amor bañado en sangre

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por chiyo rios, 17 Agosto 2011.

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    chiyo rios

    chiyo rios Guest

    Título:
    amor bañado en sangre
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    4139
    mi primer fic ya es hecho. Por fin lo podran leer...espero que les guste
    AMOR BAÑADO EN SANGRE
    CAPÍTULO I
    Era una hermosa mañana de lunes, acompañada por el sol. En el barrio Los Olivos de París, habían grandes casas numeradas que eran adornadas con diferentes objetos de acuerdo a la época del año, como era la tradición. En la casa 14 vivía sola una sencilla muchacha de 21 años llamada Susan. Pelo negro liso bajihombros que combinaba perfectamente con sus luminosos ojos, labios delgados, piel blanca con cierto sombreo trigueño en sus mejillas, silueta perfecta a simple vista, cuerpo delgado y unas esbeltas manos, eran los componentes de su físico. Susan tenía un novio llamado George. Su físico: era bastante flaco, con pocos músculos, tez trigueña sin resaltes, ojos café puro, pecas y granos en su rostro que ocultaban tal vez el guapo que se supone, tenía. Acostumbraba vestir aseñorado, lo cual empeoraba su físico. Para terminar, era una persona bastante celosa, pero tiene motivos por él mismo, aunque Susan era una buena chica.
    En la casa del frente, vivía un musculoso muchacho independiente que no estudiaba llamado Jack, de 22 años. Era trigueño, con brillante pelo rubio liso, gruesos y provocativos labios rojos que resaltaban su hermosa dentadura y con ojos azul cielo. Vivía con su novia, Megan. Piel blanca pálida, mejillas rosa, que resaltaban su rostro junto con las figuras que su ondulado pelo castaño a media espalda hacían en ella, ojos verdes encendidos, cuerpo oscuro y labios negros, con estilo de rockera para vestir, era el físico que esta sencilla joven mostraba.

