A quien me recuerdas

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por DeboraAnabe, 3 Noviembre 2007.

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  1.  
    DeboraAnabe

    DeboraAnabe Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    7668
    A quien me recuerdas

    Hola pues no he podido recuperar mi contraseña asi que he habierto una nueva cuenta, con los tres primeros capitulos gracias

    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia es hechas por una fan para fans. INUYASHAXKAGOME
    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas
    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino mas miserable que el de el.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos , autos.

    “..........” PENSAMIENTOS
    - DIALOGOS-
    &&&&& CAMBIO DE ESCENA
    /NOTA DE AUTORA/ N/A
    ////FLASHBACK////

    I- Amor Incondicional?

    Inuyasha pertenecía a una de las clases mas altas de la sociedad, orgullosos y caprichoso durante su vida había gozado de todo lo que había deseado y Kikio la hija menor de los Higurashi no seria la excepción, era todo lo que esperaba de una mujer hermosa, culta , sociable y el la tendría, sus padres habían arreglado para ellos una primera cita y como era de esperarce, y para satisfacción de ambos padres habían congeniado pronto se casarían y su unión promovería su condición de ricos a exorbitantemente millonarios.

    - Vamos Kikio corre , vamos corre- Inuyasha y Kikio se encontraban en otra de sus cabalgatas que como siempre, se habían transformado en una carrera
    - Espera Inuyasha, no corras, no puedo mas- ella podía hacerlo mas rápido, pero el ganarle a el, significaba retarlo y ella necesitaba quedarce con el, solo los hombres ancianos contaban con una fortuna como la suya , juventud, porte y riqueza era algo que no abundaba en esos días.
    - ¡Te gane Kikio! , eres una lenta- dijo mientras se detenía con su caballo aun jadeante, unos pocos pies de ella quien también resintió el esfuerzo.
    - Por supuesto que soy mas lenta soy una dama delicada y fina, no una amazona- intento mantener la compostura frente a sus burlas, el era tan infantil.
    - vamos no te pongas así, montarías mejor con las piernas a ambos lados, esa silla de lado debe ser incomoda, además una mujer así, se ve mas sexi, no crees- dijo bromeando casi esperaba que se molestara, le agradaba sacarla de sus casillas.

    Kikio enrojeció ante la ofensa y su reacción no se hizo esperar - ¡¿Cómo una salvaje?!, acaso estas loco, una cosa es correr contigo y otra es olvidar nuestra cuna y actuar como lo que ya te dije, por dios tienes que estar loco- fue bajando el tono de su voz al recordar, que su tía le enseño que una dama jamas debía alterarse así “no es digno Kikio” resonaba en su cabeza respiro profundo y se controlo.
    - Perdóname era una broma, no quise decir que ...bueno yo es que ..- el solo quería conocerla mejor intentaba molestarla para ver su propio espíritu a veces ella era tan reservada que no sabia que hacer, el paseo que habían dado era el primero solos, después de oficializar su noviazgo y pensaba que quizás solos se soltaría pero ahora...
    Kikio se dio cuenta de su decepción y pronto rectifico, no podía molestase con el , no ahora medito un momento y luego – JAJAJAJA- rió.
    Inuyasha la miraba desencajado.
    - Hubieras visto tu cara, era una broma , anda ayúdame a bajar y te daré tu premio antes de que regresen los carceleros – penso que decir eso, era lo mejor
    El se le quedo viendo unos segundo luego asintió - ¿Así que cual es mi premio?- dijo mientras ayudaba a bajarla
    Ella solo sonrío cruzo sus brazos por detrás de su cabeza y poso sus labios en el.
    Inuyasha olvido todo por un instante y se concentro en besarla, la sujeto fuertemente de la cintura y profundizo el contacto, a ella no le agradaba que el utilizara su lengua, pero “Tranquila Kikio resiste, te casaras y serás millonaria” ese pensamiento la ayudaba en estos casos para soportar las costumbres que Inuyasha había adquirido quizás con alguna de esas mujeres de la calle.
    Por el contrario el estaba en las nubes aunque ella no respondía como el quisiera se daba ánimos diciendo que con el tiempo ella lo desearía tanto como el ....de pronto algo los hizo detenerse
    - Cof, cof - el sonido los hizo detenerse inuyasha volteo fastidiado y dijo – ¿ Que demonios quieres bruja solterona?
    Kikio quien estaba de espadas, se giro para observar a un jinete que se les había unido se alejo de Inuyasha y observo con fastidio a la figura - ¿ Que pasa Kagome, ahora te dedicas a espiar lo que no puedes, tener? – se giro nuevamente a inuyasha ignorándola puso descaradamente los brazos alrededor de el - ¿Sabias que ella nunca tubo novio inuyasha? , es que es tan sin gracia que, bueno tu sabes solo puede entretener a un sacerdote o a un anciano, por que no te bas por donde viniste y nos dejas continuar .
    Inuyasha, asintió, estaban por continuar con lo que hacían y.......
    - Papa y tía Kaede me mandaron a buscarlos dicen que el señor Taisho a mandado una nota para ustedes- respondió con total calma ya acostumbrada a las contestaciones y burlas de parte de esos dos y de los demás, continuo obserbandolos serenamente, como esperando que la siguieran pero.
    - Bien bruja ya dijiste lo que venias a decir así que , ¡ largo¡ - Inuyasha la miro con desdén y se abrazo mas a kikio
    - Pero papa y la tia Kaede dijeron que .....- se movió inquieta sobre el caballo sabiendo que si no regresaba con ellos como le había dicho su tía estaría en problemas.
    - ¡ eres una verdades molestia¡ mejor vamonos Kikio o esta bruja no nos dejara tranquilos- ayudo a montar a kikio, luego lo hizo el y comenzaron a andar con lentitud hacia la casa .- ¡oye bruja¡ por que, no te consigues un novio o un amante así dejaras de entrometerte en nuestras vidas- se giro a Kikio y rieron con maldad.
    - Por favor no seas cruel Inuyasha papa casi tuvo que pagarle a todos los muchachos el día de su presentación en sociedad para que bailaran con ella, ni siquiera ofreciendo dinero o regalándose podrá conseguir a alguien, es que la pobre Kagome es tan fría- ambos comenzaron una nueva ronda de carcajadas.
    Kagome caminaba lentamente frente a ellos escuchando sus rizas y agradeciendo al cielo que no la dejara quebrarse, estaba tan cansada de todo esto, pero no podía hacer nada ella sabia que todo lo que decían era cierto , ella nunca podría conseguir a alguien, siempre que imaginaba su futuro se veía criando los hijos de Kikio o siendo la dama de compañía de su Tía Kaede y eso la llenaba de malestar; su vida no podía ser mas desgraciada y su alma no podía sentirse mas desolada .

    CONTINUARA ........

    N/A: Como verán fue un mal inicio para Kagome.

    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia es hechas por una fan para fans. INUYASHAXKAGOME
    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas



    Capitulo II

    La carta y la Despedida.

    Kagome fue la primer en entrar a la sala, y recibida mas que ..”CORDIALMENTE” por su tía Kaede

    -¡Muchacha! ¿ donde diablos te habías metido?, eso da igual dime, ¿cumpliste con lo que te encargue?, ¿siquiera te acordaste? , responde dime ¿donde están?, responde- Kaede era la tia solterona (por falta del candidato adecuado según ella una mujer ya entrada en años elegantemente vestida y peinada), de Kagome y Kikio al morir su madre las había criado, decía quererlas a las dos por igual pero, se quejaba constantemente de la ingratitud y la desobediencia de Kagome y así justificaba su favoritismo por kikio.

    -¡Responde! ¿¡ahora además de inútil, eres sorda!?- Aunque Kagome ya estaba acostumbrada a ese tipo de tratos espera satisfacerla de alguna manera ella era , a quien podía considerar lo mas cercano a una madre y por ello se ofrecía a hacer todo lo que ella requiriera y albergaba la esperanza que quizás un día, pusiera la mano en su cabello y la acariciaba con aprobación como lo había hecho innumerable cantidad de veces con kikio, penso que quizás esta vez seria diferente pero como siempre fallo.
    Se giro hacia la puerta por donde había entrado he hizo un seña extendiendo el brazo como si alguien fuera a pasar, agachando la cabeza como esperando la llegada de la reina pero...........
    - Donde..., donde están ¿¡Es que acaso quieres tomarme el pelo!? ¡lo sabia!, ¡lo sabia! ¿es que no puedes hacer nada bien?, ni siquiera lo mas simple- Kede estaba caminando de lado a lado cual fiera enjaulada.
    Kagome observo la puerta y allí no había nadie “pero como puede ser, si venían detrás mío”
    - Pero ..pero...Tia..si lo hice te aseguro que...yo pues...yo... fui y .... entonces ellos....

    - Entonces. .entonces ¡que!, ¡anda dame una de tus múltiples excusas para justificar tu estupidez si ya decía.. yo, seguro que en el camino te entretuviste con flores o pajarillos o quizás el hada de los dientes , hubiera enviado al caballo solo y habría tenido mas éxito! - Kaede había detenido su paso para mirar a Kagome de esa manera, esa manera que tenia como diciéndole que no tenia derecho de respirar.... “¿por qué?...¿por qué?” era todo lo que ella se preguntaba “¿por qué me odias si yo....yo ... te quiero”?

    Kagome solo cerraba los ojos y no hacia mas que rogarle a dios que le regalar un poco de inteligencia, para que su tía la quisiera un poco, con una vez al mes o al año le alcanzaba.

    Sus pensamientos se vieron interrumpidos por las sonoras carcajadas provenientes del pasillo
    Eran Inuyasha y Kikio se acercaban y por un momento fue feliz, esperaba que su tía le dijera “muy bien Kagome” pero...no podía estar mas equivocada.....Delante suyo ya estaban ambos conversando animadamente con su tía como...como. si ella no existiera, de pronto su tía se giro hacia ella con .....oh! ..podría ser eso....una sonrisa...si ....si ..era ...una sonrisa.....aprobatoria....al fin....gracias....Dios...gracias...Kaede se acerco a ella.... puso su mano en su hombro y......simplemente la hizo a un lado...........

    - Pero muchacha mueve y quita esa sonrisa haz algo útil - Tan solo la vio recoger un sobre que se encontraba tras ella, encima de la chimenea.
    Aun no se recuperaba, aun se encontraba con los brazos algo levantados y con una mueca afectada, como esperando algo mientras, su tía se dirigía a lado de Inuyasha y le extendía un sobre

    - Ten hijo, como te decía tu Padre te ha enviado una carta y bueno...creí que para ti seria urgente recibir noticias suyas, ya que hace tanto no sabes de el .- Inuyasha tomo la carta y la contemplo por un momento, levemente pudo observarse en su mirada dorada un brillo especial.
    - Bien por tu expresión, veo que hecho lo correcto, lee tranquilo mientras kikio y yo tomamos un te- Ambas se dirigían a la puesta cuando repararon en Kagome quien aun se encontraba en la misma estúpida posición, la observo un momento con una expresión de cansancio y..
    - hey tu, .. que haces allí, anda muchacha tonta haz algo útil, ve con Sango y pídele que nos prepare un te, despertó de su sueño volvió a la realidad e intento hablar como siempre tartamudeando.
    - He...si...yo...cuando ..de.. que quieres,...porque las tartas....- “Pero que estas diciendo hay tonta..tonta Kagome. .porque actúas así con razón te tratan como te tratan” era como si su mente funcionara mas rápido que su boca.

    -¿Qué parte de ve por un te, no entiendes?, ahora veo que.- Kagome solo agacho la cabeza para recibir las criticas de su tía, por alguna razón nunca parecían acabar, hasta que.....

    - Por favor espere...- Las palabras de su tía se vieron interrumpidas por Inuyasha quien parecía observarlas, pero es que acaso...., acaso, la defendería , es cierto Inuyasha era un petulante niño rico pero era amable recién ahora se dio cuenta hasta que punto.....la estaba defendiendo.. no podía ser,.. por un pequeño momento conservo la esperanza de que el .......su rostro se ilumino cuando el hablo.....
    - Por favor no lo hagan - el corazón de Kagome se paralizo un instante – esperen me gustaría que me acompañaran mientras la leo, después de todo somos casi familia no?- lo ultimo lo dijo con una voz algo enronquecida y mirando con añoranza a kikio.

    Volvió su rostro al sobre y comenzó a abrirlo mientras ambas se acercaban al exquisito juego de sillones y le indicaban a Inuyasha un lugar para que las acompañara y procediera con la lectura.
    Kagome aun se encontraba cerca de la puerta, hasta que escucho como alguien aclaraba la garganta y la observaba.
    - Lo siento pero dije solo “la Familia”- dijo mientras apoyaba un brazo en su cintura, aun con la carta en su mano- Kaede observo a la puerta y la vio hay, con esa cara de yo no fui, por dio es que esa muchacha no podía ser mas inoportuna, estuvo conteniéndose todo el día para no abrir ella misma esa carta y ahora esta insensata solo dilataba todo, esa carta con sello de urgente debía contener el arreglo del futuro de su querida Kikio y con suerte el de ella también, no lo soporto mas y frunciendo el rostro dijo.....- Kagome- ella la observo -a la cocina – la observo un momento mas, como no comprendiendo - ¡ eres tonta , que vayas a la cocina!- Fue cuando cayo y salió casi tropezando con su sencillo vestido corriendo como el viento.

    -Te pido me disculpes, es que esa niña..., abecés me exaspera- dijo la anciana, kikio le tomo la mano y en señal de apoyo dijo

    -Vamos tía sabes que no puedes alterarte así tranquila, todos sabemos como es ella, ¿verdad querido?- dijo observando Inuyasha quien solo hizo un ademan con la cabeza y contemplo por un instante , detenidamente el atuendo de Kikio era un vestido de encaje celeste exquisitamente elaborado, pero lo mas llamativo era el relleno, “realmente eres muy afortunado” penso para si.
    -Muy afortunado- aunque no se dio cuenta que había exteriorizado su pensamiento, se supo descubierto cuando una anciana con una sonrrisilla de picardía se poso en el
    – ¿como dices querido?- nuevamente despejo su garganta y señalo la carta y dijo – Afortunado de que papa no me olvidara, por supuesto, ¿La leemos?- Ambas mujeres asintieron después de echarse una mirada cómplice .

    Mi querido Hijo

    “Espero te encuentres bien, aunque si estas con Kikio es seguro que si , bien el motivo de esta carta es en realidad algo penoso , tu tío Setsuna Taisho se ha reunido con el Gran “Kamisama” este invierno”, -Inuyasha hizo una pausa en la lectura algo afectado observando con pesar a ambas damas aun así prosiguió,- y además de haber dejado un gran vacío en nuestras vidas ha dejado un imperio de negocios descuidado y lo mas importante, una viuda y unos hijos aun muy jóvenes, por ello me atrevo a pedirte que- inuyasha hizo una nueva pausa como releyendo la carta aun sin concebirlo- que viajes a Inglaterra será por poco tiempo, me he contactado con tu hermano Seshomaru quien se encuentra en Holanda, pero de momento imposibilitado de venir, por ello hijo te ruego, ven lo mas rápido posible no te lo pediría si no fuera importante, se que acabas de comprometerte puedes pedir a Kikio que te acompañe, prometo que no será mas de un año, tal vez menos. Se despide de ti rogando al cielo aceptes.

    Inu no Taisho

    - Inuyasha levanto el rostro para observar la expresión de kikio quien aun junto a su tía se encontraban bastante afectadas, en su cabeza resonaba “un año, un año”, en un año podían pasar muchas cosas se llevo la mano a la boca, el podría interesarse en alguien mas y ella no podría hacer otra cosa, que buscar otro candidato y empezar todo de nuevo, su cuerpo se lleno angustia, sintió la mano de su tía en su hombro vio su temor, no pudo mas y salió corriendo ahogando un llanto “no puede ser, no puede ser, con todo lo que hice, ¿por qué ¿ si el se va donde encontrare mejor partido, no ella no quería ser como su tía, nunca primero muerta que, envejecer soltera, o casarse con un viejo asqueroso o por porque todo tenia que ser así” era lo que rondaba en su cabeza mientras hacia carrera hasta su habitación, antes de llegar se cruzo con Kagome quien estaba transportando el te con pastel en una bandeja y la arrastro con ella, en la loca carrera a su habitación, se paro y antes de decir una palabra continuo dejando a su hermana tirada y llena de pastel, kagome se dio cuanta que lloraba y se preocupo - ¿Kikio estas bien, que ocurrió? Pero no hubo respuesta.

    En la sala Inuyasha no dejaba de observar la puerta por la que había salido su novia, tuvo el impulso de correr pero...una mano lo sostuvo y lo miro conciliatoriamente, ..
    - No, tranquilo- el continuo un poco la marcha hacia la puerta pero nuevamente se vio interrumpido –Tranquilo , tranquilo conozco a mi Kikio, ella esta... , esta sensible,. .con eso del noviazgo reciente, inocentemente cree que tu dejaras de quererla, - por un momento sostuvo la mirada y se dio cuenta que Inuyasha estaba desesperado, desesperado con ello su miedo se disipo un poco, quizás no estaba todo perdido si el estaba tan encaprichado con kikio como lo veía ahora, entonces quizás no habría problema alguno- tranquilo hijo, ya te dije son,... nervios de novia, ella te quiere bien y es lógico que reaccione así, deja yo hablo con ella te aseguro que todo estará muy bien – Inuyasha la miro con incredulidad mientras ella salía tras Kikio, después de todo debía confiar en ella, era como su madre, no es así, “maldita sea papa como pudo pasar esto” mientras pensaba, no pudo evitar jurar que si ella no quería que viajase, o peor esto ponía en peligro su relación, el mandaría todo al demonio y se quedarían juntos, y si era necesario huirían , el sabia que Kikio, viviría con el donde sea y como sea, si de algo estaba seguro era del Amor de su “Querida Kikio”.

    CONTINUARA......

    N/A: Pues como verán en este capitulo he tratado de mostrar de una forma, mas completa el comportamiento los personajes, por lo menos los principales, espero que haya quedado claro. Se que el personaje de Kagome aun no despega, pero como dije, este capitulo es para completar en parte la Introducción aun tengo varias cartas bajo la manga , o era conejos en la chistera bueno , lo que sea, gracias hasta pronto.

    DEBORA ANABEL



    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia es hechas por una fan para fans. INUYASHAXKAGOME
    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas

    Capitulo III

    Mascara.

    Kaede se encontraba recorriendo con paso presuroso hacia la habitación de Kikio maquinando en su cabeza cuales serian las palabras que ella debería decirle a Inuyasha para mantenerlo “comiendo de su mano” de pronto............ “una Idea, una fabulosa idea”, su rostro dejo atrás cualquier tipo de temor por la noticia del viaje y reflejo una sonrisa de oreja a oreja- “bien,....bien ....todo estará mas.. que bien. Se cruzo con Kagome quien aun recogía los trozos del exquisito juego de te de porcelana que habían caído con la repentina marcha de Kikio , - ¡Por dios! Pero que has hecho niñita estúpida- Kagome se llevo la mano a la boca ahogando un grito soltando lo que había recogido.

    - Yo.....- dijo aterrada,- yo. .. .tía lo que paso fue que Kikio.......ella- Kagome se callo porque la mirada de su tía al mencionar a Kikio se había desfigurado por el enojo

    -¡¿Qué falsos vas a levantar a tu pobre hermana, he?! No intentes culparla por tu torpeza como te atreves – lo ultimo lo dijo levantando la mano hacia ella. Kagome dejo todo en suelo y puso ambas manos sobre su cara protegiéndose.

    - Perdón tía es......que ..bueno ..ella- el ceño de su tía se arrugo mas y decidió que lo mejor era cambiar de tema pero las palabras le salieron atropelladamente balbucear .- Diiigoo elllaa ssee enncoonnttrraba taannn altttterada que buennno- la mirada de su tía se dirigió nuevamente al corredor.
    - dime tía ¿Es que le ocurrió algo malo? Dijo con una voz mas normal- Kaede pareció meditar la respuesta y cuando parecía que ella respondería se retiro bufando

    - Eso.... no es asunto tuyo, recoge eso ya mismo y llévale un café a Inuyasha,- se giro para observarla otra vez – ningún error mas o veras lo que realmente es un castigo, ¿entiendes?

    Kagome trago con fuerza y solo asintió rápidamente y en cuanto su tía retomaba su camino, recogió todo rápidamente y se metió en la cocina.

    &&&&&En la cocina &&&&&

    Era un ligar bastante grande cacerolas, cucharones y cuchillos adornaban las paredes, dentro podía observarse una gran cocina, con ollas a punto de hervor, pan , pasteles, tartas sobre una gran mesa rodeada por sillas.
    Kagome entro, dejo la bandeja con los restos sobre la mesa y se apoyo contra la puerta, acomodando algo de su largo cabello azabache sobre su hombro suspirando fuertemente.

    - Un centavo por tus pensamientos....- Se dejo oír, Kagome levanto el rostro hacia donde provenía la voz, la puerta de servicio en la entrada una muchacha de cabellos y ojos marrones vestida con un vestido azul demasiado sencillo y un delantal la canasta del mandado repleta de verdura y fruta fresca.
    -¡ Sango! Que bueno que ya estas aquí.- diciendo esto se dirigió hacia a ella rápidamente, tomando la canasta y poniéndola en el suelo , simplemente se abrazo a ella como a su tabla de salvación. – No se que haría sin ti, mi querida hermana........

    En realidad Sango no era su hermana de sangre pero aun recordaba poco después que enterraron a su madre, ese día se habia quedado completamente sola.

    “Flashback”
    Una niña de 9 años, se encontraba llorando a lado de una cama donde una mujer terminaba de vestir a una niña un poco menor con un delicado vestido con bolados.
    - tía, por favor yo quiero ver a mi mama por ultimas vez..., por favor, llévame- la pequeña kagome sujetaba la falda de su tía, su carita cubierta de lagrimas. La observo por un momento y se giro para poner a kikio en el suelo.
    - Ahora te preocupa tu madre, eres una descarada después de lo que la hiciste padecer, tal vez si tu no hubieses sido tan insistente para que jugara contigo, ella........ella estaría aun con nosotros.- Kagome comenzó a llorar mas fuerte.


