.-~Alma Gitana~-.

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Maga_oscura, 5 Octubre 2008.

  1.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    7 Julio 2005
    Mensajes:
    34
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    .-~Alma Gitana~-.
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    2003
    .-~Alma Gitana~-.

    Bueno, este no es el primer fic que hago pero... espero que sea el primero que logre terminar n.nU antes habia comenzado a escribir dos fics junto con mi prima Princess_Yuna... "Un amor para siempre" y "La Bahóa de los Piratas" pero por cuestiones de falta de tiempo e inconvenientes mayores, no pudimos terminar ninguno de los anteriores. Este fic lo estoy haciendo yo sola y como tengo tiempo libre de sobra, espero poder terminarlo...

    Este fic se va a llevar a cabo en un ambiente de la Edad Media. Si alguna vez vieron la peli de El Jorobado de Notre Dame, pues imaginense que la historia transcurre en un lugar así xD. Pero basta de palabrerias, aqui les va el primer capitulo!

    Alma Gitana
    Capítulo I
    Era una hermosa mañana en el pueblo: los panaderos comenzaban a hornear el pan que venderían en el día, los fruteros acomodaban las cajas llenas de fruta fresca, las floreras cortaban las flores más hermosas para vender. En definitiva, una alegre y cotidiana mañana.

    A las afueras del pueblo se encontraba la mansión de una de las familias más importantes de ahí. Se trataba de la familia Higurashi. Como todas las mañanas, las sirvientas ya comenzaban a limpiar y a cuidar que todo estuviese en perfecto orden, el cocinero preparaba los platillos del desayuno y el ama de llaves administraba las actividades de todos. Por las ventanas de una de las habitaciones de aquella mansión se colaba la luz del sol, la cual empezaba a dar directamente en los cerrados ojos de una joven que dormía plácidamente. Pero esa paz no duraría mucho más.

    -Jovencita, es hora de levantarse. – anunció el ama de llaves con voz autoritaria, quien había entrado en la habitación dando un portazo.

    -¡Ahhh! – gritó la joven levantándose al tiro. – Abuela Kaede ¿Qué acaso me quieres matar de un susto? – dijo por fin la chica de cabellos azabache y ojos color café, llevándose una mano al pecho para sentir los apresurados latidos de su corazón.

    -Jajaja. Discúlpame, Kagome. Pero es que hace un hermoso día allá afuera y sería una lástima que te lo perdieras. – se excusó tranquilamente Kaede al mismo tiempo que se dirigía al armario para sacar un vestido.

    -Pero si aún es temprano. – dijo Kagome todavía adormitada y siendo interrumpida por un profundo bostezo. – Cinco minutos más. – agregó antes de volver a esconderse bajo las cobijas.

    -Vamos, no seas floja. – dijo pacientemente Kaede mientras por fin tomaba un vestido y lo colocaba a los pies de la cama de Kagome. – Además, hay una sorpresa esperándote abajo.

    -¿Una sorpresa, dices? – preguntó Kagome incrédula reincorporándose y mirando a la anciana Kaede con interés. - ¿Qué es?

    -Vístete y descúbrelo por ti misma. – fue lo último que dijo una sonriente Kaede antes de retirarse y cerrar la puerta tras de sí.

    Kagome se quedó mirando hacia la puerta tratando de imaginarse cuál sería la sorpresa. Pero luego, con un suspiro de resignación, se levantó de la cama para dirigirse al baño y así bañarse y alistarse para bajar. Se puso el vestido que la anciana Kaede le había dejado. Consistía en un corsé color beige (al igual que la falda) adornado con bordados en dorado y ajustado que acentuaba la curva de su cintura.

    Mientras tanto, en el comedor de esa misma mansión, un joven de cabello negro atado atrás en una pequeña cola baja y ojos azules como el mar esperaba impaciente disfrutando de una deliciosa taza de té. Vestía una armadura de caballero de color negro la cual intimidaba a quien lo miraba.

    -En unos minutos bajará Kagome. Se alegrará mucho de verte, Miroku. No se habían visto desde que comenzaste tu entrenamiento para unirte a Los Caballeros Negros. – anunció cordialmente la anciana Kaede sonriéndole con cariño.

    -Muchas gracias, Kaede. – Contestó Miroku correspondiendo a la sonrisa del ama de llaves con una igual – Usted sigue igual a como la recuerdo.

    -Jajaja. Eso es porque a una anciana como yo ya sólo la desgasta el tiempo que pasa. – dijo Kaede divertida – Pero tú si has crecido, Miroku. Ya no eres aquel jovencito flacucho que venía a jugar con la pequeña Kagome. Recuerdo una vez que… - Kaede se interrumpió cuando escuchó a alguien bajar por las escaleras. - ¡Kagome, estamos en el comedor!

    -Abuela Kaede, no le digas a Kagome que estoy aquí. – dijo el joven sonriendo y guiñándole el ojo de manera cómplice. Luego se puso de pie y salió de la habitación por una puerta distinta a la principal.

    Justo cuando Miroku salió, entró Kagome al comedor, pero sólo vio a la anciana Kaede en él.

    -¿Estás tú sola, abuela? Me pareció ver a alguien más aquí. – dijo la joven un poco confundida y mirando a su alrededor en busca de la persona que creyó haber visto. Pero mientras ella veía en otra dirección, alguien posó su mano en la parte trasera de Kagome.

    -¡Pero cómo has crecido, Kagome!- dijo el joven detrás de ella.

    -¡Ahhh! ¡Pervertido y Atrevido!- dijo la chica dándole una fuerte bofetada - ¿Quién te crees para…? – Kagome se interrumpió al ver de quién se trataba.

    -Hola Kagome – la saludó Miroku con una sonrisa mientras se sobaba la mejilla. – Veo que tu fuerza no ha cambiado.

    -¡Miroku! – Kagome se abalanzó sobre Miroku para abrazarlo fuertemente – Miroku, eres tú – dijo entre sorprendida y alegre. – Veo que tus modales con las mujeres no han cambiado. – Ambos rieron divertidos ante esa afirmación.

    De repente sintió algo frío en su pecho y fue cuando reparó en la armadura negra que traía puesta el joven lo que hizo que lo soltara de inmediato.

    -¿Te has unido a los Caballeros Negros? – dijo con notable asombro.

    -Así es. Después de un par de años entrenándome, por fin se dieron cuenta de que estaba losto para serlo. – contestó Miroku en un tono relajado, pero muy orgulloso.

    -¡Pero sabes que a mí no me agradan esos sujetos! Eso de cazar a las personas como animales para luego llevarlas a quién sabe dónde no es algo ético ni respetable. – dijo Kagome molesta. Ella tenía un corazón muy bondadoso y no soportaba que las personas lastimaran a otros sin importar de quién se tratase.

    -Nosotros no cazamos personas. Capturamos gitanos, que es muy diferente. – trató de explicarse Miroku con un tono serio, nunca se habría imaginado que su mejor amiga reaccionaría de aquella manera ante esa noticia.

