Asesinos

Asesinos

Hola chicos, veran, esta no es una historia que yo cree, la creo una amiga, pero, lo que pasa es que le da miedo lo que le digan, asi que yo la publicare (con su permiso, claro esta).

Opinen de esta historia plis.

Eso si, dos detallitos,
1.- los capitulos los publicare uno cada mes (cuando mucho) es que no dispongo de mucho tiempo.
2.-digamos que la historia esta terminada, pero hay unos errores de narracion (menores) pero, no creo que les cuse problemas.

Les dejo lo que es el primer capitulo.


Capitulo I:

“Una habitación oscura, la luz de la luna, el olor de la sangre…mi hermano …el chico que amo…y…ella…es mi mejor amiga, y tengo que matarla”.
¿Cómo llegue aquí? Se los diré…
Me llamo Ángela Blakrume, tengo 18 años y ya soy una asesina perfecta.
Soy huérfana, y de mi niñez no recuerdo mucho. Hasta los mis 7 años viví en el orfanato “Nueva Esperanza”. Siempre fui una chica muy solitaria, con la única persona con quien me mostraba un poco abierta era con mi amiga Sarah, mi mejor amiga. Ella era un mes mayor que yo, y, a ella la adoptaron un mes antes que a mi.

Cuando la adoptaron, sentí como si se hubiesen llevado una parte de mi ser, pero no me quedo mas camino que la resignación. Después de su partida me volví aun mas cerrada y aislada de las demás personas.

Un mes después de la partida de Sarah, llego al orfanato el Sr. Blakrume, un hombre alto, delgado, de cabello negro con algunas canas. De carácter frio y misterioso, así era, y aun así es el.


El Sr. Blakrume fijo su mirada en mi y en un chico dos años mayor que yo, de nombre Christopher. Arreglo los papeles, y al día siguiente ya éramos sus hijos.


Ese día empacamos nuestras cosas, y a Chris y a mi nos llevaron a lo que seria nuestro nuevo “hogar”


Nuestra “casa” seria una gran mansión. Chris y yo llegamos en una elegante limosina, solo íbamos con el chofer.
Nos instalaron a cada quien en una amplia habitación, pero aun no habíamos visto al Sr. Blackrume. A el lo vimos un mes después de haber llegado, en ese tiempo los sirvientes de la mansión nos atendieron.

Durante el primer año que estuvimos ahí se nos dieron clases de Física, Matemáticas, Anatomía, Idiomas y Educación Física. Nuestra educación era estricta y rigurosa. La lectura y la ortografía eran esenciales. Durante las clases debíamos guardar silencio y obedecer, y con el tiempo eso se volvió parte de nosotros, nos volvimos silenciosos y obedientes. Se nos enseñaron 2 reglas mientras estuvimos en aquella mansión.
1.-No hacer preguntas.
2.-Acatar obedecer ordenes.

Cuando cumplí los 8 años se me revelo la verdad.

El Sr. Blakrume tenia una empresa secreta, conocida por muy pocos como “Los asesinos de Blakrume”
Desde ese momento se nos preparo físicamente para poder pelear cuerpo a cuerpo; se nos preparo para poder usar armas; para saber los puntos vulnerables del cuerpo; para saber como defendernos y como atacar.
A los 9 ya sabía como usar pistolas, rifles, o sea, cualquier arma de fuego.
A lo 10 ya sabia usar armas punzocortantes, pelear cuerpo a cuerpo, y escabullirme fuera y dentro de cualquier edificio.

Chris y yo crecimos juntos en ese lugar, mientras éramos perfeccionados para matar.
Nunca se nos permitió salir de la mansión.


A mis 12 años todo lo que sabía era perfecto y exacto, pero nunca había llevado a cabo la práctica. Cuando tenía esa edad el Sr. Blakrume comenzó a acercárseme como un padre, y cuando cumplí los 13, mi relación con el era como la de un padre y una hija. Chris había sido llevado a otra ciudad cuando cumplió los 13, y yo permanecí en la mansión con mi padre.
Una noche durante la cena con mi padre se me encomendó mi primera misión.
-Ángela-su voz, que siempre había sido gruesa, imponía su voluntad
-¿Si padre?
-Pasado mañana tendrás tu primera misión
-¿Mi… mi primera misión?...

