7 años despues

Prologo

Ya habían pasado 7 años, desde que no volvía a Konoha.

Aquí habla el capitán, les informamos que ya vamos a aterrizar, por favor abrochen sus cinturones de seguridad.

Y solo pensaba, que había pasado con ella, en todos estos años, si estaría bien, si todavía recordaba lo que paso.

Gracias, por viajar con nosotros, vuelva pronto.

-¡¡ Gaara!!-No había que mirar para saber quién era, era su hermana Temari- Gaara, por aquí.

Se dirigió hasta donde estaban, Ahí estaban, su hermana, y su cuñado.

-Mujer, deja de gritar- dijo Shikamaru con aburrimiento- Tsk, que problemática eres.

Pero Temari, no le dio importancia al comentario, que dio su esposo.

-Qué bueno que llegaste Gaara- Dijo- Shikamaru no me ha dejado, salir de la casa, en todo la semana.

-Eso es porque me preocupa, el estado de los dos, la temperatura no es de lo mejor que digamos, además Konoha en una ciudad muy grande, y te podrías perder- dijo Shikamaru justificándose.

-YA, pero eso no es excusa, ni siquiera e ido a visitar a mis amigas- dijo Temari un poco decaída- Ni siquiera saben que llegue aquí, hace una semana.

-Después de la reunión las llamaras- dijo Shikamaru tratando de subirle el ánimo a su esposa.

-¡Si! Las llamare, aremos una reunión de chicas- dijo Temari, muy alegre, que parecía estar saltando de la alegría, de verdad sí que sorprendían, los cambios repentinos de humor de su hermana.

-Mujer, deja de gritar, no es para tanto- dijo con aburrimiento

-¿Que no es para tanto? ¡¿Qué no es para tanto!?-grito una muy molesta Temari- Claro que es para tanto, no nos hemos reunido, en siete años-dijo al borde de las lágrimas.

Shikamaru estaba, muy preocupado intentando hacer que su esposa deje de llorar.

Gaara sentía, como si se hubiesen olvidado que estaba ahí, además los gritos que echaba su hermana llamaba la atención de las personas, estaban dando un espectáculo en pleno aeropuerto.

-¿Se dan cuenta de que están llamando la atención de medio aeropuerto? De verdad Temari, las hormonas te afectan mucho.

Gaara ya sabía de quien era esa voz.

-Kankuro- dijo en un susurro Gaara

-Hola, hermanito-saludo un alegre Kankuro-Gaara a que no adivinas, Konoha tiene mujeres, hermosísimas, incluso hay chicas que tiene el pecho más grande que la de Temari.

-Maldito Pervertido-dijo Temari al mismo tiempo que le daba un golpe en la cabeza.

Otra vez sus cambios de humor.

-Auch, Temari, eso me dolió-dijo sobándose la cabeza.

-Para que aprendas a no hablar ese tipo de cosas en público- lo regaño Temari

-Está bien- dijo todavía con la mano en su cabeza- Ah Gaara casi se me olvida, la reunión de empresas, es hoy en la tarde.

Gaara que solo se había dedicado a mirar, asintió.

Al salir del aeropuerto, Shikamaru le ayudo a entrar a Temari a la limosina, ya que, tenía la barriga abultada, después de todo ya tenía 6 meses de embarazo.

Gaara no se había dado cuenta del frio que hacía, hasta que un viento frio choco contra él, dándole escalofríos, miro el cielo que estaba nublado amenazando con llover y se fijó que sus hermanos estaban muy abrigados.

Temari estaba con un buzo ancho de color negro y una chompa larga y holgada de color crema, con un abrigo color rojo vino encima, una bufanda, guantes y orejeras de color crema, llevaba botas de color café.

Shikamaru, estaba con un pantalón negro y una chamarra verde encima y una bufanda verde claro, y tenis negros.

Kankuro estaba con un jams de color negro, y con una chamarra negra encima, con unos, tenis color azul. Al verse se dio cuenta, porque sentía tanto frio, solo estaba con un pantalón blanco y una polera manga larga color blanco y una sudadera color verde oscuro, y unos, tenis de color blanco.

En esos momentos envidio a sus hermanos, por estar tan abrigados.

Volvió a sentir frio cuando nuevamente el viento choco contra él, provocándole nuevamente escalofríos. Cosa que no paso desapercibido por sus hermanos.

-Gaara, entra al auto-dijo su hermana preocupada- estas temblando.

Gaara sin pensarlo más entro a la limosina, dejando su maleta al frente de su asiento, sintiendo el aire caliente, se relajó en su asiento.

Gaara solo miraba por la ventanilla las calles, la verdad Konoha no había cambiado mucho.

-Deberás acostumbrarte al clima de Konoha, sobre todo en estas fechas-dijo Shikamaru- Estamos en Diciembre, en Konoha siempre hace más frio en este mes.

Si, como olvidarlo, en sus días en la academia, cuando llegaba el invierno, se le helaban hasta los huesos. Estaba más acostumbrado, a la temperatura elevada de Suna.

La verdad era que no se había traído, ropa muy abrigada, con algo de suerte su ropa de cuando tenía 17 le entraría.

Diciembre siempre le traía recuerdos, agradables, era el mes que más le gustaba, a pesar del frio.

Porque es el mes, en el que conocí a… ¡que estás pensando!, ella te debe odiar, más bien me extrañaría que no lo hiciese, ese fue el peor error de mi vida, me gustaría enmendar lo que hice, me gustaría que me perdone, pero… después de todo, merezco ser odiado, fue muy tarde cuando me di cuenta de lo que hice... y de mis sentimientos…

Soy un idiota



Bueno, esta es mi primera historia
Es un GaaHina soy admiradora de esta pareja. Aunque no se si este bien.
Por favor los que tengan experiencia y ven un error (Debe haber mas de uno) me dicen para que pueda mejorar.
Aunque esta historia, lo este haciendo mas para mi misma.
Si alguien lo lee y quiere que lo continué, me deja un comentario.
Publicare el siguiente capitulo, con los consejos que me den.
Adios

 

Capítulo 1​

La niña del conejo blanco​

Ya había terminado de desempacar. Y para matar el tiempo fue a dar una vuelta, pero esta vez mas abrigado.

