Colectivo [Actividad Clue] ¿Quién mató a Miku Hatsune?

¿Quién mató a Hatsune Miku? ¿Podrás adivinarlo? Cada personaje tenía sus motivos, pero sólo uno es el culpable.

Luka Megurine POV: El inicio de lo que podría haber sido mi acto más atróz.​

Vale, vale, está cerrada, no te alarmes, no pienses mal, seguramente está cerrada por alguna situación razonable, debió atorarse así nada más, ¡claro! Seguro es eso, estos hoteluchos siempre se están cayendo a pedazos (ríe de forma nerviosa). Todo lo que necesito hacer es sentarme aquí y esperar a que venga alguien de servicio, le informaré de la puerta y la destrabarán luego podré ver si no me he dejado nada en el baño, sí, lo mejor será esperar a que toquen, además no quiero parecer una cría perdida que no sabe en dónde carajo está, aunque... no sé en dónde carajo estoy, solo siento esa presión en el pecho que te advierte que está pasando algo grave y que debería salir corriendo.

Vayamos en orden, me reconozco al verme al espejo, eso es algo bueno supongo.
¿Qué es esto? Parece una cartera, efectivamente la mujer de este carnet esta soy sho y me llamo Megurine Luka, hay una llave de habitación, es la habitación uno, pero por alguna razón he despertado en la número dos. No sé si sirva de algo intentar si quiera recordar qué ha pasado a noche, es más, no recuerdo nada salvo mi nombre y porque el carnet me ha ayudado, no pierdo nada al intentarlo, soy Luka Megurine, soy Luka Megurine...

Nope, no funciona.. ¡espera! Puedo oír algo afuera... Dijo Miku Hatsune... ¡oh, sí! La ídolo vocaloid, recuerdo que es la más popular y famosa, sonará ridículo pero tengo la sensación de estar conectada con ella, como si nos conociéramos de alguna forma ¿Te imaginas que ella estuviera en la habitación uno y con la llave que tengo entrara a visitarla? Lo sé, fantaseo demasiado, aunque retomando la llave, pues supongo que será mía, no veo ninguna llave de esta habitación aquí. Vale ya he engañado al nerviosismo y la incertidumbre un momentito, pero ¿qué carajo voy a hacer con esta puerta atorada? y peor aún, si pienso de forma acertada ¿cómo llegué aquí?

No había notado estas heridas en mis brazos, parecen defensivas y de hace días pero eso no me sirve, necesito saber qué hago aquí, bueno, las fiestas normalmente se hacen en hoteles así que quizá vine a una fiesta o evento, sí, seguro es eso, espero....

¿Cuándo se aparecerá alguien a ayudarme con esa puerta?
...
...
...
(Alguien entra y le lanza una pregunta, "¿Se te perdió algo?")
...
(¿Quién eres? Por Dios que sé que te conozco pero no logro recordar quién eres, ¡vamos cerebro, ayúdame! Mientras más pasan los incómodos segundos más parece que comienzas a molestarte.
¿Qué hago? Quisiera presentarme pero ni siquiera recuerdo mi propio nombre, quisiera poder darte una razón para que me hayas encontrado aquí, tu mirada fija y tu creciente enojo me intimidan, no puedo articular ni un "hola". Para ser honesto esperaba nerviosamente a alguien del personal del hotel pero nunca creí que llegaría el huésped y qué me cuestionaría de forma tan directa.
Sólo han pasado unos pocos instantes y estoy totalmente bloqueada)...

 

Meiko Sakine POV: Un inquieto silencio.​

Camino por el pasillo del gran "Travel Hotel" en dirección a mi habitación, tratando inútilmente de escaparme del bullicio de lo que es la muerte de mi pobre contrincante. Al recordar el incidente, sin darme cuenta, una sonrisa decora mi rostro.

Después de una presentación de caridad que tuve pocos días antes de alojar me en este hotel (que se llevo a cabo por los alrededores del mismo), mi mánager y novio Kaito Shion decidimos alojarnos aquí. Pero para nuestra desdicha y desgracia nos encontramos con Miku Hatsune que casualmente también era una inquilina.

