Anatomía de la traicion [ InuxKag]

Anatomía de la traicion [ InuxKag]

Weno, pues antes que nada quiero decir que este es mi segundo fic, pero el primero no lo pude seguir ya que me trasladé a otra ciudad. Pero, este si que lo seguiré, asi que no os preocupeis si eso,jej.
Aqui os dejo el primer capítulo, aunque en el comienzo no parezca que nuetra linda pareja se quiera...

Anatomía de la traición.
Capítulo 1.

Inuyasha corría por el bosque nocturno, apretando el frasco con los fragmentos de la esfera con tanta fuerza, que era un milagro que todavía no se haya roto. Los árboles parecían columnas negras, le picaba la nariz y los ojos, pero él no sabía si era por la lluvia o por las lágrimas que ya no podía aguantar. Él apretó los dientes fuertemente y saltó lo más que pudo hacía la cima más cercana.
A lo lejos se escuchó:
- Inuyasha!
Él escucho claramente cada sonido, producido por aquella fría voz. Problemas. El hanyo se apresuró, intentando escapar de la persona que le estaba persiguiendo. No era porque no quería discutir, sólo que mientras podía oírla, le podía decir…
- Abajo!
Inuyasha la maldijo por debajo y con la aceleración que le proporcionó aquella palabra, se cayó al frío y mojado suelo. Las frías hojas le refrescaron el cuerpo y la mente, mientras el intentaba recogerse. Entendía perfectamente, que lo mejor es no moverse, pero el orgullo no le permitía quedarse allí sin intento alguno de escapar. Sólo pudo moverse cuando cerca de él se movió un arbusto y entendió: lo había alcanzado. Hizo un último intento de escapar, pero ella le dijo otra vez el conjuro.
Para levantarse otra vez de la suciedad tuvo que gastar unos cuantos segundos tan valorados.
- Estúpida niñata…- gruñó enfadado.
El olor de la ira y amargura llenaba cada vez más el aire fresco de la noche. Lo que pasa a veces. En los tiempos no muy lejanos, ese aroma le devolvía del loco mundo en el que le ahogaba la poderosa sangre demoníaca. Pero ahora cada aliento lo ponía más demente.
En cuanto el hechizo se deshizo Inuyasha pudo decirle adiós a la salvación: una flecha estaba dirigida directamente a su pecho. Subió lentamente la mirada y vio su cara- que antes amaba tanto- y se cruzó con su mirada- fría y calculadora.
-Ni se te ocurra moverte,- le advirtió Kagome. La flecha se paró, preparada para el lanzamiento. En ese momento Inuyasha cambiaría el tiempo de vida que le quedaba para matarla, sintiendo que Kagome pensaba lo mismo. Se levantó y espero callado, rogando en los pensamientos que su fin llegue pronto. Kagome jadeaba- de la larga corrida, o de la ira- no se sabe. Pero, acaso, no le daba lo mismo? Tenía las mejillas sonrojadas, y con cada movimiento su camisa subía, dejando ver su ombligo.
- Porque me has hecho esto, Inuyasha?- pregunto ella de repente.
Él hizo una mueca, y antes de morir quiso aclarar:
- Yo a ti?!
***
Hola, chicos!
Espero que os haya gustado ^^
Si queréis que continúe, postead, OK?

 

Re: Anatomía de la traicion [ InuxKag]

Wenas, chicas!!! ABANA, INUKAG, AHOME DEA, WINDMIKO -Bienvenidasss ^^
Muxas gracias por poster , me habeis animado.
Pues Inu no morirá, no os preocupeis; Kikyo no es la culpable( T.T)Los fans de Kikyo- gomenn
Ahome Dea- procuraré separar los dialogos, no te enfades, ok?
En cuanto a los fallos... será la culpa del maldito word, que me ponía error en palabras como dió y no me dejaba poner el acento, así que perdonad, ehh!!
Weno, dejo de hablar y pongo la conty:

Capítulo 2.

