“¡¿Cómo se atreve ese culturista a subestimar mi habilidad en el tiro con arco?!” Pocas veces se había visto a Eros, más conocido por los mortales como Cupido, tan enfadado como lo estaba en aquellos momentos. La razón era que el dios del amor y la lujuria le había pedido a Apolo, dios de la luz y de las artes, que realizaran una competición de tiro con arco y sólo había conseguido que el chulito rubiales se riera en su cara y le dijera que el tiro con arco no era un juego de niños. “¡Y yo no soy un niño!” pensó la furiosa deidad, agitando las hermosas alas de plumas blancas que nacían de su espalda. Y no mentía al afirmar tal cosa, pero los mortales tenían la idea equivocada de que se trataba de un pequeño niño que revoloteaba por el mundo lanzando flechas con los ojos cubiertos por una venda. Se trataba de una imagen ridícula y muy alejada de la realidad, pues Eros era un apuesto joven de complexión atlética que no aparentaba tener más de veinte años; sus profundos ojos castaños parecían ser capaces de descubrir cada mínimo detalle de las personas y del mundo, como si de los ojos de un halcón se trataran, rodeados por una bien cuidada piel bronceada por las largas horas de vuelo bajo el brillante sol de Grecia. Apolo, que había heredado la obsesión de Zeus por perseguir faldas, solía dejar escapar comentarios burlones sobre las pocas féminas con las que había mantenido relaciones, pero lo cierto era que cualquier mujer caería rendida ante el arquero. La única razón por la que Eros ignoraba las súplicas de sus admiradoras era el profundo amor que sentía por Psique, su querida esposa. Aún con todo, no estaba dispuesto a soportar los estúpidos rumores que el machito iba extendiendo por todo el Olimpo; no tenía ningún problema para satisfacer a su mujer; su virilidad no era del tamaño de la de un recién nacido; y claro que podría acertar una de sus flechas entre los dos ojos del famoso titán Atlas. —Me las vas a pagar, musculitos—susurró a la vez que se apartaba con delicadeza de los brazos de su esposa y abandonaba el lecho para registrar el armario en busca de su arco y su carcaj. — ¿Qué haces, Cupido? —le preguntó Psique, despertándose por la repentina actividad; era la única diosa a la que Eros permitía utilizar ese mote. —Vengarme de Apolo—respondió su esposo, sonriendo malévolamente al hallar sus preciadas armas. — ¿Significa eso que no me vas a traer el desayuno a la cama, tal y como me prometiste? — ¡Yo también te quiero, cariño! —se despidió el hijo de Afrodita sin hacer caso a la pregunta de Psique, que se quedó mirando la puerta por la que había salido su marido con expresión perpleja. Cargando con su preciado arco de oro y el carcaj lleno de flechas, la mitad de plomo y la otra mitad de oro, el cual era capaz de reponerlas mágicamente a medida que se iban agotando, Eros se situó en una de las terrazas de su hogar, desde donde podía ver a su rival ligando con unas ninfas. Sus agudos ojos pronto se fijaron en Dafne, una solitaria dríade que jamás había sentido la misma admiración que sentían sus hermanas por el dios solar, que tampoco había necesitado prestarle ninguna atención al tener a su alrededor a muchas chicas dispuestas a complacerle. —Prepárate para ser humillado, Apolo—Eros tomó una flecha de oro de su carcaj, cargó el arco, tensó la cuerda y disparó con tal precisión que podría haber alcanzado a una mosca sin ninguna dificultad. La flecha dorada se clavó en el pecho de Apolo en el mismo momento que éste lanzaba una mirada burlona a Dafne, desapareciendo en una lluvia de polvo brillante y encendiendo una intensa llama en el alma del dios. Repentinamente indiferente a las coqueterías de las demás ninfas, sólo tenía ojos para la solitaria dríade, que no se había dado cuenta todavía del interés que había despertado en el dios más polifacético del Olimpo. Tomando una flecha de plomo, objetivamente más fea que la flecha de oro, Eros apuntó a Dafne y acertó en pleno corazón de la ninfa, que le dirigió una mirada de desdén a Apolo, quien se acababa de convertir en el objeto de su odio. Hasta que se pasaran los efectos, Apolo no podría desear a nadie más que a Dafne pero jamás vería su amor correspondido gracias al efecto de la flecha de plomo. —Fantástico—susurró el dios de la lujuria, que observaba el escándalo que había desatado desde su privilegiada posición. Animado por la exitosa realización de su venganza, Eros regresó a su habitación y se lanzó a la cama, apresando a la sobresaltada Psique, a la que miraba con los ojos llenos de pasión, bajo su trabajado cuerpo. Sólo queda por decir que, mientras Dafne hacía todo lo posible por alejarse de Apolo, Eros permaneció encerrado en sus aposentos privados junto con su esposa, que recibió “excelentes razones” para perdonarle por no haberle llevado el desayuno a la cama.
