Amadeus Prologo La historia cuenta la vida de Catrina Matsumoto una chica pobre que fue abandonada por su padre que dará todo por cumplir su sueño de ser una gran actriz dejando todo lo que la rodea que en cada aventura una dificultad l a asechara, pasando por Europa hasta Asía, triunfando en parís, viviendo el desamor como el amor encontrando lo esperado y lo inesperado. ------------------------------------------------------------------------------------------- Amadeus Por aquellas alas que guardas en tu Corazón, espero que algún día puedas Mostrármelas. El Fin Me encontraba parada arriba de un escenario de teatro, las butacas se encontraban llenas, todas y cada una de ellas, aun así no podía ver las caras de las personas, ya que todas las luces se encontraban apuntando hacia a mi, estaba vestida con un hermoso y largo vestido blanco, frente a mi se encontraba un hombre como de 1.80 de alto, de cabello negro de una tez asombrosamente blanca, se acerco a mi oído impidiéndome ver su cara y susurro…. -¿Me pregunto como será el final? –susurro con una voz hermosamente seductora y engreída. Entonces pensé, alguna vez se han preguntado ¿como han de acabar en esta vida?, pues yo nunca lo hice y ahora estando aquí parada creo que ha llegado el final. ¿De que final hablo?, ¿Como fue que llegue hasta aquí? Entonces escuche un sonido ensordecedor, mi mente comenzó a reaccionar, abrí mis ojos lentamente, me doy cuenta que el despertador esta sonando, estiro mi mano para apagarlo levantando levemente mi cuerpo. Me dejo caer nuevamente en la cama sin mirar el despertador, ¿Qué habrá sido eso? , ¿Quién era ese chico?.... -¡¡ Catrina!! –grito mi madre entrando fuertemente a mi cuarto. Me levante de un golpe exaltada, sacándome de mis pensamientos mire a mi madre y la observe era una mujer delgada de cabello rojo ondulado, de tez morena con ojos grises bajita. -¿ya viste que horas son? –señalando al despertador. Giro mi cabeza y veo el reloj marcando las 6:30 de la mañana, me levante de golpe de mi cama y me dirigí al armario y saque lo primero que encontré, unos jeans de mezclilla y una blusa blanca de ahí salte directamente al baño, mientras que mi madre gritaba. -¡¡apresúrate y ven a desayunar!! -gritaba mientras se dirigía hacia la pequeña cocina. Comencé a lavarme la cara dejando limpia mi tez blanca y me recogí el cabello castaño con una diadema blanca de franela, ya que como no tenía el cabello largo no me alcanzaba el cabello para hacerme muchos peinados. Salí de mi habitación cruzando una pequeña sala verdosa tras de esta se encontraba un pequeño comedor café con cuatro sillas a su alrededor donde se encontraban sentados mi hermanastra menor de cabello negro y largo de ojos color miel de tez blanca chaparra para su edad, también se encontraba sentado mi padrastro, un hombre gordo de cabello negro de ojos café claro y tez morena igual de bajo que mi madre. Me senté en una de las sillas libres que se encontraban viendo al televisor, estaban pasando una telenovela conocida alborada de Carla estrada con lucero y el guapísimo Fernando colunga, nunca nos perdíamos el canal 47 a la misma hora de siempre ya que era el único canal donde repetían esa comedia ya pasada. Siempre he pensado que en la actuación es otro mundo totalmente diferente, un mundo donde puedes ser otra persona, un mundo caótico pero hermoso donde puedes dar ilusiones a las personas, seria tan hermoso y excitante. -el desayuno esta listo- dice mi madre saliendo con una canasta grande de pan y unos huevos en un platón grande, coloca la bandeja de pan en la mesa y comienza a servir los huevos en los platos que se encontraban vacios frente a nosotros. De pronto mi hermana Amanda de unos doce años chilla. -¿otra vez huevos? –dice revolviéndolos con la cuchara. -eso es lo que hay y si no te gusta no te los comas –dice mi padrastro Enrique llevándose uno a la boca. - ¡¡pero padre!! –grita comenzando un berrinche, Enrique la mira y le dice. - deja de estar de caprichosa mejor sigue el ejemplo de tu hermana catrina. -¡¡pero ella no es mi hermana!! –Señalándome con uno de sus pequeños dedos –¡¡ni siquiera es tu hija padre!! -¡¡Amanda!! –grita mi madre molesta. Después de todo tenia un poco de verdad ya que yo naci del primer matrimonio de mi madre, ella dice que mi padre es un asiático ricachón que vino de vacaciones a México y se caso con mi madre en una noche de juerga que se divorcio de ella a la semana ya que el le confeso que estaba comprometido con una señorita de alta clase y que ella no le llegaría ni a su delicado talón, entonces mi madre se negó a firmar el divorcio diciéndole que no lo dejaría tan fácil y que se hiciera cargo de mi, mas sin embargo mi padre le dijo que el me pagaría toda la escuela y me reconocería como hija suya solo si le firmaba el divorcio mi madre sabiendo que no tenia mucho dinero para mantenerme ya que ella era solo una estudiante de 17 años que vivía con su abuela y sus padres la avían abandonado entonces pensó y tratando de rescatar el poco orgullo que le quedaba como madre entonces acepto. Ella dijo que cada mes le mandaba una cantidad para pagar mi colegiatura. Poco después de esto mi madre se volvió a casar con Enrique García quien ya tenia una hija Amanda García, entonces Enrique le dio techo y comida a mi madre y cuido de mí, por eso yo Catrina Matsumoto le estoy enteramente agradecida por haberme aceptado como una mas de su familia y por querer a mi madre, Beatriz Pérez. En fin, el caso es que lo único que se de el es que tiene mis ojos cafés oscuros que saque su confección delgada y que cada mes durante ya quince años llega un sobre a nuestra pequeña casa con el nombre de Matsumoto Li-Chun con el suficiente dinero o mas para cubrir mis estudios. -discúlpate en este mismo momento Amanda –dice mi madre molesta, sacándome de mis pensamientos. Amanda mira a su padre. -ya oíste –dice llevándose otro huevo a la boca. Amanda me mira y con cara de resignación dice: -lo siento –dice en voz entre cortada. -hejem –Enrique hace este sonido y mira a Amanda. -hermana –termina de decir la pequeña niña de cabello liso. -no te preocupes, Amandita –dije con una sonrisa de victoria tratando de molestarla. - oye hija –dijo Enrique mirándome– ¿no es tarde ya? Mire mi reloj de muñequera y eran las 7:30 de la mañana, me levante de la silla como alma que lleva el diablo recogí mi mochila y Salí de la casa. -¡¡Adiós!! –grite mientras cerraba la puerta blanca de la entrada. Llegando a la preparatoria había dos chicas esperándome en la entrada, una de ellas era alta, de tez morena, delgada de cabello negro y largo hasta su cintura de ojos azules, que se encontraba saludándome desde lo lejos, ella es Jimena Toribio de dieciséis años que se encuentra cruzando el primer año de preparatoria, una chica energética y coqueta. La otra chica que se encontraba al lado suyo una chava regordeta, bajita y de tez blanca como la de un muerto, rubia de cabello liso y corto de unos ojos negros, muy seria y reservada ella también se encontraba cruzando el primer año de preparatoria con quince años de edad, Angélica Buenrostro Llegue donde se encontraban. -hola, chicas –salude. -¡¡hola cata querida!! –exclamo Jimena besando mi mejilla. -llegas tarde, como siempre –me regaño Angélica -lo siento, se me hizo tarde –junte mis manos como si fuese a rezar inclinando mi cabeza levemente hacia enfrente en forma de disculpa. -¡va! Tonterías, vamos ángel no te me pongas gruñona –dice mientras golpeaba la espalda de esta y reía. - hump, ya es tarde el autobús esta a punto de salir, vámonos –dijo caminando hacia el autobús que se encontraba enfrente de la escuela. Empezamos a caminar