Contenido oculto: Inspirado en: Contenido oculto: Personajes Hey, tú no estás sola, no estás sola... Contenido oculto: Portada [███☆███] Una joven de ojos grises casi blancos intentaba o era guiada por su cachorro guía en la escuela Teikõ, este era muy adiestrado como sobreprotector mas no pudo evitar que una pelota se estrellara en la cabeza de la chica, haciendo que se caiga de senton al suelo. —Itte.. Hachi... ¿qué fue eso? Se queja la joven de cabellos rubios con mechas castañas de piel blanca y una bufanda verde. La razon por la cuál portaba aquella prenda a pesar d eno hacer frío, era porque en la mañana no había comenzado con un buen día, había tenido un encuentro brusco con su padre, motivo por el cual tenía la bufanda. —¡Oh dios, realmente lo sentimos! Aomine Daiki discúlpate con ella —exclama ordenando molesta una chica con el tono de voz totalmente preocupado mientras hace el amago de ayudarla, pero nota el moretón rojo bastante visible en la cabeza dela rubia con mechas castañas. —Satsuki deja de molestar, está viva, no le veo necesario —añade una voz rasposa, un tanto grave, el de un chico pero se recalcaba el cansancio, posiblemente con desinterés había contraatacado. —Hachi. Eso había sido lo único que se dedicó a pronunciar la chica, víctima del balonazo que había recibido anteriormente. —¿Uh? —pregunta desconcertada la pelirrosa, Satsuki Momoi. Ambos luego de aquella pronunciación de palabra, se percatan recién de la presencia de un cachorro, que sin dudar, reacciona ante el nombre. Este cachorro se lo veía marcado y muy caracterizado por ser de la raza de un husky siberiano, de mediana estatura, que al parecer pertenecía a la chica. Al volver ambas miradas, tanto desinteresado como confundida, notaron un gesto que no pasó desapercibido por ambos al ver cómo la chica tan solo fruncía el ceño, para luego notar que con un ligero movimiento lento, fuerza en los brazos y manos, junto con la correa especial que el perrito tenía se lograba levantar soltando un pequeño y corto suspiro. —Si no se quiere disculpar, no lo obligues, no quiero seres falsos en el mundo. Muchas gracias por preocuparse —se escucha decir de aquellos labios finos de la rubia de mechas castañas, quien añade ese comentario sin mirar a la pelirrosa. Satsuki, al notar que no le dirigía la mirada y la presencia del perro en la situación, entre tantos pensamientos que afloraban en ese momento, pudo comprender rapidamente una sola conclusión de lo que ocurría ya que su mirada no recaía en ella, sino que a un costado, pero un ladrido hizo que la mirara ya que el cachorro estaba cerca de ella. —Si me disculpan, debo intentar llegar a clases, vamos hachi —se disculpa con educación, tarareando suavemente como si no hubiese ningun daño. El cachorro ladra al escuchar su nombre resonar en los labios de su dueña, para luego comenzar la tarea de guiarla, mientras que Momoi y Daiki se habían quedado tiesos. Era la primera vez que se cruzaban con esa chica. Aunque justo antes de que se fuera alejando por completo de ellos, esta depositó en aquella situación unas últimas palabras: —Por cierto, el que no vea no quiere decir que sea ignorante ni mucho menos autista. Aomine-kun espero verlo otra vez en mejores condiciones. Mucho gusto conocerla, Satsuki-san. Poco después su camino siguió avanzando como a un metro y medio hasta que pudieron notar que un peliceleste se ofrecía a llevarla a su clase. Siendo así otra ayuda para su guía. —Vaya, que intenso, je. Una ciega. Aomine Daiki sin lugar a dudas no se esperaba aquella extrañez en el día de hoy, pero mas que nada, poco le importó ser sutil ante su manera de expresarse. —¡Daiki, más respeto!, ya se quién es ella, es la alumna de intercambio de otra escuela, esta en clase con Akashi, mira que si se entera... Empezó a decir con muchos nervios, mordiéndose el labio ante la situación en la que estaba metida por el flojo pervertido de su amigo, el as del equipo. —¿Me enojaría su forma de actuar? ¿A eso quiere llegar, Satsuki-san?. Una voz se hace presente justo tras ellos, tras ser abierta la puerta del gimnasio deportivo. Siendo así que tanto Aomine como Satsuki tragan saliva, mas la ultima con nerviosismo, mientras salta en su lugar y empieza a tartamudear. —Perdón Akashi, es que no pudimos evitar que la pelota llegara a... —empieza a decir una pequeña excusa, la pelirrosa de ojos rosas magenta oscuro. —Las excusas no dan merito a esta ocasión. Aomine, por esta vez te pediré con respeto a que vayas y pidas disculpas a Haruno-san. La escuela Teikõ esta muy agradecido por su translado, una excelente alumna como tal, al menos merece nuestra ayuda en vez de daños físicos, ¿no le parece? —la defiende firme, serio pero con la expresión tranquila el pelirrojo. Aomine lo mira con desinterés, con intención de marcharse, mas unas palabras lo hacen detenerse a medio camino, tenso y plasmando una mueca de disgusto como frustrado al escuchar: —Si no te disculpas, pediré al entrenador que no participes una larga temporada en el Basket, tu eliges Aomine. No quisiera llegar a tal punto, espero sepas lo que te conviene, es hora de regresar al entrenamiento Satsuki-san. [███☆███] Siendo así como horas después del entrenamiento duro que había recibido por parte del capitán y Akashi Seijuro, el peliazul moreno estaba esperando a la susodicha en la salida del Instituto, haciendo que el cachorro ladre al reconocerlo por el aroma y físico. —Tks... Oye Haruno. Siendo así su comienzo para que la chica al menos lograse captar por el oído de quién se trataba esta vez. Porque ya se había despedido de Kuroko y Akashi, además de no tener muchas amigas. —¿Uh? ¿Aomine...? —pregunta extrañada al pasar unos segundo e identificar el tono de voz, deteniendo su caminar.