La verdad nunca me la lleve muy bien con ella, además ¿como hacerlo si era toda una estúpida roba reflectores?

Tome entre mi mano la manilla de la puerta de mi habitación, que en lo alto de ésta se alzaba en un brillante color dorado el numero 2, un único pensamiento pasaba por mi mente al dar vuelta la manilla: quería un tequila. Un buen y fuerte tequila para brindar por mi querida amiga la muerta, pero este pensamiento se esfumo al ver a una desconocida chica tratando de abrir la puerta del baño con el cual contaba la habitación.

— ¿Se te perdio algo? —con mi ceño fruncido debido a la disgustada sorpresa de que un intruso estuviera usurpando mis cosas, le pregunté. Mas ella no responde haciendo que la situación empeore.

La miro mas detenidamente, con sus ropas de un lindo y empalagoso color rosa suave con algunos tonos mas fuertes, más su pelo bien recogido me da la certeza que no es una meid (o azafata) de hotel.

 

Len Kagamine POV: Desequilibrio.​

Tras dar varias vueltas en la habitación me senté sobre el colchón, todavía no podía creer que Miku ya no estuviera. Pensaba en cómo apenas la semana pasada me quejaba y maldecía a la maldita de Miku por tratarme como esclavo, pero ahora estaba ahí, moviendo las piernas con insistencia, jugando con mis manos sin parar.

—¡Ah!

Me paré nuevamente, no podía controlar mi ansiedad permaneciendo sentado, necesitaba moverme. Debía dejar de pensar en... lo que pasó. Quizá si tuviera amnesia como Luka todo sería más llevadero; incluso la he llegado a envidiar en varias ocasiones.

Caminé con decisión hasta la puerta, giré el pomo, y nada. Mi respiración comenzó a agitarse, me sentí claustrofóbico y al instante me asusté porque era una sensación que nunca antes había experimentado. Comencé a moverme casi por instinto, a intentar una y otra vez girar el pomo por completo, pero éste no cedía. En mi desesperación empecé a lanzar mi cuerpo contra la puerta, intentando que ésta se abriera de una buena vez.

No podía, estaba atrapado. Comencé a preguntarme si Miku se habrá sentido así en sus últimos momentos, si quizá mientras la vida se le iba se sentía impotente, al tiempo que era absorbida poco a poco por la muerte. Ese pensamiento me hizo quebrarme más y comencé a sentirme aún más desesperado, quería de verdad escapar de esa habitación cuyas paredes parecían hacerse cada vez más pequeñas. El aire comenzaba a faltarme cada vez más y al final me hizo sucumbir.

Cuando caí al suelo, pude ver las llaves de la habitación que se encontraban a un lado de la cama, justo en el área donde previamente tomé asiento. Ni siquiera me había percatado de que me faltaban, no se pasó por mi mente la obvia idea de que las necesitaba para salir. Me arrastré por el suelo con desesperación para tomarlas, abrí la puerta y salí despavorido.

Por fin podía volver a respirar.

 

Meiko Sakine POV: huida y bebida.​

Trato de tomar el celular para llamar a recepción y quejarme de la situación pero antes de poder preverlo la chica misteriosa sale huyendo de la habitación. Del asombro mis músculos se inmovilizaron dándole tiempo a la joven.

Una maldición escapa de mis labios mientras recobro mi movilidad y corro hacia la puerta, pero nada. La misteriosa chica se había marchado perdiéndose entre los pasillos del gran hotel.

Que idiota que soy, pensé a sobando me el puente de mi nariz, no quería agarrar esos odiosos dolores de cabeza en este maravilloso momento, así que decidí relajar me un poco.

Vuelvo a entrar en mi habitación y me dirijo a un pequeño mueble, ubicado al lado de mi closet; sin duda sus delicados detalles trazados en la fina madera le proporcionaban un gran valor, pero para mi eso no era tan importante como lo que contenía su interior. Mis amados remedio, la cura para cualquier mal y la proporción de mas alegría: dos ron, tres whisky provenientes de la India y un vodka que te quema la garganta ni bien lo pruebas. Sin dudar tome este último junto con un pequeño vaso de vidrio, y hielo. Me serví y me senté en mi cama, pensativa.

