Aichi Nagoya

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 6 Septiembre 2020.

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    Amelie

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    La ciudad de Nagoya es la capital de la Prefectura de Aichi.
    Es una ciudad de comercio marítimo, la ciudad más importante y prolífica en este rubro. Sus comercios no se limitan a una sola materia prima, exportan e importan distintos elementos por todas partes de Japón.
    Está fortificada y amurallada; se divide en dos secciones, el área local y el área militar; para ingresar a esta última se debe contar con las suficientes monedas.
    A diferencia de otras ciudades, Nagoya es conocida por su gremio de comerciantes; a pesar de que cada grupo siempre competiré con otro por las ganancias, son regulados por un gremio para evitar desabasto o monopolio.




    Gobierno:
    Una ciudad envuelta en riqueza, con un gobierno bastante bélico.
    Se dice que a la mínima provocación, su señor Feudal se levantará en armas.





    Mercados:
    Cuenta con 4 mercados en toda el área local, ninguno tiene una especialidad, todos son variados; son cuatro únicamente para que las personas en la ciudad no deban desplazarse tanto, Nagoya está planeada para sus habitantes de una manera especial.
    La diferencia entre los mercados es el grupo de comerciantes, los cuales responden a un mismo gremio.



    Puerto:
    El puerto está en el área local; muy cerca del Shukusha para que los visitantes no deban recorrer todo Nagoya para buscar un sitio dónde descansar.
    Es de lo sitios con más flujo de habitantes, tanto comerciantes, como viajeros.



    Locales Área local:
    Shukusha:
    El hostal está justo en la entrada general a Nagoya, perfecta para recibir instantáneamente a los visitantes tanto de tierra como de mar.

    Santuario: Budista. Se dice que un viejo monje que recide allí convenció al señor feudal de adoptar esa religión sobre la sintoísta. A pesar de ello no ha quitado el arco sintoísta de la entrada, esto lo hace para recibir a aquellos japoneses que aun practican esta religión.

    Casa de Armamento: Con uno de los mejores herreros de todo Japón.

    Dojo: Sitio perfecto para entrenar kenjutsu.

    Comercios: Cada uno ofrece algo típico de Nagoya, sólo aquellos que buscan el arte de la cocina se acercan a cada uno de ellos.

    Clínica: Alejada de los tumultos y grandes aglomeraciones, el sitio fabrica su propios ungüentos los cuales son vendidos en los mercados locales; muy pocas personas acuden directamente a la clínica a menos que necesiten algo específico.

    Herbolaria: Uno de los sitios más enigmáticos de Nagoya, se dice que su dueño es ciego. La mayoría de las personas se mantiene alejado de aquel sitio, no sólo por su peculiar dueño, sino también por la distancia que se debe recorrer para llegar allí.


    Locales Área militar:

    Oyaji:
    Casa para huéspedes con mayores posibilidades económicas

    Dojo militar: Sitio focalizado al entrenamiento de los defensores de Nagoya. Se dice que un viejo clan lo controla.

    Cuartel militar: Es un sitio al cual ciudadanos o visitantes no pueden accesar, sólo está destinado para la guardia de Nagoya y ciertos guerreros especiales.

    Castillo: La edificación más grande de Nagoya, un sitio destinado a la nobleza únicamente. El señor Feudal de Aichi vive en sus interiores junto a su familia
     
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    Amelie

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    El recorrido de la prefectura de Mie a la de Aichi había resultado bastante tranquilo, avanzaron evitando caminos comunes para evitar ser nuevamente rastreados, una sugerencia muy buena de Misato, la cual había resultado bien hasta que llegó el medio día de su segundo día de viaje. El recorrido se tornaría caótico. Recorriendo los grandes caminos de Aichi se vieron en una situación complicada a una relativamente cercana distancia de su objetivo, Nagoya. Un río se desbordó a su lado y sintieron todo el poder de la naturaleza arrasando con sus cuerpos. Matsuda logró sujetar a Kuroki del cuello del kimono con fuerza, mientras ambos eran arrastrados por la fuerza del río, extendió su mano para intentar alcanzar la mano de Misato, la sostuvo por unos instantes mientras ella se aferraba del hombro de Daichi y Heya del brazo.
    Misato sabía que aquel agarre no duraría, Matsuda no quería soltarlos pero una bifurcación golpeó el brazo de Matsuda provocando que estos se soltaran. Misato, Daichi y Heya siguieron por un flujo de aquel río, mientras Matsuda y Kuroki por el otro. Antes de perderse Matsuda gritó con todas sus fuerzas.

    —¡¡¡FUJI!!!—

    Por un momento pensaron que gritaba el nombre de su amada como los hombres que mueren en el mar; pero posiblemente se refería a su siguiente punto de encuentro ahora que el destino deseaba burlarse de ellos separándolos. Fuji era una ciudad en Shizuoka.




    Al salir de la fuerte corriente pudieron arrastrarse por el suelo para salir, estaban cansados y desgastados. Matsuda revisó a Kuroki le indicó que era importante revisar sus katanas, quitarles la posible humedad que se filtró en la saya, los papeles de arroz que cargaba para limpiarla eran inútiles y sus ropas estaban igual de humedecidas. Así que le propuso a Kuroki practicamente desnudarse mientras sus ropas se secaban al sol lo mismo sus armas.

    —Ya esto es una situación fatal, no pienso hacerla peor enfermándome — dijo tirándose en el pasto —Maldición... perdí a la mitad de mi equipo, en verdad no nací para guiar a nadie — dijo desanimado.

    Así esperaron antes de dirigirse a Nagoya, con ropas secas y sin ningún tipo de enfermedad, sólo con la incertidumbre, esperando que Misato, Daichi y Heya estuvieran bien.

    Entrar a Nagoya fue costoso, la ciudad era amurallada y cobraba por su entrada, de esta manera podía segir gozando de su seguridad interna, el sitio era más grande de lo que pudieron imaginar, y ahora que sólo eran dos aquello parecía envolverlos en un movimiento acelerado de personas, que los empujaban, ya que ellos ya sabían a dónde se dirigían y ustedes estorbaban.

