Hola, como están? Ahora que estoy de vacaciones tengo mas tiempo para escribir, pero sobre todo para leer, que es lo que me gusta mas, y visitando el foro de pokemon encontré mucho romance, entonces dije, y por que no escribo algo romántico? La verdad no se me da muy bien eso del romance pero quise intentar hacer algo distinto y bueno, aquí está, ojala les guste!!! Aquel Verano Me encantan los árboles mas altos porque desde lo mas alto puedo contemplar todo mi entorno, me gustan también porque en ellos me siento en contacto con la tierra como así también con el cielo, pero por sobre todo eso, amo a los árboles mas altos porque solo en su altura me permito evocar mis mas emotivos recuerdos, como ese que guardo de aquel verano... Yo vivía en el bosque muy contento, caminaba, caminaba sin cesar, las mañanas y las tardes eran mías, y por las noches me tiraba a descansar. Mi mundo no era un lugar imponente, tampoco es que ocurriesen cosas interesantes en él, sin embargo, ahí, yo tenia lo necesario para vivir, muchos amigos, pasto para rodar, un estanque de agua para beber y poder bañarme... ¿que mas podría necesitar un Seedot? Una mañana de tantas, escuché a dos amigos Poochyena comentando un rumor, al parecer un nuevo pokemon había llegado al bosque, decían que era especial, que venía de la ciudad, me moría de ganas de conocerlo. Yo no sé medir el tiempo, pero recuerdo que me costó varios saltos llegar desde mi hogar hasta el estanque donde aquella criatura pasaba sus días. Mi primera visión de aquel ser no fue nada inquietante, un cabello verde, una espalda blanca, intenté llamar su atención dando un silbido, y cuando se giró para verme, sentí a mi corazón estremecerse, frente a mi se encontraba una verdadera belleza. La criatura en cuestión era una Ralts, yo había visto varias pero ninguna como ella. Su cabello apenas tapaba su frente, tenía una mirada penetrante pero clara, y su sonrisa era tímida, me enamoré al verla, pero lejos de poder mostrarle algún sentimiento, solo hice el ridículo al no poder articular palabra alguna cuando se acercó a saludarme. Frustración, ese horrible sentimiento me embargaba el alma, mi primer cruce con el amor había terminado en completo desastre. conociendo mi sentir, mis amigos pokemon trataban de consolarme, incluso el bueno de Zigzagoon se atrevió a criticar a la Ralts con tal de que yo pudiese olvidarla, lo recuerdo, dijo que su melodiosa voz no eran mas que puros gruñidos, como no, quise vengarme de él pero no había hecho nada malo, así que solo pude ignorarlo. Un día de lluvia había salido a buscar semillas y cerca del estanque vi materializarse mi peor pesadilla, la Ralts que tanto me gustaba estaba jugando muy alegremente con otro pokemon, ese pokemon era un Lotad, el amigo de todos, la criatura mas feliz del bosque, ¿que podría hacer un Seedot tímido y rencoroso para ganarse el corazón de una Ralts cuando su rival era un pokemon modesto, divertido y que era capaz de impresionarla? me rendí sin luchar. Lleno de tristeza me fui de mi hogar y caminé sin rumbo por varios días tratando de olvidar, casi muero de hambre, pero para mi buena suerte, un pokemon me dio refugio. Muchos hablaban de él, algunos decían que solo era una leyenda, pero Surskit era real. Vivía en un claro oculto por eso nadie podía verlo, pero él siempre estaba ahí, listo para ayudar a quien lo pidiera. Ciertamente Surskit era un pokemon muy sabio, un gran amigo para mí, pues lejos de darme un discurso barato, me ayudó a hacerme mas fuerte, a conocerme mejor, a adaptarme a todas las circunstancias, y entre otras cosas, a ser yo mismo, él decía que eso era lo que impresionaba a las hembras. Había vuelto a casa, ya no era rencoroso, tampoco me quería vengar de Lotad, solo me importaba vagar, bromear con mis amigos, molestar a los humanos, ya nadie me llamaba Seedot, ahora me conocían como Nuzleaf. Un día pregunté por la Ralts, Zigzagoon me