Amanecer, basado en Vampiro Edad Oscura

Amanecer, basado en Vampiro Edad Oscura

Amanecer.

Primer libro: Tierra Santa

Capítulo uno: crisálida.

Suenan las campanas de la iglesia, el sol se oculta en los montes, y la gente sale de sus pequeñas casas lista para un nuevo día de trabajo. Como cada fin de mes, los humildes paisanos llevan su tributo al señor de la tierra. Fuera de su imponente castillo con el emblema de la mariposa nocturna, una fila de aldeanos lleva canastas y cajas con animales, porciones de cosecha o, en unos cuantos casos, dinero, juntado con largas y esforzadas horas de trabajo.
Se abren las puertas del castillo, y algunos vasallos salen escoltando al senescal del señor, encargado de administrar sus tesoros y sus tierras.

Senescal: ¡familia Dusirn!

Un anciano se acerca con una cabra bastante desnutrida.

Senescal: ¿es todo?

Anciano: señor, nuestras tierras no han producido buen pasto, nuestras cabras están enfermas, esta es la única que puedo darle.

Anciana: nuestro vegetales los dimos a la iglesia señor, no nos queda mucho más.

Senescal: ¡como osan insultar a Lord Kefka con este miserable tributo!

Anciano: pero señor…

Senescal: ¡vallan a su casa y busquen algo de valor que compense esta miseria!

Un par de caballeros emprenden ruta, mientras los ancianos los siguen desconsolados.

Anciano: juro…, juro que algún día nuestra familia será más poderosa que la de ningún noble, nadie nos pisoteará jamás.

Se alejan.

Senescal: familia Aran…familia Aran…¡¿Dónde está la familia Aran?!

En eso, se ve a dos niños venir corriendo desde la aldea. Dos hermanos, de no más de 14 años cada uno. Ambos de tez trigueña, como tota la gente de esas tierras. El, es de estatura relativamente baja, cabello y ojos negros como la noche y contextura media. Ella, en cambio es alta, con un hermoso cabello rizado, color rojizo, con pequitas en la cara, y contextura relativamente robusta.

Ambos: llegamos señor.

Ellos muestran una canasta bastante grande, llena de huevos y una no despreciable porción de carne seca.

Senescal: ¿qué significa esta tardanza?

Camila: perdonemos señor, es que…estaba en mis días, y me costó mucho levantarme.

Daniel: cumplimos con el tributo señor.

Senescal: ¡silencio!, ¡no os he dado permiso para hablar!, su tributo es bueno, pero no voy a tolerar estos insultos.

El observa cuidadosamente a los soldados, y escoge especialmente a uno.

Senescal: ¡soldado!, ¡10 azotes a la niña!, ¿ella será tu esposa no?, comienza a enseñarle como comportarse desde ya.

Un caballero de ojos burlones, y rasgos barbáricos da un paso al frente.

Wilhem: a la orden mi señor.

Daniel: ¡qué!

Wilhem va a buscar un látigo hecho con sogas, no lo suficientemente filoso como para cortar la piel y la carne, pero si para dejar unos dolorosos moretones por varios días.

Daniel: ¡no es su culpa señor!, ¡azóteme a mi, pero déjela en paz a ella!

Otro guardia sujeta al niño, y es obligado a contemplar impotente, como su pequeña hermana es golpeada. Al primer golpe el se limitó a gritar, al segundo, comenzó a forcejear, al tercero, cuando surgieron lágrimas de los ojos de ella, ya no pudo más. Mordió la mano del soldado, se soltó, y atrapó con la mano desnuda el látigo de su futuro cuñado.

Daniel: ¡déjala!

Senescal: ¡como os atrevéis a ir en contra de la autoridad del senescal!, ¡quiero un castigo ejemplar para este niño!, ¡cortad la mano con la cual acaba de deteneros!

Ambos hermanos se abrasan, mientras son rodeados por todos los soldados, sin posibilidad de escapar. Uno de ellos toma la mano de el, y levanta su espada, sin embargo, cuando está apunto de dar el golpe.

Voz: ¿qué ocurre aquí?

Todos los allí presentes, incluyendo soldados, paisanos, e incluso el senescal mismo, queda paralizados con el solo sonar de aquella voz.

Senescal: se…señor, este mocoso acaba de ir en contra de mi autoridad, y atacar a uno de mis soldados que estaba a punto de dar un justo castigo a su hermana.

Lord Kefka: ¿y el castigo a la niña, a qué se debe?

Senescal: ¡utilizó la inmunda excusa de estar en sus días, para llegar tarde a la entrega del impuesto!
El noble camina entre quienes observan, sus vestiduras constan de una enorme capa con motivos espiralados cosidos con oro, una imponente gorgera que casi ocultaba su cuello, dos marcas rojas hechas con algún colorante justo bajo sus ojos, y una majestuosa pluma en una de sus orejas. Su cabello era color trigo, amarrado en una larga cola. El hombre observa la escena congelada bajo sus ojos. Camina justo al lado del senescal, cuya expresión de nerviosismo se hace evidente. Una de sus manos va hacia el cuello del subordinado y, en un solo movimiento, su tráquea es arrancada, sin heridas, sin sangre, casi sin sonido, como si la carne de la victima hubiera sido masa de trigo en las manos de un panadero. El Senescal intenta respirar desesperadamente, pero luego de unos segundos, cae al suelo sin vida, y rompiendo el silencio con espasmos y convulsiones.

Kefka: el sangrar de una niña es parte de su naturaleza, nadie puede ir contra la naturaleza, y quienes no acepten aquello, no merecen vivir en ella.

Mira a Daniel.

Kefka: niño, trabajarás barriendo el estiércol de los caballos hasta que yo lo decida. Este cuerpo será trozado y exhibido en la plaza, como muestra de lo que les ocurre a los que insultan a mi reino, y tu niña, exhibirás las heridas de tu espalda hasta que sanen, como muestra, de que también puedo perdonar a los que se esfuerzan por cumplir mis leyes.

Ambos hermanos se arrodillan ante el señor y le agradecen. Luego de dejar allí su tributo, vuelven a su casa a descansar y lavar las heridas de Camila. Luego, ambos se aprestaron a dormir. Ambos compartían la misma habitación, pues su casa era muy pequeña, y sus camas no eran más que montones de paja dispuestos en sus esquinas.

Daniel: me parece terrible que nuestros padres hallan pedido a ese hombre como esposo para ti.

Camila: no es la primera vez que me golpea.

Daniel: ¡qué!, ¿por qué no me lo dijiste?

Camila: no quise preocuparte…solo quiero que todo esté bien, si debo desposarlo, debe ser la voluntad de dios, si no, algo ocurrirá que nos alejará.

Daniel: no es justo, realmente no lo es, solo espero que tengas razón, y aparezca alguien mejor para ti.

Camila: confía en la voluntad de dios hermano mío, si las cosas ocurren, por algo es.

Daniel: quisiera estar siempre allí para defenderte.

Camila: la fe es el mayor escudo que existe, ten fe, todo saldrá bien.

Al siguiente día, la niña volvió a trabajar en el campo, mientras su hermano caminada hacia el castillo, directo a las caballerizas. Apenas Wilhem lo vio allí trabajando, se ensañó en hacerle la vida imposible, riéndose de el, ensuciando nuevamente aquello que acababa de limpiar, e incluso una vez lo empujó hacia el mismo estiércol que estaba juntando. Sin embargo, en cada humillación, el no hacía más a apretar los puños, y seguir trabajando en silencio. Así pasaron varios días, con el desafío de aguantar la furia cada vez más difícil. Hasta que una noche, cuando los caballeros estaban ausentes por una misión, el se dedicó simplemente a observar la luna y a recoger una manzanas de un árbol cercano. Había recogido todas las que había visto, menos por un par, las cuales tenían algunas hormigas encima.

Voz: ¿por qué no te llevas esas también?

El se voltea asustado, encontrándose nada menos que con Lord Kefka en frente suyo.

Kefka: responde, ¿por qué no te las llevas?

Daniel: eh…si me las llevo, alejaré a las hormigas de su hogar, y no podrás regresar.

Kefka: pero, son solo hormigas, ¿te importa si mueren o no?

Daniel: las hormigas, son más nobles que cualquier vasallo señor, lo siento…

Kefka: no, continúa

Daniel: los vasallos huyen de las batallas, las hormigas no. Los vasallos temen morir, las hormigas no. Los vasallos luchan por su reino, pero también lo hacen por gloria, orgullo y ansias de poder. Las hormigas luchan por proteger a su familia, y con eso les basta.

Kefka: ¿has matado insectos alguna vez?

Daniel: …si

Kefka: ¿por qué?

Daniel: por que estaban heridos, e iban a sufrir, o porque podían picar a mi familia, pero, nunca dejo que su muerte sea en vano, siempre los entierro, o por último me los como.

Kefka: ja, ¿hablas en serio?, y dime, si este castillo y las personas de la villa fueran tu nido, ¿lucharías como lo hacen las hormigas?

Daniel (emocionado): claro señor, tengo mucho que proteger.

Kefka: ¿como te llamas?