    -¡Ya cállate!, deja de fingir que sufres por Ayako, tu no eres mas que una cínica, la única que merece estar con ella es Kikio, ya que por tu “culpa” su madre murió.- dijo con gran énfasis al final, la puerta tras ellas se abrió, dando paso a un hombre alto de cabello obscuro elegantemente vestido con un traje negro atractivo pero su rostro reflejaba un gran pesar unas ojeras pronunciadas opacaban su rostro, lucia mas que cansado.
    -¡Papa! – Kagome se abrazo a su cintura y sollozo un poco, el hizo que se soltara diciendo

    - Ten cuidado, me ensuciaras, ya están listas dijo mirando a Kaede, por algún motivo se negaba a establecer contacto visual con Kagome.
    - Ya estaríamos listas, si es que esta malcriada no estuviera dando lata- se giro para ver a Kikio y tomar su mano quien le sonrío levemente y empezaron a andar.
    Pero la pequeña Kagome se interpuso entre ellos y la puerta y dijo

    - Por favor papa, dile a tía Kaede que me lleve, por favor- miro a su papa con ojos esperanzados mas, este solo acerco su mano hacia la puerta y..... avanzo no se detuvo, tan solo la ignoro. - ¡Papa!,.. papa... por favor papa..... yo también quiero despedir a mama...-

    -¡Es suficiente! Niña deja de hacer sufrir a tu padre de ese modo, ¿por qué no puedes ser como tu hermana?, casi podría jurar que no lo son ¡ojalá y no hubieras nacido!- hablo con tanto desdén que Kagome sintió que un agujero se había abierto en su pecho

    - Ahora quítate- ambas pasaron por la puerta y bajaron al salón cuando estaban a punto de salir nuevamente Kagome le dio alcance gritando sus nombres solo que esta vez se dirigió a Kikio.

    - Por favor hermanita dile, a tía Kaede que me lleve te lo ruego, prácticamente se postro ante ella.- Kikio se giro y cambio momentáneamente su mirada de indiferencia por una casi de repulsión, mientras arrugaba la nariz se dirigió a ella..
    - Tu no eres mas mi hermana, por tu culpa, ya no tengo mama.- Kaede solo acaricio levemente la cabeza de Kikio y salieron hacia el jardín donde los esperaba su padre, nadie se percato del estruendoso sonido que hizo el corazón de Kagome al romperse en mil pedazos, esas palabras y las imágenes de su padre dejándola se repetían en su cabeza intensificando su dolor mas y mas.
    Continuo un momento mas sollozando aun, en medio de la sala rodeada por esa gran casa
    Que amenazaba con tragársela , pidiendo fervientemente a Kamisama que la llevara con su mama, para no estar mas sola.

    De pronto........ unos pasos tras ellas se dejaron oír, no se percato hasta que una pequeña mano se poso en su cabeza , provocando que volteara y observara unos brillantes ojos color café , era una niña con cabello largo sostenido en una coleta, con no mas que un par de años mas que ella, le sonreía.

    - No llores nena.... yo si quiero ser tu hermana – en ese instante hizo lo que siempre haría desde entonces al sentirse sola o triste se abrazo a ella, y agradeció a Dios, a su madre que le evitaran, un ángel para que estuviera con ella.

    “Fin del Flashback”

    Si desde entonces, ellas eran inseparables, Sango había tenido una vida casi como la de ella salvo por su condición social, por ello había sido traída desde tan joven para trabajar de sirvienta, mas sin embargo para Kagome no había diferencia para ella Sango era simplemente su “Dulce Hermana”, desde entonces y como una forma de agradecer a dios ella podía soportar los mas duros castigos o burlas por parte de quien sea, simplemente intentaba sonreír pararse y seguir, por que sabia que tenia a alguien que la consolara que la cuidara y también tenia a alguien a quien cuidar. Ella ya no estaba sola.

    Los ojos de Sango la escrutaron un momento mas, desde su abrazo.
    - Baya, si ese recibimiento me das cuando solo he ido a la huerta, me imagino que será cuando baya al mercado- Kagome no pudo evitar sonreír ante su comentario, de alguna manera su presencia la ayudaba a recobrar fuerzas, se separo lentamente de ella y seco una lagrima solitaria de su rostro, estiro su vestido como intentando borrar arrugas imaginarias y se encamino a la mesa para preparar una taza con el café y el pastel que debía llevar, Sango la observo realizar sus movimientos lentamente y por el rostro que llevaba este no era un buen día , aunque cualquier día con esa tía y esa hermana distaban de ser agradables, pero de nada servia compadecerla ella necesitaba ser fuerte y enfrentar la vida así que cada vez que ella ponía esa cara ella tan solo, la molestaba.

    - Así que era eso....ha –Kagome la miro un momento, - “dedos de mantequilla” ha vuelto hacer de las suyas,......... pobrecillas- continuo mirando los restos tazas- otras mas que caen en el cumplimiento del deber- agrego con una voz solemne, haciendo un sonido de trompeta como despidiendo a los soldados de la guerra civil - pero no se preocupen les daremos un entierro digno- de pronto se giro ante su estupefacta amiga y dijo- ollas, cacerolas y demás utensilios estamos aquí reunidos para despedir a estas tazas de 100 años que pudieron sobrevivir, generaciones, innumerables mudanzas, tempestades perecieron en la flor de su uso , nunca estuvieron preparadas para dedos de mantequilla “Kagome” el terror de las piezas de te- miro nuevamente a Kagome quien ya había puesto durante el discurso como 14 cucharadas de azúcar al café, finalmente sus miradas se encontraron y no pudieron mas que reír a carcajadas.

    &&&&En la sala &&&&

    Inuyasha aun continuaba el sala esperando por Kikio, por su tía o por cualquiera que le diera noticias de cualquier tipo, no entendía como no había dejado ya su pasividad y había arrancado hacia la habitación de Kikio, realmente esperar no era su fuerte y le parecía que habían parado horas desde que la anciana se había ido tras ella, comenzó a caminar cual fiera enjaulada se acerco a la chimenea y mientras tamborileaba sus dedos en la base observo el reloj y para su fastidio tal solo habían pasado un par de minutos. “maldición” es todo lo que se cruzaba por su mente.

    La puesta se habrio......el sonrío ante la expectativa que fuera ella su querida........las ideas y su sonrisa se disiparon ante la presencia de Kagome quien entraba con una bandeja, “pero por Dios es que esta niña no conocía el tacto, como podía pensar que el podría comer cuando su corazón estaba en juego, sencillamente era una tonta" ”- Tonta – se le escapo sin darse cuenta , hasta que Kagome se giro hacia el y tal solo por un momento le pareció ver en sus ojos un destello de furia, algo muy poco común en ella quien, nunca demostraba mayor expresión que una sonrisa de sumisión...”baaaa.....debía solo ser su imaginación, esa mujer era el hielo personificado y de todas formas a el que le importaba”.

    - Su café... señor - lo puso sobre la mesa, realmente se había molestado , pero trato de controlarse aun sufría los efectos de su diversión en la cocina y esas cosas le renovaban el espíritu, a veces como en esta ocasión hacían aflorar su carácter , el carácter que su tía había domado a base de chicotes, aun estaba allí solo que dormido y era mejor siguiera así por su integridad física y la de Sango, controlo nuevamente su expresión se llevo la bandeja al pecho como escudo, esperando por si el necesitara algo mas.

    - No quiero nada mas así que, vete - dijo mirándola fijamente, ella se giro sobre sus talones y se encamino a la puerta.
    Pero Inuyasha estaba tan nervioso, sabia si se quedaba solo, volvería a intentar salir tras Kikio a si que se dijo así mismo “cualquier compañía es buena, si....... aun ella” se dijo así mismo casi con incredulidad.
    - Espera....- ella continuo a la puerta considerando la idea, que su imaginación solía jugarle malas pasadas – espera, muchacha – volvió a repetir esta vez consiguiendo que ella se detuviera completamente.
    - si señor – enfatizo lo ultimo , el la miro como pensando que se arrepentiría luego de esto, penso una excusa para retenerla cuando ella hablo nuevamente – Kagome – el pestañeo confundido
    - ¿Cómo?- y la miro nuevamente como bicho raro.
    - Me llamo Kagome- el pestañeo nuevamente y asintió
    - Lo se, lo se, ....... olvidas quien soy – o claro que no se olvidaba quien “era el petulante niño rico que justo a su hermana disfrutaban de ridiculizarla.”

    - Quédate- dijo el – no me gusta comer solo y bueno.......tu compañía es mejor que nada.- simplemente lo observo calladamente, suspiro y se apoyo contra una de las paredes “ Este será un largo día”

    &&&&En la habitación de Kikio &&&&

    La señora Kaede abrió lentamente la puerta, era un habitación grande con grandes ventanas que daban a un hermoso jardín, colgaban de ellas un juego de cortinas transparentes de un tenue color pastel que hacían juego con el delicado tocar y los lienzos que colgaban de la cama, era la cama de una princesa con finas sabanas de seda y almohadones bordados a mano.

    El centro de cama una figura recostada boca abajo con los pies encogidos sobre la cama al parecer lloraba. La observo un momento, cerro lentamente la puerta simplemente meneo la cabeza y arrugo un poco el ceño.

    - ¿Que crees que hiciste halla fuera jovencita?- aun no recibía respuesta de ella así que continuo- Entiendo que estés preocupada, pero eso no justifica el salir corriendo así, ¿es acaso ese el comportamiento de una niña decente? – Aun sin respuesta, Kaede se precipito a lado de la cama la tomo por el brazo y la obligo a observarla, su cara estaba completamente desfigurada por el llanto su pelo algo enmarañado, su tía la soto bufando – Dios pero mira que cara traes, ahora déjate de niñeras , arréglate y ve donde Inuyasha antes que se valla.

    Kikio se giro a ella y la miro como si, fuera de Marte – No quiero- dijo cual niña caprichosa y nuevamente se acomodo boca abajo en la cama haciendo un berrinche.

    Kaede intento controlarse pero volviendo a su posición la tomo del brazo la levanto practicante obligándola a sentarse y le hablo seriamente – Escúchame bien niña caprichosa, no vamos a perder todo lo que hemos ganado solo por tu estupidez , anda levántate ya, arréglate debes tranquilizar a tu novio- Kikio se zafo como pudo del agarre y comenzó a caminar por la habitación murmurando maldiciones entre dientes.

    -¡Arreglarme!, ¡Ha! No pienso perder mas tiempo con el ....., que se tranquilice solo, el no me tranquilizara cuando se fije en otra y me deje de lado, para que perder mas energías en el, mejor......... pensemos en otro candidato. Existen muchos candidatos aun mas ricos que Inuyasha.
    - Pues dime, en quien pensamos, En el medico del Pueblo Myoga que ya ha enterrado 5 esposas, tiene como 20 hijos cuando muera solo veras migajas o Totosai que un tacaño, con tal de no heredar su preciados dinero, creo viviría para siempre.

    - ¡Basta tía! de todas formas aunque no me case tengo el dinero de mis padres que no es nada despreciable
    - OH.... te refieres al dinero que deberás compartir con Kagome, la iglesia , los pobres, por si no lo recuerdas tu madre colaboraba con todos ellos, y tu padre no ha cambiado una coma de el, aun sin querer saber nada de Kagome, estoy segura que ella quedara mejor, parada que tu.

    - Aun así es mas dinero del que necesitare en una vida- Kaede se movió de su posición y se paro enfrente de Kikio, obligándola a detenerse

    - Vamos Kikio- dijo mirándola directamente a los ojos- conozco tus gustos, joyas, vestidos, viajes, fiestas, créeme ese dinero no te durara y luego que harás - se giro y dio un par de pasos lentamente- estarás soltera y pobre, en poco tiempo y que harás empezaras ha venderte por un par de monedas y vestidos usados- Kikio volteo hacia el ventanal sin querer escucharla mas.
    - Eso no pasara porque yo....

    - Tienes razón eso no pasara, por que te arreglaras, he iras con tu novio a pedir disculpas y a convencerlo que todo fue producto de tu miedo al perderlo y buscaras la manera de que solo piense en ti a cada momento hasta que regrese, si es necesario te entregaras a el.

    Se giro a su tía con cara de haber escuchado algo aberrante. - ¡Nunca! Primero muerta que prostitut.........
    - ¡Oh!... Kikio no me vengas con esas estupideces, estoy mas que enterada que su comportamiento, es todo menos casto cuando están solos,... porque crees que los dejo solos tanto tiempo, despierta eso es lo que buscan los hombres, ya sabes, sinceramente no se hasta donde han llegado pero estoy segura que ha sido suficiente como para tenerlo estupidizado, solo continua así, además .... Inuyasha es un hombre joven de buen ver, educado, limpio y culto, créeme no encontraras mejor partido, menos uno tan manejable.

    -¡ sufiente ¡ eso lo dices tu porque no tienes que soportarlo, tu no tienes idea lo que tengo que soportar, su comportamiento, .. abecés es tan salvaje que no se , parece que no se diera cuenta que esta conmigo y no con una de sus mujerzuelas.- espeto Kikio ofuscada y completamente enrojecida de la rabia.

    - ¡Pues tendrás que soportarlo!, ¡déjate de niñerías!, que yo también tuve que hacer concesiones y créeme cuando estés nadando en dinero me lo agradecerás, cuando seas su esposa ni siquiera tendrán que compartir habitación y si quiere deshacerse de ti algún día créeme no necesitaras casarte nuevamente para vivir como reina, el deberá darte mucho dinero. – diciendo esto tomo un cepillo y le hizo una seña para que se sentara en la silla Kikio pareció meditarlo un momento y luego de mala gana lo hizo.

    &&&& En la sala &&&&

    No sabia que lo ponía mas nervioso el verse obligado a esperar o el hecho de Kagome pareciera no tener el menor interés en dirigirle la palabra, desde que se le había ocurrido la “grandiosa” idea de que se quedara, ella permanecía de pie, mirando con gran interés algo al parecer inexistente en la pared de enfrente, la observaba durante largos periodos de tiempo y aun no lograba que ella lo mirara, “con un demonio” para que le pedí que me acompañara, por lo menos por educación debería de conversarle, después de todo el era su cuñado, no se... existen tantas trivialidades para hacer charla, el clima, algunos matrimonios y fiestas, aunque ahora que lo meditaba un poco nunca la había visto en fiesta alguna, es verdad que su novia le había dicho que fue presentada en sociedad hace tiempo ya y que hizo el completo ridículo, tal vez por eso nunca mas fue invitada a ningún lado a nadie le gustan las mujeres que no saben manejarse en sociedad, Kikio en cambio es el centro de atención en cualquier fiesta se permitió suspirar un momento profundamente al recordarla ataviada con uno de sus tantos vestidos de fiesta luego de un instante, se imagino sin ella, durante un largo año se le produjo un nudo en la garganta de pronto la perilla de la puerta parecía llamarlo a gritos, detuvo sus pensamientos de repente y penso que si seguía así cometería alguna locura, desvío su rostro nuevamente a Kagome y esta vez realmente le presto atención era de baja estatura si estuvieran de pie, con trabajos le llegaría al hombro, sus ojos eran negros y brillantes, escucho un leve suspiro proveniente de ella y se pregunto si realmente ella tal como se la habían descripto; envidiosa, libertina, odiosa en pocas palabras “mala semilla” aun que, parada allí, tranquila como estaba realmente...... no lo parecía, mas bien parecía todo lo contrario aunque si era envidiosa, lo entendía con una hermana como Kikio cualquiera la sentiría, ella era “perfecta” pero lo segundo lo de libertina, se vestía como una monja realmente no lo parecía. Inuyasha continuo meditando su opinión sobre Kagome un momento mas y se dio cuenta que nunca había intercambiado mas de dos o tres palabras ni aun cuando el la molestaba. Y pesar de lo que sabia de ella se dijo, “¿por qué no?” de todas maneras ahora debía ocupar su tiempo en algo.

    Comenzó a aclarar su garganta, pero aun así ella no volteo a verlo, seguía observando la pared como si fuera lo mas interesante, la aclaro un par de veces mas hasta que se ahogo con su propia saliva, y..... comenzó a toser eso si llamo la atención de kagome quien rápidamente se aproximo a el y le sirvió un vaso con agua, el la observo un momento mientras bebía el agua durante un instante pudo ver en ella un dejo de preocupación, pero simplemente lo ignoro, nuevamente Kagome se giro sin esperar ni un gracias se dirigió a su pared, pero antes el hablo.

    - Gracias- ella continuo en la misma posición como si la cosa no fuera con ella, entonces el levanto el rostro algo ofuscado, y hablo mas alto – ¡He dicho gracias! Ella si se giro esta vez y pudo observar claramente la mirada encendida de el, y se señalo a si misma con un dedo como preguntando, si lo decía por ella, el arrugo mas, si era posible el ceño.

    - ¿¡ Eres tonta!?, o solo intentas tomarme el pelo- ella solo levanto los hombros como diciendo que no entendía.
    - ¡Te estoy dando las gracias por lo del agua, tonta es que no lo entiendes!- ella se sorprendió un momento, el realmente le agradecía, y aunque era un detestable ser viperino decidió como dijo Sango una vez “Debes tomar lo poco bueno que te da la vida, porque quizás no te de mas” así que le dio la sonrisa mas sincera que pudo y .....
    - No se preocupe, no hay de que darlas- sonrió una vez mas y se apoyo nuevamente en la pared.

    Inuyasha no había esperado esa reacción por parte de ella no las palabras sino ....... sino......... esa sonrisa que era.......era tan.......... un sonido en la puerta le hizo perder el hilo de sus pensamientos, haciéndolo prácticamente brincar de su asiento, al ver entrar a la señora Kaede seguida de una cabizbaja Kikio.

    El se aproximo a ella, miro por un momento a Kaede quien solo asintió con la cabeza.
    - Kikio yo....- dijo el- si tu por algún motivo no quieres ..... pues yo no quiero perderte, así que ...tu – Kikio levanto súbitamente el rostro sus ojos estaban tan brillante que simplemente Inuyasha enmudeció. Ella corrió hacia el lo abrazo y por ultimo dijo, con el rostro perdido en su pecho dijo.
    - Perdóname,..... perdóname amor, fui una tonta.- Inuyasha solo la abrazo mas fuerte para luego separarse un poco, y besarla Kaede sonrío de oreja a oreja, mientras sacaba de la sala a Kagome, prácticamente a los empujones.

    CONTINUARA............

    N/A : Se abran quedado pensando ¿Ganara el Oscar kikio?, ¿dónde esta el papa de Kagome quien supuestamente estaba con Kaede en el primer capitulo? O ¿cuál es el motivo por que el padre de kagome no puede verla ni en pintura? o quizás ¿cual es el motivo del odio de Inuyasha ,Kaede y Kikio para con la pobre Kagome? Aunque he hablado un poco de Inuyasha o ¿donde esta la despedida en el capitulo dos si aun en el tres no se a ido? Pues bien estas y otras preguntas serán respondidas tarde o temprano. Sayonara.


    ¡MUCHAS GRACIAS!
    DEBORA ANABEL
     
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    Tara

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    Re: A quien me recuerdas

    Estuvo bastante bien el primer capi. La trama tiene buena pinta y está bien narrado, aunque encontré algunas faltas:

    -Quedarce – quedarse
    -Tia – tía
    -Vamonos – vámonos

    En verdad si que son crueles Inu y Kikyô, no soporto la gente así. Qué pena que sea un InuxKag porque ese baka no se la merece, espero a ver como lo arreglas porque la pobre Kag tiene que estar odiándolos...

    Espero la conti.
     
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    merlina

    merlina Guest

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    A quien me recuerdas
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    Re: A quien me recuerdas

    Hola!!
    Se ve muy interesante tu ff, eso sí no me imagino como Kagome se va a quedar con el idiota de Inuyasha (sin ofender a fans), la verdad si que fueron crueles con Kagome y ademas de que Kykiô solo quiere su dinero
    Bueno espero conti :P
    xao..cuidate
     
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    aNgelux

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    Re: A quien me recuerdas

    ¿ peor que mierda se cree kaede al tratar así a kagome?, osea eso es maltrato!, me encantaria que kagome escapara de esa casa!, es que no se puede vivir así con personas tan desagradables!, o que conosca a alaguien o se ponga encontra no se! pero me tiene con colera!! no la pueden tratar así, ojala kikio, kaede y el perro del padres de kagome que se gasta se murieran, pongo las manos al fuego de que kagome no pudo haverle hehco nada malo a su madre, para que muriera. eso es mas que obvio!
    espero que luego al continues, cuidate ye-bye
     
  5.  
    DeboraAnabe

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    Re: A quien me recuerdas

    Hola soy DeboraAnabe y es el capitulo numero cuatro. Muchas gracias a quienes dejan sus comentarios y a todos quienes leen. En cuanto a lo del sufrimiento de Kagome y odio de sus familiares les dire que en transcurso de los capitulos se sabra en motivo. Todo tiene un porque lo prometo.

    DeboraAnabe


    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia es hechas por una fan para fans. INUYASHAXKAGOME

    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas

    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino mas miserable que el de el.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos , autos.

    “...” PENSAMIENTOS

    - DIALOGOS-

    &&&&& CAMBIO DE ESCENA

    /NOTA DE AUTORA/ N/A

    ////FLASHBACK////

    A quien me recuerdas
    Capitulo IV : Te esperare, tu me esperaras.

    Habían transcurrido un par de días desde lo ocurrido en casa de Kikio, donde luego de la reconciliación, y de la declaración de amor profundo y desinteresado de ella, quien le explico a Inuyasha que no debían de huir de sus responsabilidades que “el dinero”, perdón... la familia estaban primero, y que aun que lo amaba con locura no podían decepcionar a sus padres yéndose lejos sin su consentimiento, aun cuando ella sin siquiera pensarlo, se iría con el donde fuera, ella contendría su corazón y estoicamente soportaría su separación, todo esto lo dijo en el tono mas solemne y determinado.

    Inuyasha sintiéndose, conmovido con tan “sincera” declaración decidió de buena gana formalizar su compromiso y fijar la fecha de su boda para el día en que el regresara.

    A lo que Kikio respondió ruborizándose como una quinceañera ante su primer halago.

    - Oh,.. Inuyasha me haces tan feliz, pero no me gustaría que lo hicieras por obligación, porque en una año pueden cambiar tantas cosas, no me gustaría que te vieras obligado a hacerlo, aunque yo muriera de pena- dijo esto girándose y llevándose ambas manos al rostro y simulando que lagrimas se le escapaban- te amo y nunca te oblig...- antes de que ella pudiera terminar la frase, el la había tomado del brazo, con una mano le levanto el mentón y la observo con infinita ternura

    - Kikio eres tan buena estoy seguro que no encontrare a nadie como tu, eres tan dulce e inocente, tu y yo nos casaremos esta decidido- finalizo besándola con pasión, y como otras veces ella... apenas respondió.

