siendo Ash Ketchum y sé que amas la comida.


—Supongo que me conoces bien, gracias. —Devoré los rollitos de carne como si no hubiese un mañana, en este momento envidiaba a mis pokémon que se bañaban en comida dentro del salón principal, ellos no tenían que lidiar con la prensa molesta o las fotografías del recuerdo. Supongo que ser un campeón podía ser un trabajo algo estresante.


—Por cierto, ¿cómo estás?, vi que recibiste mucho daño en el combate, ¿tú y Greninja están bien? —preguntó ella, su preocupación era evidente porque ambos recibíamos daño y mi pokémon recibía dolor extra por la conexión conmigo.


—Sí, no te preocupes, él y yo estamos bien, por cierto… —Justo cuando iba a darle las gracias varios periodistas aparecieron entre nosotros, pidiéndome fotografías y demás —. Ah, t-te veo luego, que me están asfixiando por acá.


—No te preocupes. —Serena sonrió mientras era arrastrado por toda esta gente.


En la fiesta estaban todos los amigos que conocí durante mis viajes, ¿qué debería hacer?, ¿con quién tendría qué hablar?...


Fin de la parte 2


El escrito llegó a su fin, pero ahora les tengo una sorpresa.
Ash ha conocido a muchas personas a través de sus viajes, rivales, amigos y enemigos. En el epilogo del escrito haré una escena especial con dos personajes de su elección,

Repasemos los votos.
Jessie-James: 3 votos
Dawn 1 voto
May 1 voto
Iris 1 voto
Citron/Clemont 1 voto
Delia 1
Serena 4

Por lo tanto, el epílogo será para el equipo rocket y Serena.

Ahora las preguntas del capítulo.
¿Qué les pareció el combate?

¿Cuál fue su escena favorita y por qué? =)
PD: No switch porque era la regla del torneo, lo dice en la primera parte >w< por si alguien lo comenta.

 

Lo que empezó como una idea loca se transformó en realidad, por fin les traigo el epílogo de esta historia, espero les guste.



Epílogo: En la cima del mundo

La operación comida entró en acción, decidí esconderme en medio de las escaleras para no ser perseguido por los periodistas. Durante una hora más siguieron haciéndome preguntas de la batalla, mis pasos como entrenador e incluso vida amorosa. ¿Acaso no podían dejarme comer en paz?, había tenido una pelea impresionante hace unas horas y solo deseaba relajarme con mis amigos.

—Pikachu, no te tardes. —Por fortuna mi inseparable compañero llegó con rollos de carne y demás aperitivos escondidos en sus pequeñas manos. Pikachu me entregó la comida, posteriormente se subió en mi hombro y relajó su pequeño cuerpo —. Es una suerte que tú no puedas dar entrevistas, ¿la comida está buena? —pregunté con lágrimas en mis ojos, ¡cuánta comida y yo sin poder comerla!

—Vaya, vaya, ¿no estás siendo un poco infantil, señor campeón? —Una voz conocida me llamó por atrás, era Iris, mi acompañante en la región Teselia y una aspirante a maestra dragón. Su piel morena y vestido morado la hicieron ver diferente a como siempre lucía, sin embargo, aún conservaba ese tono desafiante y ligeramente molesto, pero amigable.

—De estar en mi lugar actuarías igual, ¿cómo podría no desesperarme?, tener tanta comida y no poder comerla en paz es un castigo —respondí, Iris soltó una risita mientras me obsequiaba una salchicha bien cocida.

—Tienes razón, debe ser duro aguantar el hambre tantas horas, pero es tu deber como campeón ofrecer las entrevistas. ¡Animo, Ash! —Iris y yo nos reímos un poco, a pesar de tener peleas constantes y muchas diferencias éramos buenos amigos. Los recuerdos que pasé con ella en Teselia estaban bien guardados en mi corazón, las sonrisas, las peleas, discusiones, incluso las veces que me llamaba niñito.

—Gracias, el día en que hagan un banquete en tu honor y no seas capaz de comer seguro entenderás lo que siento —correspondí con una sonrisa.

—Pero ese día no es hoy, ¡así que comeré hasta reventar! —exclamó ella, tras charlar unos cuantos minutos Iris volvió a la fiesta y yo regresé a mis aburridas labores como campeón: Dar entrevistas.

Estuve en el pasillo central acompañado de Pikachu, ahí me entrevistaron reporteros que nunca había visto, además de viejos conocidos por las ligas o incidentes pasados. Hubo también un baile de gala, por fortuna no me vi forzado a participar ya que no se me daba bien bailar y los reportajes no iban a llenarse solos.

Pude ver como distintas parejas danzaban al son de la música, se veían tan coordinadas que no podía imaginarme cómo lo hacían. Una vez bailé en la región Kalos y terminé por pisar a mi compañera de baile, ¡incluso le di un cabezazo!, tan solo recordar esas vivencias me hicieron sacar unas cuantas sonrisas nostálgicas, en verdad las palabras: “Ash Ketchum” y “bailar” no deberían estar en la misma oración.

—¿Tienes tiempo para una entrevista más, hijo? —Mi madre alejó a los periodistas y se sentó a lado mío, ella estaba sonriente y portaba también un vestido de gala, como las demás asistentes a esta celebración.

—Claro que sí, ¡que vengan más entrevistas! —exclamé animado, mi madre acarició mi cabeza como si fuese un niño pequeño.

—Siempre tan lleno de energía, Ash, en verdad estoy muy orgullosa de ti, todavía me acuerdo de cuando saliste de Pueblo Paleta para cumplir tu sueño. Y ahora estás aquí, con el título de campeón que siempre soñaste. —Mi madre derramó unas cuantas lágrimas de orgullo, incluso los periodistas más inquisitivos se hicieron a un lado, ya que este momento era especial para nosotros.

