Amores enfermos… Había un sol maravilloso en Parker place; las aves trinaban con gusto al viento suave de aquella mañana, y el pequeño lago del parque brillaba diamantado por los reflejos del sol. Pronto iniciaría lo que más me encantaban de las mañanas del domingo. Acudiendo al llamado de mis deseos, las cantarinas y risueñas voces de todos ellos llegaron a mis oídos; era la hora, yo lo sabía. Montones llegaron, sus cuerpecitos tibios y expuestos a la primavera; sus chocantes protectoras corriendo tras ellos, ingenuas a mí, ajenas a todo menos a ellos. Muchos se acercaron al borde del claro lago, otros se balancearon sobre los monumentos de metal, y otros más tímidos bailaban con parsimonia bajo los árboles. Mis fosas nasales se abrieron con gozo, disfrutando aquel dulce que emanaba de sus cuerpecitos, que dicha la mía y que ansía tan mas terrible… pero no era tiempo aún no. Termine el café agrio y barato, y vacié las migajas de mi panecillo al piso mientras sacudía mis vaqueros; estirando mis extremidades al cielo y aspirando profundo el olor a todo y el olor de ellos, me marche sin mirarlos de nuevo. ------------------------------------------- Otro día en el parque, otro café caliente en mi mano, y todas las maravillas jugando alrededor mío, dulces e infantiles, tibias e inocentes; nadie me miraba… ¡Que perfecto! Me encontraba indeciso, no había nada más que admirar; todos me llenaban de inquietud, todos me provocaban el alma, y ninguno cumplía con lo que buscaba, tiste… pero real. Cuando mi resignación me hacía mirar ya, la pequeña cabeza roja de ese al que la protectora llamaba Bruno; tú me miraste, me notabas y desde la lejanía de tu complaciente lugar sonreías tan lejana de mí, y tan cerca ya de mis cariños… no conocía tu nombre, no te había visto nunca; pero hoy para mí y mi alma ya eras mía. Una de las mujeres grito anunciando la hora y todos los retoños al par, corrieron a sus respectivos y conocidos brazos. Gire mi rostro irritado por la intromisión de mis pensamientos y al volverla hacia ti… ya no estabas, casi lloro de tristeza al no hallarte, pero me figure que te habías ido con tu respectiva “madre”; solo te esperare. Ya te amo desde ahora y te prometo no dejarte nunca; recuerda mi promesa, pues ya eres mía. ---------------------------------------------------- Regrese por ti cada Domingo por la mañana, era nuestra rutina; tú me mirabas lejana y tu dulce sonrisa me acariciaba, mi alma yacía caliente bajo mi pecho ante la promesa que te había hecho. Tu cabeza rubia se agito al viento del otoño, no ha habido cambio en ti, tu vestido seguía siendo del azul del cielo y el lazo que peinaba tus tirabuzones seguía perfecto en la corona de tu cabeza; el tiempo pasa, pero mi amor por ti crece. Aún hay algo que me irrita, pues cuando quiero hacer más por ti, el tiempo pasa veloz y los gritos de la hora y la frenético avanzar de los que son como tú en esencia, me perturba… suelo perderte; ya no más, prometo verte mía y ya. ----------------------------------- Hoy me has sorprendido, tu misma te has acercado a mí; tú etéreo ser está más presente, y juro por el cielo que tu olor es distinto a todo lo que ya había conocido, vivido y disfrutado. Tu vestido es diferente, es blanco en totalidad; eres un ángel en mis sueños y ya también en mi realidad, temo tocarte y perderte en éter que tú misma eres. Mi sonrisa es real, es el momento, lo siento, mis entrañas me lo dicen; sé que tú lo sientes también pero no huyes, más bien te acercas más a mí y me sonríes cómplice; tus pasos son lentos y mi fascinación crece por ti. -Victorie- dice tu angelical voz; y la dulzura del universo se apodera de mi corazón, nada me cuesta amarte, nada. ----------------------------------- Nos hemos ido lejos, vas en el asiento tranquila y sonriente, no desconfías de mí y no lloras como los tantos otros; tu eres especial… Ya te amo Victorie. Es tarde, la bruma del bosque y la oscuridad de la noche se han apoderado de todo, pero tú eres la estrella más radiante. Bajamos del auto, no has preguntado nada pero avanzas tras de mí, ya no sonríes y eso no me inquieta, quizá por fin te das cuenta; aun así no te resistes, ¡que valiente! El claro del bosque oscuro y frio será todo lo que tus zafiros ojos vean, será mi regalo para ti, me miras con tu dulzura pero algo no va bien, tu mirada cambio y veo odio puro en ella; mi cuerpo tiembla, no te reconozco, esta no eres tu dulce ángel, no eres tú. -Ya había estado aquí- susurras pero te escucho- Fue el mismo viaje… fuiste tú también…- Mi mano tiembla y el agarre de la navaja se suelta, la plata brilla en el suelo de hojas; recuerdo tu pelo fragante, tu rostro pálido y claro, tu sangre chorreante y mis besos en ti… recuerdo tu mirada y ahora mismo solo vivo terror. Te acercas sin miedo; retrocedo por instinto, pero soy torpe y caigo. -Creí que me amabas…- dices con calma- ¿por qué le temes al amor?- son mis palabras en tu voz… lo sé; tu mirada está perdida, tu rostro se esfuma angelical, mi horror crece; al fin te recuerdo. Tantos años, tanto había pasado, tantos rostros después de ti, ninguno me llenaba; tu misma no lo hiciste… y ahora estas aquí, sobre mí; mi corazón ya no existe, se esfumo en mi garganta, y la oscuridad del claro ahora parece envolver mi visión. Ríes con sarna, y mi espina se eriza, te temo… -Yo te pedí, parar- me reclamas, pero no puedo pedir perdón, no puedo- tanto llore… llora para mí ahora- Gritas, tu voz quiebra mis oídos, tu ser me asfixia, mi cabeza da vueltas- ¡Llora! ¡Suplica! Los tantos rostros, sobre mi todos ellos, la gracilidad que había en ellos no existe, solo la bruma, y el odio… su odio a mí. Mi cuerpo está en el piso húmedo y frio, todos gritan, todos exigen, mis ojos escocen, tú te acercas a mi rostro y de tus helados labios un beso en mi sudada frente, Como yo hice contigo… El dolor punzante de mis entrañas me hace girar, mi vientre se abre, mi garganta se raja, mis ojos desorbitados, no veo nada y lo veo todo. Sus malditas risas en mi cabeza, sádicas todas, su eco en mi… Quiero morir… -No lo harás… no sueñes, púdrete con nosotros en el infierno de nuestros recuerdos, ¡maldito tú, y tus amores! Tu cara se transforma en una mueca desagradable de locura y dolor y yo grito de desesperación, el infierno no es este, lo son ustedes. Tu rostro por última vez… ya no hay dulzura en él, no la habrá jamás de nuevo.
Trate de buscar la opción en donde se les pone la clasificación de: nano relato drabble y etc pero no la hallé... espero que no me maten por esto...