Absalón

Absalón

Yeah, aquí esta lo que yo hice para "Relatos Fóbicos" Espero les gusten, aunque me quedo de la sh*t porque lo hice a la volada. D:​

________________________

Título: Absalón.
Autor: Sabrina.
Fobia: Bogifobia [Miedo al coco/monstruo infantil.]​

_______________________

Absalón​

~~~*~~~


​

La vieja mansión en aquella deshabitada calle de Londres inspiraba terror a aquella persona que la viese o la contemplase. Era de un aspecto imponente y sobrio, sin embargo la extraña aura que lo rodeaba hacía que tuviese una fuerte pincelada de miedo.


Los que vivían allí eran personas que viajaban todo el tiempo, una familia muy adinerada y de gran prestigio en Inglaterra. Pocos tuvieron la dicha o la maldición de hablar con ellos y saber que tenían una pequeña hija, Luciana.


Esa niña era el símbolo de la belleza encarnada: Tenía delicadas y perfectas facciones, sus pequeños y rosados labios hacían un juego perfecto con sus impresionante orbes azulados. Sus largos cabellos castaños caían grácilmente sobre su fina espalda, siempre la veían con expresión sonriente. Claro, ella era experta en formular sonrisas falsas.


Nada más se sabía de ellos, únicamente que tenían dinero y que aquella pareja tenían una preciosa hija que después sería causante de las disputas entre muchos caballeros que anhelarían tener el privilegio de poseerla. Los señores de la casa viajaban mucho, y la dejaban al cuidado de los sirvientes, sin prestar atención a las súplicas de ella

—Por favor, papá. Te prometo que no les estorbaré, sólo déjame acompañarlos.

—No. Esa es mi última palabra, Luciana. Estoy cansado de oír tus absurdas historias de miedo.


La pequeña le vio con ojos llorosos y se aferro al apuesto hombre.

—No son historias. En verdad, cuando la noche llega siento que alguien me persigue y ríe a mis espaldas. Traté de huir pero lo único que consigo es asustarme más, ya ha intentado matarme y dijo que hoy no fallaría.


Su hermosa voz terminó quebrándose para romper en un llanto casi histérico, se arrodilló y cogió sus hebras castañas en señal de amargura y desesperación. El hombre la vio con ojos compasivos, ya le había comentado esto a un psicólogo que era amigo suyo quién le había dicho “Fantasías de niños, ya se le pasará” Él comenzaba a dudar que aquello sólo fuera una fantasía, su hija se veía muy alterada y parecía sufrir mucho. Pero nada podía hacer, tenía un viaje muy importante que realizar, ya hablaría con ella cuando volviese. Se arrodillo juntó a ella y le acarició con cariño la cabeza, susurrándole unas pocas palabras.


—Hija, te prometo que hablaremos de esto cuando vuelva ¿sí?


Ella pareció despertar del sueño en el que se había sumergido y se aferro a la camisa de su padre.

—¡No! Si te vas ahora no me encontrarás viva, él me matará.

—Pero hija, lo que dices no es cierto. Ya lo consulté con el médico y sé que sólo es tu imaginación que te está jugando una mala pasada.—Le consoló acariciando el rostro de porcelana de la niña.

La preciosa muñeca —como le decían— suspiró rendida. Definitivamente no haría que su padre se quedara con ella; no importaba lo que ella le pidiera. Él tenía negocios.

~~oOo~~
​

Esa noche el cielo se oscureció como nunca, Luciana se había arrinconado en un extremo de su gran cama, miraba con ojos aterrados la puerta del armario. Esperando que algo saliera de ahí.


—Esta vez nada me pasará— murmuró.


Llevaba puesto un largo camisón de seda blanca, mientras que con sus brazos abrazaba sus rodillas y sus ojos demostraban matiz de miedo. De pronto aquella puerta del armario comenzó a abrirse lentamente, ella gritó con horror y saltó de su lecho y corrió hacía la puerta de caoba, intento abrirla pero no podía porque carecía de fuerza. Con más desesperación lo intentó y aun así no consiguió nada.


Oyó una risa cerca de ella, y sus orbes comenzaron a llenarse de saladas gotas que rápidamente surcaron sus sonrosadas mejillas.


—Niña estúpida— hablaron muy cerca de ella.

La pequeña emitió un pequeño grito y corrió a su cama y volvió a arrinconarse en un extremo. Las puertas del closet se abrieron completamente mostrando a un hombre con aspecto de payaso, su rostro estaba coloreado de colores chillones, sus ropas estaban rasgadas y sucias… sus labios formaban una mueca siniestra.


Ella tembló a aún más observando como aquel horrible ser se le acercaba despacio.

—Yo sé que tú me odias, y yo también te odio.


Abrió sus fanales impresionada y asustada. Trató de recordar que aquello sólo era su imaginación y que nada era real. Más aquel ser se acerco despacio a ella y le acarició con fingida delicadeza el rostro.

—Eres muy linda… sin embargo nadie te quiere. Por eso estoy aquí para atormentarte. Si tu padre en verdad te quisiera ¿crees que te habría dejado aquí conmigo?

—T-Tú sólo eres mi imaginación, papá dice que no existes y yo le creo.


Él soltó una risa burlesca demasiado aguda.

—Idiota, claro que soy real. Además nadie nunca te creyó que yo en verdad existo. Todos te dijeron que solo era “el monstruo del armario” Aunque técnicamente lo soy…


—N-No. Por favor, Absalón—susurró débilmente.

Aquel se rió con fuerza y desdén, la observó con aparente asco. La niña le vió con terror contenido y comenzó a llorar fuertemente.


—Ahora no fallaré, te juro que morirás, estúpida— habló.


Después de aquello los sirvientes tan sólo escucharon gritos desesperados cargados de dolor y sufrimiento. Intentaron muchas veces abrir la puerta de la Señorita pero no lo consiguieron. Algunos se aterraron, jamás habían oído gritar y maldecir a nadie así.


Los minutos pasaron lentamente, torturando a todos. Alguien logró abrir la puerta y lo que vieron adentro los dejaron atónitos. La hermosa niña se hallaba tendida en su cama, rodeada de un líquido escarlata… se había cortado las venas.


A su lado reposaba un muñeco de colores chillones, y la puerta de su armario estaba rasguñada.

~~oOo~~
​

Pasaron tres días de aquello, su padre lloraba silenciosamente cerca del ataúd de Luciana, mientras que con una mano sostenía a aquel muñeco.


—Debí haberla escuchado, sabía que ella odiaba a este muñeco que se encontraba en su armario. Sabía que odiaba a este monstruo…


… Pero nunca la entendí a ella, ni jamás supe que tenía bogifobia. Ahora, talvez ella aún estaría con
nosotros.

__________________

Ya. x´DD
Nu sé. Me gustó, mas o menos. Pero agradecería sus lindAs opiniones. :3