Sí, incluso desde ese día juré que me convertiría en un maestro pokémon, tantas veces que lo dije durante mi infancia y por fin logré mi cometido. Años de esfuerzo por fin dieron frutos, todo gracias al apoyo de mamá, de no ser por sus porras y palabras de aliento jamás habría llegado tan lejos.

A ella le debía mucho y la amaba con todo mi corazón.

—Todo es gracias a ti, mamá, de no ser por tu rica comida, tus palabras de aliento y tu presencia jamás habría levantado el trofeo de campeón. Muchas gracias. —Como todo buen hijo incliné mi cabeza hacia mamá, los periodistas tomaron unas cuantas fotos de este momento, de hecho, les pediría una copia más tarde, ya que deseaba capturar este bello instante.

—¡Felicidades, hijo! —exclamó mamá, al hacerlo me dio un abrazo, a pesar de que ya era más alto que ella decidí agacharme un poco, para recordar aquel momento en que salí de casa —. Periodistas, ¡tengo un montón de historias qué contar del campeón mundial!, cuando era niño no llevaba su ropa limpia y tenía que recordarle a cada rato que se la pusiera.

—Creo que eso es demasiada información —susurré un tanto apenado, sin embargo logré deshacerme de todos los reporteros y por fin pude disfrutar del bufet en paz.

La fiesta continuó sin mayores problemas, saludé a mis viejos compañeros de viaje y también pude tomarme fotos con los amigos sin tener presión alguna de los medios. Mamá se la pasó contando historias de mi infancia, seguro se divertía al relatar mis mayores errores pasados, pero al menos pude disfrutar de la fiesta.

Mis pokémon seguían tragando, ¿acaso no se apiadaron de mí en ningún momento?, bueno, se lo ganaron luego de la tremenda batalla que dieron hoy. Pikachu me acompañó a devorar todo un plato entero, ¡por fin podía degustarme como quisiera!, olvidé los modales en la mesa por un instante y comencé a ingerir cualquier cosa que estuviese en mi plato, ante la mirada atónita de los invitados o amigos.

Cuando los bocadillos terminaron decidí dar una vuelta por el tejado del palacio, este edificio era enorme, poseía muchos pasillos además del vestíbulo principal, por fortuna los invitados se iban retirando poco a poco, dejándome a mí por fin el tiempo para descansar luego de un día pesado. El reloj marcaba ya la una de la mañana, el tiempo pasó volando entre tanta comida, entrevistas y felicitaciones.

—Creo que debemos volver, Pikachu. —Mi inseparable amigo asintió, entonces nos dimos la vuelta directo a las escaleras, o al menos ese era el plan, de repente una mano robótica tomó a Pikachu y lo elevó por los aires —. ¡Quién hizo esto! —exclamé, pero ya sabía la respuesta de antemano…

—Si nos preguntan: “¡Quién hizo esto!” —exclamó una mujer de cabello fucsia.

—Nuestro deber es responder…—continuó un hombre de cabello azul.

—Para salvar el mundo de la destrucción.

—Para proteger la paz mundial.

—Traspasamos los males de la verdad y el amor.

—Somos los villanos más malvados y encantadores.

—¡Jessie!

—¡James!

—Juntos somos el equipo rocket y viajamos juntos por toda la galaxia.

—Dentro de un agujero blanco nos espera un blanco amanecer.

—¡Eso mismo! —exclamó el típico Meowth parlante.

—¡Wobbuffet! —finalizó el pokémon azul.

—¡Equipo rocket!, ya sabía que eran ustedes. —Esta rutina se había repetido por varios años, siempre intentaron robarse a mi Pikachu pero nunca lo conseguían. El hecho de repetir lo mismo demasiado tiempo era digno de admirar, pero ahora no era tiempo de hacerlo.

—Por fin tenemos a Pikachu, ¡el jefe se alegrará al recibir el pokémon de un campeón! —Meowth soltó una risa burlona, lo mismo hicieron sus dos acompañantes humanos como si hubiesen ganado la lotería. Para colmo, no tenía a ningún otro pokémon conmigo y su globo amenazaba con alejarse a una distancia considerable.

—Lo hicimos, lo hicimos. —Jessie y James celebraron por adelantado, los dos se tomaron de las manos y dieron brinquitos sobre su globo con forma de Meowth. Rayos, debía correr al salón principal por alguna de mis pokébolas y luego volver, sin embargo, hacerlo podría darles el tiempo suficiente de alejarse para siempre.

—¡Pikachu, rompe la máquina con rayo! —exclamé, pero el ataque de mi pokémon ni siquiera tuvo efecto. Bueno, tampoco era para sorprenderse, más de diez años persiguiéndome los hicieron astutos, lo suficiente para bloquear la electricidad con cada uno de sus aparatos.

No quería reconocerlo, pero me agarraron desprevenido…

—¡Nos vemos, campeón tarado! —Meowth me sacó la lengua, mis ojos se abrieron en par mientras dirigía mi semblante directo a las escaleras, si corría lo bastante rápido podría mandar a Charizard o Noivern para seguirlos y…

—¡Delphox, usa lanzallamas! —Serena apareció subiendo las escaleras, junto a ella venía su inicial tipo fuego, Delphox. Fue una verdadera sorpresa, no esperé que alguien me estuviese siguiendo en mi reflexión por el palacio, ¡pero eso no importaba ahora!, había que salvar a Pikachu cuanto antes.

El ataque de Serena fue sorpresivo, tanto que golpeó la máquina del equipo Rocket y liberó a Pikachu, éste cayó sobre mis brazos y de inmediato volvió al piso para encarar a los enemigos. Pikachu comenzó a liberar pequeñas descargas de sus mejillas, señal de que estaba listo para el combate.

—¡No!, ¡Meowth, te dije que lo hicieras a prueba de fuego! —exclamó Jessie muy molesta.