Continuara...
Opinen, plis!!!

 

Re: Asesinos

Porfin, les traje la continuacion.

Capitulo II:


-¿Mi… mi primera misión? -en cierta forma me sobresalte

Solo tenía 13 años, y ya debía matar

-Así es. En tu habitación se te ha dejado la información básica de tu primera victima


-Si, padre - el mandaba, yo obedecía. Así eran las cosas.


-Ángela, confío en ti. No me decepciones.


El se levanto de su silla y se fue a su dormitorio. Yo me quede ahí por un buen rato. Después, me levante de mi silla y me dirigí a mi habitación.



Encima de mi cama había un folder. Comencé a leer su contenido:



Nombre: Ian Roberts


Edad: 35 años


Al lado del nombre y la edad había una foto. El sujeto era notablemente gordo, con la cabeza calva y un bigote de aguacero. Ojos pequeños.

Seguí leyendo.



Ocupación: Secretario de gobierno.



Por lo que sabia, los asesinatos que cometía la compañía de mi padre eran llevados a cabo por que nos contrataban.


¿Por qué matar a este sujeto? Era una pregunta que no iba a hacer, ya que no me incumbía ni me interesaba.


Continúe leyendo y me di cuenta que para llegar a la victima, alguien me debía guiar hasta el. Seguí leyendo sin darle importancia a ese asunto.

Al día siguiente Elliot, uno de los sirvientes de mi padre, me informo de la manera en que llegaría a la victima; el me llevaría hasta el edificio donde Ian trabajaba.


Elliot era 10 años mayor que yo. Era como el asistente personal de mi padre, lo obedecía y respetaba.



-Ángela, tendrás que escoger un arma. – Elliot siempre sonreía, nunca se mostraba triste o enojado


-¿Un arma? – Supuse que Elliot se encargaría de alistar las cosas necesarias para la misión.


-Así es, un arma…de preferencia en la primera misión un arma pequeña


-¿Pequeña? Entonces que sea…


-Toma – me interrumpió.


-¿Qué es?- preguntaba al tiempo que Elliot me ofrecía un cinturón extraño.


-Es un cinturón que esconde 2 armas. Las dos son unas dagas.

Además, trae un mini-mapa del piso donde debe estar Ian.


-Entiendo – tome el cinturón y lo revise.


-Despreocúpate – me dijo Elliot con su acostumbrada sonrisa al notar mi preocupación por la misión – La primera misión es fácil, es mas bien una prueba.


Eso que me dijo, de alguna manera me relajo y me despreocupo.

Al atardecer ya estaba todo listo.



A la mañana siguiente me levante temprano y me aliste. Elliot ya me esperaba.


Antes de las 7 de la mañana os fuimos en un auto negro. Dentro de ese auto “desayune” algo. Elliot manejaba bastante bien.

A las 9 de la mañana el auto ya estaba estacionado afuera del edificio en cuestión.

Fue relativamente fácil burlar el sistema de seguridad; debía llegar al 3er piso, en el que estaba mi victima.


Cuando llegue a la puerta tras la cual debía estar Ian me asegure de que nadie se percatara de mi presencia.


En ese momento vestía unos pantalones deportivos, unos tenis, una playera de cuello de tortuga y mangas largas, todo en color negro.

Como tenía mi cabello corto, en ese aspecto no hubo problema alguno.

Aquella puerta tenia seguro, pero ya sabia que Ian debía estar del otro lado, solo debía encontrar la forma de entrar.


En el edificio no había ninguna cámara de vigilancia, pero si varios guardias de seguridad.

Me aleje unos pasos de la puerta, la examine detenidamente, entonces divise una rejilla de ventilación en el techo, ahora solo debía encontrar una rejilla igual, pero mas accesible, seguramente la red de ventilación pasaba sobre la oficina de Ian.


Saque del cinturón el mini-mapa que Elliot me había dado.


Según el mapa, la puerta que había a mis espaldas era la de un armario de limpieza. Guarde el mapa y entre en el armario.


Contaba con poco tiempo para terminar la misión, así que debía darme prisa.


Dentro del armario encontré una rejilla de ventilación igual a la que había afuera del armario, pero esta era mas accesible, solo pise un par de repisas y pude llegar hasta ella.