    A las ocho y veinticinco de la mañana, Susan salió para la Universidad a comenzar su último semestre de física, un poco apurada. Iba retrasada 10 minutos, pues entraba a las ocho y cuarenta y cinco y era media hora de camino para llegar. Finalizando la cuadra, venía Jack con una pantaloneta y esqueleto blanco que hacía derretir a cualquier chica por quien pasara por el lado con sus fuertes músculos; también tenía una balaca que recogía su cabello y reflejaba el sudor que producía.
    Cada uno iba en su propio mundo, y por eso fue inevitable el choque: Susan tropezó con el grueso pie de Jack y dejando volar sus libros y fotocopias, cayeron juntos al suelo, ella sobre él, y quedaron tan cerca que ambos insistían en no moverse, sin reaccionar por mucho tiempo.
    ­-Disculpa, es que tengo un poco de afán; llegaré tarde a clases –se disculpó Susan un poco desconcertada, retirándose del lugar.
    Jack solo la miraba fijamente sin poder decirle nada.
    -¡Qué muchacha tan bella! –se dijo a sí mismo, mientras la miraba irse con un brillo particular en sus ojos.
    Jack había quedado verdaderamente hipnotizado con Susan. Este amor a primera vista se volvió una obsesión para él, que no podía sacar de la cabeza un instante. Durante dos semanas investigó todo sobre ella, y fue verdaderamente satisfactorio saber que vivía en frente de él.
    Jack odiaba el estudio, pero por Susan se inscribió a la misma carrera y horarios que ella, consiguiendo certificados de estudio falsos que comprobaban que él sí había cursado los anteriores semestres.
    El tercer lunes del último semestre ocurrió un encuentro emotivo: Jack llegó preparado para algo que se había puesto como meta final; Susan lo vio y ambos se miraron fijamente sin ser capaces de ignorarse. Cada uno se iba acercando paso a paso al centro del salón en línea recta el uno del otro, formando un segmento interrumpido por los puestos que obstaculizaban el paso y hacía más eterno el tiempo de encuentro de estas dos personas, que aún seguían conectados y mirándose como si su historia llevara bastante tiempo recorrida.
    Cuando se encontraron frente a frente, cara a cara…
    -Hola –dijo con cierta timidez Susan, mientras sentía que su corazón brincaba de alegría sin saber por qué.
    -Hola –dijo alegre y sencillo Jack, quien, más atrevido, dio un pasó quedando a una palma de distancia con ella, y le robó un beso en la mejilla, haciendo que ese sombreo trigueño de sus mejillas se volviera rojo.
    Se pensaba que esta charla se prolongaría por un largo tiempo que ellos deseaban fuera eterno, cuando llegó el profesor pata.
    -¡Buenos días! Todos a sus lugares, que hoy la clase será más divertida que de costumbre –dijo exaltado este profesor multimaterias de tez blanca, despelucado y blanco cabello, cuerpo flaco, arrugado y de baja estatura y ojos azules acompañados de unos enormes lentes.
    Todos hicieron caso y Susan se sentó a una distancia de tres puestos atrás y uno al lado izquierdo de Jack.
    -Bueno: el tema de hoy es el universo –dijo el profesor empezando una clase de científico loco y niños de primaria -. El universo tiene planetas, estrellas, cometas, satélites, meteoritos, entre otros elementos. Lo que vamos a hacer es…
    -Dibujarlos, ¡y el que más bonito lo haga se gana un dulce! –interrumpió Jack en un tono burlón hacia la introducción de Don Pata. Me llamó Jack.
    Todo el grupo se rió del comentario, a excepción de Susan, que solo volteó a mirar a su chico (cosa que dedujo después de un profundo análisis) e hizo cara de preocupación, pensando que era un mal comienzo para su semestre.
    -Si me permite, don Jack… ¡Continúo con la clase!- le contestó enfurecido el maestro, haciendo que al tiempo todo el grupo hiciera silencio -.Lo que vamos a hacer es ver esto desde la parte química como base; así que tienen que averiguar la composición química de cada uno de estos con cifras exactas.
    Este difícil trabajo produjo una brusca reacción en sus alumnos, quienes no estaban de acuerdo con la decisión del profesor, sobretodo Jack.
    -¡Silencio! –continuó el profe -. Este trabajo se realizará de a parejas que yo asignaré. Las parejas son…
    -Disculpe –interrumpió nuevamente Jack, un poco angustiado porque no tenía ni la más mínima idea de qué hacer-; ¿me podría regalar un minuto para hablar con usted a solas?
    -Espero que no me haga perder el tiempo –contestó el maestro enojado pero intimidado a la vez.

    Salieron del salón. Jack sacó un puñado significativo de billetes y le dijo al maestro:
    -Le pagaré todo esto si me programa siempre para trabajar con aquella chica… la que es la única pelinegra del grupo.
    -Ahhh, con Susan –contestó alegre el profesor -. ¡Trato hecho!
    El profesor recibió el dinero y lo metió donde pudiera no ser descubierto. Entró y asignó las parejas de trabajo, ordenando que sería para todo el semestre.
    Así fue todo el semestre, sin más preámbulos ni detalles. Cada trabajo que Susan y Jack hacían juntos era aprovechado por este coqueto chico que buscaba momentos para que ella lo correspondiera como él creía que ella quería hacer. Esos 5 meses de estudio fueron maravillosos para los dos; muchas veces sin decirlos, se demostraban el uno al otro todo lo que sentían, mediante muchas situaciones penosas en la que pudieron haberse besado pero no lo hicieron.
    ----------------------
    Legó el fin del semestre. Se iba a realizar una fiesta para celebrar el grado de los aprendices, después de la ceremonia.
    -Hola mi amor –dijo Megan a su novio abalanzándose sobre él-. ¿Cómo te fue hoy?
    -Bien –le contestó Jack agobiado y frío ante su pareja, a quien le decía algo que ya no sentía-. Habrá una fiesta después de la ceremonia de grado. Será mañana a las 7:00 p.m
    -Y obvio yo seré tu acompañante –preguntó Megan con un poco de cinismo al creer conocer la respuesta.
    -Si –contestó totalmente obligado Jack.
    -¡Te amo! ¡Te amo!- le repitió a gritos su novia al escuchar ese `si´ que esperaba, mientras cruzaba sus manos tras la nuca del chico y lo besaba intensamente en gesto de agradecimiento que en verdad fastidiaba a Jack.

