NCIS Amor gotico (NCIS)

AMOR GÓTICO​

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"Si soy lo que tengo, y lo que tengo lo pierdo, entonces ¿quién soy yo?" Erich Fromm.​

Tony estaba sentado frente a una hoja en blanco, tratando de que en su mente se formulen las palabras correctas para expresar lo que de verdad sentía por Abby.
Llevaban tiempo trabajando juntos y nunca se había fijado realmente en ella. Siempre la había visto como una hermana, pero ahora algo había cambiado. No sabía qué o no podía explicarlo, pero cuando la veía algo pasaba en su corazón y en su mente que lo hacía distraerse fácilmente. Eso Gibbs lo había notado y era por eso que esa tarde se había acercado a él para tener una conversación que mas de jefe parecía de padre a hijo.

Gibbs al conocer los antecedentes de Tony le pregunto si lo que sentía por ella iba en serio, y le dejo muy en claro que era como una hija para él y que si la lastimaba o la hacía sufrir de cualquier manera, tendría que enfrentar las consecuencias. Y conociendo a Gibbs esa sí era una amenaza. Aunque por otro lado Abby se podía defender sola, y le dijo que no se olvide que era una de las pocas personas en el mundo que podría matarlo y no dejar evidencia forense.

Ante esa imagen Tony sonrió, pero le aseguro que lo que sentía cuando estaba con ella nunca lo había sentido con sus anteriores novias. Pero era complicado porque no se animaba a decírselo por temor a que lo rechace. Gibbs le dijo que tarde o temprano lo iba a tener que decir o si no nunca iba a tener la oportunidad de saber qué hubiera pasado.

Así que Tony decidió que si no lo podía decir mirándola a la cara, le iba a escribir una carta.

Y ahí estaba sentado en su escritorio, después de que todos se habían ido a sus casas, mirando fijamente esa hoja. Eran casi las 0300 de la madrugada y estaba a punto de dejarse vencer por algo que en otro momento hubiera sido tan sencillo, porque, seamos realistas, para Anthony DiNozzo conquistar una chica nunca había sido tarea difícil. Pero el hecho de trabajar con ella lo hacía todo más complicado, y si lo rechazaba la tendría que seguir viendo en el trabajo y eso sería algo incomodo para los dos, por no mencionar que Ziva y Mcgee no lo dejarían en paz nunca.
Cuando de repente como iluminado por una musa inspiradora que le susurraba al oído, comenzó a escribir:

“En este instante muchos pensamientos golpean mi mente, y las palabras llevan impreso los sentimientos que nacen en mi corazón. Lo que estoy tratando de decir con esto es que, después de pasar tantos años trabajando juntos, comencé a darme cuenta de que cada vez te veía menos como una hermana y que mis sentimientos hacia vos estaban cambiando. Creo que, aunque te parezca una locura, me estoy enamorando de vos. No, no lo creo, estoy seguro. Pero no al estilo DiNozzo, sino de verdad. Te amo con tu estilo gótico, y con tus excesos de cafeína. Pasamos tantas cosas juntos, buenas y malas que ya nos conocemos perfectamente, pero mi alma me dice que todavía hay más para descubrir y si vos me das una oportunidad me gustaría descubrirlo con vos. Sin embargo si no sentís lo voy a entender y vamos a seguir siendo amigos.”​

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A la mañana siguiente, cuando Abby llego al laboratorio, se encontró con una carta y una rosa negra sobre el teclado de su computadora. La abrió y mientras la leía una sonrisa se dibujaba en su rostro, porque Tony no estaba ni cerca de sospechar que todo este tiempo ella había estado enamorada de él.