    -¡Los gitanos también son personas, Miroku! No son animales como para que los traten como tal. – replicó Kagome sin dar crédito a la explicación de su amigo.

    -Kagome, los gitanos son unos salvajes. Roban a otros para poder vivir y…- el joven no terminó su idea, pues se dio cuenta de que si seguían así iban a terminar enojados el uno con el otro y esa no era su idea de un reencuentro. Así que suspiró con resignación y se calmó antes de decir nada. – Siempre hemos diferido en ese aspecto, pero te prometo que no mataré a nadie. Además, a las chicas les atrae la armadura. – dijo en un tono pícaro y sonriendo divertido.

    Al ver cómo su amigo dejaba a un lado la discusión, la chica decidió no insistir más. Después de todo, tenían varios años sin verse y no quería que terminaran peleados. De modo que dio un hondo respiro y sonrió divertida ante la broma de su amigo.

    Cuando sintió que la tensión entre ambos había disminuido, la anciana Kaede aprovechó para acercarse a ambos y darles un fuerte abrazo.

    -Ay chiquillos, nunca cambiarán. – dijo sonriendo dulcemente – Tengo que ir al mercado del pueblo a comprar algunas cosas. ¿Quieren venir?

    Kagome y Miroku intercambiaron miradas para luego responder con un SÍ al unísono.

    CONTINUARA...

    Espero que el primer capítulo haya sido de su agrado n.n espero comentarios! bye!
     
  2.  
    MayitaKun

    MayitaKun Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    22 Febrero 2006
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Holas!
    pues tu ff me a intrigado mucho :)
    se nota muy interesante XD
    ojala y lo continues prontito!
    besos
    suerte! XD
     
  3.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    7 Julio 2005
    Mensajes:
    34
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    .-~Alma Gitana~-.
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    60
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    gracias chicas! ya me habia desanimado un poco porque nadie posteaba T^T
    ya empece con el segundo capitulo, pero tengo que pulirlo o.o
    no duden en que pronto lo tendran...
    muchisimas gracias por su apoyo! *-*
     
  4.  
    --KAGOME--

    --KAGOME-- Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    11 Septiembre 2005
    Mensajes:
    97
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Alma Gitana... jajaja
    a ver que tal x)... yo soy mestiza es decir
    medio gitana y medio paya. Así que no me
    decepciones si?
    Un besito!
     
  5.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    7 Julio 2005
    Mensajes:
    34
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    .-~Alma Gitana~-.
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    2182
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    gracias por sus posts, chicas! y perdonen la tardanza, pero es que mi inter esta lento -.-
    desde ahora quiero aclarar que todo lo que ocurre en este capítulo pasa al mismo tiempo que lo que paso en el capitulo anterior... solo que en otro escenario. Espero que les guste la conti, la hice como tres veces xD aqui se las dejo.

    ALMA GITANA - Capítulo II

    Gitanos: famosos por su gran talento en la danza y la música, acusados de hacer brujería, grandes vendedores de artesanías, comunidades nómadas y unidas. Por su manera de ser cualquiera pensaría que son viles ladrones y ratas de las calles, es por eso que no son muy bien aceptados en las ciudades civilizadas. Pero esto no les impedía habitar tranquilamente en ellas sin ser vistos, claro está.

    Debajo de las calles de piedra de aquella ciudad y en lo más profundo de sus catacumbas, el amanecer era muy diferente al del exterior.

    -¡Vamos, todos! Es hora de levantarse, no hay que desperdiciar este nuevo día. –decía un joven gitano de ojos color caramelo y cabello castaño atado en una coleta alta. Tenía la cara un poco pecosa y vestía unos pantalones marrones de tela muy parecida al lino, una franela blanca holgada, una pañoleta roja atada a su frente y una pequeña argolla dorada colgaba del cartílago de su oreja izquierda. Corría de un lado a otro en medio de un pasillo, bordeado por dos hileras de tiendas de campaña, sonando fuertemente una pequeña campana. - ¿Qué esperan? ¡A levantarse!

    -Sí, sí. Ya entendimos, Kohaku. – replicó una voz femenina proveniente de una de las tiendas. Una mujer, un poco mayor que Kohaku, Asomó la cabeza aún frotándose los ojos para despertar. Sus ojos eran marrones y tenía el cabello del mismo color que el joven, aunque estaba un poco despeinado al estar recién levantada. – Si no callas esa cosa, harás que…

    -¡Kohaku! ¿Por qué tienes que despertarnos con esa cosa tan molesta? – gritó el joven de la tienda junto a la anterior. Apartó de un tiro la tela que cubría la entrada de la misma dejando ver a un joven de cabellos plateados y ojos ambarinos que se apresuró a salir de su tienda. – Si no dejas de sonar esa molesta cosa, ¡te golpearé! – agregó antes de salir corriendo tras Kohaku. Si estuviesen en el exterior, lo habrían penalizado por exhibicionista, puesto que el ojidorado se encontraba sin camisa dejando ver su bien formado cuerpo; o, bueno… parte de él.

    -Jajaja ¿Qué pasa Inuyasha? ¿no te gusta que suene la campana? – decía Kohaku mientras huía de Inuyasha haciendo resonar la campana cada vez más fuerte.

    -Ya basta; si no te detienes harás que me ponga de muy mal humor. – le contestó Inuyasha un poco molesto.

    Fue tanto el alboroto que armaron que no pasó mucho antes de que el resto de los gitanos de la comunidad despertaran para arreglarse y comenzar a hacer sus tareas matutinas. De todas formas, fue sólo cuestión de minutos para que Inuyasha atrapara a Kohaku y le diera un buen golpe en la cabeza para quitarle la campana.

    Los despertares gitanos eran un poco diferentes a los de la ciudad. Como vivían en un lugar completamente cerrado, no podían saber cuándo el sol salía; así que dejaban a un encargado para que se asomase y luego avisara. Desde muy temprano, ya todos acomodaban sus tiendas, encendían los inciensos y afinaban sus instrumentos. Y, pasado un rato, ya todos estaban listos para trabajar.

    Ya la joven de ojos marrones se encontraba arreglada y alistando la mercancía que vendería en la ciudad. Vestía una hermosa falda azul turquesa con algunas lentejuelas, un hermoso mantón negro (na: los mantones son las telas triangulares que usan las bailarinas de flamenco o.o) atado a su cadera que caía hacia un lado de la falda y una franela blanca con escote en “V” un poco pronunciado y atada en un nudo justo bajo sus senos dejando al descubierto su plano abdomen. Estaba tan concentrada terminando de recoger sus cosas que no se dio cuenta de que alguien se había parado tras ella.

    -¡Buenos días, querida prima! – gritó Inuyasha al mismo tiempo que abrazaba a Sango por el abdomen y la alzaba en el aire.

    -¡Ahhh! ¡Inuyasha! – la joven dio un fuerte respingo de la impresión. - ¡Te he dicho mil veces que no me asustes así! – dijo, un poco alterada y respirando hondo para calmarse.

