Amantes y Enemigos

...Amantes y Enemigos...​

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Soy una chica común y corriente, tengo veinticinco años y vivo en el centro de Tokio. Mi cabello es oscuro y mis ojos son marrones. Suelo ser muy carismática, y divertida, pero aunque no lo he vivido en repetidas ocaciones testigos me han dicho que doy más miedo enojada que todas las películas de terror que vieron en su vida. No me considero así, cuando me enojo es porque me fastidian, o porque no quieren admitir que yo tengo razón. Suelo ser muy realista, comprendo a la perfección todo, pero no siempre lo asimilo del todo bien. Sé cuando algo puede dañarme, pero pocas veces le hago caso a mis instintos, por eso es que muchas veces me enojo con migo misma. Por tonta, y si lo admito, muchas veces me comporto como una tonta.​

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Trabajo como administrativa en una empresa de bienes raíces muy importante en el centro de la ciudad, y según el Diario Nacional "La empresa número uno en bienes raíces de todo el país: Taisho's Company". El dueño de la empresa es una persona muy gentil, es un gran hombre,de unos cincuenta años de edad, y que después de todo este tiempo ya lo siento como un padre. Hace seis años, la lluvia me tomo desprevenida en busca de trabajo, y no podía regresar a mi casa ya que vivía muy lejos de donde estaba, el me encontró y me llevó a tomar una café luego de eso me ofreció trabajo como su asistente personal, y accedí. Me enseñó muchas cosas sobre el oficio, y desde que comencé a trabajar con él, ya perdí la cuenta de cuantas veces me ha subido el sueldo.​

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No conocí a mi padre biológico,pero al parecer no era muy buena persona después de todo. Mi madre se ocupó de criarme a mi y a mi hermano mayor Sota, por su propia cuenta. Como pudo, pero logró que sus hijos se conviertan en buenas personas. Mi hermano Sota es un año mayor que yo, pero aún vive con mi madre, pese a que le tocó ocupar el rol de hombre de la casa. Yo desde que tenía veintitrés que tengo mi propio departamento en la ciudad, y me sustento con mi trabajo.​

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Hace unos años estuve de novia con un ex-compañero de secundaria y nos llevábamos muy bien, pero me di cuenta que solamente lo quería como amigo.El no tenia deseos de ser sólo amigos, se enfado conmigo, y no lo he visto en mas de siete años. Luego de él no he conocido a nadie que valga la pena, todos sólo buscan una cosa. Yo busco amor, romance, alguien que me ame por lo que soy y no por como me veo, o cuanto gano. Yo sólo buscaba a el hombre perfecto. Misión imposible, muchos dirán.​

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Mi nombre es Kagome Higurashi, y en esta historia contaré como mis mayores pesadillas se convirtieron en mis más dulces sueños...​

El hombre perfecto no existe, pero sí un hombre perfecto para mí...​

 

...Capitulo 1...

Era una mañana como cualquier otra, mi reloj sonó puntual a las 6 am, indicándome que ya era momento de levantarme, tomé mi desayuno, y con el estómago lleno ingresé a la ducha. El agua estaba deliciosa, por lo que me quedé un rato más de lo debido. Desde la ducha oí que mi celular pedía que lo atendiera, pero lamentablemente de donde me encontraba no podía hacer demasiado. Cuando salí del baño pude ver que se me había hecho tarde. Ya eran las 6:40, y a las 7:00 el móvil de la empresa pasaría a recogerme. Me vestí rápido y muy elegante, ya que a la empresa no podía ir como quería. Me puse una falda azul oscuro, en corte tubo que apenas pasaba mis rodillas, y una blusa con volados de color celeste claro, junto con un sobretodo negro y unos bellos tacones altos a tono con mi cartera de cuero negra.

En el vehículo revisé mi teléfono, y encontré una llamada perdida de un numero desconocido, hecho al cual le resté importancia, ya que si en verdad deseaban hablar con migo llamarían nuevamente.

Al llegar a la empresa, pude darme cuenta de que algo no andaba bien. La sala estaba desierta, la mayoría de mis compañeros de trabajo no estaban. Pero cuando note que otros sí estaban en sus labores, supuse que era sólo coincidencia pese a que estamos en épocas vacacionales, y continué camino a mi oficina.

