Explícito Apariencias [Gakkou Roleplay | Katrina x Emily | Two-shot]

Título: Apariencias.
Fandom: Gakkou Roleplay.
Personajes: Katrina Akaisa, Emily Hodges.
Palabras: 1061 + 1113 (2174)
Summary: "Cuando Katrina entró aquella noche en uno de esos antros de mala muerte, lo cierto es que no esperaba encontrarse con lo que se encontró."
N/A: Bueno, admito que estaba un poco dudosa de si publicarlo o no porque quizás hay mucho ooc, no lo sé, PERO si todos tenemos en cuenta que es una pareja crack y así, vamos a hacer como que todo bien, ¿vale? Vale. | Yáahl, como dije, espero al menos hacerle justicia a tu niña lñaskndakjs *huye* | El segundo capítulo contiene escenas explícitas, más en concreto escenas de sexo entre dos chicas.

I​

Cuando Katrina entró aquella noche en uno de esos antros de mala muerte, lo cierto es que no esperaba encontrarse con lo que se encontró.

En un principio creyó haberse equivocado pues no había manera de que alguien como ella acabase ahí, pero esos ojos eran inconfundibles.

No es que a ella le importase lo que los demás hiciesen con sus vidas, eso era algo que todo el mundo sabía, pero incluso esta gatita podía ser algo curiosa.

—Emily Hodges —pronunció con su ronca voz, colocándose a su lado pero sin mirarla directamente—. ¿Qué hace una chica buena como tú en un sitio como este?

Katrina se giró entonces, apoyándose sobre la barra con sus codos y mirándola de reojo, observando con cuidado las reacciones de su rostro.

Para su sorpresa, la morena no se asustó por su presencia. La tenía que haber visto al entrar también pero decidió no acercase, aunque tampoco irse, aun así.

—Katrina Akaisa, ¿qué hace una chica mala como tú hablando conmigo? —replicó, imitando el tono de la otra, provocándole una carcajada que fue incapaz de esconder.

—Buen punto —respondió, aun con un atisbo de diversión en la sonrisa que se le había instaurado en los labios—. La verdad, diría que desentonas con este ambiente… —la recorrió entonces con la vista, silbando en el proceso—. …pero lo cierto es que no. Lindo conjunto.

—Gracias.

El tono de voz de la menor fue más suave en aquella ocasión y Katrina pudo ver un indicio de sonrisa orgullosa en sus labios que trató de disimular con un trago de su copa.

Qué interesante.

—Así que… lo admito. Simplemente tenía curiosidad.

Emily finalmente se incorporó para mirar a Katrina. Sus orbes dispares se percataron entonces de lo apagada que se veía su mirada e incluso fue capaz de ver la rojez de sus ojos por mucho que hubiese intentando disimular todo rastro de llanto con maquillaje.

—Aquí nadie espera que sea buena… —admitió, tras un suspiro, bajando la vista después hacia el vaso que había recogido en su mano—. Y es un alivio… —susurró, finalmente.

Katrina enarcó una ceja, ciertamente sorprendida. Eran contadas las veces que había hablado con Emily pero no necesitaba mucho más para saber la clase de persona que era: todo lo contrario a ella.

Se había dejado engañar. Incluso alguien tan genuinamente bueno tenía una doble cara, ¿eh? Había sido tonta por pensar diferente.

La mayor le pidió una bebida al camarero y esperó hasta tenerla en su poder para volver a hablar, alejándose un poco de la barra.

—No le diré a nadie que te he visto en un sitio como este.

—Y yo no le diré a nadie que te has juntado con una chica como yo.

La partida de Katrina se vio acompañada por otra carcajada divertida. Todo una caja de sorpresas, ¿eh?

* * *
​

Katrina no tenía intenciones de prestarle más atención a Emily pero, por algún extraño motivo, sus ojos no dejaban de verse atraídos por la figura de la chica. Incluso sentada en el sillón con un tipo cualquiera llenando su cuello de besos, su vista solo estaba clavada en aquel espacio de la barra.

Sus alarmas se dispararon cuando vio a un chico acercarse a Emily, invadiendo su espacio personal y comenzando a tocarla demasiado pronto. No le inspiraba ninguna clase de confianza y era obvio que la chica estaba claramente incómoda.

La gota que colmó el vaso de Katrina fue, sin embargo, ver como el hombre aprovechaba un momento de despiste de Emily para dejar caer algo dentro de su copa.

Qué hijo de puta.

Katrina se puso en pie, ignorando por completo las quejas de su ligue, y se acercó con paso decidido a la pareja. Su evidente rostro de molestia no pasó desapercibido para Emily, que la miró con genuina sorpresa.

Akaisa no lo dudó ni un segundo, cogió al chico por la camiseta y lo acercó hasta que sus rostros estuvieran a centímetros.

