One-shot Aguilas Negras [Infected city-rebeldes]

Soldado.

Dos y media de la tarde el sol sobre nuestras cabezas, sería un día de descanso con los compañeros de la base tomando algunos tragos y dejando de lado todo el ajetreo militar, aunque en ese momento la realidad era otra.

— ¡Mantengan su posición esas malditas cosas no deben pasar! —grité con todas mis fuerzas mientras que con la chacha de la Ak-47 golpeaba en la nuca a lo que aún me lograba convencer ya no era un ser humano.

— Señor las unidades una y dos ya no responden, creo que los tienen…

Por un segundo observé a aquel muchacho estaba pálido del terror y tenía dos años menos que yo al menos. Estaba paralizado, perdíamos demasiados soldados y por una perdida…

Se escuchó un rugido una de esas criaturas, un tipo con la boca ensangrentada se lanzaba como un predador encima del cabo arrastrándolo varios metros haya y lo mordía en el cuello antes de que pusiera hacer algo, él gritaba y forcejaba pero todo era inútil. Con una patada le quitaba la monstruo de encima e impotente observaba su mirada perderse en la oscuridad. Segundos después con los ojos inyectados en sangre se buscaba levantar pero antes de que lo hiciera yo por piedad tomaba el cuchillo que él portaba en su mano y lo clavaba en su cabeza para asegurarme que volviera como uno de ellos.

— Así se ha vuelto todo…— escuché murmurar Sybelle detrás de mí.

Ella y yo éramos buenos amigos incluso antes de entrar al ejército, ella había perdido a su hermano, creo que yo había ocupado ese lugar, comúnmente era callada y muy reservada pero tenía cierto talento para con pocas palabras o incluso una mirada expresar demasiado.

— Los últimos helicópteros están partiendo, desertan del campo de batalla— añadió la chica mientras ponía su mano en el hombro— tal vez deberíamos hacer lo mismo.

Parte de mi lo quería, mi familia había sido enviada a una zona segura, pero como estaban las cosas no era nada convincente, también temía mi vida, como militar te preparas de cierta manera pero a mí me quedaba demasiado por hacer, si no hubiera ocurrido lo que paso en ese momento mi historia sería otra, supongo todo ocurre por una razón.

A lo lejos venía un grupo de civiles corriendo, sus rostros reflejaban demasiaba fatiga y melancolía, la mayoría lloraba, corrían desesperadamente como las presas que eran en ese momento, mientras algunos de los carnosos saltaban inclementes sobre ellos, pero había algo más.

— ¡Abran fuego, todos son blancos! — prorrumpió una voz desde uno de los edificios.

— Pero que…

Los francotiradores arremetían contra todo lo que se moviera en ese momento, estuviera infectado o no.

— ¡Ey!, ¡Ey!, ¿Quién dio esa maldita orden?, ¡no disparen!.

Un pequeño niño de unos ocho años junto con una chica rubia con una bufanda roja eran el blanco próximo, me apresuré y le pegue un disparo en el brazo al francotirador que pensaba hacerlo provocando que tirara su arma, eso les dio oportunidad de llegar a donde estaba. Me di cuenta en ese momento que mi unidad me observaba ellos no habían obedecido la orden.

— Tu eres el coronel— dijo Elizabeth — haremos como que no escuchamos eso ultimo…

Lo observe por un momento y sonreí, eran realmente hombres y mujeres entregados a su vocación.

— ¡Unidad águilas negras protejan a los civiles!, que si morimos sea siendo humanos, protegiendo a otros y luchando por lo que queremos…