Ya tendría tiempo para averiguar quién era la chica. Había algo en ella que me inquietaba. Extrañamente se me hacía familiar, demasiado diría yo, estaba segura que la había visto antes. Me lleve el vaso a mis labios pudiendo sentir el dulce pero a la vez potente sabor del líquido.

Delicioso. Si, esa investigación podía esperar, por ahora iba a hacer lo que tenía en mente desde que me entere de la muerte de Miku. Nada impediría que mi felicidad fuera opacada, ni siquiera la chica de pelo rosa.

 

Luka Megurine POV: ¿Y si me acerco?​

...-¡Corre, corre, corre! ¡Que nadie te pueda alcanzar! Cerebro, ayúdame, ¿quién era ella? No sé qué fue más incómodo, si despertar sin saber absolutamente nada o que de la nada se me aparezca una completa desconocida y me pregunte de esa forma tan intimidante qué es lo que hago en su habitación, supongo. Recordar no volver a la habitación dos, recordar no volver a la habitación dos, recordar no volver a la habitación dos-…

-¡Oh, un letrero! “Recepción”, ¡Vaya! Al menos recuerdo cómo leer, y al parecer soy alguien con sentido del humor, ojalá recordara a alguien a quien le hubiera parecido jocosa esa broma.-
Suspiro
-En fin, busquemos algún indicador de qué carajo hago aquí, ¿me veré muy mal si empiezo a cantar ahora? …“¿En dónde estoy? ¿A dónde voy? Me corrieron de la dos, ojalá de algo me acuerde hoy”-…
-¡Una llave! ¿Número 4? Al parecer no soy la única persona distraída en este lugar.
Levanto la mirada y a lo lejos veo a un apuesto chico de pelo morado, estoy cautivada y pasmada, me veo ridícula, mejor me escondo.
-Que no me haya visto, que no me haya visto, que no me haya visto. Sí que es alto y guapo, sólo le falta estar bronceado para ser un auténtico Octavius Rex.

-¿Seguirá ahí parado al fondo del pasillo?
Debo asomarme de a poco, no quiero que me vea y mucho menos que note mi nerviosismo.
-Sí, está ahí, cabello morado, casi mi mismo tono de color… ¡espera! Quizá él es el dueño de esta llave y está en recepción reportándola o tratando de solucionarlo, ¿por qué otra razón estaría tanto tiempo ahí parado como si esperara algo? Tal vez nos conozcamos. ¡No! Debemos de conocernos a como dé lugar, lo más sencillo sería ir directamente con él, en caso de que me conozca me saludara y quizá diga mi nombre, me vendría muy bien saberlo por fin, y si no me dirige la palabra podría por “casualidad” mencionar que encontré una llave y preguntar si es de él, o bien podría ir por mi cuenta a revisar la cuatro con el riesgo de encontrarme a otra loca que me eche a patadas.-
Ese apuesto chico ha volteado, espero no me haya visto de reojo.
-¿Qué hago? ¿No me ha visto aun verdad?-....
No puedo dejar de notar una mancha amarillenta en la pared, me perturba, quizá sea grasa, suciedad o alguien haya arrojado su bebida, después de todo parece un hotel de mala muerte.

 

Len Kagamine POV - Recuérdame​

Había permanecido largo rato sentado en el suelo del pasillo, podía sentir la frialdad de la pared contra mi espalda. Hasta ahora no me había permitido notar lo mucho que la muerte de Miku me afectaba, pero después del pequeño ataque que tuve al no poder abrir la puerta comencé a hacerme consciente de ello. Y aunque así era, no quería pensarlo, no tenía ganas de meditar más a fondo en ese asunto. Estaba ya muy agotado por todas las emociones que me golpearon de improvisto.