Daniel: Daniel Aran señor

Kefka: acabo de perder a mi senescal, necesito a alguien que sepa leer, escribir y contar. Creo que tengo para ti un castigo más duro que recoger estiércol. Te daré un mes, para q aprendas a leer, escribir y contar. Si lo logras, serás el nuevo senescal de mi feudo, sino, recogerás la basura del castillo hasta el fin de tus días. Deja esa pala allí, te mostraré la biblioteca.
Y así pasó un mes, en el cual Daniel pasó prácticamente encerrado en aquel castillo. No le facilitaron tutores ni mentores, sino que simplemente la oportunidad de ver como otros funcionarios del castillo leían cartas e instrucciones simples, como los escribientes redactaban anuncios, pancartas y cartas con el sello de la mariposa nocturna, o escuchar como los caballeros contaban las monedas con las que les pagaban. Sin embargo, le llamaba en gran medida la atención que muchos de estos funcionarios nunca salían de aquel edificio, que muchos tenían deformidades en sus caras y cuerpos, e incluso, algunos de repente olían a sangre. Después, se dedico a investigar el mercado, la feria y los pocos comercios de la ciudad, aprendiendo lo más rápido que podía a usar los números. Poco a poco memorizó las letras anotándolas en su propio pergamino, y practico tal cual un dibujante que toma por primera vez una pluma, para aprender a mover sus manos con la suficiente destreza para escribir.

Por fin, cuando se cumplió el plazo, el señor del castillo lo mandó llamar a su oficina, una de las pocas partes a la cual el jamás había ido. Esta se encontraba, curiosamente, en el piso más bajo del castillo. Primero bajó por una larga y oscura escalera de caracol hecha de mohosas piedras, hasta llegar a las mazmorras. El lugar estaba totalmente oscuro, y lo único que se oía eran los lamentos de los prisioneros, algunos pidiendo agua, comida, o incluso la muerte, otros, ya no parecían voces humanas, sino que eran solo sonidos bestiales imposibles de comprender. Comenzó a avanzar lentamente, tratando de no toparse por casualidad con los barrotes de alguna celda. Escuchando el goteo del agua desde el techo, el chillido de las ratas y los murmullos de aquellos torturados, hasta que su pié pisó algo extraño. Se agachó para tocar aquello, parecía un hilo, un hilo un tanto viscoso. Lo siguió cos sus dedos subiendo por la pared, hasta que topó con algo redondo, húmedo y blando. Lo tanteó, tratando de saber que podría ser, hasta que de pronto, esa cosa se movió y parpadeó.

Daniel: ¡¡ah!!

Lo suelta asustado, su respiración se agita, y camina lo más rápido que puede, tratando de ir en línea recta. Por fin, llega a una puerta y la abre…solo para encontrarse un escenario peor que el anterior. La sala de torturas, grotescos artefactos, llenos de grasosas poleas y ensangrentados cuchillos sostenían los cuerpos de animales, hombres y mujeres, abiertos, despedazados, desfigurados, y, lo peor de todo, aun vivos.
Absolutamente incrédulo se acercó hacia el cuerpo de una mujer cuyos órganos estaban al aire, se podía ver como su corazón latía, como la sangre circulaba por sus venas, y como sus pulmones se hinchaban y se contraían.

Daniel (pensando): las cosas pasan por algo…ten fe… to…do saldrá bien.

Todo su cuerpo temblaba y sudaba frío, sin embargo, el siguió caminando, hasta la siguiente habitación. El escenario que aparecería ante sus ojos, era digno de un relato sobre el infierno mismo, un pasillo adornado con costillas a modo de espinas, tapizado con piel, y vigilado por ojos, los cuales, colgando desde el techo o empotrados en las paredes, seguían los pasos del niño con sus tétricas miradas. Finalmente, el llegó a una última puerta, hecha totalmente con huesos. Cuando el se disponía a tocarla, un brazo humano hecho con huesos se levantó, y abrió su mano, invitándolo a tomarla. El, por fin dándose cuenta que todo aquello no era otra cosa más que una prueba de su señor, tomó decididamente la mano, y la puerta se abrió. Adentro, sentado en su trono hecho con las figuras de personas moldeadas para tal función, se encontraba Lord Kefka, en gloria y esplendor.

Kefka: valla, valla, realmente lograste pasar todos los desafíos y llegar hasta mi, ¿tanto estás dispuesto a hacer por defender a tu hermana y a tu familia?

Daniel: ¿ah?, ¿pero como…?

Kefka: los ojos son las ventanas del alma, y mientras más puros son los sentimientos, más fácil es leerlos. Ven, acércate. Dime, ¿sabes por qué elegí a la mariposa nocturna como símbolo de mi reino?

Daniel: bueno…esos seres, son muy lindos, más que las mariposas de día, pero nadie los mira.

Kefka: muy cerca chico. Las mariposas de la noche, solo ven la luz por unos cuantos días en su vida, pero cuando han vivido suficiente del mundo de la luz, deciden transformarse, y volar para siempre en la oscuridad. Son seres que viven las dos caras de la moneda, y no le temen al cambio, todo lo contrario, el cambio las vuelve libres para siempre. Las personas que viste allí afuera, no fueron capaces de comprender aquello, así que ahora están estancados en su dolor por la eternidad.

Daniel: yo fui perdonado por usted, ¿ellos no merecen perdón?

Kefka: cuando ellos demuestren merecerlo, entonces se los daré. Dime, ¿estás dispuesto a cambiar?

Daniel: las cosas suceden por algo señor, si debo cambiar en algo que los demás no entiendan, para poder proteger lo que amo, entonces si.

Con una de sus propias uñas, el noble se hace un corte en uno de sus ante brazos, y deja caer su sangre.

Kefka: entonces, aquí está tu próximo paso.

El, casi instintivamente, se acercó a la sangre y comenzó a beberla, jamás en su vida había sentido tanta vida correr por su garganta, y sus venas.

Kefka: has dado los primeros pasos, para transformarte en uno de mis súbditos. Si lograr seguir el camino que te mostraré, quizá logres convertirte, en uno de mis hijos.

 

Re: Amanecer, basado en Vampiro Edad Oscura

Wow, acababa de terminar el segundo cap cuando me encuentro con todos sus comentarios, realmente me sorprendí de hallar tantos ^^ muchas gracias, lamentablemente el cap que pondré ahora no tendrá las correciones que me sugieren pq, las acabo de leer. Pero para la proxima haré lo pocible por mejorar esos aspectos e intentar nuevas formas de narración. Acá va el segundo cap. quizá se sorprendan ;)

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Capítulo 2: Dragón

Ese día 30, como cada fin de mes, la fila de paisanos se armó para entregar los tributos al señor. Las puertas del castillo se abrieron, y los caballeros se ordenaron para escoltar al senescal. Sin embargo todos, incluso algunos de los mismos vasallos se sorprendieron, cuando, vestido con las antiguas ropas del funcionario muerto hace poco, salió Daniel, a recoger las ofrendas del pueblo.

Daniel: pueblo de Cernes, al Igual que el noble emperador Conmeno ha confiado a nuestro señor Kefka la protección de las fronteras de Constantinopla, el mismísimo Kefka ha confiado en mi, como su nuevo senescal, encargado de administrar sus finanzas y recaudar sus impuestos. Espero contar con su apoyo y cooperación de forma que los castigos sean evitados, y nuestro castillo siga siendo fuerte.

Se oyen murmullos de todos los congregados, para muchos, no solo no era digno tener que inclinarse ante un niño, si no que además pesaba toda la tiranía impuesto por el antiguo senescal, y por los mismos vasallos del castillo. Rápidamente se comenzaron a oír exclamaciones como “¡los impuestos son muy altos!”, “¡no tenemos que comer!”, “¡no podemos pagar esto!” y otras frases incluso insultantes, contra la autoridad.
Daniel se vio confrontado por la situación descontrolada, sin saber qué hacer, no quería tener que mandar a los soldados a controlar al pueblo, pero tampoco podía decepcionar a su señor.

Wilhem: el día que un niño sea el senescal y yo me arrodille ante el, caerán rayos del cielo y temblará la tierra. ¡Estas tareas son para hombres de verdad, no para mocosos que barren la mierda de los caballos!

Daniel apretó los puños, sintiendo la furia circular por sus venas, sin embargo, en ese instante divisó entre la multitud a su pequeña hermana, la cual lo miraba con ojos esperanzados y a la vez preocupados. En ese instante el viejo Dusirn se acercó a el.

Dusirn: permíteme… señor, no importa quién sea el senescal o el señor del castillo, el estado en que la gente está tarde o temprano los iba a llevar a rebelarse. Si quieres que el pueblo te respete, solo tienes dos opciones, o someter con puño de hierro, o escucharlos y ayudarlos a revolver sus problemas.

Daniel: …entiendo… ¡soldados!, ¡desenfunden!

Los vasallos obedecen, y el pueblo se calla de súbito.

Daniel: los que tengan ofrendas de queso, carne seca, trigo u otros frutos de su campo, adelante, los que estén sacrificando sus animales y sus herramientas como tributo, vuelvan a sus casas, de nada sirve que donen eso si después no podrán trabajar. Soldados, escolten a las personas que he enviado a sus casas, y asegúrense de que en realidad no tengan nada para dar, si es así, déjenlos hasta el próximo mes.

Toda la gente del lugar quedó pasmada ante esas palabras. Aun en murmullos y sin estar muy seguros, obedecieron las instrucciones. En ese preciso instante, el chico miró hacia una ventana, y notó la inquietante presencia de Kefka. En seguida corrió hacia el y se arrodilló.
Daniel: mi señor, no malinterprete mis acciones, lo hice tanto por usted como por ellos.

Kefka: silencio, ¿acaso crees que ellos te respetarán si te vuelves amable?, solo se aprovecharán de tus regalos, y pronto tratarán de pisotearte.