Kagome estaba haciendo un medicamento para Miroku, el cual se encontraba en la otra parte de la habitación. Él ni siquiera entendía donde estaba, ni que estaba pasando a su alrededor. Toda la parte izquierda de su cara era una enorme herida, que todavía sangraba. La mejilla ya empezó a ponerse oscura, lo que quería decir, que dentro de unas horas será morada.
Kagome suspiro y bajo la vista cuando Miroku gimió de dolor.
- Cómo está, Miroku-sama?- preguntó la chica ,escondiendo su rostro detrás del flequillo.

Sin abrir los ojos él gimió, alzó una mano y la puso en su frente.

-Donde está Sango?- le preguntó al final.

Kagome cerró lo ojos, intentando contener la ira, al recordar a su “amiga”.

- Se fue a buscar a Shippo-chan. Dijo que…- tuvo que respirar antes de continuar,- dijo que si se encuentra con Inuyasha lo machacará con el hiraikotsu hasta matarlo.

- Hm-m… vale, - dijo el monje, aguantando la venda en su mejilla. Kagome le puso tres pastillas en la boca, las cuales tragó con agua mineral.

- El moretón que tendrá…

Miroku sonrió.

- Si se compara con lo que podía haber pasado… Inuyasha podía haberme roto el cuello sin pensarlo dos veces.

Kagome se giró de la vergüenza.

- Gracias por defenderme, -susurró, sin dejar de mirar la estera de bambú que colgaba en la puerta. Su voz se quebró.- Después de todo lo que pasó…

Se percató de que el monje que la miraba fijamente.

- Le dijo el porqué?

- No…- Kagome puso sus manos detrás de la espalda, para que no se vea que le estaban temblando. Conocía a la perfección a Inuyasha, y sabía que este debía de estar sentado en alguna rama cerca de la cabaña escuchándolos.

“Pues que lo escuche,- decidió”.

- Creo que lo hizo a posta. Para hacerme daño.

Miroku suspiró.

- Pues yo tengo una duda, Kagome-sama.

-Duda?!- dijo ella con resentimiento, girándose para verlo a los ojos, el cual frunció el seño, al verla llorar.- Entonces porqué? Porque cree que me ha hecho esto? Porqué ha roto el pozo?!

Miroku intentó levantarse y tocarle el hombro para consolarla.

- No lo se,- contestó él.- Quisiera ayudarle, pero es que ni siquiera entiendo lo que ha pasado. Cuando empezamos a discutir, empezó a decir tonterías y luego me pegó sin más.- el monje le sonrió tristemente.- Lo que pasó después no lo recuerdo muy bien.

Kagome iba a taparse la cara con las manos, pero vio que Miroku sostenía su mano derecha

- No va a… no va a absorberlo con Kazaana, verdad?!- Preguntó horrorizada y avergonzada, por una idea tan estúpida. Pero eliminar a Inuyasha con Kazaana ya no era una broma.

Parece que Miroku se dio cuenta de lo que estaba, y frunció el seño aún más.

- Hay algo raro, Kagome-sama, lo presiento.

Hundida en sus pensamientos no se dio cuenta de su tono firme.

- “Raro” no es la palabra adecuada. Es como si el mundo se haya girado de pies a cabeza. Si tuviera oportunidad, preferiría ayudar a Naraku, y no a Inuyasha. Lo odio, lo odio, lo odio!

Después de haber oído eso por parte de Kagome, pensó si no se había vuelto loco. Antes, Kagome lo cubría a toda costa,

- Kagome-sama,- empezó y calló, porque no tenía nada que decir al respecto.

Kagome suspiró hondo y se giró otra vez hacia él:

- Ya no quiero seguir fingiendo. Aunque sea por usted.- Miroku se asombró- Tenía razón. Tenemos que hacerlo juntos, a pesar de que tengamos que…- apretó los dientes y miró fríamente hacia la puerta.- Total, no olvidaré la promesa que le di.- Con esto Miroku se quedo mudo. Kagome se levantó y le dijo: - Le salvaremos de lo que le espera. Cueste lo que cueste.