    Un guardia se acercó a ustedes y les señaló direcciones hasta el Shukusha local.
     
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    Kuroki Fusatada

    Ahora toy solito... Menudo caos, menuda suerte, me odio xD ya sé que no hice yo la tirada pero esperaba cualquier caos menos esto jaja me encanta...

    Comenzamos a partir de Iga para dirigirnos a Nagoya, la capital de Aichi. Todo fue en perfecto órden, conversábamos en momentos y nada había estado interfiriendo, lo mejor es que parecía que esta vez los Taira no tenían ni la menor idea de que estaríamos por ahí rondando, todo va viento a popa.

    Pero como algunos dicen, la vida es una telenovela de desgracias y lo que pasamos esos dos días fue solo un comercial de felicidad. Porque cuando estuvimos por alcanzar la meta, el río se desbordó y nos tomó como una fiera consiguiendo derrumbar a su presa con una fuerza que era simplemente imposible de eludir... Santo cielo.

    No evité gritar mas para intentar llamar la atención de mis compañeros, sumado al miedo y agobio. Pero las vueltas, el agua y el propio río eran poderosos. Cuando menos me di cuenta una mano me sujetó, era Matsuda quien a duras penas consiguió aferrarse a mi por el cuello de mi kimono, mientras intentaba ordenar mis ideas, pues realmente esto lo conocía ya que se me da nadar. Vi que la mitad del equipo estaba lejos de mi alcance, solo pude sujetarme con fuerza de Matsuda para fortalecer la unión de ambos, aunque una roca se atravesó, el cual si bien el golpe no fue grave, eso bastó para separarnos y poco más de la mitad quedamos separados.

    —¡¡Dios!! ¡¡¿Porqué burlarse de nosotros?!!—fue lo que pude exclamar antes de escuchar a Matsuda gritar "Fuji". No entendía muy bien esa intención pues seguimos siendo arrastrados, yo solo pude seguirme sujetando de Matsuda hasta que más temprano que tarde conseguimos ir desviándonos poco a poco a la par que las aguas iban calmándose, de a poco conseguimos arrastrarnos por los suelos como viles indigentes sin ni una pizca de comida encima. Hasta que no podía dejar de toser y me quedé en el suelo, inclusive vomité un poco debido a la cantidad de agua, pero nada grave, respiré agitado hasta que momentos después con gran trabajo me levanté sobre mis brazos y piernas, Matsuda se levantó y me revisó, hasta que técnicamente hicimos el proceso para desnudarnos y secar todo, sumado a nuestras armas.

    Pasado el tiempo, me senté en el suelo, para escuchar su comentario, claramente desanimado. Por lo que le dediqué una mirada triste, para poco después acercarme a gatas hacia él y abrazarle. Sin importarme si eso le incomodaría.
    —H-Hey... No es tu culpa, sé que esto es grave pero la naturaleza nos ha jugado una broma de muy mal gusto, no estaba en tu poder preveer eso—. Dije claramente triste.
    >>Eres un gran líder Matsuda. Recuerda que los mejores guerreros pasan por las pruebas más duras, y yo digo que este viaje es uno de ellos. Vamos, no decaigas. Hay que permanecer juntos de ahora en adelante, podremos lograrlo. Vamos, sabes que cuando quiero algo lucharé por conseguirlo aunque se me vaya la vida en ello. No me dirás que no—. Reí refiriéndome a los constantes intentos para ingresar al Dojo, tratando de animarle.

    Aún agobiado, tenso y ciertamente triste y preocupado por el bienestar del resto pues el arrastre fue muy agresivo. Fue momento de revisar las vestimentas y las armas, todo parecía estar en órden, por lo que nos vestimos con normalidad, aún adolorido por el tremendo esfuerzo que requirió soportar ese viajecito, regresamos. Minutos mas tarde llegamos a Nagoya, sin mayor drama de por medio.

    El tamaño de la capital era mucho más enorme de lo que imaginábamos, tanto que nos sentíamos ridículamente pequeños, más aún solo siendo nosotros dos. Tuvimos que pagar para ingresar, fue muy incómodo sentir los empujones ya que todos ahí parecían tener metas en concreto, menos nosotros que claro, estábamos más para explorar que otra cosa. Por lo que ver tremendo sitio admito hasta yo mismo me quedé anonadado, sin saber qué hacer hasta que un guardia se nos acercó y nos dió indicaciones para ir al Shukusa. Bueno, creo que puede ser un buen sitio para comenzar.

    Así, al comenzar a avanzar volteaba de forma casual a los locales, casas y todo tipo de edificación que estuviese cerca. Por lo que en determinado momento le dije a Matsuda.
    —Bueno, Matsuda—. Dije, en realidad quería decirle maestro pero con lo recientemente ocurrido no sabría si podría empeorar sus ánimos debido a que el líder aquí es él.
    >>Vayamos al Shukusa, creo que convendrá saber qué nos puede esperar un sitio como ese cuando sea necesario, sumado a que podría ser un buen primer punto para preguntar qué nos puede ofrecer este sitio. ¿Qué dices?—. Añadí, sonriente a Matsuda dándole toda la vibra positiva que pudiese, ¿estaba preocupado? Claro que lo estaba. Desde que nos separamos en Tsu lo he estado por todos.

    —Solo no hay que separarnos nunca, eso será lo importante... ¡Seremos como padre e hijo!
     
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    —¡Cómo padre e hijo!— no pudo evitar sonreir —Siempre he deseado ser padre —decía con alegría, aquello lo había puesto de mejor humor a pesar de que aun estaba preocupado por la situación, tanto de ellos como del resto —Tratemos de sacar lo mejor de esta situación, si por algo llegáramos a separararnos nuestro punto de encuentro siempre será el Shukusha, no por eso debemos separarnos, no creo que sea prudente estar por nuuestra cuenta—
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    Shukusha (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    Al entrar pudieron notar que el sitio estaba lleno, se acercaron a la recepción sólo para que un hombre los mirara con tristeza —En verdad lo siento, el día de hoy estamos llenos, siempre este día resulta ser un caos en la ciudad. El Día del Señor, siempre es el día más complejo — Matsuda entendía pero estaba decepcionado, aparentemente no podrían dormir en comodidad.
    Mientras tanto Kuroki hacía uso de su habilidad, había demasiada gente en el lugar, por lo que no le fue tan complejo.
     
