Aquella bestia.

En los libros de historia de habla de unas peculiares “criaturas”, las cuales suelen aparecerse en los peores momentos. Había pocos testigos de las “bestias”. Sin embargo, todos los testigos decían lo mismo. “Ellos llegan en los momentos más tristes. Siguen nuestros pasos. Ellos se llevan a la gente al cielo, aunque la verdad solo es el mismísimo infierno”.
Supuestamente, estas “Criaturas”, mayormente conocidas como “Nilcores” nos vigilan todo el tiempo o hasta que llega cierto momento; un momento en que la tristeza, el odio, o el poder se apodera de nosotros. Un momento en el que los humanos deciden terminar con su vida. Sin embargo ahí los Nilcores aparecen. Ellos llegan a través de un hoyo negro en el cielo, y después, con sus grandes manos, toman a su víctima y desaparecen.
Los testigos que hay es de gente que ha estado presente en una aparición de los Nilcores.

En el mundo solo existe una persona que haya sido tomada por un Nilcor y que haya vivido para contarlo. Este fue un antiguo rey del siglo XIX el cual solo podía ver que los hombres de su reino caía tras la guerra. Una guerra que como se esperó duro años.

Un día, el rey no resistió mas la tristeza de no poder hacer nada ante la gran cantidad de hombres, mujeres y niños caídos en la guerra, así que por esto decidió acabar con su culpa clavándose un cuchillo en el corazón. Momentos antes de que ejecutara esta acción un gran hoyo negro se abrió en el cielo. Ahí el rey temeroso miro como 2 grandes ojos rojos lo miraban del interior y con una risa espantosa saco sus grandes brazos blancos llenos de cortadas y lo arrastro dentro del hoyo.

Cuando el rey retomo la conciencia miro como una bestia de 2 metros lo miraba. Tenía largos cabellos blancos hasta los hombros y lágrimas rojas caían de sus ojos. El rey espantado comenzó a correr mientras que el Nilcor solo lo miraba irse.

El rey corrió hasta mas no poder. Pisaba el suelo lleno de agua mientras observaba a su alrededor. Un lugar lleno de rosas negras y velas que posaban en el suelo el cual tenía agua sin reflejo alguno.

El rey tropezó con algo duro que gimió y cayó al suelo. AL volteare noto que se había tropezado con una niña la cual estaba tirada en el suelo llorando. Él se paró para ver lo que pasaba. Quizá y era una niña que también había sido desterrada al lugar. Esta portaba un lindo vestido rosa y tenía cabello café corto hasta debajo de las orejas. Él la miro desde arriba y como toda buena persona ofreció su mano para ayudarla, sin embargo, esta comenzó a reír frenéticamente lo cual hizo que el rey se espantara. Ella volteo lentamente sin pararse del piso. Ahí, la niña tierna que esperaba ver el reír no existía. Una de esas bestias llamadas Nilcores lo había engañado. Ahora solo era un monstruo de 3 ojos sin parpados, piel completamente blanca y con una sonrisa gigante que solo pensaba en “comérselo”. El rey tomo conciencia rápidamente y comenzó a correr nuevamente, pero en tan solo unos segundos varias de estas bestias lo seguían, y 2 de ellas eran las ya vistas anteriormente.

Después de correr sin parar por varios minutos el rey quedo atrapado entre las bestias y una pared. Cuando este creyó que ya sería su fin, un Nilcor bastante peculiar apareció. Parecía un gato. Tenía unas orejas negras que se juntaban con su cabello negro el cual le llegaba hasta los hombros. Tenía largos brazos negros con garras llenas de sangre. Y unos grandes ojos de color miel los cuales eran acompañadas con unas cejas fruncidas.

El Nilcor se puso frente al rey y miro detenidamente a las bestias que estaban paradas frente. Sin embargo, una de las otras bestias no le tuvo miedo y dio un paso en frente. Ese Nilcor no desaprovecharía la oportunidad de poder comer un humano vivo, aunque tuviera que matar a sus aliados.

Cuando la bestia que protegía al rey noto que no se detendrían no dudo en tomar acción y lanzarse sobre su raza. Así que rápidamente salto este hasta el Nilcor que se acercó. Este encajo sus grandes garras en el pecho de la bestia y se echó para atrás nuevamente dejando que el otro callera salpicando agua y sangre en las otras criaturas.

Todos miraron atentos la acción sorprendidos, contando al rey. Las bestias, las cuales parecían tener un poco de inteligencia se retiraron de la escena temiendo por sus vidas nada valiosas. Ahí el Nilcor que le había salvado la vida al rey abrió de la nada un extraño hoyo en el aire. Solo se podía ver luz a través de el. El rey entendió que le estaba ofreciendo nuevamente su ayuda, así que el rey agradeció al Nilcor con una sonrisa y salió de aquel abismo.

Cuando el rey regreso pensó un poco su aventura con las criaturas. ¿Eso que significaba? ¿debería intentar suicidarse nuevamente? El rey no sabía qué hacer, así que solo pensó en aquel Nilcor que lo había salvado ¿sería tan mal agradecido que ni siquiera se mantendría vivo después de que lo salvaran? No. Fue lo que pensó el rey.

Después de todo no pasaron muchos meses cuando la guerra seso. Su reino se restauró en poco tiempo, y después de tal suceso nunca más volvió a ser pesimista.


Bueno, espero poder ganar el concurso de mañana xD. Gracias por leer.