Quien más, quien menos, en algún momento de su vida ha dependido de una presencia mental para mantenerse cuerdo en tiempos de soledad, presión o, quién sabe, vulgar aburrimiento. Estoy seguro de que no soy el único que alguna vez ha tenido un amigo imaginario (o varios, o el mismo evolucionado) así que, buen foro de FFL, ¿alguno de vosotros ha tenido un amigo imaginario alguna vez? ¿Cómo es? ¿Tiene nombre, personalidad definida o algún gusto o compulsión que os gusta o preocupa? Yo comentaré acerca de los míos una vez alguien responda.
Tramposito, deberias ser el primero por proponer el tema. En fin, creo que llegué a compartir un amigo imaginario con mi hermano, pero la verdad no recuerdo bien. Lo que si tengo presente es que a mis pocas muñecas Barbie les cambié el nombre (nunca de los nunca fueron "Barbie"como tal) de acuerdo con la caricatura, anime o libro del momento que me leyera mi mamá. Así pasaron a ser Ginny, Akane, Kagome, Bombón, y disfrutábamos grandes charlas tomando té después de hacer la tarea y antes de ir a dormir...
Mejor forzar una respuesta que no tener ninguna en absoluto. Cualquiera que se ande por foros debería saber eso XD Y respondiendo a mi propia pregunta, he tenido muchos amigos imaginarios a lo largo de los años. Empecé, antes de mis cinco años, con un pequeño Click de Playmobil que tenía atrapado dentro de un pequeño jarrón (sencillamente, no podía sacarlo XD) al que llamaba "Pedrito". Según mi madre, tenía largas y abundantes conversaciones con ese pequeñín. En mi época de colegio, creé a "Sueño", una especie de estrella de mar con la que charlaba e inventaba historias. Estuvo ahí muchos años hasta que la dejé atrás. Finalmente, después de conseguir una máscara veneciana, así como quien no quiere la cosa, acabé con Dijuana (mira el ávatar). Con ella llevo más de quince años y no me canso de sentir su presencia a mi alrededor XD Ale, espero que esta respuesta haya satisfecho tu curiosidad ^_^
Pues por lo que recuerdo, yo y mis hermanos teníamos un amigo imaginario en común, en realidad. Su nombre era "Chueco" (sig; torcido) y fue mi madre quien nos lo mató, literal TT-TT ¿Cómo era él? Físicamente no sabría decirlo, vestía de manera muy estrambótica y a veces caminaba con las dos manos o caminaba por las paredes, era todo con loquillo. Era muy divertido, nos hacia reír era nuestro hermano mayor que todos quisimos tener xD Aquel imaginario amigo fue muy real para nosotros, que meditándolo mejor, hasta es escalofriante hasta donde llega la imaginación infantil. Es algo raro escribir de él ahora. Pero fue por muchos años un hermano más :D
Trata de recordar tus primeros sueños y encontrarás que sientes algo muy similar a lo que recuerdas de tu Chueco. Cuando somos pequeños, podemos recrear toda la realidad a nuestro alrededor a un nivel maravilloso o terrorífico, según cómo nos trate nuestra imaginación. Tal como lo describes, me medio recuerda a uno de mis personajes: Oriferenius Orboronda "Le Pendu" (frac, sombrero de copa, peluca, guantes y una máscara con un patrón de luna menguante).