    Lo mismo pasó con Susan, con la diferencia que George recibió la noticia por teléfono.

    Al día siguiente, a las 5:30 p.m, Jack llamó a Susan e iniciaron una intensa conversación.
    -Hola –saludó alegre Jack a su chica.
    -Hola –le contestó ella entusiasmada, pero sin demostrarlo.
    -¿Preparada?
    -Un poco nerviosa pero ansiosa.
    -Bueno, me imagino que con lo que sea te verás hermosa.
    -Gracias –Susan se enrojeció-, y sinceramente me gusta
    mucho lo que me pondré. Pero tú no te quedarás atrás…
    -Pues iré con una pinta que compré en un prestigioso almacén de…. mmmmm…., de lo que compré, que no te contaré porque en una hora y media me podrás ver.
    -¡Qué bien!

    Hubo un momento de silencio en el teléfono. Jack continuó:
    -Eres tan linda…
    -Jijijiji –rió temerosamente Susan, quien no sabía que decir.

    -¿Sabes?...Hay algo que no te he contado.
    -Pues bien…te escucho.
    -Es que no te voy a contar…pero lo vas a saber de todas maneras. En la fiesta –decía Jack miedoso de pensar la reacción de Susan al saber que tenía una novia -.Solo quiero que sepas que lo que veas no cambiará nada de lo que ya te he dicho.
    -No te sientas mal, yo tampoco te he contado algo, y todo porque no fui capaz, pero lo descubrirás en la fiesta.

    Llegó Megan a la casa, y Jack se vio obligado a hacer lo que nunca pensó: colgar.
    -Oh, ¡me huele a gas! Debe ser que una llave se quedó abierta, y voy a mirar qué es lo que pasa.
    -Ok -, contestó agobiada esta chica que no deseaba dejar de hablar -. Adiós
    -Adiós.

    Esperaron un momento sin que nada pasara, mientras cada uno pensaba en la fiesta de grado juntos, y en sus parejas, sin poder reaccionar….
    -¿Qué te parece si cuelgas tú? –dijo apenada Susan.
    -Um, si, tienes razón. Adiós.

    Cada uno colgó con ganas de seguir hablando, y acariciando el teléfono mientras se desahogaban como si este los entendiera.
    Cierta conexión había entre ellos. Ambos se pensaban mutuamente; se dirigieron a la ventana: primero llegó Jack, quien miraba atentamente una sombra que mostraba una silueta perfecta acercarse, y logró divisar a Susan, quien a su vez divisó a su chico y se ocultó tras la cortina de seda que adornaba su ventana para no ser vista por él. Luego los dos sonreían porque sabían perfectamente que el uno estaba pensando en el otro y viceversa. Pero lo superaron y, siendo las 6:30, empezaron a alistarse.