Antes de que Miroku pudiera abrir la boca, Alguien se acercó a la cabaña. No quedó nada de la estera de bambú que colgaba en la puerta, ni un trocito. Inuyasha se paro en la entrada, estaba muy, pero muy enfadado. Los miró rápidamente y corrió hacia una asustada Kagome, que buscaba protección del monje. Pero este no le hizo caso alguno y levantó bruscamente a Kagome.

- Inuyasha!- gritó Miroku.

El hanyo le ignoró. Sólo empujo a Kagome y agarró el frasco de los fragmentos de la esfera .Se giró hacia la entrada, dejando a Kagome en el suelo.

- Inuyasha!- no le hizo caso. Miroku intentó levantarse, pero el agudo dolor traspasó su cabeza y lo último que vió fue el como Kagome salía tras él , llevando el arco y sus flechas.
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La conty la pongo entre hoy y el miercoles, que en el maldito insti nos ponen muuuxos deberes
Espero k os haya gustado, si teneis alguna duda- POST, jeje
Besoss

 

Re: Anatomía de la traicion [ InuxKag]

Ostras, juraría haber visto posts después de la segunda conty, pero han desparecido!!
Alguien sabe el porqué?
O.O

Bueno, pongo la conty, espero k os guste ^^ :

Capítulo 3.

Kagome lo tenía acorralado y lo apuntaba firmemente con la flecha.

-Por qué, Inuyasha?- preguntó ella con un tono frío, que le recordó a Kikyo y le devolvió a la realidad. Le dolía el corazón. – Porqué te llevaste los fragmentos? Porqué le pegaste a Miroku-sama? Contesta…

Inuyasha le mostró sus colmillos:

- Era su maldita culpa. Por meterse en medio…- gruñó él.
***

No se podía creer lo que estaba viendo. Miroku estaba mirando el pozo hecho ruinas, gracias al Viento cortante. Trozos de madera, escampados por toda la colina y un enorme agujero en el suelo- era todo lo que quedaba de él.
Inuyasha miraba imperturbadamente su “obra de arte”, aún sujetando la Tessaiga en sus manos. El agudo silencio lo perturban los gemidos y llantos de Kagome. Estando de rodillas, temblaba y escondía su rostro detrás de las manos y el pelo azabache. Sango estaba en un estado de shock, que no podía ni moverse.

- Que demonios has hecho, Inuyasha?- bramó Miroku, por primera vez perdiendo el control.- Cómo te atreviste? ¡

Inuyasha estaba callado, aún observando los frutos de su ira.

El monje dió un paso adelante.

- Ya no podrá volver nunca más a su casa! Que mierda te ha…

- Calla, faldillero,- le ordenó Inuyasha con un desconocido tono helado.- Metete en tus asuntos.

Miroku sujetó más fuerte su báculo, y con las últimas fuerzas que le quedaban intentaba contenerse a no golpear a su compañero.

- Pués tendré que hacerlo…- le advirtió él.

Inuyasha levantó los hombros en señal de “me da lo mismo”. Ni siquiera se inmutó mirar a Kagome. Sango ya salió del estado de shock e intentaba consolar a su amiga- poniendo la mano en su espalda- mientras que ella empezó a llorar aún más. La cazadora dio un pequeño salto del susto.

- Tendrá que quedarse aquí,- les comunicó.- Ya no podrá poner en marcha su plán.

- De que plán estás hablando?- le pregunto enfadado Miroku.- Terminar la escuela? O de vez en cuando ir a ver a sus parientes? Cómo pudiste hacer algo así, después de todo lo que ha hecho por ti? Te dan igual sus sentimientos?

El puño de Inuyasha apareció de la nada, y el monje cayó al suelo seguro de que se había quedado sin la otra mitad de su pobre cabeza. Las chicas se sorprendieron, hasta Kagome dejó de llorar y corrió junto Sango a ver si Miroku estaba bien.

- Inuyasha!- Se giró Sango enfadada.

Inuyasha miraba indiferente al cuerpo inconsciente de Miroku.