— ¿Qué deseas o haces aquí? —Te acompañaré hasta la estación del tren, debemos hablar. —Ni que fueramos pareja. Realmente a la rubia le pareció ciertamente gracioso el haber escuchado palabras tan serias y de película, ante la frase dicha, por lo que se dio la libertad de bromear. Sin embargo, no fue solo eso en hacer, sino que en cierto momento ella se coloca en posición de la sentadilla, flexionando sus piernas, para así poder colocar un dispositivo electrónico en su cachorro. —Listo, vamos. —¿Para qué sirve eso? —pregunta con cierto escepticismo. —Oh, es como guía para Hachi,que le indica por donde ir, la tecnologia de hoy nos ofrece desvíos favorables para que ningún golpe u objeto interceda en el camino —añade con desinterés aunque se sentía el suave tono sarcástico al final, después de todo era un poco rencorosa. —Ah. Aomine se había dado cuenta del humor explosivo y curioso que su contraria poseía pero ahora que la observaba mas de cerca, pudo percibir un ligero movimiento de hombro y cuello un tanto raro. Era como un presentimiento raro al verla ante aquel movimiento de posicionarse a su lado. Sin embargo, no era de su incumbencia. Pero al ver que la bufanda estaba algo mal puesta nota un moretón marcado de tono amarillo y verde junto a la visible forma de dedos en esa misma zona, por lo que sin permiso alguno se detuvo frente a ella, ocasionando que ésta se chocara con el cuerpo del basketbolista. —¿Quién fue el maldito que te estranguló? —exige saber con descaro, serio. Había muchas cosas que le causaban enojo al peliazul pero esto pasaba del límite del cual no siempre lograba alcanzar en el día, podía ser desinteresado cuando quería, pero no soportaría que un imbécil agrediera a una chica que era diferente al resto por ciertas discapacidades y menos que ésta no hiciera nada al respecto. Siendo de esa forma como Aomine Daiki, pudo percibir la tensión del cuerpo de su contraria que ni pudo despegarse del cuerpo del contrario, la rubia con mechas castañas fue bajando la cabeza, reemplanteándose si decirle o no la verdad de los hechos, sin embargo, inconsciensientes lágrimas caían por sus mejillas. Espantando por tal reacción a Aomine, quién levantó con suavidad el mentón de la contraria, aunque no lo viera, el necesitaba verla con la cabeza en alto. Pero solo pudo ver el desencajado rostro lleno de lágrimas de la chica, chasqueando la lengua al sentir que aquella imagen no lo complacía en nada. Uh!! Uh!! Uh!! uhhhh uhhhh!! No no no no...~ —No me llores, Haruno Aruna, dime, hombre que pega a una mujer merece que le den su merecido. —espeta intentando ser suave, que sin ser consciente el moreno le acaricia la mejilla para que se calme. —No es necesario que pierdas tu tiempo conmigo Aomine-kun... —contesta bajito, mientras se aleja de él más no lo logra, este le agarra de la muñeca, evitandolo. —Insisto, no te dejaré sola. Tu no estas sola —añade con firmeza. Al escuchar esas palabras fue cuando el llanto se alargó y parecían cascadas de aquella mujer que parecía ser desde lejos un girasol bello pero diferente. Cuando no encuentres amor dentro de ti.. [███☆███] Fue desde ese entonces que la relación de amigos entre Aomine y la chica (que parecía un girasol caminante), empezó a compartir más tiempo sin desearlo con Aomine, por que las cosas fueron empeorando, el padre ya estaba cansado de todo. De ella, de que su mujer solo viviera trabajando para mantener con bien y solventar una ayuda profesional a la niña, ya ni siquiera parecía interesarse en él. Por lo que maltrató a su hija después de venir borracho, haciendo que al día siguiente no pudiera ir a la Institución de Teikõ, siendo así que la pelirrosa y peliazul fueran a ver que era lo que ocurría, pero se preocuparon al escuchar como Hachi ladraba y lloriqueaba tras la puerta, pidiendo ayuda. Aomine utilizó su fuerza, sin embargo, se quedó estático al verla rota, llorando con el rostro ensangrentado mientras se abrazaba temblorosa sus piernas, mirando hacia el suelo. —¡Aruna! Satsuki estática ante la escena, pudo reaccion justo despues de que Aomine llegara a su amiga, corriendo hacia ellos, sin poder creer que la mejor alumna de Teikõ, la única que podía hacerle frente en lo académico a Akashi Seijuuro estaba totalmente rota. —¿Quién te hizo esto, Haruno-san? —suplicó saber la pelirrosa muy preocupada por su amiga. —Ya no importa... Quien hizo que... Ya no me importa nada... T-tan solo quiero que todo termine... ¿por qué no me matan, si tanto les estorbo? —preguntó con voz rota, toda de ella lo estaba. Al decir eso su husky siberiano, negó consternado para empezar a lamerle la mano intentando animarla. Aomine iba a regañarla pero cuando ella inconsciente levantó el rostro hacia él. Supo que no estaba bien, su rostro estaba muy pálido, para cuando su cerebro le había dado la alerta de aquello ya era tarde, no tardo el escuchar y sentir *ploft* por él. —¡HARUNO! Satsuki al verla perder el conocimiento se alarmó y ya empezaba a llorar, pero reaccionó rápidamente, llamó a la ambulancia. Siendo acompañada en todo momento por su compañero moreno, ambos estaban preocupados por la seguridad de su pequeña amiga. Aomine fue quien pudo acompañar a Haruno Aruna a la ambulancia mientras que Satsuki Momoi se quedaba con Hachi llamando a la madre de su amiga. Tú no estás sola, yo estoy aquí, Para hablar de tu interior, para sentirte mejor, Tú no estás sola, yo estoy aquí. [███☆███] Una vez que la ambulancia, junto a los paramédicos habían logrado hacer su trabajo, el peliazul moreno, se encontraba serio y muy callado, viéndola en la cama del hospital. No había sido mucho el tiempo en que le hubieron informado del estado de su amiga. —Lamento comunicarles que hemos descubierto que los golpes en la paciente han sido bastantes graves, hemos encontrado huesos rotos