    La fiesta estaba estupenda. Todo estaba con muchas luces y lleno de acompañantes sentados en las mesas, mientras los felices graduandos celebraban y se saludaban mutuamente con unas copas de champaña de entrada.
    Aún así, en la parte superior del centro del escenario se encontraban 2 mesas vacías, pero fueron ocupadas instantáneamente:
    Llegó Jack, con un conjunto de pantalón y chaqueta gris desapuntada de dril de material fino, que eran acompañados por unos zapatos de charol de marca y una fresca camisa blanca que llevaba desabotonada para dar un toque mucho más guapo a su estilo, que lucía muy bien con sus ojos y su brillante pelo bien peinado. Venía acompañado de Megan, que no lucía tan hermosa como debería: llevaba un vestido negro estampado desde el cuello hasta los tobillos, acompañado por muchas pulseras de oro y unas botas negras de cuero fino. Su pelo estaba con una coleta de medio lado de la que salían definidos crespos, y un rostro bastante cargado, con sombras negras que resaltaban sus ojos verdes pero que chocaban fuertemente con el labial rojo brillante que tenía y los polvos mal aplicados en su rostro.
    Se sentaron en una de las mesas vacías y Megan pidió a su pareja que la acompañara a tomar una copa de champaña. Iban de camino cuando vieron venir de frente a Susan con su novio George. Susan lucía muy hermosa: tenía un vestido color morado que lucía muy bien con su color de piel. Era un poco escotado, lo cual dejaba ver un poco su pecho, adornado por un collar de plata pura; ceñido al cuerpo hasta la cintura, y un poco más suelto en la parte sobrante; este hermoso vestido llegaba hasta sus pies, los cuales llevaban unos tacones de 10. Su negro cabello iba recogido con un gancho en forma de rosa negra de tamaño a los 4 dedos más grandes de la mano pegados, y su rostro solo llevaba un poco de sobras y brillo en sus labios. Por supuesto, iba con su novio George, que venía vestido como gerente, o como si fuera una reunión totalmente elegante.
    Pasaron lado y lado a una distancia de aproximadamente 6 baldosas de 2 manos estiradas cada una. Se reconocieron, se detuvieron y un montón de pensamientos recorrían su mente, haciendo que se gustaran el uno al otro aún más, mientras de nuevo se miraban fijamente a los ojos sin poder evitarlo; hasta rieron suave y disimuladamente al saber que los dos tenían pareja y a pesar de su historia, lo ocultaron.
    Sus parejas preguntaban de forma celosa por aquella persona a la que tanta atención habían prestado, y ellos contestaban que eran compañeros de clase, sin dejarse de mirar estos 2 `alumnos dedicados al estudio´. Sentían ganas de abrazarse y terminar la farsa que llevaban para gritar lo que sentían, pero se controlaron.
    Empezó el show; los maestros dieron las palabras, dieron indicaciones sobre el lugar, pero durante todo el inicio Susan y Jack, desatentos, estaban pendientes el uno del otro.
    Llegó la parte del baile. Todos se dirigieron con sus acompañantes al centro del salón, y por `casualidad´, Jack y Susan con sus parejas quedaron juntos.
    Los encargados de la música decidieron que la música lenta sería la protagonista de la noche, pero también acompañada de algunos ritmos tropicales. Colocaron las luces haciendo un efecto romántico en el salón: cada uno de mis chicos bailaba dando vueltas lentas con su pareja para poder mirarse atrevidamente en cada coincidencia.

    -Fíjense en la pareja del frente –habló uno de los participantes en tarima -. Jack y Susan volvieron a coincidir al igual que sus acompañantes.
    Hubo un fuerte cambio de música; poniendo una música bastante movible: el poseedor del micrófono indicó cambios de pareja; todo el orden par que venía ascendiendo desde una orilla a la otra favoreció en ese día, haciendo que el cambio tuviera un esperado final: Megan con George y Susan con Jack.

    Jack extendió su fuerte brazo a la chica, la cual respondió poniendo sus delicadas manos sobre el chico, quien producía una caricia sobre ella.
    A pesar del ambiente que ya se manejaba, se puso una música movible. Jack y Susan bailaron encantados dejando fluir sus cuerpos perfectos mientras sus pies se unían descontroladamente. Fueron la mejor pareja, admirada por todo el resto del grupo por su estilo único e inigualable.

    Después de un largo tiempo acalorador, cambiaron la música al vals: Jack y Susan volvieron con sus parejas pero los dueños de la tarima los devolvieron a sus lugares, indicando que el cambio de pareja ya realizado no había terminado.
    Comenzó el baile suave: Susan descansó sus manos sobre la del guapo y empezaron a bailar con los brazos totalmente estirados. Luego Jack encogió sus brazos provocando la misma reacción en la chica, y haciendo que sus brazos ahora estuvieran en posición de codos doblados. Luego los dos se miraron y la chica simuló ser empujada, recayendo sobre el `costado frontal´ de él, quien la tomó de la cintura. Ella puso sus brazos sobre los hombros de él entrelazando los dedos por su nuca. Estaban muy juntos y cercanos el uno del otro; los dos se miraban fijamente con sus narices unidas y difíciles de despegar. Sentían el aliento del otro y cerraban los ojos pensando en el amor que inexplicablemente no dejaban fluir por completo.