Eran las 10 de la mañana, pero el cielo seguía estando nublado.

Paro enfrente de un parque.

Era muy bonito, tenía flores, con un césped verde y caminos de piedra, y rodeado de árboles, al parecer había llovido el día anterior, porque había charcos de agua.

No había nadie en el parque y no se extrañaba, los niños estarían pasando clases.

Lo que le extraño fue oír unas risas con chapoteos, como si estuvieran saltando en los charcos de agua.

Se dio la vuelta, y vio a una niña saltando, de charco en charco.

Estaba con un buzo de tela color azul, con una chompa de lana, y un abrigo color guindo encima, una chalina, guantes y un gorro de invierno de color azul marino, el gorro era un poco grande ya que le tapaba la frente y parte de sus ojos.

No tendría más de ocho años, no se le veía el cabello, ya que estaba cubierto por el gorro y su abrigo de cuello alto, llevaba unas botas de goma color guindo y tenía un conejito de peluche color blanco.

No veía la cara, de la niña, se acercó más para ver su cara.

La niña se detuvo al terminar de saltar todos los charcos, levanto la vista, y empezó a caminar hacia una de las bancas del parque.

Vio que andaba muy distraída.

No se dio cuenta de que había una piedra en su camino, se tropezó y se calló en el pasto.

-Auch, eso me pasa por andar tan distraída- dijo la niña sentándose en el césped- Ahora donde estas, Howa.

El conejo cayó justo a los pies de Gaara, cuando lo levanto vio, que no solo era blanco, también tenía un toque Violeta.

Se dirigió hasta donde la niña estaba buscando a su peluche.

-Niña, ¿Es esto lo que buscas?-Gaara se agacho hasta la altura de la niña, a la que le brillaron los ojos al ver a su peluche

-Sí, es mío, muchas gracias señor- dijo agarrando al conejo y lo abrazo sonriendo.

Eso le parecido muy tierno.

Ahora pudo ver mejor su cara, tenía la piel lechosa, los labios de color melocotón y no podía diferenciar el color de su cabello y sus ojos eran, verdes.

No deberías, andar tan distraída- le regaño Gaara- te puede pasar algo.

-N- No, lo hice a propósito-dijo en un puchero, inflando sus mejillas.

A Gaara, le pareció muy graciosa esa mueca. No resistió y se echó a reír.

- Ah, se está riendo de mí, no veo la razón para reírse de mí-dijo.

Gaara se acercó a su cara, agarro sus mejillas y las estiro.

Pusiste una cara muy graciosa-dijo Gaara tratando de dejar de reír, la verdad le extrañaba, que estuviera riendo- Sabes, eres una de las pocas personas, que me hicieron reír, de esta manera.

-Se nota, con la cara de Mapache Solitario, que tiene- contesto la niña.

Ahora ella fue quien agarro la cara de Gaara en sus manos, con sus guantes, dejando a su conejo en un bolsillo del abrigo- Pero sabe, tiene mi color de piel.

Gaara, se sorprendió, cuando la niña lo agarro de su cara.

En ese momento recordó lo que hacia ella, para animarlo, para que se relaje cuando estaba a punto de perder la cordura, cuando se molestaba con él.

Mira, quien habla, el mapache solitario, tonto.

Recordó lo que le decía, cuando el, la molestaba, con algo.

Por alguna razón, esa niña le recordaba a ella. En ese, momento, la niña dejo de sujetar, la cara de Gaara.

Se vio tentado a decirle, que lo vuelva a sujetar, porque sentía, un calor muy agradable, como la que ella, le brindaba, cuando le agarraba, la cara, cuando lo abrazaba. Pero decidió, mejor no hacerlo.

-Ah, ¿Y porque te preocupaste tanto por el conejo?-dijo Gaara, tratando de quitarse de los pensamientos, hacia ella, porque si seguía pensando en Hinata, recordaría, lo tonto que había sido.

-Ah, ¿Howa?- pregunto señalando al peluche, Gaara asintió- porque, es mi compañero desde que tengo memoria- dijo con una sonrisa, abrazando más al peluche, “Se parece a Hinata” pensó.

En ese momento empezó a lloviznar.

-¡Señorita, Yuki!- dijo una mujer- Tenemos que irnos, está empezando a llover.

-Oh, nana-dijo inflando sus mejillas y haciendo un puchero-Solo son unas gotitas, ¿Podemos quedarnos un poco más?

-No, señorita-dijo firmemente-mire tan solo me fui un momento y está sucia, seguro se cayó, con lo despistada que es.

-¡Nana!, no lo digas así-dijo dando brinquitos tratando de alcanzar la altura de la señora.

-No perdió a Howa ¿Verdad?- pregunto la señora- la última vez que vinimos, lo perdió y resulto que estaba metido en las flores.

No, no lo perdí, aquí esta- dijo sacando al conejo de su bolsillo y luego mostrándole al conejo.

Menos mal-suspiro la señora- Bueno, muchas gracias por cuidar de ella, joven.

No hay de que-contesto Gaara, sentía que había visto antes a esa mujer.

Vámonos, señorita, tiene que cambiarse de ropa y recuerde lo que dijo su abuela “Solo, por un momento”- le recordó la señora- recuerde que debe prepararse para, ver a sus tíos.

Está bien-dijo resignada la niña- Bueno adiós, “Señor Mapache”

“Señor Mapache”- la mujer miro bien a Gaara y al ver sus ojeras, se dio cuenta de porque la niña le había puesto ese apodo, no pudo evitar reír un poco, por las ocurrencias de la niña, mientras hacía entrar a la niña a la limosina y luego entrar ella.

Adiós, señor Mapache -grito la niña sacando la cabeza por la ventana de la limosina, al parecer era una niña rica.

