Al borde de la muerte... Y tu sigues sin fijarte en mi ( Sasusaku)

Al borde de la muerte... Y tu sigues sin fijarte en mi ( Sasusaku)

Espero que disfruteis mi nuevo Fic...

CAPÍTULO 1: CONOCIENDO A MI ENEMIGO.

Cada día es igual de aburrido, sin confianza, sin amor, sin amistad… Una basura vamos. ¿ Porqué la gente es así? ¿ Acaso porque saben que me voy a morir dentro de poco es justificante para no hacerme caso? No lo creo. Y para colmo, porque soy menor de edad y obligada por la maldita seguridad social tengo que mudarme a otro puñetero internado lejos de todo lo que conozco. Aunque para ser sincera eso me importa más bien poco.
Mi vida pende de un hilo, y según los médicos me moriré dentro de un año aproximadamente, por eso la gente se aleja de mi, no quieren forjar una amistad conmigo para luego echarme de menos o sentir dolor, prefieren que únicamente lo sienta yo y listo… Imbéciles de mierda.

Cogí el tren de velocidad hacia el instituto Konoha a las 11 de la noche, sin ganas, con indiferencia. Total, ¿ Qué más daría morirme en un sitio o en otro? Nada.

Noté una brisa calida que zarandeaba mi extraño cabello rosa natural de un lado a otro; Me llamo Sakura Haruno tengo 17 años… Soy una chica lista y… No acostumbro a llevar ropas de pija, ¿ Cómo explicarlo? Soy más de vaqueros. Le cojo rápidamente confianza a la gente y soy muy alegre ( aparentemente) En realidad soy fría, mas fría que un témpano de hielo, y eso es culpa de lo que la muerte ha hecho con mi antes cariñoso corazón; lo ha amordazado con las cuerdas del destino, y dañarlo, para así dejarlo en estado de putrefacción. Pero mi vida es así y por lo doloroso que parezca, yo soy así.

El conserje me brindó una calida sonrisa y yo le respondí con ganas, estaba segura de que cuando el supiese en que condiciones estaba me apartaría de su vida, pero mientras tanto le hice caso a eso de Carpe Diem: aprovecha el momento, eso era al fin y al cabo lo mas importante para mi; aprovechar todo cuanto tenia.

-La señorita Haruno, supongo.- Me saludo cortésmente, como si yo fuese superior a el. Cosa que aborrecía, al igual que aborrecía ser la única heredera de la fortuna Haruno. Aunque os parezca extraño, yo no quería lo material… Preferiría sentir amor…

-Solo Sakura gracias. A y no me trate por usted, al fin y al cabo tu y yo somos iguales.- Le dije con naturalidad, a lo que me respondió con unos ojos chocolates abiertos de par en par.- Por cierto, ¿ Cómo te llamas?- Le pregunte para romper el hielo.

- Me puedes llamar Dem, encantado.- Le mire con interrogación, como preguntándole a que venia aquella mirada de incredulidad.- Los ricos no me suelen tratar como tu Sakura.- Dijo por fin entendiendo mi pregunta.

Cogió mi única maleta con una mano y me dijo- ¿ Vamos?- A lo que yo respondí con un simple movimiento de cabeza a modo de afirmación.

- ¿ Así que son todos unos engreídos eh?- Le dije con el autoestima por los suelos, contemplando el enorme jardín que constituía la entrada de el gran internado.

-Te equivocas.- Comentó en voz baja como acordándose de algo.- No todos son así, mañana vendrán Naruto y sus amigos, yo te los presentaré, os llevareis bien.

No sabia porque pero el tal Dem me brindaba una seguridad extraordinaria, y cuando entramos por las inmensas puertas plateadas de mi prisión para el resto de mi vida no pude evitar preguntarle.- ¿ Alguna recomendación antes de que meta la pata?

-Mmm…-Se quedo pensativo durante varios segundos.- Sí, ni se te ocurra hacerte amiga de Himako y sus sirvientas… y… Tampoco le prestes atención a Uchiha Sasuke.