Yo... Cuando era niña, siempre escuché hablar a otros niños de amigos imaginarios, y veía la mansión Foster (que me gustaba mucho), o los adultos hablaban de cómo los niños tenían sus amigos imaginarios en películas, en series... y me parecía de lo más absurdo. Era una niña medio terca y en extremo racional que no concebía la posibilidad de que una cosa así tuviera lógica, pensaba cosas como: "¿No se creen de verdad que existen, o sí?" Y me parecía que no los necesitaba. Pero, pues es más complicado que eso, supongo, porque cuando estaba en secundaria me sentía muy sola y desdichada (??? Haha y mi mente creó una especie de amigo imaginario que era más bien un novio imaginario? Haha no estoy segura si era amigo o novio, era medio ambiguo el asunto (? Esto la verdad es que es algo muy íntimo pero, supongo que puedo contárselo a ahorita uwu Dante se llamaba mi amigo imaginario. Era alto, muy pálido, delgado, tenía el pelo muy negro y los ojos verdes. Su papá era inglés y su mamá mexicana, pero su mamá estaba muerta, y como no le gustaba vivir con su papá vivía aquíen México con su hermana mayor, que sólo era hija de su mamá. Dante quería ser artista... Le gustaba la música y sabía tocar algo de piano, pero lo que más le gustaba era dibujar. Era como una especie de presencia siempre constante que me acompañaba en mis días de escuela, se sentaba en las butacas vacías de los salones, llenaba los espacios vacíos. Y platicaba mentalmente con él porque casi nadie en la vida real me agradaba... Dante tenía mal carácter, era cerrado, hermético como ostra, generalmente estaba de malas, y a veces decía cosas muy hirientes. Pero al final de cuentas, éramos amigos porque aunque no le gustara admitirlo yo le preocupaba mucho, y a mí el también y nos cuidámabos mutuamente de una forma rara (? Dante estaba enamorado de mí en secreto, se supone, o más bien, de una especie de alter ego imaginario de mí (? Y dibujaba mi cara en las clases mientras estaba distraída y no me daba cuenta (? Y así me imaginaba cosas de repente. Dante me siguió hasta primero de preparatoria, pero poco a poco fue disminuyendo su presencia y ya no lo evocaba. (? Luego me enamoré de alguien real y por más que lo intentaba ya no podía volver a invocarlo. A veces cuando estoy muy muy deprimida trato de llamarlo pero, sólo aparece unos segundos como una imagen diáfana y se desaparece. Aún así me da cierta tranquilidad, pero más que nada es triste porque, es como si ya hubiera desaparecido de una forma u otra y ya no puede hacerme compañía (?
Rescato este tema porque me dio mucha curiosidad y me leí algunos comentarios. No he tenido un amigo imaginario, siempre me ha intrigado el concepto per se. Me he preguntado una y mil veces el cómo le hacían los niños de las pelis, series, libros y demás medios para concebir tales ideas. Lo digo porque en toda mi etapa escolar tampoco he conocido a nadie con esas particularidades. Y aclaro que... (elucubra un poco), he tenido la oportunidad de inscribirme en al menos seis escuelas/colegios entre primaria y secundaria. A tal efecto, no sé discernir qué tan 'normales' éramos. Pero sí que nos gustaba hacer travesuras y todo eso. Como arrojarle tizas al compañero del pupitre de más adelante, fingir que íbamos al colegio y en vez de eso frecuetar las salas de videojuegos arcade o solucionar desacuerdos a la salida mediante golpizas hasta quedar con la nariz ensangrentada. Nada de ponerse a llorar y decir luego que se tiene una depresión o desarrollar tendencias suicidas. Muy buenos tiempos.
Siempre he visto lo de los amigos imaginarios como algo que llega con naturalidad. No es que los crees: sencillamente, cuando te das cuenta, estás conversando con una conciencia diferente a la tuya dentro de tu propia cabeza. No los diseñas, no los mantienes, no tienen por qué ser consistentes (aunque habitualmente lo son); sencillamente, ahí están.
Bien, lo entiendo a primeras. De hecho, eso que expones no es muy diferente de la voz de la conciencia (como ya mencionaste), sea una o más. Muchas veces me ha pasado (y asumo que no soy el único) eso de estar hablando conmigo mismo al enfrentar algún dilema o una situación cuya resolución no sea precisamente fácil. Es como emitir un soliloquio, de hecho. Ahora, detalles como darle a esos momentos un apelativo, una personalidad (o un carácter), una apariencia y otorgarles también la capacidad de 'interactuar' con uno mismo es lo que me intriga. O sea, hablar solo, pues bien. Estar en tu habitación a solas y jugar a las escondidas con la nada... bueno, no me cierra. e.e
Como suelo decir, "aunque discutamos, llegamos a la misma conclusión, pero por caminos diferentes". No tenemos por qué tener interacción física (con Dijuana, sólo tengo alguna, raramente, en sueños). A mí me basta con que manifieste sus opiniones de forma independiente a mi hilo usual de pensamientos. Siempre es bueno ver el mismo asunto desde dos puntos de vista diferentes.