    -Jajaja. Pero Sango, sabes que me encanta sorprenderte en las mañanas. – se excusó el ojidorado dejando a Sango en el suelo. Entonces su atención se desvió hacia la mercancía que Sango estaba empacando. - ¡Vaya! Veo que has tenido bastante tiempo para dedicarte a tus manualidades. –agregó antes de agacharse y registrar dentro de los sacos.

    -Inuyasha, no son manualidades. – dijo Sango dando un hondo suspiro para recuperar paciencia. Se agacha junto a Inuyasha y vuelve a meter los objetos en los sacos. – Son cinturones para vender allá arriba. Y los hice en mi tiempo libre. – le explicaba pacientemente mientras guardaba uno a uno los cinturones.

    -¡Ay, pero qué cinturón tan lindo! – los ojos curiosos de un pequeño niño habían encontrado un hermoso cinturón de cuero con piedras azules. El niño lo tomó mirándolo maravillado.

    -Si quieres puedes quedártelo pequeño Shippo. Aún tengo otros que puedo vender. – dijo amablemente Sango al notar la alegre expresión del pequeño.

    -¿En serio? ¡Gracias Sango! – en un santiamén el pequeño se había amarrado el cinturón a sus pantalones. – Ahora te lo pagaré con un regalo. – comenzó a buscar entre sus ropas hasta sacar una pequeña esfera de color negro. – Toma, esto es para ti. – dijo el pequeño colocando la esfera entre las manos de Sango.

    La joven tomó la esfera mirándola detenidamente con cara de curiosidad. Pero antes de que pudiera preguntar nada, el niño la cubrió con una delgada tela. Sango lo miró con interés mientras el pequeño Shippo contaba hasta tres.

    -1… 2… ¡3! – Shippo retiró la tela y, en lugar de la esfera, había un hermoso collar de piedras preciosas.

    -¡Wow! Es hermoso, Shippo. – dijo Sango emocionada por el truco mágico que acababa de hacer el pequeño. - ¿Viste eso, Inuyasha?

    -Oye mocoso ¿me enseñas ese truco? – dijo Inuyasha jalando de las mejillas al pobre Shippo.

    -¡Waaa! Inuyasha, ¡no te voy a enseñar nada si me tratas así! – se quejaba el pequeño mientras gruesas lagrimillas rodaban por sus mejillas.

    -Inuyasha, no trates así al pobre niño. – dijo una voz masculina proveniente de detrás de ellos. Al voltearse, Inuyasha se encontró con un par de ojos dorados iguales a los suyos, pero pertenecientes a un hombre mucho mayor que él. También tenía su larguísimo cabello de color plateado atado en una coleta alta y vestía unos pantalones negros y una camisa color azul oscuro abierta que dejaba ver su pecho.

    -Está bien, padre. – contestó Inuyasha con un tono de resignación dejando ir al pequeño Shippo.

    El padre de Inuyasha, el señor Inutaisho, era el rey de los gitanos. Él prefería ser tratado como cualquier otro, pero que los respetasen al momento de ejercer su autoridad. Vio sonriente cómo Shippo se alejaba saltando de un lado a otro y luego volteó a ver a Sango.

    -Buenos días, Sango. Espero que hoy te vaya muy bien en el trabajo. – agregó alegremente a lo que Sango respondió con una leve reverencia de cabeza ya que tenía que recoger los cinturones que Inuyasha había sacado. Después se fijó en el joven de cabellos plateados iguales a los suyos. – Inuyasha, ponte algo y acompáñame. Kikyo nos espera en su tienda.

    -Eh… sí. – sin más rodeos, el ojidorado se dirigió a su tienda y un rato después salió vistiendo una camisa color vino, del mismo estilo que la de Inutaisho, y un chaleco negro.

    Afuera lo esperaba su padre, quien comenzó a caminar hacia el final del pasillo seguido de Inuyasha. Al final de la hilera de la derecha, había una tienda muy distinta a la de los demás; en la entrada colgaban muchos amuletos hechos con plumas, cascabeles y objetos que emitían sonidos suaves y agudos. Ambos seres de mirada dorada se enfilaron al interior de la tienda. Se veía algo oscura, iluminada apenas por la tenue luz de algunas velas y perfumada con un penetrante olor a incienso. En el centro había una especie de mesa rodeada de algunos cojines y del otro lado de la misma se encontraba una mujer sentada con las piernas entrelazadas, los ojos cerrados y las manos sobre la mesa como si estuviese meditando.

    -Buenos días, Kikyo. – saludó cordialmente Inutaisho tomando asiento en uno de los cojines, lo cual Inuyasha imitó. – Y dinos… ¿qué nos depara este día?

    Al escuchar esta última pregunta, la mujer abrió los ojos lentamente adoptando una mirada inexpresiva diciendo con un tono místico y casi inhumano.

    -Díganme lo que quieren saber.

    CONTINUARÁ

    Bueno, espero que les haya gustado o.o --KAGOME-- ya que tienes más conocimiento en el tema de los gitanos que yo, me encantaría que me aconsejaras y me dijeras si fallo en algo o algo no queda muy bien visto >.< estaré esperando sus comentarios... cuidense!!! =D
     
  6.  
    MayitaKun

    MayitaKun Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    22 Febrero 2006
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Holas!
    wow
    esta conti me ha gustado bastante :P
    para mi esta bien XD
    (aunque no se casi nada de Gitanos o.o)
    siguele :)
    suerte!
    besos!
     
  7.  
    Cyshara

    Cyshara Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    10 Octubre 2005
    Mensajes:
    483
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Hola..!
    Me estaba paseando por cemzoo y me llamó mucho la atención tu fanfic.
    Dejame decirte que me gustó mucho la redacción y la trama que estás manejando.
    Espero que pongas la continuación pronto. Esperare con ansias leerla.
    Cuidate. Saludos.
    Atte. Cyshara
     
  8.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    hola Maga Oscura!!!

    Vi este fic en tu firma y me llamó muchísimo la atención... por lo que decidí abrirlo... ¡ESTÁ HERMOSO!

    Me dio la impreson de que estaba leyendo un libro... en serio, es buenísimo...

    Jeje, ese Inuyasha como siempre... golpeando a niños indefensos ...!
     
  9.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    7 Julio 2005
    Mensajes:
    34
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    .-~Alma Gitana~-.
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    1996
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    muchas gracias por sus post n.n me animan mucho a seguir!
    aqui les dejo la continuacion, espero que les guste... y perdonen el retraso xD

    ALMA GITANA - Capítulo III

    -Díganme lo que quieren saber. – había dicho aquella misteriosa mujer de mirada inexpresiva y voz mística. A pesar de su frialdad, era hermosa: sus ojos eran de color chocolate, su piel era tan pálida como el brillo de la luna y su cabello, tan negro como la noche el cual traía recogido en una trenza alta.

