Amor

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Cats, 29 Octubre 2012.

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    Piscis
    Miembro desde:
    19 Julio 2012
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Amor
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3058
    Hola! Con esto de Halloween, me dije que debía hacer algo. Bueno, tampoco es un fic de terror, pero espero les guste. No soy buena en cosas que den miedo, tragedia, etc. ¡Pero! Fue todo gracias a Shayury que me ayudó un montonaso, la adoro<3. Y si se cambia el tamaño de la letra ¡Gomenasai! Hice todo lo que pude para que quede bien. Perdón el OoC, lo necesito para la historia.
    Amor.
    Pareja: Naruto U. / Hinata H.
    Advertencias:
    OoC. Violencia, muerte.
    Una aclaración:
    Aunque al principio parezca que este en la aldea de Konoha, en realidad no lo es. Es como una ciudad moderna, de estos tiempos.
    Disclaimer:
    Los personajes no me pertenecen a mí. Sino que a Masashi Kishimoto-sama.
    Capítulo 1: Cambio.


    Era de noche, el viento soplaba y el canto de los grillos se hacía notar por todo el lugar. Hinata Hyuuga estaba caminando por las calles de Konoha, es cierto que es peligroso caminar por las noches. Pero Hinata se había atareado mucho por lo cual, estuvo fuera de su casa todo el día. Caminaba tranquilamente mientras el viento movía sus hebras azabaches. De repente, sintió un pequeño ruido que inquieto a la Hyuuga, miró detrás de ella y observó cómo caía una persona al piso ya muerta.

    ―¿Q-Quien anda ahí? ―Preguntó mientras se posicionaba firmemente. Vio la sangre de la persona recorrer todo el piso, hasta llegar a sus pies, eso hizo que la azabache se estremeciera. Miró al frente, no había nadie más que la persona ya fallecida. Sintió unas risas algo macabras, logrando un gran susto en la joven que miraba con preocupación todo el lugar atentamente. De repente, sintió como algo filoso la hiere levemente en su brazo izquierdo. Ella se toca esa herida y gruñe un poco del dolor, miró hacia donde estaba el arma con la cual la habían herido y notó que era un cuchillo― Q-Quien sea que este allí, más le v-vale salir de donde sea que este. ―Pronunció segura de ello.

    ―Tranquila, aquí estoy ―se escuchó susurrando demasiado cerca del oído de la Hyuuga. Ella se asustó y se dio vuelta para ver quién sería su enemigo, pero tenía una máscara negra, solo dejaba ver un cabello rubio y alborotado. No sabía quién era, pero de alguna manera sintió ya conocerlo. Su enemigo aprontó su puño para golpearla, pero esta lo esquivo y quiso salir corriendo de allí, algo que salió sin éxito. La otra persona lo sostuvo del brazo y le tapó la boca con su mano― no sé porque, pero te dejaré con vida. Pero todo tiene una paga, querida señorita. ―Pronunció en el oído de la Hyuuga. Ella se asustó al oír eso, mientras era llevada hasta un callejón oscuro. Fue en ese mismo momento cuando Hinata Hyuuga, la chica tímida y amable de siempre paso a ser otra persona. Cuando el hombre enmascarado terminó dejando en paz a la pobre Hyuuga se marchó, dejándola en el piso tirada, desmayada y con sus ropas en muy mal estado.

    Despierta.

    Escuchó esas palabras, abría los ojos lentamente. Notó que un gran rayo solar le impedía ver del todo bien, hasta que alguien se puso frente a esos rayos molestos. Abrió los ojos, su rostro estaba serio, miró fijamente a un rubio de ojos azules mirarla preocupado.

    ―¿Hinata-chan estas bien? ―Preguntó alterado el rubio. Ella al verlo fijamente, lo apartó rápidamente de ella. Él se sorprendió, ¿desde cuándo Hinata era así?― ¿Ocurre algo, Hinata-chan?

    ―Aléjate. ―Pronunció simplemente de manera muy fría. Él chico se sorprendió nuevamente― Aléjate, y no vuelvas más.

    ―Hinata ¿Qué rayos te pasa? ¡Soy yo, Naruto! ―Exclamó el rubio molesto. Hinata negó con la cabeza, no podía ver esos rubios cabellos y pensar en aquel bastardo que se sobrepasó con ella.

