Explícito All fallen star and the dark in the night [Gakkou Roleplay | Colección]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Kaisa Morinachi, 12 Abril 2023.

  1.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    All fallen star and the dark in the night [Gakkou Roleplay | Colección]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    580
    Escrito canon

    Personajes: Frank y Paz

    I need your hand

    Kibou to Yaburu
    Aquel día sería tranquilo, pude sentirlo en la mañana fresca con los cálidos rayos del sol calentando mi cuerpo. La enfermera llegó, me atendió, la recibí con una sonrisa y reí un poco entre cositas que nos dijimos. Me ayudó a ir al baño y me llevó al salón a desayunar con otros, era algo que hacía ese hospital con gente en condiciones como las mías: Graves, o más bien crónicas, pero que podían fingir llevar una vida como la de cualquier otro. Comí solo, con calma, sintiendo mi cuerpo pesado y mi cabeza también, respirando con dificultad y al final una compañera me ayudó. Me sentí incapaz, pero tenía que ser compasivo, así que le sonreí y le agradecí. Reímos con las cosas que decíamos, otros también nos hablaban, algunos comían en silencio.

    —¿A dónde irás luego? —preguntó Keina con su sonrisa, lo supe por el tono de voz, porque la verdad no podía distinguir su gesto y ni siquiera le miraba la cara.

    —Quiero encontrarme con el hijo del señor Zhou, creo que vendrá dentro de una hora —comenté mis planes con entusiasmo, se notaba en mi sonrisa suave y en la tranquilidad con la que hablaba. Keina soltó una risa melodiosa, encantada.

    —Te llevaré al jardín entonces —dijo sin más.

    —¿Tú qué harás, Keina?

    —Creo que iré a leer, ya sabes, ¡Tengo que estudiar!

    Reí suave, no podía ver su gesto, pero se oía determinada por más que supiera que, seguro, sus oscuros le comían por dentro.

    Condenada a quedarse en este castillo pueril, Keina muchas veces quiso asistir a la escuela con normalidad, cosa que pocos de acá lográbamos y, si lo hacíamos, a veces regresábamos.

    Otras nos íbamos por siempre, pero no a la escuela.

    Pensé qué decirle, ella había exclamado que sí a mí risa con un uhmhu, afirmando que sí estudiaría.

    —Quiero... que llegues lejos.

    —¿Uh?

    —¡Jejejejeje! ¡Tienes que ganarles a todos por mí!

    —Jejejejeje, ¡Ten seguro que lo haré!

    Me hizo pasear por el bosquecillo, ese gran jardín, bajo la sombra. Yo cerré los ojos y me relajé, Keina cantaba, su voz era hermosa...

    —¿Drop pop candy, no? —busqué atinar, voz calmada.

    —¡Si! —noté cómo su silueta se asomó por mi costado—, ¿Cómo supiste?

    —Jajajaja, ¿Ya te olvidaste? ¡Me constate todo sobre esta canción!— La chica se irguió otra vez y yo relajé mi cabeza en el respaldo.

    —¿En serio...?

    —Ya lo olvidaste... —negué suave con la cabeza, resignado y con la sonrisa en la cara—, increíble.

    —¡Hey, tengo cosas más importantes que recordar!

    —Jajajajajaja

    Ya luego nos devolvimos, ella preguntó si hacía algo más por mí, negué y solo le pedí que le avisara a mis encargadas que estaba en el patio, en caso de que me necesitaran.

    Esperé entonces, impaciente, imaginando un montón de cosas...

    Hasta que escuché unos pasos, miré... Pasaron de largo, no era él, exhalé...

    —¡Oh, aquí estás!

    Entonces voltee con velocidad hacia la voz que reconocí, sorprendido, luego sonreí amplio.

    —¡Yabu! —exclamé con alegría.

    —Kibou... —dijo él con su emoción calma, sonreí, pero luego fruncí el ceño quejica, intrigado.

    —Estas sonriendo, ¿no?— ¿Estabas contento de verme, Paz?

    El chico río.

    —Claro...

    Esa tarde fue linda como cualquier otra.
     
    Última edición: 12 Abril 2023
  2.  
    Kaisa Morinachi

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    Título:
    All fallen star and the dark in the night [Gakkou Roleplay | Colección]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    460











    Anata ni renraku dekitara

    Era mejor ni preguntarnos cómo nos encontramos esa noche, pero encontrarlo me partió el corazón, por más que nunca se lo dijera. Ni a él, ni a nadie más. Tuve que regresarlo a casa, su padre estaba furioso y su madre se escondió en el cuarto, escuché cómo le colocó cerrojo. Escuché resignado, el corazón a mil, todas las cosas que decía y dejaba de decir, luego me acribilló con preguntas. Cabizbajo titubee tensando mis labios, pero cuando alcé la vista mis ojos lo miraron con una seriedad firme, refulgiendo con fiereza.

