A tu Lado [Sessho&Kago]

Hola! si, ya se no me maten por no actualizar la profecía, lo que paso jeje es que me quede con el capitulo a medio escribir cuando se me ocurrió esta ideita, y no podia dejarla tan chiquita en un mundo de largos fics (violin y rosas de fondo) volviendo a la idea jejeje, este fic estara compuesto por solos tres cap. espero que les guste y lo continuo.​

Bess. yo =)​

PD. Intentare actualizar la profecía lo mas pronto posible....​

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Capitulo 1. Más allá del Tiempo​

La niña de sedosos cabellos azabaches amarrados en dos coletas, corría felizmente por la cálida playa al atardecer. Su dulce risa se esparcía y flotaba a través de las cristalinas aguas del Mar.
La pequeña de profundas orbes zafiros observo a trasvés del agua una brillante caracola de extravagantes colores naranjas, hermosa a sus ojos. Con la inocencia de una niña de seis años tomó el objeto sin esperar al errante cangrejo que se albergaba en su interior. Con un corto grito susto provocado por la aparición del animal, dejo escapar la caracola de sus manos. Largas lágrimas se escabulleron por su rostro.

— ¿Por qué lloras? – La niña alzó la vista. Frente a ella un niño de aproximados ocho años cruzaba los brazos con seriedad, sus ojos dorados estudiaban a la pequeña que repentinamente había dejado de llorar – Me fastidia.

—Tu cabello… es plateado – Maravillada, estiro sus pequeñas manos tomando uno de los mechones de cabello color plata que se esparcían a los lados del rostro del infante, que con una de sus manos apartó la de la niña que fruncía el ceño con molestia – Eres un grosero. Por cierto, mi nombre es Kagome. ¿Cómo te llamas?

— Hn – El albino ladeo el rostro con indiferencia – Sesshomaru – Volvió su rostro al de la pequeña azabache que sonreía abiertamente - ¿Y tus padres?

— Pues…– La niña frunció el ceño posando una de sus manos en la barbilla.

— ¿… si? – Sesshomaru la incitó a continuar.

— No lo se – Kagome rio al ver la incredulidad en el rostro de su acompañante - ¿Me ayudas a buscarlos?

— Hn – El niño dio media vuelta caminando en dirección contraria - ¿Vamos? – Susurro sin detenerse. Kagome corrió en su dirección sonriendo con felicidad. Ambos caminaban siguiendo las huellas sobre la arena.

La pequeña se movía lentamente analizando cada detalle de la playa. Sus ojos azules chocaron con un extraño objeto oculto en la arena, con curiosidad detuvo su andar agachándose para tomar la extraña pieza. Sus orbes se dilataron con emoción al descubrir su tesoro.

— Sesshomaru – Llamo con entusiasmo, al verlo detenerse en espera corrió en su dirección. El pie de la niña trastabillo haciendo que callera para luego reincorporarse con rapidez. Sesshomaru llegó hasta la niña viendo una clara tristeza en su rostro.

— ¿Qué ocurre? – Pregunto dudoso. Kagome alzo la vista con un puchero en los labios. Alzó una de sus manos mostrando dos hermosas piedras, que aparentaban el cristal, color cobalto. Sesshomaru tomó ambas piedras inspeccionándolas, con astucia las juntó formando una perfecta luna menguante azul, al separarlas ambas piedras formaban otra figura – Parecen… colmillos – Ladeo la vista al ver iluminarse el rostro de la niña que sin mas, arrebato ambas piezas de sus manos.

— ¡Tienes razón! Parecen pequeños colmillos – Kagome sonrió felizmente. Una idea destello en su mente, haciendo que desatara las cintas blancas que amarraban su cabello en dos coletas y atara cada una a un trozo de piedra, formando un pequeño – Ten. Quiero que te quedes con este… - Estiró uno de los collares al niño, que aun con seriedad lo tomó - … y yo me quedare con este – Kagome alzó el otro collar, para luego pasarlo por su cuello y amarrarlo en un moño. Sesshomaru repitió el gesto.

— ¿Por qué? – Pregunto el niño seriamente viendo a la pequeña correr adelantándose. Ladeando el rostro sonrió.

— Por que así siempre estaremos juntos.

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9 años después​

La joven de cabellos azabaches y mirada zafiro observaba el mar apoyada sobre la baranda del puente de la ciudad, en sus mano reposaba una pequeña botella de cristal, la cual contenía un papel color pastel en su interior.

— ¿Acaso planeas suicidarte? – La joven sonrió al reconocer la masculina voz detrás suyo.

—No podrás librarte de mi así de fácil – El muchacho alvino se poso a su lado viendo el atardecer sobre el mar.

—Tienes razón, no tengo tanta suerte Kagome – La azabache rio ante el sarcasmo de su amigo – ¿Qué es lo que haces? – La azabache alzó la botella de cristal, como si eso resolviera la pregunta – ¿Hn? – El albino sonrió ladino.