Gaara solo levanto la mano y la movió lado a lado, despidiéndose de la niña, por alguna razón no le molestaba que le dijera “Señor mapache”. Lo que le sorprendía, si sus hermanos le decían eso, le molestaba mucho. De repente la imagen de la niña sonriendo apareció en su mente.

Ahora que lo pensaba bien, esa niña se parecía mucho a Hinata.

“Hinata, me pregunto, que paso en estos 7 años”

En ese momento empezó a llover más fuerte.

“Mejor me voy, o pescare un resfriado”- pensó y empezó a correr hasta su casa.

 

Capítulo 2​

La mujer de ahora​

El lugar donde vivía. No era una casa, era una mansión.

Cuando llego a la puerta. Busco en sus bolsillos la llave, pero no la encontró.

No tuvo más remedio que tocar el timbre.

-¿Gaara? ¿Eres tú?-pregunto Temari a través del intercomunicador

-No, soy el Conde de Monte Cristo-contesto con sarcasmo- pues claro que soy yo, ¿quién más va tocar el timbre?, ¿en pleno diluvio?

-Ay, no seas un amargado, cuando estas con frio te pones irritante-contesto- puedo ver que estas empapado, jajaja.

-Deja de reírte y ven a abrirme la puerta-dijo fríamente, mirando el CCTV.

-¿Acaso no tienes tu llave?-pregunto Temari.

-¿Crees que hubiera tocado el timbre si las tuviera?

-Jajaja está bien, ya voy- Dijo riéndose. Cosa que molesto a Gaara

Después de unos cinco minutos, por fin se abrió la puerta.

Estaba todo mojado y helado hasta los huesos.

Cuando Temari abrió la puerta no pudo aguantar la risa

-Jajaja, pareces un perro abandonado-dijo riéndose a carcajadas

Gaara le dedico una mirada asesina. Cualquier otro habría salido corriendo de su presencia.

Pero ella ya conocía a su hermanito. A ella ya no le afectaba esa mirada.

-¿Me dejas, entrar?- pregunto cortésmente y a la vez con un toque de molestia.

En ese momento Temari, se hizo a un lado para que pasara.

Gaara entro pero todavía faltaba un trecho para entrar a la mansión.

Empezó a caminar junto a su hermana.

Por suerte, ya habían construido un techo de madera que se alargaba hasta llegar a la puerta principal.

-Gaara, tienes que ir a prepararte-dijo su hermana con un tono maternal- solo faltan 2 horas para las 3.

-Si- contesto en un suspiro.

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Ya había llegado al edificio central de las empresas de los Hyuga.

Los Hyuga tenían 2 empresas; “La empresa Byakugan” y “La empresa Hyuga”

Todas las empresas que se hiban a hacer presentes, estaban afiliadas con las empresas de los Hyuga.

Incluso su empresa, “La empresa Sabaku de Telecomunicaciones”.

No hace mucho su padre había decidido que él se encargaría de la empresa. Y ahora tenía que renovar contratos con esa empresa y otras más.

Entro al edificio de 30 pisos acompañado por su cuñado, ya que el iría como representante de la empresa de su padre, “La compañía Nara”.

Ellos no estaban afiliados con la empresa Byakugan pero si con la Hyuga, e hiba para hacer tratos con la empresa Byakugan.

La reunión se llevaría a cabo en el último piso.

Entraron al ascensor, presiono el botón del piso 30.

Se cerraron las puertas del ascensor.

Mentiría si dijera que no estaba nervioso. Ya habían pasado 7 años desde la última vez que la vio y encontrarse con ella de nuevo, lo ponía nervioso. Aunque no lo demostraría.

Estaba con un traje negro y con una corbata rojo vino oscuro. Shikamaru estaba con un traje negro y una corbata verde oscura.

-Debes estar nervioso- rompió el silencio el Nara- después de todo lo que paso. Volver a encontrarte con ella, debe ser difícil.

Gaara no dijo nada. Solo se apoyó cruzando los brazos en una de las paredes del ascensor.

Sabía que tenía que enfrentarla algún día. Se preparó para este día, pero todo había sido en vano.

Tan solo pensar que estaría frente a ella, le entraban ganas de correr. Pero no podía hacerlo, no quedaría como un cobarde frente a ella.

Pero entonces, ¿Qué debería decir cuando este con ella a solas?

¿Pedirle perdón?, ¿Hacer como si no hubiera pasado nada? O ¿Simplemente explicar?

Y que haría ella cuando lo viera.

¿Lo golpearía? Aunque no se molestaría si lo hiciese, después de todo se lo merecía. O ¿Fingiría no conocerlo?

¿Lo odiaría? esa era la pregunta que se hacia todos los días. Era una pregunta que deseaba que no fuese afirmativa.

-Si me preguntas, lo que hiciste fue muy estúpido-dijo Shikamaru- ella ya no es la chica de antes, la mujer de ahora es muy diferente- Hizo pausa- Gaara, solo son algunas personas a las que ella se abre.

No tenía que recordarle, lo estúpido que había sido.

Todas las noches soñaba con lo mismo. Cada noche su mente lo torturaba con ese recuerdo.

“Te odio”​

Esas eran las palabras que lo atormentaba. Recordaba a la perfección su rostro, cuando se enteró. Era una expresión de tristeza, desilusión y vergüenza.

“No me toques”​

Todavía recordaba la cachetada que le había dado. Esa Cachetada lo había hecho caer al suelo.

Su silueta corriendo, lágrimas saliendo sin piedad de sus ojos, su cabello volando detrás de ella. Esa imagen se le había grabado muy bien en su cabeza. Esa imagen lo hacía sentir como la peor cosa del mundo.

En ese momento se abrieron las puertas del ascensor.

Un chico se les puso en frente.

-¿Son los señores, Sabaku y Nara?-pregunto.

A lo que ellos, asintieron.

-Seguidme, por favor- dijo aquel chico.

Era de la altura de Gaara, su cabello era de color negro y sus ojos celestes.

Estaba con traje de color negro y la corbata de color negro.

Paro frente a una puerta, toco dos veces la puerta. Una voz femenina le contesto.