mientras Jimena reía y ángel la veía feo, mientras yo me reía de su pelea, como siempre asía cada vez que peleaban -que buenas amigas me conseguí –pensé riendo un poco. Llegamos al autobús y nos subimos sentándonos hasta atrás para poder sentarnos juntas las tres, yo siempre quedaba en medio en cada excursión que hacíamos del colegio. -y bien a donde iremos esta ¿vez? –pregunto emocionada Jimena -mmm déjame ver, iremos al teatro a ver la obra de Romeo y Julieta –dijo comprobando su boleto de entrada. -¡¡Romeo y Julieta!! –Exclame- ¡¡genial!! Entonces Jimena y ángel comenzaron a reír. -¿Por qué se ríen? –pregunte ligeramente molesta - lo... lo... siento –ríe de nuevo ángel -igual, yo –dice llevándose una mano al estomago –se me avía olvidado lo mucho que te gusta el teatro –dijo Jimena dejando de reír. -¿gustar dices? –Pregunto sarcástica ángel –¡¡le encanta!! Entonces vuelven a reír a carcajadas las dos. -pues lamento decepcionarlas ya que ni me gusta ni me encanta señoritas –dije dignamente. Las dos pararon de reír y se miraron mutuamente extrañadas. -¿a no? –pregunto Jimena, mientras que ángel esperaba una respuesta. Las mire y vi la perplejidad en sus caras, que fue algo que me causo mucha gracia después de todo tenia que ensañar mis habilidades actorales ¿no? -no, ¡¡la amo!! –cuando dije esto comencé a reír con la misma fuerza que ellas avían utilizado antes. -¡¡tu!! –exclamo Jimena llevando sus manos a mi cintura haciéndome cosquillas y riendo divertida igual que ángel. Poco después de estar jugando como niñas pequeñas e inocentes, claro de que inocentes no teníamos nada. Al pensar esto se me escapo una pequeña sonrisa. Llegamos al teatro, nos bajaron los profesos y nos hicieron que nos formáramos, ya estando formados con el boleto en la mano esperando a que la fila fuera avanzando para poder entrar a la sala. -por eso no me gusta venir al teatro es muy tardado –dijo Jimena doblando su boleto de atrás asía delante y de lado a lado. -si sigues haciendo así tu boleto se romperá –le advirtió ángel. -wohauuuuu –dijo Jimena mirando hacia la entrada. Ángel y yo volteamos instintivamente y vimos a dos hombres extremadamente guapos, parecían playboys, uno era alto como de 2 metros de tez increíblemente blanca, delgado pero sus músculos notablemente marcados bajo esa camisa azul de vestir, con facciones realmente finas, de cabello negro y liso hacia enfrente como tipo emo, estaba vestido con un traje negro con una corbata azul y sus ojos eran azules pero de un azul celeste, casi o mas que el cielo. Me quede anonadada con el chico, que parecía de unos veinte años. -si que son lindos y mas el rubio –dijo ángel. Sacándome de mis pensamientos eche una mirada rápida al chico que venia junto al Romeo de los ojos celeste, era un chico un poco mas bajito que el otro chavo mediría como 1.70 metros era de tez blanca y delgado que también a el se le marcaban sus músculos bajo la camisa de cuello de tortuga blanca se cubría un abrigo de cuero junto con un pantalón de mezclilla de cabello riso y rubio de unos ojos esmeralda también era muy buen parecido pero no mas que el otro, pero no se quedaba para nada atrás de unos veinte años también. Los dos chicos pasaron directamente hacia la caja hablaron un segundo con la cajea quien parecía estar anonadada, después la chica de la entrada de la sala los dejo pasar, ella con una sonrisa de lado a lado que no podía ocultar, los miro hasta que subieron asía las butacas de la planta alta. Entonces todas las chicas de nuestro salón comenzaron a cuchichear de aquellos dos Romeos. ------------------------------------------------------------------------------------------- Bueno aqui les dejo el primer capitulo de mi nueva historia y el prologo. espero que les guste y si es asi les ire dejando mas capitulos.:) Att: Ikumu Hoshina:ANYWORD: