Fairy Tail y sus personajes no son originales míos. Advertencia: puede resultar un poco Ooc, dependiendo del punto de vista y el nivel imaginativo de cada lector. Con todo esto, es el primer OS que publico aquí, espero que os guste. Algo más que besarte. Tres golpes en la ventana, que ella ya esperaba con anterioridad oír en medio de la noche, fueron los que cortaron esta vez su sueño. Quería reír, pero debía seguir fingiendo que estaba dormida. Aunque el hecho de reír imaginando al pelirrosa completamente indignado al descubrir que había cerrado a cal y canto la ventana aquella noche, se le antojaba cada vez más inevitable. Las visitas a media noche del dragon slayer eran ya prácticamente una rutina. Y le encantaban, no podía mentir. Pero el moverse como zombie en busca de cerebros al día siguiente soñando despierta con una cama y un edredón de plumas la obligaron a tener que ponerle fin a las divertidas incursiones hasta las tantas de la mañana. Se revolvió a gusto entre las calentitas sábanas, pero no fue suficiente para caer de nuevo en el mundo de los sueños. El maldito Dragneel estaba forcejeando con el cierre de su ventana, golpeándolo insistentemente. Y Lucy aguantó las ganas de reírse más fuerte hasta que los golpes pararon. Aunque creer que aquello detendría a ese cabezudo hijo de dragón fue un error por su parte. Sintió la temperatura de la habitación elevarse cuando el pelirrosa derritió la cerradura harto de forcejear. Luego, cuando entró y se zapateó encima de la cama, sobre ella, el minuto que la ventana estuvo abierta fue suficiente para dejarla estática. Antes de que él pudiese decir nada, Lucy Heartphilia abrió los ojos y lo miró. —Está bien, Natsu. —dijo— Tú ganas. Él se dejó caer a su lado y luchó por un hueco bajo las sábanas, al lado de la rubia, para pagarle por dejarla absolutamente congelada. —Eso era algo que ambos sabíamos que pasaría, Luce. ¡Siempre lo hago! Y rió. La risa de un cazador de dragones llenó la habitación que hace minutos se sentía vacía. —¿A qué se debe la visita de hoy, Dragneel? —preguntó, aunque normalmente tales allanamientos nunca tenían un motivo. —Mañana, cerezos en flor. ¡Bingo! ¡Este año es el nuestro, tenemos que ganar! Ella no pudo hacer otra cosa que sonreír. Luego, se acurrucó un poco más. Natsu hizo un puchero y se llevó el puño a la boca, mostrando su enfado. —No pareces la misma chica a la que hace un año le arrastré un árbol a casa. Tu ilusión es más fría que el estúpido de Gray. —masculló él con voz de niño pequeño. —Lo estoy, y más que tú, tonto. Pero a estas horas y con este frío mi cara no puede emitir emociones. Y es tu culpa. Él volvió a reír y, a sabiendas de que era mala idea, atrajo a la chica hacia sí para darle calor. —Y por supuesto que vamos a ganar, —añadió ahora que se encontraba en el lugar más plácido del mundo— somos el equipo más fuerte de Fairy Tail, ¿no? […] —Necesito tu consejo. —la pequeña mano de Levy tiró de ella interrumpiéndola en su intento de encontrar entre toda la gente al dragon slayer de fuego. —¿Qué pasa? —preguntó cuando ya no pudo mantener la mirada en los demás y fue obligada a sentarse en el mantel de la peliazul y sus amigas. —Estoy enamorada, ¡pero no soy correspondida! —¿De quién? ¿Y cómo puedo darte yo consejo si ni siquiera tengo un novio para mí? —se lamentó la rubia a la vez que pasaba una lista en su cabeza de quién podría haber ganado el corazón de su amiga. —No puedo decírtelo aquí —susurró— Tiene un oído increíble. —Pero con todo este ruido... —Levy le cortó.