en una de sus costillas, su cuerpo tiene evidencia de esperma y parte de la zona intimida se encuentra desgarrada. Aomine al escuchar aquello, su corazón había quedado en shock, la madre lloraba ante tales daños siendo consolada por Satsuki. Pero para él era una muestra muy evidente que la habían roto en cuerpo y alma. No cabía en rabia y enojo, estaba harto de la situación, siempre le había dicho que denunciara a su padre, pero ella creía que todo cambiaría antes de perder su esperanza. —Por favor... Aruna, no estás sola, estoy aquí. Joder, no te rindas. Por primera vez en la vida, algo más que el básquet le interesaba a Aomine Daiki, el jugador que poco a poco sentía que en el basket no encontraría alguien que le diera un buen juego. Sin darse cuenta el cariño por aquella chica con cierto parentesco a un girasol iba convirtiéndose en una parte muy importante en él. Dime qué ves en el espejo cuando empieza un nuevo día y piensas que nunca más volverá a ti aquella alegría [███☆███] Aquel día al fin había llegado, casi un mes en rehabilitación, al fin había logrado salir del hospital, su madre había denunciado al padre y este fue encarcelado por violación a una menor, todo parecía estar lejos de su alcance. Al fin podría sentirse libre, mas no se sentía así, Haruno Aruna. Si no fuera por la compañía de su cachorro Hachi, Aomine y Satsuki se había dejado ir para siempre. Pero estos tan sólo intentaban a su modo, que no dejara que todo se resquebrajara aunque ella ya se sentía sucia e innecesaria en esta vida, su madre había pedido perdón, ella sabía que su madre no tenía la culpa, aunque ella misma hubiera podido remediar el daño antes pero nunca esta fue consciente de que aquel hombre dejó de ser un padre desde que la mayor se había dedicado a sacar un futuro para su hija en el día a día. Por lo que en cierta parte quiera o no, era la culpable. Todos eran culpables, y ella se sentía desfallecer, cada día que pasase, sin importar nada. Sin embargo, un día al azar, luego de haber pasado ya mes y medio, Momoi llegó exaltada para llevarla junto a Aomine que se había negado a seguir practicando con el grupo de Basket, ya que lo veía innecesario, ya que era el mejor jugador, y no tenía caso seguir practicando si nadie le hacía frente. —¡Daiki, levántate, te dije que si no te levantabas Aru-san se enojaría! —añade intentando asustar al moreno, pero este ni siquiera se movió de la azotea, donde estaba acostado. —No me interesa, Satsuki, vete. Aquel día no sabía de donde había sacado las agallas la rubia con mechas castañas pero lo había hecho, había pronunciado las palabras claves para que Hachi saltara a atacarlo. —Hachi, zum zumb. Haciendo que Aomine, al sentir el peso de golpe caer encima de su estomago se exalte y asuste tan derepente, ya que no lo se lo esperaba. —¡Joder Hachi, no me ataques mocoso! ¡Aru!, ¡Que demonios te pasa? —exclama enojado. La rubia con mechas castañas, de ojos grises lo ignora y con una sonrisa débil mira al lado contrario a Momoi, ya con el pedido terminado. Había conseguido que el moreno estuviera despierto, mientras que Hachi al verla moverse, salta del estómago hasta unos metros cercano a su dueña, caminando com si no hubiera hecho nada. —Si dejas de practicar, yo dejaré de luchar. ¿Quieres hacer algo mejor? Entrena, deja de ser flojo, yo lucharé por vencerme pero si tu no te vences nunca querré vivir. —¿A qué viene eso? —El suicidio es mi final, eso pienso, que dejes de entrenar significa para mí eso. Pero como tienes a Momoi-san como medida a interrumpir todos mis planes, lo impidió para traerme a ti, sin embargo si veré como te dejas llevar, ¿para que vivir si serás un fracaso?, no podrías ser mi luz. Estaré sola, si sigues así —añade con voz distante y dolida, si, le había dolido. Aomine traga saliva, era cierto, había dicho que sería su luz, que el basket era lo que mas amaba y sería el mejor, por ello era la luz de Kuroko, por lo que al quedarse solo. Aomine golpea la pared enojado, pero llega al entrenamiento. —¡Aomine-cchi, viniste! Exclama feliz y asombrado el rubio Kise Ryota, ya que el nombrado ultimamente se dedicaba a faltar a los entrenamientos, o bien desde un tiempo dejo de jugar. Sin embargo Momoi ya se encontraba preocupada sanando la mano del moreno, preguntándole que había ocurrido, pero las palabras de Aruna le habían calado hondo. Aomine mejoraría, sería la mejor luz, pero para ello no dejaría de estar con ella, ahora entendía que era mejor por tenerla, mas no había entendido bien lo que ella quiso decir, pero no dejaría que todo el esfuerzo de sacarla de aquel agujero se fue al carajo. —Al parecer Haruno-sempai hizo que recapacitaras —añade serio el peliverde, Midorima. —Tks... Aquel día Akashi había entendido que traer a Haruno-san era conveniente para el equipo, si ya era la fuente influenciadora para Aomine, podría ayudarlos, además podría evitar que las admiradoras de ambos, la atacaran. Por lo que la invitó a la práctica, si esto no salvaba ahora al equipo lo haría más adelante. Pero si todos cambiaban el tendría que cambiar también aunque parecía estar cerca aquella situación. Sientes en tu pecho cuando escuchas las palabras~ que te dicen, y duelen; como un jarro de agua fría.~ ¿Por qué dejas que el resto te señale?~ ¿Por qué dejas que te miren a los ojos y te digan que no vales?~
