Capitulo 1-El presente invadido por los recuerdos. Era hoy y lo sabía perfectamente, estaba tan nerviosa que sus manos sudaban más de lo normal, sus piernas temblaban tan gelatina pareciese, pero no le importaba a pesar de todo lo que su padre le había dicho ella quería aprender a navegar. Una pequeña niña de enormes ojos marrones y cabello inmensamente largo color azabache con pequeños pero no desapercibidos destellos azulados estaba sentada en una cómoda de su habitación, su mejor amigo al igual que ella aprenderían lo que era ser un pirata. Desde que tiene memoria su más grande deseo es ser como su papá, él era su héroe. El capitán Naraku era el más famoso pirata de Japón, Francia y España se le conocía no por ser un saqueador sino más bien porque ha sido el más valiente hombre por dedicar casi su vida entera en encontrar la Shikon No Tama, tal joya se conocía entre la sociedad pirata por ser un elixir de la vida, en honor a tan preciada piedra a su barco lo había bautizado con el mismo nombre. -Aome tu papá nos está esperando en la popa-un niño de ojos azul intenso y cabello negro un poco más corto que el de la azabache entro al camarote-dice que si no te das prisa no nos enseñara a navegar hoy. -en un momento más voy Miroku-el pequeño asintió y estaba a punto de salir pero la tenue voz de Aome lo detuvo-¿no te ha dicho mí que te cortes ese cabello? -sí pero un verdadero pirata no tiene el cabello corto-dicho esto siguió su camino cerrando la puerta detrás de él. -¿no te parece que son un poco chicos para que empiecen con esto?-un hombre de avanzada edad miraba fijamente el horizonte mientras hablaba con su capitán. -no, no lo creo viejo Totosai, además no se aprende a hacer un pirata, eso se trae en la sangre y ellos lo tienen más que nadie. -pero Naraku que ha de pensar el padre de Miroku al saber a lo que se va a dedicar su hijo, y no quiero ni imaginar la impresión que se llevaría la pequeña Naomi. - Eita estaría orgulloso que su hijo fuera pirata-una sonrisa se dibujó en el rostro del oji chocolate- y en cuanto a Naomi, no me la recuerdes por favor. -bueno digamos que el asunto de Miroku está más que resuelto ya que por más que te diga no vas a desistir de tu idea. -estas en lo correcto-interrumpió con voz arrogante el pelinegro. -pero Aome, ella es una mujer y tu más que nadie sabe perfectamente que una mujer no es bien vista ante los ojos piratas y más si quieres que sea capitán del Shikon-cambio de lugar posándose a lado derecho de Naraku- y no puedo creer que hables así de tu mujer, la mujer que te dio dos niños hermosos. -Aome puede ser la más famosa pirata de la región, de esos estoy seguro, ¿sabes Totosai? Estoy harto de que las mujeres no pueden tener un rango igual de alto que los hombres, en que las limiten a la crianza de hijos, deberes domesticas o servirle a la tripulación, yo quiero que mi niña resalte sobre del montón, quiero que ella les demuestre que no por ser mujer su capacidad sea menos-en sus ojos se veía un brillo escasos en él, el cual demostraba orgullo y esperanza-y por favor deja de hablar de Naomi ya que me trae estúpidos recuerdo llenos de melancolía dejando ver mi vulnerabilidad y para un pirata eso es ser débil. -pero Naraku por favo…..-un par de niños azabaches no dejaron termina la oración de aquel viejo de cabello color negro del cual se divisaba muy poco ya que era cubierto casi en su totalidad por una manta de cabellos blancos. -papá ya estamos aquí, por favor, por favor ya enséñanos a navegar- hablo de forma infantil la pequeña morocha-Miroku y yo estamos muy ansiosos ¿no es así?-el pelinegro asintió lo más rápido que pudo. -muy bien mis niños, les enseñare-tomo a su hija de la mano para acercarla a él y posarla enfrente del timón haciendo que su pequeñas y suaves manos tocara el pedazo de madera-Aome este es el timo, con el fijas la dirección a donde te quiere dirigir. -papá eso ya lo sé-hizo una media sonrisa. -si crees saberlo intenta navegar el barco-Miroku ahogo una carcajada al ver la cara de Aome cuando su papá le dijo aquellas palabras, por su orgullo hizo lo que Naraku le pido pero termino tirada en el suelo por la fuerza del timón-ya ves como no es tan fácil como parece. -lo siento papá-bajo su mira tapando con el flequillo sus ojos. -bien, intentémoslo de nuevo-le tendió la mano para ayudar a su hija a pararse y ponerla de nuevo enfrente del timón- tienes que dejarte llevar, que el viento y el mar te den