    Los primeros en saber la noticia fueron Kaede y Kagome, la tia felicito a los novios y dijo que ya empezaba a extrañar a su pequeña Kikio, de quien no se habia separado ni un minuto desde la muerte de su madre, a lo que Inuyasha respondió que ella tendría una lugar en la casa en que vivieran, que ella era bienvenida. La señora Kaede acepto luego de muchos ruegos y suplicas de los futuros esposos, Kagome hizo el ademan de saludarlos, pero que en cuanto el le dirigió una mirada, Kaede la envío a la cocina, a buscar a Sango para que trajera champaña para festejar , y a ella la envío a avisarle a su padre, quien se encontraba en su oficina personalmente, ya que el recién adquirido y costoso teléfono extrañamente se había descompuesto. Claro que la bondadosa tía se había olvidado el pequeño detalle de que el padre de Kikio estaba al regresar en cualquier momento y la pobre Kagome haría un recorrido en vano y se perdería el pequeño festejo.

    Como decía varios días después, los novios se encontraban considerando opciones para la vivienda que compartirían, la cual quedaría pagada para que Kikio la decorara a su gusto sin limite de costo para lo cual Inuyasha le abrió una cuentas en el banco.

    Se encontraban los tres enfrente de una gigantesca mansión, con un hermoso jardín, que mas bien podía ser un bosque, con altas rejas y una maravillosa vista del mar.

    El vendedor se aproximo a ellos mientras les hablaba del linaje de los antiguos dueños y lo razonable que era el precio. Kikio miro el papel y miro la casa casi con nostalgia, la cual no paso desapercibida por Inuyasha quien puso la mano en su hombro.

    - ¿Qué ocurre amor, no te gusta la casa?, por que podemos ver otras- Kikio se giro nuevamente y miro la casa, Kaede observo al vendedor, tomo su brazo y le pidió si podría enseñarle el resto de la casa, se alejaron dejando solos a los novios.

    - No Inuyasha no es... bueno es que es muy linda y creo que hasta puedo imaginar a nuestros hijos jugar en este jardín, pero aun así...es...es tan- el se había perdido por un momento en las palabras de Kikio la idea de tener muchos hijos simplemente le fascinaba, el no se crío junto con su hermano y por muchos años se había sentido muy solo.

    - Pues a mi la idea me encanta, ¿cuál es el problema? – dijo el.

    - es ...es que es tan cara- el la observo por un momento y sonrío.

    - Ya te dije que no te aflijas por eso, se que el valor se sale un poco del presupuesto pero... esto es poco para mi princesa- dijo con ojos enamorados, la beso en la mejilla, le hizo una seña al vendedor para que se reuniera con el, y mientras acordaban el contrato Kaede se aproximo a ella.

    - Esta casa es demasiado extravagante y cara, te dije que era ... – iba a continuar pero

    - Es mía- dijo sin mas su sobrina, los ojos de Kaede casi salen de sus órbitas, pestañeo un momento y miro con estupefacción a Kikio. - ¿Cómo... como. .lo conseguiste? dijo

    - Como siempre use alguno de los puntos débiles de Inuyasha, le dije que “podía imaginar a nuestros hijos correr por este jardín”- dijo exagerando un poco mas el tono meloso que había usado para convencer a su novio.

    - Y te creyó, por que...¿no me digas que al casarte vas a tener tantos hijos?- su sobrina se detuvo y la miro con el ceño fruncido.

    - Por dios tía como se te ocurre, yo no pienso perder mi figura, solamente para complacer a Inuyasha, además cuantos mas seamos menos dinero quedara para mi- Kaede pareció meditarlo un momento y luego acoto.

    - Pero que me dices mas adelante, digo tarde o temprano compartirán alcoba y bueno... una cosa llevara a la otra y...- el solo pensamiento de que Inuyasha la tocara , la repugnaba pero el concebir un vástago de ese pelele era simplemente inconcebible.

    - Nunca tía, existen yerbas para evitar que eso ocurra y cuando vea que pasa el tiempo y no me embarazo, desistirá y me dejara tranquila- todo parecía muy fácil pero a Kaede no le parecía tanto.

    - y si te lleva a un medico el puede obligarte a ir y ... no se ... pedirte que hagas un tratamiento o peor querrá adoptar un niño, no crees que es mejor tener aunque sea solo uno total compartirás con tu propia sangre el dinero. Kikio se imagino por un instante la idea de ella y un bebe en brazos, negó rotundamente la posibilidad, no ella no podía perder valiosos años de vida soportando a un bastardo que solo la ataría a esta ciudad, nunca... ella quería viajar , ver el mundo, “vivir la vida”, nunca... debía evitar a toda costa cualquiera de las posibilidades, de pronto se le ocurrió.

    - Ya se... si, tomare las hierbas para evitar cualquier embarazo, si el quiere que vea un medico lo haré, pero lamentablemente y para mi desgracia, estos nunca surtirán efecto y si se le ocurre adoptar un bastardo, simplemente le diré que no lo haga por que el verlo me recordaría al pequeño que nunca podré albergar en mi seno.- termino con lagrimas en los ojos observando a Kaede se miraron por un momento y rieron con ganas.

    Inuyasha a la distancia les hizo señas con las llaves, Kikio sonrió de oreja a oreja y tomando la mano de Kaede.

    - Vamos tía- dijo emocionada- este es un pequeño paso para la familia Taisho y un gran paso para la “gran Kikio”.

    A lo lejos una figura se perdía en el horizonte una lagrima, corría en el rostro de un bella mujer, quien continuaba extendiendo el brazo para despedir a su prometido, suspiro seco sus lagrimas y regreso al lado de su tía, colocando un pañuelo en su nariz.

    - Al fin pense que jamas se iría, este ligar apesta- dijo con cansancio- casi se me acalambra el brazo, ojalá se fuera por mas tiempo

    - Por favor Kikio, no exageres y ... como puedes decir que tarde mas tiempo ¿no temes que alguien mas te lo quite?- espeto severamente mirando a su sobrina.

    - Eso no pasara tía- dijo con seguridad- hubieras visto como se despidió de mi, por dios aun puedo sentir sus labios en mi- dijo mientras se limpiaba con el pañuelo la boca- el nunca dejara de pensar en mi, le enviare una que otra carta diciendo lo mucho que ya lo extraño, es mas envíe una a su nueva dirección esta mañana.

    - Tu si que eres brillante , y dime que haremos ahora.

    - Pues...- se llevo la mano al mentón en señal de análisis- no se viajar, ser libre con el dinero que dejo Inuyasha podremos comprar muchas cosas.

    - Pero Kikio ese dinero es para la casa, que pasara cuando regrese y vea que no has hecho nada.

    - Compraremos algunas cosas arreglaremos una o dos habitaciones y le dirás que me venció la melancolía y lo único que podías hacer para contentarme era comprar vestidos y joyas- termino con un suspiro profundo- se bien que el no me negara nada, hasta creo que si se lo pidiera el mismo se pondría de alfombra para la sala.

    - Hay Kikio eres terrible, ¿ Como puedes aprovecharte de un muchacho tan bueno?- lo ultimo lo dijo con el ceño fruncido.

    Ambas se miraron y rieron.

    - Ven tía vamos a comprarte un par de joyas, que te hacen falta.- Caminaron tranquilamente por el puerto rumbo al centro, mientras eran observadas por un figura que esbozaba una gran sonrisa.

    - Con que Kikio, ah... eres encantadora y serás mía.

    &&&& En el Mar &&&&

    Inuyasha seguía parado en el mismo sitio desde donde se había despedido de Kikio perdiendo su mirada en el inmenso mar, abocando su ultimo pensamiento a aquella a quien amaba mas que nada.

    - Regresare pronto Kikio, por favor espérame...

    CONTINUARA...

    N/A: Bien que les ha parecido, esta Kikio es una pillina no creen, una personita me preguntado el motivo por el cual hago tan mala a Kikio, en realidad no creo que sea mala, sino simplemente es mas buena con ella misma que con otros. Por favor cualquier sugerencia me la hacen saber sus criticas, me son muy útiles. Sayonara.

    MUCHAS GRACIAS. DeboraAnabe
     
  6.  
    DeboraAnabe

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    Re: A quien me recuerdas

    Hola soy DeboraAnabe aqui esta el capitulo cinco, espero les guste


    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia es hechas por una fan para fans. INUYASHAXKAGOME

    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas

    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino mas miserable que el suyo.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos , autos.

    “...” PENSAMIENTOS

    - DIALOGOS-

    &&&&& CAMBIO DE ESCENA

    /NOTA DE AUTORA/ N/A

    ////FLASHBACK////

    Capitulo: V Jugando con fuego.

    &&&&En el interior de una habitación &&&&

    Podían escucharse risas, ...palabras dichas entre suspiros producto de un apasionado encuentro.

    Un hombre y una mujer de cabellos obscuros sobre una cama de sabanas blancas ubica en el centro de una sencilla habitación.

    La figura mas fina sobre la otra, riendo y besándose en intervalos.

    Por la ventana podía observarse el cielo claro de una mañana, desde fuera el sonido de las campanadas, dan final a la misa del domingo, las palomas que surcan el cielo y los murmullos de la gente que empiezan a ocupar su lugar en el mercado.

    La figura mas fina deja de sonreír para incorporarse mientras la otra insiste en retenerla a fuerza de besos.

    - Basta ya, suelta...- son las pocas palabras que logra pronunciar la pelinegra ante los insistentes besos de su compañero, la muchacha logra separarse a duras penas tanteando su vestido por la cama, lo encuentra e intenta levantarse de la cama pero nuevamente es retenida por su insistente amigo, logra recostarla nuevamente en el lecho para continuar con los besos, ella deja de forcejear y finalmente cede, ... hasta que el insistente murmullo se deja escuchas mas cerca, mas y mas, toma conciencia rápidamente y con todas sus fuerzas logra empujar al muchacho quien solo frunce el ceño mientras ella rueda al otro lado de la cama y comienza a vestirse rápidamente, el la mira aun desde el suelo como forcejea graciosamente con una bota camina por la habitación acomodándose el peinado, el se levanta finalmente, se aproxima a ella y la abraza por la espalda posesivamente, Ella intenta soltarse.

    - Déjame ya , tengo que regresar ¿acaso no sabes que hora es?, la misa ya termino- dijo ella apartando sus brazos de mala manera, anudando alrededor de su cuello una capa negra que la cubría hasta los pies, un singular abrigo para la época, que distaba de ser invernal.

    El hombre se aproximo nuevamente como no aceptando la negativa, ella se camino por la habitación esquivándolo, tomando unos zarcillos de la mesa de noche que completaban su atuendo.

    El hombre pareció rendirse y se recostó nuevamente en la cama observando mientras se los colocaba.

    -¿Cuándo volverás?- consulto, ella no lo miro y se encamino hacia la puerta. Entonces el insistió - ¿ He dicho cuando volverás?- al no recibir respuesta – ¡O me dices cuando volverás o me veré obligado a buscarte en tu casa!- Ella al fin pareció comprender su tono de amenaza, pero se negó a sentirse intimidada por sus palabras y respondió en un tono mas fuerte .

    - ¡ No te atreverías!- el la miro desafiándola con la mirada, se mantuvieron un momento la mirada hasta que ella suspiro y dijo – No creo que sea pronto, mi familia me tiene muy controlada, por poco no vine hoy- dijo sonriendo para si misma pensando en la absurda artimaña de la que se había valido para escapar de ir a la iglesia.

    El la miro insistentemente como diciéndole que si no era pronto el cumpliría su amenaza de ir a su casa y ponerla en evidencia y eso no le convenía, así que se le ocurrido jugarse una ultima carta.

    - Cuando empezamos pense que te había quedado claro que no podría darte mas, que un par de horas a la semana- el se giro como ignorándola – así que si no te gusta, ... puedes ir buscándote otra, y si insiste en ir a mi casa ve, ..de todas formas a quien crees que le creerán.

    El dejo la cama y atravesó la habitación con grandes zancadas y la tomo del brazo fuertemente.

    - ¡ No trates de jugar conmigo niña, que no soy como uno de tus admiradores, a mi no me manejaras a fuerza de tus encantos, me escuchas!- comenzó a zamarrearla fuertemente mientras ella forcejeaba para soltarse, ella nunca se rendiría ante el , el entendería que la que llevaba las riendas de su relación, era ella y por lo tanto, solo ella decidiría cuando y como, debían verse como había ocurrido desde hace dos meses, ella diciendo y el aceptando. Así que sacando fuerzas desde donde no las tenia, logro darle un puntapié, en la rodilla y cuando el se encogió para sujetársela, lo empujo y salió corriendo, bajo apresuradamente las escaleras y en el trayecto se aseguro la capucha a su cabeza, salió a la calle y se perdió entre la multitud.

    El se incorporo dispuesto a seguirla, bajo tras ella, pero no pudo hacerlo, por que en la esquina se encontraban dos policías que podrían descubrirlo. De mala gana giro sobre sus pasos, regreso a su habitación, y se tiro en la cama donde encontró un pequeño guante olvidado, lo observo un momento y penso “ tan pequeña y delicada “ jajajajajajajajjajaa, no pudo evitar soltar una sonora carcajada por su pensamiento.

    Se giro sobre su espalda levantando la mano, con el guante, apretándolo hasta que sus nudillos se volvieron blancos.

    - Eres una fiera... Kikio, pero no importa así me gustas mas,... ni creas que terminaras con migo así como así – se sentó en la cama y arrojo el guante al suelo- nadie deja al gran Naraku... nadie.

    &&&& En la plaza &&&&

    Una figura completamente cubierta de negro se desplazaba rápidamente, entre la gente, quitando bruscamente del camino a quien se le atravesara.

    - ¡Maldita sea!, estúpida donde estas…, ya es muy tarde- continuo su paso apresurado por la plaza, no sabia como se le había ocurrido salir con Kagome a su visita semanal al orfanato, del Padre Bankotsu desde que llego a ese lugar, lo único que había visto era un montón de mocosos muertos de hambre, sucios que solo intentaban tocarla, - arrugo la nariz con solo recordarlo, lo había hecho solo con el afán de escapar de su tía, para ir con el.

    Pero esta seria la ultimas vez estas ultimas semanas Naraku, estaba mas demandante y ya no le convenía verse con el, después de todo ella ya se estaba aburriendo, recordó el día que lo conoció, al principio resulto algo realmente excitante.

    Ella paseaba por las tiendas con su tía, y lo vio... le sonreía con un descaro que jamas había visto, pero no era la primera vez , el parecía seguirla cada vez que salía donde fuera el estaba allí parecía esperar la oportunidad para abordarla.

    Esa tarde su tía la había dejado sola, descansando en una banca del parque mientras ella buscaba unas cosas que había olvidado comprar, ella sabia que el estaba allí.

    Escucho un par de pasos detenerse tras ella, sonrío un poco y espero, el rodeo la banca y se sentó.

    - Hola amor, al fin solos, pense que esa vieja nunca se iría- dijo con la voz mas seductora y varonil que había escuchado jamas- ahora podemos presentarnos como es debido.

    Desde ese momento se habían visto cada domingo la relación que tenia con Naraku era tan distinta de la que tenia con Inuyasha, los besos y caricias que le daba le repugnaba pensaba que era por que eran demasiado lujuriosas e impulsivas, pero en los brazos de Naraku había descubierto el verdadero significado de la palabra lujuria y le había encantado.

    Pero bueno dicen que todo lo bueno se acaba, y lo suyo con Naraku no era la excepción. Se detuvo un momento y contemplo la multitud que se aglomeraba en la plaza, en un par de meses se casaría con Inuyasha y cambiaría esa horrible vista por las mas exquisitas vistas Europeas, si ... su pequeña aventura había sido enormemente satisfactoria pero, a la larga habría sido muy poco redituable, desde ahora empezaría a portarse bien.

    Al fin pudo divisar un poco mas adelante a Kagome y sin mas se dirigió hacia ella.

    &&&& Con Kagome &&&&

    Kagome se encontraba en uno de los tantos puestos de la plaza seleccionando las mejores fresas para hacer una pastel para sus niños, sus dulces niños de la casa hogar, cada vez que iba a ese lugar se sentía tan bien, la mayoría eran niños cuyas madres al ser muy pobres no podían criarlos, y muchos otros como ella la habían perdido muy jóvenes, procuraba visitarlos cada vez que podía y les llevaba dulces o les cocinaba algo especial, deseaba tener mas para darles, pero con suerte tenia dinero para ella su tía, no le daba y no la dejaba trabajar por que “eso” no era de damas decentes, argumentaba que ella tenia todo para vivir y no necesitaba mas y cuando insistía le aumentaba el trabajo en la casa para que no tuviera tiempo ni de respirar.

    A veces a escondidas ayudaba al señor de la pastelería y a la modista del pueblo, así podía juntar un poco para sus niños, ellos la hacían sentir tan feliz y tan amada.

    Mientras escogía los ingredientes adecuados sonreía para si misma al imaginar la cara de los niños al ver el pastel, estaba tan inmersa en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien le hacia señas y la llamaba unos metros mas adelante.

    Se giro luego de escuchar fuertes y rápidos pasos y un gran jadeo tras ella.

    - Kagome, al fin... te... estuve ...buscando ...- Sango hablaba entrecortado mientras llevaba el cuerpo un poco, hacia adelante jadeando un poco por la carrera.

    - Hola Sango como estas, ocurrió algo malo, dime es tu hermano ... tu papa- su amiga la observo un momento y negó con la cabeza.

    - No, no ellos están muy bien, es mas te agradecen la comida que les enviaste, pero no es de ellos de quien quería hablarte

    Kagome se giro nuevamente mas tranquila, pago al vendedor y empezaron a caminar.

    Sango caminaba junto a ella, observando sonriente a su amiga, - ¿ A que no sabes a quien acabo de encontrarme?- dijo mirando pícaramente a Kagome.

    - Pues no se,...- dijo- sea quien sea parece haberte hecho muy feliz.

    - Claro, cualquiera que te quiera tanto como yo, me hace muy feliz,- Kagome pestañeo un poco confundida .

    - Encontré al Doctor Hojo y dice que estaría muy feliz de que lo acompañáramos a un paseo de hoy por la tarde.- Sango continuo mostrándole una sonrisa llena de picardía.

    - Hoyo en un buen amigo, pero hoy por la tarde tengo cosas que hacer, pero si nos invito a las dos puedes ir tu, es tan gracioso estoy seguro que te divertirás con el.

    A penas terminó de hablar, Sango hizo un puchero.

    - Eres muy mala, por que no quieres ir, ¿Acaso el Doctor no te agrada? Y todavía me dices que yo valla el nos invito a ambas para asegurarse que tu vayas, pero claro... la anciana Kagome como siempre se niega a divertirse un poco. – dijo Sango comenzando a caminar mas rápido.

    - Claro que si me agrada es una buena persona, pero ya te dije que tengo cosas que hacer, el es nuestro amigo y estoy segura de que ... – no pudo terminar por que Sango se detuvo de pronto y casi chocan. - ¿ Que ocurre Sango, por que te detienes así...? - se paro frente a Kagome y la miro de forma acusatoria.

    - Dime que tienes que hacer hoy, si tu tía al igual que a nosotros te da el día Domingo.

    - Bueno... pues yo... – Kagome no supo que responder

    - Bueno pues tu que .. que cosa, no me digas que eres tan fiel a tu “ Querida Tía” que quieres asurarte de que tome su te de las cinco.- Kagome tembló un poco al escuchar la hora.

    - Bueno ... no ... pero debo ir a dejar a Kikio, justamente la estoy esperando para regresar a casa- Kagome se felicito internamente por la excusa era, perfecta y casi no había mentido, casi.- pero al parecer Sango como siempre lo adivino en un momento y comenzó a presionarla.

    - Que bien yo las acompaño y después podemos ir juntas al paseo el Joven Hojo nos esperara, hay suficiente tiempo, el paseo es a las “cinco”.- continuo poniendo énfasis en el horario. Kagome retrocedió algo nerviosa e intento pensar algo para convencerla... pero nada se le ocurrió... para evadirla...

    - Bueno es que veras es que hoy tengo ... que ... pulir la plata... si eso, así mañana tenemos menos trabajo.- decididamente Kagome no sabia mentir, y Sango simplemente entrecerró los ojos, un momento luego mostró una sonrisa llena de satisfacción.

    - Que buena eres Kagome, así no tendremos tanto trabajo... pero estas... segura que es solo por eso que no quieres venir..- Kagome asintió rápidamente y agradeció al cielo que su mentira halla resultado, por que... resulto no?

    Sango sonrío ampliamente y dijo – Es una fortuna que yo haya pulido ayer la plata, ahora podrás venir con nosotros,... verdad querida Hermanita- a Kagome casi se le cae la mandíbula de la impresión intento nuevamente excusarse pero, cuando se disponía a abrir la boca...

    - ¡Ni siquiera lo pienses!- Kagome cerro la boca del susto Sango estaba realmente molesta. – - Se muy bien porque, quieres estar, en casa a las cinco y déjame decirte, que me parece una completa estupidez.

    - No... no... se a que te refieres... Sango.

    - Sabes perfectamente, de que estoy hablando...- Kagome solo giro el rostro algo sonrojada como si la cosa o fuera con ella. – sabes bien que te estoy hablando de las cartas. – Kagome se movió incomoda y comenzó a negar frenéticamente con la cabeza.

    - Suficiente, - dijo mientras la tomaba por los hombros y dulcificaba su mirada, - entiende que no son para ti- ella intento apartarse- no, Kagome no intentes huir, debes entender que las cartas son de tu hermana, son para Kikio y tu debes aceptarlo- ella se quedo quieta mientras Sango le hablaba, sabia que lo hacia por su bien pero eso no impedía que fuera doloroso.

    Sango la tomo del rostro y limpio una lagrima solitaria, la abrazo pero continuo hablando.

    - Tienes que entenderlo, se que te gusta oír las cartas de Inuyasha pero, sabes bien que cuando el regrese se casara con ella y tu que harás, ... llorar por siempre en la cocina.- Kagome había apoyado su cabeza en el hombre de Sango. – Por Dios Kagome habiendo tantos hombres en este mundo, tenias que fijarte en ese idiota, te juro que me agradaba mas cuando estaba aquí y te insultaba, por lo menos veías como era realmente y no soñabas con esas estúpidas cartas.

    Lo que dijo Sango era cierto, desde que Inuyasha se había marchado hace casi cuatro meses todos los días llegaba una carta para Kikio, la Señora Kaede las leía en voz alta a la hora del te, desde la primera vez había quedado prendada de sus palabras, eran tan dulces y expresaban tanto sentimiento que no pudo evitar enamorarse del escritor, en un principio las escuchaba de ves en cuando le tocaba servir el te, pero con el tiempo para ella se convirtieron en lago tan importante, se levantaba primero que nadie para terminar todas sus tareas para poder llevar el te a la sala y escuchar tras la puerta esas hermosas palabras, era consiente de que no eran para ella pero le encantaba pensar de que si lo eran es mas , su fantasía favorita, era justamente tener a Inuyasha frente a ella cada tarde, diciéndole palabras de amor.

    Se mantuvo un momento mas abrazada a Sango, suspiro fuertemente dejando salir todo el aire que pudo y la miro directo a los ojos.

    - Yo.. lo entiendo Sango se que no son para mi, pero son tan bonitas y ... soñar... no cuesta nada .. no? – dijo mas para si misma que para su amiga.

    Sango solo meneo la cabeza, iba argumentar algo mas le iba a decir que era peligroso para ella porque, sufriría cuando el se casara y tuviera que presenciar su vida con Kikio, sabia que era su deber decírselo pero sus ojos estaban tan tristes, simplemente no pudo. Se resigno por ahora dejaría que soñara un poco mas, pero luego con todo el dolor de su alma la enfrentaría y arrancaría de raíz sus esperanzas.

    - Bien .. entonces.. que te parece si vamos al paseo como a las seis .. entonces no habrá problema.- Kagome sonrío y asintió. – El Joven Joyo se pondrá muy feliz...

    No pudo continuar hablando por que una voz las sobresalto.

    - ¡¿Se puede saber donde estabas?!- Ambas se giraron para ver a Kikio perfectamente arreglada y al parecer bastante molesta. – No me mires así Kagome y respóndeme-

    - Bueno yo te estaba, buscando pero tu me dijiste que estarías en... y no estabas...entonces yo..- Kikio lo medito un momento antes de responder, Sango la miraba con cara de pocos amigos.

    - Insinúas que fui yo la que se equivoco de lugar te dije muy claro que me esperaras en la tienda de la Señora Tsubaki a la una, ¿donde se supone que estabas? - comenzó a observar a Kagome detenidamente y pudo distinguir su bolsa con frutas y dulces.

    - ¡Ah! ya veo – dijo cínicamente – la señorita se va por hay a comprar quien sabe que.. y se olvidas de las cosas – Kagome escondió tras su espalda su pequeña bolsa y bajo la cabeza, estaba segura que Kikio se lo contaría todo a su tía y ella comenzaría a preguntar de donde saco el dinero, la ultima vez Sango la cubrió diciendo que ella le había prestado el dinero, entonces le recorto el sueldo por un mes, argumentando que si tenia dinero para cosas inútiles entonces quizás le estaba pagando demasiado.

    Sango se dispuso a hablar sabia a lo que se arriesgaba, pero estaba segura que si la Señora Kaede se enteraba de los pequeños trabajos de Kagome el castigo seria terrible.

    Kikio nuevamente interrumpió sus pensamientos.

    - Bien, olvídalo – dijo sin mas- hoy estoy muy feliz, al fin llego la tela para mi vestido de novia así.. que .. te perdono – Kagome y Sango se miraron sin comprender – Pero que no ocurra de nuevo o se lo diré todo a mi Tía . Ten lleva esto – le arrojo una gran bolsa .

    Las tres caminaban hacia donde las esperaba el cochero, sin percatarse de la insistente mirada de una figura en la obscuridad.

    &&&& En Londres &&&&

    Un muchacho de ojos dorados, se encontraba parado frente de una de las tiendas mas costosas , observando con nostalgia la prenda que se exhibía en el escaparate. “ Un vestido de novia”.

    - Inuyasha me sorprendes no te conocía esos gustos,- lo miro con desaprobación- te digo la verdad , yo creo que el blanco no te va.- Inuyasha se giro para observar a su amigo de mala gana, mientras este sonreía.

    - Por que, no te callas Miroku, eres una verdadera molestia. – Miroku lo vio dirigir su mirada nuevamente al vestido antes de girarse y continuar andando. La lluvia comenzaba a caer lentamente.

    Miroku lo alcanzo rápidamente, - Le dijiste, que tal vez regresaras antes de lo que esperabas.

    - ¿ A quien?- dijo de mala gana.

    - ¿ Como que a quien, a tu adorado tormento? – Inuyasha sonrío un poco para si y continuo andando, pensando en que muy pronto estaría con Kikio, Miroku continuo molestándolo a lo que el solo respondió.

    -¡Feh!.

    &&&& Con Kaede Y Kikio &&&&

    Rápidamente transcurrieron dos meses mas, Kikio se encontraba sobre un banco elegantemente forrado en seda roja, vistiendo lo que pronto seria su vestido de novia, un delicado vestido blanco, completamente bordado a mano y exquisitamente decorado, con perlas naturales, Kaede la observaba con una mirada llena de satisfacción.

    Kikio debería de encontrase feliz, pronto tendría todo lo que quería, pero algo la tenia sumamente preocupada, Naraku no sabia de el , desde su ultima discusión y por algún motivo eso la tenia intranquila, por que, podía percibir su mirada sobre ella, pero al girar no había nadie. Se obligaba a si misma a pensar que solo eran ideas suyas, que solo era su imaginación, si lo mas seguro era, que el ya ni siquiera se encontraba en la ciudad.

    Kikio no podía estar mas equivocada, nadie entusiasmaba a Naraku para luego dejarlo plantado, el había desaparecido un tiempo, pero solo para reunir a sus hombres y un barco, el después de todo era el temible pirata.

    Transcurrieron los días y el animo se Kikio se había recuperado casi totalmente, estaba segura que ya nada le impediría, vivir el resto de su vida como reina.

    Esa tarde salió a comprar un juego de sabanas de seda para la cama nupcial. Eran de color vino con detalles bordados, eran bastante costosas, pero como dijo Inuyasha, nada era demasiado para “La princesa”.

    Cruzo la calle donde la esperaba el carruaje, pero en el trayecto fue interceptada por un hombre , quien la sujeto fuertemente por la cintura, la subió rudamente a un caballo y emprendió carrera. A la distancia solo se pudo escuchar el grito del anciano cochero quien llamaba a la policía, pero era inútil... como si el destino hubiera preparado todo, la calle principal en ese momento estaba desierta.

    El cochero corrió lo mas que pudo a la casa de su Señora, para avisar lo ocurrido, había tardado por que en el camino dio parte a la policía.

    En toda la casa podían escucharse los gritos de Kaede.

    &&&& En una playa apartada &&&&

    No sabia por cuanto tiempo, había viajado sobre ese animal, pero al bajarse ofreció hasta su alma al bandido para que la liberara, pero el sin escucharla siquiera la ato y amordazo, para después arrojarla ferozmente ante un hombre que la miraba con aires de superioridad.

    El rostro de Kikio palideció completamente, tanto que casi sus venas eran visibles.

    - Te dije Kikio, ... nadie deja al gran Naraku.- Ella comenzó a retorcerse intentado escapar, Naraku la tomo fácilmente aun ante sus forcejeo, la subió a se hombro cual costal y la subió a su barco. – Espero, te guste el mar, ... por que nos espera un largo viaje, Querida Kikio.

    Su risa diabólica es todo lo que se escucho a la distancia eso, y las olas que golpeaban incesantemente.

    &&&& En la Casa de Kaede &&&&

    Ella se encontraba al borde del colapso, habían transcurrido cinco horas y aun no tenían noticias de Kikio. El jefe de policía Bankotsu Nara entrevistaba a todos lo sirvientes de la casa buscando pistas sobre quienes podrían ser los enemigos de la familia.

    El padre de Kikio se había comunicado con cada parlamentario conocido suyo, y se encontraba en la sala completamente desesperado.

    Kagome ingreso a la sala con una bandeja con, te para su tía y café para su padre. Entrego el café a su padre, y como siempre aun en estas circunstacias el se negó a mirarla a los ojos.

    Bankotsu, se encontraba entrevistando a Sango,

    - Dígame señorita, alguna vez a observado algún movimiento extraño, o ha visto a alguna persona sospechosa rondar la casa. Sango solo meneo la cabeza en negativa y el continuo

    - Tal vez sepa de alguien quien odie a la señorita Kikio o quizás que la envidie.- En ese momento Kagome se acerco donde su tía, para entregarle el te, cuando ella levanto la cara , la vio con tanto rencor, para sorpresa de todos, tiro la taza al suelo junto con la bandeja que llevaba momentos atrás la muchacha y la arrojo al suelo, casi a los pies del policía.

    - ¡¡Ella ... fue ella, esa maldita tuvo que ver con el secuestro de mi niña!!!. – Kagome negaba con la cabeza desde el suelo, Sango se acerco a ella para ayudarla.

    Todos se detuvieron con un estruendoso ruido proveniente de la puerta de la sala.

    - ¿ Como que Kikio, fue secuestrada?- Unos ojos dorados se posaron acusatoriamente frente a todos los presentes - ¡Donde esta Kikio!.

    CONTINUARA...

    N/A : Todos los que sientan pena por Kikio que levanten la mano, cri ,cri, cri cri, mentira pobre Kikio, pero bueno así es la vida no?

    Como verán he terminado, la introducción de la historia me ha quedado larguisima, sip los 5 primeros capítulos son la introducción, a partir del próximo capitulo empieza a tener mas participación Kagome e Inuyasha como verán también e incluido a Miroku es un gran amigo para Inuyasha y el personaje me resulta realmente simpático .
     
  7.  
    DeboraAnabe

    DeboraAnabe Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    2764
    Re: A quien me recuerdas

    Pues este es capitulo 6





    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia es hechas por una fan para fans. INUYASHAXKAGOME

    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas

    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino mas miserable que el de el.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos , autos.

    “...” PENSAMIENTOS

    - DIALOGOS-

    &&&&& CAMBIO DE ESCENA

    /NOTA DE AUTORA/ N/A

    ////FLASHBACK////

    Capitulo VI : Lagrimas de alcohol.

    La luz era tenue, el ruido ensordecedor los gritos de las mujeres, las risas de los hombres las apuestas y las peores depravaciones, eran la carta de presentación de ese lugar, ladrones, bandidos, proxenetas y prostitutas, moneda corriente. Era un bar de los peores sin no el peor. En la barra un figura solitaria encorvada se mantenía completamente ajena al bullicio y algarabía reinantes, un hombre que tenia por compañía una botella del mas potente brebaje del lugar y único pensamiento “¿Por qué me dejaste Kikio?”

    &&&& Dos meses Atrás &&&&

    - ¿ Como que Kikio, fue secuestrada?- Unos ojos dorados se posaron acusatoriamente frente a todos los presentes - ¡Donde esta Kikio!.

    Inuyasha había planeado sorprender a Kikio llegando meses antes de lo previsto, pero mayor fue su sorpresa, al entrar sigilosamente por la puerta de la sala con un presente para su novia, el cual se hizo añicos, cuando escucho los gritos de la Señora Kaede.

    El Jefe de la policía puso al tanto a Inuyasha de los pormenores del caso, que al parecer era un simple caso de secuestro “extorsivo”, mientras Sango, ayudada por el padre Kagome se habían llevado a la Señora Kaede a su habitación.

    Estaban seguros que tarde o temprano los delincuentes se comunicarían con ellos para pedir rescate, pero al pasar de los días fueron perdiendo las esperanzas, incluso llegaron a ofrecer recompensa para quien tuviera alguna información, pero aun así pasaban los días y las semanas, Kagome entraba y salía de la sala llevando y trayendo comida para los policías su padre e Inuyasha quien se negaba a abandonar el lugar hasta que apareciera Kikio.

    Aunque su padre se veía muy afectado a quien mas compadecía Kagome era a Inuyasha se lo veía completamente desmejorado, aun tenia la misma ropa de días atrás, se negaba a comer a dormir, por momentos hasta temía por su vida, rezaba fervientemente, para que su hermana regresa pronto aunque el se casara con ella, y nunca mas volviera a verlo lo prefería, a verlo así.. muerto en vida, cada vez que entraba a la sala con un charola con comida que estaba segura retiraría sin ser tocada al atardecer, pensaba las palabras justas para consolarlo, para darle aliento para decirle que todo estaría bien, pero al intentar enfrentarlo y observar su mirada perdida, no podía pronunciar palabra alguna.

    Pasaron un par de días mas y cuando todo se creía perdido, un mensajero llego departe de la policía donde decía que, una mujer de similares características de Kikio, había sido vista a bordo de un barco identificado como “Tokiyin” al mando de un pirata llamado Naraku.

    Cuando llego el mensaje y fue leído por el padre de Kagome alegremente pudo observar una leve sonrisa de alivio en sus labios de Inuyasha y eso la lleno de satisfacción , rezo todo ese día dando gracias a Dios por ello.

    El mensaje que llego el día siguiente fue mas alentador todavía, la policía y la guardia real habían localizado al barco, lo perseguían ahora por el océano y estaban seguros de darles alcance en un día o dos y casi tenían la certeza de regresar el día 26 con Kikio sana y salva. Esa noticia fue la medicina que alivio el resquebrajado corazón de Inuyasha, quien había regresado rápidamente a su casa para bañarse, cambiarse, para esperar el ansiado regreso de Kikio, incluso había ordenado flores, para darle la bienvenida, la Señora Kaede se encontraba mas repuesta prueba de ello era que no paraba de mangonear a los sirvientes preparándolo todo para la llegada de su niña adorada.

    Llego el esperado día 26, Inuyasha estaba tan ansioso que había olvidado comprar las flores favoritas de su novia, “Rosas Rojas” regresaba con ellas de la florería llevando miles de sueños para su casa , su novia, su vida, su perfect... sus pensamientos se vieron repentinamente interrumpidos, la carroza de la policía esta en la entrada de la mansión Higurashi, el corazón de Inuyasha dio un vuelco en su pecho de felicidad “ seguramente vinieron a dejar a Kikio” corrió sin detenerse ante la advertencia de uno de los guardias de la entrada el trayecto a la sala parecía interminable, una luz en fondo del pasillo entro y...

    - Kikio, amor- fue lo que dijo, los presentes se giraron a el, estaban todos el jefe de la policía, el padre de Kagome, el Sacerdote Renkotsu, reviso cuidadosamente la habitación y prácticamente acostada en el sillón de la sala se encontraba la Señora Kaede, al parecer sin sentido, el medico de la familia el señor Mioga, se encontraba tomándole el pulso a su lado Sango con una bandeja en las manos con pequeños frascos al parecer medicamentos, ella lo observo un momento pero al ver su rostro sonriente, no pudo mantener la mirada.

    Pudo ver cerca de la chimenea al Padre de Kikio, pero el también le esquivo la mirada, Bankotsu le toco el hombro y comenzó a darle la peor noticia que le pudieran haber dado jamas.

    “ Señor Taisho me veo en la obligación de informarle, que hemos dado con el barco en el cual fue vista la señorita Higurashi, pero lamentablemente llegamos después de la terrible tormenta que asolo las costas del país vecino- suspiro como tomando fuerzas, le mantuvo la mirada por largo rato y prosiguió- lo lamento todos los miembros de la tripulación, incluyendo la señorita han... lo siento han perecido”.

    Desde entonces Inuyasha vivía de bar en bar bebiendo o enfrascado en las peleas mas sangrientas que podía encontrar, nunca llego al oficio religioso que se realizo en honor a la memoria de Kikio. Se la pasaba mas tiempo en prisión que en su casa, su familia preocupada por el tratando de mitigar su dolor se mudaron un tiempo con el, pero incluso su madre perdio la paciencia con el, Inuyasha se había transformado completamente en otra persona, incluso en la ciudad se tergiversaba los mas ridículos rumores, como que era el hijo del diablo, un vampiro, incluso el mismísimo Satanás.

    Cuando alguien trataba de hacer algo por el simplemente los echaba a balazos, o se encerraba en la ahora su lúgubre mansión, aquella casa que con tanta ilusión había comprado para vivir con Kikio, esa casa que una vez fue su particular cuento de hadas.

    Ahora era el reflejo del alma de su dueño descuidada, destrozada y desolada.

    &&&& En la Cantina &&&&

    “¿Por qué me dejaste Kikio?”

    Continuaba bebiendo en aquel bar, el único al que podía la entrar, ya lo habían echado de muchos por sus constantes peleas y escándalos luego de sus borracheras, por lo menos en ese lugar nadie le pedía que se marchara a casa por haber bebido demasiado o intentaba saber sus motivos, mientras el tuviera dinero era bienvenido, este bar era su prácticamente su segundo hogar.

    &&&& No muy lejos de ese lugar &&&&

    Miroku se encontraba nuevamente en su tarea habitual, buscar a Inuyasha, recorrió casi todos los bares , la policía y hasta el hospital, detuvo un momento sus pasos y suspiro sinceramente muchas veces se arrepentía de haber aceptado la petición del padre de Inuyasha claro que la amistad y el dinero eran un aliciente pero simplemente abecés creía que lo mejor seria huir.

    - Ha- suspiro con nostalgia- Las damas del mundo deben estar extrañando al galante y bien parecido Miroku, tanta preciosura suelta y yo de niñera de un gañan - ni bien termino de mencionar esto, se vio parado frente al antro de perdición mas sucio que habían divisado sus inocentes ojos por varios minutos intento entrar pero a cada momento se detenía y lo pensaba mejor

    - No un hombre decente como yo, no debería entrar a ese lugar- lo decía sobre todo por que cada espécimen de hombre que veía salir de ese lugar era mas monstruoso que el anterior, instintivamente se llevo la mano a la cabeza, específicamente a las puntadas que le había hecho semanas atrás luego de quedar atrapado, en una de las innumerables peleas de su amigo.

    Suspiro pesadamente, resignado y se dispuso a cruzar la calle, pero en ese momento una risas tras el llamaron su atención.

    - Bien si debo morir, por lo menos me llevare un lindo recuerdo.- sin mas se dio vuelta volvió sobre sus pasos.

    Dos Muchachas caminaban del brazo llevando una canasta con comestibles, reían, hasta que una figura las intercepto.

    - Señorita Kagome, hermosa Sango benditos los ojos- se miraron algo desconcertadas, lo miraron un instante.- díganme que trae a dos ángeles como ustedes a esta lado remoto de la ciudad.

    - Buenos días, joven Miroku- Kagome saludo cortésmente, mientras Sango solo arrugo la nariz y simplemente lo ignoro, ganado un codazo por parte de su amiga.

    - No pienso saludar a este hombre libidinoso- Sango lo miro y volteo la cara con desagrado.

    Miroku la miro con ojos de borrego.

    - Vamos, Sango... estoy segura de que lo que te halla el hecho el joven Miroku no fue con mala intención.- dijo conciliatoriamente.

    - Mala intención, te diré que sus intenciones son lo que menos que me importan, ... son sus manos las que me preocupan. Sango giro nuevamente la cabeza y maldijo algo entre dientes.

    Kagome sonrío tontamente, y Miroku se hizo el desentendido, y trato de cambian de tema.

    - Pero díganme de donde vienen, están lejos de casa- el muchacho se dirigió a ambas pero una de ellas aun lo ignoraba así que solo sonrío a Kagome.

    - Ah... pues nosotras fuimos a comer en la casa de Sango, es que como mi padre y mi tía no están en casa, pues es una casa grande y... nos sentíamos algo sol...- fue interrumpida por Sango.

    - Vamos Kagome, no le des explicaciones a este libidinoso, adelante Señor – dijo esta vez mirándolo a los ojos- siga su camino de seguro que esta ansioso, por volver a sus importantes ocupaciones- dijo sarcásticamente mirando hacia el bar de enfrente.

    Kagome miro hacia ese lugar , se volvió a Miroku y este se movió incomodo en su lugar, la muchacha pareció meditarlo un momento, suspiro.

    - Inuyasha desapareció otra vez , ...verdad - el la observo algo sorprendido, y luego asistió.- Me imagino que debe sentirse aun... muy mal, pobre ojalá pudiera hacer algo por el.- agrego tristemente.

    - Por favor Kagome es solo otro borracho empedernido, que disfruta provocando disturbios en la vía publica, usando como excusa su supuesto dolor, tu debes ser la única que aun le guarda algún tipo de consideración - espeto Sango bastante seria.

    - Oh, Sango no seas injusta...- y como si hubiera adivinado que hablaban de el, Inuyasha salió del bar empujado por dos gorilas, gritando y maldiciendo, detrás el cantinero.

    - ¡Y vuelve cuando tengas dinero!- dijo este mientras arrojaban a Inuyasha en mitad de la calle. El trataba de ponerse de pie inútilmente.

    Sango se volvió a Kagome y le dijo casi en secreto – Que te dije... un borracho cualquiera.

    Miroku las observo, penso defender a su amigo pero para que,... era inútil, suspiró fuertemente y se despidió de ellas.

    - Bien, damas..., me despido el deber llama.- se acerco a Inuyasha, y trato de ponerlo en pie en un principio el pareció no reconocerlo, se retorció tratando de liberarse de su captor.

    - Inuyasha, tranquilo soy yo... Miroku- se calmo de pronto se giro y observo a su amigo, volvió su rostro al bar y grito.

    - Ahora.. veran..m.i..ami..go casi... her...her..mano..me..dara diner...- su discurso se vio interrumpido al haber perdido nuevamente el equilibrio.

    - Vamos a casa Inuyasha ya has bebido demasiado – dijo Miroku tratando nuevamente de ponerlo en pie.

    - ¡No!, da..m.e mas di..ner..o, ten..go que re...gresar. –Miroku trataba inútilmente de ponerlo en pie, por un momento penso que su amigo estaba cediendo porque, se quedo quieto y con la mirada fija hacia atrás.

    - Kikio- murmuro- Miroku lo observo con cansancio.

    - Inuyasha ya hemos hablado de esto Kikio ya no esta en este mundo, debes entender- comenzó la misma charla que tenían cada vez que el ya había bebido demasiado, cuando el comenzaba a alucinar con su novia muerta, aunque esta vez parecía diferente. Inuyasha lo aparto de golpe casi tirándolo en el suelo.

    - ¡ Kikio!- grito y comenzó a avanzar al extremo apuesto de la calle.

    - Que te dije Kagome, a parte de borracho, loco- menciono Sango pero al girarse para observar a Kagome ella ya no se encontraba allí.

    Kagome se había acercado para ver si Inuyasha se encontraba bien, cuando el se giro hacia ella y comenzó a gritar el nombre de su hermana.

    - Kikio, mi amor, sabia que.. no me dejarías.- Kagome lo tenia a menos de dos pasos de ella y comenzó a retrocedes, cuando Sango le grito.

    - ¡ Aléjate de el Kagome ! – era demasiado tarde Inuyasha la tenia acorralada, y la estaba sujetando del rostro fuertemente.

    - Sabia que regresarías... mi amor- Inuyasha la tenia completamente inmovilizada, y antes de que pudiera protestar, la beso lentamente ante la atónita, mirada de Sango y Miroku.

    Se detuvo y la miro largamente con una expresión soñadora.

    - Eres.. .tan suave... y... dulce- dijo mientras besaba lentamente a Kagome, ella se encontraba en completo estado de “shok”, veía a Inuyasha mover los labios pero no podía responder nada, sus besos se sentían tan bien.

    Inuyasha la observo un momento mas, como intentando verla bien, pero solo dijo.