    -¿Sientes lo mismo que yo? –dijo el chico con mirada devoradora.
    La chica cerró los ojos tras un suspiro, y retiró su rostro.
    -¿Qué pasa? –preguntó Jack indignado.

    Susan volteó, lo miró fijamente y le dijo:
    -Por su puesto. Es decir… ¡no sé qué me pasa contigo! No me logro controlar cuando te veo.

    El chico sonrió. Los dos se empezaron a acercar; cerraron los ojos, ladearon un poco sus caras y rozaron sus labios. Suspiraron, se acercaron al punto máximo y…
    -Hola amor –interrumpió Megan con voz chillona, acompañada de George.
    En ese momento los dos se separaron rápidamente, mirando cada uno a su pareja como si ellos supieran lo que estaba pasando.
    -Amor, ¿me puedes traer un refresco? –dijo Jack para hacer efectivo su pícaro plan -. No sé si escuchaste esa canción tropical…la bailé con mi compañera y estoy agotado.

    -Claro que si –respondió Megan alejándose de Susan y Jack junto a George.
    Jack miró fijamente a la chica, la agarró de la mano y la llevó a un callejón desierto, ubicándose los dos en el último rincón, mientras Megan, con el refresco en la mano, se preguntaba a donde habían ido.
    El guapo arrinconó a la chica contra la pared que finalizaba el lugar, y puso sus manos en posición recta de apoyo a cada lado, impidiendo un posible escape:
    -Dime que te gusto.
    -Me gustas –contestó la chica con timidez.
    -Repítemelo –insistió el chico robándole un pico esquinero.

    La chica, tras lo dicho, le sonrió y se abalanzó sobre los labios del chico. Los dos cerraron sus ojos y se besaron apasionadamente. Abrazados, recorrían el sitio caminando y golpeándose bruscamente contra los obstáculos que el estrecho lugar les traía. Él la alzó y la recargó contra la pared, mientras ella se sostenía con los pies cruzados en su espalda y las manos tras su nuca. Volvieron a su posición normal y sin despegar sus labios, estos dos enamorados caminaban mientras se despeinaban y desarreglaban su vestimenta. Sin darse cuenta, se acercaban al inicio del callejón. Allí fueron vistos por Megan y George; la castaña, al verlos, soltó el refresco produciendo un ruido que despertó a Susan y Jack. Los dos voltearon a mirar y, al saber que habían sido descubiertos, se separaron. Susan fue al baño y se encerró a pensar, mientras se confundía por la alegría que sentía, pero que luego la agobiaba. Por su parte, Jack no rindió explicaciones y salió del lugar dirigiéndose a su casa, mientras su `novia´ hablaba mal de él a sus amigos. Tras esto, pasaron varios días en los que Jack y Susan no se hablaban. A pesar de ser vecinos no tenían ningún pretexto para verse; ganas no les faltaba pero la situación que en ese momento se vivía hacía de esto algo imprudente.

    En esa ciudad existía un callejón muy oscuro y peligroso a cualquier hora del día, formado por grandes paredes de viviendas o pensiones de mala muerte que tapaban la luz del sol. Era un importante atajo para llegar de sitios importantes de la ciudad a varios barrios aislados, como el de Susan y Jack.
    Una noche Susan (sola, pues George la despreciaba) salió de la biblioteca de leer un poco. Eran pasadas horas de una noche lluviosa y hacía frío; por eso decidió tomar aquel oscuro atajo para agilizar su llegada a casa.
    Jack, cuya ex pareja aún seguía hospedada en su casa, la seguía desde hacía varios días, pues no soportaba dejar de verla y quería saber cómo estaba, a qué se dedicaba.
    Susan entró al callejón, y detrás el imprevisto Jack. La chica, con libros en mano, fue sorprendida por un quinteto de bandidos que de inmediato la encerraron. Le quitaron una linda cadena que adornaba la blanca piel de su cuello e intentaron abusar de ella, pero…
    Apareció Jack y, al ver que intentaban hacer daño a su chica, reaccionó heroicamente dando una gran golpiza a los indigentes dejándolos moribundos. Ambos empapados corrieron y se alejaron de aquel sitio, mientras la lluvia borraba las marcas que mostraban el acto anterior.