—Es que salía muy caro hacerlo resistente a dos cosas y como siempre nos mandan a volar con ataques eléctricos pensé que era lo correcto.

—Bueno, el chimuelo tiene razón, siempre nos enfrentamos a Pikachu de una u otra forma —agregó James, los tres discutieron desde la distancia varios argumentos que no logré comprender. Jessie agarró a su pokémon parlante de las axilas y lo agitó varias veces mientras le gritaba diversas maldiciones que era mejor no decir.

—¿Qué hacen? —Serena caminó a lado mío con una gota detrás de su cabeza, no podía culparla, hasta hace un momento amenazaban con robar mi pokémon y ahora se estaban jaloneando entre ellos.

—¡Pero siempre está rodeado de bobos!, cuando hagas una máquina hazla resistente a todo.

—¡Ya me cansaste! —Meowth utilizó golpes furia en el rostro de Jessie, ésta soltó al pokémon gatuno y de inmediato tiró un manotazo al aire.

—Oigan, se supone que debemos capturar a Pikachu, no pelearnos entre nosotros. —James trató de separar a sus dos compañeros, no obstante, recibió un arañazo por parte de Meowth, el cual andaba fuera de control. En fin, luego de varios segundos llenos de forcejeo, insultos y mordiscos terminaron por golpear un control importante del globo, provocando su posterior caída sobre la terraza del palacio, a pocos metros de nosotros.

—¿Ya terminaron? —pregunté algo incomodo, la verdad no quería involucrarme en sus problemas de equipo.

—Creo que ya —respondió James, el pobre terminó todo embarrado de polvo y suciedad, en seguida sus dos colaboradores también se reincorporaron —. ¡Atrapemos a Pikachu!, no es hora de andar peleándose.

—Tienes razón, James, ¡somos el equipo rocket!, gastemos nuestra energía en el Pikachu del mocoso. —Jessie se arregló el cabello mientras decía ese discurso ridículo, estuve a punto de mandarlos a volar con un rayo, pero decidí esperar a que hicieran algún movimiento agresivo. Después de todo, no era correcto atacar sin estar amenazado, de lo contrario acabaría siendo un abusón.

—Por fin nos estamos entendiendo. —Meowth sacó sus garras y caminó amenazante hacia nosotros, Jessie sacó a Gourgeist y James utilizó a Carnivine, un dúo de pokémon tipo planta no era buena elección contra el Delphox de Serena, pero… ¿Quién era yo para juzgarlos?

—¿Es qué no se cansan nunca? —preguntó Serena.

—Claro que no, ¡jamás nos rendiremos!, Gourgeist, ¡usa bomba germen! —Varias bolas cafés salieron disparadas de su boca en dirección a Pikachu.

—Pikachu, repele las balas con cola de hierro. —La cola Pikachu brilló con un resplandor plateado, en seguida dio un salto y golpeó repetidas veces los proyectiles del enemigo. Desgraciadamente, los ataques eléctricos no eran muy efectivos contra los tipo planta, por ende, necesitaba usar otros movimientos para provocar daño a los rivales.

—Delphox, ¡ataca con lanzallamas! —Delphox lanzó su técnica directo a Carnivine de James, éste solo sonrió mientras estudiaba sus opciones en la batalla. A diferencia de Jessie, cuyo plan era atacar usando el poder, James solía efectuar planes más elaborados, pero mucho menos potentes. En teoría, los dos eran un equipo muy bien conformado, por suerte, su torpeza les impedía explotar su máximo potencial y debido a ello nunca me vencieron.

—Carnivine, usa látigo sepa sobre el suelo. —Una vieja jugada que hice yo durante la liga Johto, el pokémon de hierba golpeó al piso con sus látigos, posteriormente dio un salto de cuatro metros sobre el aire para esquivar las llamas rivales —. ¡Usa atadura en Pikachu! —El escurridizo Carnivine lanzó su movimiento en un santiamén, como éste seguía repeliendo las balas no pudo esquivar el ataque.

—¡Eres mío! —Meowth golpeó a Pikachu con golpes furia, sus garras lastimaron el pecho de mi compañero moderadamente, no era un daño brutal ni nada, pero sí mermó nuestra capacidad de reacción.

—¡Pikachu!, ¡Delphox, usa llamarada!

—Libérate del agarre usando cola de hierro —ordené, Pikachu golpeó a Carnivine con su cola y luego se impulso hacia la derecha, segundos más tarde la llamarada golpeó al pokémon de James con un movimiento súper eficaz —. ¡Ahora usa rayo en Meowth! —Y sin más demora, el ataque de Pikachu golpeó a Meowth, mandándolo a volar varios metros hacia atrás.

—Auch, ¿no deberían ayudarme? —Se quejó el rostizado pokémon.

—Estamos en eso, ¡Gourgeist, usa golpe fantasma! —exclamó Jessie.

—Carnivine, ¿estás bien?, retrocede un poco —comandó James, el pokémon de éste apenas podía mantenerse de pie por la potente llamarada que se comió, además, carecía de algún movimiento para frenar a Delphox.

—Serena, ten cuidado, puede aparecer en cualquier momento.

—Lo sé, ¡Delphox, en cuanto sientas a Gourgeist usa lanzallamas!

Pasaron algunos momentos de incertidumbre, Gourgeist aún no atacaba, el resto del equipo rocket también estuvo callado para no arruinar el ataque sorpresa. Serena abrió sus ojos en par, al hacerlo, Delphox se dio la vuelta y lanzó un mar de llamas directo a la nada. O al menos eso creí, un segundo después Gourgeist reapareció solo para ser impactado por el ataque de Serena.

—¡Imposible!, ¿cómo adivinaste la trayectoria del ataque? —Se quejó Jessie.

—El lazo que me une con mis pokémon es muy fuerte, ¡un tonto ataque sorpresa no es nada!