Una semana había pasado desde que Aomine iba a las prácticas mejorando al máximo su entrenamiento, mientras que fuera del basket, Aruna lo ayudaba con las materias, y él la apoyaba, intentando como siempre que olvidara los malos ratos. Entre una de esas Aomine fue asaltado por una chica rubia con mechas castañas, más bien era un koala humano, que había ocasionado que ambos cayeran al suelo, logrando que se quejara el moreno peliazul. —Argh... ¿Qué te pasa mujer? —Y-yaa no a-aguanto más... Conesta con la voz quebrada, sollozando mientras lo abraza como si su vida dependiera de ello. Al escuchar aquello, Aomine se tensa pero la abraza apegandola mas hacia él, de la cintura. Extrañado, era la palabra que lo describía en ese momento. —¿Qué... cosa? —Ya no soporto... No puedo más con las burlas, h-hoy lastimaron a Hachi por mi culpa, di-dijeron que si no me alejaba de ti, llo ma-matarían. Aomine pudo sentir como las lágrimas de su contraria lo empapaban, aquellas palabras habían hecho que el moreno se quedara estático pero enojado. Ahora si que le colmaba la paciencia sus susodichas admiradoras, pero el no dejaría que eso fuera a suceder. —No te alejarás de mí, no lo permito. No los tocarán. Había dicho firmeza en la voz, mientras daba suaves palmadas en espalda de su pequeño girasol. Distraído acariciaba la espalda a la chica que sollozaba encima suyo. Mientras que esto ocurría, la mano izquierda del moreno, era lamido por el cachorro quien lo miraba preocupado por su dueña. Odiaba que fuera tan débil por ella, pero se odiaba no poder protegerla y evitar que las lágrimas cayeran. ~Permites que te humillen de esa forma a cada instante te quedas de brazos cruzados como si no importase.~ [███☆███] Aquel día Aomine había ido a buscarla para saltarse el entrenamiento con la excusa que iban a comer pero lo que vio en el camino del pasillo, no se lo podía creer, le molestó tanto que por poco no explota. Se había quedado escondido entre uno de los pasillos, por una vez en la vida sería chismoso como Satsuki, para ver que era lo que realmente sucedía. —¿Crees que siendo amiga de Aomine-kun te querrá? Ja que incrédula eres —dijo una chica pelirroja. —Ni siquiera le puedes ver, siquiera sabes si le has sacado una sonrisa, nunca podrás verlo feliz como nosotras si —se burla otra, con melena castaña. Las chicas iban arrinconando y amenazando a la rubia con mechas castañas, quien gracias a Hachi retrocedía, porque este si veía peligro en ellas, alertándola. —Aléjate, deja que las que podemos ver, luchemos por el amor de Aomine-kun y Akashi-sama. Haruna Aruna, estaba con la expresión seria casi pensativa, pero no sabía a quien atacar ni como huir, sin embargo, un carraspeo y estirón la hizo estremecer. Aun mas cuando chocó contra un pectoral firme y cálido que ya conocía. —A las chicas molestas como ustedes yo nunca me fijaría. Además de no ser como Mai-chan son grotescas planas. Había decidido hacer acto de presencia, eran estas situaciones las que le colmaban la poca tolerancia a las chicas del Instituto. Aomine atrajo a su girasol hacia él, sintiéndose seguro que no la dañarían. Las chicas al notarlo hacer aquella acción, sutileza y suavidad con la que trataba a la rubia ciega, junto con la fortaleza en la voz y expresión de enojo se asustan, auque una mas que otra se enojan. —¡E-ella comenzó! —culpó haciendo una expresion de inocencia la pelirroja, intentando salvarse el pellejo. —N-nosotras la estabamos ayudando. —tartamudea nerviosa la castaña. Pero al ver que la expresión del peliazul basketbolista no cambiaba una de ellas, dejó de fingir, y dijo: —Somos más lindas, y te podemos mirar al rostro, nosotros podemos ofrecerte mejores vistas. —Lástima, pero nunca me interesará la gente hipócrita que daña a las personas que solo dispones la capacidad de ver, pero son mas humanos que ustedes que son perras, casi podría decir animales. Nunca más se acerquen a ella, o no me gustaría estar en sus zapatos. —añade Aomine llevándola a rastras de allí. Sin embargo, pasado unos 45 minutos ya cerca de la máquina expendedora de comida, el silencio incómodo fue roto por la rubia de mechas castañas. —Lamento que haya visto eso... —¿Por qué no te defiendes? ¿Porqué dejas que te señalen? El silencio los inunda y ella tan solo suspira, para intentar responderle sin titubear. —Porque siento que nunca seré ni llegaré a estar a tus talones, de nadie, nunca podré decir cuán lindo eres, nunca podré verte sonreír, n-nunca podré ver que te hago feliz... —¡Deja de decir idioteces! —¡Son ciertas! ¿Qué podrías ver en mi? Soy defectuosa, soy una basura que nunca debió nacer, solo estorbo, so-... Iba seguir diciendo sus pensamientos a tropezones pero fue interrumpida porque unos labios cellaron las palabras. Desconcértandola, siendo casi como un "mute" para la música desentonada que salían de sus labios. Mientras que Aomine sonríe lascivo entre el beso, al conseguir dejarla estática. Sin embargo, notar como sus mejillas se volvían de un tono rosa. —Eres mejor que ellas, eres preciosa, eres como un girasol que no se marchita. Y yo seré tu luz, aunque no veas. ¿sabías que no es necesario ver todo?, también puedes sentir. Había dicho el moreno mientras la atraía hacia él, apegándola, y resguárdandola entre sus brazos, ella al medir unos 1,60 era considerablemente pequeña comparado con él. Por lo que le hacía sentir tranquilo tenerla en esa posición. —Prefiero mil veces a ti, que a esas sin cerebro, porque tú si te preocupas por mi, a tu manera, claro. Pero lo haces... Había soltado simples palabras, mientras que sus manos tomaban con delicadeza el mentón de su contraria para luego acariciar suavemente las mejillas con el rubor plasmado en ellas. Aruna tiembla con nerviosismo con el corazón y respiración acelerada. Estaba cerca de Aomine, el amigo que era un completo pervertido, serio pero excelente compañía en las tardes solitarias. Con el chico del cual sin poder evitarlo se había enamorado. [███☆███] No puedes seguir dejando que la vida te odie porque tú no lo mereces, tú eres alguien importante, pero debes valorarte y plantear cara a cada desastre levantate de ese pozo que en el fondo tú creaste... Aomine se encontraba molesto por lo que había dicho