Me encanto!!!!! Me encanta todo lo que tenga que ver con los dioses griegos!!!! Estuvo diverdito el fic!!! Genial!!!! Me encanta como escribes. Tu forma de describir es muy interesante!!!! Fascinate!!!! XD O.o
¡Vaya! Últimamente los usuarios de este foro no dejan de sorprenderme, tu fic es bastante…, creo que extravagante sería la palabra que estoy buscando, sí, extravagante y muy, muy divertido. ¡Y luego hay quién dice que la mitología es aburrida! Me gustó esa otra visión de la legendaria disputa entre Apolo y Cupido y de cómo la pobre Dafne, que sólo pasaba por allí, acabo convertida en el árbol del laurel. ¡Estos dioses y sus ocurrencias! Dicho sea de paso cabe destacar que Eros y Cupido son dos versiones, una griega y otra latina, del mismo dios. Y, si bien es cierto que suele representarse como un niño alado, cuentan que Eros no pudo crecer hasta el nacimiento de su hermano Anteros, dios del amor correspondido y la pasión, dudo mucho que Psique se enamorara de un chiquillo, así que ahí estoy de acuerdo contigo, Apolo pecó de soberbia y merecía un buen escarmiento por ello. Lo único que se me hizo extraño fue que nombrarás a Santa Claus, todavía me pregunto que tiene que ver ese viejo rechoncho y con barba que nos trae regalos todas las navidades con esta historia. Creo que hubiera sido más lógico compararlo con alguna barbuda deidad clásica, como por ejemplo Poseidón, o quizás decir algo como que podía acertar una de sus flechas en el mismo talón de Aquiles. En fin, es sólo una opinión. ¡Ah! Y no se me puede olvidar mencionar ese párrafo genial donde lo comparas con su padre y la manía de ambos en pasarse el día persiguiendo faldas. ¡Todavía me estoy riendo! Te felicito por tu one-shot. Bien escrito, original y muy ameno. Fue un placer leerte.
Me gustó mucho. Tu narrativa hace que la lectura sea atrapante, fácilmente me enganchó a continuar hasta el final. Incluso ya la releí un par de veces. Yo no conocía el mito de Psique y Eros, luego de leerte busque información de la pareja a la cual ignoraba hasta el momento, para descubrir la bella historia que los rodea. Continúa escribiendo, que aquí tienes un lector asegurado ;)
Jojojo! Paso a dejar mi comentario. Tan impecable como siempre, Zeon. Ha sido un buen tema (¿Quien se imaginaría a Cupido como un dios vengativo? xD). Hubo partes muy chistosas (que "manías" las de Apolo xD). "Yo también te quiero cariño" Uff... Me parece que estuvo "un poquito" estresado el cupido cuando le dijo eso a su amadísima esposa xD. Apolo lo tenía bien merecido, es tabú dudar acerca de la virilidad de cualquiera. Por supuesto que Eros debió ser un semi-adonis, para que Psique no se enamorase de Zeus o Apolo.
Omg, lo amé, de verdad lo amé. Algo muy ligero y divertido, que narra muy bien la disputa entre ambos dioses. Todo lo desarrollas de forma muy fluida, de tal forma que no se ve forzado. Pobre Apolo, cuando vuelva en sí estará completamente humillado, pues todos lo verán rogando y siendo rechazado. Y mientras Cupido tranquilamente disfrutando en los brazos de su mujer, eso le pasa por déspota y odioso. xD Omg, y los chistes, buenísimos. De verdad, me ha gustado mucho. Te felicito, tienes muy buena ortografía, sólo tienes detalles con lo guiones. =) Ha sido un placer leerte, espero hacerlo pronto nuevamente.
Oh, es muy bueno *-* Me encantó ^^ Adoro las historias mitológicas *-* Me gustó también la manera en que escribes ^^, es sencillo pero con encanto y misterioso, atrae mucho la atención, es genial ^^ y escribes muy bien, en todos los sentidos ^^ Ha sido un verdadero gusto leerte ^^ esperaré uno próximo con mucho gusto ;) Cuidate mucho =) Nos estamos leyendo ;D
Curiosamente elegiste esta historia donde tenemos a mi queridisimo Eros!! asi que como podrás imaginarte es un deleite para mi el disfrutar tu bella historia, esta muy bien redactada, no tiene errores ortográficos, todo esta bien detallados algo muy importante para que podamos disfrutarlo mas, otra cosa es que tiene buen humor ya no hace falta dejar un poco el drama el cual yo adoro, para diovertirnos mas al leer asi que seguire pendiente de los demas capitulos, solo me gustaria saber si te basaste en un libro previo, o es totalmente idea tuya las situaciones que se daran en tu historia??? gracias y hasta la conti :)
Se me hizo perfecta, mezcla palabras cómicas y coloquiales en una historia seria. Apolo nunca tuvó suerte con las mujeres.