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    Kuroki Fusatada

    Sonreí ampliamente por el reaccionar de Matsuda, me llenaba de dicha verlo con los ánimos repuestos sin dudas, por lo que seguimos avanzando mientras escuchaba su comentario sobre ser padre.
    —¿De verdad? Mi papá siempre me decía que era algo bello, pero... Bueno, también me decía que aún soy muy pequeño para entender muchas cosas—. Reí apenado —¡Pero no pasa nada! Estoy seguro que lo serás algún día Matsuda, eres una gran persona—. Dije conmovido mientras escuchaba lo otro, por lo que asentí.
    >>Hay que estar juntos sin duda alguna, además, no hay prisa. Temo que en nuestro estado debemos ir con cautela, si lo hacemos bien, no sucederá nada malo como mínimo—. Expresé mientras arribábamos al edificio e ingresamos.

    Al entrar, no tuvimos la mejor bienvenida, al parecer los sitios estaban llenos y eso me hizo musitar triste, vaya. Esto iba a ser incómodo. Dormir en la enterpérie de nuevo.
    —Entiendo, no se preocupe—. Dije de forma comprensiva mientras agudizaba el oído, escuchando los rumores de alrededor, hubieron un par de detalles los que captaron poderosamente mi atención.
    Bueno... Aquí agradezco ser yo el que pudiese estar con Matsuda en una capital tan enorme, los comentarios daban una buena base.

    El señor de Aichi... ¿Eh?
    —Disculpe, tengo una pregunta, venimos de visita pero ahora que usted lo ha mencionado... ¿Qué es el Día del Señor? ¿Es una especie de celebración que llevan a cabo aquí?—. Pregunté, indudablemente curioso y con calma.
     
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    Shukusha (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    El hombre primero miró a Matsuda como con reproche, no podía entender como no educaba a su hijo en temas tan ordinarios como ese. Después miró a Kuroki con tranquilidad —Así se le dice al inicio de la semana, el día del Señor, el día dedicado al Sol. Mañana es Luna, después los siguen los elementos, fuego; agua; madera; metal y tierra— dijo contando con sus dedos los días de la semana —Al menos esa es la manera tradicional de conocer los días — sonrió mientras se dirigía a otra persona que le preguntaba por los horarios de las aguas termales.

    Matsuda tomó por los hombros a Kuroki —Yo tampoco sabía eso— dijo sin temor a sonar poco letrado —Pues bien, no creo que tengamos los recursos para buscar un Oyaji, así que podemos utilizar tácticas estilo Takano — dijo recordando viejas anécdotas, susurró hacia Kuroki —Una vez no teníamos suficientes monedas para pagar el hospedaje en una ciudad cercana a Nara; pero Takano quería dormir en una habitación cómoda y recordó que los pacientes graves en la clínica podían pasar la noche en cuidado, así que obligó a Chikusa a golpearlo —dejó escapar una risa —Acabó tan mal que no recordó la noche que pasó en la cama de la clínica; esa vez hasta Takeda no pudo evitar reir— después suspiró.

    —No quiero que supongas que planeo que nos destruyamos entre nosotros —dijo Matsuda preocupado de que sus palabras se malinterpretaran —¿Qué padre golpearía a tal punto a su hijo? — pensó y prefirió no contestar su propia pregunta —Pero podemos ir a entrenar al dojo local, nos ayudará a la experiencia de combate y nos dará n pase a la clínica— dijo avergonzado —pero eso sería nuestra última parada el día de hoy, ¿Tienes algo más en mente, para el transcurso del día? ¿Una idea que no implique dolor?—
     
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    Kuroki Fusatada

    Me mantuve calmado por el gesto del señor para con Matsuda, no era mi intención pero ciertamente era un dato que me interesaba.
    Escuché su explicación con atención para asentir al final, así que son formas de llamar los días, curioso.
    Luego sentí el agarre de Matsuda para desviar un poco mi cabeza hacia él y escucharle, por lo que no evité reír.
    —Empezamos con el pie derecho, ya nos vamos entendiendo—. Dije entre risas mientras me quedaba parado con calma, como con quién no quiere la cosa para hacer un poco más discreto el detalle del susurro. Por lo que al llegar al final no evité carcajear, vaya. Creo que Takano esta más... extremista de lo que creí, digo. Para ser el estratega eso le daba un toque ciertamente irónico.
    —Un buen descanso se disfruta cuando ni te das cuenta en dónde estás—volví a añadir mientras empezábamos a salir para seguir escuchándole, por lo que no evité tensarme un poco.

    —¿Destruírnos? Uy no, Matsuda. Es más probable que me des un golpe de mala manera tu antes que yo empiece a hacerte daño, digo. Ya lo he vito con Takano—volví a reír divertido, aunque ciertamente por un momento creí que me lo contó de forma literal para hacerlo después.
    Después le observé curioso ante su última pregunta, elevando una ceja.
    >>¿Que no implique dolor? ¿Estoy escuchando un desafío acaso?—volví a bromear mientras miraba alrededor un instante.

    —¿Porqué no vamos a la Casa de Armamento? Podríamos ver que hay en ese lugar. Podría servirnos como una buena forma de ver qué tanto nos puede ofrecer Nagoya, como los comercios pero... Creo que eso mejor para después. Dudo que nos encontremos con algo negativo solo por dar una visita—. Dije mientras comenzaba a avanzar con calma.
    >>Lo que sí es que quisiera preguntarte... ¿Qué es lo que sabes acerca de Masamune y Kyuzo? Sabía que eran herreros muy, pero que muy importantes y famosos, talento en todo su esplendor. Aunque... Bueno... Por ahí escuché que han desaparecido, y yo honestamente no tuve ni la menor idea—. Comenté mientras caminaba.
     