- ¿Prestarle atención?- Pregunté confusa.

-Exacto. Todas las chicas que vienen a este instituto se enamoran de el casi sin conocerlo.- Me miró, para ver cual seria mi reacción, y yo le hice una seña para que continuase.- Juega con todas las chicas que estén a su lado, juraría que les a quitado la virginidad a más de la mitad de las chicas de este instituto.

Lo miré boquiabierta, estaba claro que yo ya no podría sentir amor por nadie pero… Utilizar así a las chicas me parecía un acto vandálico por no hablar de las chicas… ¿ Eran prostitutas o que?

De repente el conserje abrió la puerta de mi nuevo apartamento, individual claro. Era grande y espacioso. De dos pisos con balcón, un baño, cocina, salón y en el piso de arriba, mi habitación, la sala de estudio y un jaccuzi. ¡ Bueno! Aquí podría llevar los días que me quedaban con total relax.

-Por cierto tus ojos son preciosos.- comentó a modo de despedida.

- Gracias- Le respondí alagada. Todo el mundo me decía lo mismo al ver mis enormes orbes verdes, según la gente te abducían, pamplinas.

El conserje se fue y yo subí a mi habitación; tenia cristalera y un amplio balcón. Era de color verde claro, pero no demasiado llamativo. No pude pensar en más cosas, me tire a la cama y quede rendida.

Oí mi asqueroso despertador a las seis de la mañana y juro que tuve ganas de mandarlo a tomar viento. Me desperecé, me duche y me limpié. Quería dar buena impresión el primer día, no había uniforme así que cogí unos pitillos negros, unas converses del mismo color y saque una camiseta de tirantes rosa palo del cajón, junto con mi inseparable cinta roja agarrándome el cabello.

Salí de mi habitación a las siete para que me diese tiempo de conocer las instalaciones antes de clase. Visité el campo de football (donde no pude evitar meter uno que otro gol), las canchas la cafetería y me paré en los jardines. Eran hermosos… Había cierta fragancia de nenúfares que no podía despegar de mi nariz, y embelesada por el fragante aroma, llegué a la casita del conserje.

Miré por una ventanita que había al lado izquierdo de la caseta, y pude observar dos chicos, uno de pelo rubio, manchas extrañas en la cara, que inevitablemente compare con un zorro, y de unos bonitos ojos azul mar que me hipnotizaron.

El otro tenia el cabello color azabache, al igual que los ojos y tenia la piel tan pálida como yo… Que extraño.

Después pude observar que hablaban con Dem, y para no espiarlos decidí picar la puerta, haber si podía hacer amigos antes incluso de que empezaran las clases.

La puerta de madera se abrió y dejo ver a Dem invitándome a pasar, me colocó delante de sus invitados y me presentó.- Ella es Sakura Haruno, llegó ayer a la noche y espero que la tratéis bien chicos.

El chico zorro me cedió una sonrisa, y cuando mire al otro, vi cierta curiosidad en su rostro, pero nada del otro mundo, se veía que el era un iceberg… Pero todo hay que decirlo, un iceberg atractivo. Se me enrojecieron las mejillas al pensar esto ultimo y el sonrió divertido.

- ¡ Yo soy Naruto!- Dijo el rubio hiperactivo y me cogió la mano, como diciendo: ¡ BIENVENIDA!
- Sasuke - Dijo el otro con un tono bastante frío, pero igualmente aterciopelado y profundo, y me miró con asco rechazando así mi mano. Y sin querer me volví a sonrojar, pero esta vez me sonrojé de ira.

- Bien, pues vamos yendo al Inter, que ya va siendo hora de que empiecen las clases.- Dijo Dem arrastrándonos fuera de su cabaña.

Lo miré extrañada, Pensaba que el conserje solo era el encargado de cuidar los jardines y vigilar la puerta de la entrada. El me miro comprensivo y me explico:

- Últimamente, he tenido que trabajar en mas cosas que de normal, porque dentro de nada voy a ser padre; y como sabrás… Eso hay que pagarlo.- Me dijo bastante feliz pero con una notable pesadez en sus palabras, como si estuviese pensando que aquel iba a ser un día muy pero que muy largo.