Fijé la mirada en la mancha amarillenta que arruinaba la blancura de las paredes del pasillo. Para cualquiera de los inquilinos de este hotel esa podría ser una mancha cualquiera, pero para mí no. Esa mancha era especial, y recordaba con mucha nitidez el momento en que apareció.

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Era realmente tarde por la noche, mis ojos comenzaban a cerrarse y mi cuerpo me exigía descansar, pero no podía. Miku me había dejado trabajo extra, como siempre. Eran cosas que el sastre debería hacer, pero Miku había sido muy clara.

"Descuida, ya has trabajado lo suficiente. Puedes comenzar desde ya con tus vacaciones, Len se encargará de todo lo que te faltaba."

Esas habían sido sus palabras. ¿Es que yo no había trabajado lo suficiente también? Maldecía entre dientes a la tonta idol mientras cosía a mano las prendas que ella usaría en la presentación del día siguiente. Lo único bueno que sacaba de toda esta situación era la cantidad de experiencia que estaba adquiriendo. Trabajando aquí podía colarme en ocasiones a las clases de música y canto de mi jefa, al mismo tiempo que me volvía una persona multiusos. ¡Así podrían contratarme donde fuera si fracasaba como solista!

Era la 1 de la mañana y mi estómago gruñó, no había podido comer en ningún momento de la tarde, tuve que ocuparme de determinar qué cadena nos pagaría más por la exclusiva de la primera vez que Miku hablaría sobre su rompimiento con Kaito.

Me sobé la barriga, me coloqué el grueso abrigo afelpado que me había comprado el día anterior y salí a la calle. El viento frío golpeaba mis mejillas. Era algo molesto, pero al mismo tiempo sumamente agradable.

—¿Es que me has maltratado tanto que me he vuelto un masoquista, Miku? —Sonreí con diversión y continué.

En aquel entonces, un mes antes del asesinato de Miku, el equipo había determinado que se tomaría un descanso de mes y medio en esa misma ciudad, Tokio. El evento del día siguiente era el último de la temporada en el calendario de Miku y retomaría la gira a mediados de enero del año siguiente, ¡así que todos podríamos disfrutar de la ciudad durante diciembre! O ese era el plan, a menos que a Miku le complaciera otorgarme trabajos extra, lo cual era sumamente probable.

Aquel clima me parecía especialmente agradable, me traía alegres recuerdos decembrinos de mi niñez. Hacía tanto frío que podía observar mi aliento al ser expulsado de mi boca. Salir había sido una idea excelente, me hacía falta relajarme un poco.

Continué caminando hasta llegar a la esquina, allí había un restaurante de comida americana que abría 24/7. Habría podido pedir algo a la habitación y no despegar los dedos de la aguja y las delicadas telas del vestuario de mi jefa, pero era un fanático de los perros calientes y en el menú del sitio donde nos hospedábamos sólo había opciones de comida japonesa.

Apenas di unos pasos dentro del local y escuché aquella voz, esa que reconocería en cualquier ocasión, en cualquier lugar.

—Así que por fin te ha dado un respiro —Rió dulcemente mientras me regalaba una agradable sonrisa. —¿Cenas conmigo?

—Digamos que así fue. —Respondí, devolviendo la sonrisa y tomando asiento con ella.

La chica continuó la conversación mientras me extendía el menú que le habían dejado en la mesa y se acomodaba en su asiento. Sobre su plato quedaba la mitad de una hamburguesa.

—Oh, ¡así que te has revelado! ¿Sabes que eso altera el orden natural de las cosas? —Cerró los ojos y colocó ambas manos sobre la mesa. Su expresión cambió a una seria. —Ya sabes que puedo leer el futuro, Len, eso no es un secreto para ti. Acabo de tener una premonición que tiene que ver contigo y con el futuro del mundo... ¡Yo, tu grandiosa y todopoderosa vidente personal, predigo que tu acción ocasionará que se forme un agujero negro en la Tierra! —Ella abrió los ojos como platos, su expresión se volvió dramática. —¡Oh, la humanidad!

—¡Oh no, pero qué catástrofe tan atroz! ¿Qué debería hacer, cómo debo proceder?