Satsuki, quien había dicho una verdad posible. —Daiki, no puedes atarla de por vida a ti, ella también tiene derecho a elegir dónde ir. Para el moreno, ella nunca parecía entenderlo por completo que como Haruno Aruna, su girasol. Ya llevaban medio año viviendo juntos, con el compromiso por parte de la madre con el trabajo y las alertas de las compañeras peligrosas, junto a la pesadillas que su girasol tenía con aquel conflicto, decidió tenerla consigo. —Daiki... No quiero que pelees con Momoi-san, no por mi culpa. Ustedes han sido amigos antes de que llegara a sus vidas —había dicho aquella mañana—. Pero es cierto tu punto, no deseo separarme de ti, no es mi idea pero hasta a mi me duele que Momoi-san tenga la razón en esta ocasión, mi madre dice que en Inglaterra tendré mas oportunidades para comenzar un tratamiento para poder ver, ha oído por allí y quiere intentarlo. Aunque estoy deseando que sea real... Aomine Daiki se encontraba tenso, sabía que una de las ilusiones de su girasol era poder verlo, por lo que si había oportunidad no se la quitaría pero tampoco estaba a gusto con separarse, la casa estaría muy vacía sin ella y Hachi vagando y tropezándose por los lugares del mismo. —Más te vale regresar, porque si no te traeré a rastras —contesta Aomine Daiki mientras la abraza y besa la cabeza a la rubia. Haciendo que esta misma se relaje y ríe un poco ante lo dicho. Afianzando el abrazo. —Arigatõ, Aomine Daiki. Hachi no era problemático, el problema era resistirse al girasol que aunque ella no se diera cuenta, era hermosa y tentadora. Todos sabían o pensaban que eran pareja pero ninguno de los dos habían tomado la iniciativa, ultimamente las pesadillas eran más importantes a tratar que las necesidades que esta hacía pasar al moreno. Por lo que en vez de respetar la opinión de la terca y desconfiada chica ciega, la llevó con un amigo de la familia que era psicólogo. Empezando allí sus días de terapia para superarse, porque necesitaban más ayuda. [███☆███] Últimos días en Teikõ. Aquel día Akashi había sido en el que se turnaba para traer a la rubia del psicólogo y justamente después tendrían un entrenamientos por lo que vio oportuno presentarla al equipo, por lo que al verla suspirar mientras acariciaba a su cachorro en aquella sala, le apretujaba el corazón tan solitaria y débil, pero muchas veces le molestaba que fuera tan blanda, al pelirrojo le molestaba que todos se burlaran de ella por el simple hecho de no ver. —Aruna-san lamento la tardanza. La rubia con mechas castañas al escuchar la voz firme, seria pero relajada supo de quien se trataba, era al único quien Hachi estimaba, ojala viera que tan bien se llevaban esos dos, pero al verlos desde lejos siempre se le veía que el husky le saludaba con la pata al pelirrojo, y capitán del equipo de basket de Teikõ por lo que era sorprendente. —Descuida Akashi-kun, me alegra que hayas podido venir, al parecer Aomine-kun no pudo venir, espero no haber sido una molestia para tu dia de hoy. Akashi Seijuuro estaba agradecido de sus buenos modales, pero hoy la empujaría para que empezara a dar los pasos mas fuertes contra la vida, ya que faltaba poco para que comenzará el ciclo de distancia. —No la es, mi querida Aruna-san. Vámonos que estamos llegando tarde. Aquellas simples palabras y elegante educación había formulado Akashi, el pelirrojo, actual capitán de Teikõ. Mientras se disponía a caminar de forma coordinada con Hachi, guiando así a la rubia al siguiente destino. El Gimnasio. Tan solo esperaba que esto pudiera salvar al equipo. Ya que mediante ella, ambos no habían caído en el egoísmo, y seriedad pero sabían que el marchar del girasol de esta escuela sería un bajón. Aunque no lo quisieran admitir. [███☆███] El equipo estaba reunido en la cancha de basket esperando a su capitán quien había dicho que se reunirían antes del final del día, que tenía algo importante que decir. Por lo que sin negarse estaban esperando al pelirrojo. —¿Porqué siempre nos hace esperar? Podría estar haciendo mejores cosas. Tks.. —se queja fastidiado Aomine, no había podido ir por Aruna, por culpa de Akashi Seijuuro. —¿Acaso Aominecchi tiene novia? —pregunta curioso y pícaro, Kise Ryuota, acercándose a picarlo para que se lo dijera. —Tengo hambre, se me están acabando las papitas —se queja Atsushi Murasakibara, el pelilila alto y robusto comiendo. —Tks... Estamos perdiendo valioso tiempo, nanodayo —dice serio el peliverde Midorima. —Ya debe por estar venir —se hace presente entre la conversación el peliceleste, con expresion tranquila. Se escucha un ladrido de perro ingresar a la cancha tras ello escucharse una voz femenina. —Lamentamos la tardanza, el tráfico nos atrapó. —se escusa la chica rubia de mechas castañas. —Lamento la tardanza. Bien, ahora que estamos todos. Haremos una pequeña presentación y luego hablaremos de lo dicho —añade Akashi Seijuuro tranquilo. Aomine Daiki no salía de la sorpresa, sin embargo, pocos minutos le duró, ya que cuando pudo la atrajo hacia él. —Debía ser yo quien te buscara, maldito, ella es mía —gruñe Aomine Daiki. —Hai, Hai. —evita tomarle en cuenta el insulto, no deseaba dar disgustos a su compañera. —Terminemos con esto Akashi-chin, quiero comer —dice una voz tranquila pero sin mucha emoción, casi neutral. —¿Uh? H-hola Aomine-kun, etto, ¿cuántas personas hay? —pregunta curiosa, separándose un poco del moreno. —Cuatro, cinco conmigo, y... Aomine le iba respondiendo a la rubia pero otra rubia lo interrumpe. —¡Waaa es hermosa! La tenías muy oculta, Aominecchi. ¡Hola!, Kise Ryota, un placer preciosa. —dice el rubio con voz entusiasta, exaltando un poco el corazón de la rubia, quien se oculta un poco en el moreno. —Idiota la estas asustando, tks.. —se queja Aomine alejándose un poco del rubio. —Ow.. No seas malo