— Aún así, creo que hasta Juvia tiene más suerte que yo en el amor. Y eso que Gray se hace el ciego todos los días. —¿Qué? ¡Pero si tienes a Natsu detrás! ¡E incluso Gray estuvo por ti algún tiempo! Sólo quiero que me digas cómo puedo hacer para que Gajeel... —al pronunciar su nombre, la peliazul calló inmediatamente. Lucy soltó una risita. —Yo no puedo hacer nada, Lev. Y Natsu no me quiere, no digas tonterías. Mirajane será de más ayuda probablemente. Ella es el centro de todos los hombres. —la rubia sonrió señalando el mantel de Mirajane, donde un coro a su alrededor la piropeaba. —Lucy, abre los ojos, claro que a Natsu... —Levy dejó de hablar cuando el pelirrosa se echó encima de Lucy descaradamente, gritando su nombre. —Te estaba buscando, ¿dónde te habías metido? Esto va a empezar ya. —Yo... Eh, yo también... —con el dragon slayer aplastándola, no podía hablar. Pero se le hizo todavía más difícil al ser en tan comprometida situación y a la vista de todo el mundo. El pelirrosa se levantó y le ayudó a hacerlo a ella, ignorando la posición de sus dos cuerpos o los nervios en su ardiente estómago. —Levy, me la llevo, es mía y no dejaré que me robes a Luce. Natsu echó a reír arrastrando a la maga celestial hacia su mantel, mientras ella pedía perdón con la mirada a la peliazul, y esta le devolvía una mirada pícara. Él había conseguido cartones para los cinco, Happy, Wendy y Charlee también merodeaban por allí. —¡Estoy que ardo! —gritó cuando Mirajane sacó el primer número. 28. Una sombra azul se cernió sobre el DS cuando vio que no lo tenía. De hecho, no tuvo muchos números. Echaba humo por la boca mientras se quejaba, lo que hacia reír a todos. Los dos primeros premios ya habían sido entregados, y el frío que embargaba la ciudad a aquellas horas era apenas perceptible para todos debido a la excitación del juego. Para todos exceptuando a Lucy, la cual castañeteaba metida en su corta falda y su camiseta de tirantes. Cuando anunciaron el tercer premio, un abrigo de la nueva colección, el fuego de Natsu dejó de ser comparable al que Lucy emitía ahora, dispuesta a darlo todo en aquella ronda. Y gritó bingo. Gritó bingo acompañada de la voz de una albina de pelo corto sentada un par de manteles más allá. El maestro Makarov debía escoger cual de las dos lo había dicho primero, si ella o Lisanna. Cuando la albina se acercó a su mantel, un "ella lo dijo primero" se escapó de sus labios. Todos callaron, y el premio fue para la chica de pelo corto. Okey, estaba celosa de ella y no quería que se acercase a su mantel. ¿No era ese motivo suficiente para darle el premio? Que se fuese, que se fuese y se apartase de Natsu. Que se quedase con todos los abrigos del mundo si quería. Natsu sería el suyo. Cuando todos empezaron a recoger y ella se quedó de pie, tiritando, y buscando algo en lo que ayudar, Natsu se le acercó. —¿Por qué has hecho eso? –Lisanna lo había gritado primero. —se encogió de hombros. —No es cierto. —dijo— yo oí vuestras voces. No puedes engañar a mi oído de dragon slayer, lo dijiste tres décimas de segundo antes, de hecho. —Ambos sonrieron. —Ella parecía tener mucho frío. —Natsu rió. —¿Y tú no? —Para nada. —dijo entre una tiritona que no escapó a los ojos del pelirrosa. Y Lucy lo sabía. Así que se escabulló como pudo antes de tener que dar alguna explicación más. —Eh, ya van a verse los cerezos como arco iris, así que si me disculpas... —antes de que el pelirrosa respondiese ella ya se había alejado todo lo posible de él y se acercó al árbol para el espectáculo. Con la caída del sol y de la primera