- ¡ Felicidades!- Le dije, con una sonrisa de oreja a oreja y abrazándolo con fuerza.

Este se sorprendió un poco, por el acto que acababa de llevar a cabo, y me miro sorprendido.

- Jaja, la verdad, es que en tan poco tiempo que te conozco te he cogido bastante confianza.- Le expliqué sonrojada, por lo directa que a veces era.

- No te preocupes la verdad es que tu también me has caído a las mil maravillas.- Respondió el otro alagado y agarrándome por los hombros.

Entonces Naruto se acerco con segundas intenciones, y nos aprisiono a los dos en un abrazo mortal, del cual no se como pude escabullirme.

- ¡ Basta ya de tonterias!- Dijo Sasuke en tono serio, así cortando por completo nuestro buen rollito.

 

Re: Al borde de la muerte... Y tu sigues sin fijarte en mi ( Sasusaku)

- Jaja, ¡ alguien tiene envidia de no poder mostrar sus sentimientos!- Rió divertido Naruto intentando sacar de sus casillas a Sasuke, cosa que logró porque lo miro con ira y le dijo furioso:

- ¡ Cállate dobe!

- Jaja, si lo dice usted señor orgulloso tendré que pensármelo…- Siguió el jueguito el chico zorro.

- Vale, vale ya basta chicos- Dije separándolos el uno del otro con ayuda de mis manos- No os matéis.

Los dos se miraron detenidamente, y entonces fue cuando pensé eso de, Si las miradas matasen…

- Maldita sea, Sakura, estoy yo aquí intentando poner orden entre estos dos desde hace casi dos años, y tu vienes hace nada y ya has arreglado sus conflictos.- Nos miro Dem sonriendo incrédulo.

- Este yo… Perdón- Musité bajando la cabeza y separando mis brazos de donde estaban.

Naruto se acerco a mi y me dijo:

- Que mona estas cuando te sonrojas.

- ¿ No te hagas la pobrecita vale?- Dijo Sasuke caminando hacia delante, dejándome helada y con un deje de tristeza en mi hace pocos segundos feliz rostro.

- Oh vaya, ¡ No seas aguafiestas imbécil!- Le replicó Naruto para que volviese.

- Pues no hay nada que hacer.- Me dijo con una mueca de fastidio en su rostro, y después acercándose a mi para darme un beso en la mejilla, y seguidamente decir:

- No se lo tomes en cuenta Sakura-chan, nos vemos.- Y seguidamente hecho a correr justo por detrás del cubito.

- Bueno pues que se le va a hacer.- Pensé en alto con una cara triste.

- Como ha dicho Naruto.- Me dijo Dem con un tono amable.- No se lo tomes en cuenta; a, y no le hagas demasiado caso, este es el chico del que de hable a noche.

Lo mire sorprendida, que fuerte. ¿ Este chico les había quitado la virginidad a la mitad de las chicas del internado? No me lo creía. Bueno, por lo menos hoy no había perdido a un posible mejor amigo. Sino que había conocido a un posible peor enemigo- y al pensar en esto sonreí inconscientemente.

- Sakura, ¿ Te ocurre algo?- Pregunto Dem mirándome sorprendido por la cínica sonrisa que se había extendido a lo largo de mi rostro.- ¡ Llegarás tarde a clases!- Me recordó, y de repente, como activada por un aparato autocontrol, Salí disparada haciéndole señales con el brazo a Dem, a lo que este sonrió divertido

Perfecto, el primer día en el asqueroso internado y ya llegaba tarde.

Suspire abatida.

Entré por una puerta de metal que se extendía en frente mío, y de repente unas veinte miradas me avasallaron con curiosidad, el profesor me sonrió calidamente y se fue acercando a mí poco a poco.