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    Shukusha (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    Matsuda sonrió —Es de esperarse; Takano es muy listo, podría decir que es la persona más inteligente que he conocido; pero no tiene madurez emocional —dijo sin intentar sonar despectivo, no lo estaba siendo —Takeda siempre le ha dicho que necesita enamorarse, los sentimientos lo harían un estratega más completo — rio.

    Después escuchó las palabras de Kuroki, sonaba calmado, más tranquilo — Yo siempre acepto retos; siempre me peleaba con Yamagata para ver quien era más fuerte, pero soy competitivo, y posiblemente no sepa contenerme como lo hacen los demás — dijo en tono soberbio —Si quieres entrenar siempre estaré dispuesto —




    Matsuda escuchó aquellos nombres y afirmó — Fuji siempre menciona a los tres grandes cuando de herrería se trato; su maestro Katsushiro en Nara fue discípulo de Masamune. Kyuzo es el herrero más famoso en Kioto, fabrica las armas de los cercanos a Akishino —dijo mientras caminaban hacia la herrería, ocasionalmente preguntando direcciones a los locales— Pero de ninguno se sabe nada; Masamune fue el primero en desaparecer hace unos veinte años aproximadamente, nadie entiende que pasó; pero cada año una nueva arma con su sello aparece en Japón, así qe sigue vivo al menos.— Pasaron cerca del santuario hace unos momentos, ya deberían estar cada vez más cerca a la casa de armamento— Kyuzo desapareció hace unos meses, en total misterio. Sinceramente su desaparición me causa más dudas que la de Masamune, pues siento que Masamune sólo quería alejarse de la gente; pero Kyuzo, ese hombre dicen que no habla jamás, sólo trabaja. Afirma y niega a quienes lo buscaban para la creación de una katana, todo un personaje —Ya estaban fuera de la casa de armamento — El último de los grandes es Yamamoto —

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    Casa de armamento (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    Vieron a un hombre barrer hojas fuera de una gran casa, allí habían sido dirigidos por varias personas, pues se decía que allí estaría la casa de Armamento. Matsuda se acercó al hombre —Disculpe — dijo con una leve reverencia —Creo que nos perdimos ¿Dónde queda la casa de Armamento? — preguntó.

    —Está aquí —dijo indicándole que pasara

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    Entraron por un jardín hasta una casa enorme, la cual sólo servía como conector a la casa de Armamento, los martilleos se hicieron notar junto con el calor de la forja. El sitio era su casa, eso era evidente, y detrás de ella tenía su taller y negocio. Dos guardias vigilaban la entrada a aquel sitio.
    Yamamoto estaba golpeando un acero, se mantuvo así por un tiempo sin siquiera levantar la mirada y verlos. Cuando terminó sujetó el filo y lo sumergió en agua, después lo sacó a velocidad.
    Acabado el proceso limpio su sudor con sus manos y los observó —Bienvenidos—
     
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    Kuroki Fusatada

    Reí de forma divertida por el comentario de Takano, la verdad es que no dudaba de aquello, es una persona demasiada fría, me intrigaba el porqué resultaba ser alguien tan frío, y ciertamente temía por eso.
    Luego miré a Matsuda sobre el detalle del entrenamiento, por lo que asentí sonriente.
    —No te preocupes, Takano ya me ha hecho sentir lo que es ser golpeado con su gran fuerza, así que como mínimo ya sé lo que me espera—volví a reír.

    Luego escuché todo su relato acerca de los herreros, por lo que no evité musitar realmente sorprendido. ¿Pero cómo ha pasado? ¿Porqué es que han desaparecido sin más?
    —La parte de Masamune me intriga mucho solo por el detalle de que su sello aún sigue por ahí, pero Kyuzo... Suena a que definitivamente desapareció de toda existencia. Es cuanto menos extraño. ¿Pero qué les pudo haber sucedido?—. Pregunté aunque de manera más general y para mí mismo que para Matsuda, no tenía la menor idea acerca de todo esto.

    Así, llegamos al destino y no tardamos en ver todo a detalle, ciertamente era increíble y más que hubiesen dos guardias presentes junto con el gran herrero, era de esperarse tener seguridad, después de la gran reputación que tiene encima.
    Al escuchar su bienvenida y ver su accionar, reverencié un momento y hablé:
    —¿Es usted el famoso Yamamoto? Es un honor conocerlo—. Dije, sonriente. Para echar un vistazo alrededor, era idílico el gran arsenal que tenía para mostrar, aunque maldecía no poder cargar con mucho dinero.
    >>La verdad he venido por dos cosas señor. La primera es ver si puede analizar mi arma—. Dije mientras desenfundaba mi arma y se lo extendía con calma.

    >>Lo otro era si usted podría limpiarla. La verdad es que jamás creí tener la oportunidad de conocerlo un día, y me gustaría que como mínimo mi sable se vea como nueva gracias a usted.—sonreí ampliamente mientras me quedaba reflexivo un momento, quería saber si podía averiguar algo más acerca de él.

    —Mientras tanto... Dígame señor Yamamoto. ¿Porqué todo mundo le llama el mejor herrero de todo Japón? La verdad es que me apena decir que no conocía de usted hasta mucho tiempo después
     
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    Casa de armamento (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    Yamamoto miró a Kohaku con severidad, pareciera que iba a reaccionar de una manera algo intensa ante el joen que desconocía de su forja; pero no fue así, soltó una gran carcajada que retumbó en todas las paredes de lugar.

    —Siempre prefiero esto a la falsa estima; muchos vienen diciendo conocer de mi trabajo y casi nadie sabe distinguir entre una hoja mia con una de Masamune— afirmó contento —Eso si sería una ofensa para mi. Soy el mejor herrero de Japón porque mis armas son las más afiladas; no son toscas y pesadas como las de Masamune, ni extrañas y estéticas como las de Kyuzo. Yo fabrico armas, no toscos instrumentos o finos regalos de aparador; los verdaderos guerreros acuden a mi— extendió ambas manos para recibir la katana; lo hizo con cuidado y respeto; cuando la saya tocó sus manos hizo una reverencia. Matsuda miraba intrigado, Fuji también hacía el mismo ritual.