—Es hora de terminar esto, ¡Pikachu, usa rayo! —grité.

—¡Delphox, llamarada! —Los dos movimientos se juntaron en uno mismo, Jessie en un intento desesperado mandó a su último pokémon: Wobbuffet.

—Wobbuffet, ¡usa manto espejo! —El pokémon azul recibió de lleno el ataque, no obstante, gracias a su técnica fue capaz de redirigir la trayectoria del combo, sin embargo, Serena sonrió confiada.

—Usa tu poder psíquico para cambiar la trayectoria del impacto.

Lo que pasó después fue sorprendente, digno de una presentación del gran espectáculo pokémon. El poderoso ataque se detuvo a medio camino de su objetivo (nosotros), en seguida dio un giro de 180* grados hacia el flanco derecho del equipo rocket. Además, la velocidad del mismo era demasiada para ser bloqueada de nuevo por Wobbuffet.

—¡Oh no! —Y como en los últimos años… El equipo rocket salió volando.

—¡Esto no es bueno! —Exclamaron los tres al mismo tiempo, fue ahí donde los perdí de vista y por fin pude soltar mi tan ansiado suspiro —. Estuvo cerca, me tomaron desprevenido, de no ser por ti se habrían llevado a Pikachu, gracias, Serena.

*Interludio: Pasando el tiempo*

—Bueno, ya no me sorprende que terminemos así. —James comentó con cierto sarcasmo, Meowth ni siquiera se molestó en responderle, pues era parte de la rutina volar por los aires.

—¡Nos volvió a ganar!, ya verá a la siguiente —amenazó Jessie, a decir verdad se habían acostumbrado a volar desde hace tiempo, de hecho, a veces les gustaba apreciar el paisaje desde el cielo. Observaron al castillo repleto en luces, árboles aledaños y el estadio de la liga pokémon, sin embargo, éste ya no estaba tan iluminado como hace unas horas.

—Oigan, ahora que lo pienso, ¿no creen qué el tiempo pasa muy rápido? —Mientras estaban volando unas palabras distintas salieron de la boca de Meowth, el pokémon parlante estaba en lo cierto, ¿cuánto había ocurrido desde esa noche?

—El mocoso y Pikachu se volvieron bastante fuertes, cada vez nos es más difícil seguirle el ritmo —comentó Jessie, por un momento la memoria de aquel primer encuentro le sacó una inocente sonrisa. Esa noche intentaron robar un centro pokémon en ciudad Verde, ahí estaba un joven entrenador novato intentando ayudar a su Pikachu.

Al verlo no sintieron nada, creyeron que era solo un hablador más como los miles de entrenadores que había en el mundo. Su cabeza repleta de sueños no llamó la atención del equipo rocket inicialmente, hasta que recibieron un buen impactrueno del ratón eléctrico.

—Campeón mundial, eh… Quién lo diría, el mocoso es alguien importante ahora, todavía recuerdo cuando lo encontramos en el bosque verde y trató de mandar a un Caterpie contra nosotros. —Otra memoria del torpe Ash les hizo sonreír nostálgicamente, a decir verdad, ellos también estaban muy orgullosos de él. A pesar de ser enemigos mortales en realidad no tenían una mala impresión de Ash Ketchum.

Era un entrenador noble, amable y muy respetuoso, incluso en las batallas nunca hacía trampa ni se aprovechaba de las debilidades personales de sus rivales. No obstante, había un hecho que los tres no podían negar: Ash Ketchum incrementó su fuerza considerablemente.

En días recientes ni siquiera pudieron hacer un movimiento sobre sus pokémon, Ash usaba a Greninja o Charizard para mandarlos a volar sin siquiera intentarlo, quizá porque estaba ocupado entrenando para el torneo mundial o simplemente ya no le hacía gracia ser molestado por ellos. La ocasión de hoy fue especial, tomaron a Ash desprevenido y cansado, debido a ello pudieron tener un combate como en los viejos tiempos.

—Creo que estamos de sobra, no podemos compararnos con él, ya no es un niño al que podamos intimidar con nuestros inventos. Chicos, ¿creen qué valga la pena seguir intentándolo? —Meowth tenía un buen punto, tampoco les gustaba ser vencidos de un solo movimiento durante tanto tiempo. Shuriken de agua, lanzallamas o roca afilada, eran las únicas palabras que escuchaban decir al chico antes de salir volando.

—El chimuelo tiene un punto, me estoy cansando de ser vencido tan fácil, antes tan siquiera luchábamos de igual a igual contra él. Hubieron veces donde perdimos por nuestra propia incompetencia, pero al menos dábamos batalla, ¿ahora qué hemos hecho?, simplemente recibir un ataque y volar. Me estoy cansando. —James sabía que tenían un lugar de honor en las filas del equipo rocket, podían simplemente olvidarse de Pikachu y volver a realizar misiones de otro rango, con sus compañeros vestidos de negro.

—Robarle al campeón mundial suena tentador, ¡imaginen las riquezas qué podríamos obtener por parte del jefe! —exclamó Jessie, no obstante, volvió a recordar las formas en que Ash barría el piso con ellos sin siquiera intentarlo —. Quizá tengan razón, a lo mejor ya no somos rivales para él, ¿creen qué sea tiempo de decir adiós?

El equipo rocket guardó silencio, la mera idea de abandonar su único objetivo en los últimos doce años los llenó de inseguridad. Claro, no era el fin de su carrera delictiva, podrían buscar a un nuevo entrenador con un pokémon repleto de potencial y perseguirlo, las posibilidades de éxito eran mucho mayores, además, probarían el sabor de la victoria de vez en cuando.

