A pesar de todo. [Naraku&Kagome]

Bueno, este será un mini FF de unos 10 capítulos pequeños. Espero que les guste, que si Dios me presta vida, e imaginación, seguiré escribiendo.

Este junto con Barbarie, también NaraxKag <3!

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Capítulo 1: Sólo yo.

En la cuestión del orgullo, era claro que por mucho ganaba quién tenía un alto complejo de superioridad. Tan grande, que si se estimara en su estatura, sería todo un gigante que apenas las humildes personas verían de él su calzado.

Pero era satisfactorio sentirse a otro nivel, saber que cómo tú hay pocos, o al menos en su pensamiento esa idea implícita le llenaba de una sonrisa egocéntrica que pocas veces alguien miraba.

Y él creía saberlo todo, de cómo los humanos por cualquier cosa perecían, y cómo la fragilidad del sentimiento volvía vulnerable a cualquiera…

… y eso, aplicaba para todos, incluso para ella, que con una sonrisa idiota miraba fijamente a él,
como si con eso las cosas cambiaran.

Ella, que tan fuerte parecía ser, en el fondo no era más que otra frágil mujer.

 

BellaLuna: Te agradezco por el comentario xD Vieras que a mí Naraku me gusta sólo en los FF's, y eso, de cierta manera pienso que le da todo un toque emocionante, además de poder manejar su personalidad.

Espero que te guste la continuación y claro que si ;) eres bien recibida en todo linda!

A todos los demás que lean, o vayan a leer, les agradezco de antemano, y espero les agrade este ;)

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Inverso

Caminar era todo un placer, se sentía tranquilo saber que se contaba con el tiempo necesario, e inclusive de sobra, para poder respirar con alivio, sin tener la presión de llegar tarde.

Sí, eso era lo que una persona ordenada hacía. A veces no quería ser así, sino poder levantarse tarde, e incluso darse el lujo de faltar un día… pero las cosas no eran así para todos, ya que necesitaba de verdad llegar, aunque eso implicara ver la cara encolerizada de Naraku molesto por alguna cosa nueva.

Todo un reto, cada día buscaba algo por lo cual acusarle ¿sería una diversión que no alcanzaba a comprender? Quién sabe, pero no quedaba de otra, ya que tenía lo que tenía, y debía aprovecharlo lo mejor posible.

Su respiración se agitó al mirar la puerta en que todo lo malo del día empezaba; con una sonrisa se preparó antes de entrar, y no darle el lujo de satisfacer su afán de molestar a quien le veía desde una altura mucho más arriba de ella.

Contenido oculto

Aquí vemos como Kagome aunque busca cumplir como se debe, quisiera otras cosas, y sobre todo, quiero explicar la reacción de Naraku. No es como si fuera algo infantil, como un juego de niños que se molestan, sino cosas que realmente hacen exasperar a Kagome, y que él, toma con una cruel seriedad para mostrar siempre que él es el dueño de cualquier marioneta. Así como se vio en el primero, que quiere tener control sobre lo que el considere.

 

Una vez más, tardé mucho :( pero como dije en otro fic. No tenía ni tiempo ni ánimos para escribir.

Ahora que sí, traigo lo nuevo. Al final del capítulo lean el spoiler, que después de esto, se vienen ya situaciones de más acción entre ellos.

Gracias por comentar BellaLuna :)

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El día.

Trabajo, trabajo… ¿a qué persona en este mundo le agradaba? A muchas quizás, y ella era antes una de esas que disfrutaba lo que hacía, pero bien era cierto lo que decía una compañera que empezaba a trabajar hace unos años.

“Es increíble, como el jefe que te toque, puede arruinarte lo que con tanta ilusión estudiaste” Kagome no pensaba así, creía que podía darle la vuelta a eso, y aunque ella fuese a tener a un jefe quizás detestable o exigente, ella superaría eso, triunfando más su amor por lo que realizaba.

Pero Naraku debía ser una excepción a ese principio, y no sólo a ése, sino a una infinidad de palabras que no parecían ir con él. Era alguien que se veía cínicamente complacido de hacer lo que hacía:

Mandar.

Sus pensamientos fueron turbados ante el inevitable ruido que causaba la puerta abriéndose. Ya era normal, él nunca tocaba… como si fuera su casa.

—Debes terminar con esto, y rápido.

Simples palabras, no serían la gran cosa si no fuera porque tenía que ver esa cara que le daba repulsión. Una mirada de cierto maliciosa, y una mueca que pretendía ser una sonrisa irónica cargada de la más pura maldad.

Qué frustrante era no poder ser uno su propio jefe… depender de personas especiales, y lo peor aún, ir a caer en las garras de él, que parecía tener un extraño afán en hacerle maldecir el día en que escogió estudiar contabilidad.

Contenido oculto

En esta ocasión, busco darle el enfoque de la vida de Kagome, algo relativo que será importante más adelante, en el que ella está comenzando a detestar haber estudiado lo que quería. Por otro lado, está su interés por zafarse de ese estilo de vida, pero siempre queda latente, el cómo Naraku parece romper todas las reglas.

 

Gracias de nuevo, :) me da gusto ver que te gusten mis historias.

Espero ya no tardar mucho e ir dándole avance a todo :) Espero les guste este nuevo capítulo.

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En la búsqueda.

Ah ¡Nunca había amado más los domingos! Sentía un exquisito placer al saber, que por ley, debía descansar al menos un día y estar fuera del mandato de aquél ser odioso de negra cabellera.

Aunque lo deprimente, era lo poco tenía que hacer.

Casi nunca estaba en casa, así que mucho que limpiar no había. Y si hubiera, su mamá se encargaba de ello. Con Sota de intercambio en otra escuela, y el abuelo en un mejor lugar —sí, ya que admirar los diversos templos en Japón era todo un arte para su abuelo — y su mamá aprendiendo cada día más cosas qué hacer —ahora hasta bordar sabía— su vida estaba tremendamente pasiva.

Todas sus amigas estaban trabajando, o bien, una de ellas ya cuidando a su hijo, así que en el momento en que pisó la vida fuera de la Universidad, todo pareció dar un giro de trescientos sesenta grados.

Quizás debiera dedicar esos domingos a socializar, ya que en el trabajo no había tiempo para ello —y si lo hubiera— seguramente Naraku se lo echaría de alguna manera en cara.

Tomó sus cosas y despidiéndose de su madre salió a dar una vuelta, cerca de su casa claro, no quería conocer a nadie que después tuviera que visitar a kilómetros de ahí; aunque no fuera una garantía, era mejor prevenir las cosas.

¿Sería hoy su día? Tal vez, al menos por ahora, el clima estaba tan tranquilo que podía sentir una calma, que rara vez tenía en su trabajo, donde una espesa nube de tensión era lo único que se podía respirar.

Pobre de la secretaria de Naraku, pensó ya que a su mente vino la idea, de que “siempre hay alguien peor que tú”, ella sí que lo debe pasar a mal, más aún, estando tan cerca de la putrefacción de su oficina, en dónde nunca se veía a nadie salir sonriendo.