Aominecchi. —pone cara triste y su voz se siente apagada. —Tranquilo, Aomine-kun, tan solo fue muy repentino, no lo sentí llegar —dice la rubia con mechas castañas aun agarrada del la ropa del moreno. —¿Qué hace Aruna-san aquí, Akashi-kun? —pregunta una voz demasiado relajada, ni siquiera muy expresiva. —¿Uh? ¿Kuroko-kun? —pregunta mirando hacia él, tan solo ella era capaz de saber dónde estaba él. —¿Lo puede notar? ¿Cómo? —pregunta asombrado, con su voz seria Midorima. —Por el simple hecho de que no puede ver, Midorima. Bien, ella es Haruno Aruna, una de nuestras alumnas de intercambio desde hace dos años. —presenta Akashi. —¡H-hola! —saluda la rubia castaña a un costado equivocado. Mientras que Aomine gira con delicadeza su rostro donde estaban sus compañeros. Todos tragan saliva ante el pequeño rubor de la chica, que le quedaba muy tierno. —¿A qué se debe la presencia de Haruno-sempai aquí? Nanodayo —pregunta Midorima. —Por el simple hecho de que un día pregunté por vosotros. —contesta la voz suave y cantarina pero casi neutral de la chica. —¿Y eso? ¿Por qué su interés repentino en nosotros Harunocchi? —pregunta curioso Kise Ryuta. —Porque sencillamente me frustra ver como sus almas se ennegrecen por estupideces —añade sin ningún pelo en la lengua. Alertando a todo el equipo, si, la rubia con mechas castañas se había dado cuenta del porque Akashi la había traído consigo. Si se trataba de defender otras cosas lo hacía sin temer, pero si era ella, pues estaba perdida, tenía una muy mala autoestima, por eso iba a las reuniones con el psicólogo. —¿Akashi-chin porque traes a una desconocida a esto? Quiero comer —dice desinteresado Atsushi Murasakibara, ignorandola por completo. Haciendo que la rubia de mechas castañas empuñara la mano con la que agarraba la correa del perro. —Aru, cálmate. No vale la pena que Hachi ensucie su boca —la toma por la cintura, intentando calmarla, Aomine Daiki.— Déjame que lo golpeo por ti, Maldito. Ahora el peliceleste era quien se había cruzado en el camino , al ver a Aomine sediento de sangre, evitando así el pleito entre ambos, pero se encontraba con los ojos levemente abiertos mas de lo normal, podía ver como la luz de Aomine aumentaba con la presencia de Haruno-san. Y más cuando la ignoraban asi. —Lamento interferir entre tu pecado capital y el realmente es una lástima que no tengas interés en esto. Puede retirarse, Akashi-kun perdón por mi comentario, pero realmente tu equipo mata al basket. Ese niño de allí no debe estar jugando —añade fríamente la chica mientras esbosa una sonrisa lasciva—, ni siquiera me ganaría a mi, no se porque se hacen llamar la Generación milagrosa, si están pudriéndose. Aomine, Kuroko y Akashi-kun son los que pueden ser salvables Ni siquiera la misma Aruna, sabía de donde había quitado las agallas para decir aquello y admitir mientras que pide delicadamente pode por favor a kuroko, una pelota. —¿Está segura, Aruna-san? —Muy segura, Kuroko-kun, solo dime la distancia y ubicación. Para poder tirar. —Tks... La enfadaste de verdad —se burla Aomine. Dime de corazón si quieres seguir adelante, no mires a otro lado, no creo que tu alma aguante,~ —¿Ah? ¿Por que dejas que Harunochin juegue? Estás consciente que no ve, esto es ridículo —añade el pelimorado ante la situación. La rubia con mechas castañas vuelve a ignorarlo, por lo que por un momento se olvidó de todos sus males, no era la primera vez que lo hacía. —Hachi, muéstrame el recorrido—pide suavemente al cachorro. Quien enseguida corre hasta hasta estar cerca del aro. Si bien a pesar que la chica no disponía de la vista, los demas sentidos estaban mejor entrenados y listo para cualquier ocasión. Después de todo, Aomine un cierto tiempo le enseñó a encestar sin ver. ¿Quién dijo que necesariamente debería ver? También podía sentir, escuchar y palpar. Sin embargo, todos al ver como la joven chica rubia ni muy alta ni baja, se preparaba para tirar, tragaban saliva, expectantes ante el desarrollo y final de lo que sucedería. Al escuchar como el cachorro ladraba marcándole el lugar por lo que Kuroko, solo la ayuda a centrarse. Y como si fuera un "Midorima" encestó en el aro, sin ver pero al escuchar esta el sonido suave de las cuerdas del mismo balancearse en el aro, sonríe empezando a aplaudir y saltar. —¡Daiki! ¡Viste, ya puedo jugar con ustedes!, ¿verdad que sí, Akashi-kun? -pregunta mirando al lado incorrecto, siendo esta vez el pelirrojo quien la hace mirar al lado correcto—... uh... Volví a errar. —No te preocupes, estuviste increíble Aruna-san —felicita Akashi, gira la vista hacia sus compañeros—, Quería demostrar que a partir de hoy si ustedes deciden que jugar solos es mejor, les dejaré en claro que, personas brillantes como Aruna-san podrían llegar a superarnos, por lo que para mejorar les daré la opción se separarse. Pero con la condición de que cuando nos volvamos a reunir, rompamos con los hilos. A no ser que haya un cambio en el trayecto —habla de su plan, suavemente sin guardarse nada y serio Akashi Seijuro. La rubia con mechas castañas salió del estupor de la felicidad ante las palabras del compañero. —Tks... Soy mejor que ella, es tan solo una niña molesta, no me interesa, hagan lo que quieran—dice Murasakibara marchándose como si nada. —No es necesario perder mi tiempo con esto. No voy a permitir que una chica ciega pierda contra mi —añade Midorima frustrado, pero serio, marchándose también. No deseaba romper el corazón frágil de la dama. Sin embargo, Kise se acerca a la chica. —Si algún día quieres aprender a jugar mucho mejor, pídemelo a mí, Harunocchi —dice Kise Ryuota orgulloso—, pero si me disculpan necesito ir a una sesión de fotos, hasta pronto. —se despide. Haciendo que el corazon de la chica junto a lade Satsuki, palpitaran al ver como la Generación Milagrosa se resquebrajaba, siendo Kuroko Tetsuya su única esperanza a perder, pero la mirada dolida y vacía, hizo más daño que cualquier cosa a la chica girasol. —Kuroko, ¿tu si mejorarás verdad? Ya que cada vez que se dirigía a él, a ciegas acertaba donde este se encontrase, a pesar de su poca presencia en el lugar. —Yo... No lo sé, ya no sé si quiero jugar basket, lo siento Haruno-san —dice marchándose el peliceleste. El tono distante y como se había dirigido a ella, fueron como si una jarra de agua fría cayera encima suyo, mostrándole la realidad. Aquel día fue la única vez que conoció a la famosa Generación Milagrosa reunida. Desilusionada por el desenlace, esperaba que le dieran batalla, pero había llegado tarde. [███☆███] sólo quiero ayudarte, deja que te enseñe algunas cosas; yo estoy aquí para escucharte.