A de Azul. Caminando por las calles de aquel pequeño pueblo costero, con ese mar tan azul al igual que su playa, me doy cuenta de lo alejado que estoy ahora de mi hogar. Pensar que una mala jugada del destino me trajo hasta aquí. Bueno uno no sabe a donde lo llevará la vida, y aun que estoy lejos de mi familia se que es lo mejor para este nuevo inicio. —Bien… Supongo que ahora… —¡Cuidado!—No reacciono al momento y solo siento como algo golpea contra mi cara, para salir volando a las manos de la persona que me había gritado antes—¡Perdona! —¿Alguien anotó las matriculas…?—Dije intentando combatir la vergüenza de a ver sido golpeado, con aquella broma tan gastada. —¿Estas bien? —He estado peor…—Miró a la persona dueña de aquella voz, una linda chica de cabello castaño y ojos azules. Aquel viento marino que soplaba con tranquilidad, hacía que su cabello danzara dándome una vista muy hermosa—…—De mi garganta no puede salir sonido alguno. —Debes tener más cuidado…—Al decir eso, inmediatamente se detiene mientras se lleva la mano izquierda a la nuca—Bueno en realidad esa debería ser yo… Creo que aun debo aprender a tirar.—Ella me mira con aquellos ojos azules tan adorables, analizando cada parte de mi—Supongo que eres nuevo en el pueblo ¿No? —Si, me acabo de mudar ayer…—Me pongo de pie, y le ofrezco una mano en señal de saludo—Mi nombre es Joe, un gusto… —Vanessa. Un gusto conocerte Joe. Creo que fue a partir de ese entonces, que el azul del cielo me gusto más aun, pues aquel color sería un recordatorio constante de aquellos ojos.
Algunos suelen decir que por algo suceden las cosas. Él llegó a ese pueblo costero por motivos ajenos a sus deseos, mas allí ha encontrado a alguien que seguramente se convertirá en su amiga y esa soledad lejos de su familia será mitigada, por lo menos así lo quiero pensar. Fue una curiosa manera de conocerse xD Saludos, sigue así y qué bueno que participes en esta bonita actividad.
La narración que dio pie al texto me gustó, pero el inicio de la conversación me pareció extraña y bastante forzada. Deberías a ver puesto cuál fue el objeto que chocó contra Joe, daría una imagen más concreta y clara de la situación; deduzco que fue una pelota de fútbol, pero el lectorse podría quedar con la duda. Deberías tener cuidado con los tiempos verbales, ha habido un momento que has narrado en pasado en lugar de en presente, en la parte final queda muy bien pero en uno de los párrafos en el que lo pusistes no queda tan bien. El resto, aunque es un tema bastante visto, no ha quedado mal. Te animo a que sigas escribiendo, vas por el buen camino. ^-^ Te dejo una corrección de todas las faltas ortográficas que he visto para que las puedas corregir: Contenido oculto: Corrección Caminando por las calles de aquel pequeño pueblo costero, con ese mar tan azul al igual que su playa, me doy cuenta de lo alejado que estoy ahora de mi hogar. Pensar que una mala jugada del destino me trajo hasta aquí. Bueno uno no sabe adónde lo llevará la vida, y aunque estoy lejos de mi familia sé que es lo mejor para este nuevo inicio. —Bien… Supongo que ahora… —¡Cuidado!—no reacciono al momento y solo siento como algo golpea contra mi cara, para salir volando a las manos de la persona que me había gritado antes— ¡Perdona! —¿Alguien anotó las matrículas…? —dije intentando combatir la vergüenza de haber sido golpeado, con aquella broma tan gastada. —¿Estás bien? —He estado peor… —miro a la persona dueña de aquella voz, una linda chica de cabello castaño y ojos azules. Aquel viento marino que sopla con tranquilidad hace que su cabello danzara dándome una vista muy hermosa—…—De mi garganta no puede salir sonido alguno. —Debes tener más cuidado… —al decir eso, inmediatamente se detiene mientras se lleva la mano izquierda a la nuca—. Bueno en realidad esa debería ser yo… Creo que aún debo aprender a tirar —ella me mira con aquellos ojos azules tan adorables, analizando cada parte de mí—. Supongo que eres nuevo en el pueblo, ¿no? —Sí, me acabo de mudar ayer… —me pongo de pie, y le ofrezco una mano en señal de saludo—. Mi nombre es Joe, un gusto… —Vanessa. Un gusto conocerte Joe. Creo que fue a partir de ese entonces, que el azul del cielo me gustó más aún, pues aquel color sería un recordatorio constante de aquellos ojos.