Alma secuestrada Dormida sentí queLa noche me llamaba,Al despertar, mis ojos sePosaron en el techo, Mientras que la lunaEn el rostro con su luzMe coronaba,La muerte con su lecho,Se acercaba y me acechaba, Bajo el negro mantoCon sutileza caminaba,Mientras que los búhosMe acompañaban con su canto,Y yo deambulaba buscandoSin cesar el camposanto, Sentía que mi alma deMuerte se henchía,Mientras que mi cuerpoYacía en el óbito,Y ante mí, la fosa donde yaceríaSe abría,Para al fin a descansarEn el silencio inaudito, ¡La muerte con su hoz a Mi alma ha de tajar!Entretanto en la obscuridadHe de vagar, He de sentir dentro del almaEsta ansiosidad,Por la muerte que me haQuitado la calma,He de enfrentarme a la adversidad,Y la muerte ha de perseguirmePor la eternidad, ¿Qué será de mi poesía?Ahora que en el sueño eternoHe de vivir,Sentiré por siempre esta agonía,Porque la muerte a mis palabrasHa de afligir, Se las ha de llevar el viento,Hasta el lugar en donde duermo,Llenas de abatimiento,Por la muerte y su menosprecio, Mi alma sentía que la muerteLa secuestraba,Al despertar, sus ojosSe posaron en su lecho,Mientras que la lunaCon su luz la coronabaLa muerte con su lechoSe acercaba y susurraba. Por: Lucy Giraldo