One-shot [Academia Meltdown]: ¿Qué pasaría si... len no fuera "shota"?

¿Qué pasaría si… Len no fuera “shota”?​

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Levantarme en la mañana, sentía las lagañas en mis ojos mientras no podía evitar emitir un fuerte bostezo, al mirar a mi alrededor miré el techo y al alzar mi mano pude tocarlo, me sentía bien mientras bajaba de la litera y observaba a la otra cama donde se encontraba enredado entre las cobijas mi compañero de cuarto.


— Creo necesito una pijama más grande —comenté mientras jalaba del largo del short que empezaba a quedarme chico, mi camiseta ajustada mostraba mi cuerpo digno de mi edad— ¡Realmente tengo muchas ojeras! —mis dedos jalaron una de las almohadillas de mis ojos mientras me observaba en el espejo.


Camine un rato descalzo para estirar mis piernas y empecé a ver mi ropa, al abrir el closet no pude evitar ver un traje de marinero, me disgustaba un poco ese traje ya que no se me hacía adecuado para mi estatura, pero igualmente me parecía agradable de usar.


— Pero el short no —lo vi con un ligero desprecio mientras lo volvía en su lugar en el closet y tomaba un simple pantalón del mismo color— esto será mucho mejor.


Sin decir mucho caminé hacía las duchas en dónde como era costumbre los únicos levantados a esa hora eran Gakupo y Mikuo. Como siempre, se encontraban discutiendo por alguna travesura de Mikuo, me limite a una sonrisa pícara mientras colgaba mi ropa de cambio y empezaba a desvestirme sin mucha atención.


— ¿Cuál es la novedad de hoy? —pregunté tocando el hombro de Gakupo para proceder a entrar a las regaderas.


— Nada interesante —menciona Gakupo con un tono serio— sólo que aquí Mikuo me ha dejado pegado a las sábanas.


— ¿Qué eso no es sólo una expresión? —dije entre risas mientras el agua corría.


— Lo sería si no fuera porque literalmente —alzó un poco su voz— Mikuo me pego las sábanas a la ropa, técnicamente tuve que romper mi ropa para zafarme —ahí sin evitarlo Mikuo y yo estallamos en risa.


Todos entraron a la regadera y hablábamos sobre el trabajo en el café, Mikuo estaría ayudando en el turno de Gakupo en la cocina, yo en cambio debería compartir mi turno con Kaiko-chan, ahora que lo pensaba.


— ¿Qué pensarían de que invitará a salir a Kaiko-chan? —salí de la regadera y tomé una toalla para empezar a secarme.


— Pues nada —dijo Mikuo— sólo no te sorprendas cuando ella rechace a un enano como tú —dijo entre risas mientas sacudía mi cabello mojado con su mano y proseguía igualmente a secarse.


— ¡Cálmate! —me queje mientras le daba un golpe con la toalla en la espalda— ¡Somos casi de la misma estatura!


— Aún así no te considero apto para ello —me miro entre una sonrisa malvada— con esa cara de nerd que te cargas, no pienso que algún día vayas a ser popular.


— Pues aunque no lo creas… —una sonrisa salió de mí mientras con orgullo hablaba— ¡Yo era muy popular en mi anterior escuela! Era tan popular que tenía un apodo…


— ¿Cuál? ¿Banana parada? —Mikuo a veces solía ser realmente insoportable, decidido a jugarle una broma lo tome por el mentón y me acerque bruscamente a él, casi rozando los labios.


— Yo era la especia negra… —lo mire a los ojos— ¿Cuál crees que sea mi sabor? ¿Amargo o dulce?


— Mmmm… —como era de esperar, Mikuo me tomo de la cintura y se acerco a mí— ¿Y si la pruebo?


— ¿Por qué mejor no se dejan de bromas y proceden a vestirse? —dijo Gakupo un poco irritado ya terminando de vestirse.


— ¿Yo qué? —Mikuo quitó las manos de mí alejándose lentamente para ponerse su camisa— es este mocoso que no sabe respetarme.


Solo me limite a suspirar mientras me acomodaba mi ropa interior y mis pantalones azules, las ligas amarillas de mi cinturón para darle estilo, posteriormente acomodé la camisa de marinero y la corbata. Lo único que quedaba por acomodar era mi cabello, pero aún se encontraba mojado, sólo pude acomodarlo levemente con los dedos mientras hacía una sonrisa.


— Sería una linda chica —comenté como broma para Gakupo y Mikuo.


— Si fueras de complexión más delgada, quizá —dijo Gakupo mientras me revolvía el pelo— porque con la que tienes ahora ese estilo no te queda.


— Aparte las chicas son lindas —Mikuo terminaba el nudo de su corbata— no importa que tan afeminado llegues a ser, no serías tan lindo como una chica.


— Bueno… —inflé mis mejillas— al fin que ni quería.


El resto del día fue algo normal, después de bañarnos fuimos a desayunar, fuimos a clases y después a trabajar, en mi turno conseguí el número de algunas chicas, tal vez las invite a salir, tal vez no, debo admitir que ellas pueden ser buena diversión para pasar el rato.


— ¡Len! —mi hermana se enoja cuando me ve con otras y la comprendo, lo que hago con ellas no es correcto pero no puedo evitarlo.


Si hubiera nacido de otra forma, con otra apariencia, quizá mi historia sería diferente. No seré el chico más guapo pero estoy lleno de energía para hacer lo que quiero cuando quiera.


— Saldré con esta chica el sábado y con esta el domingo —sonreía mientras anotaba en mi agenda— ¡Nada es mejor que el aroma de una chica!


— Me agradas Len, aunque lo que haces no lo considero bueno —comenta Gakupo— ni Mikuo es tan descarado.


— Tú déjalo ser Gakupo —Mikuo sonríe con picaría— al final las razones de Len para ser así no las sabemos del todo.


— Mientras no sé meta con Kaiko, por mí está bien —comenta el pelo rosa, yo sólo sonrío.


Por la ventana observo a mi hermana caminar con sus amigas, puedo decir con claridad que quizá soy un insensible, un poco hombre, pero para mí todas ellas son un consuelo: su aroma, sus sonrisas, sus ojos, su cuerpo. Todo eso me consuela ante la idea de no poder tener nunca la única chica que me interesa.


…


Al terminar de escribir mi trabajo, apago la lámpara de noche y observo a la cama de Luki-san, él no se ha levantado en todo el día, parece estar enfermo, si mañana no amanece tendrá que llevarlo a la enfermería por algunas medicinas.


Cierro mi libreta y me cambió para dormir, si yo hubiera sido de otra forma, nacido con otra apariencia, me pregunto si me hubiera fijado en Rin en algún momento y más aún me pregunto si sería como hoy soy.