-Adelante

El chico paso. Dejando a Gaara y Shikamaru afuera de la oficina.

-Señorita Hinata. Los señores Sabaku no Gaara y Nara Shikamaru, llegaron- Dijo el muchacho.

-Gracias, Ageru-dijo con amabilidad- Llévalos a la sala de juntas, iré en un momento.

-Con su permiso- El muchacho salió de la oficina, se volteo a ver a Gaara y Shikamaru.

-Por favor, seguidme-dijo- los llevare a la sala de juntas de la empresa.

Lo siguieron en silencio, hasta detenerse frente a una puerta.

El muchacho abrió la puerta, se hizo a un lado para que Gaara y Shikamaru pasen.

Entraron a la sala y se sentaron en sillas continuas.

Miraron a su alrededor y se sorprendieron. Vieron a sus amigos de academia, sentados cada uno en una silla alrededor de la larga mesa.

Vio a Tsunade y a Shizune, sentadas una junto a la otra. Luego vio a Naruto y Kiba durmiendo sobre la mesa. Vio a Ino que estaba con audífonos. Siguió mirando hasta encontrarse con el Uchiha que estaba tan serio como siempre hablando con Neji Hyuga que estaba igual de serio.

No podía creer que nada había cambiado. Naruto y Kiba los más vagos de todos. Ino y sus canciones. Sasuke y Neji siempre serios.

Parecía como si no se hubieran dado cuenta de su presencia. Ya que nadie volteo a mirarlos.

-Problemático-dijo su cuñado y recostó su cabeza contra el asiento.

En ese momento se abrió la puerta entrando Ten-Ten, que como siempre llevaba sus dos moñitos.

Vio al Hyuga acomodarse la corbata, a Ino sentarse bien en su asiento y quitarse los audífonos, pero vio que Naruto y Kiba seguían dormidos.

-Dejen de hacerse los vagos- dijeron al unísono Ino y Ten-ten, al mismo tiempo que les daba un golpe en sus cabezas-Ya va a empezar la reunión.

Gaara solo los miraba con una gota recorriendo su sien- De verdad, nada ha cambiado, aun siendo adultos- pensó.

-Auch, Ino no me tenías que pegar-dijo Kiba con una mano en la parte en la que Ino lo golpeo.

-Aunque seas mi novio, debes comportarte- le regaño Ino.

-Entonces has lo mismo con Naruto-dijo Kiba en un puchero de niño pequeño-él se durmió antes que yo.

-No, porque siendo tu mi novio debo darte ciertos “privilegios”-dijo en una sonrisa malévola.

A Kiba se le erizo la piel de tan solo escucharla.

-Así que hazme caso-dijo acercándose a su oído, para que solo él pueda escuchar- o ya sabes cuál será el castigo.

En ese momento Kiba se sentó correctamente, se arregló la corbata, y se aliso el traje.

-Así me gusta- dijo dándole un beso en la mejilla. Y se sentó a su lado.

Naruto se había vuelto a dormir, sentado y roncando.

-Oye tonto, despierta-dijo Sasuke dándole un golpe en la espalda.

Al parecer, había sido más fuerte de lo que parecía. Ya que tan solo darle el golpe su cabeza fue a parar a la mesa, dándose un fuerte golpe en la cabeza.

-¿Quién fue el idiota, que me dio semejante golpe?-dijo Naruto con una mano en su frente.

-¿Semejante golpe?-dijo Sasuke riendo- Tan solo te di un empujón.

-Tu-dijo Naruto apretando los puños cerca de su cara, con un aura negra rodeándole- Sasuke…

No pudo continuar. Ya que el mismo chico que lo trajo, había entrado con una mujer.

Debía admitir, que esa mujer era hermosa.

Llevaba puesto un vestido azul marino que llegaba debajo de la rodilla, con una panti nailon de color negro y unos zapatos negros formales. Y encima un saco color mostaza.

No fue hasta que vio su cara que reconoció que era Hinata, esos ojos perlados con un toque violeta la delataban.

Estaba diferente.

Ya no llevaba ropa holgada, ni los lentes gruesos, tampoco tenía las trenzas.

Había cambiado su ropa a una más formal pero sencilla, cambio esos lentes por unos más delgados y finos y su cabello estaba agarrado en una coleta.

¿A eso se refería Shikamaru? ¿Con que Hinata había cambiado?

 

Capítulo 3

Presentacion

Hizo una reverencia.

A lo que los demás incluido él, se levantaron de sus asientos para hacer lo mismo.

Hinata se sentó en la silla principal. El chico que la acompañaba le entrego unos papeles.

-Muchas gracias, Ageru-dijo con una sonrisa amable-Ya puedes retirarte.

El chico obedeció. Y se fue del salón con una reverencia.

-Muchas gracias por haber venido-empezó entrelazando sus dedos sobre la mesa-Sean, Bienvenidos a la empresa Hyuga.

Ya no tartamudea- es lo que primero que pensó al oírla.

-Antes de comenzar, se presentaran los representantes de las empresas y agencias aquí presentes en esta sala-aclaro Hinata - empezaremos con La Empresa Uchiha.

-Soy Sasuke Uchiha, Represento a “La empresa Uchiha de Construcciones”-se presentó el Uchiha con orgullo.

-Soy Naruto Namikaze, Represento a “La empresa Namikaze de gastronomía y repostería” profesional- Hizo una pausa, con la cabeza hacia un lado y con los brazos cruzados - Y heredero principal.

-Soy Ino Yamanaka, represento a la “Agencia Yamanaka de Modelos profesionales”-se presentó la Yamanaka moviendo su larga melena rubia hacia atrás.

-Soy Kiba Inuzuka, presidente de las “Agencias Inuzuka de Guardaespaldas y canes entrenados-empezó Kiba con orgullo- e Investigadores”.

-Soy Tsunade Senju, directora del mejor hospital del país- se presentó con una sonrisa, hacia Hinata.

- Me llamo Ten-Ten, represéntate de la empresa “Textiles Ama”-se presentó rápidamente Ten-ten

-Soy Shikamaru Nara representantes de “Las Empresas Nara de publicidad”-Se presentó con aburrimiento.