- Bien chicos, esta es la nueva alumna.- Me miró sin demasiado entusiasmo pero con su sonrisa de antes todavía plantada en la cara.- Hola, soy Kakashi, seré tu tutor y el profesor de sociales. ¿ Podrías hacer el favor de presentarte por favor?

- Esta bien, me llamo Sakura Haruno… Y bueno, encantada de conoceros a todos.- Saludé bastante nerviosa, mientras unos misteriosos ojos negros se clavaban en los míos.

Miré al profesor sin saber que hacer, este lo único a lo que se dignó fue a sonreírme con ganas; era bastante joven para tratarse de un profesor, tenía el pelo de un color gris sin canas y un ojo y el resto de la cara tapados por una extraña mascara, así que no se porque extraña razón pude percibir su sonrisa.

- Bien haber… Te sentarás al lado de Ino, espero que os lleveís bien.- Dijo Kakashi-sensei sentándose en su silla con elegancia.

Fije mis ojos en una chica rubia de ojos azules que me saludo desde su asiento, pensé que aquella devia de ser la tal Ino y me acerqué a ella tranquilamente.

- Hola Sakura, soy Ino… ¡ Encantada!- Me dijo la rubia abrazándome con ganas, a lo que no pude evitar sonreírle abiertamente.

- Aquí hay dos sitios libres.- Le dije un poco dudosa.- ¿ Dónde me siento?

- Yo que tú me sentaría en el de la derecha, a no ser que quieras sentarte al lado de ese tipo.- Me recomendó Ino señalando al Uchiha con la cabeza.

- Esta bien.- Asentí yo sentándome en el sitio que me había indicado mi nueva amiga. No pensaba sentarme al lado de aquel estúpido, no claro que no.

- Chicas haced el favor de callaros que la clase ya ha dado comienzo.- Nos pidió Kakashi-sensei mientras se acercaba a la pizarra y empezaba a escribir algo sobre la segunda guerra mundial.

- Que rollazo.- Murmuró Ino acomodándose en la silla.

Me reí bastante, quizás la estancia en este internado no sería tan desagradable, lo único que tenía que hacer era no contarle mi pequeño pero terrible secreto a nadie, no, solo se darían cuenta de aquello tarde, demasiado tarde.

`Ding, dong´- Sonó la campana indicándonos que la primera clase se había terminado.

- Por fin.- Me dijo Ino sonriente mientras recogía las cosas.- Ahora te presentaré a mis amigas, en la próxima clase coincidimos con ellas.

- Y, ¿ De que es la próxima clase?- Pregunte echa un lío, porque el papel que me dieron en conserjería estaba demasiado borroso y no lograba leer nada de lo que ponía en el.

- Uh, tenemos Alternativa.- Reconoció con alegría.

- Alterna… ¿ Qué?- Inquirí todavía sin entender nada, no habia escuchado aquella palabra en la vida.

- Alternativa, osea hora de ver películas.- Dijo llevándome arrastras por los pasillos de aquella gigantesca escuela.

- Que raros que sois.- Dije cuando entre por fin a la clase de la tal Alternativa, viendo una enorme sala de películas, vamos un cine con butacas y todo.

- Por algo me encanta esta clase.- Me respondió mirándome con diversión.- El problema es que hay que llegar pronto porque sino los mejores sitios ya están ocupados.

- Claro.- Afirmé con una gotita en la frente.

- Nos sentaremos aquí.- Dijo Ino bastante contenta por el sitió que había encontrado.

- ¿ Oye y no vamos a esperar a tus amigas?- Le pregunté dudosa.

- Oh no te preocupes, después de la clase que han tenido seguro que una se habrá desmayado…- Dijo tranquilamente con pesar.

- Entiendo.- Dije cada vez más extrañada, ¡ Qué raras eran las personas de aquel internado!

- Bueno, ¿ Y que película se supone que vamos a ver?- Le volví a hacer otra pregunta a mi amiga, que parecía que ya le estaban agobiando demasiado mis preguntas.

- Bueno oye, ¿ Y porqué no esperas un poco hasta que empiece la película?- Me aconsejó echándose para atrás en su asiento.