Aún así, el simple hecho de abandonar a ese Pikachu les llenaba el corazón de amargura, fue su víctima favorita durante mucho tiempo, no podían simplemente rendirse solo porque ya no eran rivales para Ash. No obstante, era más fácil decirlo que hacerlo, incluso ellos perdieron la paciencia de tantas derrotas carentes de emoción.

—Es una pena, lo mejor sería rendirse, ¿no? —Meowth por fin soltó la cuestión que nadie quería decir, James inclinó su cabeza hacia la derecha, con el fin de ver el cielo estrellado mientras volaban.

—Concuerdo con él —agregó James.

—Yo… —Jessie iba a decir lo mismo, darse un descanso luego de tantos tropiezos era necesario. Además, podría dedicarse a otras cosas mientras no estuviese en misiones; Coordinadora, artista, tantas ocupaciones donde ella hizo un buen trabajo. ¿Por qué seguir molestándose en un objetivo carente de sentido? —. Creo que no debemos rendirnos todavía.

La respuesta de Jessie sorprendió a sus dos compañeros, la más orgullosa del equipo fue la que rechazó rendirse por muchos motivos. En primer lugar, recordó la actitud de Ash Ketchum durante la batalla, él no se rindió, a pesar de perder y fracasar incontables veces lo siguió intentando, hasta que, luego de varias caídas logró levantar el título de campeón.

—¿Por qué dices eso, Jessie? —cuestionó James.

—Porque somos el equipo rocket, ¿rendirnos?, ¡eso es para débiles!, tenemos la oportunidad de robarnos al pokémon principal del campeón, ¿acaso no buscamos la gloria?, ¡el jefe nos recompensará!, si el campeón es muy fuerte nosotros también lo seremos. ¡Entrenaremos duro para vencerlo! —exclamó Jessie, su determinación reavivó la llama de sus dos compañeros.

Sí, aquella declaración estaba en lo correcto.

¡El campeón mundial no era invencible!

—Es cierto, gracias por abrirnos los ojos, Jessie. Nosotros seremos más fuertes, ¡el Neo equipo rocket! —La llama interior de James también se prendió.

—Es un buen nombre, de ahora en adelante seremos el Neo equipo rocket, ¡nuestro globo se verá bien con las siglas NTR! —Meowth también se unió a la euforia grupal, Wobbuffet soltó su grito característico mientras sus compañeros volaron hacia las estrellas.

Este no era el fin del equipo rocket, solo un nuevo comienzo.

—¡Vamos por Pikachu! —exclamaron antes de desaparecer entre las nubes.

*Interludio fuera*

—Veo que no se rinden nunca —comentó Serena, la chica se recargó sobre la barda mientras miraba las estrellas nocturnas.

—Es cierto, pero no los odio para ser sincero, sus intromisiones me permitieron entrenar a varios de mis pokémon durante mis primeros años como entrenador, se podría decir que ellos también fueron parte de mi éxito. Aunque no suene bien decirlo.

—Supongo que tienes razón. —Y con eso los dos cerramos el tema del equipo rocket, seguro volverían otro día, pero no me preocupaba ya que no eran rivales para mí. Simplemente se convirtieron en una molestia necesaria.

—Por cierto, ¿qué hacías aquí?, la fiesta acaba de terminar y seguro tu agente debe andar buscarte. —Serena apareció justo en el momento indicado, a pesar de haber salvado el día el mero hecho de caminar sola hasta la parte más alta del castillo era relativamente sospechoso.

—E-Eh, bueno, yo, quería respirar aire fresco, sí. También tuve algunas entrevistas hoy, es un poco molesto a decir verdad, pero es mi deber como la reina de Kalos. Debo hacer sentir orgullosa a mi mentora. —Serena logró ganar el título de reina hace poco, por desgracia solo fui capaz de asistir al evento final y me perdí muchos de sus performance. Sin embargo, ella comprendió mi situación —. Además, vi que s-s-subiste para acá y quería charlar contigo. No hemos tenido tiempo de hablar bien en mucho tiempo.

—Es cierto, he estado entrenando para el torneo y tampoco pude asistir a tu gran presentación hasta la ronda final.

—No te preocupes, yo también apenas vine para verte en la final, hemos estado muy ocupados con nuestros sueños. —Ambos sonreímos mientras dirigíamos nuestras miradas hacia el horizonte.

—Por cierto, muchas gracias por animarme hoy, fueron tus palabras las que me hicieron recordar de donde vine y hacia dónde voy. De no ser por ti, Tobías habría ganado. —Por fin pude agradecerle a Serena todo su apoyo, el grito que me brindó antes de la recta final marcó la diferencia en el combate, quería agradecerle antes, pero los periodistas no me dejaron.

—E-Eh, no ha sido nada, yo solo repetí las palabras que me dijiste: “No te rindas hasta el final”, no sabes cuantas veces me ha salvado esa frase, en los momentos más difíciles siempre salí adelante gracias a tu enorme determinación. Yo también tengo mucho que agradecerte, Ash. —Serena me volteó a ver, en ese momento pude apreciar sus orbes azules y claros, además, su cabello corto y sonrisa deslumbrantes me hicieron sentir un poco incómodo. La verdad, no sabía el porqué de esta sensación, siempre me dediqué a convertirme en un maestro pokémon, por lo tanto, desconocía muchas situaciones sociales que a mi edad ya deberían ser normales.

—Eh, bueno… Creo que nos ayudamos mutuamente —respondí, si mi memoria no fallaba eso fue lo que le dije cuando recién se unió a mi grupo de viaje en la región Kalos. En ese momento estaba algo nervioso (no tanto como ahora), ya que nunca antes había invitado a una chica a viajar conmigo.

—Así parece, en fin… La batalla de hoy fue impresionante, nunca te había visto luchar así, Ash, te has vuelto fuerte.