Le tocaba hablar.

-Soy Sabaku no Gaara, presidente de “Las empresas Sabaku de telecomunicaciones”- Se presentó, sentándose correctamente y cruzando los brazos.

Todos pusieron sus ojos en Gaara, como si se hubiesen dado cuenta recién de que estaba ahí. Creando un ambiente de incomodidad para él.

-Soy Hyuga Hinata, representante y encargada de “La empresa Byakugan de aeronáutica” y “La empresa Hyuga de diseño”- empezó, rompiendo el ambiente de incomodidad que se había creado - Bien, ahora de que todos nos hemos presentados formalmente, empecemos.

-Señor Uchiha, la empresa Byakugan, le presta aviones de carga para traer materiales para su construcciones, y construye nuevas agencias Hyuga ¿Está de acuerdo que sigamos, como hasta ahora?

- Quisiera que nos preste a sus Arquitectos, para las construcciones no concluidas-dijo Serio el Uchiha.

“La empresa Hyuga de diseño” no solo se trataba de moda o ropa. Sino de todo tipo de diseñador, incluidos ahí a los arquitectos.

-Trato hecho, si ustedes acceden a las construcciones, de más pistas de aterrizaje tanto dentro como fuera del país-le contesto igual de seria.

-Trato hecho Hyuga-dijo estrechándole la mano a Hinata-Es un placer, hacer negocios con usted.

-Le mandaremos los documentos en una semana a más tardar-finalizo Hinata.

Antes Hinata se dejaba manipular- Ya no es sumisa.

- Señor Namikaze- Empezó viendo a Naruto- nosotros diseñamos y hacemos los uniformes de los trabajadores y prestamos servicio aéreo, para ciertos eventos de su empresa. Y usted está a cargo de las cafeterías de las empresas Byakugan y Hyuga-Hizo una pausa- ¿Está de acuerdo que sigamos como hasta ahora?

-Claro, todo está perfecto-dijo Naruto muy animado.

-Mandaremos los papeles de renovación de contratos mañana a su oficina para que Minato los firme.

-Ok-dijo Naruto asintiendo con la cabeza.

- Señora Yamanaka-comenzó Hinata.

-Hinata no me digas “Señora”, me hace sentir vieja- Interrumpió Ino a lo que Hinata sonrió.

-Está bien-dijo en un suspiro- Ino.

-Mejor- declaro relajándose en su asiento.

-Bueno, Ino. La empresa Hyuga, diseña líneas de ropa y tus modelos los modelan en cada desfile que hay-dijo ya sería- ¿Estás de acuerdo que sigamos como hasta ahora?

-Claro, pero tengo que pedirte un favor-dijo levantándose de su asiento acercándose a Hinata. Susurro para que nadie más que ella pueda oírle- quiero que tu personalmente me hagas un vestido. Ya sabes para qué.

-Trato hecho, Seño…-se detuvo al ver el aura negra que se formaba alrededor de su amiga-Ino.

Estrecharon sus manos, cerrando el trato “personal” y la renovación de contratos.

-Señor Inuzuka-dijo Hinata volviendo a sentarse correctamente en su asiento y poniendo sus manos en la mesa- La empresa Hyuga diseña y hace los trajes de los guardaespaldas y los canes a prueba de balas y resistentes. La empresa Byakugan, presta sus servicios para ciertas investigaciones y trabajos. ¿Está de acuerdo con seguir como hasta ahora?

-Estoy de acuerdo en seguir como hasta ahora-contesto fingiendo ser serio, que solo se ganó las risas de su novia. Y una sonrisa en la seria Hinata.

-Muy bien, le enviaremos los papeles mañana-termino la Hyuga.

- Señora Tsunade, la empresa Hyuga hace los uniformes de los empleados del hospital y la empresa Byakugan da sus servicios en los casos más graves que suceden en el hospital- empezó Hinata-¿Está de acuerdo con seguir como hasta ahora?

-Claro, mi niña-dijo con amabilidad.

-Muy bien, le enviaremos los papeles mañana-termino con una sonrisa la Hyuga.

Hinata estaba por hablar pero Ten-Ten la interrumpió.

-Ni se te ocurra llamarme “Señora”-dijo Ten-Ten.

-Ten-Ten- dijo Hinata, a lo que Ten-Ten asintió satisfecha- “La empresa de Textiles Ama”, está afiliada directamente con la empresa Hyuga que nos brinda la tela con la que hacemos cada uniforme y también las líneas de ropa. ¿Está de acuerdo con seguir como hasta ahora?

- Por supuesto-contesto Ten-Ten con una sonrisa.

-Muy bien, te enviaremos los papeles mañana- dijo Hinata.

- Señor Nara-empezó mirando al Nara- La empresa Nara y la empresa Hyuga se afiliaron no hace mucho tiempo. Por lo que tengo entendido es que, usted está aquí para hacer reconocimiento de la empresa Byakugan como una nueva empresa afiliada. ¿Entonces es un trato?

Le alcanzo los documentos, que le había entregado aquel muchacho.

-Claro que si, Hyuga- dijo agarrando los papeles y firmándolos.

-Sea Bienvenido a la empresa Byakugan, Nara-finalizo estrechándole la mano y cerrando el trato.

- Señor Sabaku-empezó con un tono carente de cualquier tipo de emociones.

-Su empresa está afiliada con la empresa Byakugan y la Hyuga, junto con todas las empresas y agencias aquí presentes-hizo una pausa- tengo entendido que viene a renovar el contrato con la empresa Byakugan y la Hyuga. ¿Está de acuerdo con hacerlo?

-No tengo razones para no aceptar, Hyuga- contesto.

-Mandaremos los documentos a su empresa en Konoha- Finalizo Hinata.

-Doy por concluida esta reunión- declaro levantándose de su silla-Muchas gracias por haber venido.

Había notado que Hinata, solo a él lo había tratado como si fuera alguien desconocido. Se sentía un poco ¿Molesto?