    - Hermosa- y comenzó a besarla nuevamente, Kagome estaba como en otro mundo, en las nubes, le respondió ligeramente, el sonrío y la beso como si le fuera la vida en ello.

    CONTINUARA...

    N/A: Se muy bien que la primera parte de este capitulo, debe haber estado algo aburrida por que la mayor parte fue contada, pero como recompensa un beso, que les gusto.

    Aclaraciones: En el capitulo anterior repetí Bankotsu tanto para el cura, como para el jefe de la policía, gran error Bankotsu es el policía y Renkotsu es el cura. Lo que pasa e que entre Kotsu y Kotsu me Kotsukie, bien pasando a otra cosa, se que sonó algo irreal el hecho de acusen a la inocente Kagome del secuestro de Kikio pero como recordaran en ese momento el policía preguntaba sobre quien seria la persona que la odiaba o envidiaba y bueno si ella ni fuera tan buena algo de rencor por su malvada hermana sentiría no cree?, y bueno si ese no fuera el caso de pronto uno en una situación de crisis tiende a culpar al mas vulnerable trata de buscar un culpable.

    Ya saben cualquier cosa que no entiendan me lo hacen saber. Sayonara.

    Muchas Gracias DEBORA ANABEL.
     
  8.  
    :_maritza_:

    :_maritza_: Guest

    Re: A quien me recuerdas

    guao!!! hola he estado sigiento tu fic pero por cuestiones de tiempo no habia podido escribir (y por falta de ideas, no podia poner que queria la continuacion nada mas) bueno... en realidad no esperaba ese beso fue increible y creo que escribes bastante bien, es muy buena tu idea, y bueno... con respecto al fic, creo que yo ya me hubiese escapado de mi casa (aunque entiendo que ella quiera a su familia) igual me hubiera escapado, tantas reglas, tantos insultos y regaños hubieran acabado con mi paciencia muy rapidamente, sobre todo porque (personalmente) detesto las preferencias en las familias, creo que debe una rason no? espero que continues adelante con tu fic y cuenta con mi apollo aunque no siempre te escriba (ya te dije porque) aun asi dare mi esfuerzo por tener algo de que hablar en mis comentarios

    atte despiediendose y dando su apollo: yo
     
  9.  
    DeboraAnabe

    DeboraAnabe Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    2334
    Re: A quien me recuerdas

    Hola este es el capitulo 7



    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia es hechas por una fan para fans. INUYASHAXKAGOME

    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas

    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino mas miserable que el de el.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos , autos.

    “...” PENSAMIENTOS

    - DIALOGOS-

    &&&&& CAMBIO DE ESCENA

    /NOTA DE AUTORA/ N/A

    ////FLASHBACK////

    Capitulo VII: Ilusión

    - “Hermosa”- suspiro sobre sus labios y comenzó a besarla nuevamente, Kagome estaba como en otro mundo, en las nubes, le respondió ligeramente, el sonrío y la beso como si le fuera la vida en ello.


    El tiempo se detuvo.


    Miroku pareció reaccionar, corrió donde ellos, tomo a Inuyasha de los brazos y comenzó a tirar de ellos fuertemente , intentado que dejara a la muchacha quien aun no parecía reacciona, Sango corrió hacia ella la tomo de la espalda y la llevo hacia atrás.


    Inuyasha tomo conciencia de la separación comenzó a luchar con su amigo para que lo soltara forcejeando hacia delante intentando alcanzar a la aun muy perturbada Kagome, abría tenido mas éxito si es que no se encontrara tan borracho, ya que superaba físicamente a Miroku, pero ante su imposibilidad simplemente comenzó a gritar como un loco.


    - ¡ No, suéltame, ¡Kikio! ¡Kikio no me abandones! ¡Kikio!


    - Calma Inuyasha, ya quédate tranquilo, te .. digo que ella no es Kikio- su amigo intento razonar con el nuevamente, pero el parecía no querer escuchar e intentaba dar nuevamente con Kagome con tanta fuerza que incluso arrastraba a Miroku.


    Mientras tanto Sango trataba de hacer reaccionar a Kagome.


    - Kagome, ...- ella solo pestañeo su cabeza esta hecha un caos y sus oídos parecían cerrados, la voz de su amiga parecía un murmullo lejano – Kagome, amiga me escuchas- insistió Sango, palmeo su rostro para ver si reaccionaba, Kagome pestañeo confundida

    - San...Sango- suspiro Kagome.


    - Que bien, reaccionaste, me habías asustado, ¡ese Inuyasha es un animal!, mira como te dejo – tenia los labios hinchados y un poquito de sangre, que Sango comenzó a limpiar con un pañuelo – como se le ocurre, abalanzarse así sobre ti y besarte de esa forma.- continuo sumamente molesta.


    - “Besarme”- penso Kagome aun algo perturbada, a la distancia la voz de Sango seguía argumentando sobre lo ocurrido – “Inuyasha, me beso”- se llevo la mano a los labios,


    - “Es verdad, el me beso”, “pero por que...” , sus ojos se desviaron lentamente a la escena tras ella , Miroku aun discutía con Inuyasha y gritaban algo de Kikio.


    - Tonta...- suspiro Kagome- Sango detuvo su tarea con el pañuelo.


    - ¿Quién?...¿quién es tonta? – repitió Sango.


    Kagome iba a responder – “Yo soy la tonta”- por creer que Inuyasha la besaría, por soñar por un par de segundos que quizás Inuyasha, ... quizás el ... pues bien ya no valía la pena ni pensar en ello. Meneo algo la cabeza y simplemente dijo.


    - Nada, ...nada , solo pense en voz alta- Sango le mantuvo la mirada un momento mas, pero finalmente le resto importancia, simplemente se giro donde aun discutían los jóvenes uno de ellos de mirada dorada parecía llorar mientras continuaba con su ataque histérico.


    De pronto un pitido llamo la atención de todos menos de Inuyasha quien parecía seguir gritando solo, giraron donde provenía el sonido, era un policía.


    Miroku miro a Inuyasha y tan solo se llevo una mano a la cabeza como diciendo “otra vez”.


    Por fin, se llevaran a ese idiota- comento Sango mas para si misma.


    Kagome quien aun observaba al ojidorado pareció despertar, con el comentario de su amiga.


    - No podemos permitirlo- se dirigió a mitad de la calle donde aun se encontraban los muchachos.


    - Espera Kagome .. ¿que vas hacer? ... ¿a donde vas?... te van a llevar a ti también...- Sango salió tras ella.


    Miroku observaba venir al policía cuando,... fue sujetado firmemente por uno de sus brazos, era Kagome.


    - Debemos, sacar a Inuyasha, de aquí- Miroku la observo como no comprendiendo el significado de sus palabras.


    - ¡Quieres ir a la cárcel!- Miroku meneo la cabeza en negativa - ¡ entonces vamos!


    Miroku intento levantar a Inuyasha quien estaba sentado en suelo gruñendo palabras incomprensibles, solo negaba con la cabeza y tozudamente se negaba a levantarse.


    - ¡Apresúrate Miroku!- Kagome miraba impacientemente al policía que pronto les daría alcance- el muchacho la miro y dijo.


    - Perdóneme señorita, es imposible levantarlo. – Sango quien hasta ese momento había permanecido en silencio, bufo cansada, intento ayudar al libidinoso a levantar al borrachín pero sin éxito era demasiado pesado para los dos.


    - Kagome esta visto que este animal no se moverá, vámonos no me gustaría que mi padre fuera por mi a la delegación.- Miroku la observo asintiendo, como diciendo que eso seria lo mejor.


    Kagome lo medito un momento, miro a Inuyasha aun en el suelo, sus palabras eran puras incoherencias salvo las que se que se referían a su hermana muerta.


    Entonces como si una luz hubiera iluminado su mente se acerco a Inuyasha.


    - ¿Te gustaría, que te besara Inuyasha? – Todos los presentes la vieron fijamente, incluso Inuyasha quien se paro automáticamente intentando alcanzarla con un mano.


    La mano de Inuyasha fue interrumpida en su trayecto por Miroku y Sango quienes miraban a Kagome como si hubiera enloquecido.


    - ¿Pero que dice Señorita?- Dijo Miroku- En este estado no es conveniente que lo provoque o el podría, ... podría, el se ...aprovecharía de Usted.


    - Al fin nos ponemos de acuerdo en algo, es que acaso has perdido la razón- continuo Sango.


    Kagome ignoro el comentario de ambos y comenzó a observar a todos lados como buscando algo.


    - Miroku, viniste en caballo o en carruaje.


    Definitivamente Kagome había perdido la razón primero le ofrecía besos a un borracho y ahora buscaba medio de transporte, pensaron Sango y Miroku asintiendo como si hubieran hablado en voz alta.


    - ¡Miroku responde es importante! – Miroku pareció volver de sus pensamientos


    - No ninguno de los dos, vine en un automóvil.

    - ¿Automóvil?


    Miroku, se puso en pose de profesor y comenzó a relatar el origen del Automóvil.

    - Entonces Henry Ford fue quien ideo el ensamblaje en masa, es decir...- Sango estaba completamente maravillada por la información y solo asentía con la cabeza, pero Kagome había perdido la paciencia.


    - ¡Basta! Miroku luego nos cuentas, ¿donde esta el auto?- el indico a la vuelta de la esquina.- Perfecto, vamos llevemos a Inuyasha- Miroku y Sango trataron de mover a Inuyasha pero estaba nuevamente en plan de mula, no se movía para nada.


    Kagome le dijo que le daría muchos besos si le enseñaba el auto y por fin lograron que Inuyasha se moviera casi al mismo tiempo que el policía y dos ayudantes les daban alcance.


    &&&& Rumbo a casa de Inuyasha &&&&


    El camino a casa de Inuyasha fue indescriptible, empezando por su afán de convencer a Kagome a quien continuaba llamando Kikio, de concebir un hijo antes del matrimonio,


    Seguida por el intento de cierto libidinoso conductor de consolar a una muy mareada Sango en su primer viaje en automóvil, con caricias nada santas.


    El resultado un Inuyasha llevado a la inconsciencia por la rama de un árbol, luego de que cierta copiloto (Sango) propinara una brutal cachetada al conductor haciendo que perdiera el rumbo momentáneamente.


    - Finalmente llegamos- dijo una muy feliz Sango quien luego de su experiencia se arrojo al suelo y comenzó a besarlo agradeciendo a Kami que existiera. – Nunca en mi vida vuelvo a subirme en esa cosa.


    - Vamos amiga no fue para tanto- dijo Kagome.- A mi me encanto el paseo.


    - Como dices eso Kagome después de que ese infeliz- señalo a Inuyasha- por poco y te embaraza, y ese malsano casi nos mata- dijo mirando a un Miroku con una mejilla bastante hinchada - observa mis manos aun no termino de temblar.


    - Si es ese el problema Angel mío descuida que el gran Miroku, conoce el remedio para todos tus males- dijo extendiendo los brazos hacia Sango- ahora ven a mis brazos y encuentra el consuelo que tus bellos ojos, están pidiend...- no pudo terminar ya que un zapato cortesía de una muchacha bastante malhumorada y poco paciente.


    Por suerte Kagome logro intervenir finalmente luego de mucho trabajo y suplicas pudieron ingresar a Inuyasha a su casa quien luego de casi diez, jarras de café pudo volver medianamente a la coherencia y a su usual antipatía.


    - ¿Qué diablos hacen ustedes aquí?- un muy enojado Inuyasha se dirigía a ambas jóvenes.


    - Por favor Inuyasha – dijo conciliatoriamente Miroku- ellas nos ayudaron, casi nos arresta y bueno las señoritas...- no pudo terminar por que los gritos de ojidorado casi despiertan a los muertos.


    - ¡ Largo de aquí brujas!- ambas muchachas se pararon de golpe y Miroku bastante espantado por el grito se interpuso entre ellos esperando que la sangre no llegara al río.


    - Cierra la boca animal, si quieres que no retiremos dilo amablemente, después de todo nos debes no estar en la cárcel- espeto un envalentonada Sango.


    - Y que pretenden un premio, dinero o quizás...- dijo mirándolas de arriaba abajo- mis favores, por que si es eso, pues ... podria atenderlas a las dos al mismo tiempo, están tan flacas que las dos no hacen una mujer- dijo cínicamente.


    Sango estaba completamente verde de ira y Kagome completamente, roja de vergüenza.


    Sango se adelanto con el afán de buscar algo con que golpearlo y hacer que se arrepintiera de sus palabras, pero fue contenida por su amiga quien tan solo, negó con la cabeza y le indico que lo mejor era partir ahora mismo.


    - Disculpe, si lo hemos molestado le aseguro que nuestra intención era solo ayudar- dijo tranquilamente Kagome.


    A lo que el maleducado muchacho solo se giro como no importándole lo que dijera y se perdió en el fondo de la cocina.


    - Eres un maldito, ojalá y te pudras en el infierno, hijo de...- Sango fue nuevamente detenida por una sonriente Kagome quien solo se la llevo hacia la puerta.


    Miroku dudo un momento mirando por donde se habían ido las muchachas y por donde se había perdido Inuyasha. Opto por primero ir tras su amigo.


    - Me parece que fuiste, muy desconsiderado Inuyasha esas preciosuras solo querían ayudar.


    - ¡Feh!, nadie se los pidió.


    - Eres imposible, bueno..- suspiro- saldré un momento ya regreso.


    - ¿A donde vas?


    - Voy a dejar a mis lindas mujeres, estamos lejos de la ciudad y bueno, tu sabes dos señoritas solas en el camino son una tentación para cualq...- el muchacho fue nuevamente interrumpido por la mano de Inuyasha.


    - ¡Has lo que quieras pero cállate!- Miroku sonrío tomo las llaves del auto y antes de salir, se giro nuevamente a su amigo- Y no te embriagues, por que tengo un mensaje de tu padre.


    Salió nuevamente disparado, por la cocina pero esta vez impulsado por un objeto que su amigo le había arrojado.


    - Y no te embriagues, por que tengo un mensaje de tu padre.- Inuyasha intento imitar la voz de Miroku sin mucho éxito, balbuceo un par de insultos que sonrojarían a un marinero y continuo en su búsqueda de alcohol.


    &&&& En la casa de Kagome &&&&


    Kagome observaba por la ventana de su habitación una estrella azul brillante , que ella creía desde niña era su madre y le rogó para que Inuyasha estuviera bien, para que encontrara un motivo para cambiar y ser feliz nuevamente.


    &&&& Con Inuyasha &&&&

    Inuyasha se encontraba montando un caballo a todo galope en la obscuridad del bosque, había conseguido encontrar un par de botellas de ron, en su mansión, pero no habían sido suficientes para llevarlo a la acostumbrada inconsciencia por lo que nuevamente se dirigía rumbo al bar, una hermosa estrella brillante lo distrajo un instante del camino, tiempo suficiente para impedir que pudiera ver un barranco, el caballo pudo detenerse a tiempo para no caer pero el, fue prácticamente catapultado hasta el fondo de este.



    CONTINUARA...

    N/A: Pues si Inuyasha esta en el fondo de un barranco , haber como se las arregla para salir.
    Estoy consiente que este capitulo no quedo muy bien que digamos la verdad no tengo excusa no soy muy buena con la comedia, además estuvo un poco corto, este es mas que nada un capitulo de relleno era necesario que ocurriera lo que ocurrió, para avanzar la historia prometo que el próximo va a estar mas interesante.

    Ya saben si hay alguna parte que no se halla entendido, tienen alguna sugerencia o corrección por favor me lo dicen.

    Gracias a todos quienes se toman el tiempo de dejarme sus comentarios y a todos aquellos que simplemente leen.

    Debora Anabel
     
  10.  
    merlina

    merlina Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    104
    Re: A quien me recuerdas

    Lo siento por no haber pasado antes!!
    Pero es que la verdad he tenido mucha tarea y me e demorado 2 días en alcanzarte...
    Bueno la idea esta muy buena como te dije anteriormente..sólo que tienes errores en la ortografia y uno que otro en la redacción (recuerdo uno como en el 4to capitulo que hubo un error en un dialogo, sino me equivoco).
    Espero que a Inuyasha por lo menos se le haya quebrado un hueso xD y que mejore la relación con Kagome.
    Y nuevamente disculpa ^^ , bueno hasta pronto
    xao y cuidate
     
  11.  
    DeboraAnabe

    DeboraAnabe Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    3691
    Re: A quien me recuerdas

    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia es hechas por una fan para fans. INUYASHAXKAGOME

    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas

    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino mas miserable que el de el.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos , autos.

    “...” PENSAMIENTOS

    - DIALOGOS-

    &&&&& CAMBIO DE ESCENA

    /NOTA DE AUTORA/ N/A

    //// FLASHBACK////

    Capitulo VIII: Trabajo.

    El bosque era maravilloso, el canto de los pájaros, el aroma de las flores, el perfume de las frutas que colgaban de los arboles, los animales que comenzaban su actividad diaria dando vida al lugar, era el sublime espectáculo de un hermoso día de primavera.

    “Simplemente perfecto” penso Kagome, esa mañana había despertado de tan buen humor, la noche anterior logro conciliar el sueño muy entrada la noche por estar preocupada por Inuyasha, pero cuando finalmente lo hizo su madre apareció en sus sueños desde niña no la veía, pero alli estaba, junto a ella diciendo que todo estaría bien. El sentimiento que le transmitió su madre la acompaño las pocas horas de sueño, logrando que al despertar una paz espiritual la acompañara, como nunca antes, -“Gracias Mama”- susurro y continuo su paseo.

    Ese día se sentía tan tranquila, aun mas de lo que se encontraba luego de que su Tía se fue de Viaje, rememoro por un Instante esa mañana y las palabras del Doctor Mioga.

    //////“Flashback”///////

    “Después de la desaparición de Kikio la salud de la Señora Kaede se había deteriorado considerablemente, casi todo el día lo pasaba encerrada en su habitación, no comía, no dormía, todo el tiempo no hacia mas que llorar , pero lo peor fue una mañana cuando se presento arreglada para desayunar como si nada hubiera ocurrido se sentó a la mesa , con una muñeca de porcelana en su regazo y comenzó a darle de comer mientras la llamaba Kikio.”

    El doctor se encontraba en el despacho del padre de Kagome

    - Señor Higurashi considero que lo mejor seria que su cuñada pasara una temporada lejos de la casa, lejos de todo aquello que le recuerde a Kikio, o tal vez el episodio se repita y sea necesario recluirla en una institución.

    - ¿Es acaso posible que se repita?, porque estuve con ella hace un momento y me pareció que ya estaba bien.

    - Es difícil decirlo, considerando que en este momento se encuentra medicada.

    - ¿No podría seguir con ese tratamiento?

    - Señor, el estar prácticamente dormida, no es un tratamiento, hay cosas que la medicina no puede curar, por eso le recomiendo que se la lleve de aquí.

    El Señor Higurashi medito un momento mientras observaba el atardecer y simplemente asintió con la cabeza.

    La mañana siguiente al despertar su Padre y su tía se habían marchado.

    &&&&“Fin del Flashback” &&&&

    Suspiro profundamente, lo mejor era ya no pensar en ello. El día de hoy había decidido ir al bosque para hacerse de los mejores frutos y preparar postres para los niños, Sango, el padre Renkotsu incluso secretamente se preguntaba si es que Inuyasha aceptaría uno, le gustaba soñar que si.

    - Duraznos, los favoritos de Shipo, frutillas a Sango le encantan, a ver que mas – tan solo imaginar la cara de los niños al recibir los postres la llenaba de dicha, se interno mas entre los arboles, para recolectar los mas jugosos frutos, lamentablemente se encontraban casi en la copa de los arboles.

    Primero recolectaría manzanas, busco entre aquellas que habían caído y las que se encontraban en ramas bajas, pero ninguna la dejo conforme, las mejores eran los que estaban en lo alto, rodeo el árbol dudando si subir o no, era un poco alto, pero -“los niños merecen el sacrificio”- penso dándose valor, dejo su canasta de mimbre en el suelo, se quito los zapatos y subió lentamente.

    - Aaah...- dejo salir todo el aire, se acomodo en una de las ramas del frondoso manzano, y tuvo una inmejorable vista del lugar, al parecer no era única que disfrutaba del bosque aquella mañana por que no muy lejos podía ver un caballo pastando.

    - ¿ De quien será? – observo un momento mas al caballo. Estiro el cuello tratando de divisar al jinete – ¿Tal vez se escapo?- bajo, sin calzarse se acerco al caballo pero este retrocedió marcando el paso nervioso.

    – Tranquilo pequeño. Tranquilo no quiero hacerte daño – el animal aun un poco reticente permitió que la muchacha tocara su cabeza, ella sonrió y le alcanzo una de las manzanas que había recolectado.

    - ¿dónde esta tu dueño?, ¿Te escapaste?- el caballo relincho como respondiendo, lo que causo una pequeña sonrisa en la joven.

    Mientras este comía, ella rodeo al animal buscando pistas de su procedencia, finalmente se percato de un par de iniciales bordadas en la montura. – “I. T.”, ¿”I. T.?- Kagome se llevo la mano al mentón meditando el significado de las iniciales - ¿Qué significara?

    - ¡Ya se!, el nombre del rancho- el caballo relincho nuevamente.- Esta bien , no es eso.

    - Entonces... ya se, el nombre de tu dueño- el animal esta vez se movió inquieto – Mmm, veamos...será ... . Inuki Taruna, pero el vive al otro lado del pueblo ¿Cómo llegaste hasta aquí?- le pregunto al caballo- el relincho nuevamente.

    Ella sonrío nuevamente – No me digas que... no, no podría, la Señora Torio es demasiado elegante para montar. - comenzó a reír fuertemente al imaginar a esa mujer rechoncha subiendo al corcel, su alegría se disipo cuando su cerebro identifico al único que quedaba con esas iniciales – Inuyasha- susurro, el animal volvió a moverse inquieto.

    Abrió enormemente los ojos, dirigió su vista a los alrededores el pánico estaba apoderando de ella – “¿Y si se cayo?” el solo pensamiento, casi la llevo al llanto no, no podía ser Inuyasha seguro estaba en la cantina embriagándose, por primera vez rogó a Kami que el estuviera en ese lugar.

    Camino de un lado a otro, giro alrededor del árbol en el que momento atrás había disfrutado de una gloriosa vista, y su corazón se paralizo al observar el borde de un barranco.

    Tuvo que retroceder un poco por que el borde comenzó a desmoronarse, agudizo su vista e inspecciono de un extremo a otro el fondo pero no lograba vez nada, intento tranquilizarse, no pensar en lo peor – Calma, calma Kagome lo mas seguro es que el caballo halla huido de la caballeriza, con el carácter de Inuyasha es lo mas seg... su voz y su corazón se detuvieron al divisar en el fondo un cuerpo maltratado, completamente cubierto de barro tanto que casi se confundía con el entorno.