    Inuyasha la veía embelesado, después de todo ella era su novia. Así es, ella era la hechicera de la comunidad y él era el hijo del rey de los gitanos, lo que lo convertía en el sucesor de Inutaisho; por esto, su padre le había sugerido que se hiciera su pareja. Al principio, el joven se opuso un poco, pero con el tiempo descubrió que no era tan mala idea.

    -Dinos qué nos depara el día de hoy. – prosiguió Inutaisho - ¿Mi gente estará a salvo? ¿los negocios prosperarán? ¿qué movimiento harán los Caballeros Negros? – la interrogó el rey de los gitanos con gran preocupación.

    La dama volvió a cerrar los ojos y comenzó a deslizar las manos por la superficie de la mesa en la cual había grabados unos extraños símbolos que ella leería conforme las sintiera con sus manos.

    -El negocio será tan pobre como siempre; los Caballeros Negros preparan una estafa, pero tu gente estará a salvo. – recitó con aquel tono misterioso y profundo conforme movía las manos, pero repentinamente se posó en uno de los símbolos y frunció el seño. En su mente apareció la imagen de una mujer; una chica muy parecida a ella, pero con un semblante más amigable. Pudo notar cómo un aura, que encerraba pureza y valor, la envolvía. En cuestión de un instante, la imagen se desvaneció. – Ya veo…

    -¿Qué? ¿Qué es lo que viste, Kikyo? – dijo Inuyasha un poco ansioso.

    Kikyo abrió los ojos, pero esta vez su semblante era más suave y su mirada estaba llena de vida. Parecía haber despertado de un profundo y extraño trance.

    -Lo siento, la visión se desvaneció antes de que pudiera descifrarla. – se disculpó ella en un tono suave. – Lo importante es que hoy será un día como cualquier otro.

    -Entiendo… - dijo Inutaisho un poco decepcionado inspirando hondamente. – Pero aún no pierdo las esperanzas. – agregó antes de ponerse de pie y salir de la habitación.

    -Entonces, seguiremos atrapados en esta prisión. – agregó Inuyasha en un tono de desilusión dando un suspiro resignado.

    -No pierdas la esperanza, Inuyasha. – lo animó Kikyo acariciando suavemente su mejilla con una mano. – Ya verás que pronto podremos despedirnos del subterráneo y volver a vivir bajo la calidez del sol. – agregó regalándole una dulce sonrisa. Luego se puso en pie para salir de la tienda e Inuyasha, sonrojado, la siguió con la mirada.

    La hechicera vestía unos pantalones de bombache (na: como los pantalones de Aladinn xD) a la cadera de color vino y estampado en negro, ceñido con un cinturón adornado con conchas de mar y adornos brillantes; además, tenía una especie de brasier de color negro cubierto completamente con monedas, conchas, lentejuelas, dejando al descubierto el resto de su cuerpo.

    -Eh… ¡Espera! – reaccionó Inuyasha saliendo de su embelesamiento y siguiendo a Kikyo.

    -¡Inuyasha, ya estamos listos! ¿Qué esperas? – lo llamó Kohaku al verlo salir del puesto de Kikyo. – Mi hermana ya nos espera en la salida.

    -Agh. ¡Cómo molestan! – se quejó el ojidorado volteando a ver a la hermosa hechicera.

    -Ten mucho cuidado. – se limitó a decir ella, sonriendo.

    Inuyasha asintió con un movimiento de cabeza y luego se marchó tras Kohaku. Mientras él se alejaba, Kikyo adoptó una expresión seria y pensativa recordando la visión que había tenido hacía unos momentos.

    -Así que por fin apareció. – dijo la mujer antes de volver a entrar a su tienda, corriendo la tela tras de sí para cubrir la entrada.



    El mercado de la plaza Sengoku era el más abarrotado de todo el pueblo porque era en donde conseguías los víveres más frescos y la ropa mejor confeccionada. Ubicado frente al templo Shikon y custodiado por un escuadrón de Caballeros Negros. Pero eso no era suficiente para impedir que algún pillo cometiera un robo. Y justo en ese momento se estaba llevando a cabo uno.

    El puesto de frutas se encontraba lleno de gente y el vendedor no lograba atenderlos a todos, así que un encapuchado misterioso aprovechó esta oportunidad para hacerse con algunas frutas y esconderlas bajo su capa.

    -Ese tonto no se ha dado cuenta de mi presencia. Con razón ocurren tantos robos en este mercado. – dijo una voz fría masculina oculta bajo la capa. Se hizo con unas frutas más y rápidamente se alejó del lugar.

    Mientras tanto, en otro lado del mercado, Kagome y Kaede caminaban en busca de un buen pan fresco.

    -Abuela Kaede, ahí parece haber un buen pan. – sugirió la pelinegra señalando hacia uno de los kioscos del centro.

    -Iré a ver si consigo algo, tú quédate con Miroku. – accedió Kaede de buena gana y tras decir esto, dejó a la joven sola.

    -Bueno Miroku, creo que tu y yo podemos… - se interrumpió Kagome al notar que su amigo no se encontraba con ella. - ¿Eh? ¿En dónde se metió? – dio un vistazo a su alrededor sorprendiendo a su amigo en otro kiosco acompañado de dos hermosas mujeres.

    -Señoritas, no deberían andar solas en este lugar tan abarrotado. Algún gitano podría atraparlas. – decía Miroku tratando de sonar caballeroso.

    -Es verdad, por aquí hay muchos gitanos. – dijo una de ellas.
    -Pero tú eres un Caballero Negro y podrías cuidarnos ¿verdad? – agregó la otra.

    -Así es. Descuiden señoritas, yo cuidaré de ambas. – contestó el joven caminando junto a ellas y poniendo las manos en sus partes traseras.

    Desde lejos, Kagome miraba a Miroku con cara de pocos amigos y una gota de sudor resbalaba por su cabeza.

    -Miroku. Nunca cambiarás. –admitió la joven a su pesar. Decidió dar una vuelta mientras esperaba a la anciana Kaede, pues pronto descubrió que el local estaba abarrotado y tardarían en atenderla.

    Mientras caminaba se percató de una joven que se encontraba en medio de la calle exhibiendo unos hermosos cinturones que colgaban de sus brazos. Kagome pensó que aquella chica se vestía extraño porque traía su abdomen al descubierto y una falda turquesa muy colorida. De todas formas se acercó a curiosear los cinturones que estaba vendiendo.

    -Un cinturón por veinte monedas de plata y llévese dos por veinticinco. – decía la joven vendedora acercándose a aquellos que caminaban más próximos a ella.

    -Hola, ¿me dejarías ver ese cinturón que traes ahí? – preguntó Kagome gentilmente señalando un cinturón tejido de color rojo con pedrería brillante.

    -Por supuesto. – accedió la vendedora emocionada dándole el cinturón.

    -Está hermoso. – dijo la pelinegra tomando el cinturón para poderlo detallar mejor. – Creo que me lo llevaré, ¿cuánto…?

    Un hombre encapuchado había chocado con Kagome ocasionando que dejara caer el cinturón y que, de debajo de la capa de éste, rodaran algunas frutas.