    ―Mejor me voy. ¡Ya me tienes harta! ―Gritó. Se fue corriendo del lugar, y Naruto miró perplejo lo que pasó hace unos minutos. Hinata corrió hasta finalmente llegar a su casa, para su suerte no había nadie. Se encerró en su cuarto, lo primero que hizo fue darse un baño, no soportaba para nada tener la esencia de aquel maldito. Después de bañarse, se vistió y se recostó en su cama para pensar en todo lo que había pasado y derramar finas lágrimas― Juro que me vengaré…Naruto-kun. Haré lo que tú no hiciste, te mataré y a tus seres queridos.

    Matar.

    Eso haría, matar a Naruto Uzumaki y a sus seres queridos. Estaba segura de que él fue quien le hizo esa maldad, solo él tiene el cabello alborotado, solo él tiene los cabellos tan dorados. Se levantó de su cama y salió a comprarse un arma, para luego en la noche visitar a su amado Naruto. Sí, es cierto, ella ama con todo su corazón al Uzumaki pero, al ‘haber’ hecho lo que hizo ese gran amor se transformó en un gran odio. Entró a la tienda de armas que había cerca de su casa, le pidió al encargado la mejor de todas las armas. Luego de que este le mostrara dichas armas, ella eligió una y rápidamente la pagó, para su suerte su familia es una de las más ricas en todo el país de Japón, por lo cual tenía bastante dinero en sus bolsillos. Pero no quería gastar ese dinero, aunque ya lo haya pagado, estuvo viendo el arma en sus manos aun dentro de la tienda.

    ―¿Hay algún problema? ―Interrogó el vendedor. Hinata negó mientras sonreía maliciosamente.

    ―No, de hecho esta perfecta para lo que quiero hacer. Pero necesito probarla antes. ―Mencionó apuntando el arma en la frente del vendedor, el cual se percató de ello. No hubo tiempo de decir palabras, Hinata disparó provocando inmediatamente la muerte de aquel sujeto. Rió, había funcionado perfectamente. Abrió la caja registradora y sacó el dinero con el cual ella había pagado y rápidamente lo guardo en sus bolsillos. Aprovecho y agarro otras armas tenebrosas y luego de aprontarse, agarro al hombre ya muerto y lo tiró contra un armario que estaba allí. Iba a retirarse del lugar, pero antes de hacerlo sostuvo una máscara simple, que dejaba ver los ojos. Es de color amarilla y se la puso, haciendo que su rostro sea difícil de reconocer. Se colocó unas gafas negras y salió del lugar y fue hacia la mansión Uzumaki.




    Naruto estaba preocupado, ¿qué le ha pasado a la tierna Hinata-chan que alguna vez fue? Esa pregunta le torturaba tanto. Después de todo, ella era tan gentil, tan generosa, tan hermosa, tan única.

    ―Naruto. ―Se escuchó detrás de la puerta que conducía a la habitación del Uzumaki.

    ―¿Qué pasa mamá? ―Preguntó. Kushina abrió la puerta y con una mirada preocupada, se acercó a su hijo.

    ―Eso debería preguntártelo a ti, hijo. ―Pronunció mientras se sentaba en la cama al lado de su hijo― ¿Qué pasa, Naruto?

    ―He notado que Hinata-chan esta algo cambiada. No sé qué le pasa. ―Decía desanimado el rubio. Kushina miró a su hijo, lo escuchaba, como siempre lo hacía.

    ―¿Qué es lo que hace Hinata-san? ―Preguntó su madre curiosa. Conocía a la Hyuuga, de hecho la ha querido como su nuera desde que la conoció. La vio como una joven tan hermosa, gentil y amable, tal como su hijo siempre la ha visto.

    ―La encontré desmayada en un callejón mientras hacia los mandados que me pediste esta mañana. Al despertar me pidió que me alejara, que la tenía harta, y salió huyendo. ―Comentó desanimado. Su madre puso su mano sobre el hombro de su hijo, y la pelirroja sonrió.

    ―Creo que tuvo un pequeño problema. Estoy segura de que si hablas con ella, y le cuentas lo que sientes sobre ese cambio de comportamiento, ella lo entenderá. ―Trato de animar Kushina. Naruto sonrió, ama a su madre, siempre lo animaba cuando estaba triste― Debo irme a hacer la cena. Espero que puedas hacer eso.

    ―Seguro, lo haré ahora mismo. Vuelvo dentro de un rato. ―Comentó saliendo de su habitación corriendo. Kushina sonrió, mirando la puerta por donde se había ido el rubio, su hijo de verdad ama a esa chica. Se levantó, decidió dirigirse a la cocina, al llegar notó a alguien allí. Con una máscara amarilla.


