de Inuyasha - Amor egipcio.

Amor egipcio.

¡Hola! Hoy les dejo un fic que llevo tramando desde hace muchísimo tiempo.
Gracias al que le de una oportunidad y lo lea.
-GELI.


Amor egipcio
Capítulo 1.

En un palacio egipcio, se escuchaban los gruñidos de un enfurecido principe llamado Inuyasha, que poseia una larga cabellera plateada y ojos ámbar.
Éste ansiaba a una mujer llamada Kagome, y estaba decidido, la iba a enamorar como fuera.
Se encontraba en el salón de palacio sentado en un gran escritorio, donde encima habian unos cuantos folios en blanco apilados, y sus ojos se centraban en él.
Pues queria inventar algun poema para mandarselo a su preciosa doncella.
Y, claro que sí, al final lo logró.


Al cabo de un tiempo, éstos eran uña y carne, el principe Inuyasha habia logrado que la bella Kagome fuera a vivir a palacio, prometiendole que no la forzaria a nada, pues ella todabia no estaba decidida.
Se encontraban en el jardín, y la bonita princesa llebaba un vestido blanco que llegaba hasta sus tobillos, y unas sandalias doradas muy bonitas. Su cabello negro se deslizaba liso por su espalda.

-Hoy deslumbras-Dijo Inuyasha.
-Y tu apagas el sol-Rió Kagome dejando al principe por los suelos.
-Oye... Kagome... creo que ya va siendo hora de que pienses si quieres casarte conmigo.¿No crees?-Preguntó ansioso Inuyasha.
-Inuyasha, creia que ya habiamos hablado de ésto. Mira... tu eres mi amigo y te quiero muchísimo por ello, pero todabia no te quiero tanto como para pasar una vida entera a tu lado-Suspiró la joven.-Me voy-.

La princesa se lebantó y se retiró decepcionada hacia el palacio, y mientras andaba por los pasillos se paró en un balcón que daba a las vistas de todo el reino, incluso se veian a los esclavos trabajando.
De repente escuchó un grito horrible, y se asustó muchísimo dando un pequeño salto.
Bajó corriendo, sabia que venia de las obras donde trabajan los esclavos.
Al llegar vió a un hombre tumbado sobre el suelo, de espaldas, Inuyasha estaba a su lado y sostenía un látigo.

-¿¡Que pasa aquí!?-Preguntó alterada Kagome.
-Éste esclavo... que se ha vuelto rebelde-Rió Inuyasha dandole otro latigazo.

El hombre que habia en el suelo se puso de rodillas como puedo, mostrando una cara de muchísimo enfado, y tenia pequeños cortes en las mejillas.
Además, éste tenia unos preciosos ojos verdes, y una cabellera brillante.
La princesa se arrodilló para ayudarle pero éste la miró y la apartó de un manotazo enfadando al máximo al principe Inuyasha.

-¡INSOLENTE!-Gritó Inuyasha dandole latigazos, pero no duró por mucho tiempo por que Kagome se lebantó y paró su mano.
-Basta por favor, ¿no le ves? está sufriendo-Dijo ella atemorezida.
-¡Te ha pegado!-Gritó Inuyasha.-Llevas muchos años viendo a esclavos trabajar, ahora no te hagas la buena-Rió él.

La muchacha, enfadada, le abofeteó en una mejilla dejándole marcas rojas.
Seguidamente miró al joven que antes le habia agredido, y se fué.
En la noche, se encontraba con dama y consejera real, Sango.
Le estaba explicando el problema que habia tenido antes con Inuyasha.

-Si hubieras visto los ojos de ése esclavo...-Dijo Kagome suspirando.
-¿Por que?¿Eran bonitos?-Dijo Sango riendose de la princesa, que a la vez en realidad era su mejor amiga.
-Oh... por supuesto que sí.-Sonrió Kagome.-Pero además de eso, expresaban ira.-

Sango se quedó sin habla.
Al día siguiente Kagome bajó a desayunar, ya que luego tenia clases.
Y como siempre, llegaba tarde.

-Ésta torpe princesa...-Gruñía el profesor en la aula, hasta que de repente entró la joven con una manzana en sus labios.
-¡Disculpe el retraso!-Se disculpó ella.
-¡No pasa nada!¡Pero sientate ya, la clase va a comenzar!-Gritó el profesor enfadado.