    Se llevo una mano a la boca horrorizada - ¡¡¡ Inuyasha!!!- grito.

    Sin meditarlo un segundo bajo casi destrozando su vestido y sus aun descalzos pies, su único objetivo era alcanzar a Inuyasha.

    Al tocar el suelo corrió donde el, puso sus manos en su bien formado pecho, su camisa estaba desgarrada , sucia , la palidez de su rostro era mortal, las temblorosas manos de Kagome se apoyaron en sus rostro y comenzó a llamarlo, primero suavemente y luego presa de la desesperación comenzó a gritar.

    - ¡Inuyasha!,... ¡Inuyasha!.. ...¡despierta... por favor... no te ...mueras!- sollozo tristemente sobre el maltrecho cuerpo el cual se agitaba conforme aumentaban el llanto y la presión de los brazos de la muchacha, ella creyó lo peor se arrojo sobre su cuerpo ya sin importarle nada mas.

    - ¡Te amo!... ¡te...amo!, por favor no me dejes, Inuyasha- se olvido de todo, olvido que era casi el viudo de su hermana, olvido las recomendaciones de Sango, olvido todo en ese momento para ella no existía mas que su querido Inuyasha posiblemente muerto, junto con sus ilusiones y sueños.

    Sollozo aun mas sobre su pecho, “bum...bum...bum” algo hizo que mermara el volumen de sus lamentos, escucho un poco mas “bum...bum...bum...bum”, eso era... eso era.

    - Su corazón- Kagome volvió su rostro al de el, para esperar lo que sea una mueca, un insulto, lo que fuera, pero nada paso, se reprendió pensando que tal vez había oído mal, pego su oreja a su pecho y no... no lo había imaginado, era muy débil, pero su corazón latía.

    - Te sacare de aquí- dijo firmemente, se separo de el y comenzó a gritar.

    - ¡¡¡¡¡Ayuda!!!!!... ¡¡¡¡¡alguien por favor ...ayuda!!!!!!- lo hizo por varios minutos, pero nadie respondió era lógico, era muy temprano aun, y ese lugar estaba muy apartado de la ciudad o de cualquier camino.

    Estudio el lugar por donde había bajado, y penso que quizás podría cargarlo ella misma, pero al intentarlo, no pudo... el, era demasiado grande y pesado, observo en todas direcciones.

    - Tendré que ir por ayuda.

    Al no encontrar ninguna otra solución, se aproximo al muchacho le susurro un par de palabras, acaricio su rostro y le juro silenciosamente que lo salvaría a como diera lugar.

    &&&& En el camino &&&&

    El ascenso le había costado demasiado prueba de ello, sus pies y manos casi en carne viva, pero ni siquiera se había dado cuenta , solo monto el caballo a horcajadas, y galopaba como una posesa rumbo al pueblo, en primer lugar fue a casa de Inuyasha, esperando que Miroku estuviera alli pero por mas que toco nadie salió a atender, siguió rumbo al pueblo.

    El único pensamiento coherente que cruzaba en su cabeza era –“Aguanta, aguanta... por favor, Dios no lo Abandones, no permitas... que muera”

    - No el no morirá, yo se lo prometí- dijo en voz alta espoleo el caballo y continuo.

    En un bosque una canasta olvidada, manzanas y otra frutas regadas por el suelo pájaros cantando, ardillas correteando, rodeando la ladera del barranco, en el fondo, un muchacho que bien podría ser un “príncipe encantado” aguardaba por su rescate.

    &&&& En el pueblo &&&&

    El jefe de la policía Bankotsu, el joven medico Joyo y el hijo del gobernador Koga Hiray salían de un bar rumbo a la calle cuando fueron casi embestidos por un caballo, arrojando a los tres al suelo.

    - ¡Pero que demonios!- dijo Koga – ¿Es que aquí, no hay limite de velocidad?. – Bankotsu le diré a mi padre que no haces cumplir la ley.

    - Por que no te callas, ese jinete aun no sabe quien es... – sus palabras fueron interrumpidas por el joven medico.

    - ¿Señorita Higurashi?... ¿pero.. que le paso?- Los tres la observaron sin poder creer que quien casi los arrollo era la dulce niña que ayudaba en el orfanato.

    Kagome bajo apresuradamente abría caído de no ser por que fue interceptada por el Joven Medico.

    Respiraba fuertemente con el corazón casi a punto de la arritmia, su vestido hecho jirones, la cara sucia bañada en lagrimas, las manos y los pies ensangrentados. Era una imagen lastimosa.

    Bankotsu y Koga rodearon al medico y comenzaron a preguntar al mismo tiempo el motivo de su estado temiendo lo peor.

    Aun sin recobrar el aliento intento hablar.

    - Inuyasha... en... el ...bosque...barranco..- Los tres se miraron y creyeron entender.

    - ¡Te dije que debías encerrar a ese desgraciado, a ese maldito! ¡sabia que algún día haría algo como esto!- gritaba Koga.

    - ¡Lo colgaremos por esto!- afirmo Bankotsu

    - No se preocupe, señorita, estoy seguro que encontrara un hombre, al que no le importara lo que le ha ocurrido- Akitoki Joyo intentaba consolar a Kagome en su supuesta desgracia- es mas, estoy seguro que lo encontrara mas cerca de lo que Ud. Cree.- dijo mientras tomaba sus manos.

    Koga y Bankotsu se percataron de las intenciones del joven medico los separaron rápidamente y esta vez fue Koga quien tomo sus manos – Hermosa Kagome te aseguro que te entregare la cabeza de esa bestia en una charola de plata, para el anochecer, lo juro o dejo de llamar...- Koga fue interrumpido por un certero golpe asestado por el policía

    - Deja de prometer imposibles, aquí yo soy la ley y nadie mas que yo, tiene el poder de ejercer justicia.

    Súbitamente los tres hombres se enfrascaron en una lucha verbal y hasta incoherente por momentos iban desde las canicas que se habían robado unos a otros de niños, hasta las hierbas curativas, promesas de venganzas sangrientas y las propiedades de la naranja, se habían olvidado completamente de la joven que los miraba aun bastante trastornada sin poder comprender nada.

    - A su mente llego débilmente la palabra “vejada”, ellos creen,... ¿acaso creen que Inuyasha?... – Se paro súbitamente entre ellos y haciendo uso de las pocas fuerzas que le quedaban grito.

    - ¡Inuyasha se cayo a un barranco, debemos ir pronto o morirá.!- Aquella frase detuvo cualquier tipo de discusión, los ojos de Kagome se oscurecieron y su cara estaba empapada de lagrimas nuevamente.

    &&&&&&&&&&

    El rescate se organizo rápidamente, Kagome los guío y permaneció testarudamente en el lugar negándose a que le atendieran las heridas hasta que atendieran a Inuyasha.

    Asiendo uso de cuerdas y maderas que sirvieron para confeccionar precariamente una camilla el rescate se llevo a cabo.

    &&&&&&&&&&

    Kagome se encontraba fuera de la habitación de Inuyasha, esperando la salida del doctor pasando las cuentas de su rosario, junto a Sango quien no paraba de recriminarle el estado de sus pies, y un Miroku muy acongojado esperando que su amigo pudiera recuperarse pronto.

    La voz de Sango murió al momento en que la puerta se abrió, Akitoki Joyo atravesó la puerta con la jovial sonrisa que lo caracterizaba, donde tres personas esperaban ansiosas noticias del estado de salud del ojidorado.

    - Envidio a ese hombre tiene el cuerpo extremadamente resistente, otro en su lugar abria muerto- con la noticia el pálido rostro de Kagome recobro algo de color y solo suspiro llena de alivio, aunque su rostro se ensombreció un poco al escuchar al joven medico continuar.

    - Tiene ambas piernas fracturadas, al igual que una de sus manos- observo a los presentes en el especial a la muchacha de ojos chocolate- esta muy magullado, pero sobrevivirá.

    - ¡Que te dije Kagome!, Hierba mala nunca muere.- dijo Sango

    - Sabia, que tener la cabeza tan dura tendría algún beneficio.- comento Miroku algo divertido, realmente este amigo suyo lo había preocupado mucho, luego miro al medico.

    - ¿Puedo pasar a verlo?

    El medico asintió pero le recomendó que lo dejara dormir todo lo que quisiera y lo alimentara bien, pronto enviaría alguien del hospital para ayudarlo con las curaciones y vendajes que debían ser cambiados dos veces al día, el medico volteo a ver a Kagome y con la sonrisa mas amable que encontró.

    ¿Ahora me permitirás curarte?

    En ese momento Kagome se percato de su lamentable estado, enrojeció levemente había estado tan pendiente de Inuyasha que no se había acordado de sus heridas que ahora recién comenzaban a escocer dolorosamente, se giro a Miroku, quien solo le sonrío.

    - No se preocupe por el, señorita lo cuidare muy bien, ahora usted debe atender sus heridas, ya vera que en poco tiempo lo tendremos gritando como siempre.

    Kagome asintió y salió de casa seguida por Sango y el Joven Akitoki.

    Miroku no podía estar mas en lo cierto, en menos de una semana Inuyasha mostraba una mejoría casi sobrenatural, en especial sus pulmones.

    - ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Largo de aquí, vieja loca!!!!!!!!!!- una anciana salió disparada cual proyectil de la habitación seguida de innumerables objetos casi llevándose por delante al joven Miroku.

    - Pero que...- fue su respuesta a la tempestuosa acometida de la anciana - ¿Señora a donde va?- La anciana nunca se giro simplemente salió gritando que ella no trabajaba para demonios, que antes de volver prefería ser despellejada viva.

    Miroku intento correr tras ella pero el vigor de la anciana era sorprendente en poco tiempo su figura era solo una sombra perdiéndose en el horizonte. El muchacho suspiro pesadamente agachando la cabeza se aproximo a una pared tomo un lápiz y trazo una línea pequeña que atravesaba otras cinco, al lado de otras de similares características.

    - Ya son doce... - Miroku entro con desgano a la habitación de Inuyasha quien aun seguía en su usual berrinche seguido de la usual perorata de insultos.

    - No se como lo haces amigo- dijo mientras esquivaba los objetos — creí que esta te duraría... no tenia idea que las monjas pudieran hablara así, debes haberle dicho cosas horribles.

    - ¡Bah! Era una vieja inútil, ni sabia preparar café.

    - ¿ Que hizo esta, te corrigió, rezo por ti, trato infundirte valores religiosos, cocino picante, o tal vez respiro?- Agrego con sarcasmo.

    - Mira- Inuyasha tomo una taza con un contenido negruzco dentro y se la mostró a su amigo, este se la llevo a la nariz con algo de desconfianza, oliendo el contenido.

    - ¿Café?, solo es café.

    - Como que solo es café... eres tonto a este café le falta una cucharada de azúcar- Miroku lo miro con su mejor cara de escepticismo mientras que Inuyasha sentado en cama con ambas piernas enyesadas, innumerables curitas y una mano vendada cruzaba los brazos y simplemente espetaba.

    - ¡Feh!

    &&&&&&&&&

    Kagome y Sango estaban en el mercado comprando lo que les hacia falta para la cena, Sango comentaba animadamente los sucesos del pueblo a los que su amiga respondía solo con monosílabos, como siempre la mente de la muchacha estaba lejos, en el mismo lugar que su corazón, donde un hombre imposible, berrinchudo, ojidorado y simplemente encantador a sus ojos.

    - Miroku- al escuchar esto Sango se volvió a ella poniendo su peor cara

    Miroku parecía muy atareado recorría de una lado a otro todos los lugares donde había mujeres y hasta hombres quienes solo respondían con una negativa, prácticamente huyendo despavoridos de el, como si fuera el mensajero de la muerte.

    - ¿Qué será, lo hace? – pregunto Kagome

    - Pues que mas... lo de siempre ser un perfecto libidinoso y pervertido, te diste cuenta que ahora acosa hasta los hombres, este hombre no le hace asco a nada, es un asqueroso.- comento con saña Sango

    - Vamos a ver, si necesita algo- antes de que Sango pudiera protestar la muchacha ya se encontraba del otro lado de la calle, ella no pudo mas que suspirar resignada y seguirla.

    - Con que esta buscando quien le ayude con Inuyasha.

    - Si pero se esta volviendo una misión imposible, ya ni las mojas quieren ir a verlo, incluso el señor cura amenazo con excomulgarme si me presentaba por allí pidiendo a alguien para Inuyasha.

    - Pues quien querría, preferiría que me quitaran la piel y me untaran sal en la herida.

    - Por favor, amiga no digas eso, Si tu quieres yo podría hacerlo.- dijo Kagome, Sango se giro a ella

    - ¡Estas loca! Como se te ocurre no lo aras, sobre mi cadáver ¿me has escuchado?.

    Antes que Kagome pudiera discutir Miroku se arrojo a sus piernas y la abrazo como si fuera la ultima gota del desierto.

    - Gracias, gracias, gracias, gracias, le juro que seré su esclavo fiel hasta el día de mi muerte, y cuando usted quiera tendremos una larga descendencia.

    Ese fue el ultimo comentario del Joven antes de ser llevado a la inconsciencia por una no muy paciente Sango armada con una hogaza de pan.

    &&&& En la casa de Inuyasha &&&&&

    - Inuyasha- dijo cantarinamente Miroku- He conseguido a la persona perfecta , es una excelente cocinera una diestra enfermera y una belleza sin igual.

    Inuyasha tan solo levanto ambas cejas y cerro los ojos en señal de franca frustración.

    - Es suficiente Miroku, me conformo con que prepare algo que sepa a café.

    - Entonces estarás muy feliz,... pasa por favor- llamo a quien estaba tras la puerta.

    La cara Inuyasha era un verdadero poema, eso si uno que no es apto para menores de novena y nueve años, cuando la vio parada dudo unos segundos pero luego dio muestra de sus saludables pulmones.

    - ¡¡¡¡¿¿¿¿Pero que hace, ella aquí????!!!!

    Kagome tan solo sonrío inocentemente ante la mirada atónita de ambos el sonoro grito de Inuyasha parecía no haberla afectado en lo mas mínimo, simplemente dijo.

    - Hola, soy Kagome Higurashi a partir de hoy voy a trabajar contigo, espero que nos llevemos bien.

    CONTINUARA...

    N/A: Me esforcé por hacer un capitulo mas largo, y estoy mas conforme que con el anterior.

    Especialmente Merlina gracias por las corecciones me son muy utiles como veras la ortografia no es mi fuerte y bueno algunas palabras se me van, pero intento mejorar. Y por ultimo y no menos importante a todos quienes se toman el tiempo para leerlo.

    Gracias por leer y comentar mi fic.

    Debora Anabel.
     
  12.  
    :_maritza_:

    :_maritza_: Guest

    Re: A quien me recuerdas

    hola me ha gustado muchisimo lo que has echo asta ahora, por mi lado no tengo niguna queja (yo noy esactamente la mejor en ortografia) me imagino los grandes problemas que vendran mas adelantes, espero que lo continues pronto, la gusta un monton!

    dandote mi apollo me despido
     
  13.  
    merlina

    merlina Guest

    Re: A quien me recuerdas

    Hola!!
    Te a quedado muy linda la continuación ^^.Bueno en eso de la ortigrafía yo tampoco soy muy buena xD, pero todos los días leo arto y me esfurzo... aunque los frutos se estan demorando en salir :(...
    Con respecto al ff emm...esta bien!!!(a mi parecer)..sólo espero que no ayan muchos problemas entre Inuyasha y Kagome.
    Cuidate mucho
    bye...
     
  14.  
    DeboraAnabe

    DeboraAnabe Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    3503
    Re: A quien me recuerdas

    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia es hechas por una fan para fans. INUYASHAXKAGOME

    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas

    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino mas miserable que el de el.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos , autos.

    “...” PENSAMIENTOS

    - DIALOGOS-

    &&&&& CAMBIO DE ESCENA

    /NOTA DE AUTORA/ N/A

    //// FLASHBACK////

    Capitulo VIIII: Estrategias.

    - ¡¡¡¡¿¿¿¿Pero que hace, ella aquí????!!!!

    Kagome tan solo sonrío inocentemente ante la mirada atónita de ambos el sonoro grito de Inuyasha parecía no haberla afectado en lo mas mínimo, simplemente dijo.

    - Hola, soy Kagome Higurashi a partir de hoy voy a trabajar contigo, espero que nos llevemos bien.

    Miroku tardo un momento en reaccionar no esperaba que Kagome saludara como si nada un par de las muchachas que postularon salieron corriendo tan solo al ver el rostro de su amigo, le agradeció al cielo la fortuna de que la muchacha aun permaneciera en el umbral como si hubiera recibido la mejor de las bienvenidas.

    - ¡Responde Miroku, que hace ella aquí!- el muchacho aun continuaba observando a Kagome como si fuera la estrella de la mañana, Inuyasha no era muy paciente cuando alguien lo ignoraba, tomo el despertador de la mesa de luz y lo arrojo a su cabeza, la reacción fue inmediata.

    - ¡Auuuu!, Inuyasha porque hiciste eso.

    - Joven Miroku, por Dios se hizo daño- Kagome se acerco a el, tomo su cabeza y comenzó a examinar la herida, sumamente preocupada.

    A Miroku le encanto la cercanía de la mujer y comenzó a exagerar su dolor, por supuesto que le dolía, pero ya esta mas que acostumbrado a los recibimientos de Inuyasha.

    Inuyasha permanecía en la cama observando el cuadro con fastidio, cruzo sus brazos y se quejo.

    - Miroku dijiste que conseguirías una enfermera para mi, no una querida para ti.

    Ambos se giraron hacia el ojidorado, Miroku reprendió a su amigo con la mirada y Kagome solo enrojeció y volvió a su puesto en la entrada de la habitación.

    - Inuyasha. No digas esas cosas. Por favor señorita discúlpelo mi amigo es un bromista empedernido. ¿Verdad ?- Inuyasha le puso su peor cara aunque luego sonrío con malicia.

    - Por supuesto, se muchos chistes de mujeres como tu ¿te gustaría que te contara?- dijo Inuyasha entre dientes.

    Kagome aun continuaba en el umbral pero luego del comentario de Inuyasha simplemente agacho la cabeza mas avergonzada – “Tonta, creías que ...seria fácil”- se reprendió mentalmente.

    Miroku ya sabia las Intenciones de Inuyasha lo mas seguro es que la atormentaría hasta que ella se fuera, suspiro y decidió que lo mejor seria dar por termina la primera entrevista.

    - Bueno luego de las presentaciones lo mejor en ponerse a trabajar- en ese momento Kagome regreso de sus pensamientos presto atención a Miroku- Pero mira nada mas la hora, Señorita seria tan amable de acompañarme a comprar comida.

    - No será necesario, yo... puedo cocinar- la muchacha percibió la mirada de enojo de Inuyasha pero simplemente la dejo pasar, dedicando especial interés al piso.

    - Oh, señorita creo que usted es un ángel enviado por Dios para deleitar la vista de este hombre impío- Miroku se había postrado a sus pies sujetando sus manos con devoción.

    - Dígame seria tan amable de darme un hermoso hijo.- su mano viajaba lentamente donde la cadera de la muchacha.

    Su petición se vio interrumpida por una bacinica que se estrello en su cabeza.

    - Déjate de estupideces, libidinoso y trae comida.

    Miroku se llevo la mano por tercera vez a la cabeza pensando que su amigo perdía fácilmente los estribos por cualquier cosa.

    - ¿Qué les gustaría comer?- La pregunta de la muchacha atrajo la atención de ambos jóvenes.

    A Miroku le brillaron los ojos ante la pregunta, ni lerdo ni perezoso hizo su pedido.

    - Bueno me encantaría un pollo con papas a la francesa acompañado por una salsa mediterránea, para empezar, cerdo asado con ensalada de verduras rebosadas en vino y como postre una torta de chocolate con fresas y crema.

    La cara de Kagome e Inuyasha era de verdadera estupefacción, sus miradas coincidieron por un momento ella sonrío, el solo se movió incomodo en la cama, se aclaro la garganta y pregunto.

    - ¿Eso es todo?

    Miroku lo medito por un momento tomando su barbilla y luego asintió.

    - Pues si..- admitió - el día de hoy me encuentro sin demasiado apetito.

    Kagome lo miro un momento mas y tan solo sonrío asintiendo.

    - Veré que puedo hacer- Se giro nuevamente a Inuyasha quien parecía sumamente interesado en el techo y pregunto- ¿Y usted Inu...- iba a llamarlo por su nombre pero se arrepintió al observar su ceño fruncido- ¿ Y a Ud. Señor Taisho que puedo ofrecerle?

    Inuyasha la miro de arriba abajo, sonrío de manera sardónica – Con ese cuerpo nada, para eso me sobran rameras.

    Esta niña se lo estaba poniendo en bandeja de plata estaba seguro que si la molestaba un poco mas acabaría por sacarla de su casa, realmente no tenia motivos para detestarla pero su presencia le recordaba situaciones que quería olvidar, que... necesitaba olvidar.

    Miroku se pego la mano a la frente en frustración su amigo no podía ser mas Idiota, estaba seguro que cuando mirara el rostro de Kagome se encontraría lleno de lagrimas si es que no arrancaba corriendo rumbo a su casa.

    Inuyasha estaba felicitándose internamente por su jugada, este había sido debut y despedida de la grandiosa enfermera de Miroku, pero menuda fue la sorpresa de ambos al escuchar a la muchacha.

    - ¿Entonces señor quiere pollo o carne?, vera sin duda el pollo me sale mejor pero estando usted en ese estado lo mejor seria carne, esta de acuerdo.

    La ceja del ojidorado había adquirido un tic de la pura rabia como es que aun esa joven permanecía así de feliz con lo que había dicho, tal vez era tonta o loca, la observo nuevamente y ella mantenía aun la sonrisa de anuncio de pasta dental. – “Si es lo mas seguro esta muchacha no esta bien de sus facultades mentales.”

    Miroku observo que su amigo se recuperaba de la impresión y planeaba arremeter nuevamente contra la chica así que opto por la huida estratégica, dios ya los había ayudado demasiado impidiendo que la muchacha huyera.

    - Estoy seguro que Inuyasha disfrutara de lo que sea que sus cándidas manos preparen- menciono solemne, pero por favor siga por el pasillo hasta la izquierda que encontrara la cocina, mientras el y yo discutimos un asunto- Se dio cuenta que Inuyasha esta a punto de decir algo así que, si mas le tapo la boca, le sonrío a Kagome quien hizo una reverencia a ambos y se dirigió rumbo a la cocina.

    - ¡Auuchh! Inuyasha no era necesario que me mordieras.

