Danganronpa Alguien que nos dejó [Drabble | Kaede x Shuichi]

Título: Alguien que nos dejó.
Fandom: Danganronpa.
Personajes: Shuichi Saihara, Maki Harukawa | Mención a Kaede Akamatsu.
Palabras: 323
Summary: "Se llevó las manos hacia su cabello, revolviéndoselo con rabia e impotencia. ¿Cuándo podría superar aquello? ¿Cuándo sería capaz de entrar en el laboratorio de ella? ¡Le había prometido ser fuerte!"
N/A: Para la actividad "Un valentín diario" | SPOILEEEER del V3.

Shuichi dejó caer la mano antes de poder alcanzar el pomo de la puerta, sintiendo como de nuevo, aun después de tantos días, era incapaz de entrar en aquella sala.

Se llevó las manos hacia su cabello, revolviéndoselo con rabia e impotencia. ¿Cuándo podría superar aquello? ¿Cuándo sería capaz de entrar en el laboratorio de ella? ¡Le había prometido ser fuerte!

—Shuichi —la repentina voz de Maki a su lado hizo que sobresaltase.

—Ah… M-Maki… buenas noches… ¿qué…?

—Aun la recuerdas, ¿huh? —dijo ella, señalando con su cabeza el laboratorio de la pianista.

—¿Cómo podría olvidarla? —respondió, casi cansado de seguir escondiéndole, dejando caer su cabeza, el pelo tapándole el rostro—. No pude protegerla… ella lo dio todo por nosotros por algo que yo dije… la incité a…

Dejó de pronunciar palabra cuando sintió una cálida mano sobre su hombro. Levantó la mirada, extrañado, y aun sabiendo que no podía ser otra persona, se sorprendió reconocer esa mano como la de Maki.

—No te tortures, Shuichi. Ella nos ha dejado pero… no creo que le gustase verte así, ¿no crees? —fueron pocas palabras. No esperaba más de ella pero…

Pero que una persona tan fría como lo era Maki dijese aquellas palabras… Shuichi se percató de lo patético que debía parecer.

—Tienes razón… ella nos ha dejado, debemos seguir honrando su memoria intentando cumplir su deseo… —afirmó el detective, recuperando poco a poco algo de la fuerza que parecía haber perdido—. Gracias.

La asesina sintió sus mejillas tiñéndose de un leve rojo y, con cierta lentitud, retiró finalmente la mano mientras miraba hacia otro lado.

—Hum, de nada. Ahora, vayamos a entrenar, ese idiota no nos dejará en paz si faltamos.

Shuichi sonrió antes de asentir y ambos se alejaron hacia el jardín.

Miró hacia atrás, viendo aquella puerta una última vez antes de seguir a la joven castaña. Algún día, sería capaz de volver a entrar ahí, era una promesa.