- Pués,- dijo el terminando el discurso con el monje,- a diferencia de ti, no me dan igual sus sentimientos.

Lentamente puso su espada en la vaina y dando un salto desapareció en el bosque.


- Y que significa eso?!- gritó Kagome.- Eres tú el que tiene la culpa de todo, entonces, porqué le pegaste a Miroku-sama?

Inuyasha negó con la cabeza, pero no tuvo valor para verla a los ojos.

- No cubras a ese imbécil.

- Él es tu amigo, Inuyasha!

No le dio tiempo de terminar lo que iba decir. Inuyasha alzó su cabeza y dió un puñetazo en la tierra. Era un milagro que a Kagome no se le haya resbalado la flecha de las manos.

- No!- gruñó el hanyo.-No es mi amigo! Los amigos no se comportan así!

Inuyasha se puso a cuatro patas, preparándose para el salto, pero como de costumbre Kagome le dijo:

- Abajo!

Y él se estiró otra vez en el suelo, susurrando insultos bajito.

Después de sacar su cabeza del charco de agua le miró fijamente a la chica.

- Tu madre, Kagome! Si quieres matarme, venga-dispara, hazlo ya!

Negó con la cabeza, sorprendida por la paciencia que tenía.

- Inuyasha, Miroku-sama es tu amigo. Me pidió que vaya a pedirte disculpas por lo que pasó.
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Se que es corta, pero la próxima intentare ponerla más y aún más grande!
Postead, si os gusta, y si no tmb.

Todavía sigo con la duda.. juraría que ví un post de wind-miko… Que habrá pasado?? O.O:(
Cuidenseee

 

Re: Anatomía de la traicion [ InuxKag]

Chicas!!
Prometo poner la conty pronto, pero es que ahora estoy mala con una fiebre impressionante.
No se me mueven ni los dedos para escribirla, así que gomen, ne?
Matta ne ^^

 

Re: Anatomía de la traicion [ InuxKag]

Wenas chicos!!!
Gracias por los posts, estoy feliz de k les haya gustado, por cierto ya me recupere..:)
Ahora si... Intentaré hacer los capis más largos, pero esque el maldito insti, oishhh
Weno , les pongo la conti y espero que les guste ^^:

Capítulo 4.

Sango y Miroku cruzaron el umbral de la cabaña de Kaede con la misma expresión en la cara de “ no entiendo nada”. Kagome estaba a dos pasos de la entrada, observando enfadadamente la colina.

- ¿Kagome-sama, pasó algo?- no se pudo contener Miroku. - ¿Porque os habéis peleado? Ella estaba callada. Sango se acercó un poco más, pero Kagome se alejó, conteniendo la distancia. La cazadora completamente perdida miró a Miroku, el cual sólo levantó los hombros.
Después de estar callado y haber meditado bastante, Miroku se arriesgó a acercarse a Kagome.

- Kagome-sama,- empezó él tranquilamente.- No voy a fingir que entiendo lo que le está pasando con Inuyasha, pero, por todos nosotros, ¿podéis hacer las paces?

- No había bromeado,- le cortó Kagome.

Miroku y Sango se volvieron a mirar, temiendo que esto empezaba a ponerse feo.

- Ya entiendo que no habéis bromeado,- continuó el monje cuidadosamente,- pero igualmente pienso que vais a aclararlo todo.

En modo de respuesta Kagome le lanzó una mirada llena de odio a Sango, que esta se estranguló.

- Esta vez no,- les comunicó Kagome.

Miroku sentía lo tensa que estaba la situación, y miraba a Kagome y a Sango asustado.

- Por favor, Kagome-sama, corra tras él…

-Si se preocupa tanto por él, ¿porque no le pide a Sango-chan que vaya a buscarlo?- le propuso Kagome.

Esta abrió la boca sorprendida:

- ¿Kagome-chan?- dijo la chica, pero no pudo continuar, ya que se escuchó una explosión y salía una luz de entre los árboles. Todos se quedaron petrificados.
No se podía confundir con nada el Viento Cortante. ¿Que podía haber pasado? ¿Será que Inuyasha se cruzó con un demonio y se desahogó con él? ¿O será que…?