    —Volveré en unos momentos iré a revisarla y limpiarla — desapareció por unos instantes. Mientras Matsuda observaba las armas que estaban en el local, no dejaba de pensar en Fuji y en cómo estaría dando de brinquitos en todos lados, explicándole procesos. Suspiró.

    Yamamoto volvió y le mostró a Kuroki su katana completamente limpia —Es un buen filo, aunque sea una katana simple —Era un poco decepcionante oir esas palabras —Kuroki Fusatada, ese es tu nombre; viene grabado con gran cuidado dentro en el nakago — dijo entregándole su katana con cariño

    Después miró hacia Matsuda —¿Usted desea algo? — preguntó Yamamoto asumiendo que eran padre e hijo.

    Matsuda tomó su katana y también la extendió a Yamamoto —Su nombre es Kinshu, fue forjada con un acero muy especial; no necesito que la analice, yo sé perfectamente su calidad; pero seguramente las manos que la hicieron se sentirían más que honradas al saber que el gran Yamamoto le ha dado una crítica a su trabajo —Dijo Matsuda mientras Yamamoto la recibía haciendo el mismo ritual. Matsuda respondió la reverencia.

    Yamamoto tardó menos en salir, pues esta vez no tuvo que limpiarla —El afilado es impecable; pero puedo notar un trabajo más burdo en la aleación, parece de la escuela de Masamune ¿Quién la ha forjado? —

    —Mi esposa; Fuji Hatsu — dijo con orgullo. Yamamoto sonrió y asintió.

    —Hey, antes de que se vayan; perdonen que me meta en asuntos que no deben importarme; pero ¿Es algo de ustedes un tal Satou Fusatada? —Kuroki no pudo evitar mostrar la sorpresa que aquello le causaba, ese era el nombre de su padre.
     
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    Kuroki Fusatada

    Me paralicé para cuando Yamamoto miró a Matsuda en forma de sentencia pues, nuevamente. No era mi intención, a estas alturas empezaba a considerar que tal vez deba medir mejor mis preguntas. Sin en cambio, solo una estruendosa carcajada vino de aquél hombre, lo cual me hizo soltar el aire tenso que había comprimido sin querer.

    Al escucharlo, no evité sonreír, aunque más preguntas me invadían... ¿Tosco y pesado? ¿Extraños y estéticos? ¿Pero qué clase de armas crean cada uno de ellos?
    Quisiera indagar más, se notaba claramente que daba esos comentarios porque eran su competencia. Pero por eso mismo no podría insistir, aunque como lo escuché de fondo, puede y ni él mismo sepa qué fue lo que pasó... Tal vez...

    Cuando Yamamoto tomó mi katana, lo hizo con un gran cuidado y respeto, tanto que de verdad sentí que lo trataba como si fuese una reliquia, lo cual me hizo sonreír. Yo también lo veía de la misma manera.
    Yamamoto se fue y yo solo asentí, miré un momento a Matsuda, no dudaba que extrañara a Fuji en estos momentos.
    —Hey, Matsu... Nos reuniremos pronto, confía en ello. ¿Sí?—nuevamente le sonreí mientras Yamamoto salió de nuevo, por lo que volví a girarme hacia él, escuchar que era una simple katana, sin mayor cualidad era desalentador, ciertamente... Pero no evité sonreír ampliamente al ver mi arma como nueva, reflejando toda luz que se posara encima, la admiré un momento mientras escuchaba mi nombre y asentí conmovido, a la par de mirar el grabado, por lo que acto seguido la guardé.
    —Será simple, pero es una gran extensión para mí—. Dije orgulloso mientras ahora veía el intercambio de Matsuda con Yamamoto, así que Fuji fue entrenada por Masamune... interesante.

    Al final parecía que iba a ser todo, no sabía porqué por alguna razón presentía que faltaba algo importante, y muy probablemente la respuesta iba a venir antes de tiempo pues... Yamamoto habló y le miré, primero confuso por el primer comentario pero... La pregunta me heló mientras me quedaba mudo a la par que poco a poco mi rostro mostraba verídica sorpresa...

    —¿S-Satou Fusatada?—repetí ese nombre mientras mi mente se perdía en un festival de sorpresa, nervios y miedo. ¿P-Pero cómo el sabía ese nombre? ¿Donde lo había escuchado? ¿Habrá visto a mi padre?

    Para cuando me dí cuenta, estaba hablando con mi mente, y parpadeé varias veces mientras intentaba difuminar el shock, no puedo creerlo... ¡¡No puedo creerlo!! ¿Acaso... Acaso estoy cerca de encontrarme con él de nuevo?

    —E-Esto... Lo siento, sepan disculparme—. Dije mientras me tocaba la frente, inhalé y exalé con ritmo para ir calmándome, tenía que ordenar mis ideas.
    >>Disculpen es que... Ese es el nombre de mi padre, verá. Hace mucho, mucho tiempo que le perdí la pista y... Bueno, me intriga bastante el que usted sepa de ese nombre. ¿Porqué nos pregunta acerca de eso?—. Añadí mientras seguía impresionado, creí que escucharía ese nombre por ahí, de alguna persona, un mercado. Donde fuese pero... No de alguien como Yamamoto.
     
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    Casa de armamento (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    Matsuda fue el primero en reaccionar ante las palabras de Kuroki; aquello era una increíble noticia, al menos eso creía. Fue entonces que se dió cuenta que no conocía mucho del pasado de Kuroki, sólo lo recuerda como el chico que trepaba en el dojo para ingresar a las clases impartidas por Takeda en Nara, hace apenas unos amaneceres atrás.