—Todo se lo debo a mis queridos pokémon, su esfuerzo nos hizo llegar hasta la final y ganarla. ¿No es así, Pikachu? —Mi pokémon inicial sonrió mientras se acomodó en el piso, ¿por qué no se subía a mi hombro como siempre?, de hecho, pude ver como se distanciaba un poco de nosotros. A lo mejor encontró algo que llamó su atención.

—Sabes algo, Ash, aún recuerdo cuando te conocí en Pueblo Paleta, en ese entonces era una niña un tanto caprichosa y estaba frustrada conmigo misma. Siempre viviendo a la sombra de mamá, sin una meta y con una mentalidad derrotista. —Serena dejó de recargarse sobre el balcón, posteriormente me miró directo a los ojos con una linda sonrisa —. Pero llegaste tú, de la nada cambiaste mi vida, e-en verdad no sé cómo decirlo, pero tu presencia me salvó, Ash. De no ser por ti no habría encontrado mi sueño. —La chica llevó su mano diestra al pecho, fue ahí donde vi el listón azul que le regalé hace mucho tiempo, ese recuerdo lo mantuvo consigo incluso durante las presentaciones importantes.

Se veía bien cuidado a pesar de los años…

—Yo no creo haber hecho tal cosa, fue tu determinación y ganas de nunca rendirse lo que te llevó lejos. Yo solo te lo recordé, así como lo hiciste tú hoy. Nos hemos apoyado mutuamente durante años, y-yo también te valoro mucho, Serena. —Eso último lo dije con una sonrisa llena de energía, en verdad mis palabras no mentían, le tenía una alta estima a Serena, su amor por los pokémon y personalidad amable eran rasgos que en verdad me gustaban de ella.

—Pero lo hiciste, Ash, tengo tanto de que agradecerte y tan poco tiempo para hacerlo. Mi encuentro contigo cambió mi vida.

—Vamos, no creo ser la gran cosa, pero yo también tengo algo que decirte, cuando llegué a Kalos me sentía un poco derrotado. Digo, siempre me esfuerzo, pero mi participación en la liga Teselia fue mala, tenía un sentimiento de revancha que me consumía por dentro. En ese momento llegaste tú, para recordarme lo que siempre fui. Cuando me frustraba o perdía el camino, eras tú quien me devolvía los ánimos para seguir adelante, así que… Yo también estoy muy agradecido contigo, Serena.

Hubo un silencio incomodo, por alguna razón nadie dijo nada, simplemente nos quedamos viendo mutuamente. Todo esto era extraño, ¿por qué mis ojos no miraban hacia otro lado?, ¿por qué ella seguía viéndome así?, tantas cosas que no entendía y Pikachu no quería decirme nada, mi ratón eléctrico se mantuvo a la distancia sin dirigirnos la mirada.

—Ash

—Serena. —Los dos volvimos a hablar al mismo tiempo —. Tú primero —respondí un tanto nervioso.

—¿Q-Qué piensas hacer ahora? —cuestionó Serena un tanto incomoda.

—Seguramente me iré a Pueblo Paleta para descansar unos días, de ahí tendré que asentarme como campeón o algo así. Me gustaría seguir viajando, pero no sé si mis responsabilidades me lo permitan.

—Ya veo, yo tengo que volver mañana a Kalos para seguir ensayando. No sé si nos volveremos a ver pronto…—susurró, era un poco triste escuchar eso, pero en cierto modo también me alegraba por ella. Siempre fue su sueño ser la reina de Kalos y por fin pudo serlo.

—Ya verás que sí, por cierto, me alegra que aún conserves el listón que te di.

—Claro que lo conservo, es un objeto muy importante para mí. M-Me recuerda al tiempo donde viajamos juntos. —Otra frase de Serena me hizo sentir nervioso, ¿qué demonios le sucedía a mi cuerpo?, ¿por qué sudaba?, ¿por qué mi estómago se sentía vacío?, si acababa de ingerir cantidades industriales de comida.

—Es cierto, mi aventura por Kalos fue muy divertida gracias a ti y a mis demás amigos. Siempre atesoraré los recuerdos que compartimos juntos.

—Sabes algo, Ash, ahora los dos estamos en la cima del mundo. ¿No hay algo más que busques?, aparte de seguir siendo el campeón.

—Algo más… —susurré, pero no pude encontrar una respuesta que decirle.

—Supongo que todavía no lo decides, pero está bien, seguro encontrarás la respuesta muy pronto. —Me pareció gracioso el consejo de Serena, hace años nuestras posiciones estaban invertidas, ella no sabía qué hacer con su vida y yo ya tenía el camino trazado hacia la victoria. A pesar de ser iguales, poseíamos diferencias que nos llevaron por diferentes senderos.

—¿Y tú? —pregunté.

—Sí, he pensado en hacer obras de caridad en Kalos y aprovechar la fama que gané para hacer cosas buenas.

—Me lo imaginaba, siempre fuiste una persona muy amable.

—P-Por cierto… ¿Qué premios te dieron? —De repente, Serena se puso colorada y desvió su mirada hacia otro lado, por alguna razón yo hice lo mismo, como si fuese una reacción en cadena que se activó cuando su tono cambió.

—A-Aparte del trofeo recibí una suma de dinero importante, un pequeño terreno en Pueblo Paleta y una mega piedra. Pero lo que yo realmente buscaba era el título de campeón, con eso me hubiese conformado. —En cierto modo no me consideraba una persona materialista, como siempre estuve viajando y perfeccionando mis habilidades nunca me até a ningún objeto material, de hecho, podía vivir con poco dinero y ser feliz. Claro, a mamá no le gustaría verme en la pobreza tampoco.

—E-Entiendo… —De nuevo vino un silencio incómodo, los dos nos veíamos mutuamente pero nadie quiso abrir la boca, pasaron veinte segundos de solo vernos la cara. Serena tomó mi mano suavemente, fue una acción repentina que me dejó bastante confundido —. Pero sabes algo, hay un premio que todavía no has recibido.

