Long-fic Aparte de lobo, vampiro [Kouga&Kagome]

Disclaimer: Loa personajes NO son míos. Ya está gracias por hacerme sufrir al escribirlo T.T

Ahora esta historia también está en ff.net con mi nick para que no digan que es plagio xD Escrita para el foro de ¡Siéntate! Es un reto de 10 drabbles en torno a palabras con la temática de vampiros.

Es AU, creo y posiblemente tenga algo de OOC pero me divertí mucho escribiéndola y espero que se diviertan leyéndola :)

Contenido oculto

Me voy a aprovechar de la semana de inuyasha para poner mis fics que no había puesto jojojo

1.- Sangre


Había tanta sangre derramada alrededor del cuerpo que Kagome no hubiera dudado ni un segundo que estaba muerto, pero sabía que él no podía morir tan fácilmente.

—¡Kouga! —gritó mientras dejaba caer las bolsas de la despensa y se arrodillaba a su lado―. ¡Joder, que si es una broma no es graciosa! —le gritó al joven mientras intentaba voltearlo boca arriba para hacer un análisis de los daños.

Su garganta estaba destrozada y tenía varias laceraciones por todo el cuerpo. Un escalofrío recorrió su espalda mientras trataba de imaginar qué cosa podría hacerle eso a un demonio lobo. Le había visto herido varias veces, la mayoría por culpa de Inuyasha, pero nada tan grave como esto. Se recuperaría ¿verdad? Porque él había dicho que quería estar con ella durante el resto de su vida, y el destino no podía ser tan cruel como para acabar con esa vida tan pronto.

Sin previo aviso, las garras del joven lobo se cerraron alrededor de su brazo. Desgarró su blanca piel y mandó punzadas de dolor por todo su costado. Los ojos, que alguna vez fueron de un azul tan claro como el cielo en verano, ahora eran de un color carmín que a Kagome le pareció hacer juego con la pintoresca sangre que estaba embarrada por todos lados.

—Ka… —el primer intento de pronunciar su nombre hizo que borbotones de sangre salieran de su boca y la herida de la garganta. A este ritmo, incluso el demonio podría morir.

—Tranquilo Kouga, no hables —le detuvo Kagome mientras intentaba curarlo, pero tenía miedo de purificarlo con sus poderes.

Kouga levantó el brazo libre y con él atrajo la cabeza de kagome hacia la suya. La joven pudo sentir el aliento entrecortado de su "pareja" en su cuello y se agachó un poco para escuchar lo que quería decirle. Podrían ser sus últimas palabras.

—San…gre —La miko trató de entender lo que el lobo le decía. Claro que había sangre, y mucha. Eso también ella lo sabía. —Huelo tu sangre.

Se paralizó mientras sentía cómo las garras del lobo ejercían cada vez más fuerza sobre ella. No estaría pensando en comerla ¿verdad?. Aunque, quizá los demonios necesitaran la sangre para recuperarse de las heridas. Seguro que podría darle un poco si eso significaba salvar su vida.

—Bien —dijo débilmente mientras levantaba el brazo herido para llevarlo a la boca del lobo, pero antes de que lograra hacerlo, sintió la lengua húmeda y cálida del joven contra su cuello y reaccionó de forma involuntaria. —¡Aléjate de mí, pervertido!

El pobre pelinegro fue golpeado fuertemente contra el pavimento y volvió a su estado de inconsciencia. Se veía peor de como lo había encontrado.

—Espero no haberlo terminado de matar —Se sentía fatal, pero era culpa de ese pervertido lobo escurridizo por aprovecharse de la situación. ¿Qué carajos tenía que ir a lamerle la garganta? Le iba a dar su sangre por las buenas.

Ahora tendría que recuperarse solo.

 

Contenido oculto

No sé, en mi mente las cosas nunca van en perfecto orden cronológico, por eso escribo drabbles y no historias xD así que no sé cómo llegó Kouga con Kagome y tampoco se me ocurrió cómo se hizo vampiro pero meh... diviértanse xDD
Ese acento de él y la K se me pasaron -.- pero lo del punto después del signo de interrogación es algo que nunca aprendo. Tomaré algunas clases con los betas =)
Gracias por los reviews y espero que, aunque la semana de Inuyasha termine, sigan leyendo los drabbles n.n

Cruz

Despertó aturdido en el cuarto del departamento que compartía con su pareja. ¿Qué carajos había pasado? Lo último que podía recordar era haber salido a buscar a Kagome la noche anterior y después una niña lo había atacado.

–Kouga, ¿estás bien?

Kagome tenía los ojos hinchados de tanto llorar. Después de haber golpeado a su novio (en defensa propia se decía una y otra vez), había regresado con su familia a curarlo pero sus heridas ya estaban cerradas. Lo único que quedaba era sangre seca por todos lados.

–Kagome, ¿qué pasó? –le dolía la cabeza tremendamente, pero fuera de eso, se sentía mejor de lo que se había sentido en todos sus años de vida.

La chica se lanzó a sus brazos y empezó a llorar de nuevo. Estaba realmente muy feliz de verlo despierto porque prácticamente había dormido 24 horas. Después de tranquilizarse le contó lo sucedido la noche anterior, omitiendo la parte donde ella lo había golpeado. No necesitaba saber esos detalles; aparte le daba vergüenza recordarlo.

–Fue una pequeña niña –le dijo el lobo mientras acariciaba el cabello azabache de su novia.

–¿Me estás diciendo que una niña humana casi te mata? –era bastante difícil de creer.

–Dije que era una niña, no que fuera humana. No estoy seguro qué clase de demonio era, pero dudo mucho que haya sido humana –las probabilidades de que un humano le pudiera hacer daño eran nulas, excepto por sacerdotisas. Una vez Kagome casi lo purificaba por accidente.

Continuó acariciando su cabello hasta que tocó algo en su cuello que lo quemó.

–¡Agh! ¿Qué carajos es eso?

–Una cruz. Yuka me la regaló ayer, es un recuerdo del extranjero –Kagome se la quitó del cuello y la acercó a Kouga. El demonio arrugó la nariz y mostró los colmillos enfadado–. Lo siento, debe ser la plata. He leído que a los lobos no les gusta la plata.

–No recuerdo jamás haber tenido problemas con la plata antes –le respondió mientras gruñía más de lo que deseaba–. Solo quítala de mi vista.

–Vale, lo hago –la guardó en un cajón y el dolor de cabeza del ojiazul desapareció–. Mañana iremos al templo con mi familia, a ver si encontramos algo en los pergaminos del abuelo sobre lo que te atacó.

–Sea lo que sea, sigue afuera Kagome. Tengo el presentimiento de que sabía que no soy humano–. Kouga se recostó nuevamente y la muchacha le siguió. Estaba realmente agotada de la preocupación. Ahora que su novio estaba bien, podía descansar un poco.

Kagome se quedó dormida casi en el momento en que su cabeza tocó la almohada, pero el ex líder de los lobos no podía conciliar el sueño tan fácilmente. Algo demasiado peligroso estaba suelto por ahí en la época de su pareja y no había dejado a sus camaradas y su era sólo para venir aquí y que un demonio le arrebatara la felicidad. Si lo estaban buscando a él, Kagome también corría peligro.

No permitiría que alguien amenazara a su mujer.