- ¡No!- chilló Kagome horrorizada y se fue corriendo hacia el pozo. Sango y Miroku corrieron tras ella, pero el miedo y el pánico le dió fuerzas a la pobre chica, que corría como loca, ya imaginándose lo que vería allí.

***
El mundo flotaba de las lágrimas que cubrían sus ojos, y Kagome tragó rápidamente.

-¿Qué te he hecho?- preguntó ella, sintiendo que las manos le empezaban a temblar. La punta de la flecha se movía como viva, y tuvo que esforzarse para contener las emociones.

Inuyasha iba a decirlo todo, pero se contuvo, y apretando los dientes le dijo:

- Ya lo sabes.

-¡Que no!- chilló ella con tal fuerza, que el hanyo se tapó las orejas.- ¡No lo sé! Te dí una cachetada, porque eliminaste el único camino a mi casa. ¿Acaso tienes derecho?

Inuyasha apretaba el puño:

- No he roto el pozo porque me hayas dado una cachetada.

- Entonces, porque?

Que tonto soy,-pensó el chico.- Porque demonios me preocupa su desgraciada voz y la cara llena de lágrimas. Inuyasha clavó sus garras al suelo y preguntó:

-¿Recuerdas como terminó aquella conversación?

***
Kagome se zafó de las manos de Inuyasha y se alejó. No tenía que tener el olfato de perro, para saber que estaba fuera de las casillas, y que toda su ira estaba conducida directamente a él. Ella temblaba de las emociones que ya no podía contener, pero Inuyasha no podía desviar la mirada de su cara.

- Escucha, Kagome,- empezó él, impresionado por su paciencia,- estoy al corriente de todas las noticias. Lo sé todo sobre lo que has planeado y te lo digo ahora: ni lo intentes, no te lo permitiré.

Por primera vez en todo el día en los ojos de Kagome se vió algo más que desprecio.

-¿De que hablas?

Inuyasha se acercó, dando por entender, que estaba hablando en serio.

- Lo sé todo sobre tu relación con Miroku.-dijo él. Kagome abrió la boca. –Sé lo que habéis planeado.

-¿Miroku-sama?,- le preguntó la chica.-¿Hemos planeado? ¿De que hablas?

De la expresión que tenía Kagome en la cara la paciencia de Inuyasha explotó.

- ¡No te hagas la tonta!- gritó él, y los presentes en la cabaña se callaron.

- ¡Ni lo intento!- le contestó ella, dando por entender que no tiene ni pizca de miedo.

Inuyasha se descontroló:
-¡Si ,claro!

Después de haber captado la indirecta, la chica se giró hacia la casa de la anciana Kaede.

- No se que me estás diciendo, pero no pienso estar escuchando esto más. ¡Déjame en paz!

Intento pasar a su lado, pero este le cogió de la camisa, haciendo girar a Kagome: esta conversación debía terminar, así que no pensaba dejarla ir sin haber hablado. Ella no pudo esconder la cara de sorpresa por un gesto tan rudo, pero se recuperó e intento zafarse de su agarro, y viendo que no podía hacerlo se quedó fulminándolo con la mirada. Después de tener la atención de Kagome, Inuyasha debilitó el agarro. Ella se quedó observando sus garras y de repente se puso pálida- gimió, hizo un paso hacia atrás, y él aspiró un aire lleno de desesperación.

Al hanyo no le dio tiempo de preguntar lo que había pasado- ella levantó la mano, y con todas sus fuerzas le dio una cachetada. Por un momento Inuyasha se quedó tan paralizado, que solo podía pensar de donde provenía tanta fuerza en un ser tan frágil.

-¡Sinvergüenza!- el chillido lo volvió a la realidad.-¿Cómo has podido hacer algo así?¡Te odio!