Daniel: de nada sirve quitarles todo lo que tienen si después no pueden trabajar para…

Kefka: ¡su deber es pagar el impuesto!, ¡yo les doy protección y tierra, ellos dependen de mí!

Daniel (temblando): señor…el castillo también depende de los impuestos y el trabajo, pero la tierra no les ha dado lo que necesitan para pagar, ¿no son las sequías y la escasez parte del orden de la naturaleza?

Kefka: … si de aquí al mes que viene, todos y cada uno de ellos no han pagado tanto el tributo de ese mes como lo que no pagaron hoy, el tributo serás tu, y tu carne y la de tu familia será dada a mis guerreros y soldados. Créeme, los he acostumbrado ya a la carne humana.

El señor se voltea y se retira sin decir más, con el pequeño aun arrodillado, agradeciendo su piedad. Cuando vuelve a salir, ya todos los impuestos que podían ser recaudados estaban en orden, y solo quedaban en el lugar Camila, el Viejo Dusirn y su esposa, y los vasallos. El despidió a los soldados, los cuales se marcharon aun con gran incredulidad y desconfianza en sus caras.

Camila: ¿todo saldrá bien verdad?

Daniel (ocultando su temor): no te preocupes, el señor confía en mí, y no pienso decepcionarlo.

Camila: temo que te metas en algo peligroso por querer ayudarnos.

Daniel: lo hice cuando desafié al primer senescal, desde ese instante ya no hubo marcha atrás, debo cargar con mis heridas, igual que tu con las tuyas.

Dusirn: niña, necesito hablar con el, retírate

Camila: eh, claro.

Se va sin más que dedicarle una profunda mirada a su hermano.

Dusirn: me imagino que ahora tu cabeza está en peligro, escúchame, hay mucha diferencia entre saber escribir y contar, que en saber mover los peligrosos hilos del dinero y la política.

Daniel: si, creo que es cierto, ¿tiene usted al conocimiento para ayudarme?

Dusirn: jummmm, mi familia vino aquí desde las lejanas tierras de Inglaterra hace dos generaciones, porque entonces el imperio de Bizancio era una promesa de prosperidad, sus arcas estaban llenas de tesoros y hasta los campesinos podían pagar el servicio de vasallos. Sin embargo, la dinastía Comneno lo ha cambiado todo. Antes los paisanos eran ayudados a producir y tener grandes campos, ahora todo el poder se ha ido a los aristócratas. La única razón por la que la gente sigue en los campos es que los señores los defienden.

Daniel: ¿y sería posible hacer que los paisanos conocieran de nuevo esa riqueza?

Dusirn: ¿crees que tu señor estaría dispuesto a ceder sus riquezas y su poder a los campesinos? Lo dudo, menos de alguien como el, si los paisanos volvieran a crecer, todos los señores temerían por sus tierras. Si realmente quieres ayudar a que la gente del pueblo tenga mejores cosechas, dales mejores herramientas para trabajar, has que el agua llegue a sus campos, saca a los caballos de las caballerizas y has que dejen sus desperdicios como abono para la tierra. Tienes el poder para hacerlo niño, y tienes una enorme ventaja: El señor nunca sale de día, así que tienes todo el día para trabajar. Sigue mi consejo, mi familia sabe mucho de cómo mover el dinero y las personas ;)

Y así, sin mejor consejo que escuchar, Daniel siguió al pié de la letra las instrucciones del anciano. Ordenó a los soldados cavar canaletas para los campos, y destinó parte de los fondos y materiales que se iban a ocupar en armas, para crear herramientas para la tierra. Movió a todos los animales se sus sitios y los llevó a los campos. Algunos de los soldados, al ver hacia donde iban dirigidos estos movimientos, obedecieron y siguieron las órdenes maravillados. Otros vieron todo esto como un insulto, ¡como podía ser que nobles caballeros entrenados para luchar ahora hicieran el trabajo de los campesinos!
Más de una vez estos guerreros quisieron reclamar esto ante el señor, pero ninguno se atrevía a bajar las oscuras escaleras ni atravesar el salón de torturas, del cual se contaban decenas de historias. Aun así algunas cartas llegaron hasta el en los últimos días, pero el gran señor del castillo, simplemente decidió esperar. Cuando acabó ese mes los paisanos fueron a entregar sus tributos. Les había costado reunir tanto esta vez, sin embargo la mayoría lo había hecho con agrado, ya que sabían que el senescal estaba de su parte. Cuando Kefka vio los impuestos recaudados y los cambios en el lugar y en el ambiente, casi no pudo evitar demostrar su impresión.

Kefka: no sé si a otra persona le habría dejado hacer tantos cambios sobre MI tierra, sin embargo, tus informes son satisfactorios, creo que has dado un paso más, sin embargo, aun hay algo que debes comprender, antes de convertirte en un verdadero líder.

Daniel: ¿qué cosa mi señor?

Kefka: pronto te darás cuenta por ti mismo. Te libero de tu amenaza de muerte, y no solo eso, desde ahora por tu trabajo recibirás el sueldo de un senescal, y la tierra que corresponde a los campos de tu familia, será tuya. Deberás rendirme tributo, como todos los de aquí.

Daniel (inclinado): es un honor para mi señor, daré todo mi esfuerzo para ser digno.

Contento, el regresó a su casa a ver a su familia después de mucho tiempo, sin embargo, cuando llegó, lo primero que encontró fue a su hermana al borde del llanto y son sangre goteando de su frente.

Daniel: ¿pero qué…?
Camila: Wilhem estuvo aquí, dijo que como yo tenía tu sangre, podía golpearme a mí en tu lugar por como lo humillaste todo este mes.

Daniel: ¡no puede ser!, ¡esto tiene que ser vengado!, debe haber alguna forma de hacerlo, ¡algo deben permitirme hacer las leyes!

Camila: basta, déjalo, nuestro matrimonio será la próxima semana, pronto el tendrá todo derecho sobre mi.

Daniel: pero…

Camila: está bien…ya tengo catorce años, la gente me mira feo en la calle porque a esta edad ya debería haber dado a luz mi primer hijo…yo…

Ella se aguanta el llanto, sin embargo el la toma de la mano, la lleva dentro de casa, y la abraza. En ese instante ambos se ponen a llorar. Desde pequeños, siempre habían estado juntos, todos sus juegos, logros, travesuras, desafíos, los habían vivido juntos. Eran casi como uno solo, sin embargo, ahora, algo tan supuestamente normal y correcto, estaba a punto de separarlos para siempre.

Camila: la verdad, es que en mi interior tampoco puedo aceptar mi destino, cada día me digo a mi misma que las cosas son por algo, pero…

Daniel: me siento tan inútil. De qué me sirve todo este poder, si no puedo hacer nada por ti, desearía que esa boda al menos se retrasara, que algo ocurriera, que alguien mejor apareciera, pero no, la ley es implacable, y fría.

Camila: ¿y quién mejor podría aparecer?, por más que lo pienso y lo medito, el único hombre en el que podría confiar de verdad…eres tu.

Ambos se miraron a los ojos, reflejándose en las lágrimas del otro, sin embargo, cuando esa mirada estaba apunto de convertirse en algo más, ambos se soltaron y retrocedieron asustados.

Camila (temblando): ….dios nos perdone…

Daniel (sudando frío): hermana… ¿Qué estuvimos a punto de sentir?

Camila: …no lo sé…

El chico salió entonces corriendo de su casa, y pegando un portazo. Corrió y corrió, aun con el estorbo que sus nuevos ropajes le suponían, hasta llegar a un brazo del río de aquel pueblo. Allí el se sentó con sus manos cubriendo su rostro. Con mil pensamientos atormentando su mente.

Daniel: Dios, por favor,…ayúdame…dame una señal, dime…qué es lo correcto, por favor, ayúdame, ¡ayúdame!

Esa noche, el fue incapaz de dormir. Imploró y rogó hasta el amanecer. Más confundido que un insecto sin alas y sin antenas. Su único consuelo, fue el canto de los grillos y el rumor del agua, quienes a cada instante le recordaban, que la naturaleza siempre seguía su curso, y el orden de las cosas, siempre lograba prevalecer.
Al otro día, cuando el ya estaba cansado y medio dormido de espalda sobre la tierra, el sonido de un cuerno lo despertó. Al levantarse, lo que vio fue una imponente caravana de caballeros en sus corceles escoltando un majestuoso carruaje con el emblema y el estandarte del Imperio Bizantino. Con lo que le quedaba de fuerzas, siguió a aquellos caballos hasta la plaza de la ciudad, donde el sonido de los cuernos ya había convocado a todos en el pueblo. Del carruaje bajó un funcionario imperial, con pergaminos sellados con el emblema de la dinastía Comnene.

Embajador: ¡Pueblo de Cernes!, ¡Nobles caballeros y campesinos defensores de Constantinopla!, ¡Es mi deber avisarles, que el mismísimo Papa Inocencio tercero, en comunión y justo acuerdo con nuestro patriarca y líder de <st1>la santa iglesia</st1> Ortodoxa, le han dado su bendición, a la formación de la que la historia conocerá como la cuarta gran Cruzada. Como lo oyen, ¡Todo el pueblo cristiano se embarcará dentro de este mismo mes, para partir hacia Tierra Santa y liberarla de las manos de los infieles!
¡Todos los pueblos y estados del imperio deberán aportar con guerreros para esta santa misión, y todos los caballeros que sientan el llamado de Dios en su corazón y deseen unirse voluntariamente, serán aceptados!, ¡Es la voluntad de Dios que nuestras espadas triunfen sobre las huestes infernales de los Sarracenos!, ¡Dios está con nosotros!, ¡Nuestra será Tierra Santa!