hoja, ella se abrazó a sí misma deseando que fuesen otras manos quienes lo hacían. Con los pétalos brillando en arco iris ante sus ojos sintió un agradable calor rodear su cuello y unas manos posicionarse sobre sus hombros. —Qué valiente. —susurró en su oído. Un escalofrío recorrió su espalda y está vez no fue a causa de la tiritona. Escondió su cabeza entre la bufanda de escamas de Igneel que ahora llevaba al cuello. —¿Por qué? —se atrevió a susurrar pues sabía que de todos modos el oído de su dragon slayer lo alcanzaría. —Por huir de mí... —el cuerpo de Natsu de pegó más al suyo, para susurrar más de cerca.— Y por volver a mentirme otra vez. —Lucy abrió los ojos como platos, recordando. —Dime, Luce —susurró su nombre de tal manera que a la rubia se le detuvo el corazón— ¿A caso has olvidado lo que pasa cuando me mienten? ¿Tengo que recordártelo? Ella negó rápidamente con la cabeza. El primer día que le mintió a Natsu, creía recordar que fue al decirle que estaba enferma y no podía verle, cuando simplemente había empezado a darse cuenta de sus sentimientos por él; ella casi pierde su virginidad. Nunca había estado tan caliente en su vida como ese momento. En secreto lo guardaba como el mejor día de su existencia: El pelirrosa se enteró de que Gray y Happy la habían visitado, llegó a su casa en un segundo y le dio un susto de muerte. Sus ojos estaban rojos de la rabia, pero al verla se calmaron y se convirtieron en gatitos. Le exigió la verdad amablemente y ella mantuvo su mentira. Luego todo se volvió un manos acariciando sus piernas, mordiscos en el cuello y aliento en los oídos mientras él susurraba. Casi lo hacen. Casi... se besan. Casi pasan al último nivel. Luego Levy llamando a la puerta los interrumpió y al día siguiente se comportaron como si no hubiese pasado nada. Pero casi. —Dime, Natsu. —ella empezó a tartamudear.— ¿Haces eso con todas las chicas que no dicen lo que quieres oír? Natsu rió en su oído y ella se dio por acabada, muerta, finiquitada. Enamorada. Y no sabía qué era peor. El dragón olfateó dos veces. —Huelo celos por este lado.—dio la vuelta a Lucy y la obligó a mirarlo— Y por este. Ella desvió la mirada. No quería verlo, no quería que la viese así. —Hagamos un trato. —Él comenzó y la cogió por la barbilla.— Tú me miras con esos preciosos ojos que tienes y me dejas dejar de contenerme. Y así en cuánto termine este festival, nos vamos a tu casa y hacemos el nuestro propio. —Sonrió y se inclinó hacia delante, esperando que la rubia aceptase porque no creía ser capaz de mantener el fuego que sentía por ella calmado mucho más tiempo. ¡Cómo la necesitaba! ¡Lucy Heartphilia debería estar prohibida!— Tendremos hasta fuegos artificiales, gritos de... Felicidad. Y sobre todo, no tendrás ni una gota de frío, porque Luce —terminó de pegarla cara sí, como si fuese a besarla, pero sus labios se movieron a su oído— voy a hacer algo más que besarte. Ella, levemente, asintió.
Me encantó, con todo y ooc en los personajes, fue adorable y si, lograste que viera las escenas que queria y que sonriera. Me agradó tu manera de escribir, espero verte más por este foro, se que me traerás sorpresas. No percibí alguna falta, maneras bien las palabras, gran trabajo. Saludos.
¡Muchas gracias por gastar un poco de tu tiempo leyendo lo que escribo! Era mi primer one shoot, y bueno, para los primeros decidí hacerlos como a mí me gustaría que fuesen las cosas, ¡mil perdones por el ooc! Será un placer seguir por aquí y ajustarme más a la verdadera personalidad de los personajes. ¡Gracias por leer!