Rápidamente entre en el sistema de ventilación; me arrastre entre los estrechos conductos y en unos segundos ya me encontraba sobre la oficina de Ian.


El estaba sentado ante su escritorio, hablando por teléfono. Volteo su asiento hacia la enorme ventana cubierta con gruesas cortinas que tenia detrás suyo sin dejar de parlotear.


En ese momento abrí la rejilla y salte hacia la oficina, Ian soltó el auricular al oír la rejilla rechinar y un golpe seco provocado por mi caída detrás de el. Ian volteo lentamente.


Sin mas me lance contra el, sin darle tiempo a que tuviese una reacción contra mi. Lo acuchille 3 veces, 2 a la altura del tórax y una en el cuello, solo pudo dar un grito.


Hecho el trabajo intente salir del edificio, pero por el grito que Ian había dado los guardias de seguridad notaron mi presencia.


Al salir de la oficina me encontré con un guardia. Me daba la espalda. Actué rápidamente y sin dudar. Con la daga que aun llevaba en la mano lo degollé. Guarde la daga y tome la radio que llevaba el guardia para saber que era lo que pasaba, poder burlar a los demás guardias y salir rápidamente por la puerta trasera del edificio.


Rápidamente camine hasta el lugar donde me estaba esperando Elliot. Subí al auto y él arranco. Estaba sentada en la parte trasera del auto. Me sentía extrañamente satisfecha, pero, había asesinado, y…me sentía bien, me sentía feliz.


Continuara...

 

Re: Asesinos

-o- Gracias por sus opiniones.

Les traigo el capitulo III


De regreso en casa me fui a mi habitación, solo tenia 13 años y ya había asesinado.

Al anochecer mi padre me llamo para hablar en su oficina

-Siéntate Ángela – se notaba serio, “¿había completado bien la misión?” Me preguntaba a mi misma.- Completaste tu misión bastante bien, solo tuviste unos errores en cuanto a la forma en que actuaste.

-Perdón padre- me disculpe

-Veamos, para empezar accediste a la oficina de una forma incorrecta…pero admito que tu forma de asesinar a tu victima fue correcta

Sentía que en cualquier momento me diría que lo había decepcionado.

-Bastante bien para haber sido tu primera misión.

Mi padre hablo un buen rato y saco a relucir varias fallas que había tenido, comencé a sentirme decepcionada. Solo agache mi mirada.

-No volverá a suceder- fue lo ultimo que dije.

-Esta bien. Nos mudaremos- pronuncio el, yo me desconcerté- Necesitaba ver como eras capaz de matar, se nota que aun te falta entrenamiento, pero…por tu forma de reaccionar y de llevar a cabo la misión me doy cuenta de tus capacidades.

En cierto modo no entendía ni mi propia reacción ante el hecho de que nos mudaríamos, solo podía pensar “¿Mudarnos?” “¿A donde?” “¿Cuándo?” Mi padre noto el desconcierto en mi mirada, así que me explico más detenidamente.

-Ángela, te lo explicare de esta manera. Tú junto con Chris, vivieron aquí como en un lugar de entrenamiento. Antes de que Chris se fuera de esta mansión, paso por un “examen” de prueba…

-¿Examen de practica? – interrumpí

-Si, el cual fue una misión parecida a la que tuviste hoy. A partir de ese examen lo evaluamos, y por decirlo así, sus resultados fueron perfectos. Por ello lo mandamos a misiones mas avanzadas.

Era algo muy fácil de entender, pero no podía, mas bien, no quería creer el hecho de que Chris me hubiese superado; me sentí inferior.

-¿Y yo…?- murmure

-Tú también aprobaste

-¿Y…?- quería preguntar a donde iría, pero no me salían las palabras de la boca.

-Iras a lo que llamamos “el centro de operaciones”…o “cuartel” si así lo prefieres. Ahí se te entrenara un poco mas para “afinar” tus habilidades. Viajaremos a Londres.

-Entiendo.

-Pasado mañana partiremos

-¿Eh…yo…que…?

-No te preocupes- mi padre entendió que era lo que me preocupaba – En ese lugar es en donde se maneja la red de asesinos que trabajan para mi, Chris estará ahí; además, ahí se encuentran varios asesinos, la mayoría mayor que tu por uno o dos años.

Oírlo decir eso me tranquilizó.