Pueblo: ¡¡¡¡¡¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!

El niño entonces corrió hacia el castillo, hacia el cual otro funcionario ya había llegado presentando a los caballeros un texto similar. Ante este hecho, el capitán de la guardia, suboficial de la fortaleza. Dio un paso al frente.

Dardo: señor, de aquí a esta misma noche entregaré la lista con los soldados que irán, comprenda que no todos pueden ir, algunos deben quedarse a defender.

El embajador no se veía muy contento, sin embargo Dardo logró convencerlo de esperar hasta el anochecer. Al igual que el, el capitán había bebido diariamente en los últimos años la sangre del noble, la cual le había dado una fuerza y resistencia casi inhumanas. El también sabía en parte lo que Kefka en realidad era, y conocía la necesidad de esperar hasta que se fuera el sol. Cuando Daniel vio que en la lista de caballeros aparecía el nombre de Wilhem, sus ojos brillaron, ¡sus plegarias habían sido respondidas!
Corrió hasta su casa, ya prácticamente habiendo olvidado el incidente de la noche pasada, y entró anunciando a gritos que Wilhem iría a las cruzadas y que la boda se pospondría hasta que el volviera…claro, si es que volvía.
Sin embargo, en ese instante su hermana pidió permiso para levantarse de la mesa, y salió de la casa lo más rápido posible.

Daniel (corriendo): ¡espera!, ¿qué pasa?

Camila: por favor aléjate.

Daniel: yo…lo siento… no pude evitar sentirme feliz, realmente deseaba que esa boda al menos se aplazara, yo…

Camila: hemos estado demasiado cerca todos estos años, quizá lo mejor sería separarnos, no sea que…nuestros sentimientos se confundan.

Daniel (sollozando): yo…solo quiero que estés bien, si tiene que ser así, que así sea. No volveré a casa hasta que esta confusión se valla, si, eso es, confusión, nada más.

Camila: confusión, ¿cierto?

Ambos se miraron a los ojos una vez más, sus mentes trababan de convencerlos de lo que acababan de decir, sin embargo, sus ojos les demostraban, que sus corazones estaban tomando un camino muy distinto del que las leyes enseñaban y sus mentes estaban dispuestas a aceptar. Sin más que hacer ni decir, el volvió al castillo, y durmió para recuperar su sueño, hasta que el sol volvió a caer. Fue entonces, al despertar, cuando recibió un llamado, para presentarse en la oficina de Lord Kefka, junto con sus otros subordinados mayores.

Kefka: he recibido el mensaje sobre la cuarta cruzada, y he tomado una decisión. Ustedes cuatro han demostrado lealtad hacia mi y distintos grados de comprensión de mis ideales. Han bebido mi sangre, y se han transformado en verdaderos candidatos para ser mis sucesores. Sin embargo, aun deben cumplir una última prueba, para convertirse en mis hijos. Esto no es una competencia entre ustedes, es solo algo, que sus almas deben vivir, comprender, y asimilar.

Todos: o.o

Kefka: Dardo, capitán de mi guardia; Leonora, espía de mi corte; Ciro, médico y mago seguidor de las antiguas artes; Daniel, encargado de mis recursos y tierras. Ustedes y yo, partiremos junto con la cruzada. Mañana partiremos, …a Tierra Santa.

 

Re: Amanecer, basado en Vampiro Edad Oscura

Capítulo 3: Dogma

Luego de las últimas palabras de Lord Kefka, todos los allí presentes se vieron muy emocionados, todos menos Daniel. ¿Sería esto la respuesta a sus plegarias?, ¿sería esta la manera en que Dios lo alejaría de su hermana para poder aclarar sus pensamientos?
La lógica decía que si, pero, una vez más sus pensamientos y sus sentimientos chocaban y batallaban, en una pugna en donde ninguno de los dos lograba decirle qué era lo correcto. Los otros servidores salieron, y solo quedó el, con el señor.

-¿Ocurre algo Daniel?, ¿No te agrada la noticia?-dijo el señor

-No lo sé, tengo muchas cosas en la cabeza, no sé si estar feliz o triste.

-¿Comprendes que podrías morir cierto?, Hijo, si tienes algo importante que hacer, ve y hazlo ahora, quizá no halla otra oportunidad.

-Sus palabras me torturan señor.

-Lo sé, pero, ¿no es el dolor la forma más directa de abrir los ojos?...tus ojos me muestran, un gran combate entre tu razón, y tus sentimientos. Veo mucho sufrimiento y desesperación en ti, hace tiempo que no veía algo tan interesante.

-Dígame, ¿pueden los sentimientos enfermarse?, ¿pueden ser un mal que debamos combatir, y dirigir hacia un camino recto?

-Niño, una de las razones por las que estás entre mis elegidos, es justamente por la pureza de tus sentimientos. Si hay algo corrompido en este mundo, son los valores que a ustedes les enseñan desde pequeños, sus ideales de “bien” y “mal”.

-¿Qué?, ¿dice que los mandamientos son incorrectos?

-¡Ah!, con que de eso se trata. Dime, ¿hay alguno de los mandamientos que tus sentimientos violen directamente?

-(Pensando detenidamente): …no

-Entonces ve a donde esté la fuente de tus dudas, y enfréntala, si huyes, jamás conseguirás comprender lo que en realidad necesitas.

Daniel le agradece, y sale, aun muy pensativo. En eso el señor da un ligero soplido al aire, y una polilla relativamente grande llega y se posa delicadamente en su mano.

-Vigílalo.

El insecto sale volando.

El niño, camina esta vez tranquilamente con la luna menguante como su testigo, pensando en todas las palabras recién oídas. Después de preguntar varias veces por su hermana, el logra encontrarla en un camino cercano al río, hablando con el anciano Dusirn.

-¡Oh!, noble pequeño-exclamó el anciano-justo estábamos hablando de ti-¿es cierto que has bajado hasta las mazmorras de Kefka?

-Eh, si, es cierto, fue una de sus pruebas para convertirme en su senescal.

-Valla, ¡qué valiente! Y dime, ¿Quedarás a cargo ahora que tu señor irá a las cruzadas?

-No, en verdad eso quería avisar, el me ordenó acompañarlo, iremos a Tierra Santa.

-¿Te vas?-preguntó sorprendida la niña.

-Si, me voy, quería pedirte perdón por todos los problemas del último tiempo, quizá irme a las cruzadas sea lo mejor para todos.

-No digas tonterías-comentó el viejo-has ayudado mucho a todos, te aseguro que mucho rezarán para que vuelvas.

-Rezar…-balbuceó el senescal- ¿realmente creen que es una decisión de Dios?

-¡Jajajajaja!, no trates de poner palabras en la boca de Dios, ni acciones en sus dedos. Vengo de una tierra donde aun quedan personas que creen en las hadas y los druidas, los antiguos sacerdotes de la naturaleza.

-¿Qué quiere decir?-preguntó Camila

-Quiero decir, hija mía, que tu hermano está a punto de ver todas y cada una de las caras de Dios, en sus viajes. Hijo, quiero que entiendas una cosa: sin importar cuanto viajes, jamás encontrarás a Dios en ningún libro, ni en las palabras de ningún profeta, el único lugar en donde Dios realmente está, es en tu mente, y tu corazón.

-No comprendo-respondió el niño.

-Lo harás, y tu también lo harás algún día, niña mía. Saben qué, acompáñenme a mi casa, hay algo que quiero mostrarles.

Ellos lo siguieron, en su casa su señora los atendió con mucha calidez, ofreciéndoles algo para el frío. Y luego el hombre los llevó hacia una pequeña bodega, en la cual ya se sentía el olor de la madera húmeda, y las tablas sonaban al compás de los pasos. Allí, el sacó una vieja caja, semi escondida entre otros muebles igual de añosos. Adentro, se encontraban dos artefactos: una brújula, y un telescopio.

-Estos-dijo el-son dos regalos que me hizo hace ya muchos años un amigo de oriente, en tiempos en los que moros y cristianos habían aprendido a vivir en paz. Toma niña, pon tu ojo aquí, y mira hacia las estrellas. Anda, no temas, no porque sea un artefacto sarraceno será un pecado tocarlo.

-Se ven más cerca, ¿es magia?

-No pequeña, es solo el juego de la luz a través de los cristales, es difícil de explicar, pero la gente de oriente a aprendido a manejar las leyes de Dios, tal como el nos dio a nosotros el derecho sobre los campos y la seda.

-¿Por qué Dios les daría a los infieles semejante regalo?-preguntó Daniel

-¿Acaso creer en otro dios hace al hombre tonto?

-¿Qué trata de decirnos con todo esto?-inquirió la niña.

-Que los moros también aman a sus hijos, que también tienen cosas que enseñarnos, al igual que nosotros tenemos cosas que decirles. El que llegue ante ellos solo con la espada, lo único que logrará será perder todo el conocimiento que ellos, y otros pueblos, podrían regalarnos.

-¡<st1></st1>La biblia dice que todos los infieles han de caer, y que la razón siempre estará de las manos del creyente!-exclamó ella

-¿Has leído <st1>la biblia</st1> alguna vez?

Silencio total.

-Jajajaja, no pienso forzarlos a cambiar su forma de pensar, eso es imposible. Creo, que lo mejor que puedo hacer, es darles otro regalo.

