About Politics II

Tema en 'Relatos' iniciado por RedAndYellow, 14 Septiembre 2017.

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    RedAndYellow

    RedAndYellow Usuario común

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    Título:
    About Politics II
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
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    1
     
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    772
    De nuevo tocando los limites del foro.

    El siguiente texto puede contener material, partes y tema delicado. Se recomienda la discreción.
    +16

    .About Politics.

    Seems like a good time for a drink and a cold calculated speech with sinister overtones. A speech about politics, about order, brotherhood, power, but speeches are for campaigns, now is the time for action.
    Tomó una copa de vino, se miró reflejado en el líquido y rio en un silencio casi incómodo. Si había conseguido el poder había sido gracias a sus propias manos, ahora que lo tenía, no dudaría en imponer nuevas leyes, nuevo poder, nuevo orden, nuevo todo.
    Chasqueó los dedos y un hombre trajeado se le acercó, era un poco más alto y tenía un bigote blanco empapado por la edad. Su traje era negro mate y su cabellera, casi calva, recordaba a un copo de nieve.

    —Dígame, señor —Pronunció lento, como si le costara hablar.

    —Necesito que me traigas a ella, por favor —Le contestó seco y la gran marioneta se fue, llevando un gran peso sobre sus hombros. Él, el gran presidente, dudó por un segundo y luego tiro el vino al suelo. Dejó que se impregnara lo máximo posible y llamó a la mucama para que lo limpiara.

    Se sentó en su oficina, el palacio real: un enorme edificio de doscientos pisos, él estaba en el último piso, sentado en una silla de cuero viendo la ciudad desde paneles de cristal relucientes. Esperaba que su marioneta volviera con su recado, estaba tan ansioso que le fue imposible no quitarse la corbata y los zapatos. Los tiró desorganizadamente por el blanco suelo. Dejó un lapicero en el escritorio de vidrio y se rascó el cuello.
    Miró como la bandera de su país se alzaba en todas las calles.

    Cuando el hombre, con el bigote más desordenado, llegó llevaba a una muchacha de no más de quince años tomada de la mano. Sus risos de oro iluminaron la habitación, realmente, era una muñeca viva. Su rostro, limpio y delicado, hizo que el presidente tragara saliva sentándose recto.

    —Gracias, Gottofredo, puedes dejarnos solos.

    —Sí, señor.

    El silencio invadió la habitación, hasta que ella se sentó en un pequeño pero confortable sofá café que estaba en la oficina. Él lo había comprado pensando en su esposa y en su hija ¡Ese sofá les hubiera encantado! Tragó saliva. Revisó levemente los papeles y levantó la cabeza.

    —Así que Marta ¿Verdad? —La miro directamente a los ojos; mientras ella contestaba, fue bajando la mirada hasta su escote.

    —Así es. La misma. He vivido en este país durante solo mis quince años, pero lo admiro mucho —Dudó un poco— señor.
    El asentó con la cabeza y se levantó. Firme.

    Se acercó a ella. Lo suficiente como para incomodarla, pero no le importó, le puso una mano en la boca y levantó su falda. Deleitó las vistas unos segundos y le quitó la mano de la boca. Necesitaba ir un poco más allá, después de todo, nada importaba ya: era la cabeza del poder, podía matar y violar y nadie jamás sabría nada. Ahora era él el verdugo, no se sentía tan bien como pensó; pero podía oler de nuevo a su esposa. A su hija, sin nacer aún.

    Se enfureció. Le golpeó el rostro y antes que ella pudiera gritar, la ató con la corbata y una cuerda que había escogido previamente. Nada se debía dejar a la suerte.

    Alzó la falda a cuadros de ella. Se excitó ante la vista que tenía; como le hubiera gusta ver la expresión de ella cuando empezó a acariciar los labios, rozar y golpear, incluso, meter el índice. Luego, su erección bajo. Seguía sin entender nada, nada tenía sentido.
    Chasqueó sus dedos.

    —¿Señor?

    —Átela de las piernas y tirela por la ventana. Antes báñela en aceite, pero no la ahogue —Se sentó en su silla y se puso a revisar los problemas de una provincia de supaís. —A la próxima, te pediré que me consigas una niña. Algo debo sentir.

    Gottofredo se quedó en silencio. Intentaba entender el dolor del señor presidente. Ojala algún día pueda entender que no hay razón alguna en el destino de su esposa y su hija. Cuando él la violó a las espaldas del entonces ministro, no sintió ninguna reacción extraña en su cuerpo. No le gustó demasiado haberla ahogado, pero si no lo hacía, estaría muerto.
     
  2.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido biblical gakkouer

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    La necia me llaman y me da igual.

    ¿Se te viene a la mente el recordatorio anterior? Sí bueno, pues eso. Rozaste límites antes, los pasaste ligeramente ahora, y bueno, ligeramente por decir algo. Vamos a citarte, porque es bastante oportuno:

    Sabes perfectamente lo que haces, así que en nada te sorprende que esté aquí, ¿me equivoco?

    Apartando el hecho de que el texto en sí mismo carece de algo que lo haga particularmente atractivo además de la frase introductoria en inglés, al menos desde mi lectura, lo que vengo a remarcar es que aquí no haces y deshaces temas de esta índole como quien entrega el periódico con tremendo primer plano de un homicidio y ni se inmuta. Con tal frase introductoria, repito, la que está en inglés, yo esperaba algo diferente y, de alguna forma, mejor construido. Hay algunos errores por ahí, pero bueno, no vienen al caso ahora.
    Estás hablando de violación. Es más, violación de menores de edad. Sí, no hay nada exageramente explícito, aunque:
    Sí sí, que tiene su trasfondo y demás. No por eso nos vamos a brincar reglas, que ya como que nos hemos estado saltando bastantes, o la menos, haciendo el intento y mi paciencia empieza burbujear.

    Vamos a seguirle a las citas:
    Sale sobrando que haga la aclaración de que esto no va aquí, Red. Una vez, está bien lo dejé fluir aunque hice el recordatorio; dos es jugarnos riesgos innecesarios y absurdos.
    Como usuario aceptaste las condiciones al registrarte, al igual que todos nosotros. Haz el favor de atenerte y ver lo que estás escribiendo y dónde.
    Si no te agrada, bien, no estás en la obligación de estar de acuerdo, pero tienes el blog. Ni siquiera tienes que, digamos, salir de FFL realmente para publicar estas cosas como tocaba antes, así que evitemos la repetición de esto, que ya se vuelve tedioso.
    Gracias.
    Cierro tema. No quiero quejas porque bien podría haberlo borrado y si las hay, pues se podrían atender con otros miembros del Staff. Mi opinión respecto a esto ya es clara.

     
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