    —No tengo idea, señor, pero pido que se calme —fuerte, claro, calmado, con firmeza... Me miró frustrado, me miró con odio, chasqueó la lengua e hizo un gesto de restarle importancia.

    —Haz lo que quieras— Se marchó también, quién sabe a dónde...

    Una vez solo miré con preocupación la cara de mi primo, se veía completamente ido, sino fuera por tomarle el pulso diría que estaba muerto, igual roncaba un poco. Lo llevé a su cuarto, saqué toallitas húmedas y me dediqué a arreglar el desastre que hicieron con él, aunque algo me decía que no fue obligado, él mismo se lo buscó...

    Miré su cara con preocupación, con compasión, con angustia enmascarada... porque... ¿Cómo sabría qué tan consentido fue? Si seguro cuando despertara solo recordaría trazas y terminaría restándole importancia...

    Me costaba entender a Mizu, pero quería hacerlo. Suspiré. Busqué su pijama y se lo coloqué, agradecia su delgadez y mi ligera fuerza, permitía ser más eficiente en estas cosas. Lo arropé y no pude contener el reflejo de llevar sus cabellos tras su oreja...

    Lo miré preocupado... Por más... por más que sus ojos se rasgaran, su personalidad cambiara y se llevara al límite de lo irreconocible...

    Seguía siendo Mizu... aquel pequeño de energía explosiva, que reía, que me comentaba cosas y que le gustaba...

    Que parecía disfrutar cada segundo.

    Exhalé por la nariz, cerré los ojos, resignado. Cerré, caminé, atento a cada sonido de la casa, tomé mis cosas y me marché.

    No quería que me dieran preguntas para que deba dar explicaciones y por ende excusas, así que entré en sumo silencio y me colé en mi cuarto como un fugitivo. Ni siquiera me animé a cambiarme de ropa, solo me saqué un par de cosas, me desabotone la camisa y me acosté escondiendome debajo de las sábanas.

    No demore mucho en caer.

    Caer en la osucridad.
    Ronquidos.
    Aquellos días donde no quería más que no querer.



     
    Última edición: 12 Mayo 2023
  3.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

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    Título:
    All fallen star and the dark in the night [Gakkou Roleplay | Colección]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    331
    Congreso
    Poppe and creature
    Etéreo, era la mejor manera de afrontar lo que conocías. Caminaba con elegancia, una sombría cara refinada, una postura cordial, por más que el mundo brillara ante mis ojos las sombras se ceñían tras mi espalda, mis ojos veían cosas que otros eran incapaces de ver...

    Incluso él, busqué su mirada mirándolo sobre el hombro, escéptica.

    Le sonreí con suavidad cuando se coló a mi lado con una sonrisa amplia, enérgico.

    —¡¿Qué tal, Maya-nee-chan?!— Mantuve la sonrisa, mi mano gracia acarició con suavidad sus cabellos oscuros, la regresé donde estaba.

    —Aquí... tranquila, ¿Qué tal tú? —comenté con calma.

    —¡Ah, emocionado! ¡Ya quiero saber qué me deparará la escuela! —decía con la alegría y, entusiasmo, efectivamente, irradiando en todo su cuerpo. Era un chiquillo muy expresivo.

    Genuino... Tenía que protegerlo.

    Era de las pocas cosas que me importaba proteger, empezando con que era eso: Un chico.

    Saboree su alma, jugosa y juvenil, pueril y brillante, su energía era amarilla, eso significaba que estaba todo en el orden correcto.

    —Ya verás, conseguirás lo que quieres.

    Apretó sus puños delante de su cuerpo, mirando la gran academia. Noté su angustia, ¿Cuantos oscuros bailarian macabros frente a esos ojos carmín?

    Suspiré, seria.

    —Calma, pequeño...— Él reaccionó inhalando hondo, exhalando... Lo miré, seria—, ¿Quieres mi mano?— Me miró incrédulo, luego desconcertado y sus mejillas se tiñeron del color que inyectaban sus ojos.

    —¡N-no! —negó con manos y cabeza, sus deditos se torcieron hacia adelante y sonrió avergonzado—, ya no soy un crío, Amaya-san

    Le sonreí suave. Miré adelante, seria.

    —Tienes mucho que demostrar hoy —comenté.

    Yoru entendió, su entusiasmo se esfumó y ahora éramos dos sombras, ojos brillantes, oscuro cabello, estrefalarias hebras, caminando.

    Qué ocurriría, oh, qué ocurriría.

     
    Última edición: 12 Abril 2023
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