    -Oye, ten más cuidado. Deberías ver por dónde vas. – dijo Kagome un poco molesta agachándose para recoger el cinturón y, al hacerlo, se encontró con un par de ojos dorados bajo la capucha. Pero apenas Kagome volteó para tomar el cinturón, aquel hombre desapareció.

    CONTINUARÁ

    bueno, espero que haya sido de su agrado n.n
    pronto les pondré la conti
    cuidense! bye!
     
  10.  
    --KAGOME--

    --KAGOME-- Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    11 Septiembre 2005
    Mensajes:
    97
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Buenas!
    Me perdí dos capítulos ¡que desastre!
    bueno, ya sabes si quieres saber algo sobre ésto
    solo debes preguntar, te iré dejando información sobre lo que quieras
    saber, tu pregunta todo aquello que quieras saber ^^
    bueno un BESÍTO.
    Continualo pronto, y por cierto...
    me pregunto si en ésta historia Kikyo será mala... jajaja ^^
     
  11.  
    Cyshara

    Cyshara Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    10 Octubre 2005
    Mensajes:
    483
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Hola..!!
    Muy buena conti!
    Me encantó como manejaste el encuentro de inuyasha
    y kagome, jajaja, me gusta que miroku sigue como
    mujeriego jajaj, escribes muy bien.
    Espero conti pronto!

    Chao
     
  12.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Hola !!!!

    Yo pensé que Sango y Miroku se iban a encontrar... ._. Pero bueno, por lo menos ya Inu se encontró con Aome :) Aunque no me gusta eso de que Kikyo sea la novia... pero bueno... es algo típico de los fanfics de Inuyasha... Síguelo, está buenísimo...!!! Nunca pense que me iba a interesar taaaanto
     
  13.  
    MayitaKun

    MayitaKun Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    22 Febrero 2006
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Ahhhh!
    te esta quedando super!
    me gusta muuucho XD
    siguele y sigue escribiendo asi de bien!
    suerte
    besos
    una pregun o.o
    Kouga aparecera en el fic? o.o
    kiero saber! XD
    es que Kouga me gusta mucho XD
    bueno bueno
    ya me voy ensero u.u
    cuidate! =)
     
  14.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    7 Julio 2005
    Mensajes:
    34
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    .-~Alma Gitana~-.
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    2759
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    chicas gracias por su apoyo! *-*
    Stefy, no te impacientes que ya llegara su momento xD no pienso olvidarme de esa hermosa pareja =)
    Cyshara, te vas a llevar una gran sorpresa xD
    Kagome, el papel de Kikyo va a ser algo confuso en este fic xD pero espero que te guste el final =)
    bueno! aqui les dejo el siguiente capitulo! espero les guste, lo hice un poco mas largo o.o
    estaba inspirada xD

    ALMA GITANA - Capítulo IV

    -Oye, ten más cuidado. Deberías ver por dónde vas. – dijo Kagome un poco molesta agachándose para recoger el cinturón y, al hacerlo, se encontró con un par de ojos dorados bajo la capucha. Pero apenas Kagome volteó para tomar el cinturón, aquel hombre desapareció.

    -Pero que hombre tan extraño. – dijo Kagome poniéndose de pie.

    -¿Se encuentra bien? Señorita… - dijo la vendedora. Hizo una pausa interrogante dándole a entender a la pelinegra que esperaba escuchar su nombre.

    -Ah, me llamo Kagome. Descuida, ese hombre sólo tumbó el cinturón. – respondió la joven con cortesía.

    -Me alegro. Yo me llamo Sango, es un gusto conocerte. –agregó la vendedora sonriente.

    -Sango… ¡qué lindo nombre! – dijo Kagome amablemente.

    -Gracias. – agradeció la gitana. Bajó la mirada al suelo y se percató de que había unas frutas regadas. - ¿eh? ¿Y esto? – dijo extrañada agachándose para tomar una de ellas.

    -Debieron caérsele a aquel hombre con el que tropecé. – agregó Kagome agachándose junto a Sango para tomar las frutas. – Como no se preocupó en tomarlas, supongo que puedes quedártelas.

    -¿En serio? Pero… no sé si deba. – dijo la castaña algo dubitativa. Al ser gitana sabía que fácilmente podrían acusarla de ladrona.

    -¿Por qué? No creo que haya problema, aquel extraño ya se fue. – insistió la pelinegra.

    -Está bien. – accedió, por fin, Sango. Desató el mantón negro que llevaba en la cadera para envolver las frutas con él y llevárselas con más comodidad.

    Pero las chicas no se habían percatado de que el extraño encapuchado las veía desde lejos y, al notar que Sango se llevaría las frutas, esbozó una siniestra sonrisa de satisfacción y se marchó de ahí.

    -Bueno, creo que me llevaré este cinturón. ¿Cuánto pides por él? – preguntó Kagome dispuesta a sacar su bolsito con monedas.

    -Descuida, tómalo como un regalo. – se apresuró a decir Sango antes de que la pelinegra comenzara a contar monedas. – Digamos que es un buen intercambio por estas frutas. – agregó guiñándole un ojo con complicidad. Hizo un gesto de despedida con la mano y luego se apresuró a escabullirse por los callejones.

    Kagome asintió con la cabeza y vio cómo ella desaparecía entre las callejuelas. Se ató el cinturón a la cadera por encima de la falda y se dispuso a regresar con Kaede y Miroku; seguro se habían percatado de su ausencia y estarían buscándola. Dicho y hecho, mientras se dirigía al local del panadero se percató de que su amigo Miroku la estaba buscando.

    -¡Miroku, aquí estoy! – lo llamó ella apresurándose a ir donde él se encontraba.

    -Kagome, al fin. ¡Abuela Kaede, ya la encontré! – anunció Miroku a la anciana ama de llaves que estaba un poco más atrás con una expresión de notable preocupación.

    -Kagome, ¿en dónde te habías metido? – dijo Kaede aliviada abrazando a Kagome. – Te dije que me esperaras junto a Miroku.

    -Pues yo te iba a obedecer abuela, pero descubrí que Miroku también estaba ocupado con dos jovencitas. – se excusó Kagome mirando a Miroku con cara de pocos amigos.

    -Pero qué cosas dices, Kagome. – dijo Miroku rascándose la cabeza y sonriendo con nerviosismo. Notó el colorido cinturón que traía puesto Kagome y éste captó toda su atención. - ¿Y ese cinturón?

    -¿Te refieres a este? - Kagome se quitó el cinturón para mostrárselos mejor a Miroku y Kaede. - ¿Verdad que es hermoso? Me lo dio una vendedora que me conseguí en la calle.

    -Está precioso. Kagome. Se ve muy bien trabajado y elaborado. – añadió la anciana Kaede con admiración mientras detallaba el objeto.

    -Me parece que es gitano. – dijo Miroku con desaprobación. Era extraño, ni siquiera Kagome (quien creció junto a Miroku y lo conocía como a la palma de su mano) entendía por qué su mejor amigo menospreciaba a los gitanos. Era como si lo hiciera por instinto. El mismo Miroku desconocía sus motivos.

