Si los ingredientes que adornan mi plato tuvieran vida: los pequeños arroces se abrazarían, las verduras salteadas temblarían de miedo, las carnes estarían resignadas a su destino y el único que me saludaría con felicidad sería el extraño invitado que zumbaba en baja intensidad.
Esto me recuerda a un extraño vídeo traumático que ví con inocente curiosidad ( era de comida)... La cuestión es que me enfocaré pensando que hay una mosca en tu plato...