    Naruto salió corriendo, iba a ir a la cocina a tomar un poco de agua pero no había tiempo. Bajó las escaleras y ni cruzó por la cocina. Cruzó el comedor, y finalmente abrió la puerta para irse. Llamaba al celular de Hinata, pero no había caso, no respondía. Llamó a Neji, su primo, le preguntó si sabía dónde estaba su prima y este respondió que no. Obligando al rubio cortar la llamada y nuevamente marcar un número, pero esta vez era el de la mejor amiga de Hinata. Sakura Haruno, ella contestó lo cual el rubio se alegró. Le preguntó si sabía sobre el paradero de la Hyuuga, Sakura respondió que no. Entonces, el rubio desilusionado fue hasta la casa, al llegar y después de varios intentos fallados de que lo atendieran, se cansó. Deberá volver a su casa, entonces resignado, se dio la vuelta y emprendió el camino hasta su casa.






    ―¿Quién eres? ―preguntó Kushina algo temblorosa. El enmascarado no respondió, alzo un cuchillo que obtuvo vagando por la cocina mientras la pelirroja hablaba con su hijo. Kushina tragó saliva― ¿Q-Qué pretendes?

    ―Tú hijo hizo de mí vida una porquería. ―Respondió, estiró su mano hacia el frente con el cuchillo. La mujer se alteró un poco, trataba de calmarse pero no podía…su cuerpo tiembla. El enmascarado sintió ese temor inmenso, podía sentir la sangre de su presa. Kushina ya había escuchado esa voz antes, pero no sabe dónde.

    ―¿C-Cómo que mi hijo hizo de tú v-vida una p-porquería? ¿Q-Qué hizo N-Naruto? ―Preguntó. Escuchó una risa arrogante, Kushina miró esa sonrisa malévola.

    ―Él, abusó de mí. ―Respondió mientras apretaba sus dientes y sus puños. Aún tenía el cuchillo frente a la pelirroja. Kushina tragó saliva.

    ―No…mi hijo no pudo haber hecho eso. ¡Él es un hombre de bien, como su padre! ―Gritó recordando a Minato, su esposo ya fallecido por un grave accidente que tuvo. Derramó intensas lágrimas, no podía ser cierto, su hijo no es así.

    ―Me tiene harta. He decidido vengarme de él, ¿y sabe cómo lo haré? Asesinándolo, pero, antes de matarlo haré que sufra matando a sus seres queridos. Empezando con usted, Kushina-san. ―Pronunció con tono inocente. La pelirroja se sorprendió, la única persona que ha dicho su nombre junto a un ‘san’ era…no…imposible…

    ―¿H-Hinata…-san? ―Preguntó incrédula de ello. Miró fijamente detrás de esas gafas oscuras, y se dio cuenta de los ojos perlados que solo ella puede tener― E-Esto no es cierto, ¡porque Naruto iba a abusar de ti! ―Gritó. Pero ya era demasiado tarde, Hinata la había apuñalado en el estómago. No pudo ni reaccionar. Cuando se quiso dar cuenta algo frió y metálico estaba clavado en su estómago. Sin poder evitarlo escupió sangre de su boca, se la tapó con su mano para intentar parar la sangre y miró horrorizada a su agresora. No podía ni imaginarse que la dulce chica hubiera sido capaz de hacer aquella atrocidad.
    La mirada de Hinata que hacía nada más de unos días estaba llena de vida ahora se encontraba en un iceberg. Tan fría era y sin vida que con solo mirarla retrocedió su víctima. Ella parecía confusa, dolida y perpleja. Sin embargo, lo que más se podía notar era el terror que corría por todo su cuerpo hasta temblaba. La joven sonrió ampliamente con una sonrisa macabra y se deleitó de aquella imagen. Gozaría hasta el último minuto de vida de su querida víctima.
    Ante la sonrisa, Kushina ni se lo pensó dos veces con las fuerzas que le quedaban controlo sus temblores como pudo. Y aguanto el dolor que le produjo girar sobre sus pies, se quejó. Pero sabía muy bien que no tendría ninguna compasión de aquella joven, así que se aguantó el dolor y dio el primer paso, segundo, tercero, cuarto. Hasta que de una forma torpe empezó a correr hacía la salida, mientras que con una de sus manos todavía teniendo el cuchillo en el abdomen apoyaba su mano para parar la hemorragia. No lo podía creer, era imposible Naruto no... Se repetía miles de veces en su cabeza cada vez que daba un paso más.
    De mientras Hinata se deleitaba con cada paso y gemido de dolor que salía de la boca de su víctima. Con paso tranquilo la perseguía por detrás. Iba tan tranquila que a su víctima le hacía sufrir más. Pues estaba viviendo una incertidumbre donde no sabría si viviría más o no. Eso le producía a su agresora satisfacción. Se rió macabramente.
    Una risa que helaría el cuerpo de cualquiera. Eso hizo que Kushina vacilase un instante y tropezara. Sin embargo, no se detuvo con el corazón a mil por hora, aguantando un dolor que la hacía doblarse sobre si misma cada vez que daba un paso y con el pensamiento nublado con tantas dudas avanzaba por la mansión. De repente como si se tratase de un milagro su asesina se paró y ella vio el pestillo de la puerta a dos pasos de ella. Avanzó con más entusiasmo y rapidez. Kushina ni pensó porque su agresora se había detenido. Por un instante pensó que podía ser debido a que se había arrepentido.
    Diez pasos y llegaba, nueve ocho, siete, seis. Ya podía deleitarse casi con ese roce metálico que le abriría las puertas hacia la libertad. Cinco, un chasquido, cuatro…solo unos pasos más Kushina y todo acabara podrás pedir ayuda. Se animaba a sí misma. Tres, alargo el brazo. Dos, rozo con la yema de sus dedos el pestillo. Se oyó un ruido metálico y después un golpe seco. No se oyó ningún paso más solo una risa.