Tuvo que pasar tiempo , para que le sentido de sus palabras le llegasen al cerebro. Sintió como si el cuerpo le hubiera muerto, del alma se apoderó una apatía extraña. Volvió a cogerle de la camisa y la acercó hacia si, haciendo crujir el tejido. Casi se tocaban sus narices, cuando él le miró a los ojos y escucho un gemido de terror.

- Yo también te odio,- le anunció y la empujo con fuerza. Kagome pudo quedarse de pie. Lo único que le quedaba era observar como su figura se desvanecía en la oscuridad.

***

Inuyasha todavía estaba de rodillas en el charco. Su hakama yacía mojado desde hace un buen rato. Kagome todavía le apuntaba, pero no pudo esconder de la vista de Inuyasha que ya empezaba a cansarse.
Por su cabeza pasó una idea- era tan simple que podía no funcionar. Tenía que hablar, hablar, hablar- que ella este de pie, y que se canse aún más, entonces podría fallar, ¿no?
De todos modos podría usar el maldito collar, pero si se esfuerza podrá taparle la boca antes de que dispare.

- ¿Te crees que me importa que Miroku te ha enviado a pedirme disculpas?- dijo él, bajando la cabeza, para que no viera como se le nublaba la vista de la esperanza de matarla.- Tampoco voy a creerme tus mentiras. De tu asquerosa boca no sale ni una sola palabra de verdad. Sé lo que tienes planeado, así que deja de decir que no entiendes nada.

- ¿De que hablas?- preguntó ella otra vez.

***

Esa tarde no podía ser peor que las anteriores. Inuyasha estaba sentado en un rincón, Kagome estaba preparando la cena. Lo que era raro era la ausencia de Kaede y Shippo.
Aunque no se preocupaban tanto por la miko- se fue a la aldea vecina a exterminar los demonios. La tensión en la cabaña había subido tanto, que no se podía ni respirar.
Inuyasha no quitaba ojo de Kagome. Ella se movía rápidamente, sin emitir sonido alguno, en vez de estar hablando de tonterías como lo hacía siempre. Tampoco miraba a Inuyasha, pero este sabía que ella notaba su mirada con todo el cuerpo- mira que apretó la comida preparada tan fuerte, que este casi se rompe.

- Voy a ir a pasear.- dijo Sango, sacando a Inuyasha de sus pensamientos.- Ya no puedo estar sentada aquí. Cuando pienso que Shippo-chan esta allí solo…

-Pronto empezara a llover.- le comunicó Miroku. – Vamos a esperar hasta el amanecer. Shippo no es un chico tonto, sabrá esconderse y pasar la noche.

-Estoy preocupada,-se quejó Sango.- Él nunca había desaparecido por tanto tiempo. ¿Donde se habrá metido?...

El olor de lágrimas llenó la habitación, e Inuyasha miró instintivamente a Kagome.
Ella bajo la cabeza, sus hombros temblaban. Al ver que lo estaba pasando tan mal, una parte del enfado desapareció. Pero una parte no es todo.
Sango se levantó, puso el Hiraikotsu en el hombro.

- Vamos a salir con Kirara. Puede que no sirva de nada, pero no puedo estar de brazos cruzados.

Miroku también se levantó.

-Entonces yo también iré. Sin duda eres una luchadora con mucha experiencia, pero no puedo dejar que una mujer tan linda vaya sola por el bosque a estas horas.-el monje sonrió y puso su mano maldita en la espalda de Sango.- Pero podemos encontrar otra forma de pasar el tiempo,¿no?
Lo que el monje le propuso a Sango no fue una sorpresa para nadie. Miroku flirteaba con Sango, pero cuando ella no estaba cerca, hacía lo mismo con cada aldeana que se le cruzaba. Hasta sabiendo la verdad sobre Kagome y Miroku, Inuyasha no podía clasificar ese gesto en su comportamiento “no común”.
Lo que le asombró, fue la reacción de Kagome. Levantó la cabeza furiosa, y en sus ojos se reflejaba un profundo odio hacia la persona que todos pensaban que era su amiga. Parecía que hasta se había olvidado del destino del pobre kitsune. Después de unos segundos sintió el olor al que siempre olía cuando Kikyo estaba cerca. Celos. Kagome observaba a Sango con tanto odio, que parecía que la habitación se había llenado de veneno.
La paciencia de Inuyasha explotó. Se levantó, y en dos pasos estaba delante de la chica, se inclinó, la cogió del brazo e intentó levantarla.

