Historia larga Alas en el espacio

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por patrinas, 26 Febrero 2017.

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    patrinas

    patrinas Entusiasta

    Capricornio
    Miembro desde:
    16 Diciembre 2011
    Mensajes:
    89
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Alas en el espacio
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1409
    "Todo empezó uno de aquellos días en los que yo no era consciente de nada, dentro de aquella nave de nombre Madrid."

    Aquel día un muchacho se levanto de su redonda y ovalada cama, como siempre había hecho, recorrió la habitación hasta la puerta y se dirigió al baño, solo basto un chasquido para que la tapa del inodoro se levantara, 2 chasquidos mas, harían que se accionara la cisterna, justo después la tapa se cerraría. Al terminar fue a la habitación que se encontraba enfrente de la suya y llamo sin perder tiempo.

    —¡Yire! es tarde—. La puerta se abrió dejando ver a un niño de 8 años de edad,
    —Ya lo se Yahe.

    Ambos bajaron las escaleras dirigiéndose a la cocina donde su madre ya estaba metiendo los dichosos platos cuadrados en aquella maquina cuadrada.

    La cocina solo constaba de la nevera, el lavabo, el microondas, un lavavajillas pequeño para los vasos, la lavadora y la secadora, con una mesa y sillas.

    La madre cogió una botella naranja de la nevera y lo echo en 4 vasos, al cabo de un rato los 4 individuo habían desayunado esa sopa espesa de lo que parecía un mejunje de cereales con leche más el vaso de zumo.

    Entonces los adultos se levantaron y recogieron todos los cacharros, las bandejas las amontonaron en un lado, y los vasos fueron al lavavajillas.

    —Cuando cumpla trece años dentro de 6 meses podre ayudarte, papa.
    —A mi me gustaría que te enfocaras en sacar buenas notas, podrías optar por pertenecer a las altas esferas.
    —Tu padre tiene razón, mejor altas esferas que trabajo de campo, no solo lo digo por el trabajo en si, si no también por el futuro—Expresó apenada.

    No dijeron ni una palabra más, todos se despidieron y los padres se fueron, entonces salieron de casa.

    Eran dos calles de casas, cada fila constaba de unas 5 viviendas que solían recordar a las de la tierra, el cielo si se podía llamar así, era una cúpula plateada y cilíndrica.

    Cada casa tenía unos 4 pisos, contando una azotea, el primer piso era un pasillo desde que se entraba hasta el final donde había un ascensor circular y transparente, a la izquierda estaba el salón, que constaba de una televisión, una mesita y un sofá, a la derecha la cocina de la que ya se ha contado, subiendo a la segunda planta había dos habitaciones y un baño, mas una puerta que llevaba a una terraza, la mitad de grande que un piso entero, en el siguiente piso se encontraba una gran habitación con un gran baño, la cama también era ovalada y en cada lado tenía un botón.

    Los chicos subieron en el ascensor y se fueron a sus respectivos cuartos, Yahe se metió entonces en su armario y presiono un botón cerrando los ojos y extendiendo los brazos, al cabo de unos segundos ambos se habían despojado del pijama y estaban vestidos con la ropa que usaban a diario, volvieron a bajar en el ascensor y salieron de casa para reunirse con los chavales de aquella gran sala.

    Los niños a menos que tuvieran menos de 4 años estaban solos desde por la mañana hasta las 12 de la mañana cuando tenían que tener clase, y todos los niños tenían edades comprendidas entre los 6 y los 12 años.

    Ambos hermanos caminaron por el camino hasta donde se encontraban varios niños, saludándoles.

    —Chicos, ¿Alguien sabe si alguno de los que viven aquí trabajan para las altas esferas?—Expreso Yahe pensando en la contestación que su padre le había dado
    —Mi papa me dijo que ellos tienen otras viviendas—Dijo una pequeña niña de 6 años llamada Hisan.
    —Yo preferiría trabajar en el terreno abasteciéndoos de comida, y Yahe, voy a trabajar con mi padre antes que tu—Expreso divertido en tono de burla un chico llamado Harli.
    —Lo se, aunque solo nos llevamos dos meses, pero mi madre me ha dicho que estudie, pero no es como otras veces, me ha dado la impresión de que sabe algo.
    —Coincido contigo hermano.
    —Baf, será lo típico, cuando se trabaja para las altas esferas dicen que se tiene muchos lujos y será por eso que tu madre lo dice—Dijo un chavalín de 7 años llamado Jaiver.
    —Hoy daremos como la tierra hizo pum, ¿No?—Comento la pequeña Hisan
    —Si, el como la tierra colapsó.—Le contestó Kiloer, a su hermana Hisan mientras le acariciaba su rubia y verdusca cabellera.
    —¿Jugamos al Futol?—Preguntó otro de los niños con una pelota en la mano.
    —Vale
    —Si
    —Me apunto
    —La ultima vez fueron tres niños de portero. ¿Qué tal si hoy son 2 en cada lado?