Él sacó unos pequeños pergaminos, unos pinceles, algunos colorantes, y dos hermosos relicarios, hechos de metal rojo. Luego les pidió que se pusieran juntos donde llegara la luz, y durante el resto de la noche, se concentró en pintar sus caras, dos veces la de cada uno, para así poner una imagen de cada niño en cada una de aquellas obras de arte, y así ambos pudieran verse juntos cuando tuvieran que alejarse.

-Uffff, al fin terminé. Mírense, ¿les gusta?, hace años que no pintaba una pareja tan bonita, lástima que sean hermanos, si no quizá habrían sido realmente una pareja hermosa.

Ambos niños sintieron un escalofrío, y evitaron la mirada del otro. Sin embargo, pronto el viejo cambió la pesadez de ese momento con la alegría de sus palabras. Cuando por fin amaneció, y los cuernos de la cruzada comenzaron nuevamente a sonar, los niños salieron de aquella casa, cada uno con un relicario en su mano. Al principio, trataron de actuar fríamente, sin embargo, cuando el último cuerno sonó, no pudieron evitar abrazarse por última vez, con una que otra lágrima en sus ojos. El niño prometió volver, para seguir junto a ella y ser los hermanos que siempre habían sido, y así, sin más, se alejó corriendo, hasta perderse ensombrecido por el resplandor del sol. La niña se quedó contemplando el amanecer por unos minutos más, hasta que unas pisadas la sacaron de su trance.

-Niña, saludó Dusirn- ¿realmente deseas leer <st1>la Biblia</st1>?

-Ehm, si, pero…no sé leer.

-Mi esposa tiene contactos en la parroquia, quizá podamos conseguirte alguien que te enseñe.

Ese mismo día, los tres fueron a la parroquia del pueblo. En las naciones de occidente, que una mujer leyera habría sido una aberración, pero en Cernes, y en general en Bizancio, aun quedaban algunos valores de los antiguos griegos, y ellos tenían la esperanza de que el párroco accediera a enseñarle. Sin embargo, cuando tocaron a la puerta algo totalmente inesperado ocurrió, quién les abrió no era la persona que esperaban, sino que era un hombre totalmente desconocido para ellos, sus vestiduras tenían un lujo solo visto en los grandes palacios de Constantinopla.
Una imponente cota de malla era a la vez la capa de aquel traje, encima portaba una túnica adornada con motivos en blanco y dorado y justo en la parte frontal de la vestidura, colgaba una majestuosa espada con motivos de fuego grabados en su filo. Botas, hombreras e incluso guantes de metal protegían sus articulaciones. Sin embargo todo aquel lujo y majestuosidad no eran nada comparado con la hermosura del rostro de aquel hombre, de cabello blanco, ojos fríos y facciones muy varoniles, tal era la impresión de aquel rostro, que aparentemente el mismo había decidido cubrir parte de el con el cuello de su traje. Todo el conjunto, mas una extraña aura de hidalguía y poder que emanaba de su cuerpo, lo hacían ver casi, como si un ángel se hubiera aparecido frente a ellos.

-Buenos días nobles paisanos, mi nombre es Elías Damiani, y seré el nuevo mensajero de la palabra en este pueblo. El anterior, lamentablemente fue quemado en la hoguera la semana pasada.

-Se...se...señor-se atrevió a decir la niña-es mi deseo desde hace mucho tiempo, aprender a leer, para poder estudiar los textos sagrados, y la palabra del señor.

La mirada de aquel hombre era capas de helar hasta a un bárbaro, sin embargo, Camila fue capaz de mantener su cabeza en alto, durante 10 interminables segundos.

-Adelante-dijo sin ninguna expresión en su tono-déjenla conmigo.

Ambos entraron, y la puerta simplemente se cerró. Un mes habría de pasar desde aquel día, en el cual, cada tarde después de trabajar en la tierra, ella iba a aquella parroquia a seguir aprendiendo. Su hermano se había esforzado mucho por ella, y deseaba al menos ser digna de comprender las esquivas palabras de Dusirn, para cuando el volviera. En pocas semanas aprendió a leer y escribir, enseguida comenzó a estudiar no solo <st1>la biblia</st1>, sino también los escritos de varios filósofos y teólogos de épocas pasadas. Curiosamente, Elias tenía consigo textos que no se habrían encontrado en cualquier iglesia. Sin embargo, mientras más avanzaba en el sagrado libro, más dudas venían a su mente, y más confusión sobre la palabra dicha por otros sacerdotes en la santa misa, y que antes le parecían incuestionables.

-Señor-le preguntó un día-tengo dudas sobre estos versículos, no comprendo, por qué si Dios destruyó Sodoma y Gomorra, después permitió que las hijas de Lot, lo embriagaran para tener hijos con el. Si Lot y ellas eran los únicos que el señor había salvado de esa ciudad por su pureza de espíritu.

-No importa cuando tratemos de destruir la impureza, esta siempre renacerá en el corazón de los hombres.

-¿Metáforas?, ¿Poesía?

-Es una posibilidad, de muchas.

-¿Cuánto de la santa escritura es poesía y cuanto es verdad?

-Dedúcelo.

-¡No!, ¡debo saber la verdad!, ¡qué es lo que realmente Dios quiere decirnos!

-Compara las leyes de matrimonio en el antiguo y el nuevo testamento.

-…En el antiguo la poligamia se permitía sin problemas, en el nuevo, la ley obliga tener una sola esposa.

-Compara el trato a los infieles en el antiguo y en el nuevo.

-…En el antiguo, el que mata infieles es un héroe, en el nuevo, el que evangeliza lo es.

-Compara las leyes hacia los criminales.

-…En el viejo, es ojo por ojo, en el nuevo, se valora el perdón.

-Concluye.

-…A través de las eras, Dios ha cambiado sus leyes, su trato a los hombres, incluso sus valores…no, no puede ser, ¡el es perfecto!, ¡tiene que serlo!

-<st1>La biblia</st1> que tienes en tus manos no está completa, la iglesia le ha sacado muchos textos, para evitar la confusión de sus fieles. Toma, si realmente te crees capaz, lee este.

Camila, con gran tensión en sus manos, desenrolló el texto. Y, armándose de valor, comenzó a escudriñar sus versos. Lo que se contaba allí, era la historia de Lilith, la verdadera primera mujer, creada con barro al igual que Adán. Lilith había sido expulsada del Edén, por desear alcanzar un poder parecido al de su creador. Sin embargo, después que Adan y Eva también fueran expulsados y después de la muerte de Abel a manos de Caín, ella ofreció su cuerpo a Dios, y luego de un coito de una semana completa de siete días y siete noches, el Señor le concedió volver al paraíso.
Camila, con lágrimas en los ojos, arrojó el pergamino al suelo y comenzó a golpear su cabeza contra la pared hasta sacarse sangre, maldiciendo a sus ojos por lo que habían visto.

-Retírate, ensucias mi alfombra.

-¡Me acabas de quitar aquello en lo que creía!, ¡No me iré hasta tener algo en qué creer!

El simplemente la tomó del cuello, la levantó con una sola mano, y la sacó por una ventana.

-No quiero verte por aquí mañana-le dijo el-la Inquisición vendrá a inspeccionar este pueblo, y tengo que estar con ellos para entonces.

La ventana se sierra, y el viento trae consigo al silencio. Totalmente destrozada, y con sangre una vez más en su rostro, ella caminó pesadamente por el pueblo, cabizbaja, perdida, abandonada dentro de si misma. Sin suelo donde pisar ni cielo al cual mirar.
Así llegó a su casa, en total silencio, habiendo solamente lavado su frente en el río, a dormir sin dar ninguna explicación. Al otro día, sus padres la despertaron más temprano de lo normal, pues todo el pueblo debía estar fuera de sus casas, para cuando la Inquisición llegara a inspeccionar. Muchos murmullos corrían por las calles, ¿por qué una institución de <st1>la iglesia católica</st1> tenía derecho a inspeccionar las casas del pueblo de Bizancio, si ellos seguían a su propio Patriarca?
Con el amanecer, marcharon sobre la ciudad los soldados con el estandarte de la cruz, revisando casa por casa, haciendo a todos recitar los mandamientos y tratando duramente a todos aquellos que encontraban sospechosos, hasta por la más mínima e incoherente razón. Luego de unas horas, todo parecía ir de manera normal, y sin problemas para la gente de Cernes, hasta que de pronto se escuchó un tremendo grito desde una casa en particular…la casa del señor Ducirn.

-¡Qué es esta herejía!-exclamó furibundo el inquisidor- ¡¿Qué hacen estos artefactos de origen moro en la casa de un cristiano?!,¡Observen!, ¡observen estas creaciones del demonio!, ¡Inmundicias como estas, contaminadas con magia negra y rituales de adoración al diablo, son las que abundan en todas las casas de los sarracenos!, ¡Que él y su esposa sean quemados en la hoguera!, ¡Qué su muerte sea un ejemplo para todos los habitantes de esta ciudaaaaaaad!

A golpes y escupos sacaron a ambos ancianos de la casa, y, seguidos del sonido de tambores, los amarraron a troncos, y armaron grandes hogueras con la leña de varias bodegas del mismo poblado. La niña corrió y corrió, pero fue incapaz de encontrar a Elías, quien era el único que podía hacer algo por detener aquella injusticia.
Finalmente, los postes se elevaron, y ante la mirada impotente de los vecinos y la postración de la pequeña, las hogueras fueron encendidas, y poco a poco el fuego ascendió hasta hacer crepitar los cuerpos de aquellos inocentes.

-¡No!, ¡no!-gritó ella-¡Por el amor de Dios detengan esto!, ¡Detenganloooooo!

