En un díacomún y corriente de Yuuki —Yuuki…Yuuki…regresa a la realidad, ¿dime que te distrae? —preguntaba Kaname mientras le daba la clase de matemática. —Nada hermano lo siento es que ya me canse podemos descansar un rato—respondía negando con la cabeza la chica. Pero lo que en realidad le pasaba Yuuki por la cabeza era la tristeza de que ya no podía ver a su amiga, al director y lo más importante a Zero. —Otro día sin mi mejor amigo Zero, aunque el odio en su corazón no me permitía verlo sonreír — decía Yuuki en voz baja, con una tristeza profunda —K…Kaname… Kaname quiero ver…a Zero, lo extraño es mi amigo aunque allá dicho tales palabras que me hirieron lo extraño—decía la joven vampiresa con la cabeza agachada —Yuuki… niña linda yo sé que me lo pedirías pero no puedo te prometo que lo veras pronto—contestaba Kaname con tranquilidad. Kaname descansaba en el sofá rojo de la sala y sonreía, pensaba, que una de las misiones de Zero provocaría una sorpresa una sorpresa. —Zero ¡tu uno de cazadores debes de matar a tres nivel E, en Londres! — decía con voz de mando el líder de los cazadores. Zero cerraba el puño y salía del castillo y de inmediatamente se dirigía a la academia Cross a recoger ropa y avisarle al director que se dirigía a su misión. En su camino el chico peli –plata pensaba en la vampiresa, en el amor de su vida, Yuuki, la única persona que lo entendía —Como te pudiste convertir en un demonio chupa sangre — decía el chico en voz baja y decepcionado. Llegando a su destino el joven Zero fue al apartamento que le habían reservado. —Es aquí descansare y mañana a primera hora matare a esos malditos demonios—decía el peli-plata emocionado. Al día siguiente. —Dulce niña iré a caminar regreso pronto cuídate—decía Kaname a la hermosa vampiresa con la sonrisa en la mirada. Los disparos Kaname los escuchaban y veía una sombra conocida que caía lentamente, fue al rescate y llevo aquella persona a su hogar. Cuando apenas el cazador se recuperaba del ataque vio a Yuuki.