- Tenemos que hablar,- dijo al salir de la cabaña.

***

- ¿Qué?-se asombro Kagome, debilitando el agarre. Pero todavía no podía quitárselo.-¿Sentía celos de Sango? Estas loco. ¿Por qué demonios tengo que ponerme celosa de ella?
Ignorando la idea de que estaba entre la espada y la pared Inuyasha empezó a reírse como loco:

- ¿Quieres seguir mintiendo? Claro que estabas celosa…

Kagome levantó el arco:

- ¿A que te refieres?

Esa forma de mentir le sacaba de sus casillas. Claro que en ese momento ella podía engañarlo fácilmente, en esa posición no podía taparle la boca, pero dejarlo como un bobo no se lo permitiría, no señor.

-Sé todos los detalles de tu relación con Miroku.-él quería que lo entendiese. –La de vosotros dos.

-¿Pero que puedes saber sobre Miroku-sama y yo?- ahora Kagome no entendía absolutamente nada.

A Inuyasha se le puso la piel de gallina. Ella lo ha querido.

***

El sol casi se escondió detrás del horizonte, parecía un enorme incendio, que le permitía observar con detalle todo lo que pasaba abajo. Inuyasha pedía una sola cosa- quedarse ciego- aquí y ahora. Estaba paralizado, y no podía quitar los ojos de la pareja que estaba abrazándose abajo.

- Pero si estabas arriesgando tu vida,-susurró el monje, enterrando su nariz en la melena azabache de la chica. El cuerpo de Kagome casi desapareció entre la ropa de Miroku.- Te podían haber matado…

Kagome levanto la vista, y en un tierno susurro le dijo:

-Ya lo sé, ya lo sé…Pero es que , cuando pienso que podía haberte perdido para siempre…

Esas palabras, sobre todo el tono con el que habían sido pronunciadas le traspasaron el corazón como una espada, pero se contuvo. Seguía viendo como las dos personas más importantes de su vida lo traicionaban.
Miroku negó con la cabeza.

- Kagome, ¿en que estabas pensando?- la trataba como a un familiar, y eso hacía que la sangre de Inuyasha hirviera aún más. Se estaba ahogando en su propio gruñido.
Kagome se apretó más fuerte a Miroku.

-Ya lo sé,- susurró.-Perdóname…
-¡Diós mío! Como se te ocurrió ir a ver a Naraku y rogarle de rodillas… ¡Te podía haber matado!

Ninguna de las palabras anteriores le había hecho tanto daño como estas. Inuyasha estaba mirando a SU Kagome y el mundo se desvanecía.
No. No puede ser. Ella jamás lo habría hecho…Jamás…

Kagome ni se estaba imaginando que estaba provocando a un hanyo que estaba bastante cerca, y sin ninguna pizca de vergüenza se puso de puntillas y cogió tiernamente la cara de Miroku.

-No hablé con Naraku. –dijo ella, pensando que con eso contestaría a todas las preguntas.- Me parece que nos teme demasiado para venir en persona. Pero me envió una de sus criaturas y nos quedamos de acuerdo los dos.
Miroku frunció el ceño, mirando a la chica con una ternura que no era de “hermanos”, que digamos.

- ¿De que , Kagome?- inquirió él.

Kagome se giró, como de vergüenza.

- Bueno, le advertí que primero hablaría contigo, y luego daré la repuesta definitiva. Pero las condiciones son convenientes. Sólo tenía que estar segura de que tú estás de acuerdo.

- ¿Qué te prometió?- insistió el monje, que normalmente era muy pacífico y tranquilo.