    -Gitano o no, a mí me parece hermoso. – agregó Kagome desafiante, volviendo a colocarse el cinturón sobre la falda. Ambos intercambiaron una mirada tensa esperando a que el otro reclamara primero. Pero Miroku tenía otro plan en mente y, en vez de defenderse, pasó un brazo sobre los hombros de Kagome y le sonrió amablemente.

    -Creo que es suficiente por hoy. – concluyó el joven de ojos tan azules como el océano. – Bueno, será mejor que me vaya; mi ronda comenzará en un par de horas.

    -Está bien. – dijo Kagome a su pesar abrazando a su pervertido amigo. – Fue muy bueno verte, Miroku. – agregó regalándole una dulce sonrisa.

    -Para mí también lo fue. – respondió el caballero.

    -Joven Miroku, ¿qué le parece si, al terminar sus rondas, nos acompañas a cenar? – lo invitó la anciana con cordialidad.

    -Sí Miroku, acompáñanos en la cena. Así mis padres podrán saludarte y conocerás a Koga. – insistió la pelinegra con una expresión de inocencia en su rostro que asemejaba a una pequeña niña.

    -De acuerdo, supongo que me vendría bien tener una agradable cena. – aceptó de buena gana y con algo de emoción. Depositó un beso en la cabeza de Kagome y otro más en la de la anciana Kaede para después dejarlas atrás y dirigirse al cuartel de los Caballeros Negros.

    Por su lado, la anciana Kaede y la joven pelinegra tardaron otro poco en dejar atrás el mercado para volver a la mansión Higurashi y preparar todo para el almuerzo.



    Para un extranjero sería muy fácil perderse en aquel pueblo. Las casas estaban pegadas unas a otras y formaban laberínticos pasadizos de callejuelas; si no te movías bien, podrías terminar atrapado en un callejón sin salida. Pero para los gitanos esto representaba una gran ventaja a la hora de zafarse de los Caballeros Negros en una persecución; por lo tanto, todo gitano debía saberse de memoria cada camino, atajo o callejón cerrado que existiera en ese laberinto.

    Sango no era la excepción, atravesó las callejuelas con facilidad y evadió los callejones cerrados con astucia hasta desembocar en una pequeña plaza un poco alejada del centro. Ahí, Kohaku y Shippo ofrecían un grandioso espectáculo de magia a un pequeño grupo de gente que se había reunido en torno a ellos.

    -Oye Kohaku ¿qué tienes ahí en tu oreja? – decía Shippo simulando inocencia en su pregunta.

    -¿Acaso hablas de mi argolla de la suerte? – contestaba su compañero en el mismo tono que Shippo y mostraba a todos la pequeña argolla dorada que colgaba en su oreja izquierda.

    -No, tonto. ¡Me refiero a esto! – Shippo hurgó un poco en la oreja de Kohaku y sacó ¡un pañuelo de color amarillo!

    Las personas a su alrededor lanzaron exclamaciones de asombro; algunos aplaudieron y les lanzaron monedas, otros murmuraban entre ellos mirándolos con recelo.

    -¡Ja! Siempre hacen el mismo truco y aún así les aplauden. – se oyó decir a Inuyasha, quien observaba todo desde una esquina. Estaba sentado cuidando dos sacos. Cuando Sango lo vio, se dirigió hacia él.

    -Inuyasha, no digas esas cosas. Sus actos siguen siendo buenos. – dijo la joven al llegar junto a él.

    -Ya volviste, prima. Dime ¿cuántos cinturones vendiste hoy? – preguntó el ojidorado con sarcasmo.

    -Pues vendí un cinturón. – contestó Sango resuelta agachándose para guardar los cinturones en uno de los sacos.

    -¿¡Hablas en serio!? – se exaltó Inuyasha con una expresión de obvia sorpresa. - ¿Y dónde está el dinero?

    Sango no dijo nada, sino dejó frente a su querido primo el mantón lleno de las frutas que había “intercambiado” por el cinturón.

    -¡Vaya! Le pusiste un buen precio a tus cinturones, Sango. – dijo Inuyasha con asombro pensando que, al abrir el mantón, se encontraría con una montaña de monedas de plata o hasta de oro; pero en su lugar, encontró unas cuantas frutas. - ¿Qué significa esto?

    -Ese es el pago que recibí por el cinturón. – agregó su hermosa prima con total calma. – Al menos nos servirá para comer.

    -¿¡Estás loca!? Sabes perfectamente que podríamos meternos en problemas por esto. – estalló Inuyasha furioso y tenía razones para estarlo. Parecía una imprudencia de Sango haber aceptado aquellos frutos, porque al ser gitanos podían acusarlos fácilmente de ser ladrones. Ellos procuraban comprar su comida para que los vendedores (en caso de que alguno se mostrara comprensivo) los defendieran a la hora de un encuentro con los Caballeros Negros, pero esta vez no había vendedor y la clienta de su prima ya no estaba.

    -Ya lo sé, Inuyasha. Pero la joven que me dio estas frutas no dejaba de insistirme y al ser tan amable conmigo, no pude negarme. – se disculpó Sango un poco angustiada. Sabía que Inuyasha se enojaría por ello, pero lo que la ponía nerviosa era la posibilidad de que éste la delatara con Inutaisho. A pesar de ser su tío era el rey de los gitanos, por lo que no dudaría en tomar algunas medidas.

    -Que insistió, dices. ¡Puede ser una trampa! ¿Qué tal si ésta es la estafa de la que nos habló Kikyo? Caíste directamente en la trampa de los Caballeros Negros. – le espetaba Inuyasha sin piedad.

    La pobre Sango se angustiaba cada vez más, pero no dejaba de defenderse y eliminar la idea de que fuese una trampa de su clienta. Ella tenía una actitud muy amable y le parecía imposible que haya participado en una estafa, como decía su primo. Entre tanta discusión, ninguno de los dos se percató de la presencia de un Caballero Negro que rondaba por la plaza y que, al notar su discusión, se acercó a ellos.

    Al ver una extraña sombra que los empezaba a cubrir, tanto Sango como Inuyasha voltearon para encontrarse con una imponente armadura de color negro. El caballero estiró una mano para tomar una de las frutas y luego se irguió cuan alto era para hablar.

    -Vaya, vaya. Parece que los atrapé con las manos en la masa. – dijo aquel hombre esbozando una sínica sonrisa de satisfacción.

    cONTINUARÁ

    bueno, las voy a dejar con un poquito de intriga xD
    espero les guste... y si piensan que en algun momento se pone tedioso el fic, por favor avisenme o.o
    besos!! cuidense!
     
  15.  
    Cyshara

    Cyshara Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    10 Octubre 2005
    Mensajes:
    483
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    AHhh!!
    No puede ser!
    ¿Por que lo dejaste ahi?
    Estuvo muy buena la continuación y pues a ver que pasa
    con este misterioso caballero negro..
    Espero la prox. conti con ansias.
    cuidate!