la dirección y el rumbo exacto de tu destino- la pelinegra cerró los ojos dejando que su mente se dedicara a una sola coso, el mar. Ya estaba demasiado hundida en esos recuerdos, ya era pasado y el pasado es pisado. Pero no hacia otra cosa que revivir esos recuerdos como si fuera hoy. Ya no era esa niña ansiosa por seguir los pasos de su padre, si no toda una mujer capaz de conquistar cualquier corazón, lo cual en este momento lo hacía involuntariamente. Su hermana la mayor era el títere de su madre, no era mala su querida madre, pero estaba en desacuerdo con que su niña que ya no era una niña siga los pasos de su padre. Pero su pequeño hermano aun no tenía edad para seguirlo según para su madre, ese deber de seguir pasos le correspondía a un niño que en futuro sería un hombre, pero hablábamos de un futuro que todavía era incierto. — ¡A bordo! —Se escuchó un grito, pero inmediatamente fue ahogado. Una hermosa de joven de cabellos azabaches camino dando zancadas con sus hermosas botas de cuero negras. Su cara se veía realmente molesta lo que hizo que esa orden de subir al gran barco que yacía parado en el muelle, quedara en cuestión de segundos quedo sin alma alguna. La joven azabache fue seguida de un niño de cabello de igual color, pero fue frenado por la mano de esta que ya estaba a bordo del barco. —Gracias Shippo—Dijo en un susurro la azabache mirando al pequeño niño. Guiado de un guiño. — ¿¡Espera que crees que haces!?—Salto preguntando una vos de la multitud, la cual le pertenecía a un joven de cabello castaño oscuro, atado en una cola de caballo y de ojos azules. — ¡Tu…!—Pero la azabache lo interrumpió. — ¡Que mi padre no este, no significa que sigan las órdenes del segundo al mando, cuando estoy yo su hija y…!—la azabache poso una mano en su cintura y señala a un apuesto joven de ojos intensamente azules, más lindos que el otro joven y de cabello negro atado en un pequeña colita. –El hijo de su mejor amigo—Alzo la vos molesta, haciendo prácticamente callar al peli castaño. —Además tenía órdenes de reclutar a más tripulantes para el barco. No era necesario que zarpen, al menos no hoy. —La azabache se retiró ante la mirada seria de todos los marineros y la furia disimulada del peli Castaño. — ¿Por qué dices mentiras?—Pregunto el pelinegro a la azabache. —Tu padre se enojara querida Aome. — ¡Tú no te metas! ¡Además me desagrada que el… que alguien que no sea tu padre navegue este barco! ¡Pero es y no es mentira, tiene que reclutar a nuevos navegantes!—Finalizo Aome entrando a un camarote enorme, pintado de color esmeralda. —Sí, pero eso es dentro de varios días—aclaró el peli negro. Mientras la azabache se recostaba en un lindo sofá de color marfil. —Pero se puede adelantar ¿No lo crees Miroku?-Pregunto divertida Aome, llamando por su nombre al peli negro y conociendo la respuesta de su pregunta. —Yo opino…—Interrumpió el niño peli rojo, pero él también fue interrumpido. — ¡Tu no opinas!—Gritaron al unísono Aome y Miroku. De repente el momento fue interrumpido por el tock, tock de la puerta del camarote. Un hombre que lleva un sombrero con una pluma en él, que se lo saco y se inclinó ante la figura de Aome, haciendo una reverencia de respeto, además traía un papel en la mano. —Con migo no hace falta tal cosa—Se ofendió Aome, ya que no le gustaba tal gesto de caballerosidad. —Disculpe—Dijo el hombre y se colocó de nuevo el sombrero. Luego un joven se dio a conocer, posando delante del hombre. — ¿Hoyo?—Se sorprendió Aome, al ver aquel joven que fue su ex prometido, él decía amarla, pero ella nunca sintió más que un esclavitud al ser su prometida, no amándolo. —Siento tener que informarte lo sucedido Aome—Hablo el joven, sin hacer reverencias, ya que conocía a su ex prometida y sabía que no le gustaban tales cosas. —Tu padre… el barco donde viajaba tu honorable padre fue atacado y se ahogó. Mañana por la mañana llegara el padre de Miroku el cual fue salvado por Naraku. —Eso dejo petrificada a Aome, sin saber cómo actuar, que cara poner. Todos sus sueños se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos ¿Qué sucedería ahora? ¿Qué pasaría con el barco Shikon? ¿Era demasiado precipitado pensar en eso…? ¿Podría llegar a perder lo único que seguramente le quedaba de esa niñez, donde despertó el sueño de seguir a su padre, sin pensar en los disgustos de su madre? Espero les haya gustado y nos leemos en el siguiente capitulo. Capitulo 2-Voluntad. Sayonara