    Yamamoto se inclinó en la barra — Perdonarán mi atrevimiento, usualmente no revelo los nombres de las katanas que analizo; pero tu padre llegó hoy en la mañana, se ve que de un viaje bastante largo; venía acompañado de otro hombre, la mirada de ambos era de cansancio total. Me pidieron limpiar cuatro katanas, dos de ellas estaban llenas de sangre seca y barro —Miró a ambos —Señal de que tuvieron que haber huído de algo, ningún espadachín enfunda una katana en esas condiciones; pensé que ustedes venían con ellos, el apellido y sobre todo el cabello...— Se sintió apenado por haber soltado información, después extendió diez monedas a Kuroki —Estaban nerviosos y dejaron monedas de mas, si es tu padre podrás regresárselas por mi—

    Matsuda miró a Kuroki, no sabía si el encuentro con su padre era de júbilo o de dolor.
     
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    Gigavehl

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    Kuroki Fusatada

    El ambiente se puso incómodo, en cierta medida. Yamamoto siguió hablando y al final, tenía todo el sentido que mencionase mi nombre cuando limpió la katana. No supe cómo reaccionar, solamente me quedé atónito, miré a un lado mientras suspiraba en silencio... El apellido, el cabello.

    Dos katanas llenas de sangre y barro... Pero, mi padre se supone que fue a involucrarse con los Minamoto y los Taira en su conflicto, al menos... cuando dijo que dos clanes tuvieron un severo conflicto por un trono, estaba claro. ¿O es que acaso me estoy equivocando? ¿Nuevamente actué impulsivamente?

    Volví a mirar al herrero cuando habló, dándome las diez monedas. ¿Nervioso? Mi padre es alguien muy tranquilo, yo heredé la energía de mi madre, pero el era todo un polo opuesto y... Escuchar eso me inquietaba.
    Miré a Yamamoto, se le notaba apenado, guardé el dinero y me acerqué un poco más.

    —No se apene, señor Yamamoto. La verdad es que... Lo he estado buscando desde hace mucho tiempo ya, he viajado para intentar encontrar alguna pista sobre él pero... nada. Al menos, nada hasta ahora. No hizo nada malo, todo lo contrario, me ha hecho un enorme favor—. Sonreí ampliamente, aunque aún seguía en shock.
    >>Le agradezco profundamente la información, como el que limpiase mi katana, en serio. Solo... Quisiera saber. ¿A dónde fueron? Yo solo soy un viajero junto con el caballero de aquí, y al parecer el destino al fin ha decidido reunirnos una vez más, solo... Si le soy honesto. Temo lo que pueda ver pero, me alegra profundamente que siga con vida—. Dije mientras mi voz flaqueaba un poco por la sorpresa y los nervios, sollocé un momento para pronto secarme las lágrimas que tenía encima.

    No... Aún no debía llorar.

    —Disculpe, la katana fue un regalo de mi madre, una sorpresa cuando mi padre ya empezaba a ver el potencial en mí. Así que... Tengo un cúmulo de emociones—reí torpemente mientras bajaba un momento la mirada.

    Padre... Tu solo me dijiste que tenías que ver el conflicto y hacer algo, que pronto volverías. Te fuiste con prisa, tanta que apenas si recuerdo tus palabras. Tenía miedo, mucho miedo. Te esperé, por días inclusive, pero nunca volviste... ¿qué pasó?
    Me quedé sólo, y recordé tu enseñanza de siempre mantener la cabeza en alto y estar firme, para poder ver las cosas que uno no podría por estar deprimido. La única noticia referente a lo que me dijiste era esta guerra entre los Taira y los Minamoto. Di muchas vueltas y esperé mucho en nuestro hogar, pero nada...
    Yamamoto dice que viniste agobiado, con prisa. ¿Qué pudo haberte perturbado? ¿Que tanto viajaste? ¿Cómo te encontrarías ahora? Si me vieses... ¿Podrás reaccionar sin miedo ante mi presencia? ¿O acaso me enteraré de algo muy turbio y no podrás sincerarte conmigo?

    Literalmente no sé cómo tomarme esto, eres un hombre de palabra, prometiste volver, y no lo hiciste. Y eso solo quiere decir que una fuerza mucho mayor a ti te lo impidió. ¿Debería emocionarme? ¿Entristecerme? No lo sé... Pero admito que esto ha sido muy rápido. Ni siquiera he terminado de formarme como guerrero y parece que tendré un reencuentro contigo. ¿Qué debo hacer? N-No lo sé...

    Pero... después de todo, realicé este viaje por ti. Y me propuse hallarte, así que eso haré.

    Honestamente no me esperé esto xD creí que tocarías este tema hasta mas adelante. Así que indudablemente me has tomado por sorpresa!
     
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    Amelie

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    Casa de armamento (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    Yamamoto notaba las emociones del joven, pero removió la culpa que sentía por haberse metido en un asunto familiar —Temo decirte que no lo sé; si me hubieran dicho ya hubiera mandado a un asistente mio a buscarlo para entregarle las monedas — dijo apenado —Gifu es muy grande, buscarlos creo que resultará un poco tedioso—

    Matsuda se acercó a Kuroki y colocó su mano en su hombro — No te preocupes, lo encontraremos; no seremos rastreadores como Heya o Daichi; pero hay algo que tanto tú como yo sabemos hacer perfectamente — dijo levantando su dedo índice señalando el techo. Miró a Yamamoto e hizo una reverencia —Muchas gracias por la información y su habilidad; es momento de irnos —

    —Tengan un encuentro amable— dijo con respecto a su situación, despidiéndose con una mano al aire.

    Fuera de la casa de armamento Matsuda sonrió hacia Kuroki, era una sonrisa con un toque de malicia, seguramente iba a sugerir algo que no podía considerarse bueno ante la sociedad. Se acercó a él y susurró.

    —¿Qué te parece si brincamos de techo en techo? Siendo sigilosos y hábiles escaladores no creo que nos metamos en problemas, abarcaremos una búsqueda desde las alturas y si tu padre tiene el pelo como tú no será tan complicado en una sociedad de cabellos obscuros ¿Qué dices?— preguntó Matsuda

    ¿Qué actividad es la más ninja de todas? Brincar sigilosamente de techo en techo.

    La dinámica será sencilla.
    Deberás tirar un conjunto de 5 dados de 10 caras, dependiendo del resultado sumado de los dados será el resultado de la acción.