Kagome lo abrazó fuertemente por el cuello y le dijo:

- Si le damos los últimos fragmentos de la esfera, y luego yo me iré de aquí por el pozo y lo sellaré, él te quitará la maldición.

Muy arriba Inuyasha se paro en seco.

Miroku frunció le ceño otra vez, pero Inuyasha pudo ver en su mirada un poco de interés.

-Ya sabes, no podemos confiar en él.- recordó el monje sin ganas, como si intentase convencer a Kagome de lo imposible que es ese deseo.- Naraku no hace nada bueno, absolutamente nada.

-Su criatura me contó, que Naraku odia más a Inuyasha, que a nosotros dos juntos. Hace mucho que ya no se divierte con tu maldición, pero el odio hacia Inuyasha crece cada vez más. Naraku cree que la perdida que dos compañeros le conducirá a la muerte.

-¿Crees que funcionará?-preguntó el monje dudoso.- Y ¿eres capaz de traicionar a Inuyasha?

-Ya se espabilará él solito, que ya es grande. Agarró más fuerte al moje , e Inuyasha no entendió si eso fue un cumplido de que era invencible, o eso era una muestra de que a Kagome no le importaba nada su vida.
Después de pensar, Inuyasha eligió lo último.

- Naraku no es un enemigo fácil de derrotar.-continuó Kagome, acariciando con los dedos la cara del monje.- Además, ¿Qué me importa su vida? Pero sin ti me moriré…

Las garras de Inuyasha se clavaron aún más en la madera del árbol. Subió la cabeza, ya no se sentía con fuerzas de observar esa pareja de enamorados. Pero igualmente seguía escuchando la conversación, temblando de cada palabra.

- Pero, ¿y yo? ¿Crees que podré vivir sin ti cuando vuelvas a tu mundo?-preguntó Miroku.

- No tenemos elección…murmuró Kagome. – Claro que no voy a rendirme. Intentaré hacer que pases conmigo. Después de todo, ¡el pozo le deja pasar a Inuyasha!...Sólo tenemos que averiguar como funciona, y entonces podremos escapar, juntos, nosotros dos solos.

Inuyasha no esperaba que la traición le doliese tanto- cada segundo de la conversación le quemaba el cuerpo y le punzaba el corazón.
Se apretó fuertemente al árbol, intentando no quedar inconsciente. Miroku se calló y Inuyasha entendió que ya se le terminaron las falsas frases para detener a Kagome y su malévolo plán.
… y entonces podremos escapar, juntos, nosotros dos solos…
Al fin salió a la luz. ¿Desde hace cuanto tiempo Kagome le estaba engañando con el maldito monje?

- ¿Crees que podrás?-preguntó Kagome con tanta esperanza en la voz, que a Inuyasha se le apretó el corazón, hecho pedazos.- Vivir conmigo, ¿en mi mundo?

-Me da lo mismo donde, mientras sea contigo.-sin pensar le dijo Miroku.- Pero, ¿y si no nos sale nada?

Inuyasha miró otra vez abajo, justo en el momento en el que Kagome le beso a Miroku.
Ese beso era tan apasionado, que Inuyasha casi se cae de la rama.

-Al menos sabré, que no morirás a causa de la maldición,-susurró la azabache.-Que vivirás una vida tranquila, serás un feliz anciano, aunque sea sin mi. Miroku la abrazó más fuerte.

-Sin ti no hay vida para mí.-dijo él.-Sólo será una vulgar existencia. Kagome levantó la cabeza, le tiró de la coleta y sonrió:

-Yo misma encontraré una forma de que pases conmigo. Y no estaré tranquila hasta sabes como hacerlo.

Miroku asintió y se inclinó hacia la joven miko. Inuyasha miraba como se unían sus labios- al principio tiernamente, después más fuerte y mas desesperadamente.
Eso ya no lo pudo soportar-saltó y corrió por las ramas, intentando dejar atrás la pareja de enamorados, hasta que los nervios le exaltaron por completo y Tessaiga salió de la vaina.
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Y eso, espero k les haya gustado
Dejen sus comens
Sayonaraaaa ^^