Advertencia: este relato tiene sexo explicito y fetichismo de los pies A los pies de una prostituta de Tokio En la pujante Tokio que es la ciudad más grande de la Tierra estando repleta de rascacielos de concreto y vidrio, un hombre que tendría unos treinta y cinco de cabellos negros, ojos rasgados del mismo color y mas alto que la mayoría de los japoneses, ataviado con traje ejecutivo negro toma el tren hasta Shinjuku deteniéndose cerca de la entrada a Kabukicho el barrio rojo que es marcado por un arco rojo de neon siendo el mayor de su clase en todo el mundo. Riuto camina por la noche a a buen ritmo por sus calles asfaltadas, iluminadas por los neones de los comercios. Estando Kabukicho repleto de bares, tabernas, restaurantes, salones de apuestas, centros comerciales y burdeles. El hombre avanza varias cuadras llegando a un burdel cuyo nombre se ve en caracteres japoneses llamándose El loto rojo teniendo lámparas rojas decorativas y siendo el acceso una estrecha puerta con dos porteros vigilando. El hombre entra a la zona de la taberna y se acerca al mostrador de madera atendido por un señor de cabellos negros que le pregunta – Desea tomar algo – - No gracias – Responde el hombre que viste de traje sin corbata y con zapatos de vestir cuyo nombre es Riuto. En aquel momento se le acerca una atractiva mujer japonesa de cabellos negros y lacios como el azabache llegándole a media espalda cuyos ojos son castaños claros. Dicha mujer viste una blusa color crema, falda y botas negras hasta la rodilla. Aquella prostituta sonriéndole le dice. - Buenas noches caballero, ¿Quiere ir a la habitación? – Dirigiéndole una seductora mirada. - Si señorita – Responde Riuto pagándole con billetes de yenes. La mujer tomando el dinero lo cuenta dándoselo al administrador. Luego la prostituta le dice a Riuto. – Sígueme – Llevando a su cliente por un estrecho pasillo iluminado por lámparas blancas en el cual se aprecian a los lados varias puertas de madera. Riuto la sigue a la prostituta, quien llegando a la segunda puerta a la derecha la abre. El cliente nota que la habitación tiene una cama matrimonial tendida con sabanas blancas y sin almohadas. En la pared de fondo hay el dibujo de un cerezal rosado y un lado una mesita de noche. La prostituta se quita las botas y la ropa quedando completamente desnuda, Riuto se quita los zapatos de vestir, el traje negro y su ropa interior quedando tal como Dios lo trajo al mundo. Entonces la prostituta sacando un condón de la mesita de noche se lo pone al hombre en el pene y le pregunta. - ¿Va a tener sexo? O quiere otra cosa – - Señorita la verdad tengo un fetiche – - ¿Cual podría ser caballero? – Pregunta con curiosidad la mujer. - Quiero olerle los pies – La prostituta cuyo nombre es Miyu pone la cara de asombro, sin embargo, ella teniendo mucha experiencia es muy complaciente mientras no la incomoden o pongan en peligro se recuesta en la cama, diciéndole – Esta bien, adelante señor - Riuto se arrodilla junto a los pies de ella y acercando la nariz a los pies blancos y medianos de Miyu los olfatea con avidez respirando el embriagador aroma a sudor puesto que la prostituta ha estado usando esas botas por algunas horas. La chica lo mira sonriendo levemente. El hombre le recorre los dedos de los pies con la nariz y comenzando a excitarse por las feromonas de Miyu gime débilmente, esos pies huelen a una mujer que ha trabajado durante varias horas y para el es el cielo. La chica que no es la primera vez que atiende a un cliente a quien le atraen los pies, mueve un poco los dedos dejando que Riuto se deleite con su aroma. El cliente se va excitando aún más oliéndole los pies durante unos minutos. Al cabo de dicho tiempo el hombre dejando de olerle los pies, le dice emocionado. - Voy a a hacerte el amor – Miyu aguarda a que el hombre se le ponga encima y comienze a penetrarla, Riuto va penetrándola con ímpetu y la prostituta mueve rítmicamente las caderas dándole muchísimo placer a su cliente, quien gime un poco más fuerte y le va chupando los senos a la ardiente chica. Miyu gime débilmente y su cliente percibiendo el perfume con olor a cereza de la chica sigue penetrándola con muchísimas ganas. Miyu continua moviendo las caderas y Riuto sintiendo mucho placer prosigue haciéndole el amor hasta correrse en un potente orgasmo que lo deja rendido de placer. Su semen queda atrapado en el condón, En cambio la veterana prostituta aunque se le ha humedecido un poco la vagina no se ha corrido y lo que hace es mirar atentamente a su cliente. En cuanto Riuto, él se pone su ropa y su calzado mientras la prostituta se viste y se calza las botas. - Vuelve cuando quieras – Le dice Miyu mirándolo como si fuera una kitsune seduciendo a su presa. - Lo hare – Responde Riuto jadeando un poco por el cansancio y dirigiéndole una alegre mirada con sus ojos negros. - Hasta luego – Le dice amablemente la prostituta. - Hasta luego – Responde el cliente saliendo de la habitación. La prostituta piensa en lo educado que fue su cliente deseando que todos fueran así, porque hay algunos bastante rudos y emitiendo un suspiro se dispone a seguir laborando durante la noche para ganarse el sustento.