dijo que todavía frecuentaba el estanque, pero que ya no era la misma. Busqué y busqué pero no podía encontrarla, a lo mejor se había ido con el Lotad ese, pero no podía ser, mi amigo Zigzagoon no mentiría. Efectivamente mi amigo decía la verdad, la tímida Ralts se veía muy distinta, había crecido bastante y su figura era muy atractiva, ahora todos la llamaban Kirlia. Como la primera vez que la vi, soplé una hoja para llamar su atención, y cuando se giró volví a sentir un estremecimiento en el pecho, pero al contrario de la vez anterior, en esta ocasión si pude hablarle, es mas, la felicité por su cambio y ella hizo lo mismo. No lo podía creer, Kirlia y yo nos habíamos vuelto buenos amigos, incluso habíamos salido a recorrer el mundo juntos, y durante el viaje hicimos cosas muy divertidas, todo iba de maravillas hasta que la hiperactiva criatura quiso subir al volcán. No le temía al fuego ni a la altura, sin embargo, una banda de Machops que rompía rocas me inquietaba bastante. Recuerdo que cuando pasamos cerca de su hogar, los pokemon luchadores comenzaron a decir muchas frases picantes a mi compañera de viaje, eran palabras divertidas, debo admitirlo, pero como caballero, mi deber era impedir que aquellos vagos la ofendieran... entre patadas y caratasos me pusieron en mi lugar. No sé cuanto tiempo pasó tras la paliza pero cuando desperté una criatura preciosa estaba sentada junto a mí. La miré de arriba a abajo, algo en ella me resultaba familiar pero su aura se sentía distinta también, me dijo que ella era Kirlia, pero que tras protegerme de los Machop, había sufrido un cambio drástico, se sentía como una Gardevoir confesó. Yo me sentía el peor pokemon de todos, no había podido defender a mi amada, es mas, ella tuvo que protegerme, pero para mi sorpresa, lejos de ofenderse, la Gardevoir me alentó a entrenar mas y me habló sobre una piedra extraña que podía hacerme mas fuerte, fue entonces que seguimos nuestro viaje por el mundo, esta vez con el objetivo de encontrar la piedra mágica. No fue sencillo pero un día llegamos a nuestro objetivo... todavía maldigo ese día. Era verdad que al tocar esa piedra mi cuerpo sufriría un cambio, pero no solo mi cuerpo había cambiado, yo me sentía distinto, no entiendo el porque pero mi lado siniestro se volvió dominante, ya no me parecían divertidas las charlas con Gardevoir, y aunque confesó que amaba mi nariz, poco me importaban ya sus sentimientos, por eso decidí alejarme de mi primer amor, solo deseaba pensar en mi. El tiempo transcurrió bastante rápido y Gardevoir se fue, desde la cima de los árboles mas altos todavía puedo verla, sé que es feliz, y que un Gallade la protege de los peligros, también sé que cuando los vientos soplan fuerte, ella mira al cielo y susurra mi nombre.
Dem feels ;__; Un poco de offtopic al empezar: Hay muchos usuarios que evitan el género del romance no tanto por la facilidad o dificultad que esta represente, sino porque lo consideran algo así como "una temática para niñitas fangirleras" cuando no es así; como todo, depende de la habilidad del autor para contar una buena historia y no caer el clichés fáciles o tramas que rosen el absurdo sin la intención de ser una parodia. Curiosamente, actualmente en la sección de historias en proceso hay variedad y son pocas las que se centran únicamente en el romance. Al tema. Amé la forma en como el relato realmente se narró desde el punto de vista de un pokémon, es decir, desconociendo muchas cosas que para los humanos serian lógicas pero no para estos seres, como la medición del tiempo o las distancias o el funcionamiento mismo de la evolución más allá de un proceso natural que los hace cambiar y al final da bastante tristeza porque el tipo oscuro modificó lo suficiente su personalidad como para poder evitar entablar una relación pero no lo suficiente como para suprimir los sentimientos que le tenía. Yo sí quiero leer otro relato así ;__;