    Todos asintieron y comenzaron a jugar hasta que una alarma resonó en todo el habitáculo, todos se despidieron y los 2 hermanos volvieron a casa, subieron a sus respectivos cuartos y se tumbaron en sus camas, presionaron el botón al lado de la cama y un cajón se abrió dejando ver unos extraños botones y unas gafas, acto seguido se puso Yahe los botones en los oídos, y se acomodo las gafas, bajo los brazos y dio la señal de voz que hacia que se conectara a la clase.

    —Ya estáis todos—Asintió una voz grave antes de que empezara el cortometraje.

    "La tierra era un planeta del sistema solar donde vivíamos hace 200 años.
    Aquel día, 22 de marzo de 2095 unos temblores en ciertas partes del planeta alertaron que le quedaba poco para el fin de este, el calor cada vez era mas fuerte, y los polos que anteriormente estaban congelados ahora eran agua, gracias a que ya había suficiente investigación cada país tomo la decisión de enviar cuanta mas gente pudiese al espacio, gracias a eso para el día de la catástrofe, 13 de diciembre de 2097 estábamos lejos de la tierra, aun así seguimos el proceso de destrucción.
    La tierra se agrieto y gracias al contacto de la lava, el agua y el núcleo de la tierra, al final esos cambios químicos hicieron que la tierra explotara en mil pedazos, desde ese momento diferentes naves siguen viajando para encontrar un planeta apto para la vida humana dentro de la galaxia en la que actualmente nos encontramos. "


    —El examen es dentro de tres días—Dijo la misma voz que antes habían escuchado, acto seguido una voz metálica resonó en los botones—Guardando información, reproducible en cualquier momento, pista 2334.

    Yahe se quitó las gafas y los auriculares y los metió en el cajón, de seguida se incorporo y se dirigió al pasillo encontrándose con su hermano pequeño.

    —¿Y si vamos a donde esta papa? Aun no volvieron y me encanta el olor de los frutales—Sugirió el hermano pequeño a lo que el mayor acepto.

    Volvieron a salir de casa y se dirigieron hacia uno de los portones del habitáculo, al abrir ambos sintieron una mezcla de fragancias que no se podía describir, para los adultos, aquello no olía nada, pero para esos jóvenes que no estaban acostumbrados era una gozada.

    Los hombres ya estaban ordenando las herramientas, al acabar de ordenar se iban dirigiendo uno por uno a un ordenador que se encontraba en la pared, en ella ponían un dedo durante unos segundos y al terminar aquello se marchaba.

    Por otro lado, las mujeres no trabajaban allí, pero esto para los jóvenes niños era como un secreto.

    —¡Chicos!—llamó levantando la mano el padre de los niños.

    Un rato más tarde la madre entraba en casa viendo como el padre y los hijos hablaban en el salón, estos les explicaban a su padre la lección de ese día, como si el padre no hubiera tenido una lección igual en su infancia, pero aun así los escuchaba de manera atenta.
    Esta aprovecho para calentar 4 bandejas más, iguales a las que había calentado aquella mañana, para comer.

    -¡Chicos a la mesa!-Llamó sin vacilar mientras escuchaba parte de la conversación.

    Cuando hubieron terminado los adultos se fueron de nuevo a seguir trabajando mientras los niños salían a jugar hasta que era la hora de cenar, para ese entonces los adultos volvían, al finalizar aquello la madre subía y daba las buenas noches a cada hijo.

    —Yahe buenas noches—.Dijo la madre sentada en la cama de su hijo observándolo.
    —Buenas noches mamá.
    —Me encantan tus ojos rojos y tu pelo castaño.
    —A mi también, pero también me gustan los ojos amarillos de Yire, y los ojos amarillos verdosos de papa, y más importante, tus ojos color ámbar.—Relato con sinceridad.
     
    Última edición: 26 Febrero 2017

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