One-shot de Pokémon - Ash and Lyra Love

No estaba muerto, pero he regresado para darles su respectiva continuación mis amigos a todas mis historias. Me lastime la mano y había examenes y espero que puedan comprender lo que me sucedió, gracias.

Ash and Lyra Love

Lyra, una chica de cabello castaño y ojos color avellana, de estatura promedio y cuerpo de toda chica de 16 años. Está chica, quien traía puesto una playera de manga larga roja con una falda azul, unas calcetas largas color blanco y un par de zapatos rojos, está puesta su mirada en un objeto en mano mientras sus labios rosas formaban una hermosa sonrisa.

¿Por qué sonreía? El objeto en sus manos era un collar plateado en forma de hoja que le pertenecía un chico que es especial para ella, aunque esté no lo sépase. Ella caminaba por un parque mientras esperaba que sus plegarias de verlo una vez más fueran escuchadas pero no tenía la vista concentrada en su camino hasta que…

-¡Aunch! –

La castaña estaba tendida en el suelo mientras otra persona también lo estaba. El collar salió volando y cayó sobre el pecho de la otra persona.

-¡Fíjate por dónde… - Lyra no pudo decir más puesto que no traía en sus manos aquel collar. -¡¿Dónde está el collar?! – ella preocupada empezó a buscar en todo su alrededor ignorando al sujeto quien traía una peculiar gorra roja pero que aún estaba tendido en el suelo.

-¡Esto es tu culpa! Sí pierdo ese collar te juro que te mataré. – sin voltear a ver quién era la persona con quien había chocado ella seguía ante la interminable localización de aquel objeto especial de ella.

La persona que aún estaba tendida en el suelo se quitó la gorra revelando un cabello negro desordenado, unos ojos color caramelo*, así como una sonrisa en su rostro. Sus vestimentas eran muy comunes, los cuales eran jeans, polera azul y unos tenis blancos.

Con sus manos aquella persona tomo el collar para verlo más de cerca, sus sospechas eran ciertas y esa persona no podría ser más que aquella chica a la que él le regalo aquella joya hace un par de años atrás y que por azares del destino se separaron para volverse a ver.

-Lyra, ¿te refieres a este collar, verdad? – aquella voz, aquella voz dejo a la castaña sorprendida al grado que dejo de buscar pero no solo eso, ella estaba temblando mientras bajaba un poco su cabeza cosa que no pasó desapercibida por él. -¿Lyra te pasa algo? – su corazón latía más rápido y sus ojos brillaban por una acción que ella sabía que pasaría.

Él preguntaba preocupado por aquella chica, no mejor dicho por Lyra, la joven a la que conocía. Pasaron unos segundos sin respuesta de ella y para cuando el de cabello negro diría algo se sorprendería por lo que en verdad recibió de ella: un abrazo.

-¡Ash! - fue todo lo que ella dijo pues tenía su rostro un poco escondido en el pecho de aquel chico mientras algunas lágrimas bajaban por sus mejillas, pero no de dolor sino de una felicidad que ella tenía muy dentro de su corazón.

-Lyra. – dijo él un poco sorprendido por la actitud de su amiga, si, ese chico especial para ella era Ash.

Sin decir mucho y sin dudarlo, el chico de ojos chocolates le abrazo. Ella se sentía feliz de poder sentir nuevamente un abrazo de él. Así se quedaron por un tiempo más hasta que se separaron y la castaña de coletas noto algo, unas pequeñas gotas formadas en los ojos de Ash para después sonreír al saber lo que significaba.

-Yo gané Ash. – decía ella ruborizada y con una sonrisa en su rostro además de que aún había de esas gotas saladas bajando por sus mejillas.

-Lo sé, y creo que me siento bien al perder pues gané todo un día contigo. – dijo él sonriente para limpiarse las pequeñas lágrimas formadas. –Te extrañe mucho. –

Lyra no dijo nada más y se acercó a Ash para mirarlo un momento y pasar una de sus manos por su mejilla derecha para después quitarla y darle un beso en esa misma mejilla.

-¿Y cómo crees que me sentí todos estos días por todos estos años? – preguntó ella para después abrazarle otra vez al chico quien ahora como ella tenía un rubor asomándose. – Pero ahora solo quiero pasar todo el tiempo contigo. –

-Yo también Lyra. – dijo él para después ponerle el collar a la castaña con suma delicadeza para después abrazarle. – Yo también. –