    - Tu tiene la culpa por taparme , la boca deberías de haberme permitido decirle sus verdades a esa.

    - Por favor... de que verdades me hablas, mas bien insultos dirás, eso es lo único que sabes hacer, por eso ni tu madre te soporta.

    Inuyasha relajo un momento el rostro como si lo que le hubiera dicho su amigo, le hubiera dolido pero solo fue una fracción de segundo.

    - Quiero que se vaya- Miroku blanqueo los ojos – no la soporto, no la quiero en mi casa.

    - No, ella no se ira- dijo firmemente – sin importar lo que digas me has escuchado.

    - Claro que se ira, esta es mi casa y no tengo que soportar a nadie que no quiera, además... ni siquiera es enfermera, consígueme una enfermera.

    La paciencia de Miroku estaba llegando a su limite, casi se podía distinguir un vena en su sien.

    - Es suficiente de tanto capricho Inuyasha, “esa” como le dices tu, tuvo la amabilidad de ofrecerse a ayudar, cuando nadie quiere saber de ti, escuchas y no puedo traerte otra enfermera profesional, por que las ahuyentaste a todas y las que no saben de sobra como eres.- Inuyasha estaba al punto de acotar algo mas pero fue cortado por su amigo.

    - ¡No te atrevas! Es suficiente de todo esto no puedo hacerme cargo de ti y de la empresa que tu deberías estar manejando pero tu depresión no te deja- espeto severamente- y te agrade o no en tu estado necesitas a Kagome.

    - Yo no necesito a nadie y el día que tu quiera te puedes ir con tu adorada Kagome.

    - Que... que no necesitas a nadie dices.. - Miroku se acerco al rostro de su amigo- Pues mírate mejor..., estas prácticamente inmovilizado de la cintura para abajo y lo estarás por los próximos meses, así que deja ese estúpido orgullo, además tienes el descaro de echarme después de haberte dado los mejores años de mi juventud, eres un desalmado tienes el corazón de piedra. – Miroku se sentó en el borde de la cama y comenzó a llorar como esposa ofendida, Inuyasha se sintió muy bajo se acerco a su amigo e intento tomarlo del hombro, pero este haciéndose el ofendido lo esquivo corriéndose mas en la cama.

    - No, déjame eres un malvado sin corazón- su llanto había subido considerablemente el volumen – Inuyasha se sentía fatal.

    - Amigo tranquilo, yo ... bueno se que me paso abecés y ... discúlpame quiere, siempre has estado conmigo y bueno yo , perdón

    Miroku sonrío con las manos aun cubriendo su cara.

    - Entonces,... la señorita Kagome puede quedarse, por favor me aria tan feliz.

    - Esta bien puede quedarse

    - Lo prometes.

    - Si lo prometo, pero ya no llores

    - Esta bien, ya no llorare pero si prometes que dejaras a esa mujer y nos casaremos.

    - Muy bien dejare a esa mujer y... ¿pero que estupidez estas diciendo?

    - Estoy asegurando mi futuro casándome con un hombre rico- dijo Miroku con ojos brillantes y poniendo una camisa a modo de velo en la cabeza. – ¡Ahora ven a mis brazos vida mía.!

    Acorralo a un muy asustado Inuyasha contra el respaldo de la cama frunciendo los labios a modo de beso, el ojidorado estaba completamente pálido.

    Miroku comenzó a reír a carcajadas mientras su amigo comenzó una nueva lluvia de objetos.

    - ¡Estas loco!,... casi me matas del susto.

    - Te lo mereces por haberme golpeado en la cabeza, cuando casi daba con mi objetivo- dijo recordando que casi había logrado tocas una deliciosa parte de Kagome.

    - Idiota, puedes ir olvidándote de tu amiguita...- comunico Inuyasha cruzándose de brazos, como clara muestra de enojo.

    - Ni se te ocurra, ya lo prometiste además si ella se va, te prometo que le escribiré a tu padre quien por cierto esta muy interesado en venir a verte y le diré no te has parada en el exportadora desde hace meses y que yo solo hago todo el trabajo, entonces estoy seguro de que le dará la responsabilidad a tu hermano o quizás a Hakudoshi.

    Inuyasha había permanecido indiferente hasta escuchar el nombre de su odioso primo.

    - No te atreverías- espeto molesto

    - Pruébame y veras.

    - Argg, has lo que quieras, pero que no me moleste y que no entre a ya sabes donde o se va.

    Bien gracias sabia que actuarías de manera inteligente, ahora veré que hace nuestro ángel salvador.

    Miroku salió de la habitación con una sonrisa de oreja a oreja, dejando a un muy molesto Inuyasha murmurando insultos de todos los colores y formas. Aunque había permitido que la muchacha se quedara no seria por mucho tiempo ya se las apañaría para que ella por propia voluntad desistiera, después de todo era un experto en irritar a la gente.

    &&&&&&

    Kagome se encontraba en la cocina intentando dar con los ingredientes para cocinar lo que fuera, la verdad es que la cocina era un verdadero desastre habían ollas tiradas, tazas y vasos regados por doquier algunas cosas rotas además de una masa viscosa que no podía adivinar que era, colgaba de las paredes y del techo, incluso una gallina tenia su nido dentro de una de los cajones de la despensa y ni hablar de las cucarachas y las ratas abundaban realmente la hermosa mansión estaba hecha un desastre.

    - Dios mío, no se por donde empezar.

    Miroku apareció tras ella dándole un susto de muerte.

    - Parece zona de guerra, verdad- Kagome asintió recuperándose del susto.

    - Ninguna persona duro demasiado como para que ordenara o limpiara nada, me gustaría contratar a alguien para que te ayudara con la limpieza, pero nadie quiere tratar con el “ogro” .- comento graciosamente asiendo alusión a su amigo.

    - No te preocupes, Sango y yo limpiábamos solas todos los cuartos de la casa cada mañana y bueno no te preocupes podré con ello sin problemas y si necesito ayuda se la pediré a ella estoy segura que no habrá problema.

    - Si tu lo dices- dijo incrédulo Miroku mientras se sobaba la cabeza - creo que no le caigo muy bien que digamos.

    - No digas eso, estoy segura que sus diferencias no son mas que mal entendidos.

    Pues al parecer la Señorita Higurashi carecía, de muchos conocimientos sobre la vida, pero eso era mejor tal vez por ello no había reaccionado ante los insultos e insinuaciones de su amigo.

    - Bien- carraspeo – por aquí por favor le enseñare toda la casa y luego ayudare a limpiar un poco.

    Miroku paseo a la señorita por las habitaciones y las habitaciones no distaban demasiado de la cocina, realmente parecía “zona de guerra”, salvo dos puertas contiguas al final del pasillo, eran rojas, desentonaban del resto de la casa y parecían en extremo limpias.

    El muchacho comentaba sobre el origen de unos cuadros, cuando fue interrumpido por la chica quien se acerco a una de las misteriosas puertas y pego la oreja en ella, se llevo un buen susto al escuchar, unos terribles gruñidos del otro lado.

    - ¿ De que son esas puertas?- dijo caso recargándose del otro extremo del pasillo.

    - Perdóname Kagome, debí mencionarte desde un principio, veras estas dos puertas bien están casi todo el tiempo cerradas y son los únicos lugares de la casa donde el paso esta restringido, solo Inuyasha o yo entramos, una de ellas... bueno dijo señalando la puerta de la izquierda- observo a Kagome quien esperaba expectante su respuesta- esa puerta, solo tiene cosas que Inuyasha guarda para si mismo- debería de decirle lo que había en ella pero no le vio el caso- y en la otra están Shikon y Hanyo son lo perros de la casa y bueno digamos que se parecen a su dueño, tiene muy mal carácter así que seria mejor que, no te acercaras, el anciano que arreglaba el jardín se ocupa de darles de comer no debes preocuparte por ellos.

    - Bien seguimos.- Kagome asintió aun no muy convencida, y continuo por el pasillo, pero por alguna razón no podía dejar de observar las puertas, le despertaban demasiada curiosidad.

    Pasaron un par de días en los que Kagome fue convirtiendo la mansión en un lugar habitable, Inuyasha se mantenía indiferente a ella y solo lo veía cuando le dejaba la comida o cuando debía cambiarle el vendaje pero no parecía interesado en dirigirle en absoluto la palabra , así que ella no se permitía siquiera soñar en empezar una conversación con el, porque siempre parecía mas interesado en las paredes, la ventana, la silla de madera con ruedas o cualquier cosa que no fuera ella, pero por lo menos ya no la insultaba, además Miroku se pasaba la mayor parte de las tardes con ellos, su compañía era agradable y su charla parecía nunca acabar eso la conformaba por el momento.

    La primera semana fue muy rutinaria, pero una mañana llego en el momento en que Miroku se marchaba a trabajar y este le recomendó a su amigo porque no volvería hasta el anochecer, ella sonrío y asintió, penso que tal vez estando solos ellos podrían entablar alguna charla, pero al ingresar a la habitación de Inuyasha esas esperanzas se esfumaron, el como siempre se negaba siquiera a notar su presencia, termino de ordenar su habitación, pero cuando se disponía a salir.

    - ¡Muchacha!- ella continuo su paso pensando que había sido su imaginación.

    - Hey tu,... chica- insistió Inuyasha- ella se giro y se señalo con el dedo como preguntando si la cosa era con ella.

    - Ves otra persona en la habitación- dijo algo irritado, ella negó con la cabeza.

    - Puedes hacer algo por mi.

    De pronto se le iluminaron los ojos, Inuyasha estaba pidiéndole un favor eso significaba que tal vez no le desagradaba tanto su presencia, trato de no emocionarse demasiado por que pensándolo mejor a quien mas se lo pediría después de todo era la única en la casa y el no podía moverse entonces...

    Inuyasha se aclaro la garganta finalmente llamando la atención de ella quien parecía haberse petrificado por un momento.

    - ¿Podrías alimentar a mis perros?, el día de hoy nadie podrá alimentarlos y bueno tu puedes hacerlo.

    Kagome lo medito un momento.

    - Pero ...Miroku... dijo que no... debía entrar por que... eran muy ...bravos, y bueno siempre...

    - ¡Pues si no quieres hacerlo, no lo hagas!, ¡yo lo haré aunque sea arrastrándome, nunca mas te vuelvo a pedir nada.!- grito sumamente molesto

    La muchacha se sintió muy culpable.

    - Esta... bien... yo les...doy la comida.- por primera vez le dedico una sonrisa a la muchacha y ella creyó volar por unos instantes, salió presurosa de la habitación para alimentar a los perros.

    Al salir Kagome la sonrisa de Inuyasha cambio a una mueca malvada, ahora estaba seguro que se libraría de la chica al abrir la puerta los perros se le hacharían encima y ella saldría corriendo y nunca mas volvería, podía ver las imágenes en su cabeza y ya lo estaba disfrutando, había tenido que contenerse toda la semana por culpa de que su amigo siempre estaba presente pero ahora , el podría hacer lo que quisiera.

    - ¿Qué es lo que te divierte tanto?- Miroku entro cuando el disfrutaba de su plan.

    - ¿Qué haces aquí?, ¿No dijiste que volverías al anochecer?- Miroku lo miro sin comprender.

    - Se me olvidaron unos papeles- dijo levantando una carpeta- Además cuando llegaba me cruce a Kagome y bueno quise aprovechar para que me haga un buen desayuno.

    – A propósito no sabes donde esta, por que entre por la cocina y no estaba allí.

    Inuyasha giro la cabeza a la pared fingiendo demencia, hasta que un grito ensordecedor se dejo escuchar por toda la casa.

    Miroku e Inuyasha se volvieron hacia la puerta.

    ¡¿Kagome?!, ...¡Por dios los perros!- Miroku salió corriendo de la habitación.

    Inuyasha permaneció cruzado de brazos como si la cosa no le importara pero después del segundo grito, mas desgarrador que el primero se arrepintió de lo que había hecho, por primera vez en su vida una voz débil en su cabeza le recriminaba lo que había hecho, era la primera vez que Inuyasha Taisho escuchaba a su conciencia.

    CONTINUARA...

    N/A: Inuyasha es muy malvado no creen, pero no se preocupen parece que finalmente tendrá conciencia, creo que actualizare mas rápido por que he logrado reunir todas la piezas en mi cabeza y estoy conforme con lo que ocurrirá.
     
  15.  
    :_maritza_:

    :_maritza_: Guest

    Re: A quien me recuerdas

    hola te ha quedado super espectacular ¡pero me dejaste en suspenso! nesesito saber que le pasara a la pobre de kagome y que ira a hacer inuyahsa si le pasa algo malo! de verdad es un idiota, pero espero que se le quite, en lo personal yo ya le hubiera pateado el trasero, pero, supongo que ella esta enamorada y es demaciado buena persona para eso, yo soy muy diferentes a ella... ejem, volviendo al punto, espero que continues muy pronto! estare al pendiente

    n/a: oye ya notaste que te escribo mas? jaja es que cada ves lo haces mejor y yo tengo mas tiempo! bueno no te molesto cuidate y mucho animo

    sin mas que decir (por ahora).......... yo
     
  16.  
    DeboraAnabe

    DeboraAnabe Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    5262
    Re: A quien me recuerdas

    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia es hechas por una fan para fans. INUYASHAXKAGOME

    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas

    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino mas miserable que el de el.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos , autos.

    “...” PENSAMIENTOS

    - DIALOGOS-

    &&&&& CAMBIO DE ESCENA

    /NOTA DE AUTORA/ N/A

    //// FLASHBACK////

    Capitulo X: Tratamiento.

    Miroku e Inuyasha se volvieron hacia la puerta.

    ¡¿Kagome?!, ...¡Por dios los perros!- Miroku salió corriendo de la habitación.

    Inuyasha permaneció cruzado de brazos como si la cosa no le importara pero después del segundo grito, mas desgarrador que el primero se arrepintió de lo que había hecho, por primera vez en su vida una voz débil en su cabeza le recriminaba lo que había hecho, era la primera vez que Inuyasha Taisho escuchaba a su conciencia.

    &&&&&

    Inuyasha permaneció en silencio, el tiempo en que Miroku corría rumbo al pasillo, se concentro en sus pasos, no consiguió escuchar nada, con curiosidad y ayudado con la baranda de su cama se arrastro al borde, apoyo la mano en su oreja en un intento de oír, pero nada,.. no escuchaba nada, se aproximo un poco mas y casi cae al escuchar a Miroku.

    - ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Kagome!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡no!!!!!!!- la voz de Miroku se escucho casi en llanto y llena de angustia.

    Sin pensarlo demasiado y ayudándose únicamente con una mano, Inuyasha se arrojo al suelo como pudo se subió en la “odiosa” silla de madera con ruedas que habían traído para el, nunca había querido subirse a ella argumentando que el no era un invalido, pero esta vez ni siquiera lo penso, solo la monto y con dificultad se dirigió hacia el pasillo.

    Al llegar Miroku se encontraba en el umbral y cuando lo miro su rostro reflejaba horror los perros dos fieras terribles gruñían al asustado muchacho.

    - ¿Qué pasa Miroku donde esta Kagome?- su amigo señalo al fondo de la habitación, la muchacha se encontraba en el suelo boca arriba con los ojos cerrados, no se podía distinguir si respiraba o no.

    El estomago de Inuyasha se encogió y su corazón comenzó a bombear rápidamente. Observo la palidez del rostro de su amigo.

    - ¡Idiota!, por que no ves que tiene.- Miroku lo miro y luego se giro hacia los perros, que continuaban en guardia como explicando el motivo por el cual no hubiera socorrido a la mujer aun.

    - ¡Bah! ¿Que clase de hombre eres?...- se giro hacia los perros- ¡Shikon!, ¡Hanyo! ¡sentados! .- dijo con voz firme los perros se sentaron y comenzaron a menear la cola, cual inocentes cachorros.

    Ambos se acercaron lentamente donde yacía la muchacha en la misma posición, su piel parecía porcelana, aun fulguraban sus sonrosadas mejillas, parecía dormir, Inuyasha miro a su amigo haciéndole indicaciones con la cabeza para que la tocara.

    Miroku se arrodillo, el cuerpo le temblaba, su mano comenzó el trayecto hacia el rostro de ella, Inuyasha tan solo observaba detenidamente cada movimiento temiendo lo peor, su corazón amenazaba con salirse del pecho en su garganta un nudo, no sabia cuando se había formando, una extraña comezón se adueño de sus ojos en cuanto Miroku deslizo la mano por el rostro de Kagome y ella no se movió.

    La mano se movió delicadamente sobre el rostro de la muchacha, el se giro hacia el ojidorado quien permanecía estático en su lugar, meneo la cabeza como comunicando lo peor, Inuyasha abrió enormemente los ojos preso de la angustia y la desesperación, cuando...

    - ¡Ang!- la mano de Miroku fue mordida, pero no por uno de los perros sino por una traviesa muchacha que observaba a ambos con ojos de “Caíste”. Seguidamente comenzó a reír como si hubiera sido la mejor de las bromas- jajajajaja- ante la mirada desencajada de ambos muchachos.

    Kagome los miro con ojos grandes y brillantes para ella había sido tan solo una broma inocente, ... sin maldad.

    - ¿Qué les pasa, creyeron que había muerto?- dijo risueña, pero los muchachos parecían no reaccionar, ella paso su mano frente a sus ojos logrando que Inuyasha pestañeara finalmente y que Miroku cayera desmayado a su lado.

    - ¡¡¡¡¡Ustedes dos, están locos!!!!- grito Inuyasha, girando como pudo con la silla, hacia la puerta.

    - Joven Taisho - llamo Kagome suavemente - el volteo a regañadientes y gruño.

    - ¡¡¡Que!!!

    - Sus perros son lindos- Shikon y Hanyo lamían la cara de Kagome- puedo tenerlos conmigo en la cocina.

    - Inuyasha- espeto el.

    ¿Cómo dijo?

    - Dime Inuyasha, ...tonta- menciono entre dientes.

    - Oh, claro gracias- Inuyasha atravesaba la puerta cuando ella volvió a hablar.

    - Señ... digo.. Inuyasha, ¿qué hago con los perros?

    - ¡Feh!... Haz lo que quiera, pero no me molestes, y ¡prepara la comida!.

    Kagome, asintió feliz y acaricio a ambos perros.

    Mientras Inuyasha atravesaba el pasillo dejo escapar poco a poco una gran cantidad de aire que no sabia como, ni porque había contenido.

    &&&&&&&

    Las siguientes semanas transcurrieron sin demasiados problemas, Kagome llegaba a las ocho de la mañana, servia el desayuno a Inuyasha y Miroku el resto del día lo repartía entre Sango los niños del orfanato, la iglesia, cada noche dormía sumamente cansada pero feliz en extremo, incluso hablaba con Inuyasha cada tarde contándole todo lo que hacia o a donde iba, claro el continuaba con su cara de pocos amigos, pero en un par de oportunidades hasta le había gruñido algo parecido a un si y un no, el progreso era pequeño pero le bastaba.

    Una mañana Kagome llegaba alegremente a trabajar, un par de minuto tarde por que en el camino se había detenido a recoger flores silvestres, apuro el paso y en la entrada a la mansión se encontraba Miroku caminando nerviosamente de un lado a otro.

    - Hola Miroku, perdona la tardanza pero...- Miroku se giro, y pudo observar su semblante preocupado.

    - ¿Qué ocurre?, ¿Inuyasha continua molesto por lo de ayer?... por que yo le pedí perdón... estoy segura que Hanyo y Shikon no tenían intenciones de comerse su cinturón...- dijo con una alegre sonrisa, misma que se borro al observar el semblante de su amigo.

    - No, no es eso.

    - Entonces... – ella lo miro un instante y su rostro ensombreció- Acaso ¿Inuyasha enfermo? ...- el giro la mirada- rodeo a Miroku y corrió hacia la habitación del ojidorado.

    Estaba sumamente nerviosa, el solo pensar en que el enfermara, provocaba un profundo dolor en su pecho.

    Llego frente a su puerta y pudo escuchar gritos desgarradores provenientes del interior, era Inuyasha que gritaba desesperadamente.

    Sin pensarlo dos veces tomo el picaporte para hacerlo girar, pero fue detenida... por Miroku.

    - No,... no lo hagas- dijo con expresión seria.

    - Pero, que dices el... el esta sufriendo.

    Miroku la miro y le indico que la siguiera, ella dudo un momento mas,.. se giro nuevamente a la puerta al escuchar nuevamente los lamentos de Inuyasha, eran ... desoladores.

    - Pero que pasa,... por que grita así.

    - Es el tratamiento.

    - ¿Tratamiento?- el asintió.

    - Si, Inuyasha ha permanecido demasiado tiempo con ambas piernas inmovilizadas, sus músculos han comenzado a atrofiarse, es necesario que ejercite sus piernas o podría perder la movilidad.

    Kagome permaneció con la mano en boca intentando ahogar su desesperación.

    - ¿Eso seria posible?

    - No lo se, Mioga intento explicarme un par de cosas, pero no pude comprender en su totalidad.

    La charla se vio interrumpida por gritos provenientes de la habitación de Inuyasha. Ambos se miraron con pesar, Kagome estuvo tentada de correr a su lado pero, solo agacho la cabeza.

    - No existirá otra forma, ... digo menos dolorosa.

    - No lo se, ojalá, no pude soportar los gritos tuve que salir.

    Observo al muchacho con la cabeza baja y supo que su aflicción era profunda, cubrió sus oídos y salió al patio seguido por el.

    - Pero debe existir otro tratamiento, el no el único medico, Hoyo por ejemplo acaba de recibirse y quizás el sepa de algo nuevo, mas moderno, que no sea tan doloroso.

    - Tal vez, pero... Mioga es muy celoso de sus pacientes y no pedirá consejo a ningún otro medico, menos uno tan joven.

    - Entonces... que ¿nos quedamos así, sin hacer nada? – Miroku agacho la cabeza y Kagome supo que por el momento no podría hacer nada mas que esperar.

    Los días pasaron los gritos, llenaban la casa cada tarde, aun así Inuyasha no parecía mejorar, Kagome pensaba que no estaba resultando, porque el dolor no disminuía es mas luego de cada sesión Inuyasha estaba tan exhausto que dormía el resto del día, estaba muy delgado por que lo único que lograba pasar con ayuda de Kagome era caldo, cuando intentaba darle algo mas sólido este lo devolvía.

    Muchas veces cuestiono a Mioga sobre el tratamiento, al principio le respondía alguna de sus preguntas pero, con el tiempo y por la insistencia de la muchacha se negó a hacerlo argumentado que ella no pertenecía a la familia y no era necesario explicarle nada, otras veces simplemente la acusaba de ignorante y le cerraba la puerta en las narices.