~ Esa misma tarde la rubia con mechas castañas se había despedido de Momoi y Daiki en el aeropuerto con la compañía de su madre y Hachi. Ambas se iban a Inglaterra, para poder tener la esperanza de recobrar la visión. O al menos poder percibir un poco los colores. —Momoi, cuida a Daiki por mí, por favor, esta vez no estaremos ni yo ni Hachi para despertarlo —sonríe un poco triste. —Tranquila, me lo podré apañar sola, hasta que vuelvas Aru. Tan solo mejora y vuelve con mucha fuerza, por favor —pide mientras lagrimea silenciosamente la pelirrosa. Sin más ellas se abrazan, y se lo promete débilmente. Este viaje debía ser aprovechado. Una vez pudo despedirse de ella, le tocaba a su amigo el alto. —Hey... —sonríe triste acertando por primera vez a ciega dónde estaría Aomine Daiki. Sorprendiendo a Momoi y Daiki a la vez por lo que la pelirrosa entendió que era momento de dejarlos solos. Por lo que se fue a mimar y despedirse de Hachi. —Daiki... —No estés triste, no es como si no nos volviéramos a ver. —intenta ser optimista el moreno por ambos. —Será difícil no escucharte cerca de mi... —susurra. —Pero siempre estaré aquí para ti, cuando no encuentres amor dentro de tí, tú no estás sola, yo estaré allí—susurra cantándole el peliazul pero esta vez sin poder evitarlo, su rostro serio era embargado por lágrimas silenciosas. —¿Y si...? ¿Y si ya estoy perdida dentro de mi?, ¿y ya no encuentro una escapatoria?, ya no se si soportaré las malas palabras... -solloza acertando a abrazarlo. —Para hablar de tu interior, para sentirte mejor, Tú no estás sola, yo estoy aquí. Siempre podemos estar hablando por celular, tonta... Deja de llorar, me harás llorar—pide bromeando, ahogando su dolor, con la voz ronca, el llanto le estaba carcomiendo. Dejar que la chica que le gustaba se fuera era difícil, más cuando se acostumbró a verla dormir y despertar a su lado. [███☆███] Otro día más empieza y sabes lo que allí te espera, tienes miedo de asistir a ese lugar y aunque te duela, debes ir, debes llenarte de fuera y afrontar ese problema que no te deja vivir.~ Otro días más volvía a pasar desde que estaba en Inglaterra, las cosas con el tratamiento estaban siendo ejercidos pero ella no veía nada suceder, no volvía esa alegría de vivir, no volvía ese sentimiento que pudo sentir como lo dejó en Japon, con Aomine Daiki. —...con el tratamiento será a largo plazo su avance, por lo que sea optimista, ya estas en camino a volver a ver —comenta el doctor. La madre e hija tenían el corazon hecho puño, deseaban ser felices luego de tanto tiempo sin serlo. [███☆███] Escúchame yo un día estuve en tu lugar sé lo que es éste sufrir, lo pase mal durante un tiempo pero al final aprendí, que para que los demás nunca te señalen con el dedo, debes respetarlos pero respetarte a ti primero.~ Después de dos años, habiendo logrado hace unos meses recuperan un poco la vista, aunque seguía siendo un poco nula, era una de las tantas sorpresas de las que quería hablar con él. Con Aomine Daiki, claro que seguían hablando, aunque el peliazul no sabía cuando dejaron de sentir que sus corazones se estuvieran alejando con la distancia, quizás el que los volvió a unir, fue aquel día cuando la rubia un día lo llamó llorando desconsoladamente sin poder parar y decir balbuseos. —Espera, respira, ¡joder!, respira... Explicame que pasa... El peliazul se encontraba saliendo del encuentro contra un equipo x, mientras que Seirin y Kuroko contra su nueva luz lo pudieron observar jugar. Kise había ido por curiosidad a ver pero se extrañó al verlo serio y preocupado, esas expresiones tan sólo lo vio en el una sola vez, cuando se le había visto con la chica rubia con mechas castañas, pero en el tiempo que transcurría ya no la veía con él. «A lo mejor es ella»pensó Kise. —¿Qué pasa Aominecchi? —dice un poco extrañado. —Cállate, maldita sea, no... Es solo Kise —espeta alejándose tenso. El nombrado iba a decir algo pero ve como Aomine se detiene en el caminar hacia la salida. —¿Q-Qué?... Espera... ¿Hachi? ...dios... ¡Joder! Kise no entendía nada pero escuchaba en sollozo desesperado tras Aomine. ■↭"Lo... Mataron... Hachi... No... " Kise al escuchar los murmullos tras la otra línea, lo paralizaron. Aruna había llamado a Aomine para decirle que la emboscaron en su nuevo instituto, la empujaron pero lo premeditaron todo, y dañaron a su cachorro, intentaron salvar a Hachi pero este intentó proteger con todo el corazón a su dueña que se llevó muchas apuñaladas de las chicas populares. Menos mal un chico le había socorrido a ella pero para su cachorro había sido tarde. Lo había perdido, el humor de la rubia no iba bien, no iba nada bien. Por lo que Aomine estaba con el corazón ahogado en rabia, e impotencia. Por lo que golpea la pared, antes de escuchar que la madre tomaba el celular de su hija. —Aomine vamos de regreso, ella te necesita, ya no quiere comer nada, no come nada desde hace semanas... te necesitamos. Llegaremos pasado mañana—anuncia la