Aunque, no tenía ni el derecho a molestarse. Sabía que el merecería ese trato, de parte de ella.

-No tengo el derecho de reclamarle nada.

 

Capítulo 4

Yuki-Nieve

Las calles estaban vacías por la fuerte lluvia que había comenzado hace unas horas como una llovizna. El viento se llevaba consigo las hojas secas de los árboles. Se escuchaban las gotas chocar con fuerza en los vidrios de las ventanas.

Una joven corría por los pasillos. Llamando la atención de los estudiantes que pasaba de largo.

Alejándose lo que más podía de algo, más bien, de alguien.

-Hinata espera-le grito, cuando ella salió del edificio dirigiéndose a la puerta principal para salir del instituto.

Se detuvo jadeando en la gran reja que era la puerta principal, por donde entraban los autos para dejar y recoger a los estudiantes adinerados del instituto.

Por el cansancio, se inclinó y poniendo sus manos en sus rodillas, al mismo tiempo que respiraba entrecortadamente y agitadamente. La lluvia caía sin piedad sobre ella, casi ocultando las lágrimas que salían sin poder detenerlas de sus ojos.

Miro atrás asustada, como él se acercaba cada vez más a ella. Al mismo tiempo que las gotas de la lluvia que habían mojado toda su larga cabellera media noche, mojaban su ropa y cara.

Miro cada lado asegurándose que no había ningún auto para poder pasar segura hacia la calle de enfrente.

Cruzo antes de que él, pudiera alcanzarla.

Pero, paro en seco a mitad de la calle cuando vio como un auto venía a toda velocidad hacia ella. Con los ojos abiertos del miedo los cerró esperando el impacto.

Todo había pasado demasiado rápido.

Su cuerpo rodo por encima del auto cayendo de lado, al mojado y duro asfalto de la calle.

Cuando llego junto a ella, vio cómo su uniforme quedaba manchado con sangre. Y como esta formaba un charco alrededor de ella, que se mezclaba con el agua acumulada en la calle por la intensa lluvia.

Vio que ella tenía los ojos abiertos. Se arrodillo junto a ella, tomando sus manos pero…

-Aléjate

Con las pocas fuerzas que le quedaban soltó el agarre de Gaara de sus manos. Justo antes de caer inconsciente una lágrima fue vista saliendo de sus ojos.

Despertó sobresaltado tras ese sueño que no hacía más que atormentarle cada noche de su vida, tras ese accidente.

Aléjate

Se sentó en una de las esquinas de la cama, apoyo sus cados en sus piernas y enredo sus manos en su cabello rojizo. Tan solo recordar esa frase le hacía doler el pecho como si un cuchillo estuviera atravesando su pecho.

La mirada apagada que le dedico cuando le dijo esa frase le carcomían las entrañas. Esos ojos, que siempre poseían un brillo hermoso, le dedicaron una mirada muerta.

Ten-Ten había llegado poco después de que Hinata quedara inconsciente, llamando inmediatamente a emergencias.

La ambulancia no tardó en llegar, como tampoco tardaron en llegar sus amigos.

Se llevaron a Hinata de inmediato al hospital entrando a la ambulancia con ella Ten-Ten y Neji.

Él había quedado en shock tras las últimas palabras de Hinata antes de caer inconsciente. Se había quedado sentado en el duro asfalto con la lluvia cayendo encima de él.

No sabía cuánto tiempo había pasado hasta que Naruto lo levanto del suelo y fueron todos al hospital.

Al llegar no se sorprendió al recibir una cachetada de parte de Ten-Ten. Por alguna razón no le dolió tanto como la que le dio Hinata.

Todos habían quedado sorprendidos tras la cachetada.

Pero lo que más les sorprendió fue como Gaara no había dicho ni hecho nada en su defensa. Como si el mismo supiera que se lo merecía.

Sabía que algún día se enteraría, estaba preparándose para ese día. Pero la vida le jugó una mala pasada.

Ahora la había vuelto a ver, tras siete largos años y no sabía que a ser si se quedaba a solas con ella.

Se jalo los cabellos con frustración y enojo. El enojo hacia sí mismo por lo idiota que había sido.

Se fijó que hora era en el reloj de su cuarto, eran las 5.

Sabiendo que el sueño no volvería a él, se levantó de la cama y decidió dar un paseo.

Antes de que Temari se despertara. Cuando despertaba tenía antojos muy raros.

Todavía recordaba cuando hizo que Kankuro saliera en plena noche por fresas. No sabía de donde los había sacado a esa hora de la noche, todo por salvarse de los ataques hormonales de Temari.

La verdad no quería que Temari lo mandara por alguna cosa cuando despertara.

Termino de vestirse y bajo las escaleras hacia la entrada. Cuando paso junto al calendario que había puesto Temari, vio la fecha marcada que decía:

“Reunión de Amigas”

Su hermana había organizado una especie de “Reunión de amigas” después de hablar con ellas y ponerse de acuerdo que día seria. Las había invitado a todas a la mansión para “Ponerse al día” de todas las cosas que habían pasado en los años que no se habían visto.

Al mismo tiempo que los chicos también tendrían su “reunión” idea de Naruto. Ya podía verse a sí mismo con un dolor de cabeza terrible.

Salió de la mansión. Cuando sintió un escalofrío recorrerle por todo el cuerpo.

Hacia frio y no se sorprendía porque la noche anterior había nevado, ahora todas las calles habían quedado cubiertas por una fina capa de nieve.

Sabía que cuando los niños se despierten, saldrían a jugar con la nieve. Como era fin de semana podrían jugar toda la mañana.

Camino unos minutos sintiendo como la nieve crujía a cada paso que daba, hasta llegar al parque donde la anterior vez conoció a “La niña del conejo blanco”.

No recordaba su nombre. Pero recordaba como lo había llamado “Señor mapache”.

Por alguna razón no le había molestado que lo llamara así. Más bien lo había tomado como tierno de parte de la niña. Sentía que la conocía de toda la vida.

Un chirrido interrumpió sus pensamientos. En el columpio había una mujer, no podía verle la cara.