    1-14= No enuentran a nadie con esas características buscadas
    15-30= Encuentran a un par de ancianos de cabellos blancos
    31-50= Encuentran a su objetivo.

    Tienes sólo una oportunidad, Matsuda tendrá otra después de ti si es que tú no lo logras. ¡Suerte!
     
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    Gigavehl

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    Kuroki Fusatada

    —Entiendo...—. Dije un poco triste por la aclaración de Yamamoto, tenía sentido, después de todo.

    Después, al sentir el toque de Matsuda me giré para escucharle, en el momento en que dijo que ambos sabíamos hacer algo en concreto y señaló al techo, lo comprendí al instante, por lo que sonreí discretamente, pero lo suficiente para que él lo notase.
    Volví hacia Yamamoto y reverencié de igual manera, para poco después salir.

    Afuera, escuché a Matsuda con suma atención, por lo que al final reí un poco y asentí, vaya, no me había equivocado, ¿eh?
    Me giré hacia él para susurrarle de igual forma:
    —Te dije que por algo estamos juntos ahora, mira que mejor compañía no pude tener—. Sonreí ampliamente hacia Matsuda, agradecido mientras miraba alrededor un momento.

    —Vamos, papá. Hay que buscar—. Dije con entusiasmo mientras avancé un poco para ver en qué punto sería bueno empezar a escalar, hasta que más temprano que tarde dimos con uno, cada quien, técnicamente sin ayuda de por medio conseguimos llegar al techo de la Casa de armamento y empecé a mirar alrededor, cuando nos reunimos le dije:
    —Es albino, exactamente, es alguien ya relativamente mayor pero no mucho. Mira, hagamos esto, tan pronto veas a alguien me haces una seña y yo miraré, lo mismo pasará si yo encuentro algo. ¿Esta bien? Vaya, sonará extraño pero, adoro hacer esto, no por nada he entrenado mucho para saber ser sigiloso y escalar—. Sonreí conmovido mientras después de pasado un momento, me concentré y empecé a buscar con atención para después correr e ir saltando con un gran sigilo y cuidado que nadie me viese.

    La vista en las alturas para con Nagoya era idílico, podían verse decenas de metros de extensión hacia el mar y de la capital propia, sus murallas daban una sensación curiosa de extensión y a la vez de encierro, pero ver el Castillo de lejos en la segunda muralla sin dudas era magistral, podía contemplar la belleza entera del sitio.

    Así, pues. Mientras buscaba a una persona que fuese lo más parecido a mi padre, también presté mucha atención en los tejados y cualquier sitio peculiar o con alguna cosa interesante que pudiera ofrecerme, como alguna zona oculta o algo que tal vez, pudiera hallar algo abandonado por ahí. No es que sea el mejor buscador o quiera robar, pero estoy seguro que los tejados puede otorgar cosas interesantes.
     
    Gigavehl ha tirado dados de 10 caras para Búsqueda Total: 29 $dice $dice $dice $dice $dice
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    Amelie

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    Tejados de Nagoya (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    Matsuda afirmó hacia Kuroki, dejando que el tomara el liderazgo de esta misión, era lo correcto, era sólo de Kuroki. Observaban a sus alrededores para no ser detectados mientras emprendían la escalada por los tejados; a ninguno le resultaba difícil, fue aun más sencillo que subir la muralla en Iga.
    Al estar arriba ambos parecían perderse unos segundos mirando tal visión; digna de ser pintada, pero por el momento sólo quedaría grabada en sus memorias.

    En su recorrido Kuroki pudo encontrar una familia de gatos descansando, ropas abandonadas y varias piedras que seguramente algunos niños lanzaban para medir su fuerza y puntería. Por desgracia en ese tipo de techos no había muchas cosas de interés y si las hubieran se resbalarían por la forma de los tejados.

    Ambos señalaron al mismo tiempo al ver una cabeza blanca caminando debajo, pero rápidamente perdieron el interés al ver que era sólo un anciano que caminaba con lentitud.
     
    Amelie ha tirado dados de 10 caras para Total: 28 $dice $dice $dice $dice $dice
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    Amelie

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    Tejados de Nagoya (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    La búsqueda había sido inútil; Matsuda también había confundido a un anciano de pelo blanco desde las alturas. Nagoya había resultado ser un sitio bastante amplio sólo para dos personas. Sólo podían pensar que mientras ellos iban al norte posiblemente Satou iba al sur y viceversa.
    Matsuda no pudo ocultar su decepción, aquello le había parecido una buena idea, pero no había sido suficiente, y habían gastado toda la mañana en ello, el sol comenzaba a colocarse sobre ellos indicando el medio día —Lo siento Kuro —dijo sin formalidades —Creo que Nagoya nos ha pateado con sus tejados, todos iguales y perfectos — decía señalando las tejas que parecían formar un suelo uniforme, sólo variaban en alturas.

    —Podemos buscarlo de la manera usual, ya sabes, como las personas normales que no brincan de techo en techo— dijo sentándose en el borde — Preguntando a los dueños de los locales si han visto alguien con esas características, ahora que hemos visto Nagoya desde las alturas al menos puedo ubicar un poco mejor su estructura, no creo que nos perdamos a menos que entremos a algún callejón estrecho—
     
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    Kuroki Fusatada

    No encontrar nada solo me hizo musitar decepcionado y frustrado. Confundiendo a unas personas, pero no hubo éxito.
    Suspiré, mientras Matsuda regresaba conmigo y me hablaba, me senté junto a él mientras veía el paisaje, asintiendo, la verdad es que en parte era de esperarse.