Ella trató de correr hacia la hoguera, sin embargo sus padres, entre los dos, la sujetaron y taparon su boca para que no gritara.

-¡Los maldigooooooo!-gritaba el pobre viejo-¡Juro que mi familia jamás será pisoteada de nuevo!, ¡Juro que los Ducirn-Gyovanni se levantarán!, ¡Y jamás habrá familia más poderosa en toda la historiaaaaaaaa!, ¡Lo juroooooooo!, ¡AAAAAAAAAAAAAAA!

El fuego lo abrasó completamente, y en cuestión de minutos, sus gritos fueron reemplazados por el tronar de la madera, de su ropa, y de sus huesos. Recién entonces los padres de Camila se decidieron a soltarla. Jamás en toda su vida había llorado tanto. La gente se fue en silencio, Y los soldados se marcharon casi sin impresión, como si aquello no fuera más que un simple trámite de todos los días. Lenta y destartaladamente, ella caminó hacia aquel montón de cenizas, hundió sus manos en el, y untó su rostro con el polvo negrusco aun tibio.

-Te repudio…te repudio…¡TE REPUDIO!, Dios…te ODIO…desde hoy…dejo de ser… una de tus hijas…

 

Re: Amanecer, basado en Vampiro Edad Oscura

Sip, noté ese detalle, que si publico demaciado rápido no todos alcanzarán a leer. Tengo los oidos abiertos a cq crítica, pues así mejoro mi trabajo. ^^
Pronto subiré más.

 

Re: Amanecer, basado en Vampiro Edad Oscura

Qué quisiste decir?, ojalá me respondas.

Aqui les traigo el cuarto capitulo.

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Capítulo 4: metamorfosis

La cohorte de voluntarios partió a pié desde Constantinopla, con unos 3000 caballeros, caminaron y cabalgaron por la llanura por una semana, hasta llegar a Nicomedia, donde se les unieron 600 más, y luego de otra semana llegaron al puerto de Nicea, donde los esperaban 800 valientes más. Fue en ese lugar donde se instaló el primer gran campamento, donde se esperaría a las fuerzas que venían desde Adrianópolis y Tesalónica. Fue allí, donde se hizo la primera gran reunión. Un caballero veterano de la tercera cruzada, de nombre Igor, y de procedencia occidental, hizo encender las antorchas en signo de convocación, y se dirigió a todos los valientes allí presentes.

-¡Hermanos en la fe!, ¡amigos!, ¡caballeros! Mi nombre es Igor de Munhen. Estuve presente en la tercera cruzada, ¡incluso vi cuando Ricardo Corazón de León perdió su brazo luchando en el nombre de Dios!, y, según mis últimos años me han revelado, el me ha concedido el regalo de conservar mi juventud, solo para volver a luchar en su nombre. Hermanos, ustedes no vienen aquí solo a ser guerreros, o caballeros, ustedes han venido aquí, para formar parte ¡De la santa orden de los caballeros Templarios!, ciervos de nuestro señor tanto en la espada como en <st1>la fe.</st1> ¡Todo templario, hace un juramento ante El, para servirle en cuerpo y alma hasta el final de los Días! Sin embargo, el Señor también les da una elección. Los templarios han sido divididos en tres órdenes, cada una con una especial misión. La primera, son los Templarios como tal, los que llevan su espada al frente, para castigar al infiel derramando su sangre y tomar el suelo en nombre de Dios. La segunda, son los Teutónicos, ellos son los encargados de llevar la palabra del creador a los gentiles y a los infieles que aun merecen una oportunidad de conocer <st1>la verdad unica</st1>, y por último, los Hospitalarios, con la sagrada misión de curar las heridas de los heridos en batalla, y devolverlos al combate. ¡¿Qué elección tomarán ustedes?!, solo sigan su corazón, y la vos del Supremo, el su interior.

Daniel, emocionado, enseguida emprendió camino hacia donde se llamaba a los Templarios, sin embargo, fue detenido de improviso por la mano de su señor, Kefka.

-No, tú serás hospitalario.
-Pero señor, ¡quiero luchar!
-Lucharas cuando llegue el momento, cualquiera puede destruir con una espada, pero solo algunos, tienen el poder de sanar.
-Pero… ¿por qué debo ser yo?
-¡POR QUE YO LO DIGO!
-…bueno…

De los cuatro vasallos elegidos de Kefka, solo Dardo, el capitán de la guardia, fue con los Templarios, los otros tres debieron ir al lugar de los Hospitalarios. Cuando terminó la reunión y la repartición de los voluntarios, el lord se dirigió sigilosamente hacia Igor.

-¿“Dios alargó vuestra juventud”?, ingeniosa excusa para ocultar que es un cainita.
-Ja, pues solo a un vampiro de clan Tzimitse se le ocurre dormir en un ataúd cubierto de tierra.
-Y solo un vampiro del clan LaSombra no genera reflejo en un jarro de agua, como este que traigo en mi mano.
-Vos debéis ser Lord Kefka, ¿que deseáis de mí?
-He notado los movimientos de vuestro clan en nuestras tierras, un tal Elias Damiani, se encargó de sacar de su puesto al párroco de Cernes y tomó su lugar. Y no es el único, he sabido de otros en otros pueblos y ciudades. No se qué planean, pero si…
-No estoy involucrado en esas operaciones.
-No me engañáis, los “guardianes”, como por ahí llaman a vuestro clan, controlan Venecia, y esa ciudad lleva tiempo estrangulando económicamente al imperio de Bizancio.
-No estoy involucrado en nada de eso.
-Basta con que yo mueva mis contactos para que os quemen por traición, tened eso claro.

Se retira. Sin embargo Igor simplemente se queda en silencio dándole la espalda, sin siquiera dirigirle la mirada. Esa misma noche comienzan los primeros entrenamientos oficiales de los voluntarios. Los tres elegidos del Lord, más el resto de los hospitalarios, son levados a un terreno donde piedras relativamente planas tapaban el pasto y la tierra. Allí, los maestros comenzaron a hacer demostraciones con animales heridos premeditadamente, reacomodando sus huesos quebrados, deteniendo las hemorragias, y cosiendo la piel. Al ver tales actos sobre los animales, Daniel trató de mirar a otro lado, pero Ciro, el médico del palacio de su señor, lo enfrentó.

-Los animales se mueven y gritan, igual que los soldados que tendrás que curar.
-Les hacen daño-respondió el niño aguantando su enfado- solo para sus pruebas tontas.
-Si te quedas aquí, podrás curar a todos esos inocentes, ¿qué te parece?

Luego de las demostraciones, a los aprendices les pasaron partes de animales que aun no habían cocido para comer, para que repasaran sobre lo mostrado. Y luego, en grupos de a tres o cuatro, se les entregó un animal vivo, con una herida parecida a las anteriores. En el caso de Daniel y sus compañeros, fue un conejo, el cual se zamarreaba de dolor producto de una fractura expuesta recién inflingida. Leonora trataba de sujetarlo mientras Ciro intentaba manipular sus huesos, pero la hemorragia y los movimientos de la criatura lo hacían muy difícil.
Fue entonces cuando Kefka se acercó al lugar, y comenzó a observar a sus aprendices desde lejos.

-Ellos ya llevan tiempo como ghouls, como simples humanos que beben mi sangre a diario-pensó-sin embargo, con el tiempo, las habilidades innatas del clan deberían aparecer en ellos. Dardo ya completó esa fase, sin embargo, para ellos 3, este es el entrenamiento ideal.

-No obedece-exclamó Leonora.
-No hables tan fuerte, podrían descubrir tu disfraz de hombre-le dijo el médico-recuerda que estamos en una cruzada.
-Conejito, calma, queremos ayudarte-expresó el niño.

Los otros dos se quedaron pasmados, mientras Daniel miraba a la criatura a los ojos, y acariciaba su lomo. El ser poco a poco se fue calmando, hasta que los otros dos pudieron manipularlo para sanar su herida. Ciro esa noche comenzó a manifestar el poder de manipular la carne, cuando pegó los músculos rotos de aquel animal solo con sus manos, y Leonora, demostró una precisión sobre humana en sus ajustes de huesos y costuras, como si sus ojos vieran mucho más que los del resto.

-Excelente-meditó el Lord-ya lo están empezando a manifestar, como ghouls deberían poder controlar los primeros niveles, pero, solo como vampiros, podrán llegar al verdadero poder…(mira a Ciro)…es extraño, ¿por qué desarrolló ese nivel tan rápido?, ya está por encima de sus compañeros. ¿Será que sabía algo por mi biblioteca?

Y así, la cruzada continuó su camino hacia el sur. Los hospitalarios, no solo aprendieron a curar heridas, y a ocupar hierbas, ungüentos e infusiones, sino también a cuidar caballos y a montarlos, a manejar la daga, la espada corta y la espada a dos manos al menos a nivel básico. Sin embargo, cada ves se hicieron más frecuentes los encuentros con bandidos, o con incursores moros que venían desde oriente, y los curanderos tenían más y más trabajo atendiendo a los heridos.
Un día, mientras Daniel intentaba curar a un soldado con una flecha en un pulmón, Wilhem entró de improviso a la tienda de los hospitalarios.

-¡¿Donde está Roso?!-exclamó el.
-Estoy tratándolo ahora-respondió el niño.
-¡Qué!, ¡no dejaré a mi suboficial más importante al cuidado de un niño inútil!, ¡traigan a un médico!
-¡Ya basta, yo soy un médico!
-¡Tu cállate!, ¡Tu no eres nadie!, ¡Solo te crees importante por que eres el consentido de Kefka! ¡Apártate!