Pero podía ver que tenía el cabello lacio, color negro y muy largo. Ya que caía hasta más abajo del asiento del columpio.

Llevaba un vestido color café que llegaba debajo de las rodillas y de manga larga. Encima un saco color crema. El gorro y la bufanda de color crema.

No sabía cuánto tiempo se quedó mirando a esa mujer si fueron segundos o tal vez minutos. Pero, sintió una extraña paz con tan solo mirarla.

-¡Mamá!-Un grito lo hizo salir de sus pensamientos para apartar sus ojos de la mujer y posarlos en fuente de ese grito.

Era una niña, no podía verle la cara porque estaba muy abrigada. Demasiado diría el.

La mujer que estaba viendo antes, se levantó del columpio para recibir a la niña con los brazos abiertos. Al parecer ella era la madre de la niña.

-Al parecer Nana te a abrigado mucho- le dijo con ternura, arrodillándose hasta la altura de la niña.

Esa voz- esa voz la conocía, pero no se acordaba de quien era. Se acercó un poco para ver la cara de esa mujer.

-¡Si! Parezco un oso-dijo con las mejillas infladas-Y ni siquiera me gusta el gorro.

También la voz de la niña se le hacía conocida.

La mujer solo rio un poco. Y empezó a sacarle los abrigos.

Hasta que la niña quedo en un vestido casual que llegaba hasta debajo de las rodillas de color azul marino y una sencilla chompa tejida a mano color blanco. Y la bufanda y el gorro del mismo color que la chompa.

-Ahora ponte primero esto y luego esto.

La niña solo obedeció la orden de su madre. Para luego sonreír encantada con el resultado.

-Ya no parezco un oso, gracias Mamá- dijo abrazándose a la cintura de la mujer.

Sentía un extraño sentimiento tan solo con mirarlas. Como si pudiera pasarse todo el día mirándolas.

-Y respecto al gorro- se arrodillo de nuevo y le quito la bufanda a la niña. Que le otorgo una mejor visibilidad del rostro de la niña.

Era la niña del conejo blanco, por eso se le hacía conocida su voz. Pero seguía sin poder ver la cara de la madre de esta.

La madre de la niña se quitó el gorro y la bufanda. Para luego colocarle su bufanda y gorro a la niña. Y arreglarle el cabello un poco.

-Listo- dijo la mujer y poniéndose enfrente de la niña-Vamos, la tía no debe tardar en llegar.

-Mamá, mira nieve- Le dijo apuntando al cielo. La mujer se dio la vuelta para ver donde apuntaba la niña.

Asombrando a Gaara en el proceso. Al ver la cara de aquella mujer, sintió como si el aire le faltara.

-Así es, Yuki.

La mujer solo sonrió al sentir los copos cayendo en su cara, tomo la mano de su hija y empezó a caminar.

-Vamos- Antes de que cruzaran la calle, miro hacia atrás y sonrió.

Sus rodillas le fallaron, al ver otra vez esa sonrisa que tanto extrañaba, cayendo de rodillas al suelo.

Hinata.

 

Capítulo 5

Una vieja amiga

Una lagrima escapo de sus ojos, sin quererlo. Se limpió rápidamente la lágrima para que Yuki no la viera pero fue demasiado tarde.

-Mami ¿Estas bien?-pregunto la niña mirándola con preocupación, a lo que ella solo sonrió.

-Estoy bien Yuki, solo un poco cansada.

-¿Segura?

-Sí, no es nada.

-Hmmm-la niña la miro no muy convencida de lo que le dijo.

Siguieron caminando hasta llegar al aeropuerto. Al entrar amabas soltaron un suspiro de pura satisfacción al sentir el calor de los calefactores del aeropuerto. Le gustaba el frio pero no le gustaba congelarse.

-Mami, que ¿hora es?-pregunto la niña un poco aburrida.

-Las 6:00 a.m. -le contesto fijándose en su reloj de mano-El vuelo de tu tía se ha debido retrasar.

-Estoy aburrida- se quejó, para luego tocarse la nariz con el guante- Y mi nariz está congelada.

Hinata solo rio un poco. Se agacho para quedar a la misma altura de la niña y apretarle la nariz tiernamente.

-Entonces, mientras tu tía llega vamos a tomarnos algo-señalo con la cabeza a la cafetería del aeropuerto. La niña al dirigir sus ojos donde su madre le dijo, se le iluminaron los ojitos.

-Vamos, vamos -dijo la niña emocionada, agarrando la mano de su madre y dirigirse a la cafetería-Yo quiero leche con chocolate.

Hinata solo la miro con ternura mientras caminaba junto a Yuki. Sonó la campanita que avisaba que un cliente acababa de entrar.

-Bienvenidas, ¿Que les puedo servir?-pregunto una chica con su libretita en sus manos, lista para atenderlas.

-Buenos días, 2 leches con chocolates y 2 capuchinos por favor-le respondió Hinata.

-¿Para tomar aquí o para llevar?

-Para llevar.

-Bien-dijo la muchacha terminando de escribir lo que Hinata dijo y guardaba la libretita en el bolsillo del delantal-Por favor tomen asiento.

Hinata y la niña se sentaron en las sillas de color rojo.

-Mami, ¿Porque pediste 2 leches con chocolates y 2 capuchinos?-Pregunto la niña viendo a su mamá.

-Porque, uno es para tu Tía y el otro es para Hideki-le contesto poniendo un dedo en la nariz enrojecida de la niña. A lo que la niña solo rio un poco al sentir las cosquillitas-No podemos ser egoístas.

Después de unos minutos. La muchacha que antes les había atendido, les informo que los pedidos estaban listos, Hinata se levantó de su asiento dirigiéndose hacia la muchacha y pagar

-Muchas gracias, vuelva pronto.

Salieron de la cafetería para ir a sentarse a los asientos del aeropuerto y esperar a que llegaran los invitados.

-Toma, tu leche con chocolate-le dio el vaso con cuidado-Agárralo con las dos manos.

La niña obedeció y agarro con sus dos manos el vaso, ya que era grande y era un poco pesado por estar lleno. La niña tomo un sorbo con su bombilla para luego soltar un suspiro, al sentir como se calentaba su cuerpecito. A lo que Hinata solo sonrió.

-Es igualita a Gaara-pensó. Un escalofrío le recorrió la espalda haciendo que se abrazara así misma.

-¿Tienes frio, Mami?- pregunto la niña todavía con el vaso en sus manos.

-Sí, un poco-le contesto-Mejor tomare el capuchino, a ver si así entro en calor.

Tomo el vaso de su capuchino con una mano y con la otra puso la bombilla roja. Sorbió un poco, sintiendo como el líquido caliente bajaba por su garganta.

-Que frio hace-Pensó, para luego recordar el parque-Me pregunto si ya se habrá ido.

Al principio sintió como si alguien la observaba, le resultaba familiar ese sentimiento. Luego de un par de minutos. El grito de su hija la hizo salir de sus pensamientos y notara que él, la estaba viendo.

Sintió miedo, miedo y no sabía porque. ¿Sería porque no sabría cómo reaccionaría cuando se enterase? O ¿Si actuaría como en el pasado?

Ella ya lo había perdonado hace años, había sido como deshacerse de una carga muy pesada, que no la dejaba de atormentar. Por más que pensaba, por más que recordaba todo lo que había pasado, por más que intentase, ella no podía odiarlo. Los sentimientos de amor hacia él, eran más fuertes que los de odio y rencor.

Y Yuki era prueba de eso. Miro a su hija con ternura, pensando si Gaara se habría dado cuenta de que Yuki era su hija.

Todos sus amigos decían que Yuki era una copia exacta de ella. Si no fuera por su cabello, sería una mini Hinata. Cabello rojo, rojo como la sangre.

No solo era el cabello de Yuki diferente al de ella, sino también sus ojos. Su hermana decía que había sacado los ojos Hyuga, pero ella podía ver la diferencia entre sus propios ojos y los de Yuki. Mientras los de ella eran perlados con un toque violeta los de su hija tenían un toque aguamarina.

Solo algunas personas sabían exactamente quién era el padre de su hija, ella misma se los confirmo. Otros sospechaban pero no preguntaban, por ser corteses con ella.

-¿Mami?-salió de sus pensamientos cuando escucho la voz de Yuki y una manito paso delante de sus ojos.

-Sí, Yuki.

-¿En qué piensas?-pregunto mirándola con ojitos brillantes.

-En lo bonita que eres-le respondió poniendo su mano en la mejilla de la niña.

-¡Claro!, si soy igualita a ti-exclamo la niña sonriendo. Y poniendo su manita sobre la de Hinata.

-Señores pasajeros, el vuelo 314 ha aterrizado, pedirles por favor que los pasajeros del vuelo 454 pasen por plataforma.

-Ese es el vuelo de tu tía, vamos-dijo Hinata poniéndose de pie y agarrando de la mano a Yuki.

Se dirigieron a la salida. Se pararon en un lugar donde las verían cuando salieran. Veían como un joven tenía un cartel que decía “Bienvenida, Madre” y una jovencita que tenía otro cartel que decía “Bienvenido, abuelo” y otras personas que tenían los carteles con el nombre de la persona que esperaban.

-¡Hinata!, ¡Yuki!-escucharon un grito femenino que ella conocían muy bien.

Miro a la dirección de donde provenía el grito. Encontrándose con una mujer de cabellos naranjas y ojos cafés claros y un niño de cabellos negros y ojos iguale a los de la mujer. Ambos muy abrigados. Y con maletas grandes en un carrito.

-¡Mía!- exclamo caminando hacia la mujer, agarrado de la mano a Yuki. Cuando estuvo enfrente ellos, se agacho a la altura del niño-Hideki.

Se levantó de nuevo después de recibir un “Hola” de parte del niño.

-¿Cómo fue el viaje?-pregunto mirando a la mujer de cabellos naranjas.

-Muy bien, nos retrasaron el vuelo por la lluvia- Le respondió cruzando los brazos muy infantilmente- Pero dejemos de hablar de mí. Hablemos de lo hermosas que se han puesto desde que no nos veíamos. ¿Verdad, Hideki?

El niño solo se sonrojo un poco, mirando a Yuki.

-No es para tanto, Mía-le dijo Hinata sonriendo nerviosamente.

-No seas modesta Hinata, mira todos los chicos que han bajado del vuelo te están mirando-le replico guiñándole el ojo- Por otra parte Yuki, ¡Que le paso a tu cabello!

-Aprendí, el significado de las palabras “No juegues con las tijeras de mamá”-le contesto Yuki. Que estaba dándole su leche con chocolate a Hideki y Hinata dándole a Mía el capuchino.

-Oh, qué pena tan bonito que estaba-se lamentaba la mujer-Pero por otra parte, estas más mona así ¿Verdad Hideki?

-¡Mamá!-le dijo todo abochornado el niño con un sonrojo visible.

-Tía, ¿me has traído un regalo?-le pregunto emocionada la niña.

-Sí, algo muy bonito que combina con Howa. Hideki lo eligió.

De pronto sentía algo muy suave en sus orejitas. Hideki le había puesto unas orejeras con forma de conejo por detrás.

-Gracias, Hideki –dijo muy emocionada, dándose la vuelta para abrazar a Hideki.

Hinata solo sonreía al contemplar esa escena tan tierna entre su hija y Hideki.

-Ah, el amor de niños-suspiro Mía, colocándose al lado de Hinata-Ahh…Ahh…Ahh-Chooo!!!

-Al parecer ya te resfriaste-dijo Hinata viendo como Mía se sorbía la nariz con un pañuelo- Vamos, Nana dos debe estar esperando con un festín.

A la mención de la comida Mía agarro de la mano a Hideki y de la otra a Yuki, lista para irse. Dejando a Hinata con el carrito de las maletas.

-No cambias-le dijo con una sonrisa en el rostro. Al ver de nuevo el comportamiento de su amiga de hace 7 años.