    Chao
     
  16.  
    Elizita_lu

    Elizita_lu Guest

    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Hola soy nueva amiradora de tu fanfic XD me encanta la trama la adoro de veras, primero cuando publiques un fic cuando estes aciendo click en el vinculo para publicarlo solo has click una vez y si aun ais se demora en publicar tu sigue esperando hasta que termine de cargar la pagina (si no entendiste esta explicacion avisame) ahora si el problema persiste despues de esto has click en editar o eliminar te va a llevar a otra pagina en esa pagina tiene que encontrar la opcion eliminar hacer click y ya (si no entendiste esta explicacion tambien me lo puedes preguntar jajajaj) bueno espero haverte ayudado me gusta mucho tu fic asi que continualo animos!!!!!!!!
     
  17.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Pues qué te digo??? ESTARÉ ESPERANDO ESE MOMENTO !!!
    Oh, ya me lo imagino xD
    ¿Quién será ese caballero nergro? Tengo mis opciones:

    * Naraku (siempre es el malo)
    * Miroku (¿por que no?)
    * Cualquier otro sapo xD

    TE RECOMIENDO MI OTRO FIC... TIEMPOS DE GUERRA ;)

    Cuidate y pon conti pronto

    sTeFy :sang:
     
  18.  
    --KAGOME--

    --KAGOME-- Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    11 Septiembre 2005
    Mensajes:
    97
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Aquí estoy de nuevo!
    Pobrecitos Inuyasha y Sango...
    espero que Kagome diga que ella se las dió ¬¬
    buenooo BESOS!
     
  19.  
    MayitaKun

    MayitaKun Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    22 Febrero 2006
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    noooo
    ahora les va air mal >.<
    mi InuYasha bello! nooo


    pero ya aparecio mi Kouga bello w.w (bueno, más o menos)
    en fin
    te esta quedando super
    sigue asi
    espero conti!
    chaux!
     
  20.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    7 Julio 2005
    Mensajes:
    34
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    .-~Alma Gitana~-.
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    2856
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    hola chicas!
    perdonen la tardanza, pero es que por extrañas razones la pagina no me abria >.< pero ya les tengo una buena conti owo
    akatsukihime, Inne, Elizita_lu bienvenidas a mi fic, espero les agrade :)
    aqui les va la conti!!!

    ALMA GITANA - Capítulo V

    -Vaya, vaya. Parece que los atrapé con las manos en la masa. – dijo aquel hombre esbozando una sínica sonrisa de satisfacción.

    Inuyasha se puso frente a Sango como gesto de protección. Seguidamente, se levantó para plantarle cara al Caballero Negro que había interrumpido su discusión.

    -¿Qué buscas aquí? – preguntó, entonces, con severidad mirando fijamente al caballero. Los ojos de aquel hombre eran de un color azul muy oscuro y su larguísimo cabello negro estaba atado en una trenza.

    -Jajaja. ¿Qué clase de pregunta es esa? Inuyasha. – dijo el caballero con cierta gracia y muy confiado.

    -Pues tu llegada ha sido en vano, Bankotsu. No hemos hecho nada malo. – contestó Inuyasha desafiante. Su dorada mirada se clavaba flameante de ira en la de ese hombre con armadura. Parecía como si hubieran compartido más de una persecución poco amistosa.

    -¿Estás seguro? – agregó Bankotsu y levantó en alto la fruta que había tomado manteniendo esa turbadora sonrisa dibujada en su rostro. – Porque esta me parece una buena razón. ¿No te parece? – tras decir esto, dio un mordisco al jugoso fruto.

    -Esas frutas las obtuvimos honestamente. – declaró Sango, quien se había mantenido callada todo aquel tiempo. Se puso en pie aún detrás de Inuyasha. – Ese fue el pago que recibí por uno de mis cinturones. – agregó con firmeza.

    -Jajaja. Trabajo honesto, no me hagas reír. – dijo el caballero con sarcasmo. Luego se agachó y tomó el manto lleno de frutas. – Me temo que tendré que confiscar esto para devolvérselo a su verdadero dueño.



    Desde el centro de la pequeña plaza, Shippo y Kohaku recogían las ganancias de su día. Bueno, Shippo recogía las monedas; Kohaku estaba un poco ocupado hablando con una linda jovencita de su edad.

    -Así que te llamas Rin. – dijo Kohaku sonriéndole cortésmente.

    -Sí. ¿Tú cómo te llamas? – preguntó incrédula la jovencita de ojos cafés y cabello negro.

    -Yo soy Kohaku. Soy un gitano. – respondió Kohaku amablemente. – Espero que eso no arruine una posible amistad entre nosotros. – agregó con un poco de melancolía.

    -Bueni, mi papá dice que los gitanos son despreciables. Pero yo creo que eres muy simpático. – sentenció Rin con apremio. – Además, sabes hacer magia. – agregó emocionada.

    -No, en realidad es Shippo quien hace la magia. – confesó Kohaku rascándose la cabeza con una mano y señalando al pequeño Shippo con la otra. - ¡Pero puedo hacer esto! – se arrodilló para tomar tres piedras más o menos grandes y comenzó a lanzarlas al aire haciendo malabares.

    -¡Wow! Eso está muy divertido. – dijo Rin con admiración aplaudiendo frente al entretenido acto y riendo graciosamente.

    Mientras tanto, Shippo recogía las monedas y miraba a Kohaku con fastidio y un poco de reproche.

    -Debería hacer algo de eso en el acto; tal vez así habríamos ganado un poco más de dinero. – dijo, dando un hondo suspiro de desaliento mientras contemplaba la pobre ganancia que habían recibido. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la risa de un ser de armadura negra que estaba hablando con Sango e Inuyasha.

    -Oh, no. – exclamó guardando las monedas en un bolsito apresuradamente. - ¡Kohaku! Hay problemas.

    Kohaku dejó inmediatamente lo que estaba haciendo para volverse y darse cuenta de lo que estaba pasando más allá. Se estaba llevando a cabo una intensa discusión entre un Caballero Negro e Inuyasha.

    -Es otra vez ese sujeto. – dijo Kohaku entre dientes.

    -Tenemos que hacer algo. No creo que ellos hayan hecho algo mala como para que él haya aparecido. – sugirió Shippo acercándose a donde estaban Kohaku y su nueva amiga.

    -Sí… - Kohaku se quedó pensando un momento y luego la cara se le iluminó al ver a Rin. – ¡Tengo una idea!



    -Por última vez, te digo que nosotros no robamos esas frutas. – repitió Inuyasha, en su tono de voz podía percibirse que estaba perdiéndola paciencia y faltaba poco para que cometiera una imprudencia.