El caballero, ahora nombrado mariscal de toda una hueste, simplemente empujó al pequeño hospitalario como quién saca un estorbo. Sin embargo, al ser empujado, pasó a rasgar la curación que había empezado en el pulmón. El paciente desesperadamente trató de seguir respirando, agitando sus brazos y tratando de gritar sin que su voz saliera, pero, a los pocos segundos las venas de sus ojos se hincharon, su rostro se volvió azul y con un último aliento, su vida terminó. El joven quedó paralizado, ante el horror de aquella muerte.

-Que…-murmuró el mariscal-¡estúpido!, ¡lo mataste!, ¡murió por tu culpa!

El caballero tomó su garrote y le asestó un fuerte golpe en el estómago a Daniel. El calló al suelo, apretando una vez más sus puños.

-Ya me cansé de ti, ¡ya me cansasteeeeeeeeeeeeeee!

El niño tomó su espada corta y se arrojó corriendo contra el. Varias veces trató de asestarle un golpe, pero siempre era arrojado de nuevo al piso con algún corte en su cuerpo.

-Tu no mereces ser senescal, tu no mereces ser templario, lo único que mereces es ver como tus sueños se destruyen, ¡y como disfrutaré golpeando a tu hermana y llevándome para siempre esa supuesta inocencia que tu crees que tiene!

…Silencio total…

El rostro del niño se levanta, ambas miradas chocan igual que las olas del mar golpeando las rocas. El toma su espada, y en menos tiempo de lo que cualquiera de los presentes alcanzó a parpadear, se arrojó contra su enemigo y partió a la mitad la coraza de su armadura de un solo golpe de espada. Wilhem fue impulsado varios pasos hacia atrás por la sola velocidad del golpe. Todos los caballeros allí presentes enseguida desenfundaron sus espadas. “¡Atacó al mariscal!” exclamó uno, “¡Está poseído!”, inquirió otro, “¡Es un monstruo, un demonio!” clamó otro. “¡Mátenlo!”

Daniel de pronto se ve rodeado por los caballeros allí presentes, bastaba la orden de Wilhem para que sus días terminaran, sin que nadie pudiera decir nada en contra.

-Silencio-ordenó Dardo, que acababa de entrar.
-¡Se atrevió a atacarme, intentó matarme!, ¡terminen con el!-exclamó el mariscal.
-Nadie hará nada, el es uno de mis soldados.
-¡Atacar a un superior de la cruzada es un crimen!
-…Entonces yo asumo la responsabilidad por este hecho, dejen a Daniel Aran en paz.

Dardo se acerca al joven. Toma su brazo, y se lo lleva lo más rápido que puede. Una vez fuera de las miradas de la gente, ambos se sentaron en un tronco, a descansar.

-Sabía que tu ira contra ese animal estallaría algún día, ¡ja! tuviste suerte que estaba cerca.
-¿Por qué lo hiciste?, ¡te castigarán!
-¡Hey!, también soy un oficial alto en la cruzada, no te preocupes, pronto lo olvidarán…oye, ¿qué fue eso que hiciste?, esa habilidad no viene de la sangre de nuestro señor.
-¿Ah, qué hice?, yo, solo quería destrozarlo, nada más.
-¡Pardiez! Corriste tan rápido que casi no te pude ver…ya veo, ni tu mismo te diste cuenta.
-Es injusto, nosotros apenas sabemos manejar las espadas, mientras ustedes ya son capaces de botar enemigos de sus caballos. Entiendo que puedo salvar vidas siendo hospitalario, pero yo lo que de verdad quiero es…defender a los que me importan.
-¿Realmente quieres aprender a luchar?
-(mirándolo fijamente)…si, necesito hacerlo.
-Jm, toma solo la funda de tu espada, veamos qué sabes hacer.
-¿¡En serio!?

Durante varias horas, Dardo probó y corrigió sus movimientos de espada. Varias veces trató de despertar de nuevo en el esa velocidad sobre humana, sin embargo, aquello no volvió a ocurrir. Por fin cuando ambos estaban exhaustos, el fue a buscar un par de vasos de grog, y le ofreció uno.

-Lo siento, nunca he tomado alcohol.
-¡Anda!, cuando seas vampiro, no podrás tomar delicias como esta de nuevo, ¡hazte hombre! tomate todo el vaso de una.

El chico se toma el vaso de un solo golpe.

-¡Jajajajaa!, ¡al fin podré verte ebrio!
-No le digas esto a nadie ¿eh?, si se enteran en mi casa me matarán.
-Naaaaa, yo a tu edad ya tomaba, …y hacia otras cosas también, pero nada que la voluntad de tu espíritu no pueda controlar, ¿vicios?, ¡mentira!, estas cosas solo se vuelven vicios cuando se es débil del corazón.
-¿Y qué hace fuerte a tu corazón?
-Mi fe, y saber que tengo una familia a la cual cuidar en Bizancio…oye…y… ¿hay alguien a quién quieras cuidar a parte de tu familia?
-A mi pueblo y a nuestro señor claro.
-¡No te hagas el idiota!, te lo diré en tu idioma ¿eh?, ¿hay alguna niña que te guste?
-(temblando, y súbitamente empezando a sudar)…yo…no lo sé.
-No me vengas con tonteras, esas cosas o se sienten o no se sienten, ¿no será que lo vez como algo imposible?
-(bajando la mirada)…quizá
-¿Por qué no eres sincero contigo mismo?

En eso, el rostro de Daniel empieza a enrojecerse, sus movimientos empiezan perder coordinación, y su vista empieza a nublarse.

-Sabes…si…hay alguien que me gusta… (Su cabeza tambalea)…no, no solo me gusta, creo que estoy enamorado.
-¿En serio?, ¿y puedo saber su nombre?
-Jajajaja… (Suelta su vaso)…la conoces…se llama Camila…es mi hermana… ¡O dios!, la tierra me va a tragar, estoy seguro, me va a caer un rayo, ¡O dios!, pero si… ¡si!, ¡la amo!… ¡guajajajaja!

Cae al suelo desmayado por el alcohol. Dardo, con su gran fuerza, lo recogió y se lo llevó a su tienda, procurando ponerle una manta encima de su cara para que no dijera estupideces mientras dormía. Durante las semanas que siguieron, el caballero guardó el secreto del pequeño médico. Y cada vez que ambos tenían tiempo libre, lo siguió entrenando para mejorar sus movimientos de espada. En cuanto al entrenamiento médico, el niño de a poco manifestó también el poder de manipular la carne, sobre todo debido a la necesidad de aliviar el dolor de sus pacientes, sin embargo, era Ciro por lejos, el que más había avanzado en esa materia.
La cruzada continuó su camino, ahora con cerca de 10000 hombres, venidos de todos los rincones aun vivientes del imperio Bizantino. Cuando llegaron al puerto de Efeso, entre el viaje, las batallas y las largas esperas, ya habían pasado 6 meses desde que habían salido de Cernes. Fue esa noche, cuando Leonora se dirigió con un importante informe hacia la tienda de Lord Kefka.

-Mi señor-expresó ella con una reverencia-traigo la información que me pidió investigar, fue muy difícil inmiscuirme en la tienda de ese tal Igor, pero con lo que obtuve allí más la información de distintos contactos en las ciudades que hemos pasado, logré averiguar muchas cosas.
-Adelante, niña mía.
-Igor de Munhen efectivamente pertenece al clan LaSombra, sin embargo, perdió contacto con los suyos en Venecia, después que intentó atacar a un antiguo de su propia estirpe. Debió huir como un traidor, y ocultarse en Bizancio.
-¿Osea que no tiene ninguna relación con los extraños movimientos de cu clan en el Imperio?
-No señor, al contrario, está en contra de antiguos como Elias Damiani.
-¿Qué has sabido de los movimientos de los LaSombra en el imperio?
-Eso es lo más asombroso de todo. Los cruzados de occidente partieron un año antes que nosotros, incluyendo guerreros de Francia, Alemania, Italia y otras naciones de esos tierras. Sin embargo, ya llevaban 6 meses retenidos en Venecia. Ellos se negaban a darles transporte marítimo, amenos que les pagaran una suma astronómica de dinero, o les hicieran un favor militar…y eso ultimo fue lo que hicieron.
-Se suponía que ellos iban a juntarse con nosotros en Egipto, ¿qué fue lo que pasó?
-La cruzada atacó la ciudad de Zara, y la conquistó para Venecia.
-¡¿Estás diciendo que…?!
-Si mi señor…Venecia está controlando a los cruzados, para sus propósitos, si han movido a sus hombres a nuestro imperio, es porque algo planean.
-Bizancio se ha estado debilitando por los últimos 200 años, si la cruzada llegara a atacar Constantinopla, ¡seríamos aplastados!... ¡ven conmigo!

Ambos salieron de la tienda rápidamente, y se encontraron con Igor, al cual le revelaron varios datos de lo que habían averiguado.

-Sabemos que no está involucrado con ellos-adjuntó el Lord-díganos, ¿Cuál es su propósito en la cruzada?, vuestra merced debía saber algo de esto ya desde antes.
-¿Cómo puedo saber, que puedo confiar en alguien de vuestro clan?

Kefka se descubre un brazo, y se hace una herida.

-Os ofrezco un pacto se sangre, para asegurar que no habrá traición entre nosotros. Todo lo que os pido, es su información, y su ayuda.