Me despedí de mi padre y me dirigí a mi habitación.

Durante el tiempo restante hasta el dia de nuestra partida me la pase arreglando las cosas que, según Elliot, necesitaría.

Continuara...

Bien...opinen plis

 

Re: Asesinos


Hola chicos y chicas.

Gracias por opinar sobre la historia,
espero que sugan leyendola.

Capitulo IV:

El dia en que debíamos irnos ya estaba todo listo.

Elliot fue el que manejo el auto en el que mi padre y yo nos fuimos, de ahí Elliot se regreso a la mansión. Llegamos al aeropuerto, abordamos el avión, y en unas pocas horas ya estábamos en Londres. En el aeropuerto tomamos un auto negro, el cual nos condujo hasta una calle en los suburbios de la ciudad. De ahí, mi padre me condujo hasta un callejón sin salida, oscuro y sucio. Giró a la izquierda quedando de frente a una puerta desgastada y oxidada de metal. Al lado de esta había un tablero con teclas de números. Mi padre presiono algunos, una especie de código, entonces, el tablero se hizo hacia adelante y después hacia arriba, dejando ver un escáner de huellas dactilares. Colocó su mano y unos segundos después el seguro de la puerta se abrió y el tablero volvió a su lugar.

Mi padre empujo la puerta y bajo unas escaleras, yo lo seguía detrás. Al final de las escaleras había un corredor pequeño iluminado por unas lámparas. Después, al final del mismo, había un elevador; pasamos a su interior. Bajamos lo que calcule dos pisos y llegamos a los cuarteles de los asesinos de Blakrume.

Al salir del elevador nos encontramos en una especie de oficina, pero de grandes dimensiones. Pude divisar a varias personas (calcule unas 20) manejando computadoras. En el lugar habían varios objetos y artefactos, de los cuales la mayoría no pude distinguir que eran.

Caminamos hasta el otro lado de aquel lugar. Llegamos hasta una enorme puerta metálica, la cual se abrió cuando mi padre se paro frente a ella.

Pasamos la puerta y llegamos a una habitación parecida a la anterior, pero de menores dimensiones y antes de que pudiera examinarla bien un joven, no mayor de 18 años, se paro delante de mi padre.

-Buenos días Sr. Blakrume. Mucho tiempo sin verlo

Aquel joven daba la pinta de ser muy amable y cortes.

-Buenos días Marco.

-¿Cómo ha estado señor?

-Bien gracias.

Marco se mantenía derecho, y firme como una roca.

-Marco, ella es mi hija Ángela – mi padre se volteo para verme y a la vez dejarme ver a Marco.

-Mucho gusto Ángela – Marco me dirigió una sonrisa, pero yo no hice gesto alguno.

-Marco, ¿te puedo pedir un favor?

-Claro Señor, lo que guste.

-Muéstrale a mi hija el lugar, explícale como se hacen las cosas por aquí.

-Con gusto.

Mi padre se dio la vuelta en ese momento y se dirigió hacia mí.

-Ángela, ve con Marco, el te mostrara el lugar. Después diríjanse a mi oficina, necesitamos hablar.

-Si – fue toda mi respuesta.

Mi padre se fue a su oficina, dejándome con Marco.

-Ven Ángela – me dijo haciéndome señas de que lo siguiera.

Marco me llevo por todo lo que conformaba el cuartel, explicándome algunas cosas de ahí mismo. Pasamos por lo que conformaba el área de primeros auxilios, y de ahí a la cafetería del lugar. Él me explicaba todo con detalle.

En tres horas y media recorrimos todo el cuartel, y después, como nos había dicho mi padre, nos dirigimos a su oficina. Los tres charlamos un rato y llegamos a la decisión de que tendría un entrenamiento de 6 meses.

Después de un rato Marco y yo nos salimos de la oficina, dejando solo a mi padre; Marco me llevo a recorrer la ciudad.

Caminamos sin rumbo un rato, y antes de que oscureciera Marco regreso al cuartel y yo seguí deambulando por ahí.

Caminaba por una calle que ya comenzaba a ser alumbrada por los faroles que se encendían cuando note que alguien me estaba siguiendo

Continuara...

Aqui esta el capitulo IV,
ahora solo me resta desearles un feliz año nuevo.

Pasensela super en compañia de sus seres queridos.:)