    La espera era desesperante, aun con la cantidad de trabajo que ella y Miroku realizaban cada día esperando mejorías por parte del ojidorado, pintaban las paredes de la casa, acomodaban la sala , la cocina y las habitaciones, arreglaron el jardín, repararon la chimenea, la casa había recuperado algo de su brillo pero eso no los gratificaba en absoluto.

    Una tarde, Miroku y Kagome se encontraban en la sala limpiando viejas armas que habían encontrado en el altillo, los gritos como cada tarde comenzaron a escucharse mas y mas fuerte, Kagome se puso de pie observada por Miroku la vio atravesar la mitad de la sala donde se encontraba entre las cajas una vieja escopeta, penso que se sentaría a limpiarla pero grande fue su sorpresa cuando, la vio asirla con fuerza y se encaminarse al pasillo.

    El muchacho la acompaño un trecho con la mirada pensando – “Donde ira”- tarde se dio cuenta que se dirigía rumbo a la habitación de Inuyasha.

    - Señorita, espere ¿a donde va?, señorita ...Kagome- pero era tarde, ella se encontraba frente a la puerta, donde los gritos eran insoportables.

    Kagome frunció el ceño con odio infinito, la abrió de una patada sorprendiendo al viejo medico y a su ayudante, el Doctor Mioga se encontraba parado al lado de la cama indicándole los lugares donde debía aplicar el tratamiento, Inuyasha permanecía casi acostado su rostro completamente perlado por el esfuerzo que debía estar haciendo para soportar el dolor, sus ojos dorados completamente apagados sin vida.

    - ¡Pero que significa esta intromisión!- espeto Mioga furioso- Es que no saben que el tratamiento no debe ser interrumpido por nada.

    Miroku llego tras Kagome la sujeto por un brazo indicándole que lo mejor era salir de allí.

    - Disculpe ella y yo... bueno . todos estamos un poco nerviosos, estoy seguro que no volverá a ocurrir.

    - Venga Señorita, vamos.. es mejor.. no interrumpir al...

    Mioga se giro nuevamente sobre la cama y Miroku presiono mas el brazo de Kagome, quien pareció finalmente ceder, Inuyasha comenzó a quejarse en cuanto reanudaron la actividad en sus piernas.

    - Esta gente de campo es tan ignorante, no tienes idea de cuanta gente ha muerto al pretender curarse con hierbas, jajajaja, son tan estúpidos, lo mejor seria que fueran erradicados.

    El Doctor Mioga era medico de familia, el único hasta que llego el Joven Hoyo a quien criticaba constantemente por el uso de la Homeopatía, para el no eran mas que brujerías o paganismos de gente ignorante, se negaba a asistir a congresos médicos argumentando que el tenia el conocimiento suficiente y era respaldado por las mejores instituciones medicas, no veía el caso de aprender nuevos tratamientos si los antiguos funcionaban muy bien.

    Kagome permaneció en silencio escuchando sus palabras, ese hombre, ese maldito hombre no se preocupaba por sus pacientes solo atendía a su ego, el muy maldito.

    Sus risas solo incrementaron la furia de la muchacha quien sabia por experiencia propia que esas hierbas que tanto despreciaba realmente funcionaban, su cara apuntaba al suelo los pequeños pasos que había conseguido Miroku que diera fuera de la habitación se detuvieron, la mano que sostenía la escopeta se apretó con fuerza, de su boca salió algo parecido a un gruñido.

    - Largo- dijo la muchacha, Mioga se giro hacia ella aun con esa sonrisa de autosuficiencia, de pronto ella tiro de su brazo desasiendo el agarrare de Miroku con violencia, avanzo un par de pasos levanto la escopeta apuntándole al pecho y con furia grito.

    - ¡¡¡¡Largo de aquí, Viejo del Infierno!!!!- Los ojos de Kagome estaban desorbitados su respiración era forzosa.

    - Pero que pretendes, sirvienta largo de aquí y deja esa escopeta que te puedes ha...- el discurso del medico se vio interrumpido cuando Kagome levanto la escopeta, ella no sabia manejarla rozo levemente el gatillo con sus dedos y esta se disparo dando en la pared, el sonido fue estruendoso todos se quedaron quietos de la impresión incluso la misma Kagome .

    El medico intento razonar con ella, diciéndole que las mujeres no sabían manejar armas y podía hacerse daño, ella pareció ceder, pero pudo observar por primera vez en varios días , un par de ojos algo deslucidos pero dorados, Inuyasha la estaba mirando directamente, parecía querer transmitirle algo, ella asintió con la cabeza como si hubieran mantenido una charla, Mioga estaba a punto de quitarle el arma cuando ella la asió con mas fuerza y apunto a su cabeza, el joven que lo acompañaba palideció, el Medico le sonrío tranquilizándolo como comunicándole que ella no se atrevería a dispararle, pero su sorpresa fue grande cuando ella disparo nuevamente a la pared y apunto a la cabeza del Doctor, como advirtiéndole que si no se retiraba ella seria capaz de matarlo.

    Los ojos de Mioga se abrieron como platos cuando ella cargo nuevamente la recamara con una bala, el ayudante retrocedió hasta la puerta tomo sus cosas y salió despavorido Mioga permaneció en su lugar pero corrió también casi atropellando al aun estático Miroku, cuando escucho el sonido de la bala en la recamara.

    Kagome permaneció apuntado hacia la puerta un momento mas, suspiro con fuerza y la dejo caer, corrió al lado de Inuyasha se sentó en la cama y lo abrazo por la cintura sollozando en su hombro.

    Miroku se incorporo y fue donde Inuyasha y Kagome.

    - Pero señorita, ¿por que hizo eso?, el debe continuar el tratamiento, se que es difícil, pero..

    - Oh Dios, tienes tanta fiebre, pero no te preocupes yo te ayudare.- Kagome hablaba sin prestar atención a Miroku, intento levantarse para ir por unos paños para bajar la fiebre, pero fue incapaz de levantarse por que el ojidorado, la había rodeado por la cintura con los brazos.

    - Tranquilo Inuyasha, ya regreso- pero es se negaba a soltarla- por favor debo bajar tu fiebre- pero fue inútil , el muchacho comenzó a ejercer mas presión en su cintura como suplicando que no lo dejara.

    Ella asintió con la cabeza y dejo de moverse.

    - Esta bien,.. ...esta bien me quedo contigo- Kagome deposito un beso en la frente de Inuyasha y se meció un poco con el brazos intentando darle algún consuelo para sus dolores.

    - Señorita..- Miroku hablo y la muchacha recién ahora fue consiente de su presencia, se giro aun con Inuyasha en brazos.

    - Lo... siento... Miroku no quise... asustarte de verdad lo lamento, pero... no podía soportar que continué sufriendo así.

    Si lo entiendo y no se preocupe – dijo suspirando profundamente- ¿Cree que Mioga, haya llegado a China?- bromeo consiguiendo una débil sonrisa por parte de ella.

    Miroku entendía a Kagome estaba seguro que si ella no lo hubiera hecho, el tarde o temprano se hubiera desgraciado con el anciano, tratamiento efectivo o no, estaba acabando con la vida de su amigo.

    - ¿Puedo hacer algo por Usted?- ella asintió

    - ¿Conoce de plantas?.

    El muchacho sonrío y negó con la cabeza.

    - Bien , descuide... en el jardín de atrás hay varios arbustos de una planta cuyas hojas tiene forma de huella de vaca (malva), otra de hojas puntiagudas con espina en los bordes (aloe vera) y una que parece pasto largo al lado del duraznero que tiene un fuerte olor (hediondilla) podría traérmelas, además de trapos limpios y agua fría.

    El asintió y salió en busca de todas las cosas que la muchacha había solicitado.

    Kagome preparo una cataplasma con las plantas y ayudada por Miroku se la pusieron en las piernas al muchacho quien aun se movía algo inquieto como si fuera preso de terribles pesadillas, muchas de ellas protagonizadas por cierta novia difunta.

    La noche fue terrible, Inuyasha deliro toda la noche Kagome y Miroku permanecieron a su lado cambiando los paños constantemente, muy preocupado por el estado de Inuyasha en un momento su desesperación fue tan grande que ambos se arrodillaron junto a la cama y comenzaron a rezar fervientemente para que mejorara, finalmente la fiebre y el dolor parecieron ceder en la madrugada.

    &&&&&&&&

    La luz del medio día ingreso por una pequeña abertura despertando a aun convaleciente Inuyasha, abrió lentamente los ojos y al percibir la molestia de la luz se llevo la mano al rostro, su boca se sentía pastosa.

    - Agua, ... agua- murmuro

    Kagome se encontraba aun arrodillada a su lado tomando su mano, percibió el ligero movimiento del muchacho y despertó completamente.

    - Inu..yasha, que bueno... despertaste- Se incorporo rápidamente tomo un vaso con agua y se lo acerco, aun parecía algo aturdido.

    Bebió lentamente ayudado por Kagome pudo observar con mayor claridad su alrededor, sus piernas estaban vendadas, su cuerpo y sobre todo su cabeza le pesaban.

    - ¿Que ... me paso? - balbuceo

    - Tenias mucha fiebre, estuviste delirando toda la noche, pero gracias a Dios ya estas bien.

    El la observo, estaba bastante desaliñada, su cabello caía completamente sobre sus hombros dejando ver unos rizos en las puntas, su vestido estaba arrugado y su rostro reflejada cansancio aun así se veía encantadora.

    - Tu... tu... te quedaste cuidándome – ella asintió sonriendo, el se sonrojo levemente, - to..oda la noche.

    - Si ... Miroku también – indico hacia la puerta donde el joven yacía dormido serenamente apoyado en una silla al lado de la puerta.

    Un ruido fuerte se dejo oír provocando un furioso sonrojo en el muchacho, era su estomago.

    - ¿Tienes hambre?.

    - Me comería un caballo.- sonrieron abiertamente.

    - Te preparare algo- Kagome se disponía a salir, volvió sobre sus pasos se sentó a lado de Inuyasha y con los ojos algo brillantes por las lagrimas contenidas dijo.

    - Gracias- se abrazo al sorprendido muchacho– muchas gracias Inuyasha.

    - Gra..cia..as ¿por que?- murmuro

    - Gracias, por estar bien.

    Ella se puso de pie liberándolo de su abrazo se seco las lagrimas y camino hacia la cocina.

    -“Pero que rayos paso aquí”- penso , dirigió su vista a Miroku quien permanecía dormido, necesitaba respuestas y alguien se las daría, tomo un pequeño adorno de su mesa de noche y se dispuso a darle los buenos días a su amigo del alma.

    &&&&&&

    Kagome preparo un abundante desayuno casi almuerzo por la hora, jugo de naranja, café con leche , medialunas , frutas cortadas, realmente estaba feliz por la mejoría de Inuyasha, el que tenga hambre era una excelente señal, Sango siempre decía “Enfermo que come no muere”.

    &&&&&&

    En la habitación Miroku ya despierto se sobaba la cabeza.

    - ¡Auch!, no era necesario que me golpearas así, eres un bruto, nunca vuelvo a cuidar de ti.

    - Por favor, no seas niña Miroku y respóndeme lo que te pregunte ¿ Que paso anoche?

    Picardía pura brillo en los ojos de Miroku,- “Con que no se acuerda de nada”, al fin se desquitaría de todos los golpes que su amigo le había propinado.

    - Pues veras tu, - comenzó con pesar – tu te aprovechaste de la inocencia de la señorita Kagome.

    Un sonrojo profundo se apodero del rostro de Inuyasha trago duro, miro a miroku con escepticismo, quien agacho la cabeza como lamentándose (en realidad estaba ahogando una risotada), - “pero ¿como puede ser?, pero si ella dijo que, tuve fiebre toda la noche acaso mintió no... , si hubiera ocurrido aquello el recordaría o no?

    - Es mentira- dijo confundido- ella dijo que yo estuve muy enfermo y bueno yo...

    Miroku meneo la cabeza.

    - Y tu le creíste, pobresilla, que esperabas que te dijera después de cómo te portaste, ya sabes que las señoritas son muy reservadas.

    Inuyasha se ahogo con su saliva y negó con la cabeza desesperadamente.

    - Oh pobre señorita Kagome- pose de drama- entregarse a un ser abominable como tu y no recordarlo, eres malo Inuyasha muy malo, aunque debo admitir- se aproximo al rostro color grana del ojidorado para hablar en secreto- debo admitir que te admiro, hacer lo que hiciste en tu estado, eres mi superhéroe Inuyasha, tal vez hasta embarazada la dejaste.

    Estado de SHOK era lo que reflejaba Inuyasha, el sudor corría a mares por cada uno de sus poros, quiso seguir negándolo pero, aun podía percibir en su cuerpo un dulce aroma a jazmín,

    Un aroma que el conocía bien era, el aroma de Kagome, su corazón bombeaba al punto de la arritmia su garganta se seco, su rostro palideció, y las palabras “bebe” y “Kagome” retumbaban en su cabeza como si la tuviera metida en un campanario.

    Todo empeoro cuando una sonriente Kagome entro en la habitación cargada con la bandeja del desayuno, mientras ella ponía el desayuno en su mesa de noche, el la observo cuidadosamente mientras hablaba con Miroku algo del clima.

    Ella era bonita, era mas que bonita, se dio el lujo por primera vez de observarla descaradamente, sus ojos brillantes color chocolate, su nariz perfecta esas mejillas sonrosadas esa sonrisa y esos labios que parecían gritarle que los besara y que hablar de ese cuerpo aun con esas ropas que parecían de anciana ella lucia ¿sexi? realmente ella había sido suya pero ¿cómo?, claro no era tonto, ni ingenuo sabia como, pero y ella el habría sido el primero, el pensamiento de pronto lo molesto.

    - ¡Si yo no fui el primero, matare al que haya sido!- grito, no penso que había hablado en voz alta, se dio cuenta de ello cuando Kagome se giro hacia el.

    - ¡Oh! perdón Inuyasha pero a Miroku le di la primera, es que estaba tan caliente que...

    - Le diste tu primera noche al asqueroso de Miroku, pero como pudiste ¡Miroku te matare!- estaba furioso intento sin mucha éxito levantarse y alcanzar a su amigo para estrangularlo.

    - ¿De que noche hablas?- su rostro era la inocencia personificada- Lo que yo le di a Miroku fue la primer tasa de café, es que esta caliente y bueno a ti te gusta tibio, ¿no es así?.

    El la observo un momento mas, se acomodo en la cama, se puso el desayuno en el regazo y comenzó a comer a regañadientes, su amigo continuaba hablando con Kagome, la idea le dio demasiadas vueltas en la cabeza y le dio el beneficio de la duda después de todo, el había tenido sexo con mujeres en un estado mas halla de la borrachera, así que una fiebre no pudo haberlo detenido.

    Aun le faltaban varias piezas a su rompecabezas en Miroku no podía confiar así que lo mejor era acudir a la fuente, Kagome .

    - Kagome- ella se giro y la observo la luz de la ventana le dio de lleno y se dio cuenta lo bonita que se veía, embobándolo por un par de segundos y provocando un profundo sonrojo en el, Kagome lo observo algo preocupada se acerco a el y toco su frente.

    - ¿Qué ocurre acaso tienes fiebre otra vez?- el quito su mano lentamente y mientras miraba su cobertor como si fuera algo extraordinario pregunto.

    - ¿Lo que hiciste anoche con migo, tu... tu lo hiciste con alguien mas?

    Miroku tomaba en ese momento un sorbo de café y casi se atraganta con el.

    La muchacha lo medito un momento y ante la atónita mirada de Inuyasha comenzó a contar con sus dedos, el estaba al borde de la locura cuando ella paso del numero 22, ¿acaso esta muchacha era una libertina.?

    Con toda la ira del mundo el ojidorado grito.

    - ¡¡¡¡¿Con quien?!!!!!

    - El anciano Tototsai, Nakuri, Shipo, - Mientras ella hablaba el hacia una nota mental de los nombre calculado el numero de balas que ocuparía- El padre Renkotsu, la señora Ume, Sango y algunos viajeros, como veras tengo gran experiencia, por eso le dije a Miroku el día que me contrato que no tendría problemas con este tipo de cosas.

    La cabeza de Inuyasha era un hervidero de celos, pero como una mujer que aparentaba la santidad era una ninfómana no perdonaba ni a curas ni a mujeres mucho menos ancianos, estuvo a punto de escupirle a la cara todos los insultos que se sabia, cuando observo a Miroku retorcerse a los pies de la cama, lo miro y su rostro se torció en una horrible mueca.

    - ¿Kagome, dime de que estamos hablando exactamente?- cuestiono Inuyasha seriamente

    Ella señalo las curaciones de sus piernas.

    - Pues de las curaciones que hice en tus piernas ¿de que mas?.

    El muchacho suspiro con alivio.

    Le dijo a Kagome que fuera a descansar a su casa mientras el discutía un par de asuntos con su amigo casi hermano, quien en este momento se encontraba en suelo riendo a carcajadas.

    &&&&&&&&&&&&

    En la lejanía un monte nevado, osos polares, pingüinos y un par de esquimales escuchaban claramente un.

    - ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Te juro que era una broma, Inuyasha!!!!!!!!!!!!!

    &&&&&&&&&&&&

    Eran casi las ocho de la noche cuando Kagome regresaba a la casa de Inuyasha las orejas aun le ardían después del sermón de Sango.

    Su amiga se había molestado al descubrir en la mañana que su cama estaba hecha, la había buscado por todos lados incluso en la casa de Inuyasha pero se enfermo de preocupación cuando nadie, le abrió la puerta, llego al extremo de recurrir a Bankotsu.

    Tuvieron una seria charla sobre la responsabilidad aun que el que Sango le haya llamado la atención por lo que ocurrió le agradaba por que significaba que realmente eran familia.

    Dentro de la casa aun recostado en su cama se encontraba Inuyasha quien aun meditaba sobre lo que Miroku le había contado (luego de la paliza), casi no podía creer que Kagome quien parecía no ser capaz de romper un plato le dispara a dos hombre para defenderlo, claro cuando su amigo se lo contó el, se hizo el indiferente, pero la verdad era que estaba gratamente sorprendido, nunca nadie había hecho algo así por el.

    La comezón en una de sus piernas lo distrajo de sus pensamientos, no sabia exactamente que es lo que la muchacha le había hecho, pero sus piernas se sentían mucho mejor, aun no podía moverlas pero el dolor que lo agobio por causa de ese maldito tratamiento casi lo había abandonado, tan aliviado se sentía que penso que quizás podría intentar ponerse de pie.

    Rodó con el cuerpo acercándose al borde y con un esfuerzo sobrehumano logro sentarse y colgar ambas piernas del borde de la cama, el dolor era fuerte pero soportable así que testarudamente, ayudándose con el respaldo de una silla y la mesa de noche intento ponerse en pie, su cuerpo parecía de roca y sus piernas de plastilina, pero insistió hasta que finalmente y completamente exhausto lo consiguió.

    Kagome entro en la habitación aun sumida en sus pensamientos cargando una taza con te y un pastel cuando vio a Inuyasha parado al lado de la cama, soltó la pequeña bandeja al llevarse la mano a la boca para ahogar un grito.

    Inuyasha dirigió sus brillantes ojos a la sorprendida muchacha, con pavor observo como el parecía tambalearse y perder el equilibrio, corrió hacia el pero no contó con que el peso de Inuyasha sumado a su colosal altura provocaran que el peso la venciera y ambos fueran a dar en el suelo, el cuerpo de el la aplastaba, la ahogaba pero su preocupación fue mas por el que por si misma.

    - Inuyasha, Inuyasha , estas bien te hiciste daño.

    El reacciono de pronto ante la cercanía del rostro y la sensación de su cuerpo sobre el suyo, era exquisita, aun con la preocupación grabada en su rostro ella era hermosa.

    Se retorció un poco debajo de el, entonces la miro directo a los ojos.

    - Te hiciste daño.- pregunto ella nuevamente.

    El negó con la cabeza, por algún motivo no podía articular palabra alguna, ella intento hablar nuevamente pero el se llevo una mano a los labios indicándole que guardara silencio, provocando que sonrojara levemente. La observo un momento mas, se acomodo sobre el pecho de la muchacha y se quedo quieto, tan solo disfrutando del calor del cuerpo de la pelinegra.

    Ella comprendió que el solo quería descansar un momento, comenzó a acariciar el cabello de Inuyasha lentamente llevándolo al mundo de los sueños.

    N/A: Chicas y chicos 15 hojas mi récord el precio por intentar mejorar mi fic. Espero les haya gustado. Muchas Gracias a todos. Y ya saben cualquier duda o comentario me lo hacen saber.

    Querida Maritsa escribe cuanto quieras y lo que quieras nunca me molestas es mas me alientas a hacerlo mejor.

    DeboraAnabe
     
  17.  
    Tirabuzones

    Tirabuzones Usuario popular

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    30 Diciembre 2006
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    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    Hola, me encanta tu fic, está genial. Pero deverías

    cuidar las faltas de ortografía porque hay bastantes

    y vigilar mejor los signos de interrogación, por lo demas

    el tema y el argumento de la historia me parece

    fascinante y me parece que está muy currado.

    Me encantan lo larga que son las continuaciones

    y estoy deseando leer la siguiente.

    Cuentas con todo mi apoyo en el fic y con todo mis

    animos y ayuda.

    Adiós.

    atte: perri2006
     
  18.  
    KAnnome_chan

    KAnnome_chan Guest

    Re: A quien me recuerdas

    bien... me gusto mucho la verdad he estado al tanto en otra pagina donde tienes esta misma historia... pero...ToThay tardas mucho en poner la continuacion...ToTToTToT:llorar2:. Pero aqui tengo la esperanza de que no tardes tanto:llorar1:;) seguire atenta tu fics bye...
     
  19.  
    merlina

    merlina Guest

    Re: A quien me recuerdas

    T-T Porqué siempre me cuesta tanto alcanzarte?!xD
    En fin :P ... no he encontrado nuevos errores en la redacción, sólo en la ortografía.
    En realidad me encanta como te está quedando el ff y como lo as avanzado, me gustan mucho como describes las acciones de Inuyasha... y las bromas de Miroku xD.
    Bueno espero que lo continues pronto.
    bye...^^ cuidate mucho.
     
  20.  
    :_maritza_:

    :_maritza_: Guest

    Re: A quien me recuerdas

    hola te ha quedado super pero ¡¡¡¡¡me dejaste en suspenso!!!!!! el capitulo estubo super y aunque estaba muy largo se me hizo corto! en fin espero que lo continues pronto, sigue contando con mi apollo que estoy al pendiente, por sierto, por fin este tonto comienza pensar con la cabeza y no con los pies, pero bueno veamos a ver si no la rega por que ... bueno esta demas decir por que, en fin, espero que no te tardes mucho, sin preciones pero no te tardes mucho igual

    como siempre aqui tu lectora..... yo!
     
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