Igor acepta el pacto y también descubre su brazo. Ambos vacían su sangre en un solo recipiente, la mezclan, y vuelven a bebérsela. Mientras aquel vinculo de sangre siguiera firme, ninguno de los dos sería capaz de traicionar al otro, era un efecto mágico, que solo la sangre de vampiro era capaz de producir.

-Mi propósito en esta cruzada-confesó por fin-es encontrar a alguien, un espía que fue enviado aquí a destruir la cruzada desde adentro. A muchos caballeros se les han ofrecido tierras y riquezas a cambio de su deserción, sin embargo, aun no puedo encontrar al responsable. Es, como si apareciera y desapareciera a voluntad.

-¡Lo encontraremos!, Leonora, avisa esto al resto de mis vasallos, prepárense para una retirada rápida si algo ocurre.

Ambos vampiros y sus subordinados gastaron esa noche en coordinar sus fuerzas para encontrar al culpable. Al siguiente día, la tensión se respiraba entre los caballeros del estandarte de la mariposa nocturna, y el del halcón dorado, los cuales se habían agrupado discretamente para proteger a sus señores mientras dormían. Todo se había desarrollado con relativa normalidad, hasta la hora del almuerzo.

-Esto no me está gustando-declaró Dardo.
-¿Realmente crees que lo que dijeron sea cierto?-cuestionó Daniel.
- (en voz baja) Había oído extraños murmullos y conversaciones en las últimas noches. También había escuchado de caballeros que abandonaban sus puestos y asistían a extrañas reuniones.
-Oigan, ¿Dónde está Ciro?-hizo notar la espía.

Sin embargo, su pregunta no fue contestada. Pues segundos después, el mariscal Wilhem, más otros oficiales de alto rango, se presentaron frente a los cruzados que estaban almorzando.

-¡Compañeros, hermanos en <st1>la fe!</st1>-comenzó el-seguramente muchos de ustedes han escuchado una misteriosa voz, que les ha recordado sus antiguas tierras, su antigua procedencia, y su antigua religión. Muchas de nuestras familias llegaron a Bizancio buscando fortuna, estabilidad, prosperidad, ¿y qué han obtenido?, ¡Nada!, solamente han sido humillados y obligados a pagar impuestos imposibles a nobles que nunca fueron de su sangre, y a obedecer a una nación, ¡que nunca fue la suya! Y no solo eso mis compañeros, ¡cuantos de ustedes debieron renunciar a la iglesia católica y obedecer a los sectarios y herejes mandatos del patriarca ortodoxo!

Se empezaron a oír rumores, y el público de a poco comenzó a levantarse.

-Que los caballeros se muevan-ordenó Dardo sigilosamente-comiencen la retirada.
-¡Pues hoy!-Siguió Wilhem-llegó el momento de la rebelión, llegó el momento del triunfo de la verdad, pues hoy, los hijos de Cristo se levantarán contra la tiranía de una falsa iglesia, y llevarán la verdadera palabra de Dios a los infieles. ¡Esta es una cruzada!, y como tal, debe limpiar el mundo de toda la impureza que lo asota. ¡Hoy mis amigos, Bizancio caerá!, y mañana, ¡Será Tierra Santa!

Todos los caballeros acordes a las palabras del mariscal, comenzaron a levantarse en armas, mientras los fieles al imperio, eran rápidamente llamados por los hombres de Igor y Kefka. En pocos minutos, el ejército se dividió en dos, y comenzó a luchar contra si mismo. Todos los vampiros se encontraban dormidos, ante lo cual, los vasallos se fueron agrupando alrededor de los sarcófagos o carruajes en donde sus amos yacían indefensos. Usando sus tiendas, mesas, e incluso sus caballos como barricada para impedir el paso del enemigo.

-¡Nos superan por <st1:metricconverter productid="2 a" w:st="on">2 a</st1:metricconverter> 1!, ¡no resistiremos, hay que huir!-exclamó Leonora
-¡Vete tu si quieres!, ¡no abandonaré a mi señor!-juró Dardo
-¡Pues mueran si quieren!

Ella corre hasta perderse de la vista de la batalla. Mientras, Daniel y su amigo empujaban con sus cuerpos tratando de sostener la barricada, mientras con sus escudos cubrían sus cabezas de una literal lluvia de flechas.

-¿Recuerdas el cañón donde entrenamos la última vez?-sugirió el niño.
-¡Ya entendí!, ¡caballeros, retrocedan hacia el cañón al sur este!

Durante 3 horas siguieron luchando mientras retrocedían y llevaban el ataúd de su señor. Pronto todas sus protecciones fueron destruidas, y cuando llegaron a los riscos que protegían sus costados, no les quedaba más que sus escudos para repeler las embestidas directas de sus adversarios. Durante otra hora más, dio la impresión de que el enemigo se empezaba a retirar. Cual sería su sorpresa, cuando desde el otro flanco del acantilado, se vio venir un embate de soldados a caballo.

-¡Oh por dios, nos rodearon!
-¡No me asusta!

Dardo, usando los poderes que había aprendido en tanto tiempo, creó una capa de hueso en la palma de su mano, y así detuvo el golpe de una espada. Acto seguido, botó al jinete y lo decapitó de un solo movimiento. Para Daniel, por fin había llegado el momento de luchar. Detuvo una flecha con su escudo, y se lanzó corriendo contra dos enemigos a pié.

-(pensando), no moriré aquí, ¡no moriré aquí!, (gritando) ¡¡No moriré!!

En un segundo corrió lo que un hombre normal correría en 5, sorprendiendo completamente ha sus adversarios, y clavando su espada en el pecho de uno de ellos. El segundo alcanzó a herir su pierna, sin embargo, con su otra mano y en otro movimiento invisible, le cortó la garganta con su daga. Cojeó hacia atrás, para reunirse con sus aliados, siendo salvado por el camino por una flecha que derribó a un oponente a caballo. Una vez junto a su tropa, fue retrocediendo junto a una formación de escudos que rodeaba los carruajes de los vampiros que habían sobrevivido a la masacre.
Una flecha incendiaria llegó entonces justo al transporte donde se encontraba su señor, expandiendo su fuego. Ningún caballero estaba en condiciones de volver a apagarlo. Y el adversario que estaba contra Daniel, tenía un escudo demasiado grande para ser alcanzado con su espada. Fue entonces cuando recordó parte de su entrenamiento médico, y en otro movimiento relámpago, se agachó, cortó su tendón de Aquiles, haciéndolo caer al suelo, y destrozó su cráneo con un golpe de su escudo. Fue allí cuando pudo volver al carruaje, el cual ya comenzaba a arder en llamas, y, olvidando su propia seguridad, tomó la manta más cercana y empezó a apagar el fuego.

-Señor, ¡no lo abandonaré!, protegeré a mi tierra y a mis seres queridos, ¡igual que una hormiga protege su nido!

Una flecha llega a su espalda.

-No…lo dejaré.

Dos…tres…cuatro…cinco…seis flechas lo atraviesan.

-No…lo…

Termina de apagar el fuego, retrocede dos pasos, cae al suelo desangrado, con la vista nublada y los ojos llorosos.

-…c…c…Camila…

Muere.







La batalla continua por una interminable media hora más. Hasta que el sol por fin cae. La oscuridad inunda los carruajes y sarcófagos de los señores de aquellos vasallos. 5 vástagos de los 10 que había en aquel bando de la cruzada, se levantan

…hasta la ciudad más lejana, pudo oír las rizas de aquellos horrendos seres, y los gritos de desesperación de sus víctimas…

Del bando traidor, solo una fracción había participado en esa batalla, el resto, ahora se dirigía a Bizancio.
Cuando Kefka terminó de saciar su sed, y volvió a ver lo que quedaba de sus caballeros, su vista enseguida se posó sobre el cuerpo del joven Daniel.

-Está muerto señor-murmuró Dardo-sacrificó su vida solo par salvarlo a usted del fuego que pudo haberlo consumido.
-No, mi valiente siervo, el no está muerto, es solo una crisálida, apunto de nacer.

El lord se acerca al cuerpo inerte.

-Hijo mío, no tienes la astucia, ni el liderazgo, ni mucho menos la frialdad, que siempre ha sido requisito de nuestro clan, sin embargo, has demostrado otro valor, mil veces más importante que cualquiera de los anteriores: El amor por tu tierra, tu hogar, y toda la vida, que la naturaleza ha puesto en tus manos.

Se hace una herida en la palma de la mano, y deja caer el elixir carmesí de su interior, en la boca de guerrero caído. Pocos minutos después, el cuerpo de este último empieza a estremecerse, su piel palidece, y dos filosos colmillos surgen de su boca.

-Como una estrella fugaz apareciste en mi camino, como un relámpago defendiste mi tierra, como un destello, iluminaste mi alma. Desde hoy, ese será tu nombre.

El chico entra en conciencia, comienza a mover los ojos, y mira sus manos.

-Bienvenido eres al mundo de los hijos de Caín, bienvenido eres, a la familia de nuestro ancestral clan Tzimitse, levántate…Destello Aran.

 

Re: Amanecer, basado en Vampiro Edad Oscura

Bueno, en un inicio me había interesado la idea de mezclar el estilo narrativo con los diálogos tipo guión. Pero si ustedes dicen que le quita seriedad, quizá lo mejor sea lo antiguo.
Lo de los tiempos, queria hacerlo todo en presente, pero si, a veces resulta confuso.
Con el ultimo comentario no estoy muy de acuerdo, al menos yo creo que recursos como las frases aisladas le dan más dramatismo, bueno, quizá una segunda opinión ayude.
Pronto conti ;)