— Tengo un deseo – La joven sonrió misteriosamente al mostrar la botella dentro de la cual el trozo de papel se trasladaba de un lado a otro. Sesshomaru frunció el ceño.

— ¿Qué deseas?

—Pues no lo se – Kagome sonrió mirando al albino que mantenía fija la vista en la botella - ¿Sabes? Yo… deseo que seas feliz – Sesshomaru centró su vista en sus ojos azules.

—Entonces quédate a mi lado… - La azabache sonrió abiertamente arrojando la botella al mar. “Por que solo a tu lado soy feliz”

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7 años más tarde​

La habitación iluminada por las velas era escenario de la azabache que se encontraba expectante ante cada movimiento del albino frente a ella.

El joven de profundos ojos ámbar sonreía con seguridad, arrodillándose frente a la emocionada muchacha.

— ¿Inu- Inu Yasha? – Pregunto con incredulidad al ver como él sacaba del bolsillo de su chaqueta una pequeña caja de color escarlata. Inu Yasha abrió la cajilla revelando un hermoso añillo de oro en el cual se encontraba una pequeña perla rosada en el centro rodeada de diminutos diamantes.

— Kagome - La aludida posó su completa atención en él - ¿Quieres casarte con migo?

—Yo… yo si ¡Si! – Inu Yasha tomó la mano izquierda de la joven introduciendo el anillo de compromiso en su dedo anular. Kagome abrazó a su prometido, gruesas lágrimas de emoción se escapaban de sus brillantes ojos.

Inu Yasha correspondió a su abrazo sintiendo su pierna vibrar por la entrada de una llamada en su celular. Sonrió complacido.


—Vuelvo en un minuto amor, debo contestar esto – El albino deshizo el abrazo dirigiéndose a una esquina de la habitación.

Alzó el teléfono leyendo el nombre del contacto. “Kikio”

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Kagome observaba con emoción a las personas frente a ella. La habitación era decorada por una gran mesa de madera, en la cual sus invitados alzaban las copas de cristal sin comprender la razón del festejo.

La joven sonreía a cada uno de sus amigos, que sentados en específicos lugares de la mesa sonreían cortésmente. Como anfitriona de la cena se encontraba orgullosa por los resultados.

— ¿A que viene todo esto Kagome? – La aludida giro en busca del dueño de la voz masculina que tanto conocía. En efecto, detrás suyo se encontraba un joven de largos cabellos color plata y penetrantes ojos ámbares, su frio semblante se mantenía fijo, frunciendo el ceño al mirar a su alrededor, el muchacho se cruzo de brazos, apoyándose sobre una de las paredes.

— ¡Sesshomaru! Me alegra mucho que alas podido llegar, creí que aun estabas de viajes – Kagome sonrió abrazando a su mejor amigo – Te extrañe mucho idiota.

—Pues eso es a lo que se llama trabajar. No es mi culpa que el bastardo de mi “medio-hermano” no sepa lo que esa palabra significa. Estuve de viaje, pero tus constantes llamados no dejaban que cumpla , asique decidí venir, además el idiota de Inu Yasha no hiso absolutamente nada.

—Vamos no seas así – Kagome hizo un leve puchero al notar el enojo del albino. Su sonrisa se acentuó – Además, es por el que estamos aquí.

— ¿Sera que al fin decidiste abandonarlo y celebrar que no volverá a aparecer? – La azabache rio animadamente, Sesshomaru alzo una ceja juguetonamente, una de las tantas acciones que solo se mostraban con ella.

—No… – La joven sonrió de forma siniestra.

—¿… Hn? – Sesshomaru la incito a continuar la oración incompleta.

—Espera y lo veras – Kagome salió corriendo antes de escuchar una nueva palabra de su compañero, le encantaba molestarlo aun cuando era su mejor amigo. La joven camino rápidamente hasta posarse frente a la mesa que era ocupada únicamente por sus amigas y familiares cercanos. Alzó su copa siendo seguida por sus invitados.

—Quiero hacer un brindis por… - La joven se acerco a la mesa siendo rodeada por sus expectantes amigas - ¡Mi compromiso! – Los gritos de emoción se esparcieron por la habitación, las personas se acercaban a felicitar a la futura esposa que reía y charlaba animadamente.

Él se encontraba abrumado, sus pupilas doradas se dilataron levemente, en el instante en que perdió la compostura. Su frio semblante se recupero en instantes, sus ojos color ámbar se encontraban mas oscuros. En su mente resonaban las palabras de la azabache. Giró sin mirar atrás.

Nadie notó su llegada.

Nadie notó su salida.

Continuara…​

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Escenas del proximo capitulo.​

- ¿Que es lo que ocurre contigo Sesshomaru?​

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- No! Espera! No te vallas Sesshomaru! - Solo tubo tiempo de girar...​

- ¡Kagome!​

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- ¡¿Es que acaso no lo entiendes?! ¡Estoy embarazada!....​

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Espero que les halla gustado. Saludos​

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