—¿C-Cuál? —Me estaba poniendo más nervioso, ni siquiera antes de mi combate con Tobías me sentí así. Estos nervios eran diferentes, no tenían nada que ver con los torneos ni competencias, era un nerviosismo especial, distinto a cualquier otro.

—Éste. —Lo que pasó después nunca lo olvidaré…

Serena acercó su rostro al mío, de haber realizado esta acción hace algunos años me habría alejado por instinto. Pero no ahora, mi cuerpo y mente me dijeron que debía permanecer inmóvil, posteriormente sus labios chocaron con los míos en un tierno pero apasionado beso.

No pude describir lo que sentí.

Fue sencillamente maravilloso, un placer tan grande como haber ganado el campeonato mundial, podía compararlo con la emoción de mi primer día de entrenamiento pokémon. ¿Esto era un beso?, sí, definitivamente lo era…

Yo, Ash Ketchum…

¡Había recibido mi primer beso! (romántico)

Los labios de Serena sabían muy bien, a pesar de tener su saliva sobre mis mejillas y boca no me importó en lo absoluto, de hecho, me sentí mucho más feliz. Inconscientemente mis manos se trasladaron rápidamente a sus caderas, nuestras respiraciones se sincronizaron y al mismo tiempo compartimos el calor corporal. Ella era suave, debido a mi entrenamiento con los pokémon estaba acostumbrado al trato duro y rudo con las cosas y personas.

Pero el cuerpo de Serena era muy suave, blando y liviano, sentía que podía romperse en cualquier momento. Aún así, su fuerte presencia me hizo sentir seguro, porque sabía perfectamente que ella no iba a desaparecer.

Mis manos siguieron acariciándola por toda la cintura, espalda y hombros, al mismo tiempo, nuestro beso continuó efectuándose por otros segundos más. No supe cuanto fue y tampoco me importó saberlo, todo lo que deseaba era disfrutar esta nueva y cálida sensación.

Nuestros labios finalmente se separaron, al hacerlo me quedé estupefacto mirando su rostro. Ella estaba totalmente sonrojada, como si hubiese tomado una gran cantidad de salsa picante. Seguro yo andaba igual, mi mente estaba hecha un desastre que no encontré nada adecuado para decirle, simplemente nos quedamos viendo otra vez, parecíamos robots mal programados repitiendo la misma secuencia una y otra vez.

—S-Serena… —susurré.

—Sí, felicidades por ser el campeón, Ash. —Serena volvió a tomarme de las manos, entonces me dedicó una sonrisa muy dulce cubierta por rubores en las mejillas —.A-A-Ash… Desde que te conocí mi vida cambió, al principio te admiraba mucho, quería ser como tú, una persona capaz de soñar y luchar por sus objetivos hasta el final. En mi infancia y adolescencia creí que era eso nada más, me sentí atraída por tu fuerza y voluntad, pero hoy me doy cuenta que no solo fue así, Ash… ¡Me gustas mucho!, no, no solo me gustas… ¡Te amo!, románticamente hablando.

Eso último lo dijo en un tono más bajito.

Me quedé en shock, ¿esto era una declaración de amor?

Mi corazón latió mucho más rápido, inconscientemente volteé a ver a Pikachu para ver si él podía ayudarme, sin embargo, la mirada en su rostro me dijo claramente: “Es tu asunto, no puedo interferir”.

¿Qué era el romance cómo tal?, nunca lo supe, ni siquiera a mi edad tenía un concepto correcto de lo que significaba. Mi cuerpo quería hacer una cosa, mi mente otra, todo dentro de mí se volvió un revoltijo. Por un lado deseaba darle un abrazo, por otro, preguntarle algo más, en resumen: ¡Estaba colapsando!, tantos pensamientos me invadieron y al final nada salía de mi mente.

¿En verdad era tan inútil?

—Yo… Yo…—Me veía como un completo idiota, no sabía cómo expresar mi alegría y tal gesto podría mandar el mensaje incorrecto a Serena. De manera inconsciente inferí que mi densidad podría lastimar los sentimientos de la joven artista pokémon, sin embargo, nada de eso ocurrió.

—¿Es difícil entender el amor, verdad? —Serena tomó mis mejillas con sus dos suaves manos, entonces me volvió a sonreír —. No tienes que entenderlo del todo, Ash, solo sentirlo.

—¿S-Solo sentirlo? —pregunté más apenado aún.

—Sí, no rompas tu cabeza tratando de entenderlo.

—P-Pero me sentiría mal de no hacerlo, t-tú…

—Mi amor por ti nunca desaparecerá, Ash, no tienes que entenderlo del todo todavía, pero incluso esa parte de ti me encanta, porque nunca tomarías los sentimientos de alguien a la ligera. —La voz de Serena era suave, el tono que empleó mientras me hablaba solo hizo que mi corazón estuviese fuera de control.

Ella tenía razón, entender el romance era inútil en este punto, ¿para qué buscarle lógica a un tema qué podría nunca tenerlo?, desde niño siempre fui así, ignoré estas cosas porque no las necesitaba para lograr mi sueño. Jamás comprendí las emociones entre un hombre y una mujer, toda la tensión que existía entre ambos géneros me era indiferente.

Pero aquí estaba yo, con mi mente desenfrenada y mis sentimientos a pulso gracias a Serena.

No…

Incluso desde antes me sentía bien cerca de ella, cuando nos reencontramos en Kalos ella me devolvió mi mochila luego de haber sido derrotado en una batalla. Me sentía tan frustrado en ese momento que estuve a punto de tirar la toalla, mi derrota en la liga Teselia sumado al combate contra Viola afectó mi moral gravemente.

Pero la vi a ella, Serena se acercó tímidamente a mí para devolverme mis cosas, luego me dio los ánimos suficientes para recuperar la confianza y así encadenar muchas victorias a lo largo de mi viaje.