—Escúchame, gilipollas. Voy a encargarme personalmente de que nunca vuelvas a intentar drogar a una chica, ¿me entiendes? Yo que tú tendría mucho cuidado al salir a la calle a partir de ahora.

Katrina podía ser pequeña pero era realmente intimidante. Soltó al chico y lo dejó temblando, pero no se dignó a dirigirle ninguna mirada más. Agarró a Emily de la muñeca y se la llevó hasta el exterior, no sin antes dejar caer la copa de la chica contra el suelo.

* * *
​

No cruzaron palabra durante el camino y si bien Katrina liberó el agarre de Emily, esta se decidió a seguirla hacia donde sea que estuviese guiándola, aun impactada por toda la situación.

Su destino final fue la casa de la mayor. Emily la siguió en silencio hasta el interior de la misma, sintiéndose repentinamente avergonzada al darse cuenta de la situación en la que estaba.

—Puedes estar tranquila, no te voy a comer —fueron las primeras palabras de Katrina cuando subieron a su habitación, notando el nerviosismo de Emily.

>>Puedes dormir aquí esta noche e irte mañana. Mis padres no se darán cuenta, no te preocupes. Yo dormiré aquí…

Mientras explicaba aquello, la joven había montado un futón en el suelo y lo estaba señalando en ese mismo instante bajo la atenta mirada de la menor.

—¿Por qué… haces todo esto?

Las palabras escaparon de sus labios y para cuando se dio cuenta, ya era demasiado tarde. Sin embargo, Katrina simplemente se encogió de hombros.

—No podía dejar que ese cabrón se aprovechase de ti, ¿verdad? Y no creo que tus padres estén al tanto de tus aventuras nocturnas.

Emily no insistió en seguir preguntando, era obvio que Katrina había entendido que la pregunta iba más allá.

—Gracias… —murmuró—. Y siento haberte jodido el polvo —añadió, rascándose la mejilla con algo de vergüenza.

Katrina se levantó entonces de la cama y se acercó a la chica, con una sonrisa gatuna decorando su rostro. Llevó su índice hacia los labios de la chica y lo bajó por su piel, acariciándola, hasta alcanzar el límite de su escote.

—Eso quizás me lo puedas recompensar… —prácticamente ronroneó, clavando su vista en los ojos de Emily.

¿Por qué había decidido ayudarla? Quizás porque la Emily que había debajo de su apariencia de chica buena había llamado demasiado su atención. Mucho más de lo que se habría imaginado.

 

¿Qué mely quiere la dirty stuff? Well, yo no puedo decirle que no a la admin, ¿verdad? ¿VERDAD? Pues ale, que lo disfrutéis.

II​

—¿U-uhm…?

Sus orbes moradas volvieron a cruzarse con los ojos de Katrina, pero en aquella ocasión el ambiente a su alrededor era diferente.

Muy diferente.

—¿Me lo quieres recompensar?

Emily entrecerró los ojos, siendo incapaz de romper el contacto visual sin embargo. Se sentía atraída, hipnotizada, por Kat y por aquellos ojos gatunos. Asintió con la cabeza, ligeramente, soltando un “mhm” que provocó una sonrisa triunfante en la mayor.

A pesar de ser algo más baja que Emily, Katrina fue la que tomó el mando e, introduciendo el dedo índice en la camiseta por el sitio donde lo había dejado, la atrajo hasta que sus labios se unieron.

Emily tardó un poco en reaccionar, algo anonadada por el repentino control de la otra, pero pronto se dejó hacer, intentando seguir el ritmo de la chica.

Sus labios sabían a cerveza y cigarros, pero no le molestaba en absoluto.

Poco a poco ambas se fundieron más en el beso y la mano libre de Katrina reptó por el costado de Emily hasta alcanzar su cintura, lugar por el que la obligó a unir su cuerpo aún más al propio. Emily por su parte, apoyó sus manos sobre los hombros de la más baja, simplemente dejándose llevar.

Sin separarse, Katrina comenzó a caminar hacia atrás, llevando a Emily consigo, hasta que se topó con la cama y se dejó caer sobre la misma, haciendo que Emi tuviese que usar su rodilla para no tropezar sobre ella.

Se separaron por falta de aire después de unos pocos segundos. Katrina se quitó entonces la camiseta de tirantes que llevaba, dejando ver una sonrisa ladina, provocativa, que sabía que haría que Emily hiciese lo que ella quisiese.

Y estaba en lo cierto.

Emily simplemente esperó, paciente, a que Katrina siguiese guiándola, dándole aquellas órdenes silenciosas.