Tenía mucho trabajo por hacer, que por suerte era muy sencillo, y terminé rápido con él. Luego llegado el medio día me dirigí al restaurante de la esquina para almorzar algo, ya que desde el desalluno hasta ahora, no probé bocado y mi cuerpo lo pedía. Me senté en una mesa junto a la ventana, y le pedí al joven mozo que trabajaba allí una porción de espagueti, pese a que las pastas de ese lugar son exquisitas.

Mientras esperaba, mi celular sonó repetidas veces anunciando la llamada de mi mejor amiga Sango

—Si cariño— Atendí.

De ese modo nos llamábamos, y nos pareció divertida la idea, desde que una señora en una plaza nos confundió con una pareja de jóvenes homosexuales.

—Mi reina, de seguro no tienes idea de lo que ocurrió— Me dijo con un tono bastante preocupante— sé que de otro modo estarías aquí.—Esas pocas palabras bastaron como para asustarme.

— ¿Qué ocurre amiga? Por el amor de Dios no me asustes— Interrogué muy intrigada

—No es algo que debas enterarte por teléfono. ¿En cuanto tiempo puedes estar en la plaza Coronel
Debbi?—Me pregunto Sango, con un tono un tanto angustiado.

—Estoy a sólo unas pocas cuadras, ¿Diez minutos te parece bien?

—De acuerdo osito, allí estaré— Terminé la llamada y de inmediato salí para la plaza.

Dejé el restaurante, sin importarme la orden, estoy segura de que Sango no me pediría de vernos urgente, si no fuese importante. Tomé un taxi, y en menos de lo esperado llegué a la plaza. Allí pude ver a Sango esperando sentada en un banco del lugar. Traía puesto un ajustado vestido negro hasta los tobillos, con unos elegantes zapatos del mismo color. Se podía apreciar que su divertida mirada permanecía oculta tras unas oscuras gafas de sol, y una amplia capellina.

—Vida mía ¿Qué ocurre?¿Estás bien?—Pregunté abrazándola fuerte.

—El Señor Taisho murió esta madrugada—Dijo Sango mientras yo sentía como una daga atravesaba mi corazón que se encntraba echo pedazos.

—Oh no Sango dime que es una broma.—dije entra sollozos, ya que mi voz estaba totalmente quebrada— ¿Cómo fue que yo no supe nada?¿Pero que fue lo que le sucedió?— Comencé a gritar de la rabia

Mi serena y desolada actitud cambio de manera sumamente drástica para comenzar a desesperarme y llenarme de ira por el mismo dolor de saber que uno de los hombres mas importantes de mi vida me necesitaba y yo no pude estar a su lado. Esa inmensa tristeza que invadía era también pese a que me encuentro muy sola últimamente. Si bien mi madre y Souta están presentes siempre que los necesito, su presencia para conmigo jamas podrá compararse con todo lo que el señor a hecho por mi.

—El tenía graves problemas de salud pese a su corazón, y digamos que esta mañana simplemente dejó de funcionar—Al oír esas palabras no pude contener mi llanto y comencé a llorar en el hombro de mi amiga—esta mañana alrededor de las 7 am llamaron a todos los empleados, seres queridos, y familiares para que asistiesen al funeral.

—Eran ellos—Murmuré—¿No sabes si aún tengo tiempo de despedirme de él?—Dije secando un poco mis lagrimas con mi pañuelo

—Dentro de una hora será el entierro, ¿Quieres que te lleve?—Yo asentí con mi cabeza y luego nos dirigimos al automóvil de Sango

Al llegar al lugar noté que se trataba de una muy lujosa funeraria. Cociendo al Señor no podía ser de otro modo. Sus paredes se encontraban cubiertas por fino mármol blanco, decoradas con cortinados de color negro, que cubrían los tres grandes ventanales que poseía la sala. Y el suelo se encontraba cubierto por una alfombra del mismo tono que las cortinas. Ese decorado le otorgaba al lugar un estilo muy elegante, pero a su vez bastante tétrico y también siniestro.
efectivamente el cadáver del dueño de la empresa yacía sin vida en el salón principal. Parecía dormido dentro de ese fino cajón de madera labrada. Verdaderamente estaba dormido, inmerso en un sueño del cual ya no regresaría.