    Sango se dio cuenta de ello, así que puso una mano firmemente sobre el hombro de su primo para que se calmara un poco. Las trampas de Bankotsu eran obvias; provocaba a los gitanos para que armaran un alboroto y así poder acusarlos. Desgraciadamente, Bankotsu era muy bueno en eso y siempre lograba meterlos en problemas. Por suerte nunca los atrapaban, pero Sango sabía que solo era cuestión de tiempo para que eso sucediera. Inuyasha también lo entendió, por eso dio un hondo respiro para tranquilizarse y no alterarse.

    Bankotsu también descubrió las intensiones de Sango.

    -Ay Inuyasha ¿vas a dejar que esa mujerzuela te detenga? – lo provocó, pero pronto su risa se vio interrumpida por el aturdidor grito de una jovencita, el cual hizo que todos voltearan a ver la escena como impulsados por un resorte.

    Hacia el centro de la plaza Kohaku había tomado a Rin como rehén sujetándola con un cuchillo en el cuello amenazante.

    -Vamos niña, dame todo el dinero que tengas. – decía Kohaku fingiendo amenaza en su voz. – Haz que parezca real. – le dijo al oído a Rin para que solo ella lo escuchara.

    -Ya te dije que no tengo más dinero. – contestó Rin con voz temblorosa, para sonar convincente, y en un tono alto, para que el Caballero la escuchara.

    -¡Oye, tú! ¡Deja ir a esa niña! – exigió Bankotsu dejando caer el mantón con las frutas para ir hacia Kohaku con intención de desenfundar su espada.

    -¿Estás seguro de querer hacer eso? – lo desafió Kohaku al leer claramente la intención del caballero en su mirada. Afirmó el cuchillo en el cuello de Rin, pero teniendo cuidado de no lastimarla. – Si haces un movimiento en falso, no me haré responsable por lo que pase.

    Inuyasha y Sango veían atónitos la escena desde atrás. “¿En qué está pensando ese mocoso?” pensaba Inuyasha, pero la respuesta se dio por sí sola cuando vio que Shippo les hacía señas para que huyeran. Entonces, el ojidorado asintió disimuladamente con la cabeza y se agachó para tomar el manto con las frutas.

    -Sango, prepárate para correr. – avisó a su prima, quien también había entendido la situación y se preparaba para correr en el momento adecuado.

    Shippo saltó de su escondite y quedó justo entre Kohaku y Bankotsu.

    -¡Caíste! – le espetó a Bankotsu. A continuación, lanzó una esfera al suelo que, al impactar, dispersó una densa pared de humo que envolvió al de armadura negra.

    Todo lo que vino después fue muy confuso. Se escucharon pasos que se alejaban apresurados, pasos torpes y metálicos del caballero que intentaba salir de ahí y el estruendoso ruido de una espada que choca contra el suelo. Al dispersarse el humo, Bankotsu se encontró a sí mismo sólo en medio de la plaza; ni siquiera habían dejado atrás una pista para seguirles el rastro.

    Resignado y emitiendo un gruñido entre dientes, el Caballero Negro tomó su espada para envainarla y se dispuso a reportarse en el cuartel de los Caballeros Negros.



    Ya habían tomado suficiente ventaja del caballero al escabullirse entre el laberinto de callejuelas entre las casas y que solo ellos conocían muy bien. Así que se detuvieron para recobrar el aliento y acomodarse mejor para volver a su guarida.

    -Eso estuvo muy bien pensado, chicos. Los felicito. – dijo Sango, un poco agitada, con apremio dirigiéndose a Kohaku y Shippo.

    -Gracias hermana. – agradeció Kohaku por ambos, pues Shippo aún no terminaba de recuperar el aliento.

    -Deshazte de ella. – sentenció Inuyasha, de repente, con severidad y recelo.

    Todos siguieron la misma dirección en que el ojidorado estaba viendo y ahí se encontraba la linda jovencita que Kohaku había usado de rehén. Rin miraba alternadamente a Sango e Inuyasha; ambos la veían como si en cualquier momento fuese a confesar que era un Caballero Negro disfrazado de niña, o que era una espía, o algo parecido. Ella se apenó al sentirse tan observada, pero cuando iba a hablar Kohaku se puso frente a ella.

    -Descuiden, ella no dirá nada. – dijo, para aliviar un poco la tensión del ambiente, pero sabía que Inuyasha seguiría desconfiando de ella dijera lo que dijera. – Yo la llevaré la plaza Sengoku. – agregó con un suspiro de resignación y tomó a Rin de la mano para desaparecer juntos entre las callejuelas. No tardaron mucho en desembocar en el concurrido mercado de la plaza Sengoku.

    -Bueno, aquí nos despedimos. – anunció Kohaku soltando la mano de Rin. – Será hasta la próxima ocasión. Ya se disponía a volver por el mismo camino en que llegaron cuando Rin lo retuvo por el brazo.

    -¡Espera! – dijo ella - ¿Volveremos a vernos? – preguntó esperanzada.

    -Por supuesto que sí, todos los días estoy en la misma plaza en donde nos viste. Así que si vas por ahí seguro nos encontramos de nuevo. – contestó Kohaku sonriente. Depositó un suave beso en la mejilla de Rin y se apresuró a desaparecer por el mismo camino que habían tomado hasta ahí. Rin se sonrojó un poco y caminó sonriente y risueña todo el pasaje hasta su casa.



    Kohaku tampoco tardó mucho en regresar y encontrarse con los demás, pero esta vez estaban en un callejón diferente al que habían estado cuando Kohaku se fue. Esta vez estaban frente a una pared de piedra que parecía formar parte de una casa. Pero, en cierta forma, se distinguía de las demás.

    -Inuyasha, todo esto fue mi culpa. – manifestó Sango con notable arrepentimiento y la mirada gacha. – Cuando mi tío se entere, seguro me va a reñir.

    -No te preocupes prima. Nadie dirá nada, él no tiene por qué enterarse. – dijo Inuyasha, lo cual sorprendió a Sango porque él no solía ocultarle cosas a su padre. - ¿Entendido? – agregó mirando a Shippo y Kohaku quienes asintieron con la cabeza al mismo tiempo.

    Tras estas palabras, Inuyasha tanteó entre las piedras que formaban la pared hasta dar con una que estaba un poco más floja. La empujó con fuerza y, casi inmediatamente, la pared se desplazó hacia un lado dejando frente a ellos una oscura escalinata que daba hacia las catacumbas. Sin dudarlo, los cuatro gitanos bajaron escalón por escalón teniendo cuidado de no resbalar, pues estaba muy oscuro.

    Pero a medida que descendían iba apareciendo una luz que los guiaba por un pasillo que desembocaba en el mismo lugar del que habían venido, la comunidad de gitanos escondida bajo las calles de la ciudad, el mismo lugar al que ellos llamaban “Hogar”.


    CONTINUARÁ

    bueno, espero que les haya gustado la conti owo
    no se desesperen, pronto todos se encontrarán xD incluidos Sango y Miroku, asi que ten paciencia Stefy n.n
    por favor, si sienten que la cosa se esta alargando y se empieza a poner fastidioso avisenme o.o
    cuidense!! n.n hasta la proxima conti xD
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso