Abyss & Lacie [La Verdadera Alice]

La pequeña Alice siempre se sintió sola en aquel lugar.

Ella podía escuchar un eco lejano cargado de risas, ante sus ojos pasaban una y otra vez visiones de personas dándose afecto. Pero esas risas no eran de ella, esas caricias no las sentía en su propia piel.

Cada día se corrompía más, su corazón confundido necesitaba librarse de ese dolor desconocido.

Aquella oscuridad la tentó, su aura fue consumiéndose en lo impuro. La soledad fue afectando su cordura, y finalmente se fundió con aquella densa negrura que era todo lo que había conocido hasta ese entonces.

Adoptó el nombre de Abyss, que significa “Abismo”, dándose a entender que ahora pertenecía al mundo de las tinieblas. Su corazón se volvió duro como el mármol, sus sentimientos fríos como la hiel. Pero ella seguía sintiéndose en su interior frágil como un cristal.

A lo lejos dos guardianes observaban todos los pasos de Abyss.

Uno de ellos, llamado Damián, era guardián de aquellas sombras que la tentaban, y tanto fue su entusiasmo ante la idea de que ésta nueva dama había fundido su alma con lo negro que no pudo más que aplaudir ante el hecho, considerándolo maravilloso.

El otro, llamado Gabriel, era un guardián de la luz. A diferencia de Damián, Gabriel había nacido directamente de la voluntad de Alice. Él nació del afligido deseo que albergó su corazón, en cuanto a tener a alguien que le profiriera afecto. Por lo mismo, Gabriel amaba a Alice más que a nada, y sufrió al verla convertida en otra persona. Incluso físicamente los ojos azules que alguna vez lo cautivaron ahora tenía el tono carmesí de la sangre, y los rizos de oro que adornaron su rostro inocente ahora eran negros como la noche sin luz de luna.

En un intento desesperado decidió acercarse a ella, a pesar de que eso estaba prohibido para un guardián y también mencionando el hecho de que Damián le había amenazado de muerte si interfería en la transformación de aquella criatura. Aun así lo decidió, prefiriendo a Alice ante su propia vida.

Gabriel le sonrió cordialmente con verdadero anhelo, cosa que puso a Abyss nerviosa y desconfiada. Él se presentó, declaró quién era, de dónde había surgido y después le explicó lo peligroso que era para su cuerpo, alma y corazón, permitir que ese abismo siga dentro de ella.

—No quiero separarme de ésta oscuridad —respondió ella, luego de haber escuchado sus palabras—. Quiero que se aferre a mi alma y que siga conmigo hasta el final de mis días.

Mientras Gabriel seguía en el afán de convencerla, Damián se dio cuenta de su cometido y decidió interferir atacando la espalda de éste con su espada de hierro. La sangre de Gabriel comenzó a propagarse, y Abyss gritó con un escalofriante eco que salió de lo más profundo de su garganta.

—Shhh… —Damián reposó el índice izquierdo sobre sus labios rojizos, en un intento de callarla—. Él sólo es un estorbo, querida, no hagas caso a sus palabras. Eres una criatura hermosa tal y como estas ahora. No permitas que te perturben, deja que el mismo infierno queme tus venas y que tu alma pervertida se quede negra como el carbón. Me encantas tal y como estas ahora, yo seré tu acompañante si te quedas en esta forma, yo te guiaré y estaré a tu lado hasta el final de los tiempos.

Estiró la mano, ofreciendo con caballerosidad su brazo. Ella lo vio con los ojos resplandecientes, era la primera vez que alguien le profesaba afecto de esa manera. Dudosa y con las manos aún temblorosas de la impresión, acerco su mano para agarrar la de él.

Entonces Gabriel se levantó, su traje blanco estaba bañado en sangre, pero aun así agarro a Abyss y la atrajo para sí, abrazándola fuertemente.

—Yo te amo —le susurró al oído—. Te amo y te he amado desde la primera vez que te vi. Yo soy la esperanza de tu ser, el amor que anhelaste en tus venas. Para mi fuiste perfecta tal y como eras. Siempre velé por tus penas y lanzaba una plegaria al cielo para aplacar el dolor de tu corazón, estuve a tu lado aunque no me podías ver, secaba tus lágrimas mientras dormías. Por favor, devuélveme a la Alice que conocí, ella es la razón de mi existencia. Me estás quitando la vida, mátame si no eres capaz de devolverla.

En ese instante buscó su mirada carmín y ante el arrebatado deseo se impulsó para besarla suavemente en los labios.

Abyss pudo sentir que algo dentro de ella se rompió. Se desplomó en el suelo y comenzó a retorcerse de dolor, Damián y Gabriel se quedaron impotentes ante el acto y no sabían cómo actuar, no entendían que estaba pasando.

La dimensión comenzó a resquebrajarse, grandes grietas comenzaron a salir debido a la presión de la fuerza que iba saliendo de su cuerpo. Finalmente Abyss se partió, y de ella se formó otra joven.

Ésta joven también tenía esa semejanza a la antigua Alice, sólo que sus cabellos eran blancos como la nieve de invierno y al abrir los ojos se reflejó un celeste profundo, puro y cristalino.

—Ésta es Lacie —dijo Abyss a Gabriel—. Es frágil, pero demasiado fuerte para seguir dentro de mí. Te la obsequio por el amor que me haz profesado, ella te corresponderá mejor. Yo en cambio me quedaré junto a Damián para que me muestre la maldad del mundo, muéstrale tú a Lacie la bondad que se conserva. Algún día ambas volveremos a enfrentarnos, y ese día sólo una deberá sobrevivir, una de ambas. Hasta entonces no se metan en nuestro camino, y nosotros no nos meteremos en el suyo.

Dicho esto Abyss tomó la mano de Damián y desapareció con él en la penumbra que se divisaba.

Gabriel sonrió al ver la dulzura de Lacie y luego la tomó en brazos.

—Tú serás la esperanza de Alice —le dijo—. Nos encargaremos de que ambas partes algún día se vuelvan a juntar, en lugar de desaparecer.

Ambos desaparecieron entre una de las grietas de la dimensión, la que estaba cargada de una luz brillante diferente a la oscuridad que siempre se rodeaba en aquel lugar.

Así fue como ambas gemelas surgieron; Abyss, la oscuridad que albergó maldad y malos deseos contra todo lo que no poseía, y Lacie, la bondad que se siguió manteniendo con la esperanza de algún día alcanzar felicidad.

Cada una siguió un camino distinto con el guardián que le tocó, de la mano de la luz y la oscuridad.

Ambas son la misma cara, ambas salieron del mismo corazón, y algún día ambas deberán enfrentarse para saber quién debe ser considerada…

“La Verdadera Alice”.