Al acabar la clase, éste informó a Kagome de que queria tener una cita con el principe Inuyasha.
Por lo que se veía tenia que hablar con él, del ritmo que llebaba Kagome en las clases.
Y mantubieron una entrevista por el mediodía.

-No estoy diciendo que no pueda aprobar,¡todo lo contrario! es que no le gusta estudiar, majestad-Dijo el profesor.
-¿Y que quiere que yo le haga?-Preguntó fastidiado Inuyasha.
-Queria hablar con usted por que esto rebajará las horas libres de la princesa-Suspiró el anciano, y a la vez sorprendiendo a Inuyasha.
-¿Cómo?¿Y eso por que?-Preguntó el principe.
-Me gustaria que tubiera otro profesor particular, uno que le diera repaso todos los días. Así mejoraria la nota-Explicó.

Pasó la tarde, y por la noche Kagome fué citada con Inuyasha para hablar.

-¿Que querias?-Preguntó Kagome. Ellos estaban enfadados.
-Tu profesor me ha dicho que no vas bien en los estudios, Kagome-Dijo Inuyasha.
-¡Maldito!-Se le escapó a Kagome.
-Así que a partir de mañana, tendrás menos horas libres por que estarás con un profesor de repaso-Explicó Inuyasha.
-¡¿Cómo?!-Preguntó furiosa Kagome.-¡Éso si que no!-

Pero como no, la obligaron al día siguiente a ir.
Y no habian más opciones, por que lo que el principe ordenaba, se cumplía.
Entró en el salón de repaso cuidadosamente, observandolo entero, y cuando iba a sentarse en la silla, entró alguien por la puerta que la asustó e hizo que tirara los folios al suelo.

-¡Ay!-Gimió Kagome agachandose para recogerlos todos.

Y al lebantarse, fué muy grande la sorpresa de verle a él allí. Al hombre con el que se encontró, enfrentó y ayudó el día anterior.

-¿Que haces tu aquí?-Preguntó insolente la princesa.
-Tu no me gustas, ni yo a ti tampoco, así que haremos unas cuantas clases de repaso te pondré buena nota en todas, y así podré volver a mi casa-Sonrió ironico el hombre.
-¡¿Que tu vas a ser mi profesor de repaso?!-Preguntó Kagome nerviosa.
-Sí, pero las clases constarán de lo que te he dicho-Se sentó el hombre en su asiento.
-¿Por que tu?-Preguntó Kagome todabia sin comprenderlo.
-Por que si lo hago, luego me dejarán libre.-Concluyó éste.

A penas pasó la media hora cuando Kagome sentía curiosidad por esa bellísima persona que estaba enfrente de ella.

-¿Y como te llamas?-Dijo suspendiendo la clase.

Él, gruñió fastidiado.

-¡No me interrumpas!-Gritó el chico.
-Vale... vale... pero, ¿como te llamas?-Preguntó de nuevo Kagome.
-¡Seshomaru!¡Me llamo Seshomaru!Ahora sigamos con la clase por favor-Dijo éste desesperado, haciendo reir a la joven.-¿De que te ries?-
-Me rio de tí.-Sonrió ella tapándose la cara.

Dejó que pasaran unos segundos y se destapó, que para su sorpresa se lo encontró en frente suya de brazos cruzados.

-¿Se puede saber que haces?-Preguntó Seshomaru.
-¡Uy!Tienes aquí una herida-Dijo Kagoma anonada, y sin saber por que, se arrancó un trozo del vestido para colocarselo en el rostro del hombre.
-¿¡Que haces!?Me puedes meter en un problema por ésto.-Gritó Seshomaru devolviendole el trozo de tela.-¿¡Sabes cuantos años deberia trabajar yo para pagar ese trozo de tu vestido!?-Preguntó.
-¿Cuantos?-Preguntó ella con curiosidad.

Seshomaru no se daba cuenta de que la princesa, inocente de quince años, no queria molestarle, lo unico que queria era hacer amistad con él.

-¡Ésto es el colmo!-Dijo enfurecido y retirándose.

Kagome se quedó pensatiba mirando la puerta, buscando que era lo que le habia molestado.