Ella se llevó los índices a las sienes, concentrándose.

—¡Ajá, ya lo veo! Tu destino es permanecer sumiso al lado de Miku hasta que tu contrato expire, ¡de esta manera evitarás que el mundo colapse por causa tuya!

Nos miramos y comenzamos a reír. Ella era siempre muy ocurrente y me alegraba bastante. A pesar de que ella se llevase tan bien con Miku, entendía mi pesar y me animaba a seguir adelante.
El mesero se acercó a nuestra mesa.

—Joven, ¿ya sabe qué va a ordenar?

—Un perro caliente con-

—¡Con mostaza extra! — Interrumpió y completó ella.

El camarero me observó inquisitivo, yo asentí con la cabeza.

—¿Lo ves, Len? Realmente tengo poderes. ¿Cómo, si no, podría haber sabido que querías mostaza extra?

—¿Porque hemos ido juntos a comprar perros calientes en varias ocasiones, quizás?

—¡Esta bien, tú ganas! —Espetó, con su voz dramática y sus pucheros de siempre.

Yo le lancé una mirada divertida y cargada de superioridad.

—Así es, he ganado.


Pasaron varios minutos, tal vez 15, hasta que el mesero nos llevó la orden. ¡Realmente le habían agregado mostaza extra a mi perro caliente! Podía ver cómo la bolsa de papel en que me lo entregaron se mojaba desde adentro con la mostaza, pero no le di mayor importancia.

Continuamos conversando por un rato mientras ella terminaba de cenar. Al final, y después de una muy, muy pequeña discusión, ella accedió a dejarme pagar la cuenta de ambos. Salimos del local y nos dirigimos de vuelta al hotel donde nos hospedábamos.
Los dos caminábamos lento, sin prisa. Su cabello se meneaba hermoso y con soltura con cada corriente de viento que azotaba contra él. Me era irresistible no mirar la forma tan preciosa y delicada en que ella movía los labios cuando hablaba. Me hacía realmente feliz poder compartir esa caminata con ella; como siempre, todo a su lado fluía de maravilla, los temas, los chistes tontos, las miradas, el ambiente, todo.

Caminé lo más lento que podía para posponer nuestra llegada a nuestro destino. Ocurría que cuando estaba con ella me sentía realmente feliz y pleno, y cuando nos despedíamos debía enfrentarme al hueco que su ausencia me dejaba. Ya sabía yo que aquello no era completamente normal, tenía muy claro que mis sentimientos por ella eran bastante profundos y que quería estar a su lado, lo sabía...
Al final sucedió lo inevitable, llegamos a nuestro destino. Con la misma lentitud con la que llegamos, caminamos hasta el pasillo donde estaban nuestras habitaciones.

—Me he divertido mucho, Len. Realmente me alegra haberme topado contigo, me hacía falta que volviéramos a conversar, ¡has estado tan ocupado últimamente!

—Pero no puedes quejarte. Después de todo, ¿cómo podría salvar al mundo si no cumplo con mi deber de sumisión ante Miku?

Ambos reímos. Su sonrisa era preciosa, adoraba ver esa expresión de alegría dibujada en su rostro.

—Te dejo terminar con tus servicios de sastrería. ¡Nos vemos, Len! —Ella extendió el brazo y comenzó a decir adiós con la mano.

Era la misma escena de siempre. Cada que ella acompañaba a Miku en alguna de sus giras y nosotros volvíamos juntos al hotel ella se despedía de la misma manera, y al verla dar la vuelta unas ganas descomunales de tomarla del brazo y besarla se apoderaban de mí, siempre. Y siempre las reprimía y me las guardaba profundamente.

No sé qué diferencia hubo esa noche, tal vez fue porque lo había contenido por tanto tiempo que se me hacía imposible contenerlo más, pero esta vez cuando ella se dio la vuelta yo la tomé del brazo. Nos quedamos paralizados por un momento, por mi mente pasaron varias posibilidades catastróficas, pero no había marcha atrás, no podía detenerme ahora. La jalé con suavidad y la empujé delicadamente contra la pared. Ella no decía nada, pero tampoco puso resistencia, así que continué... Con calma acerqué mi rostro al suyo, examinando sus expresiones, asegurándome de que no estaba haciendo nada que le incomodase; cuál fue mi sorpresa al ver que ella cerró los ojos y levantó con delicadeza la barbilla, ofreciéndome aquellos labios preciosos que yo adoraba observar cuando me hablaba.