Me sentía feliz a su lado, siempre sonreía cuando estaba junto a ella y nunca permití que algo malo le sucediera. Era el momento de dar un paso adelante, ¡no podía andar dudando a cada rato!, ese no era el Ash Ketchum del que Serena se enamoró.

—Es cierto, no necesito entenderlo, Serena, pero hay algo que sí entiendo. Yo también me siento muy feliz contigo, en mis momentos más oscuros y débiles siempre me sonreíste y animaste para seguir adelante. Cuando los demás me tachaban de infantil o inmaduro viste algo más en mí, no sé explicarlo, pero al estar contigo siento que soy invencible. —Tomé las manos de Serena, ella me sonrió mientras poco a poco se iba poniendo colorada —. Quiero estar junto a ti, Serena, m-me gustaría verte mucho más y amarte cada día como lo haces conmigo, aún no entiendo bien del romance… ¡Pero quiero aprender solo contigo! —exclamé, de inmediato abracé a Serena para mostrar la firmeza de mis sentimientos.

—Sí, y-yo tampoco soy una experta, ambos aprenderemos del amor, juntos… —susurró, al hacerlo ella correspondió mi abrazo —. Y-Yo también quiero verte más, pero mañana debo ir a Kalos.

—No te preocupes, ya encontraremos la manera de vernos nuevamente, si logramos conseguir nuestros sueños nada nos detendrá en el futuro —afirmé con determinación, Serena alzó la vista un poco para verme y en seguida sonrió.

—Es cierto, ¡nunca rendirse hasta el final!, ese es nuestro lema, ¿verdad, Ash?

—¡Por supuesto!, ambos estamos en la cima del mundo, vamos a mantenernos aquí el mayor tiempo que nos sea posible. Tú serás la mejor reina de Kalos y yo el mejor campeón, nada nos detendrá de ahora en adelante.

—Cierto, n-nuestro amor jamás saldrá de esta cima…

Y con esa última frase los dos bajamos tomados de la mano, Pikachu se subió en mi hombro y de inmediato suspiró, como si hubiese terminado de ver una película llena de tensión. Delphox hizo lo mismo, pero para no verse atrapada en una situación incómoda mejor volvió a su pokébola.

Ambos llegamos a la puerta del palacio, ahí estaba una limusina esperando a Serena para su viaje de regreso a Kalos.

—Te llamaré cuando llegue a Kalos, Ash, trata de dormir bien para recuperarte del combate —comentó Serena, notablemente preocupada.

—Tranquila, sabes que duermo como un tronco. Tú también cuídate camino a casa. —Los dos nos soltamos de la mano, al hacerlo, Serena comenzó a caminar lentamente hacia su limosina —. ¡Espera! —Inconscientemente llamé a Serena, la chica se dio la vuelta y caminó de regreso hacia mí.

—¿Qué pasa?

Sin previo aviso mi cuerpo se movió solo, tomé a Serena de la muñeca y de un ligero jalón la acerqué, luego le di un beso en la mejilla que me dejó literalmente anonadado. Menuda reacción tuve, pero el hecho de no ver a Serena por un tiempo me puso ligeramente deprimido, para ser sincero.

—T-Te veré pronto, Serena.

—S-Sí… T-Te quiero mucho…—contestó ella muy sonrojada, posteriormente la chica ingresó a la limosina, su chofer se veía muy fastidiado por el hecho de esperar tanto.

—Y yo a ti —respondí.

Finalmente Serena se fue del palacio, dejándome solo con mi fiel Pikachu, éste me veía con un semblante amable, como si estuviese diciendo: “Ya te habías tardado”

—Vámonos.

Al día siguiente volví a Pueblo Paleta para descansar un poco de tanta presión, Serena me llamó a mediodía, al parecer llegó a salvo y sin ningún contratiempo a los ensayos con sus representantes. Cuando le conté a mamá todo lo sucedido me hizo una fiesta interna, literalmente hablando, nunca la vi tan emocionada desde que usó mi trofeo de la liga naranja como pesa de ejercicios.

Los días posteriores también fueron tranquilos, mi equipo se recuperó por completo de la batalla contra Tobías y yo también mejoré las heridas en mi espalda. Haber conseguido el título de campeón no me dejaba exento de futuros desafíos. Aunque la siguiente copa mundial fuese en cinco años no podía dejar que cualquier entrenador me derrotara, además, le prometí a Serena estar en la cima del mundo.

—Oye, Ash, hay un joven buscándote en el patio. —Un día, mamá me llamó mientras organizaba mis pokébolas, al salir pude ver a Alain, un viejo rival de la región Kalos que poseía un Mega Charizard. Portaba una chaqueta negra y pantalones de mismo color, sin embargo, su rasgo más destacado era la sonrisa confiada que siempre llevaba consigo.

—He venido a desafiarte, campeón mundial. Tener ese título no significa que seas el más poderoso de todos. —Alain no perdió el tiempo, el muchacho sacó a su Charizard y éste soltó un rugido estremecedor.

—Tienes razón, un título es inútil si no lo demuestro con acciones, Alain, ¡acepto tu desafío!

Haber ganado el campeonato mundial era solo el principio, todavía tenía muchas cosas por hacer antes de llamarme a mí mismo el mejor maestro pokémon. Desafiantes como Alain abundaban por todo el globo, además, mi nueva relación con Serena me dio la fuerza suficiente para encarar nuevos retos.

Sí, definitivamente este no era el final de mi viaje…

¡Solo el inicio de algo mucho más grande!

—¡Vamos, Greninja!

Fin

Eso fue todo =) les daré las preguntas finales.
¿Qué piensan del escrito en general?

¿Cuál parte del epílogo les encantó?

Eso fue todo, gracias por leer esta historia n.n