    Ya en la casa de Jack, salvados de la tormenta y de los peligros que esta trae, los dos chicos tomaban un delicioso y espumoso chocolate para calmar el frío. Susan estaba envuelta en una cobija que Jack había ofrecido muy cordialmente, mientras él se jactaba de no tener camisa con el frío que hacía, sin darse cuenta que Susan se derretía, sin ser capaz de mirarlo a los ojos y ocultando su bello rostro del chico.
    Después de arreglar su casa, acercó su sillón al de Susan y se sentó con la espalda recta inclinada, las rodillas en ángulo recto y sus codos apoyándose sobre ellas. Empezó a mirarla fijamente como bobo, recibiendo como respuesta un enojo bastante falso, usado como disimulo.
    Tras esto, Jack soltó una gran carcajada volteando su rostro y provocando risa en Susan. Luego hizo silencio y de nuevo la miró, acercándose a ella hasta el punto en que sus narices se rozaban. Se compartían alientos nuevamente, pero sin cerrar los ojos, pues aunque Jack buscaba algo más Susan simulaba frialdad.

    -Me gustas –Jack dejó que sus sentimientos fluyeran a través de sus sexys labios, las cuales sonaron como una bomba en el silencio.
    -Jack…se estremeció Susan, levantándose del sillón-, no volvamos con lo mismo ¿quieres?
    -Pero ¿por qué te niegas? –preguntó el chico bastante exaltado tras la actitud de Susan.
    -¡Porque no voy a ser la mosa de nadie! –contestó groseramente ella -. Sí, me gustas, pero ¿qué hago? Tienes novia y hasta vives con ella.

    Jack sonrió al confirmar algo que ya sabía, pero que en el fondo quería escuchar.
    -Aver aver aver… -protestó el astuto -.Primero que todo desde la fiesta –los dos rieron tímidamente recordando la fiesta- ya no estoy con Megan, obviamente…
    Susan calló tras comprender.
    -...y el hecho de que yo viva con ella no significa que convivamos.
    La chica enrojeció tras analizar lo que había dicho, pero se sintió plena al escuchar eso.
    -¿De veras?

    -Tú eres la única que me gusta –le aseguró Jack nuevamente.
    Sin ocultar nada, los dos sonrieron y dejaron que sus sentimientos fluyeran. Se besaron entre risas y sueños cumplidos, diciéndose frases locas y hasta volviéndose indecisos respecto a sus sentimientos tras varias pausas. Pero ala decidirse perdieron el control olvidando la tormenta y mojándose, no de la lluvia sino de sudor, y entrando en calor sin tomar chocolate, el cual ya estaba frío. Pero…
    Megan abrió la puerta y, tras ver esta escena nuevamente, pidió explicaciones con su escandalosa voz. Susan y Jack solo callaban la risa que les producía su histeria.
    Jack subió a su habitación rápidamente y empacó sus cosas, mientras Megan insultaba a Susan, siendo ignorada.

    Los dos estaban a punto de salir de la casa dejando sola a Megan, quien no se callaba.
    -Ahhh, amor –frenó Susan-, se me olvida algo.
    La alegre chica, hechizada por el amor, se devolvió con pasos rectos y rápidos, se paró en frente de la cara de su `enemiga´ (así la llamó desde que ella puso el ojo en el Jack con novia) y le pegó una fuerte cachetada.
    -Te gané -´la chica terminó la loca escena diciendo estas palabras y liberando toda su ira con su dedo izquierdo sobre el hombro derecho de Megan.

    Salieron los dos juntos y fueron en pocos minutos a la casa de Susan a empacar sus cosas, que de hecho no ocuparon sino una simple maleta hasta la cadera. Se cogieron de la mano y se deshicieron de las llaves de su casa, a las que nunca volverían, asegurando que los dos unirían sus vidas muy lejos de quien lo pudiera impedir.
    CONTINUARÁ…
     
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    chiyo rios

    chiyo rios Guest

    Título:
    amor bañado en sangre
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    3
    correccion:son 3 capitulos
     
Estado del tema:
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