Encantada, Katrina no tardó en colocar su mano en la mejilla de la menor y la atrajo de nuevo hasta sí, besándola. Un beso que fue más corto pero mucho más salvaje, que volvió a dejar sin respiración a Emi cuando la separó, pero del que no tuvo tiempo para recuperarse porque Katrina tenía muy claro lo que Emily quería que siguiese haciendo.

Moviendo su mano hasta enredarla en sus mechones azabache, la guió hasta su cuello, sus pechos aún cubiertos por el sujetador y su vientre, zonas que Emily llenó de besos hasta alcanzar sus vaqueros, quedándose de rodillas en el suelo.

Levantó entonces la vista, dirigiéndole una mirada que brillaba con lujuria, y se deshizo de sus pantalones casi de manera desesperada. Emily comenzó besando su intimidad por encima de la ropa interior, provocativa, pero la expresión que Katrina le dirigió era demandante y Emily había decidido ser obediente.

Haciendo uso de sus dientes, bajó un poco las negras bragas de la mayor, pero finalmente tuvo que deshacerse de ellas con las manos, dejando finalmente ver lo que estaba esperando. No tenía intenciones de admirarlo, así que no tardó en acercar su rostro a su intimidad, comenzando a dejar besos sobre la misma.

Poco necesitó para centrarse completamente en ello, lamiendo con dedicación todas las partes de su sexo, dejándose guiar por la mano que seguía enredada en su cabello y los gemidos contenidos de la mayor.

Emily no era necesariamente la mejor haciendo sexo oral a otra chica, aunque definitivamente algo sabía, pero fue lo suficientemente hábil para conseguir que Katrina se deshiciese en un orgasmo bastante más rápido de los esperado.

Se separó cuando la mayor liberó el agarre de su cabeza, sonriendo satisfecha. Vio a Katrina encendiendo un cigarro mientras ella se incorporaba en la cama, sentándose a su lado.

—Esta no ha sido tu primera vez, por lo que veo —murmuró, con voz algo ronca, tras darle una calada al tabaco.

Emily dejó escapar una risilla cristalina, claramente divertida, y ante la sorpresa de Katrina, la morena se hizo con el cigarro que tenía entre sus dedos para darle también una calada.

—Ya te he dicho que no soy tan niña buena, senpai.

Katrina no puedo evitarlo, otra carcajada ronca salió de su garganta. Aquella chica sabía jugar bien sus cartas, desde luego, pero no pensaba dejarse vencer con tanta facilidad.

—Aun así te falta por aprender~

Volvió a acercarse a ella, con aquella actitud de una fiera cazando a su presa, agarrando su muñeca para permitirle fumar un poco más sin quitarle el cigarrillo. Con el pulgar la obligó a abrir la boca, dejando una orden muy clara que Emily entendió con facilidad. Manteniendo el contacto visual, la menor lamió el dedo de Katrina, sintiendo la excitación apoderándose de su cuerpo una vez más.

Emily vio aquella sonrisa gatuna en los labios de Katrina antes de que la misma desapareciese de su vista por el humo que había decidido dejar salir en ese momento de sus labios. Confundida, solo fue consciente de los planes de la mayor cuando sintió que colaba su mano en su falda e invadía su intimidad de un par de lánguidos dedos.

La sorpresa fue tal que no fue capaz de controlar su voz al dejar escapar un gemido. Katrina apareció finalmente en su campo visual, acercándose a su oreja para susurrarle con un tono de voz teatral.

—Si no puedes controlarte, voy a tener que parar~

Emily negó rápidamente con la cabeza y se llevó la mano a la boca, tapándosela con el dorso de la misma en un intento de amortiguar su voz. Katrina la vio de reojo y se sonrió, complacida, antes de morder el lóbulo de su oreja.

Su mano comenzó a moverse con fluidez, penetrándola pero al mismo tiempo estimulando su clítoris, con una clara mejor experiencia que la menor. Mientras, sus labios se dedicaron a lamer y mordisquear la piel de su cuello. A decir verdad, no le molestaría mucho la idea de dejarle alguna que otra marca.

La sintió alcanzar el clímax, su cuerpo entero temblando bajo ella, y la estimuló hasta el último momento, permitiéndole llegar a su límite hasta el final.

>>Espero que hayas aprendido de esta clase, kohai —volvió a susurrarle junto al oído.

Tras dirigirle una última sonrisa, Kat se levantó finalmente de la cama, dejando a la menor intentando recuperar el control de su cuerpo sobre la misma. Cogió el cigarro de entre sus dedos, viendo que aún podía aprovecharse y le dio una calada.

>>Supongo que ahora estamos en paz.

Emily la vio alejarse hasta la ventana, apoyándose en el marco de la misma para, posiblemente, terminar su cigarrillo, antes de caer rendida por el cansancio.

Katrina le echó un último vistazo por encima del hombro, con una sonrisa indescriptible sobre sus labios.

Qué chica tan verdaderamente interesante.