La besé. Solté su brazo sin deshacer el beso y moví la mano hacia su mejilla; la acaricié con suavidad y ternura, ella respondió dándome un beso más profundo. Pegué más mi cuerpo al suyo, pude sentir cómo dejaba escapar un suspiro, también podía percibir cómo su corazón latía, desbocado.

Sin querer, apreté de más la bolsa de papel húmeda que tenía en la mano. El producto se escurrió de la bolsa manchando de amarillo la pared blanca.

Aquella noche no me sentí vacío tras su partida, tampoco me afectó el frío que sacudía a la ciudad. No, esa vez no, porque ella no se fue.
Aquella noche, ella se quedó conmigo.

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Continué observando la fea mancha amarilla. Contraje las rodillas hasta mi estómago y las envolví con mis brazos.

—¿Sabes? Realmente desearía que tus habilidades para predecir el futuro hubieran sido reales, tal vez hubiéramos podido crear una realidad diferente si era así. Si hubiéramos podido anticiparnos a todo. Sí, sí, seguramente Miku seguiría con nosotros, y aunque me hiciera la vida imposible aún podría acudir a ti cada noche, para acomodarme entre tus brazos y sentir que me revitalizo. No sólo eso... si hubiéramos podido hacer las cosas de otra manera, tú aún podrías recordarme. Me verías y sabrías quién soy, y no sentiría este vacío en el pecho cada noche, mientras los recuerdos de aquella tragedia me acechan y mis brazos buscan aferrarse a ti sin éxito alguno.

Comencé a llorar. Aunque solía decir que detestaba mi día a día porque me sentía esclavizado, yo realmente deseaba volver en el tiempo y sentirme esclavo otra vez. Quería que la maldita culpa que cargaba se fuera de una buena vez.

Pero... ¿Todo lo que ocurrió realmente había sido culpa mía? ¿Cuánto tenía yo que ver en todo esto?... ¿Es que amarla había sido mi error?

—¡No! —No podía soportarlo, no debía pensar. —¡No, no, no! —Esta vez lo expresé en una clase de grito ahogado, negando con la cabeza, con violencia. —¡Yo no quería que las cosas terminaran así, lo juro!

Comencé a sentirme atrapado otra vez, era la misma sensación que tuve cuando no conseguía abrir la puerta. Era como si las paredes del pasillo comenzaran a cerrarse y el aire me faltara. Comencé a sentirme mareado. Me puse sobre mis rodillas, intentando incorporarme para correr, pero no lo conseguí. Caí sobre mis manos. Intentaba elevar la cabeza para ver mi camino, pero era una acción que me mareaba aún más, así que me resigné bajar el rostro y ver el suelo. Aunque me quedaba lejos, comencé a gatear en dirección a la recepción, ¡necesitaba que alguien me ayudase!

De pronto pude notar varias gotas de sangre desperdigadas por el suelo. Mi corazón se aceleró aún más, múltiples recuerdos sacudieron mi mente, la cabeza comenzó a dolerme con fuerza. No pude continuar, me dejé caer y cerré los ojos. Desde dentro de mí deseaba con todas mis fuerzas que ella se hubiera podido anticipar a lo que iba a pasarme, anhelaba que de pronto llegara, que me acogiera entre sus brazos y me dijera que no estaba solo. Necesitaba estar con ella.

—Ayu... ayúdame... Luka.

Todo se volvió negro, y me desmayé.

Contenido oculto: Notas

Bueeeeeno, he decidido comenzar a adentrarme más en la historia del personaje que me tocó. Espero que este capítulo los intrigue bastante y que comiencen a elegir a un sospechoso.

¿Quién mató a Miku? ~