    La joven se acercó a su víctima quien yacía casi muerta con la cara de ella apoyada en la alfombran de su casa con una bala incrustada en la nuca. A lado de ella se podía observar un charco de sangre que se extendió debajo de ella. La mujer se había hundido aquella arma en su propio cuerpo. La joven asesina la miró con pena fingida, iba a decir algo. Pero oyó un crujido del otro lado de la puerta alguien intentaba entrar....

    La puerta se iba a abrir.

    Hinata escuchó el pestillo moverse, indicando que alguien iba a abrir la puerta. Escapó rápidamente por la puerta trasera, para su suerte, cuando apuñalo a su víctima usó guantes. Por lo cual será muy difícil que la descubran. Se escondió detrás de unos arbustos y espero a que pasara el momento.






    Naruto llegó a su casa, estaba abriendo la puerta. Al finalmente abrirla, casi le da un infarto. Su madreestaba muerta, tirada en el piso en un charco de sangre salir por su nuca y estómago. El rubio notó el cuchillo apuñalando a su madre, como pudo lo sacó inmediatamente y se tiro al piso para abrazar a su madre.

    ―Mamá…porque… ―finas lagrimas escaparon por sus bellos ojos azules― ¿Por qué te hicieron esto, mamá? ―susurró nuevamente.

    Mamá…me has abandonado.

    Mamá…te fuiste, y me dejaste como lo hizo papá.

    Mamá…te amo. Espero que estés con papá, al menos.


    Esos eran los pensamientos del rubio mientras derramaba lágrimas a más no poder. De repente, se detuvo. Levantó la vista, era una de enojo, ira, y con…sed de venganza.

    ―Me vengaré del maldito o la maldita que te haya hecho esto, mamá.
    ―Pensó. Sus ojos estaban llenos de ira, aunque sean azules y parecían el más hermoso cielo. Ahora, eran del propio infierno.


    Continuará…

    Este fic no tendrá tantos episodios. Creo.
    Es por Halloween, lo público hoy debido a que el 31 estaré en parcial de Historia. :(.

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    No supe que más preguntar debido a que otra vez me olvidé de pensar que preguntarxD.
     
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  2.  
    Shayury

    Shayury Guest

    Hola!
    Gracias por invitarme :D . Y gracias por tus palabras. ^-^
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    Siiiiiiii ^-^
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    Umm... Punto dificil para pensar. Creo que la parte que me ha gustado más es que aunque parezca extraño es cuando cada uno por su lado ha dicho que se iba a vengar, ya que eso hace que la trama sea mucho más interesante.
    ¿Debo continuarla?
    Siii. Que quiero saber quien es el enmascarado ¡Ojo! El primero.
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    No me he fijado. xD
    Avísame cuando este el próximo capitulo. Porfa!
    Adiós!! =)
     
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