madre firme ante los sollozos de la chica. Aruna se la escuchaba con un caso crítico de histeria, recordando cada mala burla y palabra de las chicas que se habían llevado la vida de su cachorro, de su mejor amigo. [███☆███] Porque si tú no te quieres, quizá nadie jamás lo haga, mírate, cree en tí misma, saca fuerzas de la nada, que nadie te diga que no eres capaz de conseguirlo, vales mucho y tenes tanto que ofrecer en este mundo. Aomine había esperado los días, aquel día no pudo zafarse de Momoi, pero ella sabia de la seriedad del caso, por lo que estaba nerviosa. Pero cuando la vieron jadearon tensos, estaba peor de como la dejaron ir aquella vez. Estaba mas paliza, casi en carne y hueso. Pero era de esperarse, el cachorro había estado desde pequeña, como tambien cuando inclusive perdió la vista a sus 7 años, desde pequeños se habían conocido, querido y protegido, era normal que su ausencia y partida, la dejaran así. —Satsuki ayuda a su madre, yo me encargo ahora, vete —dice mientras Aomine se acerca a ella. La rubia con mechas castañas tan solo se cubre el rostro sollozando esta vez en los brazos de Aomine. Sin separse del abrazo con el cual deseaba protegerla y refugiarla, se la llevó a su casa, no la dejaría por nada del mundo, su equipo de Toõuo podría sin él, estos días. [███☆███] La vida no será fácil, pero mientras sigas fuerte podrás seguir caminando y yo me alegraré de verte, Sólo quiero decirte que pase lo que pase lo recuerdes, Ha sido un placer conocerte... Yo sé como te sientes... No debes avergonzarte de tí misma... Crecer no es fácil... Pero siempre habrá alguien que te haga sonreír... Cuando no encuentres amor dentro de tí, Tú no estás sola, yo estoy aquí, Para hablar de tu interior, para sentirte mejor, Tú no estás sola, yo estoy aquí.~ Las cosas no fueron fáciles de superar ella se culpaba de todo, de haberlo metido en ese lío, de que debió haberlo cuidado mejor. Pero no, le había fallado. Con mucho esfuerzo Aomine Daiki pudo ayudarle a salir de aquello, le llevó como gran primera y segunda parte de la temporada de la Inter-escolar pero había valido la pena, ya que ahora en estos instantes era ella quien lo alentaba desde la multitud por vencer al equipo de Seirin pero contra todo pronóstico había sido vencido pero lo que le sorprendió fue que su novia, sí, habían formalizado su relación, le había dicho todo había valido la pena, que perder era un camino más para crecer, que ella estaba allí para él. —Tu no estás solo, yo estoy aquí. Ahora ella era quién se mantenía firme para él, pero un perrito la había atacado tirándola encima de él, haciendo que el corazón de la joven bajita se le estrujara. —Lo lamento Aruna-san... Nigou se escapó de mi... Kuroko se había disculpado pero no se esperaba ver como Aomine con cierta tensión, limpiaba temblorosa las mejillas de la rubia. Aquel cachorro era la copia de su cachorro, pero pequeñito. —C-cuídalo... bien, Kuroko-kun. Nosotros nos retiramos —dice la rubia mirándolo y sonriendo triste para luego desaparecer por la puerta del lugar competitivo, abrazando al peliazul. [███☆███] Desde aquel día, desde que Momoi se había enterado del hecho, había pedido a Kuroko para que viniera él y su cachorro nigou para animarlos pero resulta que Aomine había dejado fuera a ambos. No quería a nadie cerca de ellos. Querían estar tan sólo ellos dos juntos, necesitaban recuperarse de sus heridas. Esa vez fue la primera vez en que consumaron y se perdieron en su amor, uniéndose en un acto sexual. Siendo así como ambos habían perdido su aliento en un verdadero "Te Amo". —Gracias por todo, Aru... Te amo. —A ti Daiki, Arigatõ. Por siempre estar allí. Fin
Sólo por no dejar, querida... :D He de decir que me gustó pero siento que le diste un gran protagonismo a la chica nueva que te creaste ─¿Haruno Aru, en serio?─ dejando un poco de lado lo demás, y no es que me disguste que Aomine tenga un romance porque creo que se lo merece (como muchos otros chicos de este anime), es simplemente que me hiciste mucho drama con su situación por la ceguera, el abuso de su padre, el bullying escolar y para rematar la muerte de su perrito que no terminó de cuajar del todo en mis sentidos. Afortunadamente lograste conservar en gran medida la personalidad de los Kisekis pero se te fue un poco tanto con Akashi como con el mismo Aomine, aunque nada grave que lamentar. Como sea es un gusto leer novedades sobre animes que son parte de mi corazón, e indudablemente te esforzaste en el escrito, así que muchas gracias por darte un tiempecito para escribir.
Jajajajaj ya ves que no tengo mucho lío a la redundancia de los nombres de mis personajes. En efecto, me di cuenta de todo, por ello estoy trabajando en un fic que explique realmente pequeñas partes que no cuajan o le faltan para que se entienda. Pero bueno , la verdad que todos mis intentos de relatos cortos siempre le falta algo, porque luego se me enciende la chispa de crear un fic para explicar, cosa que no nace en el momento ya escrito. *sup* Habrá uno especificamente de la Generacion Milagrosa que tendrá mas... Compenetración de personajes, creo, estoy procurando, siempre deseo no salir demasiado de las personalidades del personaje en si , me cuesta pero se siente es esfuerzo. ;-; En el fic que estoy trabajando se explicará a mas detalle lo que no terminó de cerrar. Aunque inconscientemente mi cabeza parezca que le guste dar un ambiente abierto cada vez que creo un personaje y sus memorias. Quise dar con que antes cuando estaban juntos aun era ¿compasivo? Bueno, Akashi, no estoy aun muy familiarizada con su personalidad ,e igual con Aomine, despues de todo estoy comenzando recien en ingresar a este fandom del anime x"D. Gracias a ti por tomarte un tiempo a leer, y dejarme un veredicto, claro. te quiero. <3