Sentí mucha pena por él, ya que era un excelente hombre, inteligente, astuto, y sumamente hábil con los negocios y sobretodo lo quería como a un padre, después de todo jamás conocí al mío. Desde aquel frío diciembre en que la lluvia y el frío me tomaron desprevenida en la calle, desorientada y sin dinero, desde ese día en que él me acogió con toda su amabilidad, es que le debo lo mejor de mi. Y ahora ya no tendré oportunidad de decírselo. Y es que gracias a él hoy soy todo lo que soy; Ya que él me enseñó todo lo que sé sobre el negocio de bienes raíces y si bien soy arquitecta, "experiencias de la vida" no era una materia en la Universidad.

Lo que más me dolió fue verlo de esa manera tan frágil e indefensa, siendo que día a día lo veía con esa actitud tan firme y decidida. Mi dolor fue tan grande que no pude contener mas mi llanto y permití que unas pequeñas lágrimas se escaparan de mis ojos, con la esperanza de que nadie lo notara. Pero para mi desgracia no fue así.

—¿Estás bien?—me preguntó un muchacho que se encontraba al otro lado del cajón

—Sí, es sólo que voy a extrañarlo—Contesté secando mis lagrimas sin levantar la mirada

—Es cierto, será muy duro para todos adaptarnos a su ausencia—

Luego de que dijo eso, levanté mi mirada por primera vez en toda la conversación y pude notar un gran parecido entre el muchacho y el Señor Taisho. Ambos tenían el mismo color ámbar en sus orbes, el mismo tono castaño en su cabello, el mismo tono de piel, la misma mirada... Esa mirada tan cálida y gentil del jefe, es la misma que la del jovencito. Por dichos motivos me pareció bastante que evidente que él era su hijo.

—Disculpa, pero...¿Cuál es tu nombre?—Pregunte bastante dudosa.

—Mi nombre es Inuyasha Taisho, ¿Y el tuyo?— "Lo sabia era su hijo" pensé

—Kagome Higurashi—le contesté para luego acercarme a él y estrechar su mano—Mucho gusto.—Y nuevamente me senté junto al cajón

Permanecí sentada allí por unos cuarenta minutos más, observando a mi antiguo y tan adorado jefe. El joven se marchó a la sala donde Sango se encontraba, poco tiempo luego de nuestra corta charla. En ese tiempo muchas personas han pasado a despedirse de su amigo, jefe socio, familiar o lo que sea.Y Ya faltaba poco para que se llevaran el cuerpo, la gente dentro del recinto iba disminuyendo.

Yo también debía irme, después de todo hoy tenía muchas cosas que hacer que por razones de fuerza mayor no realicé. Besé su frente como un último adiós , y nuevamente no pude contener el llanto y me deje llevar por mis sentimientos para luego abrazarlo muy fuertemente.

—Te ves patética abrazando a un muerto—Escuché una voz detrás mio, motivo por el cual me separé del hombre que tantas alegrías me entregó.

—No sé quien eres ni me interesa, pero el patético aquí eres tú—Conteste furiosa por la acotación de aquel hombre—Si estoy aquí es porque quiero despedirme de él, y demostrarle lo que siento.

—Veo que al muy desgraciado le gustaba la piel joven—comento sonriendo de lado.

Él era de tez blanca, largo cabello plateado,y bellas pupilas doradas. Era de contextura atlética, delgado pero musculoso, alto y de una elegancia sin igual. Era evidente que si no fuese por esa mirada gélida y ese carácter tan odioso sería el hombre ideal.

—No te atrevas a hablar así de él—Por poco no se me escapa un grito de rabia— Ahora deja de molestar o llamaré a seguridad.

—Con que eres una chica ruda, Hmp, que miedo—Me contestó burlón y luego se acerco al Señor, apenas pude oír lo que susurró a su oído—Merecida tienes la muerte viejo.— Después de eso se marchó.

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Perdonen la tardanza, es que regresar al cole no es sencillo y menos con la pereza que tengo yo.
Prometo subir pronto la contii, y les deja muchos BeSoPoS Kumii...♥