    —Bueno, no te preocupes, al menos ahora sé que sigue con vida, aunque tenga muchas interrogantes conmigo ahora—. Expresé mientras veía caminar a la gente a lo lejos.
    Luego volví a mirar a Matsuda, sonriendole.
    >>Pero vamos, que esto no sea un final, hay muchos lugares que visitar aún. Por ejemplo, escuché que un pequeño clan ingresó a Nagoya, y se fueron a la Herbolaria. Lo escuché en el Shukusa ¿porqué no vamos a echar un vistazo? Aunque de ser así, creo que convendrá ir sigilosamente, podemos hacer esto. Vamos como ahora para no perder mucho tiempo, o bajamos y en el camino preguntamos si alguien ha visto a una persona con rasgos albinos, sé que sonará raro pero soy fiel creyente del destino, tal vez y aún no sea hora de encontrarnos con mi padre, pero aún así, si sea hoy cuando lo vea. Solo que aún no es el momento... ¿Qué dices?—sonreí ampliamente, aunque en el fondo estaba muy frustrado y en cierta medida tenso, seguía picándome constantemente la parte que mi padre llegase apurado con Yamamoto.
     
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    Amelie

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    Tejados de Nagoya (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    Matsuda afirmó —Tienes buen oído — mencionó ante la información que le otorgó Kuroki —Creo que ir a la herbolaria es buena opción; está al fondo de Nagoya, así que después de salir de allí con información podremos emprender una búsqueda desde los rincones de la ciudad hasta ir avanzando hacia las zonas mas concurridas— colocó su mano en s hombro, sabía que estaba frustrado, estaba cerca de una pista de su pasado y no podía sentirse tranquilo después de enterarse de aquello —Brinquemos hacia el techo de la Herbolaria, seguramente es la manera más sigilosa para nosotros de acercarnos, ya sabes, ahora que somos ninjas — dijo colocando su mano en su frente para tapar los rayos del sol, creando una sombra en su rostro, aquello era una broma simple, así como era Matsuda.




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    Herbolaria (Matsuda; Kuroki)[​IMG]

    Llegaron a los tejados de la Herbolaria, no podían escuchar nada en su interior y tampoco veían a nadie a los alrededores aquel sitio parecía abandonado. Matsuda descendió con gracia evitando hacer ningún tipo de ruido, seguido de Kuroki quien tampoco causaba ningún estruendo. Se asomaron para ver la entrada, allí había un hombre de cabello blanco cuidado la entrada, el corazón de Kuroki palpitó por unos instantes; pero aquel hombre no era su padre, al parecer era alguien que vigilaba la entrada, mientras se recargaba y quitaba la mugre de sus uñas. El hombre estaba armado.
    [​IMG]
    Matsuda miró a Kohaku y susurró —La herbolaria es un local común, podemos decir que estamos buscando ingredientes; gracias a Kohaku puedo hablar de ciertas cosas de herboristas, ya sabes, sacar provecho del veneno que me hubiera matado — dijo con un tono de nervisismo mientras le indicaba que lo siguiera y avanzaba hacia la herbolaria, el hombre lo miró y lo detuvo.

    —El herborista está ocupado, por favor vuelva después —

    Matsuda suspiró —No puedo volver después ¿sabe lo lejos que está este sitio de la entrada a Nagoya? no planeo regresar después, necesito información del herborista ahora, tengo un problema con una toxina y necesito hablar de la cura con alguien — dijo con confianza dando un paso para entrar.

    —¿Qué tipo de toxina?— inquirió el hombre

    —Batracotoxica— dijo Matsuda empujándolo con seguridad mientras el hombre lo veía convencido de lo que hablaba, a su vez estaba sorprendido; el hombre deslizó la puerta para Matsuda y entró junto a él.

    Allí estaban cuatro hombres; un con una tela cubriendo sus ojos, otros dos de pelo negro los cuales reposaban en una mesa mientras varias sanguijuelas mordían la carne extrayendo la sangre.
    Y de espaldas a ustedes estaba un hombre de cabellos blancos, al parecer mirando el proceso.

    Grande tu corazonada xD
     
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    Gigavehl

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    Kuroki Fusatada

    Reverencié un instante en forma de agradecimiento por el detalle de mi oído, para escucharlo. Asentí ante lo que me dijo, sonaba a una buena idea, sin duda alguna. Por lo que reí al ver su gesto para con el sol.
    —Bueno, vamos. Que aún tenemos que sentir el dolor en el Dojo—. Bromeé mientras también le sonreía agradecido por su gesto con el hombro, definitivamente deberíamos abrirnos un poco más, también serviría para distraernos.

    Tiempo más tarde, conseguimos llegar sin mayor drama a la Herbolaria, lo cual nos llevó su rato pues tuvimos que técnicamente rodear toda Nagoya para alcanzarlo, menos mal que sabíamos escalar o nos habría tomado demasiado tiempo.
    Al llegar, empezamos a revisar y a escuchar pero... parecía un sitio fantasma, eso me preocupó un poco. Aunque un sujeto albino se paró en la entrada aparentemente haciendo guardia, por un momento mi respiración se cortó y sentí mi corazón saltar, pero verlo más a detalle... no era él.

    ¿Soy el único que esta empezando a ver extraño que justo una segunda persona albina se aparezca? Que yo sepa, la condición es bastante rara.

    Matsuda me susurró y yo asentí, por lo que descendimos y actuamos como que recién llegábamos, aunque fue algo estricto la entrada, Matsuda supo decir lo correcto para ingresar, él nos acompañó, cosa comprensible pero que a la vez decía que no habían muchos guardias.

    Al ingresar, la escena ahí dentro fue cuanto menos curiosa y explicaba porqué no habían sonidos, todo estaba en un fino silencio, un sujeto tapaba sus ojos con una tela, dos estaban sentados en unas mesas, mirando a varias sanguijuelas devorar la carne y seguramente extrayendo la sangre... Pero... Ahí estaba...

    Un sujeto más de pelo blanco, y este parecía empezar a hacerme conectar cosas por sí solo en mi mente...

    Mi corazón nuevamente palpitó con fuerza, mientras miraba con gran atención y nerviosismo... ¿Era... Era él?

    —D-Disculpen... ¿Aquí... Hay un tal Satou Fusatada?—. Pregunté sin saber realmente cómo iniciar la conversación, en parte estaba nervioso, en parte estaba claro...

    No podía equivocarme.

    xDDD perdona, es que mencionas a un pequeño clan, veo lo de Yamamoto, me das el plotwist. Creo que solo era cuestión de hacer 2+2 Jajajajajaja
     
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